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10.02.2013

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Ustedes - Deciden
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Sonic boom - Que rayos le paso a  knuckles
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Ayer                    Hoy -
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Brasil 2014 - Lo más bajo que pudo haber.
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Its Airman, bitches - And Im bringing the pain

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Por esa generación - que pudo pelear contra Papu Papu en la consola original
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Parodias - que son mejores que las versiones originales
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Chicas - Porque sonrojadas son más lindas
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Ver gente - que no cree en Dios pero que sí cree que los gatos negros son
de mala suerte
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Por esos amigos - que señalan detrás tuyo diciendo
¡Mira, un OVNI! esperando que nos la creamos

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La verdadera belleza del mundo - No se ve con los ojos
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En tus Brazos - “Jiraiya-Sama, había muerto” 

Esa triste noticia aún resonaba en la cabeza de Shizune, mientras
estaba de pie frente al ventanal que dominaba Konoha, en la oficina de
la Hokage. Todos los que habían estado ahí para saber la triste
noticia se habían retirado hace mucho rato. La Hokage fue la última
en retirarse, se mostraba entera, pero ella que había sido su
discípula por casi toda una vida la conocía mejor que nadie, y
sabía que la mujer estaba desgarrada por la muerte del Sannin. Ellos
siempre se la pasaban discutiendo, y en apariencia ella no le tenía
mucho aprecio, pero sabía que las cosas no eran tan así como
aparentaban. Tsunade-Sama guardaba mucho cariño por su antiguo
compañero de equipo, no sabía hasta que punto, pero si sabía que lo
quería un poco más que como un simple amigo. 

No pudo evitar sentir pena por su maestra. Debía estar sufriendo
mucho, pero la conocía lo suficiente para saber que no haría ningún
bien en ir donde ella a intentar consolarla. Por ahora, lo mejor era
dejarla sola. 

Shizune suspiró cansadamente y miró las luces que iluminaban la
aldea. Hacía ya largo rato que se había hecho de noche. ¿Que horas
serían? Con todo el alboroto por la muerte de Jiraiya-Sama, había
perdido la noción del tiempo, pero dedujo que debía ser bastante
tarde al ver lo oscuro que estaba el cielo. Miró el reloj colgado de
una pared y confirmó sus sospechas. Eran casi las 10 de la noche. Se
volteo para retirarse y su vista se posó en el lugar que había
ocupado Naruto unas horas atrás. 

-- Naruto -– dijo la mujer, inconscientemente en un susurro, sin
poder evitar que su corazón se contrajera al pensar en el joven
discípulo de Jiraiya-Sama. 

Recordó como Naruto había ingresado a esa oficina, ignorante de la
triste noticia que le esperaba. Recordó su cara de sorpresa y luego
de sospecha al verlos a todos ahí reunidos, y la fuerza y convicción
con la que poco después había reprendido nada menos que a
Fukusaku-Sama, uno de los grandes ermitaños de la montaña Myoubuko,
por haberse referido a su maestro como “Jiraiya-Chan”. Luego de
eso, fue el propio Fukusaku-Sama, quién le había dado la terrible
noticia al chico. 

“Jiraiya-Chan, ha muerto en batalla” 

Aún podía recordar la cara de Naruto, luego de escuchar esas
palabras de boca de la vieja rana. En un primer momento su rostro
reflejo sorpresa, ya que esas palabras lo pescaron totalmente fuera de
guardia, pero cuando comprendió lo trascendente de su significado, el
dolor afloró en sus ojos. Preguntó con voz temblorosa, creyendo
haber oído mal, pero cuando le fue confirmado, el dolor en sus ojos
afloró con mas fuerza aún, pero fue solo un chispazo, en cosa de
segundos su máscara estaba ahí, esa máscara con que Naruto se
protegía del mundo, esa máscara con que escondía sus sentimientos.
Se mostró enojado con Tsunade-Sama por enviar a Jiraiya-Sama solo en
una misión tan peligrosa, luego de lo cual se retiró sin decir una
palabra más, sin escuchar a nadie. 

Finalmente habían acordado dejar solo a Naruto por el momento. Había
que darle espacio para que pudiera asimilar la noticia, para que
pudiera asimilar su pérdida, pero... ¿sería realmente correcto
dejarlo solo? 

Shizune se giro hacia el ventanal detrás de ella y contempló una vez
más la aldea de Konoha, iluminada por las luces, sin poder apartar
sus pensamientos de ese joven ninja de alborotada cabellera amarilla. 

Había conocido a Naruto varios años atrás, mientras ella y su
maestra huían, como ya era la costumbre, por culpa de las constantes
deudas que la mujer mayor contraía en las casas de apuestas. Fue
entonces cuando el joven ninja apareció frente a ella, en compañía
de Jiraiya-Sama, uno de los 3 legendarios Sannin de Konoha, que era
además, su maestro. 

Naruto le sorprendió desde el primer momento. Su fuerza, convicción
y decisión a toda prueba era algo que nunca antes había visto, menos
aún en alguien tan joven. Uzumaki Naruto era alguien especial, no
tenía duda de eso, y lo confirmó poco después cuando regresó
definitivamente a Konoha junto con su maestra, y comenzó a investigar
un poco más sobre ese extrovertido ninja. Se sorprendió de lo que
descubrió. 

El rubio había crecido solo, al ser huérfano de nacimiento, además,
al ser el contenedor del Kyuubi, fue marginado por todos en Konoha, al
considerarlo la encarnación del zorro de nueve colas, que casi
destruye la aldea. Los adultos le dieron la espalda, incluso
intentaron asesinarlo en mas de una ocasión. En cuanto a los niños,
no se le acercaban, y se burlaban de él cada vez que podían. Naruto
creció en la más absoluta soledad y desprecio, pero pese a todo,
tuvo la fuerza para seguir adelante. Fue así como con el tiempo se
gano el respeto y la amistad de sus pares, y el reconocimiento de los
adultos. 

Es por eso que Naruto cuida con tanto recelo a sus nuevos amigos, ya
que había sufrido lo indecible para lograr que lo reconocieran. Por
eso le dolió tanto la partida de Sasuke Uchiha, su primer y mejor
amigo. La perdida de Sasuke era algo que lo atormentaba por dentro, y
estaba segura que haría hasta lo imposible por traerlo de regreso,
como sacrificar su propia felicidad. 

No estuvo ahí, pero supo por boca de su maestra sobre la promesa que
le hizo a Sakura, de traer a Sasuke de vuelta cuando fue a buscarlo
con un grupo de gennins. Las palabras y las lágrimas de Sakura le
hicieron comprender los sentimientos de la chica por su amigo, y
mordiendo su propio dolor y tristeza al saber que nunca tendría una
oportunidad con ella, le prometió traer de regreso a sus brazos a su
descarriado compañero de equipo. 

Así era Uzumaki Naruto, siempre dispuesto a sacrificarse por el bien
de los demás, sin importar el dolor o sufrimiento que deba afrontar.
¿Estaba bien permitir eso? ¿Estaba bien permitir que Naruto fuera
siempre quien debía soportar lo malo? 

Las cosas parecieron cambiar con la aparición de Jiraiya-Sama. Si
bien Naruto había encontrado la amistad y el cariño de Iruka-San y
Kakashi-San, fue Jiraiya-Sama, el que marcó la diferencia en su vida.
No solo se había transformado en su maestro, con el tiempo se había
transformado en el padre que nunca tuvo. Podía verlo cuando estaban
juntos. La forma en que compartían, lo feliz que era Naruto en
compañía del Sannin, pese a que reclamara y lo llamara siempre
“Ero-sennin”. Era algo palpable que había algo especial entre
ellos. El cariño que le había tomado Naruto al viejo ninja era
enorme, por eso no podía quitarse de la cabeza los ojos de Naruto
cuando supo sobre la muerte de su maestro, ojos que reflejaron un
profundo dolor. 

Shizune apoyó una mano en el ventanal, aún remecida por esa triste
mirada. Naruto estaba sufriendo, y mucho, quería hacer algo por él,
algo para confortarlo, para ayudarlo a sobrellevar su pena, su dolor,
¿pero qué? 

La mujer se sorprendió al encontrarse pensando de esa forma, pero la
verdad es que le había cogido mucho cariño a Naruto. Sin saberlo ese
ninja de alborotado cabello rubio se había hecho un hueco en su
corazón, ganándose su respeto, su aprecio, y su amistad. Quería a
Uzumaki Naruto, y quería verlo feliz, por eso la lastimaba tanto el
saber el dolor que lo estaba embargando. 

-- Si hubiera algo que pudiera hacer... cualquier cosa... –- se
dijo, cabizbaja. 

Finalmente la mujer decidió que no sacaba nada con quedarse más rato
sola en esa oficina, por lo que se encaminó a la salida. Presionó el
interruptor para apagar la luz y cerró la puerta al salir. 


--------------------------------------------------------------------------------


Era una linda noche en la aldea Konoha, se podían apreciar las
estrellas en el firmamento y una hermosa luna llena. Corría una
agradable brisa que refrescaba el ambiente, y como las calles estaban
prácticamente desiertas, se había vuelto agradable para dar un
paseo, pero Shizune no estaba de muy buen ánimo para pasear en ese
momento. 

Cuando finalmente pudo salir de la torre del Hokage eran pasadas las
11 de la noche, por lo que era natural que las calles estuvieran
prácticamente desiertas. A esas horas todos estaban en sus casas con
sus familias. Se entristeció un poco al recordar que ella no tenía
familia, fuera de Tsunade-Sama. Hubiera querido ir a verla, pero
sabía que era mejor dejarla sola por ahora. 

La mujer se encaminó lentamente a su pequeño departamento, cabizbaja
por los acontecimientos del día, sabiendo que el día siguiente
sería tanto o más complicado. Siguió caminando lentamente sin
prestar atención a su entorno, hasta que se percató que estaba
frente al edificio donde vivía. Estaba a punto de ingresar cuando lo
vio. 

Naruto caminaba por en medio de la calle en dirección contraria,
directo hacia ella. Caminaba casi arrastrando los pies, con las manos
hundidas en los bolsillos del pantalón y la cabeza gacha. Sintió
pena al verlo así. En cosa de nada el joven ninja estaba junto a ella
y luego pasó de largo, sin siquiera notar su presciencia. 

-- Naruto –- dijo la mujer, llamando al rubio. 

Naruto se sorprendió al escuchar que lo llamaban por su nombre, y
levantó la cabeza buscando a la persona que preguntaba por él. La
reconoció de inmediato. 

-- Shizune-neechan –- dijo el joven ninja, con sorpresa por verla
ahí, pero con voz totalmente desganada. La observó por unos segundos
pero tuvo que bajar el rostro otra vez, sin ser capaz de sostener la
mirada de la joven. 

Shizune sintió que se le partía el alma al verlo así, tan
deprimido, tan triste. Se acercó a él y sin mediar ninguna palabra,
lo rodeo con los brazos estrechándolo con fuerza contra ella. Naruto
abrió los ojos sorprendido por la acción de la mujer, pero pronto se
dejó llevar por ese gestó de afecto que tanto necesitaba, y se
aferró a ella con todas sus fuerzas tratando de contener las
lágrimas. 

Se quedaron así por largos segundos, hasta que Shizune se separó un
poco él y miró sus húmedos ojos, que reflejaban todo su dolor. 

-- Vamos a mi departamento. Ahí estaremos más tranquilos -– dijo
la mujer, sin esperar una respuesta del rubio, y lo guió de una mano
hasta el interior del edificio frente al que estaban parados. Naruto
se dejó llevar sin protestar. 


--------------------------------------------------------------------------------


El rubio dejó la taza de té a medio consumir sobre la mesita de
centro, y permaneció cabizbajo sentado en el sillón de tres cuerpos
en la sala el pequeño de departamento de Shizune. La mujer estaba
sentada junto a él, también tomando un té, pero totalmente
concentrada en el joven ninja junto a ella. 

-- ¿No te gustó el té, Naruto? -– pregunto la mujer. 

-- No. Está rico, gracias, Shizune-neechan... es solo que... no tengo
ganas nada... perdón –- respondió él, sin levantar la cabeza. 

La mujer observó a su cabizbajo acompañante, apretando la taza de
té entre sus manos. Se le contraía el corazón de solo verlo así.
Sentía que debía hacer algo para consolarlo, pero no sabía qué.
Finalmente dejó la taza de té sobre la mesita de centro, y con algo
de indecisión, colocó una mano sobre el hombro del rubio para
hacerle saber que ella estaba ahí, que no estaba solo en ese difícil
momento. 

Ese gestó tuvo un inmediato efecto en el joven ninja, que se
estremeció y bajó un poco mas la cabeza, apretando la quijada
mientras apuñaba con fuerza las manos sobre sus piernas. 

-- ¿Naruto? –- preguntó Shizune, observando con preocupación esta
reacción del rubio. 

La mujer se estremeció al ver como las lágrimas comenzaban a correr
libremente por la cara del rubio, cayendo sobre sus apuñadas manos.
El intentó decir algo, pero las palabras se negaban a salir de su
garganta. Shizune estuvo a punto de decirle que estaba bien, que no se
esforzara, que no tenía que decir nada si no se sentía capaz de
hacerlo, pero Naruto finalmente encontró su voz y habló
entrecortadamente por el llanto que intentaba contener. 

-- Acabo... de encontrarme con Iruka-Sensei. Me dijo que Ero-Sennin
estaba orgulloso de mí, que... siempre hablaba de mí... de lo
orgulloso que lo hacía sentir, y que era como un nieto para él...
dijo que él está observándose ahora desde donde esté... y que
si... que si... 

Un jadeó escapó de los labios del joven, que luchaba con todas su
fuerzas por contener el llanto. Shizune se acercó más a él y le
rodeó los hombros con un brazo, con el corazón dolido al ver el
sufrimiento del joven ninja, sin percatarse de que un par de lágrimas
se escapaban de sus propios ojos. En ese momento, Naruto encontró
fuerzas en alguna parte y continuó con lo que tenía que decir. 

-- Iruka-Sensei, dijo que si yo seguía deprimido, Ero-Sennin ya no
podría seguir alardeando de mi... que no debía dejar de ser la
persona qué el había reconocido como el mejor... que debía
alegrarme y ser yo mismo... –- dijo ya al borde del llanto. 

-- Naruto -– dijo Shizune, ya con los ojos anegados en lágrimas. 

-- Entiendo las palabras de Iruka-Sensei... las entiendo, pero... no
puedo evitar estar triste... duele tanto... duele tanto,
Shizune-neechan... no puedo creer que él ya no volverá... yo... 

El rubio trató de decir algo más, pero el llanto fue más fuerte y
ya no lo pudo contener. Shizune sentía que se le desgarraba el alma
al ver al siempre alegre e hiperactivo Uzumaki Naruto en un estado tan
lamentable. Quería decirle algo, darle una palabra de aliento,
decirle que no estaba solo en su dolor, que ella estaba ahí para él,
pero no fue capaz de hablar. Lo único que pudo hacer fue atraer a
Naruto hacia ella y estrecharlo en un fuerte abrazo, que él
respondió de inmediato. 

El discípulo de Jiraiya dejó salir todo su dolor en forma de llanto
sin ser capaz de contenerse más, refugiándose en los brazos de
Shizune, que lloraban tan desconsoladamente como él, sintiendo su
dolor como suyo. 

Lloraron por largo rato fuertemente abrazados, él, echando fuera todo
el dolor que sentía por la perdida de su querido maestro, que con el
tiempo se había transformado en el padre que nunca tuvo. Ella,
acompañándolo todo ese tiempo, llorando con él, reconfortándolo en
sus brazos, haciendo suyo el dolor por la perdida del viejo ninja, que
había sido tan importante en la vida del rubio. Ninguno supo cuanto
tiempo estuvieron abrazados en ese sillón, pero de pronto se
encontraron ya más calmados y con los ojos secos luego de tanto
llorar. 

Naruto abrió lentamente los ojos y se encontró con el rostro apoyado
entre los pechos de la mujer. En un primer momento se sonrojó y tuvo
el impulso de apartarse de ella, pero la mujer lo tenía fuertemente
sujeto con un brazo por sobre la espalda y con la otra mano sujetando
su cabeza. El repentino deseo de alejarse de la mujer pasó al olvido.
Es cierto que estaba en una posición un tanto comprometida, pero la
verdad es que estaba muy a gusto en los brazos de la mujer y no
quería separarse de ella por el momento. 

Shizune sintió como el joven comenzó a moverse y como hizo un
intento por liberarse, pero ella lo tenía cogido en un fuerte abrazo,
y la verdad no tenía ganas de dejarlo ir. La cabeza de él estaba
apoyada entre sus pechos, lo que en un inicio la hizo sonrojar, pero
luego no encontró nada de malo en ello. Ella deseaba reconfortar a
Naruto, ayudarlo a sobrellevar su dolor, y tenerlo ahora entre sus
brazos no le pareció fuera de lugar. Pudo sentir como él volvió a
calmarse y como estrechaba un poco más el abrazo en que tenía sujeta
por la cintura. Sonrió. Se sentía increíblemente bien estar así.
Decidió quedarse así por otro rato. 

Pasó otro largo rato en que ambos disfrutaron del mutuo y
reconfortante abrazo en el que estaban, hasta que Naruto abrió los
ojos otra vez, y levantó un poco la cabeza. Shizune sitió el
movimiento del joven y buscó su mirada, pero estaba vuelto hacia el
otro lado, por lo que solo pudo ver su rebelde cabellera amarilla,
aún así se decidió a romper el silencio. 

-- Naruto... ¿te sientes mejor? –- preguntó, interesada por
conocer su condición. 

El joven ninja intentó contestar pero no encontró su voz, así que
respondió con una afirmación de cabeza. 

-- Me alegra saber que estás mejor –- contestó la mujer ante su
afirmación. Guardó silenció otra vez y volvió a hablar un tiempo
después -– Estas muy callado – comentó. 

-- Perdón. 

-- No tienes que disculparte por eso, Naruto –- repuso ella, con una
pequeña sonrisa. 

-- Si... perdón –- dijo nuevamente el joven ninja. 

Shizune no pudo evitar ampliar su sonrisa ante la respuesta del joven
que tenía entre sus brazos. 

-- Shizune-neechan. 

-- ¿Si? 

-- Eres... tan cálida... y hueles muy bien –- dijo Naruto, un tanto
cohibido por lo que decía. 

La mujer no pudo evitar dar una risita ante la afirmación del rubio,
y ambos se liberaron de su mutuo abrazo para apartarse un poco y
observarse a los ojos. Sus rostros quedaron a escasos centímetros del
otro y sus miradas se encontraron. Quedaron inmediatamente atrapados
en los ojos del otro, sin ser capaz de apartar la vista,
contemplándose, sintiendo como sus alientos se mezclaban por lo cerca
que estaban. Un deseo inusual cruzó por la mente de Shizune, algo que
nunca se hubiera esperado, algo que estaba totalmente fuera de lugar.
Se reprendió mentalmente por pensar algo semejante en un momento como
ese, pero al contemplar esos ojos azules, su deseo ya no pareció tan
descabellado. No supo como pasó, pero de pronto se encontró
acortando la distancia con Naruto ¿o era él quien se acercaba a
ella? 

Sus bocas se encontraron a medio camino, pero no pasó de ser un leve
roce de labios. Ambos se apartaron un poco, se contemplaron a los ojos
otra vez por unos segundos, y como si fuera algo acordado, se
acercaron nuevamente, fundiéndose en un nuevo beso, un beso que fue
algo más que un simple roce. Ahora sus labios se habían juntado
buscando más. De un momento a otro estaban devolviendo mutuamente el
beso, buscando un camino a la boca del otro. La lengua de Shizune fue
la que logró primero su cometido, entrando en la boca del joven,
topándose con su lengua, trabando un fiero combate. 

Naruto, que en un primer momento se había sorprendido por donde
habían ido a parar las cosas, ahora estaba disfrutando de la más
deliciosa sensación que había experimentado. Nunca hubiera imaginado
que un beso podría ser algo tan placentero. Cómo él no tenía
experiencia en esta área no sabía muy bien qué hacer, así que se
dejó llevar, buscando dar tanto como recibía, y a juzgar por un
suave gemido de Shizune, pareciera que no lo estaba haciendo tan mal.
Finalmente la vital necesidad de respirar hizo que rompieran el beso
con un sonido húmedo, dando un suspiro al recuperar el aliento. 

Sus rostros volvieron a quedar a escasos centímetros de distancia y
sus ojos se encontraron nuevamente. Se observaron por largo rato, como
buscando una explicación a sus acciones, pero de pronto de vieron
atrapados en un nuevo beso tan intenso como el anterior. Al separarse,
esta vez tomaron un poco más de distancia, para tratar de considerar
de mejor forma lo que hacían. 

-- Shizune-neechan... yo... -– intentó decir Naruto, pero no pudo
terminar. 

-- Naruto –- fue todo lo que fue capaza de decir la mujer, sin
lograr apartar la vista del rubio. 

Ella aún no estaba segura de lo que había pasado, pero no podía
negar que había disfrutado esos besos, así como antes había
disfrutado tener a Naruto entre sus brazos. Fue entonces, al ver sus
ojos otra vez, cuando supo lo que debía hacer. Se sonrojó
visiblemente, pero sentía que por muy descabellado que pareciera, era
lo que tenía que hacer. Ella deseaba reconfortar a Naruto, ayudarlo a
sobrellevar su perdida, hacer que aunque fuera por una noche, olvidara
su dolor. 

Con su resolución tomada, Shizune le dio un suave beso en los labios
al joven ninja frente a ella, lo tomó de una mano, se puso de pie y
tiró de él, llevando a su cuarto. 

Naruto se dejó llevar, aún asimilando lo que estaba pasando, hasta
que se encontró dentro del cuarto de Shizune, junto a su cama. En ese
momento comprendió lo que estaba a punto de pasar. Se sonrojó
furiosamente, ella notó esto y se acercó hasta quedar frente a él,
rodeándolo con los brazos. 

-- ¿Por... por qué haces esto, Shizune-neechan? –- preguntó
Naruto, observando a la mujer. 

-- Porque quiero... porque eres tú –- respondió ella casi en un
susurro, observándolo fijamente a los ojos -- ¿Quieres que nos
detengamos? 

-- Bien... la verdad... no –- respondió él, mas sonrojado aún.
Shizune sonrió por su respuesta y su sonrojo, se veía muy tierno
así. 

La mujer guió al joven hasta que ambos se subieron a la cama. Naruto
quedó expectante aún sin saber como comportarse, hasta que fue
atrapado por un nuevo beso de la mujer, que se recargó sobre él
haciendo que se recostara de espaldas en la cama. Siendo esta su
primera experiencia de este tipo, Naruto no tenía nociones de lo que
debía hacer a continuación, así que decidió hacer lo mismo que
hace unos momentos atrás, dejarse llevar. 

El tiempo parecía haberse detenido para Naruto, parecía como si
hubiera sido envuelto en una burbuja en la cual no tenía contacto con
el mundo exterior. Lo único que tenía sentido en ese momento eran
los besos y las caricias que compartía con Shizune, mientras se iban
desprendiendo mutuamente de sus ropas, hasta terminar completamente
desnudos y abrazados en medio de la cama. Shizune le dio un tierno
beso en los labios y levantó la cabeza para verlos a los ojos con una
linda sonrisa. 

-- Shizune-neechan. 

-- Dime, Naruto. 

-- Ti, tienes una piel muy suave –- comentó él, furiosamente rojo.


-- Gracias –- respondió ella, ampliando su sonrisa, pero cambio a
un semblante más serio al ver como Naruto se veía repentinamente
incómodo -- ¿Pasa algo? 

-- Bueno... la verdad... 

-- ¿Si? –- preguntó la mujer, viéndolo interesada. 

-- Yo... no sé que más debo hacer ahora. Quiero decir, conozco la
teoría, pero... 

Shizune no pudo evitar una sonrisa ante las palabras del rubio, que se
veía tremendamente avergonzado, y eso la enterneció. 

-- Deja eso por mi cuenta –- respondió la mujer, atrapando a Naruto
en un fuerte abrazo, a la vez que le daba un profundo beso en los
labios, mientras se subía a horcajadas sobre él. 


--------------------------------------------------------------------------------


Naruto abrió lentamente los ojos y tuvo que volver a cerrarlos, al
sentir como la luz del día que se colaba por las cortinas lo dejaba
momentáneamente cegado. Abrió los ojos nuevamente, ahora
cubriéndose de la luz con un brazo y se sorprendió al no reconocer
el lugar. Ese no era su cuarto. ¿Dónde estaba? Hizo el amago de
levantase y un peso sobre su pecho se lo impidió. Al bajar la vista
se encontró con una desordenada cabellera oscura. Reconoció a la
mujer enseguida. Era Shizune-neechan. 

El joven ninja quedó momentáneamente en blanco, sin saber qué
hacer, hasta que comenzó a recordar lo que ocurrió el día anterior.
La llamada de la quinta a su oficina, el anuncio de la muerte de
Ero-Sennin, su encuentro con Iruka-Sensei y luego el encuentro con
Shizune-neechan, entonces abrió los ojos desorbitados. Recordó como
ella lo escuchó y como lo estrechó en sus brazos reconfortándolo,
llorando con él por su perdida. Recordó también lo que pasó a
continuación, los besos, las caricias... el sexo. Se sonrojó
furiosamente al recordar eso último, como ellos habían compartido
ese acto tan intimo, tan... placentero... más de una vez. 

Permaneció así por un momento sin mover un solo músculo, asimilando
los trascendentes eventos que habían ocurrido la noche anterior.
Luego de unos minutos seguía sin poder creerlo, pero el estar ahí
recostado en la desordenada cama de Shizune, con la mujer durmiendo
abrazada a él era una confirmación palpable de que no había sido un
sueño. Eso le recordó, además, que la muerte de su maestro tampoco
era un sueño. 

No pudo evitar entristecerse otra vez, pero notó que las cosas
parecían verse ligeramente distintas. El dolor por la muerte de su
querido maestro aún estaba ahí, y sabía que no lo abandonaría en
mucho tiempo, pero no podía evitar sentirse un poco mejor, mas...
reconfortado. Entonces recordó algo que le dijo su maestro una vez,
algo que no tuvo sentido para él en ese momento, pero ahora... miró
a la dormida Shizune con la sorpresa en los ojos. 

-- ¿Acaso...? -– se preguntó, sin poder terminar la pregunta. 

La voz de Naruto causó que la mujer saliera de su sueño, y comenzó
a desperezarse, hasta que se dio cuenta de que no estaba sola en la
cama. Levantó la cara sorprendida y observó a su acompañante. Se
sonrojó en el acto. 

-- Ho, hola... Shizune-neechan –- dijo Naruto tímidamente. 

-- Hola... Naruto –- dijo la mujer un tanto asustada, recordando de
pronto todo lo que había pasado. 

La noche anterior las cosas habían estado tan claras para ella,
estaba segura de lo que estaba haciendo, pero ahora, al ver las cosas
en retrospectiva, no estaba tan segura de que lo que hizo hubiera sido
lo mejor. Miró a Naruto con algo de temor antes de hablar. 

-- Naruto, yo... sobre lo de anoche... espero que no pienses mal de
mí. Nunca fue mi intención el tomar ventaja de la situación...
yo... 

-- Está bien, Shizune-neechan. No estoy molesto. 

-- ¿De verdad? –- preguntó la mujer, esperanzada. 

-- De verdad –- respondió él, con una sonrisa. 

Shizune sintió un repentino alivio al escuchar las palabras del
rubio, y al ver sus ojos que reflejaban una gran tranquilidad, pero
ella no estaba del todo tranquila aún. Se acomodó para poder trepar
un poco por la cama y ponerse a la misma altura que Naruto para
mirarlo a los ojos. Este también se acomodó, de modo que ambos
quedaron recostados de lado en la cama, mirándose fijamente. 

-- Anoche... en verdad me sentía muy mal –- dijo Naruto luego de
unos segundos -– Necesitaba un hombro donde llorar... alguien que
estuviera conmigo en ese momento... gracias. 

-- No tienes que dar las gracias por eso, Naruto. 

-- Siento que debo... anoche... estaba sufriendo mucho... la... muerte
de Ero-Sennin, me tomó por sorpresa. Me afectó mucho -– dijo
Naruto, mientras Shizune, acariciaba su rostro con una mano,
comprensiva –- Entonces pasó... lo que pasó... el dolor no
desapareció, pero no pude dejar de sentirme bien, sentirme seguro,
reconfortado. Me hizo bien sentir eso en ese momento. 

-- Eso esta bien –- dijo la mujer, con una dulce sonrisa en los
labios -- Aunque sea solo por un momento, es bueno sentirse así
alguna vez. 

Se produjo un prolongado silencio, mientras ambos permanecían
tendidos en la cama, observándose con una pequeña sonrisa. 

-- Sabes... Ero-Sennin tenía razón –- comentó el rubio. 

-- ¿Sobre qué? 

-- Una vez me dijo: “No hay nada mejor que los brazos de una hermosa
mujer, para reconfortarte en un momento de dolor”. No le presté
atención en ese momento, pero ahora sé cuanta verdad había en sus
palabras –- dijo Naruto, con una rebelde lágrima escapando de uno
de sus ojos. 

Shizune fue inmediatamente tocada por las palabras del joven. Ella
nunca buscó nada más que reconfortarlo, ayudarlo a sobrellevar su
dolor, acompañarlo en un momento tan difícil. ¿Qué pensaría
Jiraiya-Sama si supiera esto? De seguro se sentiría orgulloso de su
discípulo, y le pediría los detalles. Ese era el Jiraiya-Sama que
todos recordaban, el que todos tanto querían. 

Los ojos de Shizune se humedecieron al igual que los de Naruto, se
acercó al joven ninja, le dio beso en la frente y lo estrechó en un
fuerte abrazo, descansando la cabeza del rubio en el hueco de su
cuello. El le devolvió el abrazo. 

-- Shizune-neechan –- llamó el rubio. 

-- Dime, Naruto. 

-- Gracias. 

Shizune sonrió en respuesta, y estrechó su abrazo sobre Naruto,
feliz de poder brindarle algo de consuelo en un momento tan difícil.
Por su parte, Naruto cerró los ojos y esbozó una sonrisa,
entregándose a la sensación de sentirse entre los brazos de esa
hermosa mujer y amiga, que lo había reconfortado en uno de los
momentos más difíciles de su vida. 

“No hay nada mejor que los brazos de una hermosa mujer, para
reconfortarte 

en un momento de dolor” 

FIN
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Verdes trolleando a Rojos. -
puntos 5 | votos: 5
Joder a los demás - tiene sus consecuencias
puntos 4 | votos: 4
Estúpido y sensual Uboa... -

puntos 3 | votos: 5
Y es por eso - que Madotsuki tiene los ojos cerrados
puntos 6 | votos: 6
Bien... - Creo que esto fue mucho internet por hoy...
puntos 5 | votos: 5
Típico - Tu hijo se va a salvar el mundo, y a los cinco segundos lo ves
maltratando a un pobre perro perdido
puntos 1 | votos: 1
Uboa - Parece que le gustan los gatos
puntos 37 | votos: 37
Desmotivaciones.es - me ha enseñado que los mejores filósofos 
no siempre han sido antiguos sabios

puntos 5 | votos: 5
Relaciones entre robots - Bueno, no son humanos, así que no sé si sea un pervertido por esto...
puntos 3 | votos: 3
Japón - Una isla en donde las hermanas menores les resultan más atractivas a
los hombres que las amigas de su infancia.
Ahora ya conocen los resultados de haber sido un país aislado del
mundo durante décadas
puntos 6 | votos: 6
Y esta, - es mi alcancía
puntos 8 | votos: 10
Yo buscando algún cartel - de earthbound con la esperanza de
que alguien aqui conociese este juego...
puntos 12 | votos: 12
Nos están Observando -

puntos 13 | votos: 15
Mi amor - ¿eso quiere decir que si estas enojado conmigo?
puntos 51 | votos: 65
¡Sí, mamá! Ya he acabado de fregar. -
puntos 82 | votos: 84
La soledad es la única cosa que - encuentras cuando no la buscas.
puntos 71 | votos: 73
Durante los tiempos difíciles es - cuando el hombre llega a entender cuáles son sus límites.
puntos 18 | votos: 18
La Inocencia - es la forma más hermosa de belleza.

puntos 9 | votos: 11
Nunca tengas miedo - de ser diferente a todos los demás
puntos 6 | votos: 8
Cuesta mucho Creer - ←que alguien como él
sea autor de un personaje como ella→
puntos 0 | votos: 2
11/20 -
puntos 8 | votos: 8
Y este es un político - Dando un discurso a la multitud
puntos 4 | votos: 4
Megaman 6 - Del modo más badass posible

puntos 5 | votos: 5
Estás en el bosque - Y de repente se te aparece una cosa negra, grande y chorreante.
...
( ͡° ͜ʖ ͡°)
puntos 4 | votos: 6
Hablar bajo el agua - es menos comprensible incluso que las mujeres
puntos 4 | votos: 6
Megaman is back - Deal with it
puntos 5 | votos: 7
Mi respuesta - a cada vez que me llaman pervertido
puntos 19 | votos: 19
Nada es mas autodestructivo - Que pensar
que hubiera pasado si...

puntos 14 | votos: 14
Las personas no cambian... - Solo muestran quienes son en realidad
puntos 13 | votos: 13
Llorar es la forma... - En la que tus ojos explican
Lo que tu boca no puede
puntos 15 | votos: 15
Esto pasa por aquellas empresas - que ni siquiera saben de lo que venden.
puntos 13 | votos: 13
A veces queremos hacer cosas - de las cuales no estamos hechos.
puntos 23 | votos: 23
Y así surgió este título -

puntos 10 | votos: 10
El fin de la aldea pitufo - T _ T La noche en la que los pitufos lloraron T _ T
puntos 2 | votos: 6
¿Imposible de lograr? - Solo se volverá imposible de lograr cuando te des por vencido
(X< ¡¡¡YEAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! >XD
puntos 6 | votos: 6
La verdad, prefiero NaruHina - pero admito que esta pareja también hubiera estado genial
puntos 11 | votos: 11
No Tivo_Nega - El tecleado de la computadora, laptop o celular no es un instrumento
musical
puntos 17 | votos: 17
Te sorprenderías - si te dijera lo mucho que esperé de ti.





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