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12.07.2012

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GeekVeterano Nivel 3

puntos 5 | votos: 5
Despertaba gritando, - envuelta en sudor... aterrorizada por la perspectiva de una vida vacía
puntos 10 | votos: 10
Cuenta la leyenda - que en el corazón de Oniria hay un manantial sobre el que pesa una maldición: los recuerdos de quien beba de sus aguas se esfumarán La criatura sintió en infinidad de ocasiones la tentación de probarlas, pero nunca lo hizo. Le parecía injusto haber pasado por todo aquello para nada
puntos 8 | votos: 8
Los espejos le mostraban - a una desconocida. Pero la decadencia no podía ser la respuesta, no podía serlo...
puntos 5 | votos: 5
Las fuertes cadenas de su mente - eran las que la ataban a la desdicha
puntos 7 | votos: 7
Vagó errabunda sin compañía - por largo tiempo, mientras iba recuperándose poco a poco

puntos 6 | votos: 6
Y como nada dura para siempre, - un buen día logró romper su burbuja, que era refugio y prisión a la vez
puntos 7 | votos: 9
El ocaso de una época - significaba el amanecer de otra
puntos 4 | votos: 6
Como no dejó de caminar, - llegó a nuevas tierras que olían a aire fresco
puntos 9 | votos: 9
No muy lejos de allí - una poderosa criatura despertaba de su sueño
puntos 9 | votos: 9
Quiso el azar - que ambas criaturas se encontraran. Ninguna de las dos creyó que fueran a ser relevantes para la otra

puntos 6 | votos: 6
Pero las equivocaciones - no son siempre malas, y aquel encuentro marcaría el fin de la soledad de la pequeña criatura, demasiado acostumbrada a ir por su cuenta
puntos 5 | votos: 5
Cansada de lidiar - con hordas de abominables bestias, se le hacía extraño no tener que luchar contra el dragón; pese a la aparente frialdad de este, su compañía le resultaba increíblemente agradable
puntos 3 | votos: 3
Acostumbrada a la frivolidad, - no concebía que el dragón pudiera tratarla de forma distinta
puntos 4 | votos: 4
Y se equivocaba de nuevo: - el dragón creó poco a poco, sin que ella se diera cuenta, un lugar donde él y la pequeña criatura estaban a salvo. Un paraíso
puntos 5 | votos: 5
Nadie sabía lo que le costaba - aceptar caricias ajenas. Había aprendido que nunca eran sinceras, que a la larga le ocasionaban dolor

puntos 11 | votos: 11
Pero estaba dispuesta - a rechazar lo que creía conocer, a darle otra oportunidad a la vida y ver si, de una vez por todas, lograba descansar
puntos 3 | votos: 3
Y notó cómo empezaba - a echarle de menos en sus ausencia
puntos 5 | votos: 5
El dragón conquistó - tierras nunca antes holladas
puntos 5 | votos: 5
El heraldo que anunciaba - los días dorados volvió a acudir a la pequeña criatura
puntos 4 | votos: 4
Y así, llegó el momento - en que ella le ofreció todo lo que tenía

puntos 6 | votos: 6
Era triste comprobar - la de gente que la había rodeado sin amarla
puntos 4 | votos: 4
La lejanía inicial del dragón - la había torturado lo indecible: Yo soy la sangre del viento. Y no te puedo acariciar. Aunque sea brisa, no te puedo acariciar
puntos 5 | votos: 5
¿Cómo hubiera podido imaginar - que acabaría siendo el guardián que la protegería de sus propios monstruos?
puntos 6 | votos: 6
Qué raro se le hacía - sentir aquella calidez...
puntos 8 | votos: 8
Tenía mérito - ver lo bello de la vida y compartirlo con el otro en una tierra por aquel entonces baldía. Un lugar en el que era jodidamente difícil sobrevivir

puntos 9 | votos: 9
La criatura nunca antes - había sido dueña de nada, pero ahora disponía de todo un reino para ella sola
puntos 9 | votos: 9
Por primera vez - daba rienda suelta a lo que realmente deseaba hacer
puntos 5 | votos: 5
Pero había ocasiones - en que se le hacía un mundo alcanzar la felicidad plena
puntos 4 | votos: 4
Desheredada... - solía huir a su refugio hasta que comprendió que había quien la ayudaría a aligerar su carga
puntos 7 | votos: 7
La criatura dorada - era quien la animaba en las noches lúgubres

puntos 8 | votos: 8
Viajaban cada uno por su lado, - y de vez en cuando se encontraban. Dolía, pero la pequeña criatura nunca hubiera cortado las alas al dragón
puntos 9 | votos: 9
El tiempo que pasaban juntos - se volvía precioso
puntos 3 | votos: 3
Odiaba herirle -
puntos 5 | votos: 5
Se resguardaba en los recuerdos - que le daban fuerza cuando estaba sola, pero no siempre salía indemne de las batallas contra otros seres... Le resultaba difícil acceder como en los primeros tiempos a aquel paraíso creado por los dos
puntos 8 | votos: 8
Tenía miedo de que un día - él volara para no regresar. Pero le daba más miedo aún ser ella la que no volviera

puntos 5 | votos: 7
Recordaba cuando, hacía tiempo, - hubiera vendido su alma por ser libre de las ardientes ataduras. Y ahora que las cadenas eran de brisa, las cuestionaba por no saber si hacía lo correcto
puntos 8 | votos: 8
Lo que era seguro - es que la criatura jamás hubiera condenado a nadie a caminar con ella
puntos 7 | votos: 7
Y si alguien quería acompañarla, - sería yendo a la par
puntos 7 | votos: 7
Ciegos de nebulosas, - borrachos de amaneceres, surcaban el infinito. Juntos eran poderosos, y en su arrojo, pensaron que nada podía detener el frenesí de aquel viaje
puntos 7 | votos: 7
Se encontraron con muchos seres - a su paso, pero ninguno de ellos les marcó de forma relevante. El dragón lamentaba los momentos pasados lejos de la criatura; le parecía que estaban cada vez más distantes

puntos 9 | votos: 13
Agotados de sus andaduras, - descansaron en un pequeño lago encontrado por casualidad. Mientras la criatura se refrescaba en aquellas aguas, el dragón, extasiado, la contemplaba a lo lejos
puntos 11 | votos: 11
Sentía la mirada del dragón - clavada en su espalda, y un escalofrío de placer la recorrió. Se preguntó cómo podía haber tenido tanta suerte.
puntos 7 | votos: 7
Sin embargo, se ahogaba - por el desasosiego que le producía la sospecha de que tal vez el dragón no sentía el mismo apego hacia ella que la criatura hacia él. Aquello le producía un miedo terrible a ser abandonada de nuevo
puntos 11 | votos: 11
Mientras ella sufría en silencio, - encerrada en sí misma, a lo lejos retumbaban tambores de guerra
puntos 6 | votos: 6
Miles de guerreros - se preparaban para la batalla. Llegaban del Norte y el Sur, desde todos los lugares de Oniria, incluso los más recónditos Pero la criatura aún lo ignoraba

puntos 5 | votos: 5
Ajenos a lo que ocurría - no muy lejos de allí, se percibían mutuamente distantes, pese a que, por lo general, las dudas se disolvían nada más mirarse a los ojos
puntos 8 | votos: 8
Para comprender el porqué - del enfrentamiento es necesario conocer la existencia del centro de aquel mundo. En el corazón de las tierras oníricas se hallaba una fortaleza, de la cual se decía que era tan alta que rozaba el cielo. Allí no vivía nadie: el Palacio Dorado, nombre por el que se conocía, era tan vetusto como la misma Oniria, y canalizaba todas las energías que fluían. Se rumoreaba que quien lo ocupase tendría un poder absoluto sobre las demás criaturas, pero hasta entonces todos los seres habían respetado la integridad del Palacio. Sin embargo, movidos por la suspicacia y la envidia, innumerables poblados se ponían en marcha con el fin de conquistar el poder y evitar así la supremacía de otros que no fueran ellos
puntos 6 | votos: 6
No era la primera vez - que el Palacio Dorado se había visto asediado por seres desconocedores de las terribles consecuencias que tendría el sometimiento del eje de Oniria, seres cegados por la crueldad. Sin embargo, los aires de guerra jamás habían sido tan violentos La tierra entera lloraba
puntos 6 | votos: 6
Ante el cercano fragor - de la guerra, la criatura se sintió atemorizada y frágil, incapaz de tomar ninguna decisión. Su instinto le decía que se resguardara en cualquier rincón hasta que acabara todo, pero su dignidad le impedía hacerlo. Odiaba la posibilidad de que se separase del dragón, pues yacer junto a él conseguía que se sintiera segura
puntos 6 | votos: 8
Aun así, tuvieron la sensación - de que algo no iba bien en su mundo, y esta se tradujo en un violento escalofrío que recorrió sus espaldas


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