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18.03.2011

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  - El remedio para liberarse de una tentación: sucumbir a ella. Si
resistes, tu alma enfermará de deseo.
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mensaje -
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Me ayudas, - a llegar a la principal  ?
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Dame una R... -                         Dame una U...                                 
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          las rubias no somos tontas
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Ahora que lo haz visto - Quieres una.

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Propongo que - comentéis con el nombre de algún grupo de música que os guste y que
sea poco conocido, así podremos ver que es lo que nos estamos
perdiendo.
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Si no arriesgas - no puedes ganar
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¿Sabías que.. - el 80% de las bacterias de la boca no se acumulan entre los dientes,
sino en la lengua, en las mejillas y en la encía?
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Debate - ¿Que es peor, Justin Bieber o Sálvame?
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No necesito un mundo lleno de... - hombres,
cuando uno solo ya es mi MUNDO.

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foto de los grandes inventores - de la epoca de einsten


no ves nada raro
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Votas positivo - y seré todo tuyo-
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EL HOMBRE DE NEGRO - Cuando el hombre de negro lanza un bomeran no se atreve a volver
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Cuando - la corrupción invada mi corazón, el virus de esta sociedad me
doblegue y me enferme, cuando deje de ser yo, para ser uno mas,  me
sentare al borde de un abismo, dejare que mis lagrimas vuelen libres
durante unos instantes, imaginare su sonrisa mientras se precipitan
hacia la oscuridad, sentiré envidia de ellas, yo no las seguiré.
Volveré sobre mis pasos, sin nombre ni palabra que me identifique,
sin desgarrado estandarte que alzar majestuoso ante vuestros
pastores, sin espada … en definitiva, volveré sin honor, sin
valores ni sentimientos, y seré uno mas, seré otro cordero
esperando su turno para ser degollado, sin rechistar, sin rebeldías
ni alzamientos … mi batalla, llegara a su fin, y por fin, dejare de
ver en vuestras miradas ese conformismo que ahora tanto me desespera
… pero para entonces, el ahora, solo será un sueño.
puntos 16 | votos: 16
Si hoy... - Te ha ido algo mal, no te has encontrado bien, has tenido algún
problema,¡ yo te doy animos!, para que pienses que mañana será
otro día y que todo irá mejor.

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Desmotiva - Que los animales sean capaces de hacerlo, y no nosotros.
puntos 11 | votos: 11
Extraña compenetración - con desconocidos que acaban siendo amigos.
puntos 25 | votos: 25
-Una vez un sabio -  les pregunto a unos muchachos que por que la gente gritaba cuando
discutian -los chicos dubitativos les respondieron que era por los
nervios y porque cuando uno discute está muy alterado y no se da
cuenta. El sabio, no estaba satisfecho con esa respuesta y les dijo a
los muchachos que por que dos enamorados se susurraban. Las personas
que discuten, es porque sus corazones se alejan y tienen que hablar
mas alto para oirse y los de los enamorados estan juntos, y no hay
distancia entre ellos por eso no necesitan hablar alto solo basta con
un susurro..
puntos 1803 | votos: 1833
Si dejas que tus complejos - te hagan esconderte del mundo, éste no podrá ver lo increíble que eres.
puntos 4 | votos: 4
¿Cuál es el mejor cartel de - Desmotivaciones.es de todos los tiempos? (pueden responderme según sus gustos)

puntos 2 | votos: 2
Si pudiese chillar a lo alto..... - ..........todo lo que siento por ti.........
puntos 0 | votos: 4
Una simple manzana - tu que pensabas  que es ?
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 Final Fantasy VII prologo - Cloud suspiraba. Estaba solo, al final del vagón, apoyado contra la
pared entre caja y
caja. No tenía ningún plan para esa noche, pero estaba seguro de
que funcionaría.
Conocía las instalaciones y algunos de los secretos y puntos
débiles de la seguridad. Sin
duda el factor sorpresa era el mejor aliado que tenían: Shin Ra
nunca esperaría un ataque
a uno de sus reactores.
Aun así, Cloud sabía que no sería tarea fácil. Shin Ra protege
sus instalaciones a
consciencia, y las máquinas de que disponen no son un factor a
obviar. Pero Cloud
también sabía que estos días ningún miembro de SOLDADO se
encontraría en los
reactores. Si hubiera cabido la posibilidad de encontrarse con alguno
de ellos, la misión
habría sido abortada. Sin duda.
Barret le miraba de reojo. Era notable que no le soportaba, pero
contar con un exmiembro
de Shin Ra entre los miembros de Avalancha no tenía precio. Menos
aun si
había formado parte del cuerpo SOLDADO.
No entendía qué razones podían haberle llevado a unirse a un grupo
rebelde como
Avalancha, y menos aun cómo podía seguir vivo después de haberles
abandonado.
Cloud volvió a suspirar. Se sentía ridículo rodeado de esa panda
que no paraba de hacer
planes estúpidos sin saber a qué se enfrentaban. Se preguntaba
cuántos de ellos
volverían con vida de aquella misión. En realidad no le importaba,
sólo le importaban los
1500 guiles que cobraría por aquel trabajo. Se lo preguntaba por
pura curiosidad.
El tren frenó al fin. Barret hizo señales en silencio a Biggs,
Wedge y a Jessie para que se
prepararan para salir en cuanto él derribara la puerta. Cuando se
giró para indicarle a
Cloud qué hacer éste ya no estaba. Había desaparecido simplemente.
“maldita sea, ¿dónde se ha metido?”
Barret derribó la puerta y todos salieron tras él. Parecía no
haber nadie en el andén. En
ese momento vieron que una silueta se alzaba en lo alto del tren. Era
Cloud. Estaba
mirando a lo lejos, como evaluando la situación. Dio un salto y, con
una magnífica pirueta
digna de un acróbata del mejor circo de toda Midgar, bajó al andén
quedando
semiarrodillado mirando al suelo.
Se incorporó lentamente con un movimiento elegante y se quedó
mirando con la cabeza
ladeada al resto de miembros de Avalancha.
Barret gruñía. No podía soportar esa pose chulesca que siempre
adoptaba y menos aun
esa mirada de superioridad que lucía todo el tiempo. Conteniendo su
rabia todo lo que
pudo le dijo:
- Vamos novato, sígueme.
Se reunieron todos en la primera bifurcación que encontraron. Barret
no paraba de dar
órdenes. Cloud no prestaba atención. Barret se alejó un poco a ver
si alquien les podía
ver.
-Yo me avanzaré, nos veremos todos en la puerta norte. – dijo
Cloud.
-¡De ninguna manera! Necesitamos tu ayuda para llegar a esa puerta.
¿Y si nos ataca
algún miembro de soldado? – exclamó nervioso Wedge.
-No lo harán, no están aquí.
-¿Y si viene uno de esos mecánicos? – dijo Biggs incorporándose
a la conversación.
-¿Crees que malgastan el uso de esas máquinas para ahuyentar a la
gente que viene a
merodear cerca de los reactores?
-¿Qué coño está pasando aquí? Se os oye a kilómetros – Barret
venía malhumorado, para variar.
Cloud miró a Barret con detenimiento. Era un hombre
extraordinariamente alto y
extraordinariamente ancho. Llevaba una barba estilizada y un corte de
pelo que parecía
un pequeño gorro. Sus cejas negras siempre fruncidas intentaban
simular un estado
constante de rabia, pero la mirada escrutadora de Cloud vio en sus
pequeños ojos que
ese hombre no era en realidad tan malo como quería hacer ver. Quizá
era una forma de
hacerse respetar como líder.
Una faja de metal, a juego con una enorme muñequera, rodeaba su
abdomen. Vestía un
chaleco sucio y gastado; y unas botas enormes, a juego con el resto
de la indumentaria.
La mano derecha de Barret era un injerto: una bioametralladora. Por
eso, y por algunas
otras marcas, se veía que llevaba mucho tiempo luchando contra Shin
Ra. Aunque Cloud
lo veía como un personaje insignificante, no le cabía duda que el
valor no era una de sus
carencias.
-Oye, tú, novato – se dirigía a Cloud. En realidad sabía que de
novato no tenía ni un pelo,
pero le llamaba así para remarcar quién era el líder. Quizá
Barret tenía miedo de que el
resto de miembros le perdieran el respeto si veían que el nuevo
miembro era más fuerte
que él. – ¿Dónde está el mapa de este sitio que decías tener?
Cloud levantó el antebrazo lentamente y puso el dedo índice sobre
su sién.
-Está aquí.
-¡Maldita sea! Espero que realmente te conozcas esto mejor que tu
propia mano, porque
si no te pagaré la mitad de lo prometido.
-… – Cloud se peinó los pelos del flequillo – está bien, no
os separéis de mí
Demostrando un gran conocimiento de los atajos y los escondites del
lugar, Cloud les
guió. Sabía incluso cuál era la ruta que hacían los vigilantes,
de modo que pudieron
sortearlos sin problemas sin formar ningún escándalo antes de hora.
Llegaron delante de la puerta. Jesse parecía ser una cerebrito de la
electrónica. Mientras
ella intentaba descifrar el código de entrada Barret apartó a Cloud
para mantener una
conversación.
-Ya podrías saber los códigos de las puertas, ex-SOLDADO.
-Yo no trabajaba en los reactores. Además hay 8 reactores que rodean
Midgar y en cada
uno se cambian los códigos de acceso de forma aleatoria 3 veces por
semana.
-mmmm… ya veo – Barret se daba cuenta a medida que avanzaba la
misión de cómo
subestimaba la seguridad de Shin Ra – es la primera vez que
atacamos una instalación
de Shin Ra tan importante como esta.
-Se os nota. No te ofendas.
Barret se encendió por dentro. Cloud estaba despreciando
indirectamente todas las
acciones llevabas por Avalancha durante esos años.
-¿No te importa nada, verdad? – le preguntó Barret.
-Define nada.
-El objetivo de Avalancha. No te importa saber que cada día que pasa
el planeta muere
un poco más por culpa de estos reactores que le chupan la sangre. No
te importa saber
que la energía vital de este planeta se agota.
-¿Te refieres al Makko?
-Grrrrr – Barret apretó la mano con rabia mientras tenía la
mirada perdida – Makko,
makko… no le llames así, hablas como un jodido Shin Ra. Están
haciendo negocio con la
vida de este planeta, si siguen así esto…
-No me importa. – le interrumpió Cloud – Lo único que me
importa es acabar este trabajo
y cobrar mis 1500 guiles.
Cloud se giró y vio que Jesse lo había logrado. Quizá fuera la
única persona competente
de aquella panda.
- Vamos, ya está abierto, no conviene perder tiempo.
Entraron en el reactor sin problemas. Los pasillos estaban
completamente vacíos.
-Esto tiene mala pinta, ¿es normal que no haya nadie?
Cloud miró a Barret y le indicó que bajara esa voz. Sabía que este
mes le tocaba a ese
reactor y al del otro lado de Midgar descansar de actividad. Cuando
esto pasa el personal
que hay dentro del reactor es mínimo: guardias de seguridad (los
cuales, según Cloud, no
suponían ningún problema), algunos técnicos de mantenimiento para
controlar que no
hubiera anomalías y algunas máquinas.
El término máquinas era quizá demasiado general. Cloud prefería
dividirlas en robots
centinelas y máquinas de asalto. Las que realmente le preocupaban
eran las segundas.
Esperaba no encontrar ninguna allí.
-Un momento – ordenó Cloud – Por si no lo sabéis, se trata de
llegar al nivel más bajo. Si
seguimos adelante nos descubrirán. Venid.
Cloud investigó la pared lisa que tenían delante. Tras palparla
durante un rato hundió dos
dedos sobre la superficie. Una compuerta se abrió.
-¡Es increíble! ¿Cómo lo sabías? Parecía no haber nada ahí…
– Biggs estaba
emocionado con el nuevo fichaje de Avalancha.
-Os dije que sería útil un ex-Shin Ra – dijo Barret queriéndose
apuntar ese tanto como
suyo por haber contratado a Cloud. Pero para Biggs parecía haber un
nuevo líder en el
grupo. Cuando viera lo que Cloud era capaz de hacer esa opinión se
consolidaría.
-Estos pasadizos son usados sólo para comprobar algunos aspectos
técnicos del reactor.
Si todo funciona correctamente no debería entrar nadie. Según mis
predicciones
podríamos llegar al sistema de ventilación de la penúltima planta
a través de estos
pasillos. Una vez allí tendríamos acceso al almacén; una sala
enorme llena de cajas,
barriles, tubos, etc. Obviamente no es lo único que hay allí:
seguramente nos esperen
algunos robots centinela. Cuando hayamos atravesado el almacén
estaremos cerca.
Volveremos a hacer planes entonces, ¿alguna pregunta?
Todos negaron con la cabeza con cara de solemnidad. El plan de Cloud
parecía tan
perfecto y ellos tenían tan poca idea de como era la estructura de
aquel edificio que le
siguieron sin decir nada.
Los pasadizos eran estrechos y sin iluminación. De vez en cuando
debían escurrirse por
algún tubo o conducto pequeño.
Barret ya estaba harto de esa situación claustrofóbica. Parecía no
acabar nunca aquel
descenso tortuoso por conductos y pasillos oscuros.
Llegaron a un descansillo de donde partía un tubo en diagonal
bastante largo y bastante
estrecho.
-Yo no puedo meterme por ahí – dijo Wedge, que tenía unos quilos
de más. Llevaba un
pañuelo en la cabeza y un par de granadas al cinto. Parecía ser el
más joven y el más
inexperto. Para Cloud, esta misión le venía demasiado grande. En
realidad le parecía que
le venía grande a todos ellos – además, creo que Barret tampoco
pasará por ahí.
-¡Yo no pienso quedarme aquí! Para algo soy el líder de Avalancha.
Dicho esto se metió en el tubo de frente, con los brazos encogidos
hasta el extremo, y con
cara de sufrimiento avanzó. El final del tubo parecía no llegar
nunca. Se estaba asfixiando
y le dolían mucho los músculos de la espalda. Cada centímetro que
avanzaba derramaba
una gota más de sudor.
Al fin llegó al final y, cual animal que acaba de nacer, salió del
agujero y cayó al suelo.
-Quédate aquí, Wedge, de todas formas iba a pediros a alguno de
vosotros que hiciera
guardia aquí por si hay algún problema.
Dicho esto, Cloud se deslizó por el tubo como si de un tobogán se
tratase. Biggs y Jesse
le siguieron.
-Desde luego no te rindes ante nada. ¿eh? – le dijo Cloud en tono
burlesco.
-¡Jaaa! Qué poco me conoces si crees que me echo atrás a la
primera de cambio.
Avanzaron por el sistema de ventilación como Cloud había dicho
antes. Cuando llegaron
al nivel del almacén Cloud se asomó por una rendija y vio que
había dos guardias
despreocupados apoyados contra una caja hablando de sus cosas. Más
allá alcanzó a ver
a tres robots centinela en estado de hibernación. Ya tenía claro
qué hacer, Cloud era
rápido trazando planes.
Sacó la reja sin hacer ruido. Por suerte, había muchas cajas
amontonadas en esa parte
del almacén, lo que facilitó el descenso a Cloud hasta conseguir
colocarse tras los
guardias.
- Es increíble – dijo Biggs en voz baja, pero entusiasmado – ha
llegado hasta ahí abajo y
ni siquiera han notado que estaba ahí.
Cloud empezó a desenfundar su espada. Era una espada enorme: larga
como una lanza
y ancha como sus dos manos abiertas. A parte de sus enorme
dimensiones, Barret había
observado que tenía un compartimento para Materia.
No todo el mundo sabe usar Materia; y, aunque haya niveles de dominio
de ésta, el
simple hecho de saber hacerla servir convertía a Cloud en un héroe
para Biggs.
Cuando la hubo desenfundado la cogió con una mano y flexionó el
brazo hacia atrás,
apoyando el pliegue de éste sobre su barbilla. Arrodillado como
estaba, parecía un pájaro
a punto de alzar el vuelo.
En un movimiento rápido y preciso decapitó a uno de los guardias,
dejando su brazo
completamente estirado.
Antes de que el compañero pudiera decir nada, Cloud había dado una
vuelta sobre sí
mismo, había cogido la espada del revés con ambas manos y le había
atravesado el
pecho.
Las máquinas empezaron a despertar, emitiendo un pitido. Cloud
podía oír el ruido del
sistema de refrigeración interior de esos robots que tanto odiaba.
Los robots eran en realidad pequeños, de un metro de altura, y
tenían una ametralladora.
En realidad parecían metralletas con patas.
Cloud no se inmutó, sabía que aquello iba a pasar. Avanzó
corriendo hacia la primera que
despertó con la espada por delante, a modo de escudo contra las
balas. Llegó al lado del
robot y en un rápido movimiento le golpeó con la pierna en una de
sus tres patas
haciéndole perder ligeramente el equilibrio. Al robot no le dio
tiempo a decidir cuál era la
mejor solución: ya estaba partido en dos por el espadón de Cloud.
El siguiente robot acabó de activarse y empezó a disparar de
inmediato. Cloud echó a
correr como ni Biggs, ni Jesse, ni Barret habían visto jamás correr
a un humano. Rodeó al
robot y saltó hacia una pila de cajas. Se apoyó con las piernas
flexionadas y al estirarlas
brincó de forma acrobática describiendo un arco sobre el robot.
Cuando pasó justo por
encima le abrió el arma en canal, inutilizándola. Al caer al suelo
le asestó el golpe de
gracia.
Oyó tiros que no eran de metralletas Shin Ra. Era Barret que había
destruido al último de
ellos acribillándolo desde ahí arriba.
Cloud echó un vistazo y se dio cuenta de lo precisos que habían
sido esos tiros para lo
lejos que se encontraba. Aunque despreciaba las armas de fuego
reconoció el mérito de
Barret. Pero no se lo dijo. Cloud nunca opinaba, al menos en voz
alta.
Los tres bajaron para reunirse con el nuevo.
- ¡Ha sido impresionante! Nunca había visto a nadie luchar así,
¿Eso es lo que os
enseñan en SOLDADO ? – Biggs ya tenía claro a quién quería a
parecerse en el futuro.
- No hay tiempo – a Cloud le incomodaban los halagos. Él nunca
había halagado a nadie.
En cierto modo los halagos eran una forma de expresar su opinión.
Pero eso no quiere
decir que Cloud no admire a nadie. Si admiraba a alguien ese era, sin
duda, Sephiroth.
Sephiroth era el mejor. – Biggs, quiero que te quedes aquí
vigilando el almacén. A lo
mejor este alboroto ha alarmado a alguien, aunque lo dudo. Mantén la
guardia.
- ¡Sí, señor! – respondió Biggs echándose la mano a la frente
y asintiendo, orgulloso de
que Cloud le confiara una tarea como aquella.
Biggs era alto y delgado. Llevaba una indumentaria más propia de
marchar a la guerra
que a una misión como aquella. No se separaba nunca de su cinta
roja, que solía llevar
en la frente, ni de su arma.
Al final hay un ascensor que conduce a núcleo. Por norma general
nadie baja ahí abajo,
entre otras cosas, porque no aguantan una exposición al makko
demasiado prolongada. –
explicó Cloud.
Se subieron en el ascensor y permanecieron en silencio.
Cloud empezó a pensar en las cosas que le habían sucedido desde que
llegó a Midgar.
En realidad ya no le ataba nada a esa ciudad, pero tampoco tenía
adonde ir. Llegó
queriendo convertirse en miembro de SOLDADO, y ya lo había
conseguido. No sólo eso,
ya había tenido tiempo de abandonarles. Quizá si Sephiroth no se
hubiera ido, Cloud
seguiría haciendo cumplir la ley. La ley de Shin Ra, claro. Ahora
curiosamente se
encontraba en el bando contrario, atacando uno de los reactores. En
realidad lo único que
buscaba era dinero rápido para poder sobrevivir. Convertirse en un
mercenario, dadas sus
cualidades y su entrenamiento, parecía una buena opción.
Barret y Jesse empezaron a sentirse algo mareados. La cabeza les daba
vueltas y
parecía que sus piernas y sus brazos pesaban como el plomo. Se
acercaban al corazón
del reactor y el makko era abundante allí.
- No… no me encuentro muy bien – dijo Jesse con una mano en la
cabeza.
- Son los efectos del makko – explicó Cloud – cuando salgamos de
aquí desaparecerán.
No miréis al makko directamente, no os lo recomiendo.
Llegaron abajo. Cloud le ordenó a Jesse que se quedara al lado del
ascensor para vigilar
que éste siguiera allí cuando todo aquello fuese a explotar.
Sólo quedaban Cloud y Barret que avanzaban por una pasarela con
barandillas de hierro
a los lados. Abajo sólo había makko.
El makko tenía el aspecto de una nube azul y blanca fluorescente. No
tenía cuerpo ni
forma, podía pasarse la mano por una fuente de makko y no sentir
nada, lo cual no era
muy recomendable, no obstante.
Avanzaban por la pasarela cuando Cloud se detuvo un momento. Se
apoyó en la
barandilla y miró fijamente esas paredes metálicas. La temperatura
empezó a subir. La
iluminación de aquel lugar cambiaba, se hacía rojiza para
contribuir a esa sensación de
calor sofocante que empezaba a invadirle. Miró la barandilla que
sostenía entre sus
manos que se enrobinaba a un ritmo anormalmente acelerado. La
maquinaria moderna
era sustituída por engranajes rudimentarios y las baldosas del suelo
se convertían en un
tubo metálico enmohecido. Entonces le habló una voz
familiar:“cuidado… es algo más que un reactor”
Cloud notó una mano en el hombro.
- …dita sea! Respóndeme muchacho, ¿te encuentras bien?
Miró a su alrededor. Todo había vuelto a la normalidad. La
temperatura era fresca y todo
estaba nuevo, limpio y cuidado.
- Sí, sigamos.
- Diablos, me has asustado, parecías ido.
Llegaron al final de la pasarela. Estaban frente al concentrador
principal.
- Venga, fija tú la bomba – le ordenó Barret a Cloud.
- ¿Yo? ¿No deberías hacerlo tú? – replicó Cloud extrañado.
- ¡Calla y hazlo! No tenemos mucho tiempo.
Cloud asintió y fijó la bomba. En diez minutos aquel lugar volaría
por los aires.
Se disparó una alarma general. El sistema de detección de
explosivos de Shin Ra era
efectivo. Se ordenaba la evacuación inmediata de todo el personal.
Barret no podía creerlo, lo habían logrado. El reactor iba a
estallar y no podrían hacer
nada para evitarlo. Un tanto para Avalancha.
Un ruido metálico empezó a oirse bajo el suelo. Algo se movía
debajo de la pasarela. De
repente una gran garra metálica asomó y tras ella otra, y otra, y
otra. Era un escorpión
metálico, una máquina diseñada exclusivamente para matar.
Cloud lo entendió. Shin Ra se podía permitir la pérdida temporal
de un reactor a cambio
de deshacerse del único grupo rebelde que existía en Midgar. En
diez minutos debían
deshacerse de esa máquina de asalto y salir corriendo. Esa es una
tarea imposible para
un grupo de terroristas estúpidos. Pero no para un (ex) miembro de
SOLDADO. Shin Ra
había pasado por alto esa nueva incorporación.
Aquella criatura metálica era enorme. Era tan alta como una casa de
dos plantas y tan
larga como un vagón de tren. Tenía séis patas puntiagudas que le
sostenían en el suelo y
otras dos en el aire que parecían ser dos cañones. Detrás le
crecía una cola con un láser
en la punta.
- ¡Lárguemonos, Cloud, antes de que esto estalle!
Era imposible, Cloud lo sabía. El escorpión corría más que ellos
dos juntos. Debía
derrotarlo y luego salir de allí.
- ¡Salid de aquí inmediatamente! Yo me encargo de él.
Barret no podía creer lo que oía. Pensaba plantar cara a aquella
bestia él sólo.
La batalla empezó. El escorpión empezó a lanzar rápidas estocadas
a Cloud con sus
garras. Cloud las apartaba a golpe de espada. El líder de Avalancha
parecía ahora un
aficionado de la lucha al lado de aquel guerrero. No podía creer que
fuera capaz de
desviar una garra de esa envergadura con un golpe de espada.
El ex-SOLDADO estaba acorralado contra la barandilla. Se subió con
una pirueta y,
aprovechando una estocada del escorpión, saltó y se colocó sobre
su lomo. En un rápido
movimiento le inutilizó los cañones delanteros y volvió al suelo.
Al caer el escorpión
intento atravesarle con su cola pero Cloud rodó por el suelo. Se
levantó y esquivó la
última estocada. Aprovechó y corrió hacia el abdomen. Sabía que
era especialmente débil
en aquella parte. Por motivos de movilidad los ingenieros de Shin Ra
no habían podido
reforzarla más.
El escorpión se echó atrás en un movimiento rápido. Si hubiera
sido un ser vivo se podría haber dicho que había sido instinto.
Estaba claro que no le gustaba que se le acercaran
por debajo. Parecía ser que la memoria de Cloud era bastante buena
después de todo.
Tuvo una idea.
- ¡Barret! Dispárale a la cabeza, rápido.
Barret salió del trance en el que se encontraba al presenciar
aquella lucha tan fieramente
atípica. Obedeció de inmediato, tenía plena confianza en Cloud
ahora.
Escorpión desvió su atención hacia Barret y subió la cola.
- Bien, ahora se dispone a disparar su láser. No te muevas ni
dispares, yo me encargo,
confía en mí – le dijo Cloud a Barret. Ahora el escorpión estaba
concentrando el láser y
era vulnerable. Avanzó hacia él para destrozarle.
- ¿Estás loco? ¡Me va a acribillar con su láser! Voy a acabar con
él – y empezó a disparar.
- ¡¡¡Nooo!!! – Cloud apretó los dientes. “Maldito
estúpido”, pensó.
Escorpión había acelerado el proceso y su disparo era inminente.
Barret quedaría
totalmente calcinado antes de que Cloud pudiera alcanzar su objetivo.
En ese momento
Cloud cambió de dirección y se plantó delante de la bestia con una
mirada desafiante.
Guardó su espada con un movimiento que tenía muy ensayado y estiró
los brazos hacia
delante.
Un ciclón parecía emerger de debajo de sus pies y un aura verdosa
se desprendía
radialmente.
Barret ya sabía lo que pasaba, sabía qué espectáculo estaba a
punto de presenciar:
Cloud se disponía a usar algún tipo de Materia.
La estancia se oscureció y un sonido eléctrico parecía oírse a la
vez dentro y fuera. Un
rayo cayó sobre Escorpión, que empezó a tambalearse y cayó de
bruces al suelo.
- Ahora, Barret, ¡Vámonos de aquí!
El capitán dio órdenes a todos los miembros de que abandonaran el
edificio. Él y Cloud
corrían sin parar. Subieron en el ascensor.
- ¿Cuánto nos queda? – preguntó Cloud tranquilo, como si cada
día escapara de un
reactor a punto de volar por los aires.
- Menos de tres minutos – respondió Jesse nerviosa. No creía que
fuera posible.
Atajaron camino por las escaleras de socorro siguiendo a Cloud. Las
manos se resentían
de subir por tantas escaleras verticales a aquella velocidad. Sacaron
fuerzas de donde no
quedaban por salvar sus vidas.
Llegaron a la planta principal, ya sólo les quedaban dos minutos.
Una de las puertas que
conducía fuera estaba cerrada.
Jesse se dio toda la prisa que pudo en volver a descifrar el código,
aunque la sensación
de muerte inminente no contribuía muy positivamente en su nivel de
concentración.
- ¡Ya está! – la alegría de Jesse duró apenas un instante
cuando volvió a la realidad. Les
quedaba menos de un minuto.
Corrían y corrían y el final del pasillo parecía no llegar nunca.
Cuando por fin llegaron
afuera, Jesse tropezó y se le quedó la pierna atascada entre unos
barrotes.
- ¡Marchaos! ¡Esto va a estallar!
Cloud se agachó y con paciencia sacó el pie de Jesse de ahí, le
dio una palmadita en la
espalda y echó a correr.
Corrían por las pasarelas que conducen a la entrada principal y al
doblar la esquina hacia
la estación de tren se oyó la gran explosión. Toda Midgar pareció
temblar. La gente en las
calles se estremeció y los edificios más próximos se resintieron y
algunos, cayeron. Una
gran explosión podía verse desde cualquier punto de la placa
superior. El reactor había
estallado, no extraería energía makko nunca más. Avalancha había
vencido esta vez.
La chica florista cayó al suelo. Estaba aturdida. “¿Qué ha sido
eso?”. Miró al cielo y vio
como una columna de fuego y llamas salía del reactor nº1 de Shin Ra
S.A. “¿Una
explosión en el reactor?”. Nunca había visto nada igual. Por
suerte sus flores seguían
sanas y salvas. Para ella aquellas flores eran más importantes que
todos los reactores
juntos.
Midgar es una macrociudad, un proyecto de Shin Ra hecho realidad. Es
totalmente
circular y está rodeada por ocho reactores de makko, equidistantes
entre sí, numerados
del 1 al 8. Un muro infranqueable cruza desde cada reactor hasta el
centro de la
circunferencia, dividiendo la ciudad en ocho partes. En realidad cada
una de esas partes
es una ciudad por sí misma, pero nadie recuerda hoy el nombre de
ninguna de ellas. La
gente se refiere a ellas por sectores, numerados de la misma forma
que los reactores.
La ciudad se divide en dos niveles: la Placa Superior y los
Suburbios. Los suburbios son
los sectores que están al nivel del suelo y que, debido a la placa
superior, nunca ven el
sol. La placa superior está situada a 50 metros de altura. Allí se
encuentran la mayoría de
grandes empresas y gente acomodada, como los empleados de Shin Ra.
En el centro de Midgar se alza desafiante el edificio principal de
Shin Ra S.A. Miles de
empleados trabajan allí a diario. Incluso el alcalde trabaja en ese
edificio. Es sin duda la
construcción más importante de toda la ciudad.
Shin Ra controla todo lo que entra y sale de Midgar, las leyes que se
aprueban o se
derogan, lo que se incorpora o excluye de la programación
televisiva…
En principio es la empresa que posee los reactores y abastece a la
población de energía,
pero está implicada en muchos otros asuntos, legales y no legales,
dentro y fuera de
Midgar.
A Cloud le impresionó mucho aquel edificio cuando llegó a Midgar.
En realidad le
impresionó todo en general, pues venía de un pueblo pequeño que se
encontraba en un
valle, a las faldas del monte Nibel. Nibelheim, se llamaba.
Siempre había soñado con ser miembro de SOLDADO y cuando llegó a
Midgar y
presenció el poderío de los edificios e instalaciones que poseía
Shin Ra, se sintió más
motivado que nunca por entrar a formar parte de aquella empresa.
Sus ojos tardaron en acostumbrarse a aquella penumbra constante
debida a la polución.
Sólo veía la luz del sol cuando salía en alguna misión fuera de
Midgar. En poco tiempo
ascendió a Primera Clase y realizó algunas de las misiones más
importantes, rodeado de
los más importantes de los lugares más importantes. Su vida era
perfecta. Nunca le ha
explicado a nadie por qué dejó SOLDADO, eso era algo que guardaba
para él.
Ahora Cloud iba caminando por las calles de aquella ciudad. Iba
tranquilo. A decir verdad,
entre todo aquel caos su tranquilidad llamaba la atención. Había
quedado con Barret y los
demás en reunirse en la estación del norte. Barret prefería que no
avanzaran en grupo.
Miró hacia el edificio principal. Sabía que el presidente de Shin
Ra estaría observando
aquel desastre desde allí arriba.
puntos 21 | votos: 21
Prefiero - un zapato plano y una sonrisa
a unos tacones y una mueca de dolor en mi cara
puntos 8 | votos: 8
Dedico este cartel - a todas las personas que no saben distinguir un clarinete de una flauta

puntos 9 | votos: 9
Naturaleza - en estado puro
puntos 11 | votos: 11
Da lo mismo  - lo que te hagas en el pelo, 
siempre será más bonito al natural
puntos 12 | votos: 12
Una vez me preguntaron: - - ¿Qué seintido le encuentras a correr a altas velocidades por
carreteras de montaña? A lo que respondí: -Y tú ¿Qué sentido le
encuentras a 22 personas corriendo detrás de un balón?
puntos 5 | votos: 7
Yo Amo mis Ojos  - Pero por que no pude nacer con los ojos Azules o verdes.??
puntos 10 | votos: 14
Primer voto malo - Simplemente Desmotiva

puntos 2189 | votos: 2293
¿Sabías que, - en realidad Jack Sparrow era un personaje secundario en la primera
película, y que por ser tan buen actor se ha acabado convirtiendo en
el principal?
puntos 14 | votos: 14
Algunas personas  - deberían ser inmortales
puntos 1 | votos: 1
-Manicura - El gran fuerte de la mujer
puntos 18 | votos: 18
Sonríe - es lo segundo mejor que puedes hacer con tus labios
puntos 3 | votos: 3
Intenta... - hacer esta figura sin levantar el lapiz y sin pasar 2 veces por la
misma raya... PROBLEM?

puntos 6 | votos: 8
Y TU TAMBIÉN -
puntos 16 | votos: 16
Te daria de ostias - pero estoy contra el maltrato animal ;)
puntos 1632 | votos: 1702
J. K. Rowling - Desmotiva que usará ese pseudónimo por miedo a que no compraran sus
libros por ser una mujer.
puntos 1012 | votos: 1200
Cuando algo se pone de moda... - Ni el mandamás puede resistirse
puntos 14 | votos: 14
Bonitos pantalones - Quedarían bien en el suelo de mi cuarto

puntos 1399 | votos: 1561
-Te vendo un caballo - +Y para que quiero yo un caballo vendado?
puntos 36 | votos: 42
fucking reggaeton -
puntos 5 | votos: 7
porfavor, alludenme - el perito me quiere comer...   accionen la palanca pusando el
botoncito verde y me salvaran..
puntos 21 | votos: 21
Lo más difícil de  - querer confesar un amor, es el miedo a perder una gran amistad.
puntos 1 | votos: 11
God of war - version real

puntos 1753 | votos: 1809
Enamorate -  del que te quiera enseñar al mundo cuando estes desarreglada y no le
importe si engordaste o adelgazaste. Al que te de la mano delante de
sus amigos, el que te diga todo lo que le importas y cuando te
presente a sus amigos diga: Es ella.
puntos 2833 | votos: 2869
La pregunta es - ¿donde coño está el fotógrafo?
puntos 1977 | votos: 2025
Lo valiente es decir te quiero - y tener valor para escuchar un yo no.
puntos 9 | votos: 9
La vida - Es como un laberinto, cuando creas que estes perdido, debes continuar
para hayar una salida
puntos 1469 | votos: 1601
-Te quiero - -Yo también me quiero





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