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¿Qué harías  - si mañana se acabara el mundo?
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Al otro lado de la vida - 1x40 - Sobre las vías del tren elevado de Sheol
29 de septiembre de 2008

Siguieron su camino sin mirar atrás, escuchando los golpes cada vez
más lejanos y débiles de ese pobre hombre, que seguía tratando de
encontrar la manera de salir del vagón donde había ido a morir
escasos dos días antes. La agradable sensación de que ahí arriba
eran inmunes a todo y que nada les podría hacer daño, se vio algo
mermada. Sin embargo, a medida que se alejaron, consiguieron
recuperar un poco la tranquilidad que se habían forjado hasta ese
desafortunado encuentro. Era la calle la que les asustaba realmente,
mas cuando cruzaron una zona en la que había congregada media docena
de resucitados, que las estuvieron siguiendo durante media tarde.
	Se trataba de un grupo extravagante, que con pocos integrantes
abarcaba todo el estrato de edades y sexos. Lo único que tenían en
común era su ansia instintiva por alimentarse de carne fresca. Al
principio se limitaban a mirar como caminaban, sin moverse, pero en
cuanto se alejaron un poco comenzaron a seguirlas por la calle que
transcurría paralela a la vía del tren. Probaron aligerando el paso
e incluso agachándose y quedando fuera de su campo de visión, pero
cada vez que volvían a mirar, ahí seguían ellos, dispuestos a
seguirlas hasta el fin del mundo. 
De nada serviría tratar de hacerles entrar en razón, y dadas las
circunstancias, no se les ocurría otra manera de quitárselos de
encima, de modo que continuaron su camino. No fue hasta pasadas un
par de horas más, que la vía del tren dio un giro, pasando sobre un
terraplén vallado a la altura de la calle, que las dejaron en paz.
Siguieron alejándose, viendo como se habían agolpado todos en la
valla metálica y como la agitaban con rabia, al ver como habían
fracasado y como tendrían que pasar esa noche sin llevarse nada a la
boca.
El día se les había pasado volando, no obstante estaban exhaustas
de tanto caminar. Llegaron a una nueva estación, y a juzgar por el
reloj de agujas de un hotel cercano, cuyo mecanismo aún se resistía
a asumir el declive de la humanidad, se acercaban las ocho de la
tarde. Hicieron un alto más en el camino, y Bárbara sacó una de
las botellas de agua medio vacías que guardaba en su abultada
mochila, mientras se planteaba si sería oportuno seguir un rato más
o por el contrario debían buscar ya un lugar donde pasar la noche.
Estuvieron bebiendo al tiempo que contemplaban como el sol volvía al
horizonte a marchas forzadas desde su posición bajo una marquesina en
el andén. 
Zoe pidió permiso para ir al lavabo, y Bárbara la acompañó. Por
suerte para ambas, los pequeños servicios de la estación estaban
abiertos, y por mucho que no hubiese agua corriente, siempre era
mejor recurrir a ellos que hacerlo en cualquier sitio como los
animales o como los propios infectados. Bárbara sacó el bate de la
mochila, y con Zoe a la retaguardia, entraron en los baños sin hacer
ruido. Comprobaron puerta por puerta todos los lavabos, tantos los
masculinos como los femeninos, pero por fortuna no encontraron señal
alguna de hostilidad. Zoe se quedó dentro de uno de los baños
femeninos, y Bárbara salió de nuevo al exterior, a hacer guardia.
Se acercó a la garita del jefe de estación, y se puso a mirar un
plano del entramado de vías y estaciones que había en uno de los
muros junto a la ventanilla bajada. A juzgar por el plano, ya habían
llegado a la mitad de su recorrido. Apenas tardó unos segundos en
seguir con la mirada la línea de color azul que correspondía a la
vía por la que iban, pero eso resultó suficiente para que un
resucitado subiera las escaleras que llevaban al andén, y caminara
sigilosamente hacia los baños. Bárbara se dio la vuelta, esperando
encontrar a Zoe saliendo del baño, pero lo que vio distó mucho de
lo que hubiera deseado.
Unos segundos de distracción habían bastado para que ese hombre
subiera las escaleras al oírlas hablar desde abajo, y se dirigiera
hacia los baños sin pensárselo dos veces. Bárbara tan solo tuvo
tiempo de ver como se metía en el baño. Agarró de nuevo el bate y
corrió hacia ahí sin importarle nada más.
BÁRBARA – ¡Zoe, enciérrate en el lavabo, rápido!
	Entró en los baños como una bala, al tiempo de oír un portazo y
ver como ese hombre se abalanzaba contra la puerta tras la que se
encontraba Zoe, que ya había empezado a gritar de pánico. Estaba
desnudo de pies a cabeza a excepción de unos calcetines muy sucios.
Se trataba de un hombre de mediana edad, bajo, con una tripa
prominente. Era bastante calvo, no obstante lucía un espeso bigote
negro acompañado de una barba de tres días. Sus ojos inexpresivos y
su cuerpo pálido y flácido le resultaron extremadamente repulsivos.
Los gritos de Bárbara le hicieron volverse, y entonces fue ella la
que no supo como reaccionar. Ese hombre soltó un gruñido y Bárbara
salió de ahí por piernas.
	Salió del baño tan rápido como pudo y corrió sin mirar atrás
hasta llegar a una de las barandillas que hacían de frontera a la
estación con la calle que discurría varios metros por debajo. Se
dio la vuelta esperando encontrarse con él, pero al volverse no vio
a nadie. No la había seguido, sino que seguía dentro del baño,
tratando de alcanzar a Zoe, que gritaba y lloraba. Se la oía desde
ahí fuera. Bárbara comenzó a gritarle, insultándole, exigiéndole
que fuera ahí con ella, diciéndole que se enfrentase a alguien de su
tamaño, y poco más tarde asomó por la puerta, en parte atraído por
los gritos, en parte cansado por ver que la puerta no se abriría.
	Bárbara tragó saliva y agarró con fuerza el bate, mientras veía
como ese hombre corría hacia ella tan rápido como se lo permitían
sus rechonchas piernas. Preparada para batear, esperó hasta el
último momento. Entonces bateó con todas sus fuerzas, cerrando los
ojos a medida que el bate cortaba el aire a su paso. Pero hubo
strike, porque no llegó a golpear la bola. El bate se le escapó de
las manos, y con el impulso, Bárbara cayó de lado al suelo,
evitando de ese modo la embestida del resucitado, que se estampó
contra la barandilla, profiriendo un agudo grito de dolor.
	Desde su posición privilegiada, con una rodilla en el suelo, oyó
como el bate se golpeaba contra el suelo de cemento, y vio como ese
hombre tenía medio cuerpo fuera de la barandilla. No se lo pensó
dos veces y aprovechó para agarrarlo de los pies, y no sin un enorme
esfuerzo, estiró hacia arriba y lo empujó con todas sus fuerzas para
que cayera al vacío. Y así lo hizo, acompañado de un tremendo grito
de pánico que retumbó varias manzanas a la redonda. 
Cuatro metros le separaban del suelo, pero él se quedó a mitad de
camino, empalado en una gran lanza de acero que coronaba una farola
de dos grandes lámparas que quedaron a lado y lado de su cuerpo. La
lanza atravesó su espalda, partiendo sus vértebras y salió por su
tórax, dejándolo todo perdido de sangre a su paso. Se tambaleó un
poco, antes de que un hilo de sangre asomara de su boca, y poco
después quedó nuevamente inmóvil, con sus ojos clavados en los de
Bárbara, que le miraba aún muy excitada, sin poder creerse lo que
acababa de hacer.
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Pon un  - fsjal en tu vida
puntos 9 | votos: 17
  ¿X que? - Con X de mixta
puntos 15 | votos: 19
En la Rusia Soviética - los minusválidos pueden andar.

puntos 24 | votos: 28
El Señor - bendiga estos alimentos...
puntos 23 | votos: 23
En la Rusia Soviética - Caperucita Roja se comió al lobo.
puntos 10 | votos: 16
Te haces mayor - cuando te das cuenta de que no existen los monstruos.
puntos 11 | votos: 13
Merece la pena - vivir para probarlo
puntos 15 | votos: 19
Que no pienso comerme. -

puntos 16 | votos: 16
Porque los perros - también sienten.
puntos 5 | votos: 5
Yo... - y mi cruda realidad...
puntos 12 | votos: 12
En la Rusia Soviética - las vacas te ordeñan a ti.
puntos -5 | votos: 29
tu busca... - siempre abra algo que te haga feliz ;)
puntos 8 | votos: 12
Vuelve a mirar - y dime de donde se sostiene el grifo.

puntos 10 | votos: 10
¿Por que - Una pagina tan buena puede hacer que mis notas sean tan malas?
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¿Perdón? -
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Lunes por la mañana - Descripción gráfica.
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¿¡Cómo!? - ¿¡Que mi cartel no ha llegado a la principal!? ¡Escúchame, como te
coja voy a utilizar tu cabeza de cubo y voy a pintar mi casa con tu
cerebro!
puntos 6 | votos: 6
El 7 mejor que el 8? - Mejor jugar para luego opinar

puntos 11 | votos: 13
Atrévete a reírte de mí. -
puntos 5 | votos: 11
Porque siempre - habrá miles de preguntas sin respuestas.
puntos 10 | votos: 12
Porque lo importante - de un chiste es cómo se cuenta.
puntos 8 | votos: 10
-F4 - -A pique el portaaviones.
puntos 12 | votos: 14
Así son - los perros en Rusia.

puntos 25 | votos: 29
Y este es su gato -
puntos 14 | votos: 18
Challenge Accepted -
puntos 15 | votos: 19
Esa sensación - de picor en la nariz cuando te cortas el pelo.
puntos 19 | votos: 19
Ejemplos de de como el espíritu - te da esperanzas...Sintiendo que en algún otro lugar, en otro tiempo,
de otra manera,  no tendrían que tener la fuerza de luchar para vivir
otro día..
puntos 13 | votos: 15
Si lo de piqué es un piquetón - lo de él ¿qué será?

puntos 23 | votos: 25
Vamos perrito sal... -
puntos 53 | votos: 53
Carlos - Sé que visitas desmotivaciones, y que sabes que esta es nuestra
historia. Volveré a por ti, te lo prometo.
puntos 17 | votos: 17
Por que  - Tu también lo has intentado
puntos 16 | votos: 18
- ¡Tachan, Tachan! - He aquí mi creación. Se llama Wendoline, y es mi futura esposa.
Ahora mismo está de despedida de soltera, por eso lleva un pene en
la cabeza. A pesar de haber sido decapitada en un accidente con la
sandwichera, yo la amo con locura. Venga, di algo, Wendoline.
-...
-Creo que se ha muerto.
puntos 12 | votos: 14
Bigotes - que se creen molinos.

puntos 12 | votos: 12
Hola, me llamo - Adolfo Beckenbauer y he hecho esta pastilla bizarra a la que llamo
cosa con ano. Mi psicólogo dice que soy peligroso.
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Gatotui -
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-Vale, muy bien, - ¿y ahora cómo sacamos la foto?
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Si el universo tiende al desorden - Mi habitación es completamente normal.
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Pero, por favor Kate, - delante de la niña no.

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¿Por qué? -
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Esto no es - lo que acordamos.
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Si la vida - te da mi razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para sonreír.
puntos 7 | votos: 7
Tomas palomas... - ¡La venganza!
puntos 8 | votos: 8
La pregunta es: - ¿Cómo ha ido a parar el ventilador ahí?

puntos 14 | votos: 14
Mal día - para escoger esa camiseta.
puntos 6 | votos: 8
Google - y su manera de inducirnos en el arte.
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Vota positivo - si quieres volver a ver a Gustavo.
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Mientras tanto, - en África...
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¿Y dices  - que si ahora bailo hardcore los extraterrestres vendrán?





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