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09.11.2013

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GeekVeterano Nivel 3

puntos 5 | votos: 5
- - Gracias papá.
Gracias por ser un padre despreocupado, por ni siquiera saber qué
edad tengo. 
Gracias por esa llamada inexistente en todos mi cumpleaños.
Gracias por tu cara de alegría que pones cada vez que me ves. 
Gracias por no saber ni qué carrera estoy estudiando. 
Gracias por ni siquiera abrir tu miserable boca para decirme hola.
Gracias por la confianza, no soy capaz ni de decirte cómo estás. 
Ni me importa. 
Gracias por querer pagarme un futuro en la universidad, me encanta
tener que ir todos los meses a rogarte que me pagues la puta
universidad mientras tú te vas de viaje cuando se te da la gana. 
Oye, en serio, gracias por ser un desconocido. 
No sé ni tu edad, papá. No sé tu nombre completo. 
No sé ni quiénes son tus padres ni de dónde eres. 
Feliz día del padre adelantado, jodido hijo de puta. 
No te mereces ser padre, por lo menos para mí no eres nadie.
puntos 9 | votos: 11
Deja a tus seres queridos detrás, - no puedes cargar con ellos si quieres sobrevivir.
puntos 8 | votos: 8
The dog days are over -
puntos 6 | votos: 6
Fue en contra de mi voluntad, - me hubiese gustado ser más que una linda amistad. 
Ser tu media mitad 
y probar de la miel que pasa por tu boca, 
enamorarte cada día hasta volverte loca,
 buscar música en tu cabello, 
cantarle al amor y explicarle este sentimiento tan bello,
 pero que pena que nunca se dio, 
todo fue tan rápido, que no tuve tiempo de poder decirte adiós.
puntos 9 | votos: 9
Puedes crear tus ideas - o robar una idea y ponerle tu firma. 
Eso es de perdedores, lo primero es de genios.

puntos 60 | votos: 62
Hay que ser muy valiente - para vivir con miedo.
puntos 3 | votos: 3
«No confundir - nostalgia con retorno» 
Gritaré que te extraño lo suficientemente alto
para que me oigas, pero no para que vuelvas. 
Ya no te quiero aquí. 
Ya no te quiero 
no te quiero
puntos 7 | votos: 7
Hablar de sueños - que pueden llegar a ser pesadillas si no sueño en tu cama. 
Y comer del dulce de tu boca y que el chocolate sea sal
 si no está derritiendo en tu espalda.
Y deshacerte en saliva.
Y mirarte desnudo cuando estás vestido. Aún. 
Y desnudarme despacio. 
Desnudo, y hacer de nosotros un nudo. 
Y follarnos. 
Me follas. La vida. 
Y sin abrir los ojos. Aún.
Quedarnos dormidos. 
Enfriarnos. Por fuera.
Coger neumonía. 
Juntos y sin abrir los ojos. Todavía. 
Sigues aquí.
Hasta que te pille el sol.
Que te pille con las manos en mi cuello.
Tu mano entre mi pelo.
Entre mis piernas. Más dentro. De mi mano. 
Enciéndeme despacio, como si fuese un cigarillo.
Hasta que te pille el sol y te lleve a casa.
puntos 8 | votos: 8
Y recuerda que puedes - tener el mundo a tus pies si no te dejas abatir 
por aquellos que te dan de lado
puntos 8 | votos: 8
Una de palabras. - Veinticuatro páginas, 
posturas. 
Doce horas de lluvia

Abre los ojos. Acércate. Más cerca.
Abrázame.
Te abrazo yo.
 No me sueltes, que llueve.

Me despierto antes que tú, pero no quiero levantarme,
 pero quiero café, pero quiero mirarte. 
Sin hacerte nada.
Cierro despacio los párpados.
«Con una mirada te digo los todos tus adjetivos»
Abro los párpados. 
«A veces te quiero»
Estás precioso, todo mi mundo contento porque estás.
Estás delicioso.
«A veces tengo miedo porque te quiero»
No me sueltes, la lluvia acaba con castillos de arena. 
Esto es más frágil.
Trece horas de lluvia.

Abre los ojos. 
Tuve sueños, no tuve miedo. 
Tuvimos fuego, humo, cenizas.
Colapsamos. 
Nos reímos de la perfección. 
Que le jodan a la perfección.
Fumamos. 
Bebimos. 
Tuvimos tanta sed. 
Nos besamos.
Huimos. 
Corremos.
Tú corres, yo corro.
Nos corremos.
Tuvimos lluvia, dentro y fuera. 
Un corazón.
Tuvimos. 
Catorce horas de lluvia.

puntos 9 | votos: 9
Quedar atrapados - en el eterno verano, 
que las guitarras acústicas nunca dejen de sonar,
 que nuestros sueños e ilusiones no sean devorados por la rutina, 
que nuestros ideales no se tornen en conformismo, 
que el volumen de los altavoces no disminuya, 
vamos a brillar.
Y, qué coño, estoy hablando en nombre de una generación 
a la que se le ha arrebatado la jodida esperanza 
de un avance en su futuro.
 La generación que se rechaza a sí misma por lo que representa, 
llena de indiferencia y una asombrosa falta de sentimientos. 

La verdad, me da igual todo eso, 
es que no quiero formar parte de una masa deshumanizada
 que aunque supiese cómo divertirse 
no tendría la posibilidad de hacerlo.
puntos 13 | votos: 13
A medida que crecemos, - aprendemos que la única persona que se supone que no te fallará
probablemente lo haga. 
Vas a tener el corazón roto y tú romperás otros corazones. 
Tendrás que luchar con tu mejor amigo, 
incluso puede que te enamores de él 
y te olvidarás de que el tiempo pasa volando. 
La vida viene sin garantías, 
no hay tiempos muertos, no hay segundas oportunidades. 
Sólo tienes que vivirla al máximo, 
decirle a alguien lo que significa para ti o rechazarlo. 
Hablar claro, ser sincero y quedarse con convicción.
 Y nunca olvides de dónde vienes, 
porque cuando lo haces es un largo camino a casa.
puntos 9 | votos: 9
¿Nos tiramos? - Puede ser muy peligroso. Suicida, diría yo. ¿Estás seguro? 
Disculpa, ¿tú crees que la seguridad es lo más importante aquí? 
Es un abismo, no un trampolín. No rebotarás otra vez a la cima. 
Es lo que tú quieres que sea, puede ser el Limbo o el mismo Infierno.
Es la perdición. 
Es decir, ¿no te perderías conmigo? 
Para toda la vida, lo juro. 
No. La vida acaba aquí. Vamos a ser libres. 
La felicidad nos pisa los talones, corramos de ella, que sufra, 
que sufra como cuando nosotros la buscábamos. 
Me da igual. Es banal, sólo necesito tu calor. 
Sé quien eres realmente y salta. 
¿Ahí? ¿Al vacío? 
No, a tu profundidad. Busca tu agujero negro, sumérgete, goza y vive.
Atrévete a ser tú mismo, a ser quien tu interior lucha por mostrar. 
Las murallas internas se rompen sólo con girar 90º, 
inventando un nuevo camino. 
Tu rumbo. Nuestro rumbo. 
Tírate y déjate llevar por el vacío de mi interior. 
Hazlo tuyo. 
Hazlo explotar. 
Hazlo.
puntos 5 | votos: 5
(...) - Hoy he pensado en ti y tenía que escribir nuestra historia. 
¿Sabes qué? Nos inventé un final feliz. 

En esta historia te llegaba a dar ese beso. 
Ya sabes cual.
puntos 6 | votos: 6
La tranquilidad - de lo predecible y otras cosas que nos hagan sentir seguros.

puntos 15 | votos: 15
Si no te gusta la persona que eres, - reinvéntate. 
Como cuando dibujas a alguien desnudo.
Dibujas tus deseos, reflejas cuerpos ajenos. 
Atractivos cuerpos ajenos que te gustaría tener. 
Cuerpos que te hacen sudar, contoneos de caderas que son puro sexo.
Cuerpos que te follarías sin parar, todo el día. 
Fóllate a ti mismo hasta que te sientas realizado. 
Tú decides.
puntos 4 | votos: 4
- - La pequeña va creciendo ante mis ojos, transformándose en una
hermosa joven de cabello miel alborotado y de ojos de avellana.
Sin dirigirme una palabra, flota hasta la orilla del mar. 
Sigue más adelante. No me sorprendo cuando no se hunde, todo en ella
tiene un aire mágico... Un aura especial. 
Vuelve a mí y se planta muy cerca. 
Bajo la tenue luz de la luna, parece una preciosa hada del bosque.
 Mi chica mágica. Está tan cerca que puedo oler el perfume de su
pelo, tan dulce, tan besable. Huele a casa, huele a aventuras,
a puro sexo angelical. 
Huele a mí, a la parte de mí que es de ella. Con una sola mirada,
arrancó un pedazo de mi corazón que ahora le pertenece de por vida.
Ahora y para siempre. Su mirada se encuentra con la mía. 
La mía transmite devoción y amor, la de ella me llena de
tranquilidad, de algo más allá del amor.
 Roza con su mano mi mejilla y estoy a punto de perder el sentido.
Quiero tomar sus delicados dedos y besar uno por uno. Lo intento.
Desaparece antes de que pueda hacerlo.
 La veo sentada con una mirada triste en la arena. 
Esconde un poco más su rostro y lo oculta con su cabellera.
Me acerco. Ella se levanta y se aleja al mar.
 La sigo, ella huye. 
Corro detrás de ella. 
La escucho llorar. 
Mi vida corre delante de mí. 
Veo su túnica blanca pegarse a su perfecta figura cuando se sumerge
un poco más en el mar. Intento decirle que no se vaya, 
pero mis palabras se quedan atascadas. 
Se da la vuelta y me mira. Está llorando. 
Quiero besar las lágrimas que corren por su hermoso rostro. 
Sigue estando tan preciosa... Tan pura.
Alza una mano hacia mí. Me acerco lentamente. No huye. 
Acerco mi mano a la suya. 
Nuestros dedos se tocan y siento un escalofrío por todo el cuerpo.
Siento placer, me llena de vida. 
Se acerca a mi boca. Sus labios rojos y entreabiertos 
piden ser mordidos. Piden ser besados. 
Quiero hacerlo, necesito besarla. 
Sus labios rozan los míos. Éxtasis. 
Pero...
Se ha ido. 
Mi chica mágica se ha ido.
puntos 5 | votos: 5
Vivo en pie de guerra - con todos y con todo. Mi propia casa es territorio hostil, lleno de
enemigos preparados para arrancarme algún miembro mientras me
defiendo de otro ataque. De noche me escabullo de mi trinchera y salgo
a correr. Dejo que el frío viento de diciembre me desgarre la
garganta y me alejo de la guerra soñando que pronto podré dejar mi
vida atrás. Lo más cerca que he estado de sentir algo ha sido ayer,
cuando un coche casi me atropella. Y no fue miedo, precisamente. Fue
alivio. Un final perfecto. Va a ser el final perfecto.
Mis zancadas son menos constantes. Dejo de correr y me tumbo en medio
de la carretera a mirar el cielo. Después de unos minutos, se me
acerca un hombre de unos cuarenta o cincuenta años. Me ofrece veinte
euros por una paja. Le digo que no soy gay y me ofrece treinta. Lo
miro, y simplemente no se me ocurren razones para no hacerlo. Ni
razones para hacerlo. Decido que me da igual y le digo que sean
cuarenta. Acepta y nos vamos a su coche. Cuando acabo, tengo la mano
llena de semen de un especimen poco prometedor. Me ofrece un pañuelo
y me quito la masa pegajosa de mi mano. Su miembro flácido sigue
fuera y pienso en cuán divertido sería si alguien se lo cortara.
Salgo del coche y empiezo a correr a casa. Me ahogo. Las lágrimas y
el esfuerzo físico no ayudan a estabilizarme.
En la puerta me espera mi padre. Tengo tan pocas ganas de nada que no
veo motivos para ocultarle algo.

Me he vuelto a equivocar. La desesperación sustituye al miedo, pero
no elimina mi vergüenza. Ya nada es divertido. Cojo mis cosas y me
voy. Me han echado de casa como un castigo. Pero al castigarme, no soy
yo el que sufre. Yo soy el cabrón egoísta que disfruta de su dolor.
Y me da miedo que ya no me importe más.
Estoy al borde del abismo. Me asomo una y otra vez. Parece fácil. Lo
es.
Con lágrimas en los ojos se me ofrece una vida mejor a cambio de eso,
de mi vida.
Acepto.
puntos 9 | votos: 11
[...] - Todo lo que pasamos juntos viene a mi mente mientras dejo que las
llamas consuman lo último que queda de nosotros. 
Una lágrima traicionera cae por mi mejilla, y como si de un soldado
de reconocimiento se tratase, rápidamente tiene lugar una invasión. 
Es de noche y lo único que me acompaña son un montón de canciones
sin nombre. La banda sonora de mi patética soledad no tiene
esperanza, no hay ni un hálito de calor en ella. 
No es reconfortante. No ayuda. 
Las llaman se tornan azules mientras veo tu cara derritiéndose junto
a algún regalo de San Valentín. 
En un momento titubeo y flaqueo. Siento la necesidad de apagar el
fuego y salvar lo que pueda. De tirar un cubo de agua y llorar con las
cenizas en mi mano. O de dejar que el fuego me consuma a mí.
Millones de canciones vienen a mi cabeza y todas se funden con el
crepitar del fuego destruyéndolo todo. 
Entonces, siento frío. Un frío visceral que se extiende desde mi
estómago y que va devorando todo cuanto encuentra dentro de mí. 
Yo no opongo resistencia. 
Ver las cenizas de los últimos regalos es lo que ha destruído mi
castillo de naipes. Pienso en hace dos años. En el cortejo y los
besos. Un suplicio para algunos y un disfrute para nosotros. En su
final. La tormenta salada intenta volver a abrirse paso a través de
mis lacrimales. 
Pienso en él.
Pienso en él callando su placer en mi cuello.
Pienso en él tomando café en mi cama.
Pienso en él hablándome al oído en la azotea de su casa. 
Pienso en él.
Pienso en ti. 
Se ha llevado dos años de mi existencia y lo que me ha dejado ahora
yace en cenizas a mis pies. 
Pero llevo su marca, sus marcas sobre el cuerpo y en el alma. 
El fuego se está extinguiendo y sé que pronto me sumiré en la
oscuridad otra vez. Dejo vagar a mis pensamientos. 
Todo lo que escribo es inconexo. El vocabulario es atrozmente inútil
cuando queremos describir sentimientos. Ya estoy perdida. 
Se le llama la cárcel de los recuerdos, pero en realidad es una
batalla. Yo contra una época mejor. 
No hay posibilidad de que salga victoriosa, no puedo ganar, sólo
minimizar las pérdidas. 
No puedo acabar con esto. No sé si no puedo o no quiero. ¿No es lo
mismo? No he escrito lo que pretendía, no me veo capaz de hacerlo
alguna vez.  Por ahora el fuego ha borrado dos años de felicidad.
Pienso en cuan útil sería utilizar ese mismo fuego en mi memoria.
Todo ardería equitativamente y entonces, sólo entonces, podría
seguir con mi vida, ¿no?
puntos 11 | votos: 11
Diciembre ha llegado... - He aprendido de mala manera que beber y comer no es lo mismo que comer
y beber. 
Mierda, el orden de los factores sí altera el resultado. 
Falsas matemáticas. 
He empacado lectura para un mes, el portátil, pijamas y algo de ropa.
Da igual, me voy a pasar el día durmiendo bajo un árbol.
Mi estómago encharcado de bourbon 
me las hace pasar canutas todo el viaje. 
Mi padre está concentrado en no matar al gilipollas que va a 80 
y le digo que hubiera preferido pasar otra noche en urgencias antes
que pasar un mes con los retrasados estos y sus hijos. Le duele.
 No dice nada y subo el volumen más de lo habitual. 
Me lo concede y gano esta pequeña batalla.
 Si le pidiera conducir seguramente me dejaría. El pobre cree que
cualquier cosa que agrave mi malhumor y antipatía equivale a darme un
bote de pastillas y vodka para suicidarme. 
No se equivoca, pero me aprovecho de la situación. 
Mi antigua casa está llena de familiares jodidamente fértiles y toda
su ralea. 
Comparto la (MI) habitación con tres críos ruidosos que buscan mi
atención y aprobación.
 No les concedo ninguna de las dos. Los ignoro y me voy a la ducha.
 En la ducha hay un bicho. Una araña de un tamaño considerable y
considerable es también el asco que me da. No va a salir de la ducha
por sí misma, así que voy a ayudarla. No pienso matarla, no es mi
estilo. Abro al máximo el grifo y veo a la araña luchar contra la
corriente, pero al final es devorada. No la he matado, ha sido ella
por estar en la ducha. Por no ser lo suficientemente inteligente como
para salir de ahí. Además, no está muerta. 
Está por algún lugar de las tuberías. 
Me meto en la ducha y me quedo hasta que mis pies y manos se parecen a
un pasa. 
Me duele la cabeza y tengo una guerrilla en el estómago. 
Me salto el turno de cenar de los niños y evito el de los adultos 
como si de una enfermedad se tratase. 
Estoy solo en mi habitación y escucho trozos de la conversación que
están teniendo abajo. 
Por décimo quinta vez repiten eso de Hemos invadido vuestra casa.
Pues sí, cabrones, lo habéis hecho. 
La resaca y las horas harán su efecto y yo podré conciliar el
sueño. Hasta que los niños vengan a molestarme, y yo seguiré
pensando en lo tentador que parece una noche de urgencias en
privacidad.
 Están ocupando mi espacio humo y reflexión.
 Joder, ni privacidad para una paja tengo. 

...y la Navidad me sigue disgustando.

puntos 3 | votos: 3
AA - Voy a matarme
Bueno, no. He mentido. 
Aunque parece que en estado de absoluta embriaguez
 o de absoluto estado zen, manifiesto una conducta autodestructiva y
pequeños brotes de furia psicótica, ser yo es divertido. 
He conseguido tener un sentimiento de desapego con todo.
Tanto es así que he tenido que poner toda la década de los 80s
hasta que mi vecina ha tenido que llamar a la policía. Su edad es
aburrida. Después, me he puesto los tenis y he salido huyendo.
Joder, ya ni en mis cuatro paredes estoy seguro. 
Huir se me da bien: lo hago rápido y sin echar la vista atrás. 
Yo mismo me persigo y si me atrapo tampoco pasa nada porque estoy
perdido dentro de mí buscando sensaciones, puesto que ya no siento
nada.
Tropiezo por diversión. 
No es divertido. Y no tengo ganas de nada.  
Tal vez... sólo de acabar otra botella 
y hundirme en páginas desesperadas. 
Cada vez que escribo algo me duele. Me inflijo dolor únicamente para
venir aquí y gritárselo a la nada. 
¿Patético? Estoy más allá de los conceptos de dignidad, amor
propio y principios, pero me da pena ver en qué me he convertido. 
Ya no tropiezo, mis zancadas son largas y ligeras. 
Estoy borrando las huellas que dejo y también mi presencia. Voy a
dejar de intentar buscar la aprobación ajena y empezar a buscar la
mía. 
Con todo esto, quizá podamos divertirnos otra vez, ¿no? 
Soy joven, dicen, pero ya no tengo ganas de debatir ni pelear.
Y aunque ahora escriba sobrio apoyado en el radiador, la promesa de
una muerte por alcoholismo temprano que mi hermana utiliza para
amenazarme, comienza a ser perceptible a mis ojos.
puntos 3 | votos: 3
Nueva (no) gente. - No creo que esté por encima de las demás personas, pero la gran
mayoría me resultáis aburridas, hasta el punto de ser frustrante. 
Casi toda conversación en la que tomo parte se 
convierte en un monólogo. No hablo, asiento. 
O rebuzno. 
Intento imponer mi carácter sobre las nuevas personas que he
conocido. 
Pienso que si consigo asemejarlos a mi imagen serán lo justamente
parecidos a mí para que los encuentre entretenidos (pero sigo
asintiendo y rebuznando). 
De esa manera consigo que se aburran conmigo, creando una especie de
aversión contra mí misma. No sé si es mi propia antipatía 
vertida en ellos o su antipatía vertida en mí. 
Los pedazos decentes de mi personalidad fueron plantados por personas
que en su momento, y unas pocas en la actualidad, me apreciaron de
verdad. 
Y los plantaron esperando verlos germinar antes de que me alejara de
ellos. 
Ya sabéis, eso de recoger los frutos. 
Nunca se los dije a la cara, y nunca se lo diría, pero espero que os
enteréis de cuanto aprecio todo lo que me distéis 
y todo lo que os debo.
Todo esto no tiene mucho sentido, pero... y qué más da. 
Noches.
puntos 8 | votos: 8
- - - No, tío. Yo sólo me enamoraría de una chica más inteligente que yo.
- Ya veo.
- Pues, ya está.
- ¿Y si esa chica a su vez sólo se enamoraría de alguien más listo que ella?
puntos 5 | votos: 5
Hormonas. - Carol: ¿Habré traído mi perfume? No me acuerdo... Ni que la puta
playa se fuese a mover de sitio. Había tiempo de sobra para asegurar
que había metido todo en la maleta. Recuerdo meter mi crema, bikinis,
las sandalias, pero el perfume... Bueno, tampoco pasa nada por estar
el finde oliendo a mar, aunque es bastante repugnante. Y no les voy a
pedir que regresemos a por él... Bueno, podría, pero seguro que me
mandan a la mierda. No deberían, ni que estuviésemos tan lejos de mi
casa. ¿Cuánto tardamos en llegar? ¿Siete horas? No sé. Cabe la
posibilidad de que Cristina haya traído perfume, con esa chica nunca
se sabe. No lo veo muy factible, es decir, nunca huele a nada. No es
que eso me moleste, pero es una chica, debería oler bien. Yo no
podría ir por ahí sin dejar mi olor, es algo básico para que los
chicos se fijen en ti. Bueno, ella ya tiene pareja y eso, así que...
Qué cojones, a lo mejor se le cruzó un cable y quiere empezar a oler
a mujer.
- Cris, ¿has traído perfume? 
- ¿Qué..?
- Nada, olvídalo... 

Cris: ¿Acaba de preguntarme si he traído perfume para pasar un fin
de semana en la playa? ¡Pero si estamos en la playa! Esta chica es
increíble. A lo mejor ha sido una broma. No, me lo dijo muy en serio.
Qué estúpida. ¿Qué espera? ¿Una pasarela en medio de la playa? Y,
¿por qué me sorprendo? Es decir, está caminando con tacones por la
arena. Es que no la voy a aguantar. Hace quince minutos que hemos
llegado y ya me ha soltado eso. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Si
llevo un Prada en el equipaje? Barbie anoréxica... Espera, no sé
porqué he dicho eso. Bueno, sí lo sé. No sé qué hace ella aquí.
Vale, es el rollo de una noche de Jer, pero, joder, él puede
conseguirse algo mejor. Es guapo. Esos ojos verdes y esas pestañas
kilométricas emboban a cualquiera, oye. Y ese cuerpo... ¡Joder! Vaya
golpe. Mierda, mi pie. Podrían haberme avisado que había un tronco
delante de mí. Me cago en... Me voy a sentar. Oh, creo los troncos
son para sentarse. Sí, qué bonita playa. Y ya es de noche. Vaya, me
ha leído el pensamiento. Mira cómo me tapa con la manta. Si es que
Beck es un encanto. 

Beck: mierda, tío. Por fin me puedo sentar. Tengo las piernas que ni
las siento de tanto conducir. Podría haber conducido él, que es su
coche. Y aún encima tuve que arreglar la mierda que dejó hecha al
intentar montar las tiendas. Si es que es un inútil. Y menos mal que
el cabrón era boy scout. Oh, dios, cómo me duele el culo. Lo único
que quiero es bañarme en pelotas y llevarme a Cris a la tienda. Sí.
Mírala qué guapa está con sus shorts y esa camiseta de tiras. Y
mira como se tapa con la manta... Mmm, ¿qué bikini tendrá debajo?
Puede que no la lleve a la tienda y lo hagamos en el mar. Sí, seguro
que eso la sorprende. Joder, si es hasta romántico. Pero, emm... No,
no va a ser necesario movernos de este tronco.

Jer: Puto cabronazo. No hace nada. Joder, yo puse mi coche y he pagado
la gasolina. Y le deje conducir a mi Lila. Como hubiese chocado a Lila
la iba a liar. Y, mierda, no puede ni montar las putas tiendas. Menos
mal que pilló el mensaje cuando las dejé a posta echas mierda en la
arena. Yo las hubiese montado en un minuto si él no fuese tan
egoísta. Sólo se preocupa por él. Bueno, también por Cris. Ha sido
muy caballeroso al traerle la manta. ¿Debería traerle una a Carol?
Pues... joder, no sé. No se ha quejado, así que supongo que no le
importará. Está muy buena con esa mini y ese top. Y, bueno, es un
poco puta con los tacones en la playa. Cosas de mujeres. Espero que no
tenga la regla o será un finde desperdiciado. No es que no la quiera,
pero está muy buena. Es casi tan guapa como Cris. Cuando la he visto
salir de casa con esos shorts no pude evitar comérmela con los ojos.
Espero que no se haya dado cuenta. A ver, estoy feliz por Beck y
espero que le dure. Pero, mierda, tío, no te la mereces. A ver,
rubia, ¿vas a encender la fogata o voy a tener que hacerlo yo?

Cris: Pero, mírala, no sabe ni encender una fogata...  Espera, ¿por
qué me miras así? Quieta esa mano, campeón. Mierda, me haces
cosquillas. ¿Qué te pasa ahora? Qué imprudente eres. Para, joder,
tienes las manos frías. ¿Beck? Beck, ¿qué haces? ¿Aquí? ¡Estás
loco! Nos van a pillar. Dios, qué vergüenza. Espera, joder, Beck,
estás de la olla. 

Carol: ¿cómo coño se enciende esto? Ah, vale, ya está. Qué
difícil. Qué sed, espero que las bebidas sigan frías. Ugh, es
imposible andar en esta arena. Está estropeando mis tacones. Debí
traer las sandalias puestas, soy tan estúpida. Y ya empiezo a oler
mal. Mierda, mierda, qué asco. Joder. 
- Jer, ¿quieres algo frío de beber? Parece que tienes un poco de
calor.

Jer:
- Sí, gracias, bebé 
Un poco de calor, dice. Me sudan los putos huevos. No sé como hacen
esos dos para estar con la manta. Espera... ¿qué cojones? Oh, dios.
No están haciendo eso. ¿Esto es una broma o qué? A ver, joder, que
tenéis ahí la puta tienda para meteros mano. Me cago en todo, esto
es un chiste. 

Carol: Joder, ahí, ahí. No, un poco más arriba. Sí, Beck, justo
ahí. Ahhh. No se van a enterar, casi no me conocen. Sigue, sigue.

Beck: Abre un poco las piernas. Sí, así, guapa. Ahora puedo meter
toda la mano. ¿Te gusta, eh? Pues ya te va a gustar más. 

Cris: Qué calor. Ten, guapo. Oh, me sientas entre tus piernas. ¡Qué
dulce! Sí, Jer es mi hombre. ¿Y mi móvil?

Jer: Joder, se va a correr, mírala.

Beck: Joder, se va a correr.

Carol: Mierda, me voy a correr. 

Cris: ¿Queréis escuchar lo que me he descargado? Es genial.

Jer: No.

Beck: Sí.

Cris: ¿Emm?
puntos 20 | votos: 20
No seremos recordados - como héroes. 
No nos colmarán de medallas y palmaditas en la espalda 
mientras una estatua en nuestro honor 
se levanta en medio de la plaza. 
Y ningún libro de historia recogerá nuestra historia, 
pero espero que algún día podamos presumir de la noche en que
llenamos a este jodido mundo
 de todas las sonrisas y besos que le faltaban. 
Presumir del día en el que te hubiese regalado mi vida entera 
si tú la hubieses aceptado. Poder presumir del día en el que
estábamos dispuestos a rugir 
que nos queríamos hasta que el último 
ser viviente del planeta nos escuchara. 
Aquel día en el que fuimos la epifanía religiosa del ateo del amor. 
Ese día en el que nos perdimos en un mundo donde siempre fuimos
niños y sólo necesitamos risas, polvos de hadas y abrazos para poder
despegar del suelo.
Un lugar lleno de piratas, hadas, ángeles, tesoros escondidos que
siempre quisimos desenterrar y sirenas con voces tan dulces que
hacían que el náufrago más triste recuperara la esperanza. 
Un lugar lleno hasta las narices de amor, magia e ilusión. 
Porque, joder, nuestro mundo era un millón de veces mejor que éste.





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