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20.05.2011

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bueno 61 | malo 2

puntos 9 | votos: 9
Si has llegado hasta aquí. - Cuídate de morir sin antes dejar terminados todos tus sueños...
¡Porque  la vida es para luchar!
puntos 16 | votos: 16
Soltar  - En una carcajada todo el aire y después respirar!!  =)
puntos 5 | votos: 5
Si el cielo - fuera un papel y el mar un tintero. No me alcanzaría el cielo para o
escribirte cuanto te quiero.
puntos 3 | votos: 5
Padre viudo en 3...2...1... -
puntos 5 | votos: 7
-¿Sabes lo que significa esto? - -si, es el simbolo del bershka
Desmotiva que una chica te contexte esto

puntos 13 | votos: 15
Silva una canción la despedida, - recita poemas el adiós. 
Se maquilla la melancolía con nostalgia y polvos de dolor.
puntos 15 | votos: 15
¿Sabrías decirme - que tienen en común Inuyasha, Usopp, Ranma y L?
puntos 11 | votos: 13
La poesía, - el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos.
puntos 3 | votos: 5
Tu buscas en la educación... - ...un arma para ser mejor, y no que te amaestren o te domen con un NO.
Y en los libros de texto vas buscando un pretexto para escribir un
verso o pintar un corazón.
puntos 9 | votos: 11
Desmotiva - Estar enamorada de tu mejor amigo...

puntos 7 | votos: 7
Cuando nace un niño -  nace la esperanza de un mejor mundo, la esperanza se pierde cuando
los padres no lo saben educar.
puntos 6 | votos: 6
Te das cuenta de que realmente - quieres a alguien,
cuando sus alegrías te afectan como si fueran las tuyas propias.
puntos 4 | votos: 4
Sentirte un idiota por - saber que todo es mas fácil por las redes sociales, pero también
sabes que personalmente no eres la mitad de lo que te haces.
puntos 6 | votos: 6
La memoria de una mujer - son los besos que recibió,
en tus labios yo viviré
y en tu olvido yo moriré.
puntos 44 | votos: 52
Hoy maté un gato - Sí, encontré un gato en la calle y lo metí en una habitación para enfadarlo,
más tarde lo saqué a mi patio interior para que no pudiera escapar,
obviamente era más rápido y hábil que yo, asique le empecé a clavar unos pinchos,
sangraba mucho y se empezaba a debilitar,
disfruté un rato más con su agonía y después le atravesé con un cuchillo.
Me divertí mucho, sentía orgullo de mi por ello.

Ahora cambia gato por toro
¿Ahora no es maltrato, sino arte?

puntos 12 | votos: 12
Carteles de amor  - que te parecen un coñazo hasta que te enamoras.
puntos 17 | votos: 17
La musica y tus recuerdos - son los que me acompañan en los 
momentos de soledad
puntos 14 | votos: 14
¿Ves mis ojos? - Pues dale al botón que es del mismo color que ellos.
puntos 13 | votos: 13
Publicaciones de facebook... - Que se creen salas de chat.
puntos 1832 | votos: 1878
Esta de moda ser diferente - Y todos lo hacen igual.

puntos 8 | votos: 10
Las marcas que deja la vida - en la cara se ven, las huellas que deja el amor en el corazon se leen
puntos 30 | votos: 30
¿Como entiendo... - Que un chico que se cree que canta...tenga más fans que los que
verdaderamente son buenos?
puntos 2198 | votos: 2246
Abrir un cajón. - Encontrar peluches de tu infancia y empezar a recordar.
puntos 15 | votos: 15
Ningún problema debe hacerte  - sufrir,lo más fácil es,saber decir,HAKUNA MATATA!
puntos 9 | votos: 9
José Andrëa - soy el caballero de la blanca luna y a vos e venido a buscar

puntos 10 | votos: 10
Basta. - Basta. Estoy fuera. De los recuerdos. Del pasado. Pero también estoy
perdido. Antes o después las cosas que has dejado atrás te alcanzan.
Y las cosas más estúpidas, cuando estás enamorado, las recuerdas
como las más bonitas. Porque su simplicidad no tiene comparación. Y
me dan ganas de gritar. En este silencio que hace daño. Basta.
Déjame. Ponlo de nuevo todo en su sitio. Así. Cierra. Doble vuelta
de llave. En el fondo del corazón, allí, en aquella esquina. En
aquel jardín. Algunas flores, un poco de sombra y después dolor.
Ponlos allí, bien escondidos, te lo ruego, donde no duelan, donde
nadie pueda verlos. Donde tú no los puedas ver.
-Federico Moccia -
puntos 5 | votos: 11
Yao Ming - famoso por su juego? posiblemente,famoso por desmotivaciones seguramente¡
puntos 7 | votos: 9
Represento la promiscuidad  - De las almas que enferman de paz
Me presento,
¡Soy la libertad de tu cuerpo y no cobro con fe!
puntos 4 | votos: 6
QUE PONGAN YO - TODOS LOS QUE ESTEN TRISTES[EN UN COMENTARIO]
puntos 8 | votos: 8
Busco a mi príncipe verde, - al azul ya le perdí

puntos 9 | votos: 11
Desmotiva... - tener compañeras que escuchen música suya 
solo por que les parece que esta bueno...
puntos 6 | votos: 8
Ahora que ya no estoy junto a ti, - TE CUIDARE DESDE AQUÍ.
puntos 17 | votos: 17
Los hombres - Son como Desmotivaciones:
- La gran mayoría estan perdidos en la cola.
- Hay bastantes que merecen la pena.
- Pero solo uno principal.
puntos 15 | votos: 17
Eric Saade - Él es el motivo por el que mi día a día se hace más fácil.
puntos 11 | votos: 11
TE ODIO - Pensé que me querías,pero no era así y al menos en vez de
decírmelo a la cara se lo dices a otras personas para que me lo digan
a mí,y me hicistes pasar 3 meses y 29 días fingiendo que me querías
y haciendome perder tiempo de mi vida.
Tú solo verás un cartel pero al otro lado hay una chica llorando con
el corazon destrozado.

puntos 14 | votos: 14
Nunca falta ese/a amigo/a - Que siempre está detrás de un libro
puntos 9 | votos: 9
Te echo unos polvos  - que te llevan  al cielo.
firmado: campanilla
problem mal pensados?
puntos 17 | votos: 17
Buenos días princesa! -
puntos 18 | votos: 20
Eeeehhhh!!! - -Necesitamos una ballesta, un reloj de arena, tres cabras y uno de los
dos tiene que tocar la trompeta mientras el otro hace esto:
**eeeehhhhh!!**
-Se quien tiene una cabra...
-Y yo se hacer esto: **eeeeehhhhhh!!!***
puntos 6 | votos: 6
otra ves - me subiré al escenario a bailar . otra ves me miraran con ojos
homofobicos .otra  ves me enfrentare a mis nervios . otra ves sentiré
la adrenalina .otra ves seré capas de  ser mas que un numero . otra
ves a bailar

puntos 12 | votos: 12
motiva - que ella sea su novia en la realidad y que en la serie sea su hija
puntos 6 | votos: 6
Alguien me puede recomendar - series para ver este verano
puntos 35 | votos: 35
Cazadores de Sombras - -Y ahora te estoy mirando -prosiguió él-, y tú me preguntas si
todavía te quiero, como si pudiese dejar de amarte. Como si fuese a
renunciar a lo que me hace más fuerte que ninguna otra cosa. Jamás
me había atrevido antes a ofrecer micho de mí mismo a nadie... [...]
Sin embargo, Clary, desde la primera vez que te vi, te he pertenecido
completamente. Y todavá te pertenezco. Si tú me quieres. 
	Durante una fracción de segundo ella permaneción inmóvil. Luego,
de algún modo, se encontró agarrándolo por la camiseta y
atrayéndolo hacia ella. Los brazos de Jace la rodearon, y a
acontinuación la besaba... o ella le besaba a él, no estaba segura,
y no importaba.
puntos 33 | votos: 35
Jace Wayland - Mientras pueda seguir soñano, soñare contigo
puntos 21 | votos: 25
Jace Wayland - - ¿vas a matarme de una vez? navidad esta cerca

puntos 18 | votos: 26
Jace Wayland - Mi amor verdadero sigo siendo yo mismo, pero a veces dejo la relación
para mantener el interés...
puntos 8 | votos: 8
Yo seré tu aire - tu serás la piel que cubra mi soledad... quiero estar junto a ti
puntos 12 | votos: 12
Joder - y yo que pensaba que en verano no tendría suspensos y ahora mira
puntos 10 | votos: 10
Una vez se reunieron  -  todos los sentimientos:

EL ABURRIMIENTO bostezaba, como siempre, cuando LA LOCURA les propuso:


- ¡Vamos a jugar al escondite! 

LA INTRIGA levantó la ceja, intrigada, mientras LA CURIOSIDAD, sin
poder contenerse, 

preguntaba: ¿Al escondite? ¿Y cómo es eso? 

- Es un juego -explicó LA LOCURA-, Yo me tapo la cara y comienzo a
contar, desde uno hasta un millón. Ustedes se esconden, y cuando yo
haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre ocupará
mi lugar para continuar el juego. 

EL ENTUSIASMO bailó, secundado por LA EUFORIA. 

LA ALEGRÍA dio tantos saltos que terminó por convencer a LA DUDA, e
incluso a LA APATÍA, a quien nunca le interesaba nada. 

Pero no todos quisieron participar. 

LA VERDAD prefirió no esconderse. ¿Para qué?, si al final siempre
la hallaban. 

LA SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le
molestaba era que la idea no hubiese sido suya). 

LA COBARDÍA prefirió no arriesgarse. 

- Uno, dos, tres... -comenzó a contar LA LOCURA- La primera en
esconderse fue LA PEREZA que, como siempre, se dejó caer tras la
primera piedra del camino. 

LA FE subió al cielo. LA ENVIDIA se escondió tras la sombra DEL
TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del
árbol más alto. 

LA GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba
le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. 

¿Que si un lago cristalino? Ideal para LA BELLEZA, pensaba. 

¿Que si la hendija de un árbol? Perfecto para LA TIMIDEZ. 

¿Que si el vuelo de la mariposa? Lo mejor para LA VOLUPTUOSIDAD. 

¿Que si una ráfaga de viento? Magnífico para LA LIBERTAD. 

Así terminó por ocultarse en un rayito de sol. 



EL EGOÍSMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el
principio, ventilado, cómodo... pero sólo para él. 

LA MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en
realidad se escondió detrás del arco iris). 

LA PASIÓN y EL DESEO se fueron juntos al centro de los volcanes. 

EL OLVIDO... se me olvidó donde se escondió... pero eso no es lo
importante. 

Cuando LA LOCURA contaba 999.999, 

EL AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se
encontraba ocupado... hasta que divisó un rosal. 

Enternecido, decidió esconderse entre sus rosas. 

- ¡Un millón! - gritó LA LOCURA- y comenzó a buscar. 

La primera en aparecer fue LA PEREZA, a solo tres pasos de la piedra
más cercana. 

Después escuchó a LA FE, en el cielo, discutiendo con Dios sobre
teología. 

A LA PASIÓN y EL DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. 

En un descuido encontró a LA ENVIDIA, y así pudo deducir dónde
estaba EL TRIUNFO. 

AL EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo, el solito salió disparado de su
escondite, que había resultado ser un nido de avispas. 

De tanto caminar, LA LOCURA sintió sed; al acercarse al lago
descubrió a LA BELLEZA. 

Con LA DUDA resultó más fácil todavía: la encontró sentada sobre
una cerca, sin decidir aún de que lado esconderse. 

Así fue encontrando a todos, AL TALENTO entre la hierba fresca; a LA
ANGUSTIA en una oscura cueva; a LA MENTIRA detrás del arco iris
(mentira, estaba en el fondo del océano) y hasta EL OLVIDO... que ya
se le había olvidado que estaba jugando al escondite. 

Pero EL AMOR no aparecía por ningún sitio. 

LA LOCURA buscó desesperada, detrás de cada árbol bajo, en el fondo
de las lagunas, debajo de las piedras, en la cima de las montañas. Se
volvió loca buscando. 

Cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal. 

Sonriendo, tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas. 

De pronto se escuchó un doloroso grito. 

¡Las espinas habían herido en los ojos AL AMOR! 

LA LOCURA no sabía que hacer para disculparse. 

Lloró, rogó, imploró, pidió perdón, y hasta prometió ser su
lazarillo. 


Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite, EL
AMOR es ciego, y.................. LA LOCURA siempre lo acompaña
puntos 10 | votos: 12
Al otro lado de la vida 1x115 - En la morgue del hospital Shalom de Sheol
6 de septiembre de 2008

El suelo estaba lleno de cadáveres. Más de una docena, metidos en
bolsas cerradas por cremalleras. Al parecer los nichos refrigeradores
estaban todos llenos y no había sitio para almacenar el exceso de
difuntos de los últimos días. A partir de la jornada siguiente los
cadáveres se incinerarían sin autopsia, pero por ahora se acumulaban
en la Morgue. La gran sala estaba impregnada del olor tan
característico que manaba del séptimo piso del hospital y bajaba las
escaleras. Ahí era más intenso. Tras la puerta se oyeron gritos de
pánico amortiguados por el metal. El lugar parecía seguro, pero
Azucena no las tenía todas consigo.
EDGAR – ¿Qué pasa?
AZUCENA – Son los guardas de la entrada. Están… están
infectados.
EDGAR – ¿Y han entrado?
AZUCENA – Si.
	Los gritos se intensificaban por momentos, acompañados de súplicas
de socorro. Edgar hizo un amago de acercarse a la puerta, pero Azucena
negó con la cabeza. El chico de las gafas se quedó en su sitio,
mirando el suelo, pensativo. Entonces se escuchó otro ruido, como un
golpe contra algo metálico. Pero no provenía de fuera, sino de la
misma sala en la que se encontraban. Azucena se esforzó por encontrar
la fuente del ruido, pero lo único que podía ver era la pared
forrada por las puertas de los refrigeradores donde descansaban los
cadáveres. Era imposible que el ruido viniera de ahí. Pero volvió a
sonar, y a él se le sumó otro golpe que venía de un nicho
diferente. Azucena miró al chico y éste asintió con la cabeza.
EDGAR – Llevan así desde anoche. Al principio pensé en abrirles,
pero… no responden, les digas lo que les digas, no responden, más
que con golpes y gruñidos.
AZUCENA – Son…
EDGAR – Si.
	El chico afirmó con la cabeza. De nuevo algo atrajo la atención de
la enfermera. En esta ocasión fue una de las fundas plásticas que
había desperdigadas por el suelo. Uno de sus extremos se levantó un
momento, para volver a su posición original acto seguido. Un gruñido
resonó en la apestosa sala. Fuera los gritos se seguían produciendo,
cada vez menos frecuentes, pero con la misma intensidad. Otra de las
bolsas dio un respingo, de nuevo golpes por dentro de los nichos y
gruñidos rabiosos exigiendo que les dejasen salir de ahí.
AZUCENA – Esto me produce escalofríos.
EDGAR – Dímelo a mi.
AZUCENA – ¿Qué harán con ellos?
EDGAR – No sé… Deberían matarlos a todos, así se acabaría esta
locura.
	La enfermera miró sus ojos marrones a través de las gafas. Tenía
un par de años más que su hijo, pero sin saber cómo ni por qué, le
recordó a él y de nuevo su corazón se contrajo. Fuera los gritos
dieron paso a disparos de lo que parecían un par de metralletas a
juzgar por la cadencia de tiro. Ambos se quedaron expectantes y
pacientes tras la puerta, esperando que ocurriera algo. Los que les
acompañaban dentro seguían a la suya, tratando de liberarse. Una de
las bolsas de cadáveres dio media vuelta en el suelo hasta quedar
frenada por una de las paredes. Afortunadamente no podían abrir la
cremallera desde dentro, y sus dientes y uñas no podían perforar el
duro plástico.
	Con el paso de los minutos los disparos y los gritos se fueron
haciendo cada vez más infrecuentes. A Azucena le vino a la cabeza la
imagen de un microondas con una bolsa de palomitas dando vueltas en su
interior. Poco a poco las detonaciones iban menguando hasta que
después de un rato sin oírlas, era el momento de abrir la puerta.
Era el momento de abrir la puerta. Tan solo hizo falta que cruzaran
las miradas para que ambos coincidieran. Edgar agarró un bisturí que
había sobre la mesa de las autopsias, y se colocó tras Azucena, que
abría la puerta con toda la delicadeza que pudo.
	Dejaron tras de sí a los infectados, volviendo al pasillo. Estaba
vacío y desierto, parecía mentira recordando la agitación que ahí
se había vivido hacía tan poco tiempo. Azucena vio en el suelo los
casquillos de bala que daban fe de lo que ahí había pasado. Una de
las paredes tenía una pequeños agujeros y una salpicadura de sangre
cuyas gotas todavía se escurrían buscando el suelo. De su dueño no
había rastro alguno.
	Pegados hombro con hombro, con más miedo que otra cosa, se
dirigieron hacia el otro extremo del pasillo, esperando encontrarse
con cualquier sobresalto de un momento a otro. Llegaron al otro lado
sin ningún percance, escuchando de lejos los gruñidos y golpes de
los infectados del depósito de cadáveres, ya muy lejos. Al girar la
esquina llegaron a la recepción de la que venía Azucena. 
	Todas las camillas estaban vacías. Todo estaba desierto, como
desahuciado y olvidado, perteneciente a otro mundo. En el centro de la
gran sala, medio oculto por una de las camillas, se encontraba el
cadáver agujereado por balas de la mujer que Azucena había visto
entrar en una camilla poco después de hablar con su hijo por
teléfono. Tenía los ojos abiertos, rojos, mirando al vacío. Frente
a ella había un hombre vestido de soldado que sostenía una pesada
metralleta con las manos temblorosas. Les daba la espalda.
	Azucena, confiada al saberse a salvo junto ese hombre armado, se
encaminó hacia él con media sonrisa en la cara. Se había dado
cuenta que su seguridad era lo más importante, tal y como decía su
hijo. Había tomado la decisión de volver a casa, para quedarse. El
hospital se las debería arreglar sin ella; no estaba dispuesta a
seguir arriesgando su vida por nada del mundo, y mucho menos para
ayudar a quienes ya estaban desahuciados. 
	Al escuchar el ruido de sus pies al acercarse, el soldado se dio
media vuelta a toda prisa, mostrando su cara salpicada de sangre a
Azucena. Eso fue lo último que vio antes de notar las balas
atravesando su cuerpo de un extremo al otro. Edgar estaba algo
rezagado y se libró por los pelos. Le gritó que parase y el hombre
dejó de disparar y bajó el arma, con la cara totalmente pálida, sin
creerse lo que acababa de hacer. Edgar se acercó rápidamente a la
enfermera que yacía boca arriba en el suelo, exhalando su último
aliento. Le sostuvo la mano al tiempo que un hilillo de sangre brotaba
de la comisura de sus labios. Entonces su pecho dejó de moverse. Sus
ojos quedaron posados en el falso techo. Edgar trató de tomarle el
pulso, pero ya era tarde para ella.
EDGAR – ¡La has matado!





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