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27.07.2011

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GeekVeterano Nivel 3

puntos 14 | votos: 14
Esto es todo un ZAS por la boca. -
puntos 4 | votos: 4
Entrenamiento - Odié cada minuto de entrenamiento, pero dije, No renuncies. Sufre
ahora y vive el resto de tu vida como un campeón
puntos 5 | votos: 5
Así despierto yo - cada lunes por la mañana
puntos 2 | votos: 2
Old School - La Vieja Escuela
puntos 4 | votos: 4
EL PROBLEMA - de los hombres es que quieren ser el unico amor de sus novias pero no
se conforman solo con ellas.

puntos 1 | votos: 1
One Direction - Para algunas personas One Direction son los mejores, pero para otras
no son los mejoers
puntos 6 | votos: 6
Desmotiva querer hacer una cosa - Y que la situación cambie tanto que acabes haciendo otra :)
puntos 8 | votos: 8
Momentos de la infancia - en los que ponías caras a gente de otros coches que ni conocías
porque sabías que no los volverías a ver
puntos 3 | votos: 3
Uno es capaz de todo.. - cuando un aparecido trata de quitarte 
EL AMOR DE TU VIDA..
puntos 5 | votos: 5
Si crees en el destino - Crees en lo imposible

puntos 7 | votos: 7
No te quejes por lo que tienes - si no estás dispuesto a luchar para cambiarlo
puntos 12 | votos: 12
Ese legendario momento - cuando tienes la sensación de que por fin la vida te da lo que deseabas
puntos 7 | votos: 7
Solo se necesita - una persona que crea en ti, para que puedas cumplir tus metas.
puntos 5 | votos: 7
Vivimos en un mundo donde - decir vete a la mierda es mas facil que decir lo siento
puntos 12 | votos: 12
El que quiere arañar la luna, - se arañará el corazón.

puntos 5 | votos: 9
La belleza no es solo - la apariencia física, sino también nuestros sentimientos y virtudes como persona.
puntos 2 | votos: 2
Muy Sucio para Vos! - Voy a Decirte algo Nena..Es Sólo la Verdad,
Mejor Será que Terminemos,Porque Yo Soy...
Muy Sucio Para Vos,Muy Sucio Para Vos..!
Muy Sucio Para Vos,Muy Sucio Para Vos..!
puntos 1 | votos: 3
El sueño de un hombre - comienza al sentir la sonrisa de una mujer. Y continua cuando esa
delicadeza se convierte en una caricia en sus labios.
puntos 223 | votos: 233
Las personas son como - los libros de una biblioteca, mientras más arriba están, más inútiles se vuelven
puntos 8 | votos: 8
Si odiarnos es acabar en tu cama - mándame a la mierda

puntos 2 | votos: 2
Feliz cumpleaños - a la mejor mamá del mundo. Porque me diste tanto amor y comprensión
es que hoy te quiero saludar con la mejor de las alegrías que un hijo
puede emanar. Soy feliz de que tú seas mi mamá.
puntos 7 | votos: 9
El que no comete locuras - jamás tendrá buenos recuerdos
puntos 5 | votos: 5
La verdadera amistad - consiste en que siempre hables bien de los amigos, silencies sus
defectos, y, en privado, les animes a corregirlos
puntos 12 | votos: 12
Mantente fuerte y sonrie - Nunca sabes quien se puede estar enamorando de tu sonrisa
puntos 5 | votos: 7
dianana -

puntos 3 | votos: 9
Le doy. -
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Antojos que son deliciosos - pero con 3 cucharadas ya estás empalagado.
puntos 13 | votos: 13
Con una buena compañía - los momentos que puedan parecer aburridos serán los más divertidos.
puntos 15 | votos: 15
Lo que hagas - puede ser insignificante,
pero es importante que lo hagas
puntos 7 | votos: 7
Capítulo 3: - A la mañana me desperté a causa de la claridad que entraba por la
ventana. Era lunes, había que volver a la monotonía de las clases.
Me levanté y me dirigí al armario pensando en que ropa me iba a
poner, al final me acabé vistiendo con unos pantalones tejanos y una
camiseta de media manga lila, a continuación fui a la cocina para
hacerme el desayuno, allí estaba mi madre, sentada en una de las
sillas con la radio conectada escuchando una emisora de radio y
tomando una taza de café.
-Buenos días Bhet
Me dijo con su expresión dulce y cálida.
-Buenos días mamá. ¿Cómo que no te has ido a trabajar?
Eran las siete, mi madre debería haberse ido a trabajar a las seis y
media. Por eso me extraño verla allí sentada sin preocuparse por su
trabajo.
-Hoy tengo que ir a recoger unos análisis al hospital y me he cogido
el día libre
-Ah, entiendo- Miré el reloj de la cocina y exclamé- ¡Ostras!
¡Llego tarde a clase! Adiós mamá te quiero.
Antes de que me pudiera contestar ya había salido corriendo por la
puerta con la mochila a cuestas. Mi instituto estaba a unos quince
minutos andando, pero corriendo llegaba en unos cinco minutos escasos.
De camino, me encontré a Amy que también llegaba tarde. Cuando la vi
afloje el ritmo y fuimos hablando tranquilamente, mientras no llegara
sola no me importaba ir un poco tarde. Pensé en explicarle lo que
había pasado la tarde anterior en el patio de mí casa, pero Amy era
muy melodramática y sabía que si se lo decía montaría alguno de
sus números como: los lobos son peligrosos, podría atacarte, es un
animal salvaje. Así que por mi bien, me lo callé.
Cuando llegamos allí la profesora, por suerte, no había llegado
aún. Nos tocaba lengua así que nos sentamos al final de la clase
para hablar mientras la profesora daba su lección.
Al finalizar las clases me fui sola a casa, porque Amy había quedado
en la biblioteca para acabar un trabajo de biología, el cual yo
tenía acabado desde hacía ya una semana.
Mientras caminaba camino a mi hogar me puse a tararear una peculiar
canción, una canción que conocía de un sueño que había tenido en
un sueño una noche no muy lejana, el sueño fue extraño pero de lo
más agradable: 
Soñé que estaba en la montaña acurrucada a mi hermano, o como
creía que es mi hermano, durante la noche y el tarareaba la canción
hasta yo quedarme dormida. Ese sueño se repitió más de una vez.
Pero no le daba ninguna importancia. 
Cuando llegué no había nadie. La casa estaba desierta, me dirigí a
la cocina en busca de vida humana. Sin resultado. Miré en la nevera y
vi una nota amarilla escrita con una caligrafía demasiado buena como
para ser de mi padre, sería de mi madre. Ya me podía imaginar lo que
ponía, pero aún así la leí:
Hola Bhet:
Quería decirte que tu padre y yo nos vamos a casa de unos amigos de
la infancia que han venido a la ciudad unos días, no sé  a qué hora
llegaremos hay comida en el congelador.
Cuídate. Besos tu madre
No acababan de llegar a casa y ya se volvían a ir. Esas cosas eran
las que más odiaba de mis padres, ¿Es que no entendían que yo
necesitaba tener a alguien cerca? 
Como iba a estar sola en casa el resto del día y no tenía deberes
decidí meterme en mi cuarto y relajarme un rato leyendo. Pasé el
pasillo hasta llegar al fondo donde estaba mi habitación. Mi madre
siempre la había denominado como “hippie”: Estaba toda llena de
caza sueños y del techo había colgadas varias plumas con dibujos
hechos por mí con pintura.
 Un gran escritorio con todos los utensilios de dibujo lienzos,
lápices, papeles, pinturas y de más, estaba empotrado en una de las
paredes. Desde pequeña me había encantado dibujar, por lo general
había dibujado las fotos que había sacado. Pero otras veces
retrataba las cosas que soñaba.
 En el suelo había una alfombra de pelo blanco que llegaba hasta los
pies de la cama, cubierta con las mantas también de pelo de
imitación como la alfombra de color crema, lo que más me gustaba de
mi habitación era que de la ventana salía un pequeño banco en el
que te podías sentar y mirar el bosque con el mar de fondo. Desde
luego era de lo más agradable.
 En el dormitorio había pasado toda mi vida como aquel que dice, ya
que, como me pasaba los días sola y me aburría iba allí y me ponía
a leer o a dibujar hasta que, al cumplir los 13 años, descubrí mi
pasión por la fotografía y salía al bosque a fotografiar.
Dejé la mochila en el suelo, a la entrada de la puerta, cogí el
libro que estaba encima de la cama y me senté en la ventana mirando
al bosque y al más allá imaginándome a mí en aquel bosque. Rodeada
de árboles, animales y aquel extraño lobo con el que había pasado
la tarde anterior.
 De repente, sin ninguna razón por mí mente pasaron varias preguntas
que hacía tiempo me rodaban en la mente: ¿Qué pasaría si me fuera
de casa? ¿Quién notaría mi ausencia? Eran preguntas estúpidas
quizás, pero para mí tenían un valor especial. Pensando mis
respuestas me quedé dormida mirando a aquel lugar en el que a veces y
sólo a veces me gustaría desaparecer.
Me desperté con un estruendo y un quejido en el comedor. No reconocí
su voz, era de un hombre, pero no la de mi padre. Me levanté y en
silenció recorrí el pasillo de puntillas, me asomé en la puerta y
para mi desgracia no era ninguno mis padres. Era un ladrón. Un hombre
de unos treinta años, no demasiado guapo ni esbelto. Tenía el pelo
negro y rizado. 
Me di la vuelta para esconderme en la azotea de la casa, pero al girar
del bolsillo de mi pantalón cayeron las llaves creando un ruido sordo
que hizo que el ladrón se percatara de mi existencia.
-¡Mierda Jenny!  Te dije que la casa no estaba vacía.
Dijo él en tono de enfado. ¿Jenny? ¿Es que no estaba solo? Sentí
como las piernas me temblaban. Deseé que todo aquello fuera una
pesadilla en la que me despertaría en mi cama o en el tranquillo de
la ventana. Pero para mi desgracia no lo era. Aquel hombre se acercó
a mí poco a poco y con paso decidido.
-Hola encanto, no tengas miedo, no te haremos nada que no sea
necesario, ¿De acuerdo?
Me dijo en un susurro. Le apestaba el aliento y yo por primera vez en
mucho tiempo sentí el miedo. No encontraba las fuerzas para contestar
así que simplemente asentí.
El hombre me miraba y me evaluaba con la mirada. En todo esto
aparecieron dos personas más a la sala. Una de ellas era una chica
alta y de pelo rubio recogido en una coleta con los ojos achinados,
por su aspecto pensé que sería mayor que el hombre quizás unos
treinta y cinco o cuarenta años, el otro era el más joven de todos.
Tendría unos veinte años y era, la verdad, atractivo. Era el
súper-chico que salía en las películas rubio y de ojos azules lo
único que no le convertía era que no estaba fuerte de gimnasio como
la mayoría de los actores.
-Ya me encargo yo de ella.
Dijo el chico de veinte años con tono divertido. Los otros asintieron
y se fueron de allí sin añadir palabra.
-No me hagas nada por favor.
Dije yo con las primeras lágrimas en mis ojos, no eran lágrimas de
dolor sino más bien de pánico. Él se acercó y me acarició la cara
de forma sutil y con expresión inocente en el rostro.
-Tranquila,  ¿Cómo te llamas, bonita?
-Bhet, me llamo Bhet
Dije con la voz entrecortada a causa del pánico, ¿Qué iba a ser de
mí?
Muy bien Bhet, ¿Te han dicho alguna vez que eres muy guapa?
Dijo acercándose más hasta quedarse a escasos centímetros de mí.
Al ver que no contestaba se acercó más y empezó a subirme la
camiseta. Se me formó un nudo en el estómago y empecé a sentirme
mareada.
-Por favor no… No quiero…
Dije con un hilo de voz casi inaudible. El chico soltó una carcajada
y empezó a bajar la mano hasta mi cintura mientras con la otra él se
desabrochaba su pantalón. Por mi mente los únicos pensamientos que
pasaban eran “No por favor, no quiero llegar a esto. Basta” Él se
aproximó y posó su boca en la mía mientras con las manos me bajaba
los tejanos. Sentí como  empezaba a llorar, tenía temor a lo que
pudiera pasar después de eso y cerré los ojos para imaginarme de
nuevo en aquel paraíso que era el bosque.
De golpe escuche un cristal rompiéndose muy cerca de donde
estábamos, pero yo no quise abrir los ojos. Sentí como se separaba
de mí soltando mil tacos de golpe, de repente algo me hizo abrir los
ojos. No fue los ruidos ni las voces de los ladrones.
Fue un olor que se me coló por mi nariz.
 Aquel olor tan peculiar y que, a pesar de haberlo olido solo una vez,
me resultaba tan familiar. No me equivoqué, era aquel lobo. Lo tenía
enfrente mío con el pelo de punta y gruñendo mientras enseñaba los
dientes. En un instante fugaz vi como se abalanzaba encima de cada uno
de los ladrones arrebatándoles lo que se habían llevado de la casa y
dejándoles varias marcas de arañazos y dentelladas en el cuerpo.
-¡Vámonos de aquí!
Exclamó el chico joven al resto levantándose y siguiéndole
corriendo. En un acto involuntario me abalancé sobre el lobo
abrazándolo y dándole las gracias como si pudiera entenderme. Él me
miró con expresión casi humana y apoyó su cabeza en mi hombro. Era
como si me dijera “Tranquila, todo va a estar bien”
 Cuando me separé de él me percaté de que tenía unos cortes
bastante profundos, seguramente causa de entrar por la ventana. Le
hice un gesto para que me esperara y el lobo, manso como un perro, se
tumbó en el pasillo. Yo me dirigí al cuarto de baño para coger el
botiquín, el mismo con el que el día anterior le había curado las
heridas a Amy.
Al principio no encontré el maletín, así que busque en el lavabo de
la planta de arriba, allí estaba. Lo cogí y corrí escaleras abajo a
curarle las heridas al cánido que minutos atrás me había salvado de
un terrible futuro. 
Empecé a curarle la más grave y profunda, la del lomo. Vertí un
poco de alcohol de curar en algodón y lo pasé por encima de la
herida, el lobo estremecido por el ardor y se levantó quejándose
mientras se lamía la herida, lo volví a tumbar y repetí el proceso.
Esta vez antes de que se levantara le cogí la cara con las manos y le
susurré varias veces que no pasaba nada,  este al escuchar esas
palabras pareció calmarse y ceder a que le curara las heridas.
Una vez acabé con eso guardar el botiquín. Pero el lobo me tendió
la pata, en esta había una herida a medio cicatrizar. Recordé las
fotos que le había echado la primera noche que lo vi, de alguna
manera entendí lo que me quería decir, así que le curé la pata y
se la vendé.
Miré la habitación y me di cuenta de que debía recoger la
habitación antes de que llegaran mis padres. Empecé por poner todos
los objetos preciados en sus habitaciones correspondientes después,
limpié los cristales del suelo y cogí la ropa que había tirada. 
Hasta ese momento no me había dado cuenta de que estaba en ropa
interior. Me dirigí a mi cuarto para cambiarme, el lobo me siguió
hasta quedarse en la puerta en la que se sentó, “Puedes entrar si
quieres, no pasa nada” dije y el lobo como un humano se levantó y
pasó al interior del cuarto.
Pareció gustarle mi habitación porque nada más entrar empezó a
mover el rabo y a sacar la lengua. Le acaricié las orejas y me
dirigí hacia el armario empotrado para ponerme mi pijama de color
celeste, me iba grande, por eso me gustaba tanto.  
Me desnudé y el lobo se fijó en mí un instante, después apartó la
mirada como avergonzado de lo que había visto. Una vez me cambié le
avisé y me volvió a observar, me estiré en la cama piqué para
hacer que viniera a estirarse allí conmigo. El cedió y se tumbó
allí. Yo empecé a acariciarle el lomo y las orejas hasta que me
dormí abrazada a él.
Me desvelé cuando mi madre picó a la puerta para preguntar si estaba
visible. Cuando me levanté dudé de lo que había pasado, el lobo ya
no estaba allí. Se había esfumado, y con él todo lo que había
pasado aquella tarde.
-Pasa mamá, estoy visible
Le grité a mi madre aún estirada en la cama
-¿Vas a bajar a cenar? La cena está hecha
-Buf… No tengo hambre, creo que me iré a dormir ya, estoy un poco
cansada
Mi madre se lo quedó pensando unos instantes hasta que asintió y me
deseó buenas noches. Cuando cerró la puerta vi un papel enganchado
con celo detrás de ella, no tenía muy buena letra, pero aún así se
podía leer, ponía:
A mi nueva amiguita:
Esta tarde me lo pasé bien, gracias por curarme las heridas, pero no
sé si soy demasiado bueno como para estar a tu lado, yo podría
hacerte daño y eso no creo que sea justo
PD: Deberías denunciar lo que pasó esta tarde en tu casa, tienes la
camiseta de ese chico, si la presentas podrán cogerlo.
Al final de la nota había una huella parecida a la de un perro,
estaba atónita, no entendía como un lobo podía escribir. Por un
momento pensé que aquel lobo era un hombre, pero no me cuadraba,
nunca había creído en aquellas cosas.
Sentí algo en el pecho entre la emoción y la incredulidad. Ahora ya
sabía varias cosas, mi cámara el día que me la dejé en el tren la
había cogido el lobo, y la nota también la había escrito él. Ahora
sólo me quedaba averiguar qué hacía allí y que estaba pasando, y
de ser realmente un humano, quién era.
Me dolía la cabeza de pensar en todo aquello, decidí relajarme. Así
que me senté en mi escritorio cogí mi bloc de dibujo y empecé a
dibujar.
Hice tres dibujos, dos de ellos de la noche en la que conocí al lobo,
un dibujo mostraba el lobo aullando con el pelaje mojado, otro era el
lobo de lado mirando al más allá y el último era yo con el lobo en
mi cama estirados el uno al lado del otro. Este último era el que
más me gustaba, seguramente porque para haberlo hecho sin ningún
tipo de muestra me había quedado un resultado bastante bueno.
Cuando decidí que estaba cansada me fui a la cama donde no tarde
demasiado en quedarme dormida, por la noche soñé que yo estaba en el
bosque corriendo y jugando con el lobo a la tenue luz del ocaso con
los pájaros volando a ras de nuestra cabeza.

puntos 15 | votos: 15
Estar ocupado - y que todos quieran pedirte algo...
puntos 12 | votos: 12
Las sonrisas - Son como las curitas; cubren la herida pero no calman el dolor.
puntos 9 | votos: 9
Todos tenemos - una mascara
puntos 21 | votos: 21
Triste es saber - que antes de partir es cuando realmente valoraras tu vida.
puntos 7 | votos: 7
Es increible - que una gota de sangre haga la diferencia entre 
una niña y una mujer

puntos 181 | votos: 215
Hello - Yes, this is dog
puntos 16 | votos: 20
Cuando uno sabe - deja de ser feliz
puntos 201 | votos: 201
Quienes aceptan sus limitaciones - Están un paso más cerca a superarlas.
puntos 17 | votos: 17
Fue increíble... - ...llegar a notar que no eras solo parte de mis sueños.
puntos 24 | votos: 24
¿Bomba? - ¿Qué bomba?

puntos 17 | votos: 17
Aunque sin palabras me dejes, - quiero que sepas que no las necesito para darte lo que quieres.
puntos 8 | votos: 8
Aparte de estar de rodillas - tenemos la polla en la boca.
puntos 6 | votos: 6
A veces, - la gracia de un chiste no resulta ser el propio cuento, sino quién y cómo lo cuente.
puntos 9 | votos: 9
Buenos días - \\\\\\\
puntos 28 | votos: 28
Distraerte con lo que - no debes puede acabar en que hagas lo que no quieres.

puntos 10 | votos: 10
Algunos envidiosos - dirán que es photoshop
puntos 13 | votos: 13
El paraíso - debe parecerse bastante a cualquier lugar en el que estés tú
puntos 7 | votos: 7
Anna Simon Mari - Lista para trabajar
puntos 21 | votos: 21
Su astucia y coraje - sólo demuestra su gran eficacia.
puntos 7 | votos: 7
¡JOHN NO TE MUERAS! - ¡ME DEBES 50 EUROS CABRÓN!





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