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03.08.2010

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bueno 5857 | malo 298
Veterano Nivel 3

puntos 8 | votos: 10
Nunca entenderé por qué... - ... si van en BICI (o bicicleta), no se llaman BICICLISTAS (o bicicletistas),
puntos 7 | votos: 9
-Sam - -Dime Frodo
-Te vienes a Mordor andando
-Joder SI como no me lo has dicho antes
Puto Enano
puntos 5 | votos: 9
Sabias que... - estas dos monedas tienes los cantos iguales
puntos 20 | votos: 24
Porque los españoles - somos diferentes al resto del mundo.
puntos 14 | votos: 16
Diamantes - Nada dice te amo como una piedra superficial y sobrevalorada,
extraida de las entrañas de la tierra por esclavos del africa.

puntos 1774 | votos: 1874
Y por que me reduce el dolor? - Si yo al tio de la foto no lo conozco de nada.
puntos 14 | votos: 14
Vestirte de zombi - Lo estas haciendo bien
puntos 101 | votos: 141
Viva! - Adoremos a las cucarachas!
puntos 12 | votos: 14
Irena Sendler - 2.500 niños... Salvó a 2.500 niños judíos del Ghetto de Varsovia.
Parecen pocos, pero son muchos. (Hago este cartel sólo porque pienso
que se lo merece... Irena siempre estará viva en mi corazón)
puntos 30 | votos: 30
Entrevista desmotivadora - Para conocer mas de cerca a nuestros idolos

puntos -10 | votos: 18
Toreo vs Toro embolado - No sé porqué quieren quitar las plazas de toros los llamados
Defensores de los animales mientras todavía se encuentren
manifestaciones de vandalismo como el toro embolado . En cambio, el
toreo es mas que un arte: una cultura y una tradición.
puntos 13 | votos: 13
Destrozar los pulmones - de mis padres
puntos 14 | votos: 14
Lo escuché con mis propios ojos. -
puntos 16 | votos: 24
Himno centenario del Sevilla - Da igual de que equipo seas siempre emocionara
puntos 18 | votos: 28
JUSTIN BIEBER - Ha desprestigiado el nombre de una buena bebida

puntos 31 | votos: 35
¡QUIERO UN HELADO SOLO! -  En los días en que un helado costaba mucho menos, 
un nino de 10 años entró en un establecimiento y se sentó
en una mesa. La mesera puso un vaso de agua en frente de él.
 - ¿Cuánto cuesta un helado de chocolate y maní?
 preguntó el niño.
 -Cincuenta centavos-  respondio la mujer. 
El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó las monedas.
 -¿Cuánto cuesta un helado solo?- volvió a preguntar.
 Algunas personas estaban esperando por una mesa y 
la mesera ya estaba un poco impaciente.
 -Veinticinco centavos- dijó ella bruscamente. 
El niño volvio a contar las monedas. 
-¡Quiero el helado solo!- dijo
 
La mesera le trajó el helado, y puso la 
cuenta en la mesa y se retiró.
 El nino terminó el helado, pagó en la caja y se fue.
 Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa, le
 costo tragar saliva al ver que allí, ordenadamente
 junto al plato vacío, habian veinticinco centavos... 
SU PROPINA.
puntos 13 | votos: 27
Justin Bieber:Dios dejame cantar - Metallica:Lo siento no puedo dejar que lo hagas
puntos 10 | votos: 12
Al quitarle la tilde a solo - No se si eres un ninfomano exagerado
o
Si te has quedado sin pareja
puntos 6 | votos: 6
Pellerano y Ginobili - Tambien
puntos -28 | votos: 34
Marroquí de mierda - Que jilipoyas es este cabrón marroquí que parace un gay con un
condón en su puta poya.

puntos 3 | votos: 9
¡Jaja! - ¡Ahora yo tambien se tu secreto!
puntos 8 | votos: 10
¿El pito? - Un tipo levantó un bote de pintura con el pito
puntos 3 | votos: 5
Yo estoy pensando en uno! - Asi es EL CORAZÓN!
puntos 715 | votos: 977
A que nunca - le hubieses imaginado ese uso
puntos 18 | votos: 20
Desmotiva que - esta persona , como más futbolistas , ganen en un día más que mi
padre en un año , teniendo el un trabajo más duro.

puntos -2 | votos: 14
Facebook - Fotos que no se olvidan
puntos 17 | votos: 17
Sabias que - El libro de Calisto y Melibea y de la puta vieja Celestina (o la
Celestina a secas) fue escrita en 15 días
puntos 21 | votos: 21
¿Por qué a la hora de cagar  - todo el mundo se pone a filosofar?
puntos 3 | votos: 9
Ese Dia que ves un arcoiris y...... - se lo dices a tu profesora y cuando la gente esta con la intriga no se
ve por que pusiste la mano :(
puntos 2 | votos: 12
¿A que no sabías - que es italiano?

puntos 18 | votos: 18
No te arrepientas... - ...de las cosas que has echo mal,
sino de las que no has echo
puntos 12 | votos: 16
Parecidos razonables - Demasiados razonables
puntos 10 | votos: 12
Y ese momento no tan especial... - Donde os preguntais,
Y donde cojones esta el techo?
puntos 19 | votos: 19
Error 404 - Logica not found
puntos 27 | votos: 31
Lo que no mata, engorda -

puntos 10 | votos: 10
Pasar a ser rojo - Feel like a sir
puntos 15 | votos: 19
Puke Rainbows -
puntos 12 | votos: 14
Si todos los caminos... - ...conducen a Roma
Como cojones se sale de Roma?
puntos 12 | votos: 14
=rand(200,99) - Escribe eso en el word y espera 3 segundos...que pasa?
puntos 11 | votos: 11
Tres bebés por segundo -  nacen en el mundo. (Si eres de los que leen lentamente cuando
termines esta frase ya habrá en el mundo como 100 bebes más, la
gran mayoria chinos)

puntos 980 | votos: 1104
Gente que dice que ha visto SAW - y llama saw a la marioneta, cuando saw es él
puntos -7 | votos: 11
Sacapuntas - Descripcion gráfica
puntos 21 | votos: 23
Coincidencia? - o plagio?
puntos 23 | votos: 23
Solo hazlo -
puntos 2 | votos: 2
Tuenti vs. FaceBook - Simple competencia entre grandes redes sociales.

puntos 16 | votos: 16
Adolescente estudiando: - ``Estudio esta página y me la casco...
Bueno, mejor me la casco ahora´´
puntos 11 | votos: 21
Al otro lado de la vida - 1x07 - Tejado del edifico Astoria 23
28 de septiembre de 2008

La puerta gruñó al oscilar sobre sus goznes. Bárbara la abrió
lentamente, esperando encontrar cualquier cosa tras ella. Lo único
que ahí había era una escoba, un recogedor y un cestito con pinzas
junto a una pared, todo iluminado por un gran lucernario que filtraba
la tardía luz del ocaso al generoso hueco de la escalera. Ese era un
lugar cerrado, y si entraba ahí, no quería tener ninguna sorpresa
desagradable, de modo que habló. Preguntó en voz alta si había
alguien ahí. No obtuvo respuesta, ni buena ni mala. Eso no era una
garantía para saber que ahí estaría segura, pero ya era algo.
	Dejó la puerta abierta y se dirigió hacia la barandilla para
empezar a bajar las escaleras, oyendo un inquietante eco a cada paso
que daba, alejándose cada vez más de la luz. El rellano al que
llegó, el del sexto piso, tenía cuatro puertas; dos a cada lado de
un pasillo que acababa en la misma puerta tapiada con maderos que
viera por fuera mientras subía. Abandonó la escalera y anduvo hacia
las puertas, sin mucha esperanza de encontrar ninguna abierta,
empezando a pensar que sería lo que haría si en ese bloque no
había ni un solo piso al que poder entrar.
	Sexto primera, cerrada a cal y canto; incluso se veían las puntas
de algún que otro clavo asomar por el marco. Sexto segunda idéntico
resultado. Sexto tercera parecía igualmente impenetrable, pero cuando
Bárbara giró el pomo la puerta cedió sin dificultad. No había
previsto que eso pudiera ocurrir, y por ello le dio más respeto que
satisfacción. Empujó suavemente la puerta, al tiempo que decía un
largo ¿Hola?. Al parecer no había nadie ahí dentro. Echó un
último vistazo al pasillo y entró en la casa, en cuya puerta
pendía una placa que decía Señor y Señora Soto. Cruzó el
umbral algo asustada, y cerró la puerta tras de si.
	Todo parecía en regla ahí dentro, y eso le dio una extraña
sensación de que estaba haciendo algo mal. Entrar en una casa ajena
sin ser invitado y disponerse a pasar ahí la noche y saquear su
cocina, sin ni siquiera conocer a los dueños, no hubiera estado bien
en el mundo real, en el que había leyes y normas morales. Ahora todo
era distinto. En una especie de comunismo extremo, todo era de todos
y debía ser compartido sin importar el origen y la condición del
individuo. Era una ley por nadie establecida, pero obedecida por
todos; una especie de conocimiento colectivo sobre la manera de
actuar. 
	Tras dejar caer la ropa que llevaba sobre el sofá, miró alrededor,
y vio un pequeño salón acabado en un gran ventanal con vistas al
cementerio.  Tal vez no era el lugar más acogedor del mundo, pero a
Bárbara no se le ocurría uno mejor donde resguardarse. Se acercó a
un gran mueble y asió una foto en la que se veía una pareja de unos
treinta años. El señor Soto abrazaba a la señora Soto por detrás,
colocando su cabeza sobre el hombro de ésta, que sonreía con los
ojos achinados. Estaban en una playa paradisíaca, mucho antes de que
todo esto empezara. Envidió su situación, la felicidad que
demostraban con sus caras risueñas, y se preguntó donde habrían
ido a parar; no tardaría mucho en averiguarlo.
	Todo estaba demasiado tranquilo, demasiado ordenado. Ahí había
algo que no le acababa de encajar. Vio la mesilla de una televisión,
sin televisión, un equipo de música y una gran mesa con seis sillas
perfectamente colocadas. Lo primero que hizo fue dirigirse hacia la
cocina, pues el hambre ya empezaba a hacerse bastante acusado.
Incluso ahí dentro parecía todo en regla. Sobre la encimera de
mármol negro descansaba un cuchillero repleto de cuchillos de todos
los tamaños. Bárbara agarró el más grande que vio, algo más
tranquila al verse armada. Si bien un cuchillo no acabaría con uno
de ellos, podría entorpecerle un rato,  tal vez lo suficiente para
salir por piernas de ahí.
	La luz se filtraba por una ventana apaisada, bañando con una luz
mortecina todo cuanto la rodeaba. Se acercó a la nevera y puso su
mano sobre el asa que la abriría, tirando de ella. El intenso olor
que de ahí manó la hizo cerrarla al instante. Dos semanas sin
electricidad eran más que suficientes para echar a perder lo que
quiera que guardasen ahí dentro. Debería seguir buscando.
Ingenuamente abrió el grifo, pues también estaba sedienta, pero
éste se limitó a hacer un ruido, como un gorgoteo, y volvió a
quedar en silencio. Tras la puerta de acceso había otra puerta,
cerrada. Bárbara pensó que  tal vez sería la despensa. Se acercó
a ella y la abrió. 
	En efecto, se trataba de la despensa, pero ahí no se encontraba lo
que ella hubiera podido prever, sino algo mucho más desagradable. A
juzgar por la barba que asomaba por entre la sangre seca de lo que
quedaba de su cara, debía de tratarse del señor Soto. Estaba
sentado en el suelo, medio de lado, con una de sus manos todavía
sosteniendo la escopeta de caza que le había quitado la vida, y que
le había volado media cabeza. Los efectos del disparo aún se
notaban por todos lados, pues la estantería que había tras él
estaba bañada en sangre, y con el disparo había dejado caer parte
de los alimentos envasados que ahí guardaban.
	La visión era horrible, y de buen grado hubiera cerrado esa puerta
de nuevo para no volver a abrirla, pero ahí había todavía
demasiada comida intacta, y ella tenía mucha hambre. Cuchillo en
mano se acercó al señor Soto, y le sustrajo la escopeta de las
manos. Tal y como tenía la cabeza, desfigurada y agujereada,
Bárbara bien sabía que no volvería a levantarse. Comprobó que la
escopeta estaba vacía. Por lo visto había gastado su última bala
en quitarse la vida; Bárbara debería conformarse con el cuchillo.
Agarró una botella de agua, un par de latas de conserva y una bolsa
de patatas fritas, y salió finalmente de ahí.
	Dejó toda la comida sobre la mesa de la cocina, y tomó asiento en
una silla de madera. Encarada por si las moscas a la puerta de
entrada, y con el cuchillo bien a mano, comenzó a comer y beber,
saciando sus necesidades, sintiendo por primera vez en mucho tiempo,
algo de placer, algo de paz.
puntos 12 | votos: 12
Éte -
puntos 13 | votos: 15
Pero tio... - Que es lo que has comido?
puntos 16 | votos: 16
Ríe cuando puedas, - llora cuando lo necesites.





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