hectorakis
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La razón de baneo:
cartel de un cartel


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Harry Potter - es como la Navidad, siempre vuelve...
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Harry Potter - No lo matará Voldemort,morirá de viejo
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Harry Potter - Final alternativo en el que pierde Harry 
por un golpe bajo de voldermort xD!
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Harry Potter - tanta magia y no pueden hacer que 
una pluma escriba sin tinta
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Harry Potter - sin ellos no hubiera sido lo mismo.

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Fred F. Weasley - Porque a todos nos dolió al leer que había muerto
puntos 16 | votos: 16
¡50 puntos para Gryffindor! - Por decir eso con mi voz
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Fred y George - Probablemente los gemelos mas famosos en la historia de la humanidad.
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Potter face -
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Harry Potter.. - te quitarás algún día la bata de parbulitos...??

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Harry Forever Alone Potter -
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harry potter y hermione - porque todos pensamos que deberian acabar juntos
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¿Cómo encontrará Harry - su capa de invisibilidad?
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Harry Potter - la mejor saga que he visto y leido en mi vida
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La mano arriba - cintura sola
da media vuelta
Danza Kuduro

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No importa si somos tres. - Como si somos 300 solo me importa que seamos amigos.Aunque nos puedan
llamar tortolitos.Aunque no nos parezcamos en nada, hemos sufrido lo
mismo.Eso es el lazo mas fuerte que puede unir a una persona.
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un día - El amor le preguntó a la amistad:
- Para qué existes si ya estoy yo?- con lo que la amistad respondió:
- Porque yo llevo una sonrisa donde tu dejaste una lagrima.
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Al otro lado de la vida 1x78 - Sobre la boca de un túnel, entre Etzel y Sheol
17 de septiembre de 2008

El chico había visto a un infectado, uno con la piel verdosa y
agrietada, llena de cortes y de sangre seca y húmeda, que bien
podría haber salido de la más tétrica de sus pesadillas nocturnas
de los últimos días. Había escalado por las otras escaleras, sin
saber lo que se iba a encontrar, y al asomar la cabeza vio al muchacho
a menos de un metro y sin pensárselo dos veces lo agarró del
tobillo. Eso hizo que el niño gritase mientras el infectado lo
atraía hacia sí con tal fuerza que perdió el equilibrio y cayeron
los dos al arcén. Más de treinta infectados se pelearon por ese
dulce y joven bocado caído del cielo. Lo rodearon por todos los
flancos y no le dejaron levantarse, pues ya estaban mordiéndole por
doquier y desmembrando sus jóvenes extremidades para llevarse el
bocado a otra parte. Los gritos del muchacho suplicando que no le
hicieran daño no se prolongaron mucho, para descanso de quienes lo
oían desde arriba, que sabían a ciencia cierta que ya nada se podía
hacer por él.
	La cosa pintaba realmente mal, pues los infectados ya sabían que
ahí arriba había más gente, y no tardaron en subir por ambas
escaleras, poniendo nuevamente en guardia a los nueve supervivientes.
Morgan y Rafael se colocaron en uno de los lados, las dos mujeres
soldado en el otro, y comenzaron a disparar a todo aquél que tratase
de subir para reunirse con ellos. Los cinco chicos se quedaron entre
ambos fuegos amigos, mirándose unos a otros, sintiéndose inútiles y
enormemente asustados. La tarea era muy fácil, pues un simple disparo
en el pecho o la cabeza bastaba para tirarle a él y a todos los que
estaban subiendo con él al mismo tiempo. No obstante, acabaron por
asumir que esa situación no podía alargarse mucho más, pues había
demasiados infectados ahí abajo, y no paraban de venir más del
pueblo. Además, el ruido de fuera había alertado a los que habían
entrado al túnel, que ahora estaban saliendo y sumándose a la
fiesta.
	Los cadáveres de los infectados que caían a los pies de las
escaleras no hacían más que facilitar la subida a los que venían
detrás, y llegó un momento en el que la situación se descontroló.
Al ir por parejas podían disparar y cargar el arma alternándose uno
con el otro, pero no tenían suficiente munición para tantos
infectados como había ahí abajo, y llegaría un momento en el que se
quedarían en bolas ante ellos y si no ocurría ningún milagro,
deberían sucumbir a su voluntad.
	Morgan comprobó como los cartuchos de escopeta que guardaba en su
bandolera eran cada vez más escasos, y comenzó a ponerse más y más
nervioso. El sudor le corría por la frente y las mejillas, pese a que
no hacía más que quitárselo con el dorso de la mano. Rafael no
parecía estar pasándolo mucho mejor, y en un momento dado, mientras
Morgan cargaba su escopeta confiando en que su compañero le cubriese,
puesto que él acababa de hacer lo propio con su pistola, quedó
inmóvil, sosteniéndola pero sin dispararla, dejando que esos seres
se acercasen peligrosamente. Morgan se giró un momento a ver qué
pasaba, mientras metía más cartuchos en su arma, y se cruzó con la
mirada asustada de Rafael.
RAFAEL – ¡Se ha encasquillado!	
	Morgan vio como una mujer de mediana edad a la que le faltaba una
oreja se ponía a su mismo nivel y corría hacia Rafael, hablando en
su particular idioma. Morgan dejó al instante lo que estaba haciendo
y corrió hacia ella con toda su rabia y su fuerza. Le dio un golpe
tan fuerte con el hombro que la mujer perdió el equilibrio y cayo
hacia atrás, despeñándose por las escaleras, llevándose a tres de
sus compañeros en la caída. Viendo la situación algo más
controlada, Morgan se giró para ver como lo llevaba Rafael y se
quedó de piedra al ver lo que había a su espalda. 
	Estaban solos ahí arriba, aunque eso no se prolongaría por mucho
tiempo, a juzgar por la mano que emergió de las otras escaleras. No
se habían dado cuenta que habían dejado de sonar disparos; estaban
demasiado preocupados por lo que traían ellos mismos entre manos en
esos momentos como para preocuparse del trabajo de las soldados. Ellas
no habían podido con los infectados que subían por su lado. Morgan
contuvo un gesto de alivio al ver que la mano que emergía de entre
las escaleras pertenecía en realidad a una de las soldados. No se
podía explicar como había podido pasar tan rápido, pero ella era
ahora uno de ellos. Sus ojos y la expresión de su cara la delataban.
	Sin previo aviso, una voz sonó por encima de sus cabezas. Una voz
joven y dulce que hizo que tanto Morgan como Rafael dejasen de mirar a
la soldado muerta que ya se estaba incorporando y comenzasen a
registrar la maleza del monte que subía y subía por ahí arriba.
Llegaron a ver de donde venía esa voz, y se sorprendieron de lo lejos
que estaba. Era una de las muchachas que había subido con ellos; sus
cuatro compañeros la habían dejado atrás, huyendo entre los
árboles, pero ella se sentía en deuda con quienes les habían
salvado la vida en un par de ocasiones, y prefirió esperarles. Les
gritaba que subieran, que dejasen de luchar porque era inútil, que
eran demasiados. 
Morgan miró la pendiente que debían subir, que hasta entonces había
creído imposible de escalar, pero al ver a esa joven mujer ahí
arriba, se acabó de convencer de que no todo estaba perdido. Se
agachó para recoger su escopeta, mientras la chica no paraba de
gritarles, advirtiéndoles que los infectados se acercaban por ambos
flancos. El policía negro le exigió a su camarada que comenzase a
subir mientras él se encargaba de los que se acercaban a ellos. No se
lo pensó dos veces y se agarró a unas raíces para comenzar el
ascenso. 
Morgan pisó un par de cartuchos que no había llegado a meter en su
escopeta mientras se dirigía hacia la soldado, que ya corría hacia
él con sus dos manos alzadas, preparadas para agarrarle del cuello y
estrangularle. Tan solo hizo falta un certero disparo en la frente
para acabar con el problema. No sintió remordimiento alguno, pese a
haber compartido tanto tiempo con ella, pues sabía que de haber
podido hacerlo, se lo hubiera agradecido. Él mismo había repetido en
más de una ocasión que si en algún momento se transformaba en uno
de ellos, que no dudasen ni un momento en acabar con su infame vida,
pues él ya estaría muerto.
	Evitó mirar lo que quedaba de la cabeza de la soldado, y al dar
media vuelta se encontró de frente con una mujer canosa y delgaducha
que le agarró del antebrazo con más fuerza de la que aparentaba y le
mordió en la muñeca de la otra mano. Morgan no tuvo tiempo de
reaccionar y trató de quitársela de encima, asustado al pensar que
le habría infectado con el mordisco; lo había visto cientos de
veces. No había sentido dolor alguno en el mordisco, y al apartarle
la cara empujándole la frente, comprendió por qué. Los dientes se
desprendieron de la boca de la anciana, en dos hileras perfectas y
blancas. La mitad de la dentadura postiza cayó al suelo, y la otra
mitad se le quedo colgando de la boca bañada en saliva.
	Morgan disparó un tiro al estómago de la vieja, esparciendo por
encima del que estaba subiendo detrás de ella gran parte de sus
entrañas y un buen chorreón de sangre. La vieja cayó al suelo y él
se miró la muñeca, asustado. Tan solo tenía algo de saliva, que se
apuró en limpiar con la manga de la camisa. Afortunadamente no había
tenido ocasión ni de marcarle los dientes en la oscura carne. Sin
perder más tiempo se colocó la escopeta a la espalda y cogió
impulso para comenzar a subir la pendiente. Nada más hacerlo se
encontró con una mano amiga tendida frente a sí que le ayudó a
coger el impulso necesario para separarse los primeros metros de lo
que parecía una muerte segura.
	Rafael se quedó a su lado y ambos comenzaron a escalar torpemente,
alentados por la dulce voz de aquel duendecillo, agarrándose a los
troncos de los árboles, los matojos más densos y las raíces que
emergían con frecuencia de la tierra seca, raspándose la piel de las
manos al tocar los troncos y las zarzas, inmunes ya al dolor. Subieron
varios metros sin mirar atrás, temiendo lo que podían encontrarse si
lo hacían. El primero que lo hizo fue Morgan. Se agarró al fuerte
tronco de un abedul y echó un vistazo atrás. Vio como ahí abajo se
habían congregado ya al menos diez infectados, y que no paraban de
subir más y más. La carretera ahora estaba infestada de ellos.
Había tantos que apenas se podían mover, aunque todos luchaban por
acercarse a la boca del túnel. Morgan se volvió a sorprender al ver
a tantos juntos, preguntándose una vez más porque no se atacaban
entre ellos. 
Los que había ahí arriba y trataban de seguirles escalando como
ellos, no hacían más que resbalar a los pocos metros y caer por su
propio peso de nuevo al punto de partida, que para entonces ya había
sido ocupado por otro infectado, y eso parecía más una orgía de
carne a cada segundo que pasaba. Morgan esbozó una sonrisa al ver que
eran demasiado torpes y ansiosos para darles caza, y que si nada más
se volvía a torcer, podrían escapar de una pieza. Fue al girarse de
nuevo que la sonrisa abandonó su cara al instante.
Rafael había perdido el equilibrio y comenzó a rodar cuesta abajo en
silencio. Al pasar junto a Morgan, éste trató de agarrarle para
frenar su caída, pero se le resbaló en el último momento y casi se
suma él a la caída, pues a punto estuvo de perder también el
equilibrio. Vio impotente como Rafael caía sin poder agarrarse a nada
en el camino y volvía al mismo sitio del que había huido un escaso
minuto antes. Morgan vio como los infectados no perdían ni un momento
y se abalanzaban sobre él, mientras éste gritaba como una niña.
Respiró hondo, agarró de nuevo la escopeta y se dejó caer de nuevo
por el terraplén, desoyendo los consejos de la dulce voz que les
hacía de apuntador desde hacía largo rato.
puntos 37 | votos: 37
Pocas cosas hay en esta vida - que valgan tanto como la verdadera amistad.
puntos 6 | votos: 6
Gracias Camarada - Por enseñarme a luchar por mis sueños ,aunque el mundo se ria de ellos
^.^

puntos 8 | votos: 8
Desmotiva... - Que el chico que me enseño a no derramar nunca una lagrima por nada
ni nadie , sea el que ahora provoque que derrame mis lagrimas por el
puntos 8 | votos: 8
Ojalá mi abuela - pudiera bailar así
puntos 5 | votos: 5
Los sueños nunca desaparecen - Siempre que las personas no los abandonen
puntos 43 | votos: 43
Huyamos juntos - de esta sociedad que nos mira con extrañeza y no nos comprende.
puntos 15 | votos: 17
¡¡Ya está aquí el verano!! -

puntos 23 | votos: 23
-¿Qué es eso Sr.Holmes? - +Elemental querido Watson, elemental, concretamente, uno de agua.
puntos 16 | votos: 18
Amigo - es el que está dispuesto a seguir tus locuras sin dudarlo.
puntos 21 | votos: 21
Desmotiva - Que el lobo feroz nunca tuviera su final feliz
puntos 16 | votos: 16
Mejor no saber - porque se divierte tanto Daniel.
puntos 14 | votos: 16
Podéis Decir - Qué Dragon Ball Es Épico, Qué Naruto És El Mejor Manga, Pero Esta
Serie Es La Polla

puntos 30 | votos: 32
-Perdona, me he tropezado - (Fuck yeah!!)
puntos 16 | votos: 16
Luffy - luchando por sus sueño desde 1997
puntos 33 | votos: 33
Caer está permitido... - ¡Levantarse es obligatorio!
puntos 23 | votos: 23
Yo tampoco - he podido hacer bien un cartel por no encontrar la imagen correcta
puntos 17 | votos: 17
Por esos dias - en los que por alguna razón ajena a tu existencia, tienes una sonrisa
de oreja a oreja :D

puntos 13 | votos: 13
No me importa - que hacer , para ver tu sonrisa
puntos 11 | votos: 15
Desmotiva: - Que algunos llamen ``bañador´´ a un simple pantalón, y se rían de
ti por llevar un autentico bañador.
puntos 21 | votos: 21
Nunca supe, - lo que era ser fuerte, hasta que ser fuerte, fue mi única opción.
puntos 24 | votos: 24
Cuando te enamoras no lo notas, - pero te vas volviendo idiota...
puntos 10 | votos: 10
A veces diez segundos - Son suficientes para sentirte completamente FELIZ

puntos 2 | votos: 6
Puedes - intentar matarme la veces q quieras pero asta q tu no mueras no morire del todo.
puntos 14 | votos: 14
las cosas siempre - pueden ir a peor !
puntos 21 | votos: 21
Yo tambien digo que tengo  - mala suerte hasta que conoci a nobita
puntos 32 | votos: 32
Si, efectivamente hay un lobo - vigilando el puente.
puntos 15 | votos: 17
Desmotiva que - tu pareja te diga : tenemos que hablar...

puntos 11 | votos: 11
Mi verano - va a ser Legen...          espera...          dario
puntos 10 | votos: 10
lo siento. - He decidido quererte y no estoy dispuesto a perderte
puntos 14 | votos: 14
¡Chicas! ¿Cuál es nuestro oficio? - ¡REBAJAS REBAJAS REBAJAS!
puntos 22 | votos: 22
Compañeros Cabrones - Descripción: grafica
puntos 15 | votos: 15
por esos amigos... - que aunque pongas todas tus ganas no entraran en razon





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