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14.09.2013

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GeekVeterano Nivel 3

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justo en el momento - en el que pienso que estas detrás mio ,
volteo y solo veo la oscuridad de ese vació.
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¿problemas con el auto? -
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Tengo - 69 amigos, Rawr.
puntos 6 | votos: 6
Marcó nuestra infancia, - desapareció sin más.
puntos 7 | votos: 7
Misaki Mei - Seguro que cuando te enteraste de su historia, pensaste que ha tenido
mucha fuerza por haber seguido adelante.

puntos 9 | votos: 9
La fe no siempre alcanza. -
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En momentos de aburrimiento - la imaginación lo supera todo.
puntos 4 | votos: 4
preguntenme algo - y les respondere con gustos
puntos 8 | votos: 8
Y así es como me siento... -
puntos 2 | votos: 4
. -

puntos 6 | votos: 6
Sufrir, una opción - Vivir, una realidad
puntos 7 | votos: 9
Hoy toca repartir - bonos de productividad
puntos 8 | votos: 8
Cada uno tiene sus gustos... -
puntos 1 | votos: 5
El Futbool -
puntos 15 | votos: 15
jutsu de inmortalidad - De todos los que lo han intentado el de ash es el mas perfecto

puntos 3 | votos: 3
Podría ir de party hard... - no, mejor estudiaré para el examen de recuperación
puntos 16 | votos: 16
Después de tanto sufrimiento - solo cabe esperar que haya valido la pena.
puntos 7 | votos: 7
Existen buenos remedios - para la melancolía: cantar, hacer música, escribir poesía...
Vagar sin una meta...
puntos 10 | votos: 10
Ésta es tu cara - cuando tu mejor amigo llama mejor amigo a alguien más.
puntos 11 | votos: 11
Si caéis en la rutina - es porque queréis, hay cientos de cosas que poder hacer para que la
llama de la pasión no se extinga .

puntos 18 | votos: 18
Excitante - la arrogancia con la que me señalas como si fuese de tu propiedad.
puntos 34 | votos: 34
Ni metas las manos al fuego, - ni te hundas por nadie.
puntos 16 | votos: 16
El día que intento mantener - un poco las distancias, al siguiente necesito comerte a besos...
puntos 11 | votos: 11
Ojalá tuviese - esta vista desde mi ventana...
Ojalá...
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Decepciona - tras mucho pensar que no haya ninguna conclusión...

puntos 12 | votos: 14
En que momento - decidí fiarme de mis amigos...
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Capítulo XXX: Lazos - Hoy unos bandidos nos atacaron. Habíamos tomado un desvió hacia el
bosque pues los humanos no nos querían entre ellos. Eran un grupo de
veinte hombres muy armados. Los salteadores de camino habían hecho
rapiña de los soldados caídos en la guerra. Muchos de ellos portaban
armaduras bolladas, hachas y espadas de filo desgastado. Se acercó a
nosotros lo que parecía su jefe. Era un hombre tosco, de gran
anchura. Estaba muy sucio y zarrapastroso así que su tez parecía
oscura. Sostenía un gran hacha. Hacía curiosos aspavientos con la
intención de adementarnos. Su voz era grave y apenas se le entendía
al hablar. 

Era imposible razonar con ellos. Le pedí a Darky que cerrara sus
ojos. Noqueé de un golpe a su jefe y entonces todos fueron a por mí.
Esquivé sus ataques. Eran demasiado toscos comparado con los enemigos
que había enfrentado. Tomé el arma de uno de ellos rompiéndole la
nuca y posteriormente el cuello. Decapité a tres seguidos con tan
solo con desenvainar el arma. 
Se acercaron dos por detrás. Incrusté la espada en la cabeza de uno
de ellos mientras perforaba con las manos desnudas la armadura del
otro. Un grupo de seis me redujo mientras los demás se abalanzaban
sobre Darky. Usando la magia, aspiré el aire que había en sus
pulmones haciendo que estallarán por dentro. Corrí rápidamente a
donde estaba Darky. Sin pensarlo, volé la cabeza de cada uno de
ellos. Una lluvia de sangre nos mojó a Darky y a mí. Ello titubeó
un poco pero abrió sus ojos. No se vio inmutada pese a estar cubierta
completamente de sangre. Es más, sus ojos solo parecían 
fijarse en los míos. 

-Es cierto-le dije- Cuando nos conocimos llovía de esta misma manera-


Telyg bajó de su cama. Estuvo leyendo un buen rato uno de los diarios
de Master. Había llegado a la conclusión de que Master había sido
el guardián de Darky tiempo atrás y de que ambos no eran humanos.
Los hechos que relataba en sus historias se remontaban a la Guerra del
Consejo ocurrida hace siete siglos. Telyg suspiraba. Había muchas
partes que no comprendía. La relación de Darky con Master, y la
extraña aparición de Magica. Nada encajaba. Y luego estaba los que
les contó Jess durante la noche de Walpurgis.

Sonó la puerta interrumpiendo sus pensamientos 

-Hermano, han llegado los nuevos miembros- dijo secamente

-Gracias por venir a avisarme, Moi-

Ambos tomaron rumbo a la puerta principal. Ninguno de los dos se
dirigió más la palabra. Estaban avergonzados de su comportamiento el
anterior día pero su ego no les permitía disculparse. Ambos
compartieron miradas preocupantes. Parece ser que no hizo que
intercambiaran palabras para disculparse uno al otro. Se reconciliaron
con una sonrisa.


Parecía que el ambiente enrarecido que había imperado en los
últimos días iba desapareciendo. El campamento estaba casi
restaurado. Para suplir las bajas que habían sufridos, otros
destacamentos insurgentes  les había enviado una brigada voluntario.
Los Escorpiones Rojos contaban con tres campamentos, siendo el de
Telyg el de mayor prestigio. Aparte, contaban con un sinfín de
patrulleros que inspeccionaban las zonas que había entre cada uno de
ellos.
Hoy, iban a venir un grupo de soldados voluntarios 
del campamento vecino. 

Había una gran multitud de curiosos allí reunida. A fin de cuentas,
no estaba de más intentar olvidar todo lo que había ocurrido aunque
tan solo fuese un instante. La multitud estaba jocosa.
Todos parecían haber recuperado algo de su buen estado de ánimo. La
puerta se abrió Moi y Telyg estaban detrás de todo tumulto No fueron
capaces de ver nada. Tuvieron que contentarse con escuchar los
comentarios del público y formar parte de los cánticos y vítores.
Por un momento, sus cabezas permanecieron despejadas de cualquier
preocupación. Era un grupo de cuatro personas que iban montadas a
caballo.

-Maldita sea, no se ve quienes son desde aquí- farfulló Telyg con
descaro.

-Vamos, hermano, es normal. La mayor parte de los soldados han venido
a recibirlos aquí-

-¿Y eso?-

-Bueno- dijo Moi con una voz melosa- Dicen que uno de ellos es una
chica.¡Y lo mejor de todo, se dice que su belleza es despampanante!

-No deberías hacer mucho caso a los rumores- respondió Telyg entre
carcajadas-siempre suelen exagerarse. Ya estoy harto-dijo a
continuación- voy hacerme hueco a ver quienes son nuestros nuevos
compañeros.

-¡Hermano!- dijo Moi viendo como Telyg se sumergía entre la
muchedumbre

Telyg se agazapó entre las piernas de las personas. Recibió
pisotones y codazos a  partes. Al final, consiguió colocarse en
primera fila. Estaban pasando muy cerca de él muy pronto los vería.
Sin darse cuenta, se había dejado llevar por la emoción del momento.
Entonces las masa de personas estrujó con más fuerza. Una mano
inocente empujó a Telyg hacia fuera.

Se cruzó en el camino de los recién llegados. Su repentina
aparición asustó a los caballos hasta el punto que estuvo a ser
arrollado.

Inmediatamente, uno de aquellos jinetes le propició una patada a
Telyg para quitarlo de en medio. Se bajo de su montura y comenzó a
tranquilizar los caballos. Luego se acercó de Telyg.
Su cara mostraba un gran grado de enfado.

-Dos años. Llevo dos años sin verte. Dos años que te alistaste a
los Escorpiones Rojo para seguir mis pasos y por lo que veo - dijo
tomándole del cuello- no has progresado absolutamente en nada. Dime
¿cuánto tiempo más me he de sentir avergonzada para que estés
satisfecho?-

La voz le resultaba familiar. Cuando abrió los ojos, vio una chica
con el mismo color rojizo de su cabello el con una pequeña trenza
detrás en la nuca  Deberían tener la misma altura pero
sorprendentemente ella parecía tener un mayor porte. Elevaba en el
aire a Telyg con sus dos manos. Era tosca en su forma de actuar cosa
que contrastaba con la delicadeza que habitaba en su rostro. Sus ojos,
verdes como las esmeraldas, encandilaban a cualquiera que los mirase. 
Eran muy brillantes.

Entonces Telyg se percató de quien era. Tragó saliva.


-Perdóname, hermana- dijo en un intento de súplica.

-¿Hermana?- dijo mofándose de él mientras lo dejaba caer al suelo-A
partir de ahora no seré más tu hermana. Llámame Angel, desde hoy
seré tu superior directo-
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True Story - Casualmente ese día me encontré un Shiny en mi juego de Pokémon
puntos 18 | votos: 18
Consecuencias de dormirte en clase. -
puntos 20 | votos: 20
Critican una y otra vez las cosas - que haces y ni siquiera se preguntan el por qué las haces.

puntos 10 | votos: 10
A cada paso que damos - estamos destruyéndonos al acabar con el mundo.
puntos 8 | votos: 8
Odio a mi madre - cuando sale de mi habitación y no cierra la puerta bien
puntos 7 | votos: 7
El Dr. Wilson y - su perspectiva de una pareja.
puntos 12 | votos: 12
Ojos Rojos - realmente existen
puntos 19 | votos: 19
Seguro que tú, - a pesar de la calamidad de esa clase, alguna vez has pensado que te
hubiese gustado estar ahí...

puntos 5 | votos: 7
El tren - que lleva los carteles a la principal.
puntos 19 | votos: 19
En nuestro mundo hacen falta - más pensamientos profundos y menos palabras superficiales
puntos 5 | votos: 5
Lo que más me hirió - fue que no me dijiste nada.
puntos 11 | votos: 13
Cesar Millan: - Si logro adiestrar a este los futbolistas estarán mas seguros.
puntos 5 | votos: 7
Aveces - hago estudios sociológicos sobre cuántas personas no tienen nada
mejor que hacer que corregirme ese a veces.

puntos 13 | votos: 13
Por mucho que nos hagamos - los fuertes, sin apoyo no podríamos resistir.
puntos 11 | votos: 11
A veces - el remedio es peor que la enfermedad...
puntos 12 | votos: 12
Capítulo XXIX: Fragmentos - La habitación seguía estando igual de desordenada como si estuviera
aún aguardando a su dueño. Todo estaba tirado por el suelo siguiendo
las líneas de un caos ordenado. Telyg tomó unas cajas de cartón que
había por allí. Lentamente, fue tomando los papeles y cualquier cosa
que pareciese importante y las fue metiendo dentro, sin importarle lo
arrugadas y viejas que estuvieran. Recogió toda la habitación hasta
que pareció nueva. Ahora podía observarse el suelo. Era de listones
de maderas con un color muy opaco.  Sonó un leve crujido chirriante.
Había algo detrás de la larga alfombra roja que recorría la
estancia. La enrolló hacia un lado.

-¿Qué es esto?- pensó Telyg.

Había encontrando una trampilla en el suelo. Los listones que lo
recubrían era de un negro más intenso que el resto. Eran
independientes al resto de conjunto. Teniendo la misión en mente y
con cierta curiosidad rondando por su cabeza, Telyg abrió la
trampilla. Su cara se vio empañada por un montón de polvo. Tras
quitarse toda la mugre que había cubierto su rostro, inspeccionó el
espacio que había abierto. Era muy pequeño. En el ni  siquiera
cabría una persona. Dentro de la trampilla solo había una caja de
metal. Telyg la tomó con cuidado. Notó que pesaba bastante a pesar
de su envergadura. Estaba cerrada con dos candados, cada uno con la
cerradura correspondiente a su llave. Para suerte de telyg, el paso de
los años las había oxidado así que no le haría falta buscar las
llaves para abrirla. Las quito con suma facilidad. Dentro de aquella
caja de metal, escondida en aquella rebuscada trampilla oculta en la
más  profunda de las moradas de La Forja, solo había un cuaderno. 

Telyg se mostró desilusionado. Pensaba que habría encontrado algo
valor. Intentó leerlo, pero la mayoría de los textos estaba escrito
en un lenguaje que desconocía. Había unos pasajes que si entendía
aunque les costaba examinarlos apropiadamente. Se tumbó en el suelo,
tomándose un merecido descanso y comenzó a leer.

La guerra enloquece a los hombres. No dejes que te arrastre consigo.
Esas palabras resuenan en mi cabeza cada noche. Han pasado siglos
desde que moriste pero aún así conservo un nítido recuerdo sobre
ti. Esas últimas palabras que me dedicaste y la misión que me
encargaste han sido mi credo  hasta el día de hoy. Tu hija está a
salvo, tal y como te prometí. Ha heredado la voluntad de su madre. Es
muy tenaz y tiene una gran aptitud con la magia pero su personalidad
retraída ha hecho que se encuentre sola. Quizás haya sido mi culpa.
Tan solo soy una sustitución mediocre de sus auténticos padres. He
intentando enseñarle todo lo que sé y debo de admitir que sus
conocimientos superan ya los míos. Deberías haberla visto con su
primer libro. Pesaba como el doble de ella y le ganaba en estatura.
Era bello contemplar como ese frágil cuerpo portaba una carga tan
grande. Eliza, nunca podré agradecerte lo que mas otorgado. Siempre
estaré en deuda contigo.

-Es un diario- pensó Telyg mientras buscaba otra página 
que pudiese comprender-

He destrozado tantas vidas que no hay dioses en el cielo que puedan
perdonarme. Ya no tan solo en la guerra sino en mi busqueda de la paz
mis manos se han visto manchadas de sangre. Todo el mundo al verme me
teme. Me lanzan miradas odiosas. Ayer pasamos por un pueblo y
estuvieron a punto de apedrearnos. A veces lo siento. Sí, esa
imperiosa necesidad de acabar con todo lo me que rodea. Sería tan
fácil barrer un pequeño pueblo del mapa. Todas esas ideas me
acuchillan como afiladas navajas pero todas quedan disipadas cuando le
miro al rostro. Tan inocente, tan puro. Ella no se merece ser
arrastrada por la guerra. Darky, es la única razón 
por la que sigo existiendo.

Telyg no daba crédito a lo que leía. Aún asi, no podia apartar su
mirada del cuarderno. Siguió.Siguió leyendo aunque sentía que
estaba traicionando la privacidad de Master.



Aún no es suficiente. Todos mis esfuerzos no han valido la pena. Día
tras día, me encuentro con un muro infranqueable, imposible de
superar. Cada experimento que realizo me acerca más a ti pero a la
vez me aleja más de Darky. Dice que estoy obsesionado con fantasmas
del pasado. Si supiera que todo lo que hago y lo que he hecho ha sido
por vosotras . Yo, la verdad, sigo combatiendo 
en el campo de batalla.

Cerro el libró con firmeza. El resto del libro no lo comprendía.
Telyg se sentía algo cohibido. Nunca hubiera imaginado que Master se
sintiera de esa manera. Ahora se sentía avergonzado de haber
rebuscado en sus recuerdos. Volvió a depositar el cuaderno donde lo
había encontrado. Entonces se percató de que la caja tenía un doble
fondo. Al abrirlo descubrió un montón de cuadernos exactamente
iguales al que había visto. Tomo la caja para sí y llevando consigo
las otras dos de cartón, salió  rápidamente de La Forja.

Lanzo el resto de documentos a una hoguera improvisada. Los echaba en
pequeños montones para controlar la llama del fuego. Miraba fijamente
las zigzagueantes chispas que surgían. Se había hecho de noche. El
campamento se encontraba inundado por la penumbra. Los papeles ardían
con gran viveza. Había dejado apartado la caja de metal. Tras que las
llamas acabaron por consumirse, fue a comunicarle el fin de su tarea a
Mouser. Dejo la caja antes de entrar en su despacho e intercambió
pocas palabras para que no sospechara nada. Se marchó del centro del
mando directo a los barracones. Vio ligeramente la biblioteca. Las
vidirieras de sus ventanas estaban completamente iluminadas sin
embargo no había ninguna silueta detrás de ellas. Paso al lado del
barracón de Moi, 
que estaba cerca del suyo.

-Mejor que hable con él mañana. Seguro que estará más tranquilo-

Llego al fin a su barracon. Estaba vacío. La mayoría de su 
compañeros ya no estaban ahí. 

Hizo un agujero en suelo, justo debajo de su cama y oculto allí los
diarios de Master. Luego, se acostó en la cama. Le parecía  más
tosca de lo habitual. Hacía frío esa noche. Había una enorme grieta
por la cual no dejaba pasar la corriente. Cogió el harapo que tenía
como manta y se la echó por encima. Intentó dormir pero no podía.
Tomó de nuevo la caja de metal y extrayó un diario. Buscaba calmar
sus nervios a través de la lectura.

Hoy las he presentado una las otras. Pensé que sería favorable que
Darky se relacionaran con chicas de su edad, u al menos que alcanzasen
un cierto paralelismo en su desarrollo metanl. Fue un caso error. No
sé como se sucedieron los hechos. Tan solo fue algo increíble. Dos
enormes manos aparecieron de la espalda de Darky, Eran colosales y
estaban hechas de sangre.
Sin lugar a dudas era magia arcana. Jamás pensé que a su edad
podría controlar dicho poder.Quizás controlar no sea la palabra
exacta. Era como si toda la magia que residiera en ella hubiera salido
en tromba. Mató a Magica, oprimiéndola con sus manos. Tan solo
quedó su cabeza que rodó por el suelo hasta llegar a mis pies.
puntos 11 | votos: 11
Siempre hay una solución... -
puntos 23 | votos: 25
La sonrisa es la mejor arma - contra el que te quiere destruir.

puntos 16 | votos: 16
Esa sensación de hundimiento - al perder la fe en todas las cosas que lograste
puntos 30 | votos: 30
Una infinita belleza - donde perderse y solamente nos dedicamos a destruirla.
puntos 7 | votos: 7
Ahora entiendo todo -
puntos 11 | votos: 11
Cada vez voy entendiendo mejor - por qué la gente se va volviendo más fría.
puntos 6 | votos: 8
Después de muchas - sonrisas, peleas, gritos, momentos inolvidables junto a personas
increíbles e insustituibles más que amigos hermanos, ya puedo decir
que ¡SOY BACHILLER! Gracias a Allah primero y luego a todos ustedes
por sus buenos deseos, con Ustedes todo, sin Ustedes nada.





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