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26.09.2010

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Veterano Nivel 3

puntos 69 | votos: 71
¡Se tú mismo! - ¡Saludos!
puntos 14 | votos: 14
-Míra, esa es la cola... - ..allí te quedarás  -Nunca, llegaré a la Principal
puntos 17 | votos: 17
¡Ese era mi bocadillo! -
puntos 1692 | votos: 1734
Mataria por saber... - Que esta mirando este tío
puntos 10 | votos: 10
Querer a tu ordenador - Esto ya es pasarse ...

puntos 5 | votos: 5
Pressing Panda - A venido, para quedarse
puntos 1210 | votos: 1276
Te he visto, - acabas de borrar el historial ¿por que lo hiciste?
puntos 1019 | votos: 1099
No me mireis así !! - Soy un pájaro, no un borrego...
si puedo volar, también puedo posame
como me dé la gana !!
puntos 1062 | votos: 1116
Yo lo haré - Yo llevaré el anillo a Mordor
puntos 1484 | votos: 1808
ggggggrrrrrrrr - gracias papá, esta noche voy a subir al séptimo cielo

puntos 21 | votos: 29
La señora Thompson - Al inicio del año escolar una maestra, la
señora Thompson, se encontraba frente a sus
alumnos de quinto grado. Como la mayoría de
los maestros, ella miró a los chicos y les dijo
que a todos los quería por igual. Pero era una
gran mentira, porque en la fila de adelante se
encontraba, hundido en su asiento, un niño
llamado Jim Stoddard. La señora Thompson
lo conocía desde el año anterior, cuando había
observado que no jugaba con sus compañeros,
que sus ropas estaban desaliñadas y que
parecía siempre necesitar un baño. Con el
paso del tiempo, la relación de la señora
Thompson con Jim se volvió desagradable,
hasta el punto que ella sentía gusto al marcar
las tareas del niño con grandes tachones rojos
y ponerle cero. Un día, la escuela le pidió a la
señora Thompson revisar los expedientes
anteriores de los niños de su clase, y ella dejó
el de Jim de último. Cuando lo revisó, se llevó
una gran sorpresa.
La maestra de Jim en el primer grado había
escrito: “Es un niño brillante, con una sonrisa
espontánea. Hace sus deberes limpiamente y
tiene buenos modales; es un deleite estar cerca
de él”.
La maestra de segundo grado puso en su reporte:
“Jim es un excelente alumno, apreciado
por sus compañeros, pero tiene problemas
debido a que su madre sufre una enfermedad
incurable y su vida en casa debe ser una constante
lucha”.
La maestra de tercer grado señaló: “La muerte
de su madre ha sido dura para él. Trata de
hacer su máximo esfuerzo pero su padre no
muestra mucho interés, y su vida en casa le afectará
pronto si no se toman algunas acciones”.
La maestra de cuarto escribió: “Jim es descuidado
y no muestra interés en la escuela. No
tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme
en clase”.
La señora Thompson se dio cuenta del problema
y se sintió apenada consigo misma. Se
sintió aún peor cuando, al llegar la Navidad,
todos los alumnos le llevaron sus regalos envueltos
en papeles brillantes y con preciosos
listones, excepto Jim: el suyo estaba torpemente
envuelto en el tosco papel marrón de las bolsas
de supermercado.
Algunos niños comenzaron a reír cuando ella
sacó de esa envoltura un brazalete de piedras al
que le faltaban algunas, y la cuarta parte de un
frasco de perfume. Pero ella minimizó las risas
al exclamar: “¡Qué brazalete tan bonito!”,
mientras se lo ponía y rociaba un poco de
perfume en su muñeca. Jim Stoddard se quedó
ese día después de clases sólo para decir:
“Señora Thompson, hoy usted olió como mi
mamá olía”.
Después de que los niños se fueron, ella lloró
por largo tiempo. Desde ese día renunció a
enseñar sólo lectura, escritura y aritmética, y
comenzó a enseñar valores, sentimientos y
principios. Le dedicó especial atención a Jim. A
medida que trabajaba con él, la mente del niño
parecía volver a la vida; mientras más lo
motivaba, mejor respondía. Al final del año, se
había convertido en uno de los más listos de la
clase.
A pesar de su mentira de que los quería a
todos por igual, la señora Thompson apreciaba especialmente a Jim.
Un año después, ella
encontró debajo de la puerta del salón una
nota en la cual el niño le decía que era la
mejor maestra que había tenido en su vida.
Pasaron seis años antes de que recibiera
otra nota de Jim; le contaba que había
terminado la secundaria, obteniendo el tercer
lugar en su clase, y que ella seguía siendo la
mejor maestra que había tenido en su vida.
Cuatro años después la señora Thompson
recibió otra carta, donde Jim le decía que,
aunque las cosas habían estado duras, pronto
se graduaría de la universidad con los
máximos honores. Y le aseguró que ella era
aún la mejor maestra que había tenido en su
vida.
Pasaron cuatro años y llegó otra carta; esta
vez Jim le contaba que, después de haber
recibido su título universitario, había
decidido ir un poco más allá. Le reiteró que
ella era la mejor maestra que había tenido en
su vida. Ahora su nombre era más largo; la
carta estaba firmada por el doctor James F.
Stoddard, M.B.
El tiempo siguió su marcha. En una carta
posterior, Jim le decía a la señora Thompson
que había conocido a una chica y que se iba a
casar. Le explicó que su padre había muerto
hacía dos años y se preguntaba si ella accedería
a sentarse en el lugar que normalmente está
reservado para la mamá del novio. Por supuesto,
ella aceptó. Para el día de la boda, usó aquel
viejo brazalete con varias piedras faltantes, y se
aseguró de comprar el mismo perfume que le
recordaba a Jim a su mamá. Se abrazaron, y el
doctor Stoddard susurró al oído de su antigua
maestra:
—Gracias por creer en mí. Gracias por hacerme
sentir importante y por enseñarme que
yo podía hacer la diferencia.
La señora Thompson, con lágrimas en los
ojos, le contestó:
—Estás equivocado, Jim: fuiste tú quien me
enseñó que yo podía hacer la diferencia. No
sabía enseñar hasta que te conocí.

no juzgues a las personas sin conocerlas, dales oportunidad para que
cambien tu vida.
puntos 28 | votos: 28
Papi, ¿cuanto ganas por hora? - En el mismo momento en que lo vio llegar a
casa, un niño le preguntó a su padre:
—¿Papi, cuánto ganas por hora?
Así, con voz tímida y ojos de admiración, un
pequeño lo recibía al término de su trabajo. El
padre miró con rostro severo al niño y repuso:
—Mira, hijo, esos datos ni tu madre los conoce,
no me molestes que estoy cansado.
—Pero, papi —insistía—, sólo es una pregunta:
¿cuánto ganas por hora?
La reacción del padre esta vez fue menos
severa y contestó:
—Bueno, hijo, pues $ 10.000 la hora.
—Papi, ¿me podrías prestar $ 5.000? —preguntó
de inmediato el pequeño.
El padre montó en cólera y tratando con
brusquedad al pequeño le dijo:
—¡Así que era esa la razón de saber lo que
gano! ¡Vete a dormir y no molestes, muchacho
aprovechado!
Al caer la noche, el padre había meditado
sobre lo sucedido y se sentía culpable. Tal vez su
hijo quería comprar algo. En fin, queriendo
descargar su conciencia se asomó al cuarto de su
hijo.
—¿Duermes hijo? —preguntó el padre.
—No, papi, dime —contestó entredormido.
—Aquí tienes el dinero que me pediste respondió
el padre.
—Gracias papi, contestó con alegría el pequeño.
Y metiendo su manito bajo la almohada
sacó otros billetes.
—Papi, ahora ya lo completé todo: tengo los
$10.000. ¿Me podrías vender una hora de tu
tiempo?

Ahora dime, ¿cuanto tiempo le dedicas a tus seres queridos?
puntos 34 | votos: 38
Por un vaso de leche. - Un día, un muchacho pobre, Howard Kelly,
que vendía mercancías de puerta en puerta para
pagar sus estudios universitarios, encontró que
sólo le quedaba una simple moneda de diez
centavos, y tenía hambre.
Decidió que pediría comida en la próxima
casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron
cuando una encantadora mujer joven le abrió la
puerta. En lugar de comida le pidió un vaso de
agua.
Ella pensó que el joven parecía hambriento,
así que le trajo un gran vaso de leche.
Él lo bebió despacio, y entonces le preguntó:
—¿Cuánto le debo, señora?
—No me debes nada —contestó ella—. Mi
madre siempre nos ha enseñado que nunca
debemos recibir nada por una buena obra.
Él le preguntó su nombre y enseguida le dijo:
—Entonces, se lo agradezco de todo cora-
zón...
Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no
sólo se sintió más fuerte, sino que también su fe
en los seres humanos era más sólida. En ciertos
momentos, él había estado a punto de rendirse y
dejarlo todo cuando veía que muy pocos lo
ayudaban.
Años después esa misma mujer enfermó
gravemente. Los doctores locales estaban confundidos,
por lo cual decidieron remitirla a un
importante hospital de la capital. Llamaron al
doctor Howard Kelly para consultarle. Cuando
éste oyó el nombre del pueblo de donde venía la
paciente, una extraña luz brilló en sus ojos.
Inmediatamente el doctor Kelly subió del
vestíbulo del hospital al cuarto donde estaba la
paciente. Vestido con su bata de médico entró a
verla. La reconoció enseguida. Entonces regresó
al cuarto de observación decidido a hacer
lo mejor posible para salvarle la vida. Después
___
de una larga lucha, ella ganó la batalla. Estaba
recuperada.
Como le iban a dar de alta a la paciente,
porque estaba plenamente aliviada, el doctor
Kelly pidió a la oficina de administración del
hospital que le enviaran la factura total de los
gastos para aprobarla. Él la revisó y firmó la
cuenta. Además escribió algo en el borde del
importe y lo remitió al cuarto de su paciente.
Cuando la cuenta llegó al cuarto de la paciente,
ella temía abrirla porque sabía que le
tomaría el resto de su vida poder pagar todos los
gastos de ese gran hospital donde la habían
atendido.
Finalmente abrió el sobre y algo llamó su
atención de inmediato; en el borde de la factura
leyó estas palabras:
“Pagado por completo hace muchos años con
un vaso de leche”.

todo en la vida se
nos devuelve, tanto lo bueno como lo malo.
puntos 1498 | votos: 1530
 ¿Digamelón? -
puntos 13 | votos: 13
Motivación es - rebuscar entre tus cómics viejos y encontrar éste

puntos 21 | votos: 23
Homer Simpson - Siempre tan inocente
puntos 682 | votos: 754
Y es que el arte - Está hecho para disfrutarlo
puntos 1250 | votos: 1272
ÉL NUNCA  -  Le regalo diamantes
Pero se siguen queriendo como el primer dia
puntos 967 | votos: 1039
Bonita foto.. - pero la semana encamada y con analgésicos no te la quita nadie
puntos 621 | votos: 651
Ni Barbie - Se salva de los Trolls

puntos 17 | votos: 17
Donald ,  - has destruido mi infancia
puntos 1043 | votos: 1067
-¡Me rindo! -
puntos 1386 | votos: 1486
Ya me acuerdo.. - Porque de pequeño quería ser policia
puntos 1793 | votos: 1859
¡Si ni siquiera le ha tocado! -
puntos 1124 | votos: 1160
Hijo - Voy a contarte la historia, de cuando el Paco y yo fuimos los mejores

puntos 2 | votos: 2
Aspitos... - yo soy vuestro padre
puntos 9 | votos: 9
Bruce Lee - Murió joven, porque en también lo querían en la otra vida
puntos 998 | votos: 1076
adiós, complicaciones - hola, pene de papel
puntos 1209 | votos: 1495
Japón - Se ha unido a la conversación
puntos 1123 | votos: 1211
Manifestación - nivel: orco

puntos 801 | votos: 827
Lo siento Sr.Ladridos - El mundo me necesita
puntos 1233 | votos: 1251
¡Mi propio ejército de clones! - ¡MUAHAHAHAHAHAHA¡
puntos 751 | votos: 847
Ir a casa de un colega a jugar... - y preguntar que se tira al Circulo o al Cuadrado
puntos 1014 | votos: 1070
Plan B - Descripcion grafica
puntos 822 | votos: 900
No sabes - lo que te pierdes

puntos 16 | votos: 16
Los hombre de Walt-k -
puntos 3 | votos: 3
Nexus. - Ahora también invaden Google.
puntos 825 | votos: 871
Desmotiva - Ver imagenes de Pripyat (Ucrania)
puntos 1484 | votos: 1540
Ahora - Superarlo.
puntos 742 | votos: 926
Why not? -

puntos 9 | votos: 9
Valla noche, ¿no Randy? - ¿Randy, estas bien?
¿Randy?
¡¡¡¡¡¡¡¡RANDYYYYYY!!!!!!!!!
puntos 1296 | votos: 1476
La regla de la paja: - si en el algún momento te entran unas ganas imparables de llamar a tu
amiga, rollo, novia... hazte una paja,si después de hacerlo sigues
teniendo ganas, cásate con ella, es la mujer de tu vida.
puntos 1119 | votos: 1233
FAP FAP FAP -
puntos 961 | votos: 977
En cada sonrisa - hay un mensaje subliminal
puntos 1378 | votos: 1450
Venga tíos, - ¿por qué siempre tenéis que estar jodiendo a un hermano negro, eh?

puntos 867 | votos: 889
Nuestra destrucción... - ...será por sus manos
puntos 981 | votos: 1013
Visitantes - Ellos saben qué parte de la estatua tocar.
puntos 8 | votos: 12
Dile a tus tetas - que dejen de mirarme a los ojos
puntos 13 | votos: 13
Minijuegos a caido bajo -
puntos 693 | votos: 719
Nunca sabrás si puedes hacerlo - Hasta que no lo intentes





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