Cómo decir que el colegio es una

El colegial como de costumbre dormitaba en el pupitre mientras soñaba con una utopía
cuando distinguió en el brumoso horizonte un tenue haz de luz que sufría a duras penas
el contagio de la niebla que envolvía el antro de tortura infantil, a juego con los negros
nubarrones que desolaban la parcela escolar. Ese haz esperanzó al pobre joven, pensó
que quizá, más allá de lo que alcanzaban a ver sus pupilas que atravesaban un ventanal
estratégicamente situado podría haber vida. Una vida en la que los niños ríen, en
acuerdo a su felicidad, en el que la luz brilla, y en el que no hay que soportar
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inhumanamente despertarse todos los días tan al alba poniendo en riesgo la salud y
acortando la esperanza de vida. Entonces recordó que el curso amenazaba con acabar y
que, sin previo aviso daba un toque de alerta hacia los alumnos, cuya mente no llegó
nunca a imaginar que existiría, si siquiera en un universo paralelo, un respiro. Un
respiro que de repente se clavaba en su inocente piel, y que dejaría de lado una
mentalidad adquirida por el acostumbrarse y el asimilar que todo debe girar en torno a
los centros escolares que no solo se alzan verticalmente, impidiéndote ver las estrellas,
entre

Inspiración: 3 exámenes