Motiva

Tengo 29 años y soy el hombre
más soñador del mundo con los pies
sobre la tierra y por eso sigo enamorado y no de la persona
con la que
vivo.
Un día, en 1989, encontré el amor de mi vida,
que pasó a
ser mi amor platónico por ser una persona sumisa
(O…B…A) o sea,
yo. Ella era la persona más linda y más
hermosas para mis ojos y de
los demás. Así pasaron 3 años y yo la
seguía teniendo sentada como
compañera de carpeta y seguía siendo mi amor
platónico por más
señales que le enviaba.
En el último año de secundaria se
abrió un camino. Nos fuimos de viaje de
promoción a Huaraz, me
acerque un poco mas y por fin llegué a hablarle como
amiga. Tuvimos
una semana muy interesante (como amigos).
Se acabó el viaje,
cada uno regresó a sus labores. Yo seguía
enamorado de ella, ya la
acompañaba hasta su paradero y en un abrir y cerrar
de ojos la besé,
le agarré la mano y no me la soltó y
así empezó la etapa del amor.
Después de 3 largos años, para que solo durara
3 meses porque tuve
que viajar por mis estudios superiores.
Después ella se fue a
Lima, le perdí el rastro, pregunté y
pregunté y nadie me daba
razón. Pasaron 3 años y ella me llamo a mi
casa y volvimos a estar
comunicados. Fui a Lima a visitarla para saber cuánto
había cambiado
y, sí, cambió bastante, pero no importaba.
Cuando la vi no sabía
qué hacer. Me volví a quedar mucho con la
primera vez que la vi, nos
citamos y nunca llegó ese momento. No la llamé
más porque sabía
que no iba a suceder nada, pero yo seguía enamorado.
Ya
pasaron 9 años desde la última vez que nos
vimos. La vi otra vez
después de tanto tiempo. Ya es una señora pero
no casada y yo sigo
enamorado de ella y no sé qué hacer, si idear
un plan para
reconquistarla o dejar que las cosas sucedan porque ya no
somos unos
niños de 15 años.
Con una lágrima terminó este relato y con
la tristeza que me invade porque yo sigo enamorado de ella.