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Comentarios (4)
En el libro, Deleuze y Guattari hablan todo el rato de las máquinas deseantes, no del hombre. Tal como yo lo entiendo, cogen la voluntad de poder de Nietzsche y el psicoanálisis de Freud y el resultado es la máquina deseante.
Bien, entonces, es revolucionario romper con esa cadena. Decir: "eh, párate. Yo no quiero todo eso que me estás vendiendo". Es decir, reivindicar NUESTRO deseo por encima del flujo descodificado. Es algo así como una reivindicación de la voluntad de poder, del epicureísmo... en fin, un lío muy tocho. Aún no lo he acabado, pero ya os iré diciendo, si queréis.
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