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La discusión de Trudeau con un joven antiabortista: “¿No crees en el derecho de las mujeres a decidir?”

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, mantuvo un intercambio en la calle con un joven contrario al derecho al aborto en presencia de varias personas

El primer ministro canadiense Justin Trudeau estaba más preparado para ese intercambio que su interlocutor, un joven seguidor del Partido Popular de Canadá (PPC). Éste le grababa con su móvil mientras Trudeau, mirándole siempre fijamente a los ojos, da la vuelta a la conversación y le acaba entrevistando a él: empieza con una pregunta inocente sobre un proyecto de ayudas para salud dental y acaba cuestionando sus argumentos sobre el aborto.

La grabación no deja ver quién inicia la charla, pero comienza con una pregunta de Trudeau al joven, intentando saber si está a favor del programa. El chico dice primero que “no le interesa demasiado” y después, presionado por el primer ministro, reconoce que le parece bien. Trudeau, como por inercia, le interrumpe para decirle que el Partido Conservador votó en contra. “Yo es que soy más del PPC”, le dice el joven, en referencia al Partido Popular de Canadá.

—¿Por qué eres del PPC?
—Son principalmente cristianos, estoy en contra de la obligación de vacunarse.
—Si es porque eres principalmente cristiano, ¿entonces no crees que debamos apoyar a los musulmanes?
—Creo que deberíamos apoyar a todo el mundo, pero por ejemplo el aborto progresista está en contra de la cristiandad.
Y aquí es donde Trudeau pasa al ataque:
—¿Crees que las mujeres deberían tener derecho a decidir qué ocurre con su propio cuerpo?
—Personalmente, no.

Entonces le pregunta al joven, que sigue grabando también, si debería ser él quien decida sobre el cuerpo de una mujer. Este es su razonamiento:
— Pienso que si se están acostando con cualquiera no deberían tener derecho a abortar.
El primer ministro quiere saber más:
—Y entonces, ¿no crees que las mujeres deberían tener derecho a decidir qué ocurre con su propio cuerpo?
—En el caso del aborto, no. Porque fue su decisión acostarse con cualquiera en primer lugar.

Y le pone otro ejemplo:
—En el caso de que una mujer haya sido violada, ¿debería poder abortar?
—Te diría que ahí es donde se complica el asunto.
—No es complicado, es una pregunta que puedes contestar con un sí o un no. Es un ejemplo demasiado común porque hay violaciones constantemente y es un problema que debemos tomarnos muy en serio.

Pero el joven reconoce que no se ha decidido aún y que se ve mitad a favor y mitad en contra del aborto en caso de violación.
—Entonces no estás a favor de decir que sí, categóricamente, que una mujer víctima de violación debería poder decidr no tener ese bebé—, le contesta el primer ministro.
—Honestamente…— el joven intenta seguir, pero Trudeau le interrumpe una vez más.
—Parece que lo que necesitas es pensarlo un poco más, y rezar un poco más también.
Sin dejar de mirarle a los ojos, Trudeau se despide con una palmada en el hombro.