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16.04.2011

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bueno 128 | malo 1
Veterano Nivel 2

puntos 5 | votos: 5
Que no se pierda - la bonita costumbre de escuchar canciones con la voz de los cantantes sin modificar.
puntos 3 | votos: 3
Aprende a vivir contigo mismo, - el resto viene solo.
puntos 10 | votos: 10
Lo que la memoria olvida, - no lo sufre el corazón.
puntos 5 | votos: 5
Quien respeta - no cuestiona.
puntos 17 | votos: 17
El dolor de la distancia - solo lo conoce quien lo vive.

puntos 24 | votos: 24
Por esas personas, - que nos gustaría haber conocido antes.
puntos 6 | votos: 6
Se despierta. - Aturdida. Con mucho dolor de cabeza. Mira en derredor. De repente,
recuerda todo lo de la noche anterior. Pasos, manos, golpes. Se ve en
ropa interior. Se asusta. Está fuertemente atada de pies y manos.
Tiene la boca tapada. Está sobre una camilla con ruedas, tumbada
bocarriba. 
-	Hola Anastasia.
-	Hmmm- responde ella.
-	¿Tienes frío? Dejarás de tenerlo en breves- dice su verdugo
apareciendo desde una esquina.- He sido paciente y he esperado hasta
que te despertaras para jugar contigo. Merezco una recompensa-
sonríe.
Anastasia empieza a dar tirones cuando ve un arma blanca salir del
costado derecho del hombre. Consigue mover la camilla, pero el dolor
en las muñecas es insoportable. El secuestrador se ríe. Se acerca a
ella y coloca su mano en el vientre de Ania. La toca. Ella se
retuerce. Está roja de rabia y de frustración. Pero no llora. Esta
vez no. 
Él sigue con su juego. La palpa con las dos manos. Primero los
pechos. Luego va bajando. La chica no lo va a permitir. Consigue
quitarse la tela que le obstruye la boca y le escupe. 
-	¡Zorra! ¡Te vas a enterar, maldita criatura!
Coloca el cuchillo en el brazo de la muchacha, y decisivamente, corta.
Ania grita. Su agresor vuelve a hacerlo. Sigue cortando en piernas,
brazos y vientre, hasta ver a Anastasia completamente cubierta de
sangre. Pero ésta hace rato que se desmayó del dolor. 
Un chorro de agua la despierta. Está desnuda, esta vez sí, debajo de
una ducha congelada que arrastra los restos de maldad que ese hombre
ha dejado en su piel. Se frota para sacar las impurezas. Encuentra una
toalla, así que la usa. Le escuece todo el cuerpo. Se pone su ropa
interior y sale del “baño”. Nada más hacerlo, alguien la empuja
y vuelve a atarle las manos. La estampa contra la pared.
-	Vas a pasar una noche inolvidable- masculla entre dientes.
puntos 5 | votos: 7
Había sido un largo viaje. - Pero por fin había llegado. El sol de Mallorca se refleja en el
pelirrojo pelo de Aetiss. Sus ojos marrón verdoso buscan la casa de
Pere. La encuentran. Se dirige hacia la puerta. Le llama al móvil. 
-	¿Sí?
-	Hola cosa, ¿bajas?
-	¿Dónde estás?
-	En tu casa – sonríe ella.
Dos minutos más tarde, alguien abre la puerta. Está moreno, aunque
el verano apenas haya empezado. Tiene el pelo algo más corto y su
sonrisa le ilumina el rostro. Le brillan los ojos de felicidad. Ella
se aparta un mechón de pelo de la nariz. Se acerca. Le abraza.
Despacio, dejando sentir cada fibra de su ser. Dejando que sienta cada
latido de su corazón. Le besa el cuello. Lentamente. Siente su olor,
su calor. Poco a poco, se acerca a su boca, pero no le besa. Pega su
frente contra la de él. Y se quedan así, inmóviles, Dios sabe
cuánto rato. Tímidamente, él se acerca. Sus labios se rozan, en un
chispazo de picardía. Aetiss sonríe, cierra los ojos, y se deja
llevar por ese beso que no llega. Un beso cargado de emoción, de
risas, de llantos, de espera. Un mar los ha tenido separados durante
meses, y ahora, por fin, se hacen uno nuevamente. La agarra de la
cintura, y la atrae hacia sí. La muchacha le acaricia el pelo. Él le
acaricia la espalda. No tienen prisa. Se acabó la espera, la
impaciencia. 
Poco a poco, se separan. Se miran. Aetiss está llorando. 
-	¿Qué pasa? – pregunta Pere.
-	Que te quiero.
puntos 4 | votos: 4
La inteligencia - no se mide en notas académicas, sino en la cantidad de sonrisas que puedas generar.
puntos 7 | votos: 7
No sé si el destino existe, - solo sé que hasta mi viniste, por error o por azar, ahora en mi
corazón un lugar tiendes a ocupar. Cada herida sangra tu recuerdo,
que tan presente tengo, cada beso de ti añora  no poder volver ahora.
Sabido por alguien que tu corazón debió ser mío, el mío tuyo, nos
llevó al encuentro en una noche de verano, a la penumbra de un cuarto
vacío.

puntos 9 | votos: 9
Busco una lágrima escondida. - Una sonrisa en terciopelo.
 Un abrazo azucarado.
 Un amor no ensangrentado.
Una voz que funda el hielo.
Un alma a la que orientar perdida.
Una persona de mí entendida.
Alguien sin miedo a lo nuevo.
Alguien que me contrarreste.
Que mis fallos los comente.
Que a la I ponga el acento.
Que de rumores sea exento.
Que por siglas no se guíe.
Por la gente, ni se líe.
Sin un físico perfecto.
Cuya lección sea el defecto.
De imperfección sea el amante.
La madurez sea su arte.
Que de baile sepa algo.
Que me escuche, algo valgo.
Que mi ansia la soporte.
Que le guste hacer deporte.
Que su crío saque fuera.
Que lo llore aunque le duela.
Que sepa a un niño hacer reír.
¿Algo más hay que pedir?
puntos 8 | votos: 8
Por mucho que quieras correr, - el tiempo no irá más deprisa.
puntos 10 | votos: 10
Si quieres algo, - cuídalo, porque sino, tarde o temprano, lo perderás.
puntos 14 | votos: 14
No te guíes - por lo que dice la gente, sino por lo que demuestra cada uno con sus hechos.



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