No, no es necesario para demostrar el amor, pero sí es necesario para demostrarlo ante la legalidad. Os contaré un caso particular que conozco de primera mano: un soldado tenía una novia embarazada y vivían juntos en una casa que pertenecía a él. El soldado falleció cuando ella todavía no había dado a luz a su hijo. Los padres del soldado fueron los herederos de éste, al no tener "esposa" ni "hijos". Los padres la echaron de casa y no quisieron saber nada del niño que tenái que hacer (su futuro nieto).
Ese papel conforma una serie de derechos (y deberes) de cara a la sociedad.

Hay mucho por distinguir.
Primero, hay que distinguir una tolerencia equiparable entre todos los que creen y los que no creen. A mí me da igual que alguien no crea, como creo que a esa persona le debe dar igual que yo crea, tengo muchos amigos ateos y creyentes, nos llevamos bien e incluso debatimos sobre muchos temas, incluido este. Pero nunca he sentido que alguno de estos amigos vea a los creyentes como personas incultas o ilusas, como estoy viendo en toda esta temática. Ni tampoco intentan, si son verdaderamente tolerantes, convencer en lo "horrible" de creer en algo inexistente. Podemos debatir muchas otras cosas, pero el cuestionar desde la inteligencia hasta las elecciones de otras personas en cuestiones que, a mi parecer, son completamente seleccionables en una sociedad como la que nosotros tenemos, me parece poco válido.
Siguiendo con el asunto, en el cristianismo hay muchas vertientes, en el caso de esta fotografía hacemos referencia a la Católica, por la figura de Juan Pablo II. Para comenzar con este asunto, debemos tener en cuenta que existen personas que creen en Dios, pero que no siguen los preceptos de la Iglesia, y que hay otras personas que siguen la letra de la Biblia tal cual -como podemos ver en algunas universidades estadounidenses que defienden el creacionismo-; lo cual ocurre también en muchos comentarios poco apropiados, como considerar que "estos cristianos se creen lo de Adán y Eva" y no entender que la Biblia, como tantos otros libros, contienen una alegoría y una simbología muy densa.
Así pues, hay gente que no sigue los preceptos católicos (bien siguiendo otros protestantes, hetorodoxos o de caracter personal) y los hay que, aún acudiendo a estos preceptos católicos, no tienen la necesidad de seguir paso por paso las indicaciones, porque, lamentablemente, la jerarquía eclesiástico es demasiado inamovible, y aunque hay personas de relenvancia -obispos, cardenales, etc.- con ideas más progresivas, no se les suele hacer caso. Como en el caso de los anticonceptivos, un grupo de obispos aprobaron su uso en determinados casos concretos basándose en la paternidad responsable, pero sin embargo, fue rechazado por el Papa en aquel tiempo [creo que era Pablo VI].
Debemos tener en cuenta, llegados a este punto, que las creencias son, ante todo, personales, pero que el conjunto eclesiástico católico es una organización basada en normas jerárquicas con las que se pueden estar de acuerdo o no.
El caso, por ejemplo, de los sacerdotes pedófilos, se ha llegado a asumir que la mayoría de sacerdotes lo son; y es cierto que ha habido muchos casos, pero aún así, hay también muchos sacerdotes que hacen mucho por las personas y no son pedófilos. En el caso del sacerdote del pueblo donde vivía, hace poco le hicieron un pequeño homenaje por los treinta años que lleva allí y fueron muchas las personas que le agradecieron su ayuda cuando más necesitaban un apoyo, porque se supone que así debe ser un sacerdote. Escribiendo sobre este hecho, recuerdo la novela de "San Manuel Bueno, mártir", de Unamuno, que trata sobre un sacerdote cuyos actos tratan de ayudar en todo lo posible a su pueblo, pero que, sin embargo, tiene un secreto: no cree en Dios. Aunque sí cree en lo que debe hacer.
También debemos atender al hecho de que varias ONGs o agrupaciones que ayudan a las personas necesitadas surgen o forman parte de la Iglesia, tales como Cáritas o Manos Unidas, cuya labor, en especial la de la primera, está siendo bastante eficaz en estos últimos tiempos, atendiendo a la gente que, durante esta crisis, ha sobrepasado los límites de la necesidad.
Pero, por supuesto, la Iglesia -como tantas otras religiones- ha hecho cosas muy mal, ha matado a gente por religión y ha hecho mucho daño. Como actualmente ocurre con el Islam. Pero, como siempre diré, todas las cosas de este mundo son completamente neutras, ni buenas ni malas, siempre dependerá del uso que le de la persona. Con la religión ocurre lo mismo. En precepto, la religión pretende alcanzar un fin "bueno", ya que, si leemos por ejemplo las pretensiones o lecciones que daba Jesucristo, observaremos una gran semejanza con las de Buda, y en ambos casos, sin tener en cuenta nada de las creencias, la ética nos puede parecer muy válida, como filosofía de vida, como otros autores representaron en sus teorías éticas y morales.
Es más, en el caso del budismo, sólo se atiende a la realidad religiosa por un hecho: el nirvana. Sin ese detalle, se podría considerar una filosofía. Como al propio Jesús se le podría considerar un revolucionario en la sociedad judía.
Todo lo posterior, los preceptos creados por la Iglesia, son teorías aplicadas a partir de esas filosofías iniciales, pero igualmente proceden de personas que pueden equivocarse
Por poner algo similar, en la ciencia también ha ocurrido: el creador de la dinamita nunca hubiera deseado que se usara para la aniquilación, el caso de Alfred Nobel.
Sobre Juan Pablo II, hizo varias cosas para bien.

Pues precisamente el jueves pasado estaban tirando fotos a unos niños del colegio que hay al lado de mi casa (supongo que para la orla o algo por el estilo) y todos gritaban patata, así que no todo está tan perdido xD