En Desmotivaciones desde:
12.09.2011

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GeekVIPClasificación Nivel 2SuperDesmotivadorComentador Nivel 3Principalero Nivel 3Veterano Nivel 3Desmotivador en serieCampeon

puntos 21 | votos: 21
Al hombre se le reconoce por sus - actos, pero ahora muchos tienen miedo de revelarlos.

                                                                              - Anónimo.
puntos 16 | votos: 16
Nunca sabemos lo que alguien - el cual no nos agrada puede hacer por nosotros,
lo peor, es que muchas veces no dejamos que nos ayude.
puntos 26 | votos: 26
No puede pedir paz - ni que se olviden de la guerra, aquel que ya se
ensució las manos en la batalla cruenta.
puntos 28 | votos: 28
Perdemos el gusto - cuando lo probamos todo.
puntos 15 | votos: 15
No hace falta llegar - a un futuro cercano, para ver que ya no estamos avanzando.

puntos 13 | votos: 13
No puedes detener el tiempo, - así que trata de aprovecharlo bien.
puntos 27 | votos: 27
Teníamos de todo - cuando no había nada, y ahora que hay de todo no tenemos nada.
puntos 20 | votos: 20
No, que yo el trabajo - me lo tomo muy en serio.
puntos 11 | votos: 11
Si puedes creerlo - puedes crearlo.
puntos 23 | votos: 23
El que estés en una prisión - no te hace prisionero.

puntos 17 | votos: 17
Somos prisioneros - cuando creemos que no tenemos libertad.
puntos 14 | votos: 14
No hay pintura que me guste - más, que la que tus labios me dejan cuando me besas.
puntos 6 | votos: 6
Rimas en versos nº 2 - Observo al bajar. Anónimo.

Todas las personas somos iguales.
Despertamos, trabajamos, comemos y dormimos.
¿Por qué insisten en ser diferentes?
¿Es que no están cómodos consigo mismo?

Todos caminan en una dirección,
van a la misma estación,
hay un atochamiento en el corredor,
todos esperan, nadie se apresura y caminan con cordura.

Los veo subir al metro,
todos corren como locos,
no dejan a nadie bajar,
tratan solamente subir
sin importar a quién tengan que empujar.

No hay expresión en sus rostros,
todos van igual, con indiferencia y enemistad.
No ceden sus miradas al vacío,
sólo callan, no hablan y lo peor de todo,
no me dejan bajar.
puntos 11 | votos: 11
Para guti - ya que no sé qué cosa hizo el gato a los privados que no me deja
mandarlo :(
ejem ejem
No siempre podremos complacer a todos ni menos entenderlos, pero sí
podemos hacer que ellos nos entiendan a nosotros y expresar de una
manera exacta aquello que deseamos transmitir, pero no podemos exigir
más, el cumpleaños en este caso, no intentes entender a quientes te
saludan, sino tú hazles entender a ellos, que es gratificante incluso
un misero cartel
Feliz Cumpleaños Sam :D

Jajaja, intenta detener eso walt >:D
puntos 10 | votos: 10
Feliz cumpleaños Hector - Que lo hayas pasado bien hijo :D

puntos 34 | votos: 34
Será lo que el humano decida - lo que la tierra con tristeza reciba.
puntos 29 | votos: 29
Siempre habrá alguna - persona que dirá cosas sin pensar en la gravedad que es.
puntos 26 | votos: 26
Hay algunas veces - en la que no nos damos cuenta de que nuestros actos
son mucho más importantes de lo que pensamos.
puntos 25 | votos: 25
A veces algunas personas - no recuerdan quiénes son por querer que los demás los recuerden.
puntos 13 | votos: 13
Si no eres el primero - entonces eres el último.

puntos 29 | votos: 29
¿A que molo? -
puntos 39 | votos: 39
Las mentiras son como - nuestro mundo ideal. No existen, pero quisiéramos que fueran verdad.
puntos 32 | votos: 32
Lo real de lo irreal - es que es creado a partir de la verdad.
puntos 38 | votos: 38
La igualdad - solamente será para quienes creen que somos iguales.
puntos 16 | votos: 16
Mientras no tengamos - nuestra libertad necesaria, una oscura sombra puede crecer dentro de nosotros.

puntos 21 | votos: 21
Desmocuentos - Aviso, hago estos cuentos por entretención, si no quieres leer pasa
de cartel y no votes ya que quiero que los votos sean sinceros. Los
cuentos son creados por mí. Si tienes alguna idea para un cuento
puedes mandármela por mensajes privados. Cuento a petición de
Akleduok.

El joven Max tenía un gran interés por el cielo, le gustaba verlo
día y noche completos, a pesar de ser como todo niño, inquieto y
revoltoso, al momento de mirar el cielo, se sentaba pacientemente a
contemplarlo.
Miraba las estrellas cada noche y de día observaba las nubes, cuando
fuera grande todo lo que querría hacer sería tocar las nubes.
Su familia tenía dinero, podían pagarle una buena educación y
siempre le compraban los juguetes que él quería. Estudiaba en un
colegio privado de niño, tenía todo le necesario para estar allí, y
él siempre trató de estudiar para ir a la academia de vuelo. Su
sueño era ser un gran piloto de avión.
Siempre con sus compañeros jugaban a los vampiros, la idea de ser un
demonio ante la sociedad a Max no le agradaba, pero lo hacía porque
eso le hacía pensar que tenía alas, le hacía pensar que podía
volar, le hacía pensar que podía estar en el cielo.
Va creciendo y los padres empiezan a envejecer, ya no son eficientes
en sus trabajos y los ingresos que tenían antes ya no son los mismos.
Debían priorizar muchas cosas y dejar de ser tan consumistas, y en
ello, sale la posibilidad de cambiar a Max de escuela, que para su
mala suerte, es en una en la que no aprenderá nada.
Los padres ya no consienten a Max y son muy indiferentes con él, ya
que el tiempo que tienen no es suficiente para mejorar su estado. Max
les contaba que le desagradaba mucho su colegio, a pesar de que
estuviera en un mal barrio los estudiantes se burlaban de él por
querer ser piloto, por tener un sueño diferente al de todos los
estudiantes de esa secundaria. Los padres no le hacen caso a Max y le
dicen que debe asistir para poder aprender, resulta irónico, ya que
Max no aprendía nada nuevo. Extrañaba su antigua escuela, sus
antiguos compañeros, pero se apiadaba de sus padres que no tenían
dinero.
Va creciendo y de a poco ve más disminuida la posibilidad de ser
piloto, le va mal en su colegio por lo que no cuenta con todos los
créditos para entrar a la universidad, pero no se da por vencido tan
fácilmente, sigue intentando estudiar lo poco que puede para terminar
el curso y poder ser lo que siempre ha anhelado. 
Era un día Jueves y los padres llaman a Max a su habitación, la
madre está con la cabeza cabizbaja y con los ojos sollozados, no mira
a la cara a Max, mientras que su padre está de brazos cruzados con
una mirada penosa. Le dicen a Max que ya no pueden pagarle la escuela
y que necesitan que trabaje para ayudarles a ellos a pagar sus
caprichos, necesitaban fumar, les gustaba hacer fiestas y muy a menudo
beber, pero no querían pagarle la educación a su hijo.
Tras una larga noche de peleas entre padres e hijos, Max decide
decirles que los ayudará con sus gastos y que dejará la escuela para
que no inviertan más en él. Su madre no está tan afectada como Max
pensaba que lo estaría y su padre seguía molesto por la pelea. Se
van a dormir tranquilamente los padres, mientras que Max solamente
esperaba que entraran en un sueño profundo. Mientras lo esperaba por
su ventana observaba las estrellas, su gran sueño de poder tocar el
cielo, de sobrevolar las nubes, pero vio esa misma noche, que no
sería algo fácil de alcanzar.
Eran las 3:34 de esa misma noche, y Max decidió huir de casa. Empaca
todas sus cosas y se retira a la casa de su amigo sin decir nada a sus
padres. Su amigo Sebastián lo recibió con los brazos abiertos, y
entendió lo mal que lo estaba pasando, así que decidió acogerlo en
su casa. Los padres no sabían dónde estaba Max, pero como no tenían
tiempo ni de hacer dinero, no se molestaron en buscarlo en más de una
semana.
Ya pasaba el tiempo y Max seguía con su inalcanzable sueño de ser
piloto, pero nadie le impedía soñar. Sebastián le dice que como ya
forma parte de la familia y es un gasto adicional, ambos deberán
trabajar para ayudar a la dueña de casa a mantenerlos. Sebastián y
Max por suerte consiguen un trabajo de medio tiempo bien pagado
juntos, pero gastaba mucho tiempo, y en lo que Sebastián asistía a
la escuela, Max se quedaba trabajando horas extras.
Era un trabajo que les quitaba demasiado tiempo, Max no podía
estudiar y no sabía cómo podría alcanzar su sueño. Al tiempo la
madre de Sebastián empieza a exigirle más a Max, que debe hacer
deberes en el hogar, trabajar para hacer dinero y no malgastar el
tiempo, que buscara algo que le mantuviera de por vida. Max le contó
sobre su sueño de trabajar piloteando aviones, a lo que la madre se
rió:
— Jajaja, ¿crees que con eso harás dinero? ¿O al menos crees que
podrás ser un piloto? Baja de las nubes ya niño y vive la realidad.
— Yo sí puedo ser un piloto — Replicó Max — Sólo necesito
estudiar para terminar los cursos y llegar a la universidad.
— ¿Y acaso crees que eso es gratis? Debes trabajar para juntar
dinero y pagar tus propios estudios, que yo no te mandé a huir de
casa.
A Max le sorprendió la terquedad de la madre de Sebastián, pero en
cierto modo estaba en lo correcto, no era su madre, no tenía por qué
pagar sus estudios, pero Max fue más literal de lo que esperaba la
madre de su amigo.
A la noche de ese mismo día Max vuelve a empacar sus cosas y le
agradece toda la hospitalidad a Sebastián, le dice que ya no será un
gasto para la casa por lo que no deberá trabajar para ella, no
pertenecía a nadie, era una persona más libre que yacía en la
calle. Max no abandonó su empleo, aparte de que le servía para ganar
dinero podía ver a su amigo, y es así como empieza a dejar de soñar
como le dijo la madre de Sebastián y empieza a hacer algo por tratar
de cumplir su sueño.
Trabajaba demasiado, y en su tiempo libre buscaba otros empleos en
donde pudiera ganar más dinero aún. Curiosamente Max nunca fue
codiciado por el dinero, lo invertía de una manera responsable sin
gastarlo en caprichos. No quería quedar igual que sus padres.
Max ya tiene 20 años y sus días no tienen tiempo libre, ya tiene
demasiado dinero recaudado y sigue trabajando el día completo para
ganar más, empieza a estudiar en una escuela pública, así que solo
se preocupaba de los gastos de sus materiales. Finalmente terminó los
cursos y puede ingresar a la universidad, tiene el dinero suficiente
para poder pagarlo, pero nunca pensó que tendría un imprevisto.
Habían robado más de la mitad de su dinero en el banco en donde él
tenía su cuenta.
No le importó, haría lo que fuera para poder ingresar a la academia
de pilotos, por lo que empezó a estudiar y a endeudarse al mismo
tiempo, con el poco dinero que tenía intentaba pagar lo que podía,
no estaba tan endeudado como él pensaría, pero lo estaba igualmente.
Ahora trabaja el doble y debe hacer un tiempo para estudiar en la
universidad, se cansa rápido, está desgastado, pero su deseo de
cumplir su sueño es más grande que todo aquello, no deja de
trabajar, estudia lo mejor que puede y cada vez se acerca a lo que
quiere.
Cuando logra titularse de la academia de pilotos, empieza a buscar el
trabajo que deseaba, un trabajo de piloto. Deja atrás todos sus
demás empleos y ya no tiene ingresos, estuvo más de 6 meses sin
empleo y las deudas aumentaban. Por fin logró encontrar un trabajo en
un aeropuerto, no empezó como un piloto de inmediato, sino que tuve
que empezar desde abajo. Por la situación en la que se encontraba no
le importó, debía de alguna manera salir de sus deudas, así que
empieza a trabajar de vendedor de boletos.
Estuvo varios años trabajando en lo mismo para ganar dinero, mientras
veía como los aviones despegaban y él sentado, pasando un pasaporte
a cambio de dinero. De a poco empezó a salir de sus problemas, ya
está muy cansado y ya no quiere insistir en ser piloto, ya se había
conformado con la vida que tenía, pero nunca estuvo satisfecho
completamente, solo tenía un sueño por vivir que era volar.
Un día repentinamente lo llama su jefe, empezó a leer su historial
en su oficina con Max en frente, y le dice que por sus años de
trabajo responsable, viendo la situación en la que empezó y lo que
necesitaba ahora, le iba a ascender de puesto, con un mejor sueldo.
Ahora Max por fin sería piloto.
Sus años de estudio y trabajo no fueron en vano, ya no estaba
endeudado, tenía mucho tiempo libre en sus días y ganaba dinero
haciendo lo que más quería, pilotear. Por fin Max logra cumplir su
sueño, por fin está por sobre las nubes, volando como siempre había
soñado.
Se dio cuenta de que conseguir las cosas n no fue fácil, permaneció
bajo los brazos de personas que le obligaban a hacer ciertas cosas
para poder mantenerlo, trabajó en lo que no le gustaba para saldar
deudas, gastó muchos días completos en su vida para poder ser
alguien. Invirtió mucho tiempo en su crecimiento, para que al pasar
los malos tiempos, pudiera gozar de su empleo, para que por fin, luego
de tanto esfuerzo, pudiera vivir de sus sueños.
Por fin Max, ahora vuela con los brazos abiertos, a pesar de que
cuando niño se le cerraron las puertas, él se abrió una ventana,
ahora es libre, no trabaja de forma obligada y cumple su sueño, que
para todos era algo inalcanzable.

Siempre te encontrarás con obstáculos en el camino, muchos no te
apoyarán en lo que quieres ser en la vida, pero no por eso tendrás
que darles la razón, lo que tú quieres ser, lo lograrás si haces el
esfuerzo de serlo.
puntos 26 | votos: 26
No siempre - tendremos la misma fuente de energía que los demás.
puntos 22 | votos: 22
El problema de mucha gente - es que no sabe cuándo debe hablar ni cuándo debe callar.
puntos 26 | votos: 26
El que te corten las alas - no te impide poder volar.
puntos 19 | votos: 19
La solitaria soledad - me hace sentir muy solo.

puntos 18 | votos: 18
La muerte acecha - cuando sueños por cumplir ya no te quedan.
puntos 11 | votos: 11
El tiempo nos desgasta de a poco - y no es bien aprovechado, porque siempre se piensa que mañana habrá otro día.
puntos 9 | votos: 9
Nos ponemos en prisión - nosotros mismos cuando creemos que no tenemos libertad.
puntos 16 | votos: 16
Poco a poco - las personas dejan de ver.
puntos 19 | votos: 21
Desmomicrocuentos - Aviso, hago estos cuentos por entretención, si no quieres leerlos
pasa de cartel y no votes, ya que quiero que los votos sean sinceros.
Si tienes la idea para un cuento puedes mandármela por mp. Este será
un microcuento ya que no tengo tiempo de escribir uno normal, sacado
de internet.

Dejó atrás todo, y ahora hace esculturas extrañas que vende a
turistas despistados, y aprende trucos de magia que jamás muestra a
nadie. Cree tener cosas que contar, reflexiones nunca dichas, nunca
escritas, pero nadie quiere oírlo, ni a él le gusta hablar con
gente. Antes, cuando era contable, cada día se parecía a otro día,
y soñaba con vivir así, pero sin latas de comida y sin frío. Ahora
es libre, o algo parecido, y no tiene que explicarse ante nadie, y
come cuando quiere y hace lo que quiere. Pero, incluso ahora, cada
día es igual al anterior.

puntos 21 | votos: 21
Esa impotencia que sentimos - cuando vemos algo destrozarse en frente de nosotros
y no podemos hacer nada para poder evitarlo.
puntos 10 | votos: 10
Cuando vemos al exterior - muchas veces nos damos cuenta de nuestro error,
si es que siempre actuamos solos.
puntos 12 | votos: 12
Siempre estamos solos - a la hora de querer ser alguien como persona.
puntos 22 | votos: 22
Prefieres vivir en tu mundo - ideal ya que tu realidad está fatal.
puntos 14 | votos: 16
Desmocuentos - Aviso, hago estos cuentos por entretención, no obligo a nadie a
leerlos, si no quieres leerlo pasa de cartel y no votes, quiero que
los votos sean sinceros. Los cuentos son creados por mí al momento de
subir la imagen, si tienes una idea para un cuento puedes mandármela
por mensajes privados, gracias.

Sus padres siempre estuvieron maravillados con él, era una persona
muy caritativa y lo mejor de todo es que no pedía nada a cambio.
Fabián siempre fue un pequeño interesado en los deportes, las artes
marciales, mantener un buen estado físico y mejor aún, protector de
sus amigos.
Tenía muchos sueños cuando era pequeño, siempre que sus padres le
preguntaban qué trabajo querría de mayor  él contestaba que quería
ser policía. A los padres solo les hacía gracia, era un pequeño, no
pensaban que a tan corta edad decidiera ser un funcionario del estado
como los policías. Ya un poco más grande a la edad de 7 años los
padres vuelven a preguntarle, qué trabajo quiere tener en el futuro,
a lo que él contesta lo mismo, quería ser un policía. Los padres le
explican a Fabián que ellos no ganan demasiado en comparación con lo
que exponen su vida, así que le empiezan a decir que busque otra
cosa.
El niño no lo tomó a mal, empezó a buscar otro oficio en el cual le
gustara servir, en eso, se le ocurre ser conductor de ambulancias, por
el hecho de que ellos transportan a las personas enfermas, los padres
pensaban que era solo un juego y le dicen “Si no pudieras ser
policía, ni conductor de ambulancia, ¿qué serías?”, Fabián lo
pensó un momento y su respuesta sorprendió a los padres. Quería ser
bombero, ¿por qué? Porque ellos ayudaban a las familias que estaban
en problemas, como los incendios.
Los padres de inmediato supieron que su hijo quería trabajar en algo
que ayudara al pueblo, pero no querían que menospreciara su talento
en trabajos que no se gana demasiado dinero. El tiempo pasaba y
Fabián cumplía años, hasta que llegó a la edad de 9 años, cuando
ve un desfile de militares por televisión y quedó maravillado, llama
a su padre rápido y un poco sulfurado y le pregunta cómo puede
llegar a ser uno de ellos. Al padre de Fabián no le agradaban mucho
las fuerzas armadas, pero era algo de lo que más podría su hijo
sacar provechos.
Pasa el tiempo y Fabián cada vez más se interesa por la milicia,
investiga muchas cosas sobre ella, y de pequeño su intención por
entrenar en gimnasios y practicar artes marciales, fue su preparación
física para cuando llegara a ser militar.
Su padre sabía que tenía buenas intenciones, pero siempre trató de
que escogiera otra carrera, en la cual en lo posible, no arriesgara su
vida, pero Fabián no cedía.
Ya tenía unos doce años y se quejaba mucho de su pierna, para ser
más exactos de su rodilla, la madre no le daba mucha importancia, le
decía que en un tiempo se le pasaría el dolor, pero no pasaba nunca.
Al tiempo debajo de la rodilla le salió un pequeño huevo, duro, el
cual cuando se lo tocaba le provocaba un dolor inmenso. La madre le
decía que seguramente era por un golpe que él no recordaba, así que
le advertía de que no se preocupara y que tuviera más cuidado.
Ya tiene 13 años este niño agradable, fuerte y persistente en sus
entrenamientos, cada vez es más fuerte y aumenta su resistencia, todo
para poder llegar a ser un gran militar, pero algo seguía con él, y
era ese huevo bajo su rodilla, el cual cuando empezaba a entrenar o
correr largas distancias, empezaba a doler, incluyendo cuando lo
tocaba.
Fabián le dice a su madre que ya es casi un año con lo mismo en su
rodilla y que quiere ir al médico a ver de qué se trata, su madre
está atónita por lo que su hijo le cuenta del dolor y decide por fin
llevarlo al médico.
Están un par de minutos en la sala de espera cuando los llaman, el
traumatólogo se veía un poco simpático, algo rellenito y era
ecuatoriano. Los atiende rápidamente, le pregunta a Fabián qué le
sucede y al saber que tenía un huevo le dice que se siente sobre la
camilla. Le extiende la pierna suavemente y le empieza a tocar los
alrededores de este huevo que era muy notorio, pregunta si siente algo
de dolor a lo que el niño responde que no, luego, sorpresivamente con
sus dos pulgares ejerce una presión grande en el huevo de la pierna
de Fabián, en la cual llega casi a saltar del dolor. Dice que es
sencillo lo que tiene pero a la vez grave, debía tratarse de
inmediato. Le comunica a la madre que lo que su hijo tiene es una
enfermedad llamada “osgood schlatter” que consistía en la salida
de esa protuberancia frontal arriba de la tibia, que se hinchaba
causando dolor, que sucedía normalmente en jóvenes en crecimiento a
medida que practican un deporte. El médico solamente les dijo que
debía enyesarse la pierna durante dos semanas y dejar el deporte
durante tres meses. Fabián al escuchar esto, quedó asustado y
decepcionado. ¿Cómo iba él a dejar aquello que más anhelaba? Pues
no lo sabía, pero debía hacerlo igualmente.
Ya estaban en la casa, la madre está feliz de que por fin su hijo se
estaba tratando, pero él no luce muy contento, pues cada vez veía su
sueño de ser militar más lejos de cumplirlo. Su madre le cuenta que
ya pronto pasará todo, que es todo por su bien.
Ya pasan las dos semanas y es hora de que se saque el yeso, para lo
que debían ir al mismo centro médico y debían ser atendidos por el
mismo doctor. Llega por fin el esperado médico y le quita el yeso al
pequeño Fabián, y le dice que debe estar sin actividad física
durante 3 meses, y que posteriormente a eso estará bien. Fabián pide
explicaciones de esta enfermedad y sus consecuencias a lo que el
médico solo le dice que debe cuidarse.
Ya habían pasado aquellos tres meses sin deportes, Fabián estaba
ansioso por poder volver al deporte de a poco, había seguido al pie
de la letra la receta de su recuperación, ya era hora de volver a
hacer lo que quería: Prepararse para ser militar.
Pasó el tiempo, no más allá de medio año y el dolor de aquella
protuberancia volvió. Fabián no se queja del todo ya que tampoco es
algo que le provoque tanto dolor, pensó que era porque estaba
volviendo a hacer deportes, que ya pasaría. Pasó un año completo y
ese huevo bajo su rodilla volvió a asomarse. Fabián se lo tocó y
gritó del dolor que llegó a sentir en ese momento. Le insistió a su
madre para ver a otro traumatólogo, ya que quería un tratamiento
diferente al que recibió la vez pasada, ya que no entendía muy bien
eso de la enfermedad “osgood schlatter”.
Su madre lo lleva a un centro médico diferente y el doctor que los
atiende es muy diferente al anterior, esta vez era de su mismo  país,
Chile. Cuando lo atiende le dice que lo que tiene es una
“epifisitis” que era lo mismo que “osgood schlatter” pero en
palabras más simples. Analizó la pierna del niño y le tomó unas
radiografías, y fue inmediatamente a hablar con la madre.
Los tres estaban reunidos, el doctor, la madre de Fabián y el niño.
El médico comienza a decir que su enfermedad está muy avanzada, que
se debió tratar anteriormente, pero que ahora los tratamientos
serían más severos. Le cuenta a la madre que hay dos opciones de
tratar esa enfermedad, una natural y otra mediante cirugías. La
madre, luego de conversarlo con su hijo decide optar por el
tratamiento natural, ya que no tenía dinero para las cirugías.
Fabián estaba muy apenado, ya tenía 15 años y su tratamiento era de
lo que más le desagradaba, pues hasta que terminara de crecer, que
por los diagnósticos del médico sería hasta los 20 años, no
podría hacer nada, pero absolutamente nada de ejercicio.
De los 20 años a que se pudiera poner en forma según él le tomaría
2 años, y hasta los 22 tendría que esperar para poder ser militar,
pero no pensó algo antes. Sus estudios.
Fabián no podía creer que su sueño de a poco se derrumbaba, aquello
que más anhelaba estaba cayendo de a poco, sin ejercicio no podría
hacer nada, pues ni siquiera podía caminar largas distancias. El
padre le dijo que esperara hasta ser mayor para poder entrar a la
milicia, pero no, Fabián quería ser un oficial de las fuerzas
armadas, y para eso debía ingresar a la escuela militar, y el límite
de edad para poder entrar eran los 20 años.
Allí estaba él, en recuperación, sin nada de ejercicio, triste en
su habitación, miraba cómo por su discapacidad física no podría
cumplir el sueño de su vida, él solo quería ser un militar, él
solo quería servir a su país, pero lamentablemente, nadie podía
hacer nada por él.
Así quedó, en recuperación hasta los 20 años y buscando alguna
opción de trabajo en su vida. Ya han pasado los años, por fin tiene
la edad en la que se ha recuperado de su enfermedad, pero ya no tiene
tiempo para poder ser un militar como soñaba. Inesperadamente
terminó trabajando en algo de la milicia, no como militar, pero sí
como enfermero de ésta. Y más que un simple enfermero él daba
consejos a sus amigos militares, jamás desaprovechar la oportunidad
de hacer lo que más les gusta.
Allí terminó, el enfermo enfermero, cuidando de aquello que alguna
vez quiso ser, y no lo consiguió por un simple tratamiento, que su
salud perjudicó.

Muchas veces nos empeñamos tanto en conseguir algo, que no nos damos
cuenta de que será imposible que lo realicemos nosotros mismos.

puntos 18 | votos: 18
-Tío, no entiendo esto, - es una tecnología muy avanzada.
puntos 14 | votos: 14
De un entorno gris - siempre podremos salir a uno de colores.
puntos 17 | votos: 17
Dicen que todos somos iguales. - Un hombre no se altera cuando le tocan el pecho.
puntos 17 | votos: 17
Que algo sea bello - no quiere decir que no pueda ser dañino.
puntos 10 | votos: 12
Desmocuentos - Aviso, estos cuentos los hago para entretención, si no quieres
leerlos pasa de cartel y no lo votes, ya que quiero que los votos sean
sinceros, si alguien quiere darme alguna idea para un cuento puede
decírmela por mensajes privados. Estos cuentos (ya que muchos
preguntan) son creados por mí al momento de subir el cartel, gracias.


— ¿Estás seguro? — Le preguntó su amigo.
— No del todo, pero estoy dispuesto a hacerlo si es por ella.
— ¿Sabes que podría traerte problemas, verdad?
— No, es imposible, sé que no — Replicó Juan.
Eran las 12 del día cuando Juan tuvo esta conversación con su amigo
Felipe, no sabía lo que estaba arriesgando pero estaba dispuesto a
hacerlo. Felipe en todo momento le advirtió del peligro al cual
estaría expuesto, pero Juan no hizo caso.
Juan amaba demasiado a sus amigos, tanto que daría lo que fuera por
ellos, jamás se inmutó por hacer algo que podría perjudicarlo,
siempre y cuando beneficiara a sus amigos. El problema de esto, es que
estaba dispuesto a todo, pero a darlo todo por sus amigos, no es malo
pero sí algo grave.
A él le gustaba una de sus amigas, eran mejores amigos dentro de su
grupo, pero Jun quería ser algo más. Ella normalmente solía tener
problemas con sus padres, tenían ideas muy distintas, pero al final
siempre terminaban por solucionar las cosas. Juan nunca había visto
pelear a sus padres con Anyela, su chica deseada.
Una vez Juan caminando tarde por las calles en dirección a su casa
proveniente de una fiesta que tuvo término a las 3 de la mañana, vio
a un hombre que estaba algo cansado en una banca y que tenía algunos
problemas para respirar. De inmediato va a socorrerlo, ya que su alma
era muy caritativa. Al momento de llegar a su lado, el hombre empieza
a tener una risa algo rara, casi con arcadas, Juan pensó que estaba
teniendo un problema, al momento de llegar a su lado el hombre suelta
una risa a carcajadas y sacando un cuchillo con su mano derecha
amenaza a Juan de que se quede en donde está. Juan nunca pensó que
podría ocurrir esto y por la impresión que tuvo se cayó al piso, el
hombre era un psicópata y estaba a punto de asesinar a Juan, quien ya
estaba traumatizado por la escena. En eso llega un hombre misterioso,
que logró inmovilizar al atacante de Juan y como no halla más
remedio que matarlo, lo hace. Miró a Juan atento, ve que está en
shock de una manera impresionante y solamente le dice “Tienes que
ser valiente en tus acciones y tomar decisiones firmes, más si es
alguien por quien darías la vida”. Juan como estaba en shock no le
dio mucha importancia a eso, pero siempre tenía presente la escena en
que el hombre se alzaba rápidamente y él caía al suelo.
Ya había pasado un tiempo, Juan no logra olvidar lo que ocurrió en
aquella noche ni menos logra descifrar cómo salió vivo de ella.
Anyela sigue teniendo los conflictos con sus padres como si ya fuera
una rutina diaria.
Una vez que Juan fue a la casa de su amiga, vio cómo Anyela estaba
peleando con sus padres, vio como los gritos con insultos iban y
venían, sentía un poco de rabia por no poder hacer nada, menos por
su mejor amiga, solamente quería que la noche terminara para poder
salir con ella, hasta que su momento anhelado llegó. Sale él con
Anyela y van al parque a dar una vuelta. Ella siempre estaba
sonriente, como si nunca nada hubiera pasado, admiraba cómo Juan
nunca se despreocupaba por ella, era uno de los amigos más atentos
que tenía. En eso, ya pasando unas horas en el parque ambos, Juan
decide decirle lo que siente por ella, pero antes de hacerlo recordó
las palabras de Felipe, que si lo hacía podía tener problemas, pero
no fue impedimento para hacerlo.
Juan le cuenta todos sus sentimientos cuando creyó que era el momento
indicado y para su sorpresa, Anyela sentía lo mismo.
Ambos eran felices, ambos llevan un tiempo juntos y la predicción de
Felipe hacia lo que podía suceder era errónea. 
Ya estaban planeando querer vivir juntos, pero para eso tomaba tiempo,
ambos trabajaban medio tiempo en trabajos que no fueran tan cansinos.
Una vez Juan fue a la casa de Anyela y vio la escena justa de cómo su
padre le gritaba mientras estaba sentado. Cuando entró a la casa el
padre de su novia se levantó rápidamente gritándole, provocando que
Anyela se asustara y cayera al suelo. En eso Juan recordó su noche en
la que casi muere, y entró en un estado raro, recordó la frase de
aquel hombre de proteger a quienes ama cueste lo que cueste, en lo que
ve un cuchillo cerca de la cocina, corre a atraparlo y amenaza al
padre de dejar tranquila a su hija, como el padre estaba enojado se
sulfuró y Anyela estaba tirada en el piso, por lo que no pudo evitar
nada. En eso Juan corre y de una puñalada mata al padre de su novia.
Todos están aterrorizados con lo que acababa de ocurrir, no era
normal que un chico matara al padre de su novia, los vecinos escuchan
los gritos aterrorizadores de Anyela y corren a ver qué sucede
mientras la policía venía en camino. Logran inmovilizar a Juan
cuando su estado de trance había cesado, pero ya era tarde, el padre
de Anyela estaba muerto.
Juan es llevado a la cárcel para poder ser encerrado y poder
procesarlo, de un método en el cual estará con máxima seguridad
para que no pueda tener alguna crisis y volver a asesinar a alguna
persona. Anyela lo sigue amando a pesar del horrible crimen que ha
cometido, y en la cárcel, tratando de acercarse para poder despedirse
de él o liberarlo, es detenida por los guardias.
Juan presenció todo esto, y volvió a tener una de sus crisis, le
sacó el arma a un policía y empezó a disparar al aire. Mató a su
amigo Felipe, quien quiso alejar a Anyela del lugar, e hirió a unos
cuantos oficiales.
Nadie comprendía lo que pasaba, pues él no contó nada de aquella
noche en la que casi moría, pero solo recordaba una frase que la
aplicaba en cada momento, que era la de proteger cueste lo que cueste
a quienes más ama.
Y así siguió toda la noche, queriendo proteger a su novia terminó
por perder él mismo, no ganó nada y más de lo que pudo proteger a
su novia, terminó haciéndole más daño.
Terminó en la cárcel, solo, sin nadie, sin su novia la cual terminó
sin padre, sola y sin novio.

A veces queremos proteger demasiado a algunas personas, pero en lo que
lo hacemos, no nos damos cuenta del daño que estamos provocando.

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La función termina para todos, - pero no todos logran terminar la función.
puntos 22 | votos: 22
Hoy no subiré - ningún cuento, ya que debo salir.
Mañana subiré uno nuevo, gracias.
puntos 12 | votos: 12
Somos prisioneros - de un mundo que nos obliga a cumplir una función.
puntos 11 | votos: 11
Desmocuentos - Doy mi pequeño aviso de siempre, estos cuentos son para
entretención, no obligo a nadie a leer, si quieres pasar de cartel
hazlo y no votes, quiero que los votos sean sinceros. Si tienes alguna
idea para un cuento y quieres que lo escriba, puedes mandármela por
mensajes privados. Muchas gracias de antemano.


Era veloz, nadie se explicaba por qué. No era la más rápida, pero
para todo lo que corría en un instante no se cansaba. La pequeña
María nunca se percató de su habilidad para correr, solamente lo
hacía por gusto y para mantener un buen estado físico y tener una
buena salud. 
En deportes nunca fallaba, era de las pocas chicas que tenía una
resistencia impresionante, sacaba buenas calificaciones en todas las
pruebas, convirtiéndose en una de las favoritas de su profesor.
Cada año había un torneo entre escuelas de toda la región, en donde
se escogían a 10 alumnos de todo el colegio para competir, y la
escuela que resultaba ganadora recibía como premio, el reconocimiento
del estado en ser los mejores de deportes, dando beneficios a los
profesores.
Su profesor jamás miró esa competencia como algo importante, no
preparaba a los alumnos para ella, sino que para que de verdad
tuvieran un buen rendimiento físico y estuvieran a gusto con ellos
mismos. Pero siempre la pequeña María, que destaca por sobre todos,
necesitaba más exigencia, pero él no podía aplicársela, ya que si
lo hacía, debía ser igual para el resto del curso, el cual siendo
sinceros, no se comparaba con esta chica.
Su profesor, Antonio, le comenta sobre la competencia anual
patrocinada por el estado, los requerimientos y beneficios. María al
principio se extraña, pues los beneficios iban directo al profesor,
pero mientras él le contaba de qué iba todo y que no estaba
interesado ella accede. Piden permiso a la directora del colegio para
asistir a la gran competencia que sería en diciembre 28, a lo que la
directora le dice que cuántos alumnos necesitaría y él le dice que
solo ella. La directora accede a su propuesta y comienza el
entrenamiento especial.
Antonio crea un programa especial de entrenamiento adecuado a las
capacidades de su alumna, que fuera algo intenso pero que no
sobrepasara sus límites, para evitar posibles accidentes. María
entrena duro en las horas de deportes y fines de semana, ya que con su
profesor acordaron juntarse ciertas horas para practicar más, todo a
petición de María.
Cada vez que corre, aparte de cansarse y ver cómo mejora, empieza a
gustarle el deporte en el cual ella sobresale, y eso la anima a
hacerlo cada vez mejor.  
Antonio de niño tuvo un grave accidente cuando estaba jugando con los
amigos de su barrio. Estaban corriendo, como le gustaba, en lo que van
a cruzar la calle y Antonio no mira a ambos lados, porque estaba en un
paso peatonal. En lo que están cruzando se aproxima un coche a alta
velocidad, estaba conduciendo un hombre ebrio, sus amigos se alejan,
el conductor pierde el control y atropella al pequeño Antonio.
Cada vez que Antonio veía correr feliz a María se acordaba de esa
etapa de su vida, en la cual le dijeron que había perdido la
capacidad de caminar por un largo tiempo. Asistía a tratamientos
naturales para recuperar la movilidad de sus piernas, cuando ya era
adulto logra recuperarlas. Se alistó como profesor de deportes por el
hecho de que lograba ver cómo los niños podían correr, cómo los
pequeños podían hacer lo que a él se le prohibió.
María nunca comprendió por qué él sonreía de manera atontada cada
vez que la veía correr, pero eso no la desanimaba a seguir corriendo.
Antonio, casi sollozando felicita de una manera exagerada a María
cada vez que termina de correr. Ella, sin más rodeos le pregunta a su
profesor:
— Profesor,  ¿por qué siempre está tan feliz al verme correr?
— Es algo muy simple (sonriendo) ¿sabes el don que tienes?
— ¿Don? ¿Yo tengo un don? Pues la verdad, es que no lo noto.
— No cualquiera puede correr como lo haces tú, no cualquiera tiene
la habilidad que tienes tú. 
Al momento de terminar de decir esa frase, el profesor comienza a
llorar de a poco, María quedó intrigada, no sabía qué cosa había
hecho para hacer que su profesor llorara, por lo que decide alejarse y
continuar corriendo.
La fecha de la competencia se estaba acercando, cada vez Antonio era
más estricto con María, quería asegurarse de que ella ganara y
aprovechara al máximo su potencial, pero María, no tenía el mismo
punto de vista que él. Cada vez que veía que su profesor le exigía
más pensaba “¿Por qué solo yo debo hacer esto?” y se molestaba
con su profesor por no dejarla practicar como antes, pero no por eso
dejaba de practicar.
Cuando ya faltaba una semana para la competencia, Antonio estaba
orgulloso de lo que esperaba de su alumna, pero María ya estaba
cansada, no quería seguir con esto. Va a hablar con su profesor y le
dice que no quiere participar en la competencia, que se retira, que se
cansó de correr y correr, no le veía la utilidad, pues cualquiera
podía hacerlo. Antonio no estaba nada contento, la miraba fijamente a
los ojos sin moverse un milímetro, María podía sentir la impotencia
que él estaba teniendo en ese momento, ella no lo soportaba, quería
que alguien hablara pronto, pues estaba todo el lugar con un silencio
tremendo, cuando por fin se acabó la tortura de María, ya que su
profesor le comenzó a hablar, diciéndole unas simples palabras
“Tal vez no quieras participar, pero tendrás que ir, ya está todo
organizado y pagado, te comprometiste a hacerlo en frente de nuestra
directora”. María no podía hacer nada, era cierto lo que su
profesor decía.
Llega por fin la competencia, María y Antonio están dentro del
estadio en donde se encuentran muchas escuelas, con muchachos bien
capacitados y mujeres con una capacidad física impresionante, María
se pregunta qué se sentiría el competir, pero se resiste a hacerlo,
ya que su orgullo por el momento era más fuerte que su deseo.
Antonio comienza a decirle lo increíble y difícil que es llegar a
ser una concursante de estos campeonatos y que por última vez se lo
pedirá, que lo haga por él, que compita por él.
María ve el pobre sollozo en sus ojos al pedírselo, por lo que por
lástima decide competir, pero antes de preparase le pregunta por qué
cuando ella entrenaba él sonreía de una manera tonta con lágrimas
en sus ojos. Antonio se limita a responderle que en la vida a veces
nos quita oportunidades de realizar lo que nos gusta y esas
oportunidades que nos quita se las da a otras personas que no están
interesadas en ocuparlo. María queda desconcertada, no hallaba
relación alguna de la respuesta de su profesor con su pregunta.
Era el turno de María, cuando se pone en posición de partida, ve que
su profesor está llorando de alegría, no le da mucha importancia.
Empieza la carrera, nadie era un rival digno de María, había sido
preparada especialmente por su profesor, tenía las capacidades de un
animal feroz y resistente para correr. Ganó la carrera, a su gusto de
una manera fácil, no le vio mucha importancia el ganar, pero estaba
feliz, había llegado en primer lugar, pero no valoró en ese momento
el por qué había llegado de las primeras.
Cuando se están yendo con su maestro, pasan al lado de una familia
que fue a ver la competencia, la hija de la señora estaba
participando, a su lado estaba una silla de ruedas, y en ella un niño
pequeño discapacitado sin piernas. María queda observándolo
detenidamente sin importarle que la madre de aquel niño la viera. A
lo que empieza a volver a la realidad escucha del niño “cómo me
gustaría participar en estas competencias, de seguro sería bueno,
daría el máximo por llegar de los primeros” en eso María mira a
la madre y ve que comienza a llorar. La madre le contesta a su hijo
que no todos podrán hacer lo que los demás pueden por cosas de la
vida, que no todos tienen las mismas oportunidades, en eso el hijo
solamente se entristece. 
María recordó inmediatamente las palabras de su profesor, y cuando
se da vuelta a mirarlo se da cuenta de que él ya la estaba observando
con una sonrisa en el rostro, con los ojos llenos de lágrimas, le
apretó la mano un poco y se fueron.
María pidió explicación de la frase de su profesor y él se las da.
María nunca llegó a imaginar que su profesor de deportes fuera un
discapacitado de niño, que nunca logró correr como los demás, en
eso se explicó por qué Antonio le exigía tanto y quería sacar
provecho de sus habilidades, cuando se da cuenta de que esa era su
pasión y nunca pudo cumplirla, cuando se da cuenta de que no valoró
las habilidades que tenía fue cuando le prometió a su profesor de
corazón que haría todo lo posible por mejorar cada día más.
Su profesor con lágrimas y una sonrisa imborrable solo le pide que,
aproveche todas las habilidades que tiene pero que no sabe y que nunca
deje pasar las oportunidades que tiene.

A veces las personas no se dan cuenta de sus habilidades y creen que
no tienen importancia, cuando otras personas darían su vida por
poseerlas en algún momento.
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-Tío, nos estafaron. - No hay ninguna nave tamaño escala aquí.





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