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09.01.2012

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bueno 112 | malo 4

puntos 2 | votos: 2
Esta es tu cara - Cuando te descargas una foto para un cartel y ya esta usada
puntos 10 | votos: 10
Gente - que se suicidaría si se tirara desde su propio ego.
puntos 3 | votos: 5
Volver de la playa - y quitarse el bañador.
puntos 5 | votos: 5
La vergüenza - solo sirve para perder oportunidades
puntos 1053 | votos: 1079
Que suene tu cantante preferido - en una fiesta y sentirte más superior que todos los presentes

puntos 7 | votos: 7
Si no fuera por mi madre - esta, seria mi habitacion
puntos 5 | votos: 5
¿Por qué todo el mundo - quiere un amor de pelúcula si solo dura 2 horas?
puntos 7 | votos: 7
Sabes - que todo se acabo, cuando lo que ayer te hacia disfrutar, hoy te hace sufrir
puntos 769 | votos: 817
Por ese trauma que tendrías - si vieras a tus padres haciendolo.
puntos 1111 | votos: 1173
¿Qué es lo primero que piensas - al despertarte?

puntos 8 | votos: 8
Gente que se cree - bombón y que no llega ni a lacasito.
puntos 1007 | votos: 1023
Teniendo cosas - Importantes que hacer preferimos hacer otras de menor importancia
puntos 7 | votos: 7
Es penoso - que nuestro estado de ánimo llegue a depender de un tío...
puntos 4 | votos: 4
Lo importante no es ganar - es hacer perder al otro.
puntos 8 | votos: 8
Abuelas.. - siempre han estado ahi.. y cuando  de verdad nos damos cuenta que la
necesitamos ..ya se ha ido..

puntos 20 | votos: 20
y no te arrepientas nunca - de algo que te hizo sonreír.
puntos 2 | votos: 4
Cuando estamos en el colegio - en lo único que pensamos es en llegar a casa y poder ver esta página
que nos alegra la vida.
puntos 10 | votos: 12
¿Pero en serio... - ...que nosotros somos la especie superior?
puntos 7 | votos: 7
Personas - que hacen que nos sintamos, a su lado, como auténticas princesas
puntos 2 | votos: 6
Gonzalo Fernández de Córdoba - Militar español al servicio de los Reyes Católicos. Nació en
Montilla (Córdoba) el 1 de septiembre de 1453. Miembro de la nobleza
andaluza (perteneciente a la Casa de Aguilar), siendo niño fue
incorporado al servicio del príncipe Alfonso como paje y, a la muerte
de éste, pasó al séquito de la princesa Isabel. Fiel a la causa
isabelina, inició la carrera militar que le correspondía a un
segundón de la nobleza en la Guerra Civil castellana y en la de
Granada, donde sobresalió como soldado (sitio de Tájara y conquista
de Illora), espía y negociador, se hizo cargo de las últimas
negociaciones con el monarca nazarí Boabdil para la rendición de la
ciudad. En recompensa por sus destacados servicios, recibió una
encomienda de la Orden de Santiago, el señorío de Orjiva y
determinadas rentas sobre la producción de seda granadina, lo cual
contribuyó a engrandecer su fortuna.
En 1495 fue requerido para una nueva empresa militar de sus soberanos,
la intervención en la península Italiana. Desembarcó en Calabria al
mando de un reducido ejército para enfrentarse a las tropas francesas
que habían ocupado el reino de Nápoles, sobre el que Fernando de
Aragón tenía aspiraciones. Maniobrando con gran habilidad y tras
varios éxitos entre los que se incluyen la larga marcha a Atella que
le permitió llegar oportunamente a combatir y que culminaron con la
derrota y expulsión de los franceses, regresó a España en 1498,
donde sus triunfos le valieron el sobrenombre de Gran Capitán y el
título de duque de Santángelo. En 1500 fue enviado a Italia por
segunda vez con el encargo de aplicar, por parte española, el Tratado
de Chambord-Granada (1500) que implicaba el reparto del reino de
Nápoles entre los Reyes Católicos y Luis XII de Francia. Desde el
principio se produjeron roces entre españoles y franceses por el
reparto de Nápoles, que desembocaron en la reapertura de las
hostilidades. La superioridad numérica francesa obligó a Fernández
de Córdoba a utilizar su genio como estratega, concentrándose en la
defensa de plazas fuertes a la espera de refuerzos.
 El Gran Capitán derrotó en Ceriñola al ejército mandado por el
duque de Nemours, que murió en el combate (1503), y se apoderó de
todo el reino. Mando Luis XII un nuevo ejército, que fue igualmente
vencido a orillas del Garellano (1504), y los franceses hubieron de
rendir a la plaza fuerte de Gaeta y dejar libre el campo a los
españoles. Terminada la guerra, Fernández de Córdoba gobernó como
virrey en Nápoles durante cuatro años, con toda la autoridad de un
soberano; pero, muerta ya Isabel, se hizo el Rey eco de los envidiosos
del general y, temeroso de que se hiciese independiente, le quitó el
mando, aunque no está demostrado que le pidiese cuentas. Si es
cierto, en cambio, que no cumplió a tan ilustre caudillo los
ofrecimientos que le había hecho. Pese a sus deseos de volver a
Italia, Gonzalo, entonces, se retiró a Loja, donde murió en 1515.
 El Gran capitán fue un genio militar excepcionalmente dotado que por
primera vez manejó combinadamente la Infantería, la Caballería y la
Artillería. Supo mover hábilmente a sus tropas y llevar al enemigo
al terreno que había elegido como más favorable. Revolucionó la
técnica militar mediante la reorganización de la infantería en
coronelías (embrión de los futuros tercios). Idolatrado por sus
soldados y admirado por todos, tuvo en su popularidad su mayor
enemigo.
La combinación de las operaciones de combate permitió a Gonzalo
Fernández de Córdoba, en el transcurso de las guerras de Italia,
introducir varias reformas sucesivas en el ejército español, que
desembocaron en el Tercio. La primera reorganización fue en 1503.
Gonzalo creó la división con dos coronelías de 6.000 infantes cada
una, 800 hombres de armas, 800 caballos ligeros y 22 cañones. El
general tenía en sus manos todos los medios para llevar el combate
hasta la decisión. Gonzalo de Córdoba dio el predominio a la
infantería, que es capaz de maniobrar en toda clase de terrenos.
Dobló la proporción de arcabuceros, uno por cada cinco infantes, y
armó con espadas cortas y lanzas arrojadizas a dos infantes de cada
cinco, encargados de deslizarse entre las largas picas de los
batallones de esguízaros suizos y lasquenetes y herir al adversario
en el vientre. Puso en práctica, además, un escalonamiento en
profundidad, en tres lineas sucesivas, para tener una reserva y una
posibilidad suplementaria de maniobra. Gonzalo Fernández de Córdoba
facilitó el paso de la columna de viaje al orden de combate
fraccionando los batallones en compañías, cada una de las cuales se
colocaba a la altura y a la derecha de la que le precedía, con lo que
se lograba fácilmente la formación de combate. Adiestró a sus
hombres mediante una disciplina rigurosa y formó su moral despertando
en ellos el orgullo de cuerpo, la dignidad personal, el sentido del
honor nacional y el interés religioso. Hizo de la infantería
española aquel ejército formidable del que decían los alemanes
después de haber luchado contra él, que “no habían combatido con
hombres sino con diablos”.

puntos 4 | votos: 4
Para presumir... - hay que sufrir.
puntos 6 | votos: 8
Pensar día tras día... - que es lo que te hace fuerte para seguir adelante sin verle.
puntos 25 | votos: 25
¿Qué desmotiva mas - una lagrima de el o una lagrima de ella ?
puntos 7 | votos: 7
Pasas por un bonito jardín - y lo único que quieres es estar con esa persona...
puntos 6 | votos: 6
Tu sonrisa... - es la que me hace feliz.

puntos 4 | votos: 4
La verdad, - a veces duele, más de lo que nos podemos imaginar.
puntos 11 | votos: 11
Aprendemos a amar - no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a
ver de manera perfecta a la persona inperfecta.
puntos 10 | votos: 10
La rabia que te entra - cuando ves a tus mejores amigos abrazados y besándose mientras a ti
no te hacen ni puto caso.
puntos 1 | votos: 1
¡Policía!, ¡Policía! - ¡No detengan al ladrón, detengan a ese chico que me robó el corazón!
puntos 2 | votos: 4
Con tu micropene no llegas, - pero el mio tiene una curvatura perfecta, es un diseño ancestral que
se ha ido perfeccionando de generación en generación.

puntos 31 | votos: 31
Yo a tu edad le cogía la mano - a mi novio,no el pene.
puntos 3 | votos: 3
Sonríe, - aunque solo sea una sonrisa triste, porque más triste que una sonrisa
triste es la tristeza de no saber sonreir
puntos 3 | votos: 3
Todo sueño tiene un final... - pero el tuyo y el mio nunca se acabará.



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