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01.12.2023

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PLAN DE AYALA. - Plan Libertador de los hijos del Estado de Morelos afiliados al
Ejército Insurgente que
defiende el cumplimiento del Plan de S. Luis, con las reformas que ha
creido conveniente
aumentar en beneficio de la Patria Mexicana.
Los que subscribimos, constituidos en Junta Revolucionaria, para
sostener y llevar a
cabo las promesas que hizo la Revolución de 20 de noviembre de 1910,
próximo pasado,
declaramos solemnemente ante la faz del mundo civilizado, que nos
juzga, y ante la Nación
a que pertenecemos y amamos, los propósitos que hemos formulado para
acabar con la
tiranía que nos oprime y redimir a la patria de las dictaduras que
nos imponen, las cuales
quedan determinadas en el siguiente Plan.
1.° Teniendo en consideración que el pueblo mexicano acaudillado por
don Francisco I.
Madero fué a derramar su sangre para conquistar sus libertades y
reivindicar sus derechos
conculcados, y no para que un hombre se adueñara del Poder violando
los sagrados
principios que juró defender bajo el lema de Sufragio Efectivo,”
“No Reelección,
ultrajando la fé, la causa, la justicia y las libertades del pueblo,
teniendo en consideración:
que ese hombre a que nos referimos es Dn. Francisco I. Madero, el
mismo que inició la
precitada revolución, el cual impuso por norma su voluntad e
influencia al Gobierno
Provisional de ex-Presidente de la República, Lic. Dn. Francisco L.
de La Barra, por
haberle aclamado el pueblo su Libertador, causando con este hecho
reiterados
derramamientos de sangre, y multiplicar desgracias a la Patria de una
manera solapada y
ridícula, no teniendo otras miras que satisfacer que sus ambiciones
personales, su
desmedidos instintos de tirano y su profundo desacato al cumplimiento
de las leyes
preexistentes emanadas del inmortal Código de 57 escrito con la
sangre de los
revolucionarios de Ayutla; teniendo en consideración: que el llamando
Jefe de la
Revolución Libertadora de México C. don Francisco I. Madero, no
llevó a felíz término la
revolución que tan gloriosamente inició con el apoyo de Dios y del
pueblo, puesto que dejó
en píe la mayoría de poderes gubernativos y elementos corrompidos de
opresión del
Gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, que no son, ni pueden ser en
manera alguna la
legítima representación de la Soberanía Nacional, y que por ser
acérrimos adversarios
nuestros y de los principios que hasta hoy defendemos, están
provocando el malestar del
País y abriendo nuevas heridas al seno de la Patria para darle a
beber su propia sangre;
teniendo en consideración que el supradicho sr. Francisco I. Madero,
actual Presidente de la
República trata de eludir el cumplimiento de las promesas que hizo a
la Nación en el Plan
de S. Luis Potosí, siñiendo las precitadas promesas a los convenios
de Ciudad Juárez, ya
nulificando, encarcelando persigniendo o matando a los elementos
revolucionarios que le
ayudaron a que ocupara el alto puesto de Presidente de la República
por medio de sus falsas
promesas y numerosas intrigas a la Nación; teniendo en consideración
que el tantas veces
repetido Sr. Francisco I. Madero ha tratado de ocultar con la fuerza
brutal de las bayonetas
y de ahogar en sangre a los pueblos que le piden, solicitan o exigen
el cumplimiento se sus
promesas a la revolución llamándoles bandidos y rebeldes, condenando
a una guerra de
exterminio, sin conceder ni otorgar ninguna de las garantías que
prescriben la razón, la
justicia y la ley; teniendo en consideración que el Presidente de la
República, señor Don.
Francisco I. Madero, ha hecho del Sufragio Efectivo una sangrienta
burla al pueblo ya
imponiendo contra la voluntad del mismo pueblo en la Vicepresidencia
de la República al
Lic. José María Pino Suárez, o ya a los gobernadores de los Estados
designados por él,
como el llamado General Ambrosio Figueroa, verdugo y tirano del pueblo
de Morelos; ya
entrando en contubernio escandaloso con el partido científico,
hacendados feudales y
caciques opresores, enemigos de la revolución Proclamada por él, a n
de forjar nuevas
cadenas y de seguir el molde de una nueva dictadura, más oprobiosa y
más terrible que la
de Porfirio Díaz, pues ha sido claro y patente que ha ultrajado la
Soberanía de los Estados,
conculcando las leyes sin ningún respeto a vidas e intereses, como ha
sucedido en el Estado
de Morelos y otros conduciéndonos a la más horrorosa anarquia que
registra la historia
contemporánea: por estas consideraciones declaramos al susodicho
Francisco I. Madero,
inepto para realizar las promesas de la Revolución de que fue autor,
por haber traicionado
los principios con los cuales burló la fé del pueblo, y pudo haber
escalado el poder; incapaz
para gobernar, por no tener ningún respeto a la ley y a la justicia
de los pueblos, y traidor a
la Patria por estar a sangre y fuego humillando a los mexicanos que
desean sus libertades,
por complacer a los científicos, hacendados y caciques que nos
esclavizan, desde hoy
comenzamos a continuar la Revolución principiada por él, hasta
conseguir el derrocamiento
de los poderes dictatoriales que existen.
2.° Se desconoce como Jefe de la Revolución al C. Francisco I.
Madero y como Presidente
de la República, por las razones que antes se expresan, procurando el
derrocamiento de éste
funcionario.
3.° Se reconoce como Jefe de la Revolución libertadora al ilustre C.
General Pascual
Orozco, segundo del caudillo Don. Francisco I. Madero, y en caso de
que no acepte este
delicado puesto, se reconocerá como Jefe de la Revolución al C.
General Emiliano Zapata.
4.° La Junta Revolucionaria del Estado de Morelos manifiesta a la
Nación bajo protesta:
Que hace suyo el Plan de San Luis Potosí, con las adiciones que a
continuación se
expresa, en beneficio de los pueblos oprimidos, y se hará defensora
de los principios que
defiende hasta vencer o morir.
5.° La Junta Revolucionaria del Estado de Morelos, no admitirá
transacciones ni
componendas políticas hasta no conseguir el derrocamiento de los
elementos dictatoriales
de Porfirio Díaz y Don. Francisco I. Madero; pues la Nación está
cansada de hombres
falaces y traidores que hacen promesas como libertadores pero que al
llegar al poder, se
olvidan de ellas y se constituyen en tiranos.
6.° Como parte adicional del Plan que invocamos hacemos constar: que
los terrenos,
montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o
cacíques a la sombra de
la tiranía y de la justicia venal entrarán en posesión de estos
bienes inmuebles desde luego,
los pueblos o ciudadanos que tengan sus títulos correspondientes de
esas propiedades, de
las cuales han sido despojados, por la mala fé de nuestros opresores,
manteniendo a todo
trance, con las armas en la mano, la mencionada posesión y los
usurpadores que se crean
con derecho a ellos, lo deducirán ante tribunales especiales que se
establezcan al triunfo de
la Revolución.
7.°. En virtud de que la inmensa mayoria de los pueblos y ciudadanos
mexicanos no son
más dueños que del terreno que pisan sufriendo los horrores de la
miseria sin poder mejorar
en nada su condición social ni poder dedicarse a la industria o a la
agricultura por estar
monopolizados en unas cuantas manos las tierras, montes y aguas, por
esta causa se
expropiarán, previa indemnización de la tercera parte de esos
monopolios a los poderosos
propietarios de ellas, a fin de que los pueblos y ciudadanos de
México obtengan ejidos,
colonias, fundos legales para pueblos, o campos de sembradura o de
labor, y se mejore en
todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos
8.° Los hacendados, científicos o caciques que se opongan directa o
indirectamente al
presente Plan, se nacionalizarán sus bienes y las dos terceras partes
que a ellos les
correspondan, se destinarán para indemnizaciones de guerra, pensiones
de viudas y
huérfanos de las víctimas que sucumban en la lucha por presente
Plan.
9.° Para ejecutar los procedimientos respecto a los bienes antes
mencionados, se aplicarán
leyes de desamortización según convenga; pues de norma y ejemplo
pueden servir las
puestas en vigor por el inmortal Juárez, a los bienes eclesiásticos
que escarmentaron a los
déspotas y conservadores, que en todo tiempo han pretendido
imponernos el yugo
ignominioso de la opresión y del retroceso.
10.° Los jefes Militares Insurgentes de la República; que se
levantaron con las armas en la
mano a la voz de Don. Francisco I. Madero, para defender el Plan de
San Luis Potosí, y que
ahora se opongan con fuerza armada al presente Plan, se juzgarán
traidores a la causa que
defendieron y a la Patria, puesto que en la actualidad muchos de
ellos, por complacer a los
tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho, o soborno están
derramando la sangre
de sus hermanos que reclaman el cumplimiento de las promesas que hizo
a la Nación Don.
Francisco I. Madero.
11.° Los gastos de guerra serán tomados conforme a lo que prescribe
el Artículo XI del
Plan de San Luis Potosí, y todos los procedimientos empleados en la
Revolución que
emprendemos, serán conformes a las instrucción que determina el
mencionado Plan.
12.° Una vez triunfada la Revolución que hemos llevado a la vía de
la realidad, una Junta
de los principales Jefes revolucionarios de los distintos Estados,
nombrara o designara un
Presidente interino de la República, quien convocará a elecciones
para la nueva formación
del Congreso de la Unión, y este a la vez convocará a elecciones
para la organización de los
demás poderes federales.
13.° Los principales Jefes Revolucionarios de cada Estado, en Junta,
designarán al
Gobernador Provisional del Estado a que corresponden, y este elevado
funcionario
convocará a elecciones para la debida organización de los Poderes
públicos, con el objeto
de evitar consignas forzosas que labran la desdicha de los pueblos,
como la tan conocida de
Ambrosio Figueroa en el Estado de Morelos, y otros que nos conducen al
precipicio de
conflictos sangrientos sostenidos por el capricho del dictador Madero
y el círculo de
científicos y hacendados que los han sugestionado.
14.° Si el Presidente Madero y otros elementos dictatoriales, del
actual y antiguo régimen,
desean evitar inmensas desgracias que afligen a la Patria, que hagan
inmediata renuncia de l
puesto que ocupan, y con eso en algo restañarán las grandes heridas
que han abierto al seno
de la Patria; pues que de no hacerlo así, sobre sus cabezas caerá la
sangre derramada de
nuestros hermanos.
15.° Mexicanos: considerad que la astucia y la mala fé de un hombre
está derramando
sangre de una manera escandalosa por ser incapaz para gobernar,
considerado que su
sistema de gobierno está aherrojando a la Patira y aherrojando con la
fuerza bruta de las
bayonetas, nuestras instituciones; y así como nuestras armas las
levantamos para elevarlo al
Poder ahora las volveremos contra él por haber faltado a sus
compromisos con el pueblo
mexicano y haber traicionado la revolución; no somos personalistas,
somos partidarios de
los principios y no de los hombres.
Pueblo Mexicano: Apoyad con las armas en la mano este Plan, y haréis
la
prosperidad y bienestar de la Patria.
______________________
Reforma, Libertad, Justicia y Ley. Ayala, noviembre 28 de 1911.
GENERALES.- Emiliano Zapata, José T. Ruiz, Otilio E. Montaño,
Francisco
Mendoza, Jesús Morales, Eufemio Zapata, Próculo Capistran.-
CORONELES: Agustín
Cázares, Rafael Sánchez, Cristóbal Domínguez, Santiago Aguilar,
Feliciano Domínguez,
Fermín Omaña, Pedro Salazar, Gonzalo Aldape, Jesús Sánchez, Felipe
Vaquero, Clotilde
Sosa, José Ortega, Julio Tapia, N. Vergara, A. Salazar. Teniente
Coronel- Alfonso
Morales.- CAPITANES- Manuel Hernández H., José Pineda, Ambrosio
López, Apolinar
Adorno, José Villanueva, Porfirio Cazares, Antonio Gutiérrez, Pedro
Vúelna, O. Nero, C.
Vergara, A. Pérez, S. Rivera, M. Camacho, T. Galindo, L. Franco, J.
M. Carrillo, S.
Guevara, A. Ortiz, J. Escamilla, J. Estudillo, F. Galarza, F. Caspeta,
P. Campos y Teniente-
A. Blumenkron.



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