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04.09.2016

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Bola y cadena - Sentada bajo mi ventana, solo mirando a un sueño. Quizá pensando demasiado, quizá demasiado poco. El viento hélido de la noche me congela el alma y me susurra mis errores, me restriega mis culpas. Es una voz despiadada, que solo escuchan los muy pensadores, los demasiado callados... Los suficientemente tristes; la consciencia de los deprimidos. La ira se hace carne en mí, me come la mente a palabras de consuelo y me agrieta los dientes con la fuerza de mis carencias, y cada vez llevo más baja la cabeza. Sentada bajo mi ventana... Solo mirnado a los ojos de la noche. Quizá demasiado dolida, quizá demasiado poco. Oh, cariño, no te preocues por eso. Ni por nada. Perdonar tus errores es mucho más fácil que sufrir por los míos. Admítelo, tú solo quieres seguir sufriendo. Te asusta demasiado el camino a la felicidad como para ir a por ella... Quizá el viento tenga razón. Sentada en mi habitación del psiquiátrico, solo mirando a los surcos de humedad de las paredes blancas, como si mi tristeza se pusiera a llorar en la pintura. Quizá pensando demasiado, quizá demasiado poco... Mientras el viento me cuenta historias de una vida que creo... Fue la mía.
puntos 16 | votos: 18
Una noche pintada con llamas - Una noche pintada con pinceladas aguadas de rosa cobrizo cubría el techo de la Tierra ese día. Pareciera como si una cúpula de rayos pasara a través de las nubes negras de la tormenta para formar ese color. Quizá las cosas cambien hoy, pensó su desamparo, buscándose una luz. La vio llegar, una de esas noches que hoy recuerda y se sonrió. Todo su desconsuelo desapareció. Oh, cómo le habían robado el corazón... Hoy, todas sus prendas huelen a cigarrillos, y sus consuelos se han vuelto meros entretenimientos. El destino los mandó por caminos diferentes. Y en esos momentos en que una simple sonrisa de ella lo habría sacado adelante, solo tenía vacío, humo, resentimientos, caminatas y valdíos. Y lentamente se hundió. En su vida, reinó la oscuridad de la desolaciónm y en su muerte, el calor y la luz del fuego que se encendió con el único deseo que en sus labios durmió, Quizá las cosas cambien hoy.
puntos 13 | votos: 13
No quiero respirar - En cada calada de aire, el fantasma de tu olor, y recuerdos de noches lacimógenas en cada canción. Despertar es el fastidio incecesario que pocos se atreven a evitar. Lo siento, papel, mi único amigo verdadero, creo que la música y el amor me han robado el reflejo, y ya no puedes hacerlo tú. Siempre en mi muerte, y siempre en mi vida la oscuridad del ataúd. La consciencia es una vieja agonizante pidiendo que le disparen. Sé que cuando dices: Sálvate quieres decir: Sálvame, pero los ángeles se colgarán desamarrados de un árbol partido por un rayo; suficientemente cerca como para estar juntos, y suficientemente lejos para sentirse solos. Viviré anestesiada en el umbral de una cuerda, prendiéndome un cigarrillo frente a mi tienda, vendo almas a un lado de la carretera. Mi palabra es muy barata y mis promesas se rompen antes de ser hechas. Mira a los ojos sin brillo, nunca lo imaginarías.



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