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29.06.2011

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bueno 370 | malo 11

puntos 5 | votos: 5
Claro que ella va a decir - que esta feliz y va a deslumbrar esa sonrisa famosa. Pero mira
profundamente dentro de esos ojos color esmeralda.Cariño, la
destruiste.
puntos 104 | votos: 104
A veces no decimos lo que - sentimos, no porque no queremos,sino porque no sabemos como.
puntos 7 | votos: 7
Aun recuerdo - nuestro primer día juntos.
puntos 7 | votos: 7
No me duele el no tenerte, - me duele al ver que después de tantos momentos bonitos tu hayas
optado por olvidarlos.
puntos 11 | votos: 11
Cuando uno cree - en si mismo puede conseguir lo que quiera.

puntos 12 | votos: 12
Hay que aprender - que para sanar una herida, hay que dejar de tocarla.
puntos 2 | votos: 2
No sufras por una persona - que no te supo apreciar, algún día se arrepentirá y se dará cuenta
que su mayor error, fue perderte.
puntos 19 | votos: 19
Tal vez lo que necesita uno - para ser valiente y luchar, es eso.
Enamorarse.
puntos 941 | votos: 961
No asumas que le gustas - Solo porque es dulce  contigo, a veces sólo eres una opción cuando está aburrido.
puntos 13 | votos: 13
Si no eres valiente - para luchar, entonces no te enamores.

puntos 4 | votos: 4
Estar vivo - y sentir que te mueres.
puntos 5 | votos: 5
Ha poco me preguntaron: - -¿Qué es lo mas arriesgado y peligroso que has hecho en tu vida?
+Enamorarme.-respondí.
puntos 12 | votos: 12
Mi pijama favorito - es tu camiseta favorita.
puntos 6 | votos: 6
Aun recuerdo - la primera vez que me miraste. Ese día pude decir que se que
significa que alguien te coma con la mirada.
puntos 942 | votos: 952
No importa lo que digan - de ti, quien realmente te ama sabe exactamente quien eres.

puntos 13 | votos: 13
Pantalones cortos, - que ahora parecen bragas vaqueras.
puntos 11 | votos: 11
Si tuviera que elegir - Un momento especial en mi vida, diría que fue el instante en que te conocí.
puntos 5 | votos: 5
A veces - me pregunto si vale la pena luchar por ti.
puntos 4 | votos: 4
¿Olvidarte? - ¡Jamas! Yo solo aprenderé a vivir sin ti.
puntos 908 | votos: 962
Un aplauso por esos amigos - que pusieron tu nombre en un trabajo aunque no hiciste nada

puntos 857 | votos: 899
Típico - Te inspiras escribiendo un buen mensaje a alguien, y te responden “OK“
puntos 3 | votos: 3
Lo que mas duele - es rendirte unos pasos antes de dar el gran salto.
puntos 7 | votos: 7
Abre los ojos - Suelo convencerme de que la vida es lo mejor que puedes tener, que las
cosas malas y las tristezas no existen, que cada paso que doy me
espera una sorpresa nueva, una que me sacara la mejor sonrisa de
todas, que mi vida es como a mi me apetece y que si quiero bailar bajo
la lluvia lo hago y si quiero encerrarme en casa un día soleado lo
are y nadie me lo impedirá, que si me apetece dormir por el día y
quedarme despierta por las noches, lo are y nadie me ara cambiar de
opinión, por que la vida es como a mi me apetece. Y por ahora estaba
absolutamente convencida de que así era. De que yo no me equivocaba,
de que los errores no existían y que cada supuesto error que cometía
era un pequeño paso al aprendizaje, a algo nuevo, que si no hubiese
cometido ese error las cosas buenas que sucedieron después no
hubiesen existido. Estaba tan segura de que las cosas que tenia eran
para siempre, que el pensar en otra vida sin ellos era imposible,
estaba convencida de que los cuentos de hadas existían, pero a mi
manera, de que las brujas malvadas se encontraban lejos de mi y nunca
se acercarían, de que los mejores amigos siempre estaban ahí y nunca
te fallaban, que te apoyaban y te querían tanto como tú a ellos, que
ellos nunca cambiaban, que el amor no te hace daño, cuando si lo
hacia, pero sobre todo, estaba demasiado convencida de que las cosas
no cambiaban, pero si lo hacen, la gente, las cosas, los lugares, todo
cambia la cabo del tiempo. Subir tan alto para luego caer duele. Hay
que dejarse de cuentos de hadas, y chorradas, que la vida no es como
uno creía, que el mundo perfecto y de color rosa no existe, que si
quieres algo te lo tienes que ganar, por que las cosas cuestan, que la
tristeza existe, y el dolor también, que en este mundo hay tantas
cosas malas como buenas, que no solo se puede vivir de ilusiones y
sueños, y para darme cuenta de esto solo me hizo falta abrir los
ojos, pero ¿sabes que te digo? que los vuelvo a cerrar, lo hago por
que yo ya se como es esa vida y la vivo día a día.
ABRIRÉ LOS OJOS CUANDO ME APETEZCA
puntos 6 | votos: 6
Admítelo - Tú también has mezclado Coca-Cola y Fanta y le has llamado Fanta-Cola
puntos 7 | votos: 7
¿Porque la vida - es tan complicada, si lo que queremos es realmente sencillo?

puntos 9 | votos: 9
Inspiracion - Cuando mas la necesitas, no la tienes
puntos 2334 | votos: 2380
Mira qué cosa más rara: - pasé la noche contigo,estando sola en mi cama.
puntos 3 | votos: 5
El tiempo -  es demasiado lento para aquellos que esperan, demasiado rápido para
aquellos que temen, demasiado largo para aquellos que sufren,
demasiado corto para aquellos que celebran, pero para aquellos que
aman, el tiempo es eterno.
puntos 10 | votos: 10
Lo único que te pido es: - tu sinceridad, tu sonrisa y cumplir cada uno de tus sueños.
puntos 3 | votos: 3
Si el Sol  - se levanta todas las mañanas, es por que mi corazon se enciende al
verte, mis ojos se abren y tus susurros se graban en mi mente.

puntos 8 | votos: 8
En los mejores  - momentos conoces a muchos amigos, pero en los peores es cuando conoces
a los verdaderos.
puntos 3159 | votos: 3199
Soy ese tipo de persona - a la que le gusta imaginar como sería su vida 
si hubiera tomado decisiones diferentes.
puntos 6 | votos: 6
Lo importante no es donde,  - sino que estés con el.
 típica frase que dice todo el mundo y ademas es 100% cierta.
puntos 20 | votos: 20
Que te guste  - tanto en un libro que llegar a sentir los mismos sentimientos que los personajes.
puntos 8 | votos: 8
Sentir una rafaga de aire - y sentir que estas en una película.

puntos 10 | votos: 12
La mejor flor - no es siempre la mas bonita
puntos 8 | votos: 10
Si siempre dices no, - nunca podrás pronunciar un sí en tu vida
puntos 5 | votos: 5
No llores  - por la leche derramada, lo que debes hacer es buscar una buena fregona.
puntos 8 | votos: 8
Como Odio - que la gente me recuerde que el verano se esta terminando.
puntos 9 | votos: 9
Como suele decirme mi abuela: - No hay mal que por bien no venga

puntos 1645 | votos: 1767
Yo creo que... - Si un anciano tuviera una cuenta en desmotivaciones, todos sus
carteles estarían en la principal.
puntos 3 | votos: 7
Desmotiva - Esperar tus 15 desde que tiene uso de razón y ahora que llegan no
saber si tus padres te lo querrán celebrar, pero desmotiva a un mas
que tus amigas suban fotos a tuenti de sus 15 y sentir envidia y estar
deprimida...
puntos 15 | votos: 17
Un beso  -  es eso que se da con amor y, aunque sea chiquitito, entra siempre al corazón...
puntos 78 | votos: 88
Al otro lado de la vida. - Bárbara despertó sobresaltada, tomando una gran bocanada de aire que
le provocó una arcada. Estaba tumbada de espaldas sobre algo mullido.
No obstante, le dolían todos los huesos y las articulaciones, y
acarreaba una gran jaqueca. Ignoraba dónde estaba y dedujo que se
encontraría en algún lugar cerrado, puesto que no podía ver nada.
Empezó a sentirse incómoda y decidió salir de ahí cuanto antes,
pero al tratar de incorporarse se golpeó la frente contra algo duro
y cayó de nuevo sobre esa especie de colchón que, por otra parte,
era muy cómodo. Trató de mantener la calma pero le resultó
imposible. Quería salir de ahí, y quería hacerlo cuanto antes.
	Levantó las manos y tanteó arriba y a los lados, encontrando una
frontera en todas las direcciones posibles, hasta darse cuenta que
estaba encerrada por todos los flancos en una especie de caja hecha a
la medida de su cuerpo. No tardó mucho en darse cuenta que la habían
metido en un ataúd. Entonces empezó a ponerse nerviosa de verdad.
Trató de recorrer con la mente todo lo que había hecho antes de
perder el conocimiento.
	En su interior empezó a tomar fuerza la idea de que estaba
enterrada, al menos dos metros bajo tierra, y que jamás saldría de
ahí, que enseguida se le acabaría el oxígeno y se ahogaría,
enterrada en vida. Eso acabó por destrozarle los nervios. La
angustia y el miedo empezaron a hacer mella en su ya maltrecha
estabilidad emocional, y comenzó a golpear con fuerza y sin medida
la tapa del féretro que la contenía. Muchos fueron los esfuerzos,
mucho el daño que se hizo en los nudillos, pero todo resultó
inútil. Colocó las palmas de las manos en la tapa y empujó con
todas las fuerzas que le quedaban, pero el resultado fue el mismo.
	Empezó a respirar agitadamente, presa del pánico, tratando de
alejar de su mente la inevitable imagen de su muerte, y se dio media
vuelta. Al hacerlo vio que de la esquina inferior del cajón de
madera emergía un leve hilito de luz, proveniente del exterior. Ese
simple dato le dio fuerzas para seguir luchando cuando ya
prácticamente se había abandonado a la consternación. Creyó que
tal vez no fuera demasiado tarde para salir de ahí. Volvió a dar
media vuelta, notando cada vez más pequeñas las dimensiones,
sintiendo una extraña sensación, como si el espacio que la
albergaba se hiciese cada vez más pequeño. La claustrofobia
empezaba a filtrarse por sus poros.
	La mandíbula y las manos comenzaron a temblarle y empezó a sentir
frío en la punta de todos sus dedos. Luchó una vez más por abrir
la trampilla que le permitiría salir al exterior y al no
conseguirlo, se puso cada vez más nerviosa. Golpeó con furia y
empezó a gritar sin control, pidiendo ayuda desesperadamente,
confiando que alguien, que alguien sano, le oyese y fuera en su
ayuda. Sabía que así tan solo conseguiría atraer a quien no era
bienvenido, pero eso ya le daba igual, no quería morir ahí dentro.
Prefería salir aún a sabiendas que ahí estaría más segura y
tendría una muerte más digna que la de muchos que le precedieron
desde que empezó esa pesadilla.
	Todo esfuerzo resultó inútil. El llanto siguió al los gritos, y
los golpes se fueron haciendo cada vez más débiles, a medida que se
iba abandonando al pesimismo, con una convicción cada vez más clara
de que esa sería su tumba. Acabó por dejar de golpear la tapa y
notó como se le secaban las lágrimas que habían corrido por su
piel hasta mojar el interior de sus orejas. Fue tranquilizándose
poco a poco hasta que consiguió que su agitada respiración se
transformase en un ligero silbido. Consiguió tranquilizarse por unos
minutos, limitarse a pensar, intentando no dejarse llevar por el
pánico otra vez, pero todo esfuerzo parecía inútil.
	Entonces se dio cuenta que estaba inmersa en el más absoluto
silencio. Desde que despertase hacía ya casi media hora, no había
oído absolutamente nada. Fue el contraste el que le hizo percatarse,
al oír un ruido lejano que le devolvió rápidamente al mundo real.
Aguantó la respiración por unos segundos para oír mejor, y acabó
determinando que se trataba de un ladrido. Dondequiera que estuviese
había un perro, y si ese maldito perro había conseguido sobrevivir
al éxodo, ella no tendría porque ser menos. Se quedó oyendo unos
segundos más, pero ya no había rastro alguno del ladrido. Empezó a
creer que lo había imaginado.
	Sabía que si se quedaba ahí quieta no conseguiría nada más que
morir encerrada, de modo que decidió afrontar su destino, sin
importar cuales fueran las consecuencias. Los precedentes indicaban
que no conseguiría nada empujando la tapa, hasta ahí había llegado
su entendimiento de la situación, de modo que trató de buscar una
alternativa, aunque pareciese imposible dadas las circunstancias.
Empezó a golpear con los hombros los lados del ataúd, tratando de
impulsarse cada vez con más fuerza, sin saber muy bien lo que
pretendía conseguir con ello. Los primeros golpes resultaron
inútiles, pero luego ocurrió algo.
	Un nuevo impulso hizo que el ataúd cediese un poco, moviéndose
ligeramente hacia un lado. Tenía ya los hombros doloridos, pero esa
buena noticia le llenó de fuerzas para continuar luchando. Dio más
y más golpes. La mayoría de ellos resultaban igualmente
infructuosos, pero de vez en cuando veía como el ataúd se movía
ligeramente, lo cual aún le daba más fuerzas para seguir. Cada vez
más confiada, haciendo caso omiso al punzante dolor que acarreaba en
los hombros, continuó dando bandazos de un lado al otro, con mayor
fuerza y convicción a cada golpe, hasta que algo le hizo parar.
	Llegó un momento en el que oyó un fuerte golpe. Parecía como si
algo muy pesado hubiese caído al suelo y se hubiera roto, pero ella
apenas se había movido unos centímetros. Volvió a quedarse
callada, respirando agitadamente, con el corazón latiéndole a toda
velocidad. Fue entonces cuando comprendió lo que había ocurrido.
Una amplia sonrisa se dibujó en su ajada cara al tiempo que se
disponía a dar el siguiente paso, que no sería más que el comienzo
de una larga odisea.
puntos 5 | votos: 9
Al otro lado de la vida 1x168 - Residencia de la familia Cuesta, Olah
13 de septiembre de 2008

Cuando Marion volvió al salón, el programa de su padre ya había
vuelto de la publicidad. No llegaba a acostumbrarse a eso, pues hasta
esos días, rara era la vez que un corte publicitario en el canal
siete durase menos de diez minutos, y menos durante el programa de su
padre. Estaba acompañado de un hombre adulto de prominentes entradas,
junto a una camilla en la que había una mujer joven, atada. Aquél
hombre estaba hablando, y su padre le miraba interesado, pero sin
perder de vista a la mujer de la camilla. Decía algo sobre la visión
de los infectados cuando su padre le cortó. En ese momento volvió a
sonar de fondo el tedioso taladro, y Marion agarró de nuevo el mando
a distancia, y subió el volumen.
	Marion empezó a morderse las uñas. Acercó un poco más la cara a
la pantalla para ver cómo su padre se acercaba a la mujer de la
camilla y abría lentamente uno de sus ojos. La cámara mostró muy de
cerca un ojo de un intenso color bermellón. Se alejó un poco y
mostró como ese ojo, totalmente dilatado, se clavaba en el padre de
la joven. Marion lo miraba con la boca entreabierta, el corazón
latiéndole a mil por hora. Eusebio soltó el párpado, asustado, pero
el ojo se mantuvo abierto por si solo, al igual que ya lo estaba el
otro. Lo siguiente pasó muy rápido, pero el cámara no perdió
detalle.
	El invitado salió por piernas, cuando la infectada empezó a
agitarse violentamente en la camilla, deshaciéndose con excesiva
facilidad de una de las correas que hasta el momento parecían
irrompibles, mientras no paraba de gritar en un idioma incomprensible.
Su mano izquierda consiguió agarrar de la corbata a Eusebio antes que
éste tuviera ocasión de huir. Lo atrajo hacia sí con gran
virulencia y velocidad, y hundió sus dientes en la carne del
presentador, a la altura de la clavícula. La sangre no tardó en
hacerse la protagonista. La imagen hizo un primer plano a la cabeza y
el cuello del presentador, mostrando la zona de la garganta, de donde
no paraba de manar sangre, y a un Eusebio con los ojos perdidos, a
punto de perder también el conocimiento. El grito de Marion lo
inundó todo, incluso quitándole protagonismo al taladro de Carlos.
Un segundo después se hizo el silencio en la sala.
	Marion observaba horrorizada cómo su padre se conseguía zafar de
una vez por todas de la incansable infectada y caía al suelo,
retorciéndose de dolor, sujetándose la herida de la que no paraba de
salir sangre a borbotones. El cámara, lejos de ir en su ayuda, se
esforzó en coger un mejor plano, eso si, alejándose paso a paso del
peligro. Los ojos de Marion se nublaron por el llanto, y gritó de
nuevo al ver cómo dos de los hombres que esa misma mañana le habían
dado los buenos días antes de acompañar a su padre a los estudios
del canal siete, aparecían en escena para acribillar a balazos a la
mujer que ahora ya no gritaba, pues tenía la boca ocupada en masticar
con ansiedad el trozo de carne que le había sustraído a su víctima,
mientras seguía agitándose en la camilla.
	En ese momento Carlos y Mikhail llegaron al salón donde Marion
luchaba por sobrellevar tal cúmulo de emociones. Los disparos dejaron
el suelo y gran parte del decorado del programa salpicado de sangre,
pero consiguieron que la infectada perdiese la vida, así como gran
parte del cráneo y lo que éste contenía. Para esos entonces el
presentador ya había perdido demasiada sangre, y estaba inconsciente,
a las puertas de la muerte. Uno de ellos gritó al otro y señaló a
Eusebio, que yacía boca arriba en el suelo, para acto seguido agarrar
la camilla por uno de los extremos y llevársela fuera del encuadre de
la cámara. Después de intercambiar unas palabras con su compañero,
el otro guardaespaldas se arrodilló junto al ya cadáver de Eusebio,
y trató de encontrarle el pulso, sin conseguirlo. Superado por la
situación, miró al cámara y le gritó, levantando un brazo y con
las venas del cuello hinchadas, que dejase de grabar de una vez por
todas.
	Ese descuido, al perder de vista a Eusebio por un momento, le costó
la vida. Eusebio, que tan solo un instante antes había perdido el
pulso, tuvo un espasmo en todo el cuerpo, como un latigazo de
electricidad que le devolvió a la vida. Pese a la distancia, se pudo
ver el intenso color rojo del que se habían teñido sus ojos.
Todavía sin levantarse, se irguió ligeramente y vomitó gran
cantidad de sangre sobre la cara de quien había tratado de ayudarle.
Entonces se levantó a toda prisa, con una agilidad impropia de su
edad y su estado físico, para agarrarle de los hombros y comenzar a
zarandearle de un lado a otro, tratando de acabar con su vida. Eusebio
fue más rápido en su propósito que el guardaespaldas en el suyo de
desenfundar su pistola para deshacerse de quien no tardó en matarle a
fuerza de golpes. No se molestó en morderle.
	La cámara se cayó al suelo, y centró la imagen, algo desenfocada,
en la parte donde empezaban las gradas vacías. No pasó nada durante
un momento, pero tras unos pocos segundos se vio al cámara corriendo.
Era el guardaespaldas quien le perseguía, y por bien que llevaba
mucha ventaja y no le hubiera alcanzado, frenó en seco. Miró a un
lado y a otro a tiempo de verse rodeado por el guardaespaldas a un
lado y por Eusebio al otro. Se le tiraron los dos encima, le hicieron
caer al suelo con un fuerte golpe, y comenzaron a golpearle y a
morderle. La última imagen que se vio fue la de Eusebio, con las
manos bañadas en sangre, sacando un trozo de intestino del estómago
desgarrado del cámara, a la vez que gritaba con lo que parecía una
macabra sonrisa en la cara, demostrando que había salido victorioso.
	Entonces, la imagen de la pantalla se sustituyó por un texto blanco
en un fondo azul, que rezaba: “Estamos solucionando unos problemas
técnicos, enseguida retomaremos la programación habitual, gracias
por su atención”.

puntos 7 | votos: 7
La Muerte - esta tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja
puntos 12 | votos: 12
Yo tambien - estuve enamorada de quien no debía.
puntos 1 | votos: 3
Desmotiva - Abrir tu nevera y encontrarte con esto
puntos 20 | votos: 20
La vida es como la música, - y tú marcas tu propio compás.
puntos 15 | votos: 19
Motivación es - Que tengas una canción en mente por la calle y pase un coche con ella
puesta a todo volumen.





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