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08.11.2013

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GeekVeterano Nivel 3

puntos 11 | votos: 11
Diciembre ha llegado... - He aprendido de mala manera que beber y comer no es lo mismo que comer
y beber. 
Mierda, el orden de los factores sí altera el resultado. 
Falsas matemáticas. 
He empacado lectura para un mes, el portátil, pijamas y algo de ropa.
Da igual, me voy a pasar el día durmiendo bajo un árbol.
Mi estómago encharcado de bourbon 
me las hace pasar canutas todo el viaje. 
Mi padre está concentrado en no matar al gilipollas que va a 80 
y le digo que hubiera preferido pasar otra noche en urgencias antes
que pasar un mes con los retrasados estos y sus hijos. Le duele.
 No dice nada y subo el volumen más de lo habitual. 
Me lo concede y gano esta pequeña batalla.
 Si le pidiera conducir seguramente me dejaría. El pobre cree que
cualquier cosa que agrave mi malhumor y antipatía equivale a darme un
bote de pastillas y vodka para suicidarme. 
No se equivoca, pero me aprovecho de la situación. 
Mi antigua casa está llena de familiares jodidamente fértiles y toda
su ralea. 
Comparto la (MI) habitación con tres críos ruidosos que buscan mi
atención y aprobación.
 No les concedo ninguna de las dos. Los ignoro y me voy a la ducha.
 En la ducha hay un bicho. Una araña de un tamaño considerable y
considerable es también el asco que me da. No va a salir de la ducha
por sí misma, así que voy a ayudarla. No pienso matarla, no es mi
estilo. Abro al máximo el grifo y veo a la araña luchar contra la
corriente, pero al final es devorada. No la he matado, ha sido ella
por estar en la ducha. Por no ser lo suficientemente inteligente como
para salir de ahí. Además, no está muerta. 
Está por algún lugar de las tuberías. 
Me meto en la ducha y me quedo hasta que mis pies y manos se parecen a
un pasa. 
Me duele la cabeza y tengo una guerrilla en el estómago. 
Me salto el turno de cenar de los niños y evito el de los adultos 
como si de una enfermedad se tratase. 
Estoy solo en mi habitación y escucho trozos de la conversación que
están teniendo abajo. 
Por décimo quinta vez repiten eso de Hemos invadido vuestra casa.
Pues sí, cabrones, lo habéis hecho. 
La resaca y las horas harán su efecto y yo podré conciliar el
sueño. Hasta que los niños vengan a molestarme, y yo seguiré
pensando en lo tentador que parece una noche de urgencias en
privacidad.
 Están ocupando mi espacio humo y reflexión.
 Joder, ni privacidad para una paja tengo. 

...y la Navidad me sigue disgustando.
puntos 9 | votos: 9
Privilegios - que deberían ser derechos.
puntos 3 | votos: 3
AA - Voy a matarme
Bueno, no. He mentido. 
Aunque parece que en estado de absoluta embriaguez
 o de absoluto estado zen, manifiesto una conducta autodestructiva y
pequeños brotes de furia psicótica, ser yo es divertido. 
He conseguido tener un sentimiento de desapego con todo.
Tanto es así que he tenido que poner toda la década de los 80s
hasta que mi vecina ha tenido que llamar a la policía. Su edad es
aburrida. Después, me he puesto los tenis y he salido huyendo.
Joder, ya ni en mis cuatro paredes estoy seguro. 
Huir se me da bien: lo hago rápido y sin echar la vista atrás. 
Yo mismo me persigo y si me atrapo tampoco pasa nada porque estoy
perdido dentro de mí buscando sensaciones, puesto que ya no siento
nada.
Tropiezo por diversión. 
No es divertido. Y no tengo ganas de nada.  
Tal vez... sólo de acabar otra botella 
y hundirme en páginas desesperadas. 
Cada vez que escribo algo me duele. Me inflijo dolor únicamente para
venir aquí y gritárselo a la nada. 
¿Patético? Estoy más allá de los conceptos de dignidad, amor
propio y principios, pero me da pena ver en qué me he convertido. 
Ya no tropiezo, mis zancadas son largas y ligeras. 
Estoy borrando las huellas que dejo y también mi presencia. Voy a
dejar de intentar buscar la aprobación ajena y empezar a buscar la
mía. 
Con todo esto, quizá podamos divertirnos otra vez, ¿no? 
Soy joven, dicen, pero ya no tengo ganas de debatir ni pelear.
Y aunque ahora escriba sobrio apoyado en el radiador, la promesa de
una muerte por alcoholismo temprano que mi hermana utiliza para
amenazarme, comienza a ser perceptible a mis ojos.
puntos 13 | votos: 13
~ - Los lápices de colores en sus pasos, coloreando el mundo. Las
acuarelas de sus manos, fugaces, dejando su rastro en otros cuerpos.
Los óleos tristes, grises, en sus ojos marrones. El insomnio en su
cabeza, de pájaros volando a todas horas, a pesar de su coraza
(corazón) siempre arrastrada por el barro. La carne de sus labios,
mil veces mordida, besando vasos por los bares de La Latina; sus ojos,
atentos, buscando deseo; su lengua, mil veces mordida, lamiendo
cuellos. Su llanto, como Dios, eterno, pero nunca presente. El compás
de los violines de los gemidos de su sexo, y a ese compás, el
movimiento de sus caderas, el rechinar de los muelles. Sus pechos,
como esculpidos; sus pezones, sensibles, acariciando cuerpos desnudos;
su humedad hambrienta. Las manos en los bolsillos del abrigo cada
mañana, después de arreglarse un poco el alma. El sabor de boca de
la resaca, de los besos prestados y las aspirinas. El aliento echando
de menos las noches. La lujuria del hada que quiere follarse al mundo,
y quiere que el mundo se la folle.
puntos 3 | votos: 3
Nueva (no) gente. - No creo que esté por encima de las demás personas, pero la gran
mayoría me resultáis aburridas, hasta el punto de ser frustrante. 
Casi toda conversación en la que tomo parte se 
convierte en un monólogo. No hablo, asiento. 
O rebuzno. 
Intento imponer mi carácter sobre las nuevas personas que he
conocido. 
Pienso que si consigo asemejarlos a mi imagen serán lo justamente
parecidos a mí para que los encuentre entretenidos (pero sigo
asintiendo y rebuznando). 
De esa manera consigo que se aburran conmigo, creando una especie de
aversión contra mí misma. No sé si es mi propia antipatía 
vertida en ellos o su antipatía vertida en mí. 
Los pedazos decentes de mi personalidad fueron plantados por personas
que en su momento, y unas pocas en la actualidad, me apreciaron de
verdad. 
Y los plantaron esperando verlos germinar antes de que me alejara de
ellos. 
Ya sabéis, eso de recoger los frutos. 
Nunca se los dije a la cara, y nunca se lo diría, pero espero que os
enteréis de cuanto aprecio todo lo que me distéis 
y todo lo que os debo.
Todo esto no tiene mucho sentido, pero... y qué más da. 
Noches.

puntos 8 | votos: 8
- - - No, tío. Yo sólo me enamoraría de una chica más inteligente que yo.
- Ya veo.
- Pues, ya está.
- ¿Y si esa chica a su vez sólo se enamoraría de alguien más listo que ella?
puntos 5 | votos: 5
Hormonas. - Carol: ¿Habré traído mi perfume? No me acuerdo... Ni que la puta
playa se fuese a mover de sitio. Había tiempo de sobra para asegurar
que había metido todo en la maleta. Recuerdo meter mi crema, bikinis,
las sandalias, pero el perfume... Bueno, tampoco pasa nada por estar
el finde oliendo a mar, aunque es bastante repugnante. Y no les voy a
pedir que regresemos a por él... Bueno, podría, pero seguro que me
mandan a la mierda. No deberían, ni que estuviésemos tan lejos de mi
casa. ¿Cuánto tardamos en llegar? ¿Siete horas? No sé. Cabe la
posibilidad de que Cristina haya traído perfume, con esa chica nunca
se sabe. No lo veo muy factible, es decir, nunca huele a nada. No es
que eso me moleste, pero es una chica, debería oler bien. Yo no
podría ir por ahí sin dejar mi olor, es algo básico para que los
chicos se fijen en ti. Bueno, ella ya tiene pareja y eso, así que...
Qué cojones, a lo mejor se le cruzó un cable y quiere empezar a oler
a mujer.
- Cris, ¿has traído perfume? 
- ¿Qué..?
- Nada, olvídalo... 

Cris: ¿Acaba de preguntarme si he traído perfume para pasar un fin
de semana en la playa? ¡Pero si estamos en la playa! Esta chica es
increíble. A lo mejor ha sido una broma. No, me lo dijo muy en serio.
Qué estúpida. ¿Qué espera? ¿Una pasarela en medio de la playa? Y,
¿por qué me sorprendo? Es decir, está caminando con tacones por la
arena. Es que no la voy a aguantar. Hace quince minutos que hemos
llegado y ya me ha soltado eso. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Si
llevo un Prada en el equipaje? Barbie anoréxica... Espera, no sé
porqué he dicho eso. Bueno, sí lo sé. No sé qué hace ella aquí.
Vale, es el rollo de una noche de Jer, pero, joder, él puede
conseguirse algo mejor. Es guapo. Esos ojos verdes y esas pestañas
kilométricas emboban a cualquiera, oye. Y ese cuerpo... ¡Joder! Vaya
golpe. Mierda, mi pie. Podrían haberme avisado que había un tronco
delante de mí. Me cago en... Me voy a sentar. Oh, creo los troncos
son para sentarse. Sí, qué bonita playa. Y ya es de noche. Vaya, me
ha leído el pensamiento. Mira cómo me tapa con la manta. Si es que
Beck es un encanto. 

Beck: mierda, tío. Por fin me puedo sentar. Tengo las piernas que ni
las siento de tanto conducir. Podría haber conducido él, que es su
coche. Y aún encima tuve que arreglar la mierda que dejó hecha al
intentar montar las tiendas. Si es que es un inútil. Y menos mal que
el cabrón era boy scout. Oh, dios, cómo me duele el culo. Lo único
que quiero es bañarme en pelotas y llevarme a Cris a la tienda. Sí.
Mírala qué guapa está con sus shorts y esa camiseta de tiras. Y
mira como se tapa con la manta... Mmm, ¿qué bikini tendrá debajo?
Puede que no la lleve a la tienda y lo hagamos en el mar. Sí, seguro
que eso la sorprende. Joder, si es hasta romántico. Pero, emm... No,
no va a ser necesario movernos de este tronco.

Jer: Puto cabronazo. No hace nada. Joder, yo puse mi coche y he pagado
la gasolina. Y le deje conducir a mi Lila. Como hubiese chocado a Lila
la iba a liar. Y, mierda, no puede ni montar las putas tiendas. Menos
mal que pilló el mensaje cuando las dejé a posta echas mierda en la
arena. Yo las hubiese montado en un minuto si él no fuese tan
egoísta. Sólo se preocupa por él. Bueno, también por Cris. Ha sido
muy caballeroso al traerle la manta. ¿Debería traerle una a Carol?
Pues... joder, no sé. No se ha quejado, así que supongo que no le
importará. Está muy buena con esa mini y ese top. Y, bueno, es un
poco puta con los tacones en la playa. Cosas de mujeres. Espero que no
tenga la regla o será un finde desperdiciado. No es que no la quiera,
pero está muy buena. Es casi tan guapa como Cris. Cuando la he visto
salir de casa con esos shorts no pude evitar comérmela con los ojos.
Espero que no se haya dado cuenta. A ver, estoy feliz por Beck y
espero que le dure. Pero, mierda, tío, no te la mereces. A ver,
rubia, ¿vas a encender la fogata o voy a tener que hacerlo yo?

Cris: Pero, mírala, no sabe ni encender una fogata...  Espera, ¿por
qué me miras así? Quieta esa mano, campeón. Mierda, me haces
cosquillas. ¿Qué te pasa ahora? Qué imprudente eres. Para, joder,
tienes las manos frías. ¿Beck? Beck, ¿qué haces? ¿Aquí? ¡Estás
loco! Nos van a pillar. Dios, qué vergüenza. Espera, joder, Beck,
estás de la olla. 

Carol: ¿cómo coño se enciende esto? Ah, vale, ya está. Qué
difícil. Qué sed, espero que las bebidas sigan frías. Ugh, es
imposible andar en esta arena. Está estropeando mis tacones. Debí
traer las sandalias puestas, soy tan estúpida. Y ya empiezo a oler
mal. Mierda, mierda, qué asco. Joder. 
- Jer, ¿quieres algo frío de beber? Parece que tienes un poco de
calor.

Jer:
- Sí, gracias, bebé 
Un poco de calor, dice. Me sudan los putos huevos. No sé como hacen
esos dos para estar con la manta. Espera... ¿qué cojones? Oh, dios.
No están haciendo eso. ¿Esto es una broma o qué? A ver, joder, que
tenéis ahí la puta tienda para meteros mano. Me cago en todo, esto
es un chiste. 

Carol: Joder, ahí, ahí. No, un poco más arriba. Sí, Beck, justo
ahí. Ahhh. No se van a enterar, casi no me conocen. Sigue, sigue.

Beck: Abre un poco las piernas. Sí, así, guapa. Ahora puedo meter
toda la mano. ¿Te gusta, eh? Pues ya te va a gustar más. 

Cris: Qué calor. Ten, guapo. Oh, me sientas entre tus piernas. ¡Qué
dulce! Sí, Jer es mi hombre. ¿Y mi móvil?

Jer: Joder, se va a correr, mírala.

Beck: Joder, se va a correr.

Carol: Mierda, me voy a correr. 

Cris: ¿Queréis escuchar lo que me he descargado? Es genial.

Jer: No.

Beck: Sí.

Cris: ¿Emm?
puntos 15 | votos: 15
Volveré a llenar folios - de tachones y frases sueltas cuando mis emociones me corten las venas
y la sangre no dibuje corazones. Volveré a hablar del pasar y el
correr del tiempo en el fondo de las botellas, de las estrellas que,
frías, no me quitan el aliento, de lo eterno, de lo efímero, de
andar y no dejar huellas. Volveré a vivir entierros cuando se acabe
la primavera. Volveré a viajar por bares cuando ya no queden pecas.
Volveré a decirle al viento que lo siento, y a las hadas, que me
cuesta vivir sin ella. Cuando duelan los recuerdos y se arrastre la
tristeza, cuando se acaben los abrazos, volveré a escribir mi pena.
puntos 20 | votos: 20
No seremos recordados - como héroes. 
No nos colmarán de medallas y palmaditas en la espalda 
mientras una estatua en nuestro honor 
se levanta en medio de la plaza. 
Y ningún libro de historia recogerá nuestra historia, 
pero espero que algún día podamos presumir de la noche en que
llenamos a este jodido mundo
 de todas las sonrisas y besos que le faltaban. 
Presumir del día en el que te hubiese regalado mi vida entera 
si tú la hubieses aceptado. Poder presumir del día en el que
estábamos dispuestos a rugir 
que nos queríamos hasta que el último 
ser viviente del planeta nos escuchara. 
Aquel día en el que fuimos la epifanía religiosa del ateo del amor. 
Ese día en el que nos perdimos en un mundo donde siempre fuimos
niños y sólo necesitamos risas, polvos de hadas y abrazos para poder
despegar del suelo.
Un lugar lleno de piratas, hadas, ángeles, tesoros escondidos que
siempre quisimos desenterrar y sirenas con voces tan dulces que
hacían que el náufrago más triste recuperara la esperanza. 
Un lugar lleno hasta las narices de amor, magia e ilusión. 
Porque, joder, nuestro mundo era un millón de veces mejor que éste.
puntos -1 | votos: 3
La distancia no empedirá - este amor que siento por ti.





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