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Ellos dicen Sigue to corazón - pero si tu corazón esta partido en mil pedazos 
cual pieza sigues?
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Las palabras hermosas, - no siempre son verdad,
y las de verdad, no siempre son hermosas.
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No son los genios - los que cambian el mundo...
Son la gente ordinaria que hace su mayor esfuerzo para conseguirlo.
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Nuestras mentes - están preocupadas por el vacío.
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Se viaja no para buscar el destino - sino para huir de donde se parte.

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La verdad triunfa por sí misma - la mentira necesita siempre complicidad.
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Uno tiene que ser paciente - para que algo suceda, aunque tarde mucho tiempo
no debe uno perder nunca esa esperanza.
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Nadie - va a caminar contigo siempre...
algún día tendrás que caminar solo.
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Nunca digas - Que quieres que tus sueños se vuelva realidad, porque
Las pesadillas también son sueños.
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El villano... - Es solo un héroe caído.

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Llega el verano - y sube la temperatura
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La vida no se trata de esperar - Que la tormenta pase,
Es Aprender a Bailar en la lluvia.
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No siempre somos - Lo que aparentamos ser
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A veces - es mejor que pienses más de 2 veces lo que vas a hacer, porque puedes
traer lo indeseable y dañar lo que más amas por culpa de tu falta de
cabeza.
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El tiempo para relajarse - es cuando no se tiene tiempo para ello.

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El camino que caminas solo - Es el que te hace fuerte
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La Vida - es para aprender
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No - le temas a la normalidad

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desmotivaciones.es - Definición gráfica
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Cernunos - Cernunnos, en la mitología celta, es la deificación del animal macho
cornudo. Dios relacionado con la fertilidad y la regeneración
ctónica y divinidad de la abundancia y amo de los animales salvajes.
Su rasgo más particular son los cuernos de ciervo. En las
representaciones que se conservan, se le ve anciano, con orejas y
cuernos de un ciervo, portando un torque al cuello y en la mano. Está
a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero o
simplemente, con cuernos, esta simbiosis simboliza fertilidad y
renacimiento (en la tradición gaélica virilidad y renovación),
vinculado con el mundo inferior.
Las informaciones exactas sobre el panteón celta provienen de los
romanos.1 Por lo que se desconoce el nombre exacto que los antiguos
celtas daban a la mayor parte de sus dioses incluyendo al dios con
cuernos. El nombre Cernunnos es de origen latino, que significa el
cornudo y solamente aparece inscrito en el llamado Pilar de los
navegantes (Pilier des Nautes), un monumento galo-romano encontrado
bajo la catedral de Notre Dame, en París, Francia en 1711. Dicho
monumento se encuentra dedicado al emperador romano Tiberio por lo que
su datación se remonta al siglo I d.C
Las imágenes más antiguas que se conocen referentes a un dios
antropormorfo con cornamenta animal, se encuentran en el valle de
Camonica al norte de Italia, es un petroglifo de la Edad de Hierro que
representa una figura semihumana de pie con un tronco ancho y largo,
que porta dos cuernos en su cabeza, acompañado por una pequeña
imagen itifálica y una serpiente también cornuda.3

Una de las más importantes evidencias tempranas se encuentra en el
Caldero de Gundestrup que se remonta al segundo o primer siglo antes
de Cristo encontrado en Himmerland, Dinamarca en 1891,4 en el cual se
muestra al dios con cuernos de ciervo sentado con las piernas
cruzadas, con un torque en su cuello, con sus brazos levantadas porta
en una mano otro collar y en la opuesta una serpiente con cuernos. Se
encuentra rodeado de diversos animales: un oso, un lobo, un ciervo, un
toro, un león, entre otros.5

Como se ha dicho, el único rastro arqueológico que atestigua el
nombre «Cernunnos» es el Pilar de los navegantes, encontrado en lo
que fuera el territorio galo-romano conocido como Lutecia, actualmente
París, en donde se puede apreciar solamente lo que resta de un
relieve del dios, un busto en el cual aparece viejo, calvo y barbado,
con orejas animales y con un par de cuernos en su cabeza de los cuales
penden sendos torques.2

Tales características hacen distinguible al dios celta: Astas en su
cabeza, ordinariamente identificadas con las de un ciervo; sedente con
las piernas cruzadas; la presencia de collares o torques y acompañado
de animales, el más común de los cuales es la serpiente.

En otras representaciones tardías y poco frecuentes, Cernunnos ha
llegado a aparecer con tres rostros o portando un morral con granos o
monedas. Incluso, en una forma más romanizada, se le puede ver
flanquedo por los dioses Apolo y Mercurio.
Cernunnos aparece comúnmente como amo de los animales salvajes,
terrestres y acuáticos. Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la
perennidad (simbolizada por el ramaje). Se le representa como el
donador de un altar con un cesto de vituallas, pasteles y monedas.

La imagen frecuente de la serpiente con cuernos de carnero que
acompaña al dios celta, lo asocia con la fertilidad y la
regeneración ctónica, así como con la virilidad, prosperidad y
abundanca.6 Otros animales que le acompañan en su rol de «Señor de
las bestias» también reafirman dicho simbolismo.

Hallazgos arqueológicos demuestran que fue venerado en la costas al
sur de Bretaña y en las Galias Transaplina y Cisalpina. Es asociado
en Irlanda con la deidad Derg Corra. Los romanos lo identificaron como
su dios Mercurio.

En España se ha encontrado una estela con la representación de este
Dios en el Valle de Alcudia (Ciudad Real) relacionada con la
migración celta oretana[1] [2], así como en un vaso encontrado en
Numancia
La mitología celta es conocida por una serie de relatos de la
religión de los celtas durante la edad de hierro. Al igual que otras
culturas indoeuropeas durante este periodo, los primeros celtas
mantuvieron una mitología politeísta y una estructura religiosa.
Entre el pueblo celta en estrecho contacto con Roma, como los galos y
los celtíberos, esta mitología no sobrevivió al imperio romano,
debido a su subsecuente conversión al cristianismo y a la pérdida de
sus idiomas originales, aunque irónicamente fue a través de fuentes
romanas y cristianas, contemporáneas, que conocemos detalles sobre
sus creencias.

En contraste, la comunidad celta que mantuvo sus identidades
políticas o lingüísticas (tales como las tribus de escotos y
bretones de las Islas Británicas) transmitió por lo menos vestigios
remanentes de las mitologías de la edad de hierro, las cuales fueron
registradas a menudo en forma escrita durante la Edad Media.
Fuentes históricas[editar]
Debido a la escasez de fuentes sobrevivientes que pongan por escrito
el idioma galo, se conjetura que los celtas paganos no eran
extensamente alfabetizados, aunque una forma escrita de la lengua
gala, utilizando el alfabeto griego, latino e itálico del Norte, fue
usada (según lo evidenciado por los artículos votivos que llevan las
inscripciones en lengua gala y el Calendario de Coligny). Julio César
da testimonio del alfabetismo de los galos, pero también describe que
sus sacerdotes, los druidas, prohibieron utilizar la escritura para
registrar ciertos versos de importancia religiosa,1 haciendo notar
también que los Helvecios tenían un censo escrito.2

Roma introdujo el hábito más extendido de inscripciones públicas, y
debilitó el poder de los druidas en los territorios que conquistó;
de hecho, la mayor parte de las inscripciones sobre deidades
descubiertas en Galia (Francia moderna), Britania y en otros lugares
representan territorios celtas posteriores a la conquista romana.

Aunque tempranamente los escotos de Irlanda y partes del moderno Gales
usaron la escritura Ogam para registrar inscripciones cortas (en gran
parte nombres personales), el alfabetismo más sofisticado no fue
introducido a los territorios celtas que no habían sido conquistados
por Roma hasta el advenimiento del cristianismo; de hecho, muchos
mitos gaélicos primero fueron registrados por monjes cristianos,
aunque sin la mayor parte de sus significados religiosos originales.

Comentarios de Julio César sobre la religión celta y su
significado[editar]
La fuente clásica sobre los dioses celtas de la Galia es la sección
Commentarii de bello Gallico de Julio César (52-51 ac; La Guerra de
las Galias). En este, él nombra a los cinco dioses principales
adorados en la Galia (según la práctica de su tiempo, él nombra a
los dioses con el equivalente romano más cercano) y describe sus
roles. Mercurio era la más venerada de todas las deidades y numerosas
representaciones de él han sido descubiertas. Mercurio es visto como
el creador de todas las artes (y a menudo es tomado para referirse a
Lugus por esta razón), protector de aventureros y comerciantes y el
más poderoso en relación al comercio y el beneficio. Además los
galos reverenciaban a Apolo, Marte, Júpiter, y Minerva. Acerca de
estas divinidades los celtas son descritos sosteniendo opiniones
aproximadamente iguales a las de otros pueblos: Apolo disipa la
enfermedad, Minerva anima habilidades, Júpiter gobierna los cielos, y
Marte influye en la guerra. Además de estos cinco, él menciona que
los Galos remontan su linaje a Dis Pater.

El problema con los equivalentes dioses romanos de César[editar]
Debido a que César no describe a estos dioses por sus nombres celtas,
sino por los nombres de las divinidades romanas con los cuales los
comparó, este proceso confunde considerablemente la tarea de
identificar a estos dioses galos con sus nombres natales en las
mitologías insulares. Además retrata por medio de un esquema
ordenado la deidad y su rol en una forma que es bastante desconocida y
poco familiar a la literatura coloquial de ese tiempo. De todos modos
a pesar de las restricciones, su lista final es una observación
provechosa y fundamentalmente exacta.

Equilibrando su descripción con la tradición oral, o incluso con la
iconografía gala, uno está preparado para recolectar los distintos
entornos y los roles de estos dioses. Los comentarios de César y la
iconografía aluden a períodos bastante distintos en la historia de
la religión gala. La iconografía, en los tiempos romanos, es parte
de un ajuste de grandes acontecimientos sociales y políticos, y la
religión que esto representa se pudo haber mostrado realmente menos
obvia que la mantenida por los druidas (orden sacerdotal) durante el
período de la autonomía gala de Roma.

De forma inversa, el desear el orden es a menudo más aparente que
verdadero. Por ejemplo, ha sido documentado que de los varios cientos
de nombres incluyendo aspectos celtas atestiguados en la Galia, la
mayor parte surge sólo una vez. Esto ha conducido a algunos
estudiosos a concluir que las deidades celtas y los cultos
relacionados eran locales y tribales y no pan-célticos. Los
defensores de esta opinión citan la referencia de Lucan, una
divinidad llamada Teutates, que ellos traducen como espíritu tribal
(teuta se cree, puede ser interpretado como la tribu en
Proto-celta). Sin embargo, la serie evidente de nombres divinos, puede
ser justificada de manera diferente: muchos pueden ser meros epítetos
aplicados a dioses claves adorados en cultos pan-celtícos. El
concepto de panteón celtíco como un número grande de deidades
locales es contradicho por ciertos dioses bien documentados cuyos
cultos parecen haber sido seguidos a través del mundo celta.

Las ramificaciones de la mitología celta[editar]
La mitología celta se encuentra en un número variado, pero
relacionado, de subgrupos distintos ampliamente relacionados por las
ramificaciones del idioma céltico:

Religión céltica antigua (conocida básicamente por medio de fuentes
arqueológicas más que por fuentes mitológicas escritas.
Mitología en lengua goidélica, representado principalmente por la
mitología irlandesa
Ciclo mitológico
Ciclo del Ulster
Ciclo feniano
Ciclo histórico
Mitología en lengua britónica, representado principalmente por la
mitología galesa.
Deidades celtas[editar]
Los dioses de los celtas ancestrales[editar]
Aunque el mundo celta en su apogeo abarcara la mayor parte de Europa
occidental y central, no estaba políticamente unificada, ni existía
alguna fuente central sustancial de influencia cultural; por
consiguiente, había mucha variación en las prácticas locales de la
religión celta (aunque ciertos motivos, por ejemplo, la adoración al
dios Lugh, parece haber difundido en todas partes del mundo Celta).
Las inscripciones de más de trescientas deidades, que a menudo se
comparan con su contraparte romana, han sobrevivido, pero de éstas
las más representadas parecen ser los genii locorum, dioses locales o
tribales, de los cuales solo unos pocos fueron extensamente adorados.
Sin embargo, de lo que ha llegado a nuestros días de la mitología
celta, es posible distinguir las concordancias que insinúan un
panteón más unificado de lo que a menudo se cree.

La naturaleza y las funciones de estos dioses antiguos pueden ser
deducidas de sus nombres, de la localización de sus inscripciones, su
iconografía, y de las deidades romanas con las que han sido
comparadas.

Los dioses de Irlanda[editar]
Artículos principales: Tuatha Dé Danann y Fomoré.
Véanse también: Cath Maige Tuireadh y Leabhar Ghabhála Érenn.
El corpus mítico de mayor antigüedad lo encontramos en los
manuscritos correspondientes a la alta edad media de Irlanda, los
cuales fueron escritos por cristianos, por lo que la naturaleza divina
de sus dioses fue modificada.

El mito originario parece ser una guerra entre dos razas aparentemente
divinas: los Tuatha Dé Danann, literalmente las Tribus de la Diosa
Dana que constituyen lo que se denomina los grandes dioses del
panteón irlandés y los Fomoré, pueblo misterioso que aparece
constantemente en la tradición irlandesa constituido por gigantes que
viven en las islas que rodean Irlanda y que continuamente amenazan con
invadirla sin llegar a concretarlo. Estas guerras entre ambas razas
representan la base del texto Cath Maige Tuireadh (la Batalla de Mag
Tuireadh), así como fragmentos de la gran construcción
pseudohistórica Leabhar Ghabhála Érenn (Libro de la Invasión de
Irlanda).

Los Tuatha Dé Dannan representan las funciones de la sociedad humana
como la realeza, artes y guerra, mientras que los Fomoré representan
la naturaleza salvaje y las fuerzas oscuras siempre dispuestas a
llevar al caos a la sociedad humana y divina.

Dagda[editar]
Artículo principal: Dagda
Véase también: Cath Maige Tuireadh
El dios supremo del panteón irlandés parece haber sido Dagda. Es
Dios-druida y dios de los druidas, señor de los elementos y del
conocimiento, jurista y temible guerrero. Durante la segunda batalla
de Mag Tured, llevó a los Tuatha Dé Danann a la victoria frente a
los Fomoré. Se le denomina Dagda por que es el dios bueno, no bueno
en un sentido moral, sino bueno en todo. Ha sido llamado Eochid
(padre de todos), Lathir (padre poderoso)y Ruadh Rofhessa (rojo
de la gran ciencia). Dagda es una figura-paterna, un protector de la
tribu y el dios céltico básico del que otras deidades masculinas
eran variantes. Los dioses célticos eran entidades mayormente no
especializadas, y quizás deberíamos verlos como un clan en lugar de
como un panteón formal. En cierto sentido, todos los dioses y diosas
célticos eran como el dios griego Apolo, quién nunca podría ser
descrito como dios de alguna cosa.

Debido al carácter particular de Dagda es una figura de la burla
ridícula en la mitología irlandesa, algunos autores concluyen que
él fue confiado para ser lo suficientemente benévolo (o ineficaz)
para tolerar un chiste a sus expensas.

Los cuentos irlandeses retratan a Dagda como una figura de poder,
fácil de distinguir por su extrema glotonería y desbordante
sexualidad. Lleva un caldero cuyo contenido es inagotable, prototipo
del Grial, y un arpa mágica que puede tocar, por si sola, aires de
lamento, de sueño, de muerte o de risa. Posee también, una maza; si
golpea a alguien con uno de sus extremos, lo mata; si lo hace con el
otro, lo resucita. Es, pues, el dios de la vida y de la muerte,
absolutamente ambiguo y poseedor de fuerzas temibles que pueden ser
buenas o malas. En Dorset existe una silueta famosa de un gigante
itifálico conocido como el Gigante de Cerne Abbas mostrando una maza.
Aunque éste fue realizado en tiempos romanos, durante bastante tiempo
se ha pensado que representa a Dagda sin embargo, esto ha sido
reconsiderado en el último tiempo, por los recientes estudios que
muestran que pudo haber una representación de lo que parece ser una
amplio paño que cuelga del brazo horizontal de la figura, llevando a
la sospecha de que esta realmente representa a Hércules, (Heracles),
con la piel del León de Nemea encima de su brazo y llevando la maza
que utilizaba para matar. En Galia, se especula que Dagda se asocia
con Sucellos, dios de la agricultura, los bosques y las bebidas
alcohólicas, provisto de un martillo y una copa.

En los relatos épicos más recientes, así como en las novelas
artúricas, el personaje de Dagda aparece a menudo con la forma de un
Hombre de los Bosques, un patán que lleva una maza y que es señor
de los animales salvajes.

Balar[editar]
Artículo principal: Balar
Balar, Balor o Bolar, fue un dios irlandés que pertenecía a la raza
de los gigantes Fomoré. Poseía un ojo en la frente y otro en la
parte posterior del cráneo, que era maligno y que habitualmente
mantenía cerrado. Cuando lo abría, su mirada era mortal para aquel
en quien la fijara. Se conoce principalmente por haber matado al rey
de los Tuatha Dé Danann, Nuada, motivo por el que su nieto Lug le dio
muerte.

Mórrígan[editar]
Artículo principal: Mórrígan
Véanse también: Badb y Cúchulainn.

Babd es representada como la Corneja gris.
Mórrígan, cuyo nombre significa literalmente La reina de los
fantasmas era una diosa tripartita de la guerra de los celtas
irlandeses antiguos que incitaba a los guerreros a combatir.

Colectivamente era conocida como Morrigu, pero sus personalidades
también eran llamadas; Nemhain (pánico), cuyo aspecto espantoso
adoptaba sólo cuando se presentaba ante los que iban a morir; Macha
(batalla), que aparece bajo la forma de una hembra de cuervo y Badb,
cuyo nombre deriva del protocelta bodbh, corneja, aspecto con que
incitaba a los guerreros a la batalla. Ella es comúnmente conocida
por estar involucrada en la Táin Bó Cúailnge, donde es al mismo
tiempo una auxiliadora y un estorbo para el héroe Cúchulainn. A
menudo se representa como un cuervo o corneja aunque podía adoptar
muchos formas distintas (vaca, lobo o anguila).

Lúgh/Lug[editar]
Artículo principal: Lug

La lanza de Lug por H. R. Millar, 1905.
La difusión extendida del dios Lug (aparentemente relacionado a la
figura mitológica Lúgh en irlandés) en la religión céltica se
sustenta por el gran número de lugares en los que aparece su nombre,
extendiéndose por todo el mundo celta de Irlanda a Galia. Las más
famosos de éstas son las ciudades de Lugdunum (la ciudad francesa
moderna de Lyon), Lugdunum Batavorum (la ciudad moderna de Leiden) y
Lucus Augusta (la actual ciudad de Lugo), además la raíz Lug está
presente en todo el cantábrico, como ejemplo tenemos la tribu de los
Astures de nombre Lugones (que da nombre a una pequeña aldea, ahora
conurbación de la capital asturiana) o el término Lugas que en las
tierras interiores de Cantabria se refiere a los rayos de sol que se
cuelan entre las nubes.

Lug es descrito en los mitos célticos como un allegado a la lista de
deidades, y normalmente se describe teniendo la apariencia de un
hombre joven. Aunque es el dios más importante de la mitología
irlandesa, no es el dios supremo, sino el dios sin función porque
las tiene todas. Lug pertenece a los Tuatha Dé Danann por su padre,
pero a los Fomoré por su madre y en la segunda batalla de Mag Tured,
se impone como caudillo de los Tuatha dé Danann y los conduce a la
victoria, matando a su propio abuelo Balar, el del ojo pernicioso. Su
nombre proviene de una palabra indoeuropea que significa blanco,
luminoso, pero también cuervo, por lo que este animal parece
estar vinculado de alguna forma con él. Posee un aspecto solar, pero
no es un dios del sol, pues esta función era femenina entre los
celtas. Sus armas eran la jabalina y la honda, y en Irlanda una
fiesta, Lughnasa (irlandés moderno lúnasa) se conmemora en su honor.

Otros[editar]
Véanse también: Brigit, Epona y Dian Cecht.

La diosa Epona representada junto a los caballos.
Brigid (o Brigit), gran diosa irlandesa del fuego y la poesía. Se la
considera hija de Dagda y pertenece a los Tuatha Dé Danann. Su nombre
proviene de un radical que significa altura, eminencia, lo que
señala su preeminencia. Aparece en la tradición irlandesa con
distintos nombres, que simbolizan las funciones sociales que se le
atribuyen, esquemáticamente ella es triple, pertenece a las tres
clases de la sociedad indoeuropea; diosa de la inspiración y de la
poesía (clase sacerdotal), protectora de los reyes y guerreros (clase
guerrera) y diosa de las técnicas (clase de los artesanos, pastores y
labradores).

Diosas de la naturaleza como Epona, diosa Gala o Galo-Romana, de los
caballos. Se trata de la imagen de una antigua diosa-yegua cuyo nombre
proviene del galo (epo que equivale a caballo, que corresponde al
hippos griego y al equus latino), además de Tailtiu y Macha.

Los dioses masculinos incluyen a Goibniu, el dios herrero de los
Tuatha Dé Danann. Es el señor de los artesanos, forja las armas de
los guerreros y preside un extraño festín de inmortalidad, en el que
los dioses se regeneran comiéndose los cochinos mágicos de
Manannán mac Lir. El nombre de Goibniu deriva del nombre herrero en
celta.

Dian Cecht, dios de la medicina en la tradición irlandesa. Participa
en la batalla Mag Tured y abre una fuente de salud en la que
mezcla numerosas hierbas que le permiten devolver la vida a los
guerreros heridos o muertos

Angus, dios irlandés del amor, de sobrenombre Mac Oc (joven hijo).
Hijo de Dagda e hijo adoptivo de Manannan. Posee un manto de
invisibilidad con el que envuelve a quienes quiere proteger.

Los dioses de Gales[editar]
Artículo principal: Mitología galesa
Los dioses de la Britania Prehistórica, también oscurecidos por
siglos de cristiandad, llegan a nosotros por los manuscritos de Gales.
Aquí existen dos grupos de linajes de dioses; los niños de Dôn y
los niños de Llyr, aunque cualquier distinción de función entre los
dos grupos no está clara. Dôn, también conocida como Anna, Anu, Ana
o Dana es la Diosa-madre de los antiguos celtas. En Irlanda, es la
madre de los dioses, los famosos Tuatha Dé Danann. Se trata de una
divinidad indoeuropea arcaica, conocida en la India con el nombre de
Anna Purna (Ana la que provee) y en Roma como Anna Parenna. Es
más que probable que este personaje divino fuera cristianizado bajo
la figura de Santa Ana, madre de la Virgen María. Por otro lado
Llyr es padre de un linaje de dioses, entre ellos Manannan, en la
tradición irlandesa. Es una divinidad vinculada al mar, pero no es un
dios del mar.

Los celtas de la Galia rindieron culto a varias deidades que nosotros
conocemos poco más que sus nombres. El escritor romano Lucano (siglo
I) menciona los dioses Taranis, Teutates y Esus (Dioses de la
noche), pero existe muy poca evidencia de que éstos fueran deidades
célticas importantes. Algunas de estos dioses y diosas pueden haber
sido variantes de otros; Epona, por ejemplo, puede haberse convertido
en la heroína Rhiannon en Gales, y Macha a quien se le rendía culto
principalmente en Ulster. Los pueblos politeístas raramente cuidan y
mantienen sus panteones en un orden aseado y ordenado en que a los
investigadores les gustaría encontrarlos. Algunas de éstas son:

Cernunnos[editar]
Artículo principal: Cernunnos
Cernunnos (El Astado), es evidentemente de gran antigüedad, pero
nosotros conocemos muy poco de él. Probablemente es él quién
aparece realzado en el famoso caldero de plata encontrado en
Gundestrup, Dinamarca qué data de 1 o 2 siglos adC. Se cree que es el
dios de la abundancia y amo de los animales salvajes. Su naturaleza es
esencialmente terrenal. Se le representa mayor, tiene las orejas y los
cuernos de un ciervo y lleva un torque, especie de collar galo.
Está a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero.
Aparece como el amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos.
Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad (simbolizada
por el ramaje). Se le representa como el donador de un altar con un
cesto de vituallas, pasteles y monedas.

Belenus[editar]
Artículo principal: Belenus
Belenus era una deidad regional a la que se le rendia culto
principalmente en el norte de Italia y en la costa de la Galia
mediterránea. Él era principalmente un dios de agricultura. Una gran
fiesta llamada Beltaine es asociada con él. Algunos todavía debaten
si él realmente era en absoluto una deidad. Su nombre significa
luminoso y brillante y algunos creen que él simplemente
representa las grandes hogueras de la fiesta de Beltaine. Coincidiendo
con esta idea al topónimo asturiano Beleñu proveniente del céltico
Belenus, se le añadió el de San Xuan, por ser este el día de la
celebración del solsticio de verano en el que se hacen las hogueras
coincidente con el día de Beltaine.

Teutates[editar]
Artículo principal: Teutates
Dios guerrero y protector de las tribus. Se le identifica como el
Marte romano y Dagda de los irlandeses. Formaba parte de los dioses
de la noche junto a Esus y Taranis, siendo un dios que recibía
muchos sacrificios por parte de los druidas. Se le adoraba sobre todo
en la Galia y en la Bretaña romana.

Taranis[editar]
Artículo principal: Taranis
Dios del trueno, de la tormenta y el cielo. Era un dios temido, cuyo
culto se extendía por la Galia y parte de Bretaña. En particular, su
adoración era muy parecida a la de Teutates, ya que para aplacar su
ira se le dedicaban sacrificios y era miembro de la tríada formada
por estos dos más Esus. Se le relaciona con Thor, por su similitud
con los poderes del rayo y el trueno, y los romanos le identificaban
con Júpiter.

Esus[editar]
Artículo principal: Esus
Dios sanguinario, señor de los bosques. Agrupado por Lucano junto a
Teutates y Taranis como dioses principales de los galos. Recibía
sacrificios debido al temor por ser un dios salvaje y ávido de
sangre.

Héroes[editar]
Manannan[editar]
Artículo principal: Manannán mac Lir
Manannan (o Mannawydan) ab Llyr (hijo de Llyr), personaje mitológico
irlandés. Es un integrante de los Tuatha Dé Dannann. Es un poderoso
mago, dueño de un casco flameante que encandila a sus enemigos, una
coraza invulnerable, un manto de invisibilidad y una nave que surca el
mar sin remos ni velas. Nativo de la Isla de Man, que toma su nombre
de él; allí aún pueden verse las ruinas de las que se supone su
gigantesca tumba, cerca del castillo de Peel.

Ogmios[editar]
Artículo principal: Ogmios
Representa a la elocuencia, es un anciano todo arrugado, vestido con
una piel de león; lleva maza, arco y carcaj. Tira de multitudes de
hombres atados por las orejas con una cadenilla de oro cuya extremidad
pasa por la lengua agujereada del dios. Ogmios es la elocuencia segura
de su poder, el dios que, a través de la magia, atrae a sus fieles.
Es también símbolo del poder de la palabra ritual que une el mundo
de los hombres con el mundo de los dioses. En su nombre se profieren
las bendiciones a favor de los amigos y las maldiciones contra los
enemigos.

En Irlanda le llaman Ogma. Es el inventor del ogham, conjunto de
signos mágicos cuya fuerza es tan grande que puede paralizar al
adversario. También es un guerrero que participa eficazmente en la
batalla Mag Tured.

Nuada Airgetlam[editar]
Artículo principal: Nuada
Su nombre significa brazo de plata y pertenece a los Tuatha Dé
Danann. Debido a que en el transcurso de la primera batalla de Mag
Tured, perdió un brazo y no podía reinar, el dios Diancecht le
fabrica una mano de plata y así asume nuevamente la función de rey y
conduce a los Tuatha Dé Danann en la segunda batalla de Mag Tured.

Rhiannon[editar]
Heroína galesa, su nombre proviene de Rigantona: la gran reina.
Aparece como una amazona y escoge a Pwyll como esposo. Su hijo Pryderi
le es arrebatado al momento de nacer y es acusada de haber hecho
desaparecer al niño, es condenada a llevar sobre su espalda a todos
los visitantes que vayan a la fortaleza de su esposo.

Gwyddyon[editar]
Es uno de los héroes más famosos de la tradición galesa. Es hijo de
Dana y padre de Lleu Llaw Gyffes. Posiblemente su nombre puede
significar sabio. Representa el poder mágico heredado de los
antiguos druidas.

Finn Mac Cumail[editar]
Es el guerrero y mago, es el hijo de Cumail y el padre de Ossian.
Temible guerrero, venga a su padre muerto en combate y reconstituye la
tropa de los Fiana. Su nombre significa Blanco, hermoso, rubio y de
buena raza. Poeta y mago, conoce los doce libros de poesía y posee
el don de la iluminación cuando se mordisquea el pulgar.

Cuchulain[editar]
Artículo principal: Cuchulain

Cuchulain y su carro en batalla.
Es el personaje más famoso de la epopeya irlandesa. Algunas versiones
de su leyenda pretenden que es hijo del propio dios Lug. De verdadero
nombre Setanta (donde reconocemos el nombre británico del camino),
obtiene su sobrenombre de Cu-Chulainn (perro de Culann) después de
matar al perro de los ulates, Culann, y prometer que lo reemplazaría
como protector. Su furia guerrera es tal que es capaz de contorsiones
inverosímiles, con las cuales deforma completamente su cuerpo, lo que
acentúa su aspecto sobrehumano y hace de él un ser ciclópeo. De su
cabeza emana la Luz de Héroe, signo de los semidioses y de
personajes inspirados por la divinidad.

Cuchulainn es un héroe de luz, un héroe civilizador,
personificación de la sociedad a la que pertenece, pero a la que él
confiere un carácter divino. Representa, también, una especie de
culto solar masculino (no existe un dios solar entre los celtas).

Arturo o Artús[editar]
Artículo principal: Rey Arturo

El Rey Arturo por Charles Ernest Butler.
Arturo o Artús es el personaje más importante de la tradición
celta. Originariamente no era más -históricamente- que un modesto
caudillo guerrero, un jefe de jinetes que alquilaban en cierto modo
sus servicios a los reyes insulares hacia el año 500 de nuestra era,
en la lucha desesperada que estos britones sostenían contra los
invasores sajones. Sus éxitos fueron tales, que la leyenda se
adueñó del personaje, exagerando notablemente su papel y su poder, y
confiriéndole una dimensión mitológica. Así es como Arturo, cuyo
nombre (en realidad, sobrenombre) significa que tiene el aspecto de
un oso, adquirió todas las características de una divinidad de la
tradición celta.

Otros mitos, de origen celta, vinieron a añadirse al esquema
primitivo, y Arturo se convirtió en el símbolo de un mundo celta
ideal que funciona en torno a un eje constituido por el rey. Pero este
rey sólo tiene poder en la medida en que está presente, aunque sea
sin actuar. Arturo y Merlín forman la famosa pareja rey-druida sin la
que ninguna sociedad celta puede existir. Su padre fue el rey Uther
Pendragon, que con la magia de Merlín engendró un hijo, Arturo, con
la esposa del duque de Cornualles. La mujer, que se llamaba Igraine,
ya le había dado dos hijas al duque: Morgause, que sería la esposa
del rey Lot de Lothian y madre de sir Gawain, y Morgana, que aprendió
las artes mágicas de Merlín y fue llamada Le Fay o El Hada.
Sucede a su padre al arrancar la espada Excalibur de la roca en la que
estaba clavada.

En todas las novelas de la Mesa Redonda, Arturo se distingue por
cierta pasividad. Son sus caballeros quienes actúan en su nombre, y
en el de la reina Ginebra, que es quien ejerce la soberanía. Ginebra
ama a Lanzarote del Lago, mejor caballero de Arturo e hijo adoptivo de
la Dama del Lago. El reino se divide en dos cuando todos se enteran
del adulterio gracias al Hada Morgana. Mordred (hijo incestuoso de
Arturo y Morgana) mata a Arturo en una batalla, y Morgana lo lleva a
Ávalon para cuidar de él y enterrarlo.

Merlín[editar]
Artículo principal: Merlín

Merlín llevándose a Arturo, tal como le hizo prometer al rey Uther.
Uno de los personajes más conocidos de la leyenda artúrica. Merlín
tuvo una existencia real, setenta años después del Arturo
histórico. Fue un reyezuelo de los bretones del norte, en la Baja
Escocia, el cual, habiendo perdido el juicio a consecuencia de una
batalla, se refugió en un bosque y se puso a profetizar. La leyenda
se apoderó del personaje, y diversos elementos mitológicos vinieron
a cristalizar sobre el mismo. Se encuentra en él el mito del loco
inspirado por la divinidad, el del hombre salvaje, señor de los
animales y equilibrador de la naturaleza, el del niño que acaba de
nacer y que revela el porvenir, y el del mago.

En la leyenda elaborada, Merlín es hijo de un demonio íncubo llamado
Belial el Bestial, lo que explica sus poderes. Se opone al rey
usurpador Vortigern, sirve y aconseja a Aurelio Ambrosio (Emrys
Gwledig) y se convierte en consejero permanente y mago titular de
Uther Péndragon. Hace que éste engendre a Arturo, obliga a reconocer
a Arturo como rey de los bretones, le aconseja y ayuda en sus
empresas, y establece la Mesa Redonda. Acaba sus días en el bosque de
Broceliande junto a su amada Nimue, la Dama del Lago.

El culto céltico[editar]
Para los primeros celtas algunos árboles eran considerados sagrados.
La importancia de los árboles en la religión celta es mostrada por
el hecho de que muchos nombres de la tribu Eburonian contienen alguna
referencia al árbol del tejo, mientras que nombres como Mac Cuilinn
(hijo del acebo) y Mac Ibar (hijo del tejo) aparecen en los mitos
irlandeses.

Los escritores romanos declararon que los celtas practicaron el
sacrificio humano en gran escala lo que es apoyado periféricamente
por fuentes irlandesas; sin embargo, la mayoría de esta información
es de segunda mano y se basa en rumores. Existen muy pocos hallazgos
arqueológicos que prueben el proceso sacrificatorio por lo que la
mayoría de los historiadores contemporáneos tiende a considerar el
sacrificio humano como raro dentro de las culturas célticas.

Existía también un culto al guerrero que se centraba en las las
cabezas cortadas de sus enemigos. Los celtas proporcionaban a los
muertos las armas y otros equipos que indicarían que ellos creían en
otra vida posterior a la muerte. Antes del entierro, ellos cortaban
también la cabeza de la persona muerta y estrellaban el cráneo,
quizás para prevenir que vagara como fantasma.

Los templos[editar]

Una forma decorativa del trisquel o trinacria celta.
A menudo se dice que los pueblos celtas no construyeron ningún
templo, y que sólo se rendía culto en el exterior, en los
bosquecillos de árboles. La arqueología ha mostrado por un largo
tiempo que esto es falso, con el descubrimiento de varias estructuras
de templos a lo largo del mundo celta conocido. Con la conquista
romana de partes del mundo celta, un tipo distinto de templo
celta-romano denominado fanum también se desarrolló.

Los druidas[editar]
Artículo principal: Druida
Los druidas, quiénes han sido romantizados en la literatura moderna,
fueron la gran clase hereditaria de sacerdotes responsables de
transmitir y practicar las tradiciones mitológicas y religiosas de
los pueblos célticos. El papel del druida puede compararse a la casta
hindú de los brahmanes o al mago iraní, y como ellos se
especializaron en las prácticas de magia, sacrificio y augurio.
Debido a las similitudes entre estas clases y entre las ramas
divergentes de descendientes de culturas indoeuropeas, se ha propuesto
que los orígenes serían una clase similar entre los
proto-indoeuropeos.

Los druidas eran particularmente asociados al roble y al muérdago
(hierba parasítica) que normalmente crece en estos árboles); y se
cree que ellos utilizaban a este último para preparar medicinas o
pociones alucinógenas. Para ayudar a entender el significado, la
palabra druida (galés derwydd ) se cree a menudo que viene de la
raíz de la palabra que significa roble (galés derw ), aunque
probablemente esta raíz proto-indo-europea puede haber tenido el
significado general de solidez.

Los bardos, por otro lado, son aquéllos que relataban por medio de
cantos las historias que recordaban los hechos de los guerreros
tribales famosos así como las genealogías e historias de las
familias de los estratos gobernantes entre las sociedades celtas.

La cultura céltica no era una cultura histórica, anterior al
contacto con las civilizaciones mediterráneas, por lo que no dejaban
su historia por escrito. Sin embargo, los pueblos celtas mantuvieron a
menudo una intrincada historia hablada comprometida con la memoria y
transmitida por los bardos. Similar a otras culturas pre-instruidas
(vea, por ejemplo, los Vedas de India, los cuales fueron transmitidos
por siglos solamente por la memorización de un formulario arcaico en
Sánscrito que no se había hablado como lengua vernácula por cientos
de años), los bardos facilitaron la memorización de tales materiales
a través del uso de la métrica y rima poética.

Pudo haber existido además una clase de videntes o profetas, los
Strabo, de una palabra celta cuyo significado significa inspirado o
extático. Es por consiguiente posible que la sociedad celta
tuviera, además de la ritualística y taumatúrgica religión de los
druidas, un elemento del shamanismo de comunicación extática con el
mundo de los muertos.

Significado de las profecías en el ritual druídico[editar]
Diodoro comenta sobre la importancia de profetas en el ritual
druídico: Estos hombres predicen el futuro observando el vuelo y
llamadas de los pájaros y por el sacrificio de animales sagrados:
todos las ramas de la sociedad están en su poder…además en
materias muy importantes ellos preparan a una víctima humana, a la
que le clavan una daga en el pecho; observando la manera en que sus
miembros convulsionan cuando él cae y el fluir de su sangre, de esta
forma ellos pueden leer el futuro. Estos comentarios greco-romanos se
apoyan de alguna manera en las excavaciones arqueológicas. En
Ribemont en Picardy, Francia, se encontraron agujeros llenos de huesos
humanos y huesos de muslo deliberadamente arreglados en modelos
rectangulares. Se cree que esta urna fue llevada a tierra por Julio
César mientras estaba dominando la Galia. En un pantano en Lindow,
Cheshire, Inglaterra se descubrió un cuerpo que también puede haber
sido la víctima de un ritual druídico. El cuerpo está ahora en
exposición en el Museo Británico, Londres.

Festividades[editar]
Las principales festividades eran trimestrales y estaban relacionadas
con las estaciones y la fertilidad agropecuaria.

Imbolc (1 de febrero): en relación con el parto de las ovejas, se
ofrecía leche de dicho animal a la diosa Brigid.
Beltaine (1 de mayo): fuego de Bel o bello fuego, en honor del dios
Belenos. Se encendían hogueras y se hacían pasar los animales por
entre las llamas, para defenderlo de las plagas.
Lughnasa (1 de agosto): fiesta de Lug (también denominado Lleu en
Gales y Lugus en Francia). Era la fiesta de la cosecha.
Samain (1 de noviembre): o final del verano, era la festividad más
importante y el principio del año nuevo.
Remanentes modernos[editar]
Las creencias y conductas célticas tribales han tenido un gran
impacto en las culturas célticas modernas. La mitología basada
(aunque, no idéntica) en la religión pre-cristiana, fue de
conocimiento común para la cultura céltica y trasmitida oralmente
hasta el día de hoy, aunque en la actualidad este menguando. Varios
rituales que involucran actos de peregrinación a los sitios como las
colinas y pozos sagrados que se cree tienen poder curativo o
propiedades beneficiosas todavía se llevan a cabo.. Basado en la
evidencia del continente europeo, la adoración de varias figuras que
son ampliamente conocidas por el folclóre de los territorios celtas
de hoy o que toman parte en la mitología posterior al cristianismo se
han descubierto en áreas en las cuales no existen registros antes de
la cristiandad.

Algunos de éstos son:

Lugh en Irlanda, Lugus en Galia, y Lleu (a veces Llew) en Gales.
Brighid o Bríd en Irlanda, Brigindo en Galia, y posiblemente
Brigantia en Bretaña.
Maponos en Bretaña y Galia, Mabon en Gales, y un dios probablemente
relacionado al Aengus Mac Óg en Irlanda.
Núadha en Irlanda y Nodens en Bretaña.
Badhbh Catha en Irlanda y Cathubodua en Galia.
Las diferencias en los nombres son consecuencia de la desviación de
los idiomas entre los distintos grupos.
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Svarog - El nombre de Svarog solamente se ha encontrado en los manuscritos
relacionados con los eslavos orientales, donde normalmente se le
equipara al dios herrero de los griegos, Hefesto. Sin embargo, este
nombre es muy antiguo e indica que fue una deidad del panteón
protoeslavo. La raíz svar significa ‘brillante, claro’, mientras
que el sufijo rog denota lugar. Si se le compara con el sánscrito
Swar, podemos ver que Svarog simplemente significaba ‘cielo
claro’. Es posible que originalmente fuera el dios del cielo del
panteón, quizá la versión eslava del protoindoeuropeo Dieus Piter.
Svarog también puede significar un lugar brillante y fiero: una
forja. Esto, junto con la identificación con el Hefesto de las
fuentes históricas, nos indica que los eslavos también tuvieron un
dios del fuego y de la herrería. Según la interpretación de Ivanov
y Toporov, Svarog tenía dos hijos: Svarozhich, que representaba el
fuego en la tierra, y Dazhbog, que representaba el fuego del cielo y
estaba asociado al Sol. Se creía que Svarog había forjado al Sol y
que se lo había dado a su hijo Dazhbog para que lo llevara a lo largo
y ancho del cielo.

En los manuscritos rusos, es equiparado al Sol y según el folclore se
le recuerda como la deidad bondadosa de la luz y el cielo. Sin
embargo, el folclore serbio lo representa como un dios mucho más
oscuro en la forma de Dabog, quien custodiaba las puertas del sub
mundo, tenía un aspecto horrible, cojeaba y estaba asociado con la
minería y los metales preciosos. Veselin Čajanković señala que
estos dos últimos aspectos cuadran perfectamente con el simbolismo
que rodea a la deidad solar eslava: una parte benévola representa a
Dazhbog durante el día, cuando lleva al Sol a lo largo del cielo; la
parte malévola y fea, Dabog, lleva al sol al sub mundo durante la
noche. Este patrón puede aplicarse también al ciclo solar anual,
donde el aspecto positivo se asocia al joven Sol de verano y el
negativo, al viejo Sol de invierno.

Svarozhich fue adorado como un espíritu del fuego por los campesinos
rusos mucho después de que fueran cristianizados. También fue
conocido por los eslavos occidentales, pero allí se le adoró como la
deidad suprema en la ciudad santa de Radegast. El término Svarozhich
es en eslavo un simple diminutivo de Svarog y como tal pudiera ser un
aspecto complementario (una especie de apellido) de Dazhbog. También
hay quien sostiene que Svarog era el antepasado de todos los dioses
eslavos, con lo que Svarozhich podría ser un epíteto de otra deidad,
así que tanto Dazhbog como Perun, Veles y los demás también serían
Svarozhichs
La mitología eslava es la expresión del sistema de creencias
cosmológicas y religiosas que los antiguos pueblos eslavos tenían
antes de que adoptaran la religión cristiana. Se piensa que pudo
desarrollarse a lo largo de 3000 años y que algunas creencias
provienen del Neolítico o incluso del Mesolítico. Esta religión
posee numerosos rasgos en común con otras descendientes de la
religión protoindoeuropea.
Al contrario de lo que ocurre con la mitología griega o la mitología
egipcia, no se han conservado fuentes de primera mano que permitan el
estudio de la mitología eslava. A pesar de algunas testimonios
controvertidos (como el Libro de Veles), no está probado que los
eslavos poseyeran sistema alguno de escritura antes de que adoptaran
el cristianismo. Las creencias religiosas y las tradiciones eslavas se
fueron transmitiendo de manera oral durante generaciones, y fueron
olvidadas tras la llegada del cristianismo. Sin embargo, se conservan
datos sobre ellas en diversos escritos de los primeros misioneros
cristianos que llegaron al territorio eslavo, aunque el interés que
estos mostraron por dichas creencias no fue muy grande ni muy
objetivo. Se conservan algunos restos arqueológicos (ídolos, tumbas,
etc.), pero no amplían demasiado las informaciones ya existentes. En
las canciones folclóricas y las leyendas populares de los pueblos
eslavos sobreviven viejas creencias que remontan a la antigua
mitología. Esta fragmentación de las fuentes hace que la tarea de
establecer las creencias mitológicas de los antiguos pueblos eslavos
sea difícil y compleja, dando como resultado numerosas malas
interpretaciones, confusiones o simplemente embustes.

Documentos escritos[editar]
No poseemos fuentes escritas sobre la mitología eslava antes de que
el pueblo protoeslávico se fragmentara en eslavos occidentales,
orientales y meridionales. Quizá la única excepción sea las
Historias de Heródoto, donde se mencionaba a la tribu de los neuri en
el lejano norte, cuyos hombres, según el escritor griego, se podían
transformar en licántropos; otros estudiosos sostienen que Heródoto
realmente se refería a las antiguas festividades eslavas del
carnaval, donde grupos de jóvenes pululaban por las aldeas portando
máscaras y a los que se llamaba en ocasiones vucari (‘hombres
lobo’). Con todo, el hecho de que los neuri sean identificados con
los protoeslavos está aún por demostrar.

La primera referencia a los eslavos en la historia escrita la hace en
el siglo VII el historiador bizantino Procopio de Cesarea, en cuya
Bellum Gothicum (La guerra de los godos) describía las creencias de
cierta tribu eslava meridional que había cruzado el río Danubio con
dirección al sur en solo dos días. Según Procopio, estos eslavos
adoraban a un único dios, señor de todo, que portaba el relámpago y
el trueno y aunque el historiador no menciona explícitamente el
nombre del dios, queda claro que esta descripción corresponde con
Júpiter. Nosotros hoy en día lo interpretamos como Perun. Asimismo,
menciona la creencia en varios demonios y ninfas (como por ejemplo las
vilas), pero sin llegar a añadir más nombres.

La Crónica Primera es una importante obra que contiene valiosas
referencias a las creencias paganas de los eslavos orientales. La
crónica trata sobre la historia del primer estado eslavo oriental y,
a pesar de que fue redactada a principios del siglo XII, contiene
referencias y copias de documentos más antiguos, además de describir
hechos anteriores al Bautismo de Kiev. Dos dioses, Perun y
Veles/Volos, son los mencionados en el texto del tratado que firmaron
los gobernantes paganos de los eslavos orientales y los Emperadores
Bizantinos a principios del siglo X. Más tarde, el cronista Néstor
describe el panteón estatal introducido por el príncipe Vladímir en
980, donde estaban representados Perun, Dazhbog, Stribog, Simargl y
Mokosh. En el Códice Ipatiev (de la Crónica Primera) se menciona a
Svarog, a quien se compara con el dios griego Hefesto. Asimismo, son
muy interesantes los pasajes del relato épico de los eslavos
orientales, El cantar de las huestes de Ígor, donde se hace
referencia a Veles, Dazhbog y a Jors. Este relato fue escrito
presumiblemente a finales del siglo XII, aunque aún hay controversia
sobre la autenticidad de esta obra.

Los documentos escritos más numerosos y ricos pertenecen al paganismo
de los eslavos occidentales, en especial de las tribus polabianas y
veletianas, que fueron cristianizadas a la fuerza a finales del siglo
XII. Los misioneros y sacerdotes germanos que lucharon contra las
creencias paganas dejaron fe de los antiguos sistemas mitológicos que
ayudaron a destruir. Sin embargo, se cuidaron de las mentiras
piadosas y se esforzaron en mostrar a los eslavos paganos como unos
bárbaros idólatras y sangrientos. Como ninguno de estos misioneros
se molestó en aprender la lengua eslava, sus crónicas son una mezcla
de valiosa información, errores, confusiones y burdas exageraciones.

Entre las obras más importantes se incluye una crónica escrita por
Tietmaro de Merseburgo a principios del siglo XI, quien hizo una
descripción de un templo en la ciudad de Riedegost (Radagast)dedicado
al gran dios Zuarasic (Svarozhich). Según este autor, este lugar se
contaba como el sancta sanctorum de las tierras de los eslavos
paganos, siendo Svagorich su deidad más importante.

Otro documento de gran valor es la Chronica Slavorum (Crónica de los
eslavos), escrita a finales del siglo XII por Helmold, un sacerdote
germano, que menciona al demonio Zerneboh (Chernabog), al dios
Porenut, a la diosa Siwa, a algunos dioses sin nombre cuyas estatuas
tenían múltiples cabezas y finalmente al gran dios Svantevit, a
quien se adoraba en la isla de Rügen y que era, según Helmold, el
más importante de los eslavos occidentales.

El tercer documento y sin duda el más importante proviene del
cronista danés Saxo Grammaticus, quien en su Gesta Danorum (La gesta
de los daneses), describió la guerra llevada a cabo en el año 1168
por el rey danés Valdemar I contra los wendos de Rügen, la conquista
de su ciudadela en el cabo Arkona y la destrucción del gran templo de
Svantevit que allí se había edificado. Saxo describió
meticulosamente el culto a Svantevit, sus ritos y la enorme estatua de
cuatro cabezas erigida a su nombre, así como el resto de dioses
policéfalos de las otras tribus eslavas: Rugiewit, Porewit y
Porentius.


Víktor Vasnetsov: bogatyr.
La cuarta fuente en orden de importancia la componen las tres
biografías del obispo guerrero germano san Otón, quien a principios
del siglo XII realizó numerosas expediciones militares y pastorales
en las regiones bálticas donde moraban tribus eslavas pomeranias.
Según el manuscrito, el dios eslavo más importante era Trigláv,
cuyos templos en la ciudad de Szczecin eran tenidos por oráculos de
renombre. En las ciudades de Wolgast y Havelberg se adoraba al dios
Gerovit, en realidad una corrupción de Yarovit, una deidad eslava
posiblemente idéntica a Yarilo en el folclore eslavo oriental.

Restos arqueológicos[editar]
Se han descubierto numerosas estatuas de dioses eslavos. En 1848, a
orillas del río Zbruch, se encontró una estatua alta de piedra con
cuatro cabezas bajo un solo sombrero de piedra. Debido a la gran
similitud con la descripción que hiciera Saxo Grammaticus del gran
ídolo del templo de Rügen, la estatua fue inmediatamente
identificada como la representación de Svantevit, aunque estaba claro
que no podía ser el Svantevit original de Rügen. Muchas otras
estatuas policefálicas se fueron descubriendo en diversos lugares.
Una minúscula estatua de cuatro cabezas datada del siglo X, tallada
en hueso, fue desenterrada en las ruinas de Preslav, la capital
medieval de los zares búlgaros. En la Edad Media se descubrió en una
isla del lago Tollensesee, cerca de Neubrandenburg, una estatua de
madera con dos cabezas y de tamaño natural. En estos parajes vivió
la tribu eslava de los Dolenain, cuyo nombre pervive en el nombre del
lago. Además, se encontró una estatua tricefála en Dalmacia,
Croacia, en una colina llamada Suvid, cerca del pico del monte Dinara,
llamado Troglav.

Poco a poco los restos de numerosos santuarios eslavos han ido
saliendo a la luz. Unas excavaciones arqueológicas en el cabo Arkona
de la isla Rügen han descubierto los vestigios de un gran templo y
una ciudad, identificadas como las que Saxo Grammaticus describiera.
En Nóvgorod, en el antiguo skit de Peryn, los arqueólogos han
descubierto los restos de un templo pagano dedicado supuestamente a
Perun: consiste en una ancha plataforma circular alrededor de una
estatua, circundada por una zanja con ocho ábsides, donde se situaban
los altares para los sacrificios. Los restos de una ciudadela con
parecida disposición fueron descubiertos en la localidad que lleva el
sugerente nombre de Pohansko (Pagano), cerca de Breclav, en la
República Checa.

Todos estos restos arqueológicos tienen en común muchísimos
aspectos. Las estatuas de dioses de múltiples caras y los restos de
los templos con mútiples altares para sacrificios confirman los
informes escritos de los misioneros cristianos sobre el culto de los
eslavos a dioses policéfalos, indicando asimismo que la antigua
mitología eslava aparentemente puso gran énfasis en el culto de
dioses con más de un aspecto.

Además, son de señalar los restos de varias piezas de alfarería
datadas del siglo IV y procedentes de la cultura Cherniajov. El
arqueólogo ruso Borís Rybakov ha identificado e interpretado los
símbolos inscritos en ellas como los restos de un antiguo calendario
eslavo.

Folclore[editar]
Cuando fueron cristianizados varios pueblos eslavos entre los siglos
VII y XII, la nueva religión se convirtió en la religión de la
élite, con lo que floreció en las ciudades y entre la clase noble.
Para la mayoría de la población eslava en la Edad Media, que
habitaba en las zonas rurales, los viejos mitos continuaron siendo
fuertes. Los sacerdotes cristianos y los monjes destinados a los
países eslavos, especialmente en Rusia, lucharon durante siglos
contra el fenómeno llamado dvoeverie (‘doble fe’). Por un lado,
los campesinos y granjeros aceptaron a regañadientes el bautismo, las
celebraciones de misas y los días santos de su nueva religión pero,
por otro lado, seguían aferrándose a los antiguos ritos y a los
cultos paganos, incluso cuando los viejos dioses y mitos en los que
estaban basados habían sido olvidados por completo.

Esto ocurrió porque, según la forma de pensar de un campesino
eslavo, el cristianismo no reemplazaba la antigua mitología eslava,
sino que más bien la asimilaba. El cristianismo podía haber ofrecido
una esperanza en la salvación y en una vida después de la muerte,
pero para sobrevivir en este mundo, para las cosechas anuales y
proteger al ganado, el viejo sistema religioso, con sus ritos de
fertilidad, sus deidades protectoras y sus espíritus domésticos, era
más que necesario. Este problema nunca fue resuelto por completo por
la Iglesia, como mucho pudo dar un santo cristiano o un mártir que
reemplazara a una deidad pagana con un culto determinado, pero el
culto en sí pervivió, como pervivió la cosmovisión mitológica por
la que se explicaban todos los fenómenos naturales.

Así, se creó una situación algo absurda en el estudio de la
mitología eslava. Mientras que las creencias y tradiciones populares
de todos los pueblos eslavos eran la fuente más importante con la que
reconstruir los antiguos cultos paganos, constituyendo de hecho la
clave para desentrañar los secretos del ya olvidado panteón, eran
también una fuente con una naturaleza tan inusual que no podían en
modo alguno tomarse como dogma. Las canciones populares, los cuentos y
las festividades habían perdido hacía muchos siglos su carácter
original sagrado y mítico, así como su sentido original, con lo que
fueron degradándose hasta un nivel de mera superstición o a una
tradición sin sentido aparente que era repetida y transmitida a lo
largo de generaciones, que en la mayor parte, no sabían lo que
tenían entre manos. El pueblo acunó una idea vaga y general sobre
cómo celebrar determinadas festividades, cómo contar ciertos cuentos
o cómo interpretar ciertas canciones, porque esa era la manera en la
que se había venido haciendo desde siempre. Los cultos a los antiguos
dioses se mezclaron con los de los nuevos santos cristianos; los
viejos rituales se fusionaron con los cristianos y a lo largo de los
siglos se fue completando el lío.

Esto condujo a que los estudiosos analizaran la estructura del
folclore per se, desarrollando una metodología con la que pudieron
reconstruir la mitología perdida a partir de esta estructura.
Básicamente, podemos dividir las referencias folclóricas en dos
grupos:

Cuentos de hadas acerca de varios personajes y criaturas fantásticos,
como las canciones de Alkonost, Baba Yaga, Koschei el Inmortal, El
Pájaro de Fuego (Zhar-Ptitsa) y Zmei; cuentos y leyendas de héroes
legendarios como los bogatyres rusos; supersticiones sobre varios
demonios y espíritus, como el domovoi, lijo, vilas (Veela o Willi),
vampiros, vodianoi, rusalkas, etc. Muchos de estos cuentos y creencias
pueden ser bastante antiguos y probablemente contengan al menos
ciertos elementos de la antigua estructura mítica, pero no son mitos
propiamente dichos. Adolecen de un sentido más profundo y sagrado,
así como de significado religioso. Además, tienden a variar
muchísimo entre los diferentes pueblos eslavos.

Sirin y Alkonost, pájaros proféticos del folclore ruso, junto con
Gamayún (cuadro de Víktor Vasnetsov, 1896)
Fiestas populares, festividades cristianas y creencias populares sobre
los santos. Es claro el ejemplo del profeta Elías, muy venerado en
los países eslavos, como sincretismo del antiguo dios del trueno,
Perun. Del mismo modo, se pueden encontrar restos de los antiguos
dioses en los cultos dirigidos a otros santos, como san Vito, san
Jorge, san Blas, santa María o san Nicolás. Asimismo, en varias
ffunerales populares, como la de primavera de Jare o Jurjevo y la
fiesta de verano de Ivanje o Ivan Kupala, ambas ligeramente asociadas
a los días santos del cristianismo, abundan elementos precristianos.
Estas creencias poseen un sentido religioso y sacralizado de
consideración para las gentes que aún las realizan. El problema, por
supuesto, es que tales elementos precristianos ya están
irremediablemente mezclados en el cristianismo popular.
La reconstrucción de los mitos eslavos originales se convierte así
en pura labor detectivesca, que requiere de conocimientos profundos de
varias disciplinas científicas como la semiótica, la lingüística,
la filología, la mitología comparada y la etnología. Los referentes
folclóricos se deben analizar en su estructura, no como un mero
corpus de canciones o cuentos, sino como grupos de signos y símbolos
que contienen una lógica estructural interna. Cada signo está
compuesto de una serie de palabras clave, que son mucho más que
simples nombres de personajes, lugares o artefactos. Un aspecto
crucial de los símbolos es que son casi inamovibles: sus nombres
pueden diferir, pero no su estructura. Si se llega a cambiar o a
perder esas palabras clave, el símbolo cambiaría a su vez, lo que
invalidaría la lógica estructural interna del texto y dejaría sin
sentido a todo el cuento, con lo que pronto se olvidaría, porque el
modelo o la lógica por la que fue transmitido a lo largo de
generaciones se perdería.

Un ejemplo lo podemos ver en el anteriormente citado dios del trueno,
Perun, que fue suplantado en el folclore cristiano por san Elías. En
otras ocasiones se le comparó con el arcángel san Miguel o incluso
con el mismísimo dios Yahveh, mientras que en algunos cuentos
populares rusos o bielorrusos bajó hasta la categoría de un mero
personaje de cuentos, como el Tsar Ogin (Zar Llama) o Grom
(‘trueno’). A pesar de los cambios de nombre, había siempre
alguna palabra clave que describía a Perun como símbolo en los
antiguos textos míticos y que ha perdurado en el folclore. Perun es
siempre gore (arriba, en las alturas, en lo alto de la montaña o en
el cielo); es un dios celeste, el mayor dios del panteón eslavo; es
suj (seco, en oposición a mojado. Es el dios del trueno y del
relámpago, causantes del fuego); es treska/razbiya/goni/ubiya
(golpea/hiere/persigue/mata; es el dios del trueno y las tormentas,
destructivo y furioso) con strelá/kamen/molniya
(flecha/piedra/rayo); las armas de Perun son sus haces de rayos, que
dispara como flechas, tan poderosos que explotan y revientan las
piedras. Estas son las palabras clave que siempre están presentes en
los referentes folclóricos, incluso cuando el verdadero nombre de
Perun había sido olvidado desde hacía tiempo. Por lo tanto, la
estructura del símbolo permitió la identificación de Perun con
personajes similares tanto de la religión cristiana como del folclore
posterior que compartían tales similitudes en la estructura con sus
propios símbolos.

Siguiendo una metodología parecida, trazando paralelismos con otras
mitologías indoeuropeas (especialmente con la báltica) y en
ocasiones utilizando las mismas pistas encontradas en los documentos
históricos del paganismo eslavo, sería posible reconstruir algunos
mitos antiguos. Durante los últimos 30 años se han logrado avances
significativos en el estudio de la mitología eslava, sobre todo con
los trabajos de los filólogos rusos Vladímir Toporov y Viacheslav
Vsevolodovich Ivánov y con los científicos croatas Radoslav
Katičić y Vítomir Belaj. Son igual de valiosos los estudios del
investigador ruso Borís Uspenski y del filólogo y etnólogo serbio
Veselin Čajkanović.

Sin embargo, la interpretación sin criterio del folclore y la
reconstrucción de mitos sin poseer la formación adecuada puede
conducir a efectos desastrosos, como veremos a continuación.

Fuentes apócrifas[editar]
Al estudiar la mitología eslava, uno debe andarse con pies de plomo
con respecto a la validez y autenticidad de las fuentes. El interés
científico en las creencias de los antiguos eslavos ha ido
acrecentándose desde el Renacimiento, aunque también se ha disparado
el número de confusiones, errores, malas interpretaciones y burdas
reconstrucciones (sin mencionar las invenciones).

Antes de la primera mitad del siglo XX no se conocía niguna
metodología científica válida con la que se pudiera interpretar los
referentes folclóricos. Asimismo, al disponer de contadas fuentes
arqueológicas e históricas, las puertas a la especulación más
baladí estaban abiertas de par en par. Uno de los ejemplos más
claros de la confusión general y de la interpretación errónea lo
configura la falsa deidad del amor, Lada (o Lado), construida a partir
de las exclamaciones sin sentido de las canciones de boda eslavas.
Dioses como Koleda o Kupala fueron también inventados a partir de
nombres mal interpretados de fiestas populares: Koledo era el nombre
eslavo para las procesiones de los cantantes de villancicos en
Navidad. La procedencia de Kupala es desconocida, aunque algunas
fuentes cristianas insisten en que proviene de Ivan Kupala
(traducción literal de Juan el Bautista), si bien esta afirmación
tiene tan poca base como la que la interpretan como un día sagrado
pagano. Esta celebración se realiza en el solsticio de verano en
muchos países eslavos y occidentales como Francia, Italia o España.
Esta tradición contiene sin duda más de un elemento precristiano,
pero inventar dioses basándose en nombres de costumbres no es
obviamente un método válido con el que reconstruir estas creencias.
La errónea interpretación de las descripciones históricas de
Tietmaro sobre el paganismo de los wendos llevó a confundir al dios
Svarogich y a la ciudad donde se erigía su templo, Radegast. Dado que
este último nombre puede ser reconstruido etimológicamente como
Estimado Huésped, llevó a interpretarlo como el supuesto dios
eslavo de la hospitalidad. Asimismo, para buscarle pareja al dios con
el nombre más siniestro de todos los mencionados por Helmold,
Chernobog (dios negro), inventaron a Belobog (dios blanco). Este
nombre no aparece en ningún documento histórico o etnográfico
fiable, al contrario, simplemente se asumió que ya que existe un dios
negro, tendría que existir su contrapartida, el dios blanco. De
nuevo, este no es un acercamiento científico al estudio de la
mitología eslava, aunque se han venido escribiendo ríos de tinta
acerca del dualismo Belobog-Chernobog hasta hoy día, incluyendo
libros y referencias en investigaciones que dan por sentado que tales
dioses fueron realmente adorados por los antiguos eslavos.

Peor aún que las confusiones o las malas interpretaciones son las
invenciones deliberadas. Durante los siglos XIX y XX, la población se
interesó cada vez más por la mitología eslava, aleccionados por los
movimientos románticos, nacionalistas y neopaganos en la actualidad.
El inventar evidencias de la antigua mitología fue, durante un
tiempo, un auténtico hobby entre varios grupos sociales, a menudo con
el simple objetivo de apuntarse un tanto. Por ejemplo, se llegaron a
descubrir estatuas de los antiguos dioses con inscripciones de runas
germánicas, o se documentaron canciones y cuentos populares en
donde la mitad del panteón estaba recogiendo flores o danzando
alegremente alrededor del fuego.

La Veda Slovena decimonónica no es más que una mistificación de las
canciones populares búlgaras, con muchas supuestas referencias a la
mitología eslava y que la mayoría de los investigadores considera
una farsa. Un ejemplo más reciente lo podemos ver en el controvertido
Libro de Veles, un documento supuestamente auténtico sobre la antigua
religión, escrito en el siglo IX o X en alfabeto cirílico; no puede
probarse que los eslavos tuvieran modo alguno de escritura antes de la
cristianización, y menos aún que utilizaran el alfabeto cirílico
(creado por san Cirilo para escribir las lenguas eslavas cuando fue
enviado junto con su hermano Metodio a bautizarlos en el siglo IX).
Los neopaganos eslavos utilizan este libro como texto sagrado y, por
lo tanto, insisten en que el documento es auténtico. Sin embargo, el
original, supuestamente escrito en cortezas de abedul, se perdió (sin
contar que seguramente nunca existió), con lo que su autenticidad no
puede probarse hoy en día.

Cosmología[editar]
El concepto cosmológico del Árbol del Universo o de la Vida
(мировое дрeво), bastante típico entre los hablantes de
lenguas indoeuropeas, está presente también en la mitología eslava,
en forma de roble, pino, abedul o ciprés, árboles sagrados. El
símbolo mitológico del Árbol es muy fuerte y ha sobrevivido a lo
largo de los siglos en el folclore eslavo tras la llegada del
Cristianismo. Según algunas leyendas, el árbol crece en el centro
del universo, sobre la roca mágica Alátyr situada en la isla Buyan,
que flota en la mar y que tiene a sus pies toda clase de animales
ctónicos. Hay tres niveles del Universo localizados en el árbol: su
copa representa el cielo, el reino de los dioses y cuerpos celestes,
mientras que su tronco simbolizaba el reino de los mortales. Estos dos
niveles a menudo se combinaban en oposición a las raíces, que
representaban el submundo, el reino de los muertos. En contraposición
a las creencias populares, parece ser que el mundo de los muertos para
los eslavos en realidad era un lugar hermoso, lleno de llanuras de
verde y tierna hierba, donde imperaba la eterna primavera. A veces se
le conocía como Virei o Iri.

El modelo de estos tres reinos en el Eje del Mundo inscrito en el
Árbol tiene su correspondencia con una organización horizontal del
mundo: el de los dioses y los mortales está situado en el centro de
la tierra (si tenemos en cuenta que es plana, por supuesto), rodeado
por un mar por el que se llegaría a la tierra de los muertos, a donde
los pájaros migrarían cada invierno para regresar en primavera. En
muchas referencias folclóricas, los conceptos de «marcharse
atravesando el mar» y su contrario, «regresar atravesando el mar»,
son equiparados a morir y regresar a la vida, lo que recuerda al
antiguo concepto mitológico de llegar a la vida después de la muerte
cruzando una superficie de agua. Además, el mundo también está
separado en el eje horizontal por los cuatro puntos cardinales, que
representan las cuatro direcciones del viento (norte, sur, este y
oeste). Estas dos divisiones en tres reinos para el eje vertical y
cuatro puntos para el cardinal tuvieron mucha importancia en la
mitología, como se puede ver en las estatuas que representan a los
dioses, particularmente las de Triglav de tres cabezas y Svantevit, de
cuatro.

El sol se entendía como una deidad femenina y la luna, masculina.
Esta dicotomía es a primera vista contraria al concepto más
extendido de las mitologías indoeuropeas, en las que el sol estaba
normalmente asociado a deidades masculinas y la luna, a las femeninas,
aunque es idéntico a la visión de la mitología germana y la
mitología báltica, estrechamente relacionada con la eslava.

Panteón[editar]
Una enorme cantidad de divinidades forman parte del panteón eslavo.
Al parecer, cada una de las tribus eslavas (extendidas por una enorme
zona geográfica que abarcaba desde el mar Báltico hasta el mar
Negro) adoraba a sus propios dioses. La antigua religión eslava
parece haber estado basada en el culto a la naturaleza, dependiendo de
cada tribu las divinidades y las creencias concretas. Sin embargo,
como ocurre con las distintas lenguas eslavas, que originariamente
configuraban una sola lengua (el protoeslavo),sería posible dibujar
un Olimpo protoeslavo y, mediante un estudio cuidadoso del folclore,
podríamos reconstruir algunos elementos del panteón original, al que
las diferentes tribus eslavas adoraban.

Dioses[editar]

En ocasiones se pueden encontrar estas gromoviti znaci o ‘marcas del
trueno’ sobre los tejados de las casas, para protegerlas de los
rayos. Símbolos idénticos han sido descubiertos en la cerámica
protoeslava del siglo IV (cultura de Cherniajov). Se piensa que fueran
símbolos del dios supremo del trueno, Perun.
Ivanov y Toporov reconstruyeron el antiguo mito de Perun y
Veles/Volos. Ambos constituyen una oposición clara en casi todas las
fuentes: Perun es el dios celestial del trueno y el rayo, fiero y
seco, que gobierna el mundo de los vivos desde su ciudadela en las
alturas, situada en la rama más alta del Árbol del Universo. Veles
por el contrario es un dios ctónico, asociado con las aguas, terrenal
y húmedo, señor del submundo, que gobierna el reino de los muertos
desde abajo, en las raíces del Árbol del Universo. Perun le da
lluvia a los granjeros, es el dios de la guerra y las armas y es
invocado por todos los que luchan. Veles es el dios del ganado,
protector de los pastores, asociado a la magia y al comercio. Perun da
el orden, Veles causa el caos.

La batalla cósmica entre los dos recuerda al antiguo mito indoeuropeo
de la lucha entre el dios de las tormentas y el dragón. Atacando con
sus rayos desde el cielo, Perun perseguía a la serpiente Veles, que
se deslizaba hacia las profundidades de la tierra. Veles insultó a
Perun y huyó transformándose en varios animales, escondiéndose tras
árboles, casas o personas. Al final, Perun da con él o escapa al
agua con dirección al sub mundo; básicamente es lo mismo: al matar a
Veles, Perun no lo destruye realmente, sino que lo devuelve a su lugar
de origen, al mundo de los muertos. Así, el orden del mundo, cambiado
por la travesura de Veles, es establecido de nuevo por Perun. La idea
de que las tormentas y los truenos son una batalla divina entre el
dios supremo y su acérrimo enemigo fue crucial para los eslavos,
incluso después de que Perun y Veles fueran reemplazados por Dios y
el Diablo. El rayo que golpea un árbol o que quema la casa de un
campesino se explicaba siempre como un dios del cielo furioso atacando
a su enemigo terrenal, ctónico.

La excusa que explicaba la enemistad de ambos dioses era el robo del
ganado de Perun por parte de Veles o viceversa (aunque si Veles era el
dios protector del ganado, no queda claro el asunto de la propiedad
del mismo según este mito). El motivo mismo de robar ganado divino es
muy común en la mitología indoeuropea: el ganado, de hecho, puede
entenderse como una simple metáfora de las aguas celestiales o la
lluvia. Así, Veles roba el agua de lluvia de Perun o viceversa, lo
que de nuevo lleva a la confusa asociación de Veles con las aguas y
de Perun con el cielo y las nubes, ya que no se sabe bien a quién
pertenecería la lluvia. Otra razón que explicaría esta enemistad
puede ser el robo de las esposas. Parece quedar claro, según
referencias folclóricas, que se consideraba al Sol como la esposa de
Perun. Sin embargo, dado que el Sol en la visión mítica del mundo
muere cada noche y desciende más allá del horizonte hacia el sub
mundo, donde pasa la noche, los eslavos entendían este fenómeno como
el robo de la esposa de Perun por parte de Veles, aunque de nuevo
podría entenderse el renacimiento del Sol por la mañana como el robo
de la esposa de Veles por parte de Perun.

Yarilo y Morana[editar]
Los investigadores Katicic y Belaj continuaron el trabajo comenzado
por Ivanov y Toporov reconstruyendo el mito del dios de la fertilidad
y la vegetación, Yarilo, y su hermana y esposa, Morana (Marena,
Morena, Marana, todos los nombres provenientes de la misma raíz mor,
‘muerte’), la diosa de la naturaleza y la muerte. Yarilo está
asociado a la luna y Morana es vista como la hija del sol. Ambos son
hijos de Perun, nacidos la noche de Año Nuevo (La Gran Noche). Sin
embargo, esa misma noche, Yarilo es raptado de su cuna y llevado al
sub mundo, donde Veles lo educa como si fuera suyo. En la festividad
de primavera de Yare/Yurievo/Yarilki, llena de simbología sexual y
erótica, Yarilo regresa del mundo de los muertos («atravesando el
mar») para traer al mundo de los vivos la primavera desde el sub
mundo eternamente verde. Se le representaba como un joven y fogoso
varón montado sobre un caballo blanco con una corona de flores en la
cabeza, portando en la mano derecha un haz de trigo y en la izquierda
una imitación de cabeza humana, símbolo de la muerte. El jinete
recorría los campos de mies para favorecer una buena cosecha.
Encuentra a su hermana Morana y la corteja, celebrándose a principios
de verano su divino enlace con la fiesta conocido como Ivanie/Ivan
Kupala. Esta unión sagrada entre hermanos, hijos del dios supremo,
trae la fertilidad y la abundancia a la tierra, asegurando una gran
cosecha. Asimismo, dado que Yarilo es hijo (hijastro, más bien) de
Veles y que su esposa es hija de Perun, su matrimonio trae la paz
entre los dos grandes dioses. En otras palabras, así se aseguraban de
que no hubiera tormenta que pudieran dañar la cosecha.

Sin embargo, tras la cosecha, Yarilo le es infiel a su esposa y ella
en venganza lo mata (lo devuelve al submundo), renovando la enemistad
entre Perun y Veles. Sin su marido, dios de la fertilidad y las
plantas, Morana y toda la naturaleza junto con ella se marchita y se
hiela ante el invierno que se avecina, convirtiéndose en la terrible,
vieja y peligrosa diosa de la oscuridad y del frío, muriendo
finalmente al finalizar el año. El mito se repetía por entero cada
año y los cantos de sus partes principales acompañaban las fiestas
más importantes del calendario eslavo. Este cuento muestra también
numerosos paralelismos con las mitologías báltica e hitita.
Svantevit y Triglav[editar]
No deja de resultar irónico que de momento no se haya podido aclarar
el papel de estos dos dioses en el panteón protoeslavo, a pesar de
tener el mayor número de documentos históricos. El que sean
importantes para todos los eslavos paganos está probado por el
increíble número de topónimos que se les asocia y por los numerosos
descubrimientos de estatuas policéfalas en varios países eslavos.
Ambos dioses son los principales en varias localidades, estaban
asociados a la adivinación y su animal totémico era el caballo.
Posiblemente una diferencia importante era que Svantevit tenía un
caballo blanco, mientras que el de Triglav era negro, además de que
la representación de Svantevit tenía cuatro cabezas y la de Triglav
(cuyo nombre significa simplemente de tres cabezas) poseía tres.
Svantevit estaba asociado asimismo a la victoria en la guerra, a la
cosecha y al comercio.

Se han barajado varias hipótesis sobre estos dos dioses: según la
primera, ambos son el mismo dios, ya que son similares en casi todos
sus aspectos; otra sostiene que no son dioses en absoluto, sino
compuestos de tres o cuatro dioses, una especie de minipanteón. Los
neopaganos eslavos suelen ver a Triglav como un concepto de Trinidad.
Svantevit ha sido también visto como la alteración de los eslavos
occidentales de Perun o Yarilo, o incluso comparado con Svarozhich
como deidad solar. Ninguna de estas hipótesis parece ser muy
convincente y la mayoría se basan en las especulaciones más
peregrinas, mientras que otras intentan reconstruir la mitología
eslava como debería ser y no como lo que fue en realidad. Es preciso
investigar mucho más para llegar a conocer la verdadera identidad de
estas deidades.

Zoria y Danica[editar]
Estos nombres significan simplemente Estrella de la Noche y Estrella
de la Mañana, pero en las leyendas folclóricas de todos las naciones
eslavas son a menudo descritas como personas o asociadas a personas,
de una manera muy parecida al Sol y la Luna. A Danica en ocasiones se
la denomina la hermana menor del sol o su hija y probablemente estaba
relacionada con Morana. Por lo tanto, Zoria era o bien la madre o la
hermana mayor del sol. Es muy problable que fuera un remanente eslavo
de la diosa protoindoeuropea del anochecer, Hausos, pero habrá que
investigar mucho sobre este tema antes de sacar más conclusiones.

No pueden contarse en el panteón protoeslavo otros dioses, aparte de
los referidos anteriormente. Sin embargo, es de destacar que muchos de
estos dioses probablemente fueran conocidos con diferentes nombres
incluso en la misma lengua. Los tabús religiosos en la denominación
de las deidades existieron entre los eslavos y, por ello, los dioses
fueron llamados con otros nombres o adjetivos que describían sus
cualidades. Con el tiempo, estos mismos adjetivos tomaron vida.

Mitología[editar]
Ivanov y Toporov hicieron un esquema sobre los distintos estadios que
pudo desarrollar la mitología eslava, en un intento de mostrar cómo
pudo haber evolucionado a partir del panteón original:

El primer desarrollo pudo ocurrir tras el desmembramiento de los proto
eslavos en eslavos occidentales, orientales y meridionales. Cada rama
de la familia ideó deidades diferentes que englobaran la artesanía,
la agricultura y la fertilidad, como Rod y Chur, varias diosas
relacionadas con el hogar, como Mokosh. Dioses como Jors o Simargl son
a veces consideradas préstamos que los eslavos orientales tomaron de
sus vecinos iranios.
En el ámbito de la personificación abstracta de funciones divinas,
tenemos conceptos del tipo pravda/krivda (‘correcto/incorrecto’),
dobra kob/zla kob (‘buena fortuna/mala fortuna’). Tales conceptos
los podemos encontrar en muchos cuentos de hadas eslavos y se piensa
que nacieron en un momento en el que los viejos mitos ya estaban
degradándose a los niveles de leyendas o cuentos. Louis Leger
señaló que varias palabras eslavas que entraban en el campo
semántico del éxito, el destino o la fortuna están conectadas con
la palabra eslava para Dios, Bog. Aunque era usada para el dios
cristiano, la palabra es de origen pagano y muy antigua, ya que
podría provenir de la raíz protoindoeuropea *bhag (‘fortuna’),
relacionada con el avéstico baga y el sánscrito bhaga (que son ambos
nombres de dioses).
El siguiente nivel de desarrollo se dio al convertir en mito las
tradiciones históricas, un fenómeno que habría comenzado en tiempos
paganos y continuaría mucho después del advenimiento del
cristianismo. Se caracterizó por tomar cuentos y canciones de héroes
legendarios, que irían desde fundadores legendarios de ciertas tribus
―como las historias sobre Lej, Chej y Rus (padres respectivamente de
polacos, checos y rusos)― hasta personajes históricos como el rey
croata-húngaro del siglo XV, Matías Corvinus, o el príncipe Marko
de los eslavos del sur, quienes fueron inmortalizados en las leyendas
populares o la poesía. Las bylinas rusas sobre los bogatyri (héroes
legendarios), las leyendas polacas sobre Krak, el Matadragones, las
checas sobre Libuše y la fundación de Praga entran en esta
categoría. Aún en varios elementos de estos cuentos se pueden ver
elementos de los viejos mitos, como el héroe que mata al dragón, un
remanente lejano del antiguo concepto de la batalla cósmica entre el
dios del rayo, Perun, y la serpiente, Veles.

Baba Yaga, de Iván Bilibin.
En un nivel menor encontramos a ciertos arquetipos míticos
convertidos en personajes de cuentos de hadas, donde se incluiría a
Baba Yaga, Koschei el Inmortal, El Ruiseñor Ladrón, Vodianoi, Zmei
Gorynych, etc. En este nivel, apenas se puede ya hablar de mitología,
sino más bien de leyendas y cuentos que contienen fragmentos de
viejos mitos pero que en su estructura y significado no están claros.
El nivel más bajo incluye varios grupos de espíritus domésticos o
de la naturaleza y criaturas mágicas, que varían muchísimo en los
diferentes pueblos eslavos. La estructura mítica en ese nivel es
prácticamente incomprensible, pero algunas creencias tienen una
antigüedad considerable. Ya en el siglo V, Procopio mencionaba que
los eslavos adoraban a espíritus de los ríos y de la naturaleza,
pudiendo encontrar incluso hoy en día sus huellas en los cuentos
sobre vilas (Veela o Willi), vampiros (upyr), brujas y hombres lobo.
Calendario y festivales[editar]
Los mitos eslavos eran cíclicos, repitiéndose cada año una serie de
festividades que seguían los cambios de la naturaleza y las cuatro
estaciones. Para entender su mitología, es importante entender su
concepto de calendario. Basándose en el folclore y restos
arqueológicos, es posible reconstruir algunos elementos del
calendario precristiano, particularmente las más importantes.

El año era lunar, aparentemente, y comenzaba el primer día de marzo,
en forma similar a otras indoeuropeas, cuyos sistemas de calendario
son más conocidos para nosotros. Para la última noche del año viejo
y el primer día del año nuevo se conocen nombres como Velia
Noch/Velik Dan (Gran Noche/Gran Día). Después de la
Cristianización, estos nombres fueron remplazados probablemente por
las Pascuas. En algunas iglesias eslavas pertenecientes a las
diferentes Iglesias Ortodoxas, la Pascua es conocida como Velik
Dan/Gran Día, mientras que entre los eslavos católicos es conocida
como Velika Noch/Gran Noche. Todos estos nombres son seguramente
traducciones del griego Megale Hemera, Gran Semana, el término
cristiano para la semana en que cae Pascuas (semana Santa). En tiempos
paganos, de todas formas, probablemente era una fiesta similar a
Halloween. Ciertas personas (chamanes) se adornaban con máscaras
grotescas y ropajes confeccionados de pieles o lanas de oveja,
rondando por las aldeas, ya que durante la Gran Noche se creía que
los espíritus de los ancestros viajaban a lo largo de la tierra,
entrando en los pueblos y las casas para celebrar el año nuevo con
sus familiares vivos. Por consiguiente, la deidad del último día del
año era probablemente Veles, dios del sub mundo.
Había una gran fiesta de la primavera dedicada a Yarilo, dios de la
vegetación y la fertilidad. Procesiones de jóvenes solían ir por
las aldeas con ramos de flores como símbolo de nueva vida. Iban casa
por casa recitando canciones y bendiciendo cada hogar con ritos de
fertilidad tradicionales. El líder de la procesión, generalmente a
caballo, sería identificado con Yarilo. La costumbre de hacer pisanki
o huevos decorados, símbolos también de nueva vida, era otra
tradición asociada con esta celebración, que más tarde pasó a la
Pascua cristiana.
El festival de solsticio de verano es conocido hoy como Ivanie, Kupala
o Kries. Se celebraba en forma similar a una gran boda y, de acuerdo a
indicaciones de ciertas fuentes históricas, era seguido ―en épocas
paganas― por una orgía general. Había grandes cantidades de comida
y bebida la noche anterior, se encendían grandes hogueras (en eslavo
kres), y los jóvenes copulaban y danzaban en círculos o saltaban a
través del fuego. Las jóvenes hacían guirnaldas con flores y
helechos (que aparentemente era sagrado en esta celebración), las
batían en los ríos y dependiendo de cómo y adonde flotasen, se
podría saber si el elegido se casaría o no. El baño ritual esta
noche era también muy importante: de ahí el nombre de Kupala (del
verbo kupatsia, ‘bañarse’), que seguramente casaba muy bien con
el santo patrón que la Iglesia puso para este día, Juan el Bautista.
En general, la fiesta conmemoraba con seguridad la boda divina del
dios de la fertilidad, asociado con el crecimiento de las plantas para
la recolección.
En medio del verano había un festival relacionado con el dios del
trueno Perun, transformado en tiempos cristianos en el importante
festival del profeta Elías. Era considerada la época más sagrada
del año, registrándose algunas indicaciones de fuentes históricas
relacionadas con sacrificios humanos. Probablemente después del mismo
comenzaba la cosecha.
No queda claro cuándo se celebraba exactamente el fin de la cosecha,
pero los documentos históricos mencionan interesantes tradiciones
asociadas a las celebraciones en el templo de Svantevit, en la isla de
Ruyana (hoy en día Rügen), que sobrevivió en el folclore posterior.
Las gentes se reunían frente al templo, donde los sacerdotes
emplazarían un gran pastel de trigo del tamaño de un hombre. El sumo
sacerdote se colocaba tras el pastel y preguntaría a las gentes si le
veían. Independientemente de la respuesta, el sacerdote plugaría que
el siguiente año la gente no le viera tras el pastel ritual,
augurando que la cosecha del siguiente año sería más provechosa.
Seguramente también hubo un importante festival alrededor del
solsticio de invierno, que más tarde fue asociado con la Navidad. A
su vez, en muchos países eslavos, esta festividad es llamada Bozhich
(que significa ‘pequeño dios’). Aunque este nombre encaja
fácilmente con la idea cristiana de Navidad, tiene seguramente un
origen pagano: indica el nacimiento de un joven y nuevo dios del Sol
de la vieja y debilitada deidad solar, durante la noche más larga del
año. El viejo sol era identificado como Svarog y su hijo, el joven y
nuevo sol, como Dazhbog. El nombre alternativo (y tal vez el original)
de este festival era Korochun.
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¿Que título le pondrías a esta foto? -
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Algún día hay que probarlo -

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Prefiero morir luchando, - que vivir siendo una cargar
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A veces... - hay que tomar el camino largo para llegar a un sitio
que el camino corto no nos puede llevar...
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Gatos - que no pueden evitar ser los más fotogénicos del mundo.
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Dame alas para volar, - y motivos para quedarme
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La vida podrá quitarnos las alas, - pero nunca arrebatara nuestra osadía para recuperarlas

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Valiente es que arriesga - en defender lo que cree correcto, y no el que afronta el peligro para
impresionar a otros
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No es tan fácil - Deshacernos de los recuerdos del pasado
puntos 9 | votos: 13
El mundo... - esta lleno de cosas que ignoramos
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El peor enemigo del hombre, - es el miedo
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Debemos saber - por qué causas daríamos nuestras vidas

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Los amigos de verdad - Nacen juntos,crecen juntos, y mueren juntos.
puntos 12 | votos: 12
Un amigo nunca te dice lo que tú - quieres escuchar, te dice la verdad y lo mejor para ti
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Gracias - por convertirte en un nosotros.
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¡Una persona que no es capaz de - sacrificar algo, no puede ser capaz de cambiar nada!
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para enfrentar la dura batalla que es la vida.

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Quiero llegar a ser alguien - lo suficientemente fuerte como para defender al débil que soy hoy
puntos 8 | votos: 12
Noé - Solo tenias un trabajo 
¡¡¡Solo uno!!!
puntos 17 | votos: 17
Es mejor vivir... - conociendo las crueles verdades, que morir habiendo creído
falsas mentiras
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Cada persona tiene una historia - que contar, un problema que narrar y solo de ellos depende el
final que quieran escribir
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Es triste darte cuenta... - de que la gente que te ah acompañado durante tanto tiempo
saldrá para siempre de tu vida

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Los Errores tienes partes - aceptarlos, superarlos y no volver a cometerlos.
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Solo los que consiguen la victoria - tienen permitido vivir, así de cruel es el mundo
puntos 14 | votos: 16
Pensar lo mismo. - Puede darse una sincronía de pensamientos, en algunos aspectos que
llegan a preocuparnos mutuamente en la vida.
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Es mejor que escogas la elección - por ti mismo, así no te lamentaras después
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No hay que morir por el otro, - sino vivir para disfrutar juntos





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