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20.08.2011

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bueno 49 | malo 3

puntos 9 | votos: 9
Los chinos el unico - lugar donde se puede comprar de todo...
menos lo que tu buscas...
puntos 2007 | votos: 2041
Cuando todo empezaba - con un simple ¿Quieres ser mi amigo?
puntos 2171 | votos: 2223
Una persona que ríe a diario - no es porque siempre le vaya bien,
sino, por que aprendió que debe sonreír en las buenas y en las malas.
puntos 13 | votos: 13
Soy la tipica chica - que siempre lleva el mismo peinado
puntos 5 | votos: 5
Que empezara de cero - y poderle decir que he pasado la vida sin saber que lo espero, no

puntos 22 | votos: 22
No me pidas que no te despierte - a media noche cuando quiero amarte hasta el amanecer.
puntos 4 | votos: 4
La gente... - ...te debe aceptar por lo que eres, por lo que haces, por como eres,
por lo que haces, por ser Tu mismo! y quien no lo haga no se merece un
lugar en tu cabeza:)
puntos 9 | votos: 11
No hay peor - nostalgia que añorar lo que nunca jamás sucedió.
puntos 9 | votos: 9
Nosotros... - Por esas canciones que nos hacen sentirnos alguien diferente,que nos
hacen levantar la mano y sentirnos como si fueramos DIOS ! : ) Me
encantaa...
puntos 13 | votos: 31
¿Quién - es el que me vota en negativo?

puntos 12 | votos: 12
OH NO!...ESTA VINIENDO!! - QUE HAGO?!?!?
puntos 1 | votos: 1
Yo tambien soy uno de ellos! xD -
puntos 12 | votos: 12
(8) - Yo no sigo modaas!
puntos 3 | votos: 5
Yo... - De lo unico que no me arrepiento en esta vida es der ser como yo
quiero, dandome igual lo que digan de mi,porque vida solo hay una y
cada uno hace lo que quiera con la suya :)
puntos 12 | votos: 16
Porque todos... - creemos que por la noche hay alguien debajo de nuestra cama.

puntos 5 | votos: 5
Desmotivan... - Algunas cosas de la vida,que por estas acabarias con tu propia
vida...solo por una persona...
puntos 44 | votos: 44
LA HORCA DEL HIJO - Había un hombre muy rico que poseía muchos bienes, 
grandes fincas, un gran hato, muchos empleados y un único hijo, su
heredero. Lo que más le gustaba al hijo era hacer fiestas, 
estar con sus amigos y ser adulado por ellos. 
Su padre siempre le advertía que sus amigos sólo 
estarían a su lado mientras él tuviese algo que ofrecerles; 
después, le abandonarían. Un día el viejo padre, 
ya avanzado en edad, dijo a sus empleados que le 
construyeran un pequeño establo. 
Dentro de él, el propio padre preparó una horca y, junto a ella, 
una placa con algo escrito que decía: 
“Para que nunca desprecies las palabras de tu padre”. 
Más tarde, llamó a su hijo, lo llevó hasta el establo y le dijo: 
—Hijo mío, ya estoy viejo y cuando yo me vaya tú 
te encargarás de todo lo que es mío... Pero desgraciadamente 
yo sé cual será tu futuro: vas a dejar la finca en manos de 
los empleados y vas a gastar todo el dinero con tus amigos. 
Venderás todos los bienes para gastarlos y, cuando no tengas 
más nada, tus amigos se apartarán de ti. Sólo entonces te
arrepentirás amargamente por no haberme escuchado. Fue por esto que
construí esta horca. ¡Ella es para ti! Sólo quiero que me prometas
que, 
si sucede lo dicho, te ahorcarás en ella. 

El joven se rio, pensó que era un absurdo, 
pero para no contradecir a su padre le prometió 
que así lo haría pensando en que eso jamás sucedería. 
El tiempo pasó, el padre murió y su hijo se encargó de todo, 
y así como su padre había previsto, el joven gastó todo, 
vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad. 
Estaba arruinado. Desesperado y afligido, 
comenzó a reflexionar sobre su vida y vio que había sido un tonto. 
Se acordó de las palabras de su padre y comenzó a decir:
 —Ah, padre mío... Si yo hubiese escuchado tus consejos... 
Pero ahora es demasiado tarde. 

Apesadumbrado, el joven levantó la vista y vio el establo. 
Con pasos lentos, se dirigió hasta allá, vio la horca y 
la placa llenas de polvo y entonces pensó: 
—Yo nunca seguí las palabras de mi padre, 
no pude alegrarle cuándo estaba vivo,
 pero al menos esta vez voy a cumplir la promesa que le hice. 
Ya no me queda nada más que perder sino la vida. 

Entonces, subió los escalones, 
se puso la cuerda en el cuello y pensó: 
—Ah, si yo tuviese una nueva oportunidad... 
Respiró profundo, cerró los ojos y entonces se tiró 
desde lo alto de los escalones hasta que sintió 
que la cuerda apretaba su garganta... ¡Era el fin! 
Sin embargo, el brazo de la horca era hueco y se quebró fácilmente,
desplomándose al piso el muchacho. 
Sobre él cayeron billetes, esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros y
brillantes, muchos brillantes... 
La horca era hueca y estaba llena de piedras preciosas. 
Entre todo aquel tesoro que cayó, 
el joven heredero encontró una nota. En ella estaba escrito:

“Esta es tu segunda oportunidad. 
¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre”.



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