Por Zul`jin

  

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04.10.2016

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Warcraft Origen - Historia #1 - Los Titanes. Nadie sabe como comenzó exactamente el universo, algunos teorizan que una enorme explosión lo creó, otros, que un ente todopoderoso fue el creador. Los titanes colosales dioses de piel metálica de los confines del cosmos, exploraron el recién nacido universo y se pusieron a trabajar en los mundos que encontraron. Dieron forma a los mundos levantando grandes montañas y escavando profundos océanos. Todo fue parte de un plan insondable y a largo plazo para crear orden a partir del caos. Había dos tipos de titanes; Los Aesir y los Vanir. Los Aesir eran más fuertes, inteligentes y ágiles y su piel era plateada. Los Vanir eran más duros, pero menos poderosos, su piel era de color bronce. Los dos tipos eran altamente solitarios, rehuían de todas las criaturas mortales. No querían alterar el delicado equilibrio de su evolución. El panteón era una secta de élite que se componía por los mejores titanes que salvaguardaban los mundos estructurados, su líder, era un titán denominado Aman Thul. Los otros miembros que componían el panteón eran: -Eonar, la guardiana de la vida. -Norgannon, el guardián del conocimiento y el mago maestro. -Golganneth, el tronador. -Sargeras, el grande. -Khaz Goroth, creador y forjador del mundo. -Aggramar, el vengador. El mayor enemigo del panteón era el vacío abisal, una dimensión etérea de magias caóticas que conecta la mirada de varios mundos. Era el lugar de incontables seres demoníacos, cuyo único propósito era destruir toda forma de vida. Pero con el tiempo, los demonios del vacío abisal empezaron a llegar a los mundos de los titanes. El panteón decidió elegir a un titán para emprender la ofensiva de los demonios, y escogió al mejor de los mejores, el propio hermano de Aman Thul, un noble titán denominado; Sargeras. Sargeras combatió a los enemigos durante miles de millones de años, con cada lucha, Sargeras se mostraba más deprimido por el abundante caos que veía en todo tipo de mal. Su depresión fue en aumento, hasta que luchó contra unas criaturas denominadas; Nathrezim, o señores del terror. Una raza oscura de demonios vampíricos que conquistaban los mundos poseyendo a sus habitantes y haciéndoles caer en la sombra. El poder ilimitado de Sargeras era incomparable con cualquier demonio, no obstante, su lucha le afectó mucho; la duda, la desesperación, la rabia... inundaban los sentidos de Sargeras, y fue perdiendo la fe, no solo en su misión sino también la visión de los titanes de un universo ordenado, llegando a pensar que el orden era absurdo y que el caos y la degradación era lo único que tenía sentido. El panteón intentó abrirle los ojos a Sargeras, pero fue en vano. Sargeras huyó y aunque el panteón se entristeció por su partida, nunca pudieron haber predicho lo lejos que llegaría su hermano. Así pues Sargeras destrozó las prisiones de los Nathrezim y de todos los demonios que había encerrado, las astutas criaturas se ofrecieron a servirle viendo la oscura maldad y gran poder que había en el. Pero entre las razas demoníacas no había ninguna con algún poder y astucia capaz como para comandar parte de su ejercito, por esta razón Sargeras se fijó en un planeta denominado Argus El planeta estaba habitado por una inteligencia y avanzada raza, los Eredar Sargeras visitó Argus y les ofreció a los 3 Eredar con más renombre; Archimonde, Kill Jaeden y Velen, promesas de un poder incalculable, de nuevas tierras que explorar e investigar, solo con jurarle lealtad. Luego se marchó para que reflexionaran. Kill Jaeden y Archimonde estaban totalmente convencidos por la propuesta, pero Velen no compartía esa opinión. Velen, angustiado visitó un templo sagrado donde guardaban Ata mal una piedra de la cual los de Eredar desconocían su origen pero que emitía un extraño poder. Cuando Velen tocó la piedra, le reveló una visión donde pudo ver como sería su pueblo si aceptaban la propuesta de Sargeras, lo que les había prometido era verdad, pero a un precio. Los Eredar que vio se habían transformado en Man Ari seres corruptos y malévolos. Velen compartió esta visión con Kill Jaeden y Archimonde, pero estos dos cegados por el poder que ofrecía Sargeras, afirmaron que solo era una visión, podría no ser cierta. Velen estaba al borde del colapso, hasta que ante sus ojos, Ata Mal cobró forma. La extraña forma compuesta por una energía de pura luz le reveló que era un Naaru una especie de otro planeta que luchaba contra la oscuridad, su nombre era; Kure. Le dijo que había esperanzas para los Eredar, había una forma de escapar de Sargeras y de la transformación; tenía que reunir a todos los Eredar que pudiera, en la montaña más alta el día más largo del año. Así Velen envió mensajes mentales a todos aquellos Eredar en quien podía confiar, pues temía que si se enteraban Kill Jaede y Archimonde, los atacarían. Talgath fue uno de los primeros con los que contactó. El día más largo del año llegó, Velen pudo comprobar como arriba de aquella cima había apenas unos cientos Eredar, iba a salvar a muy pocos y Talgath aún no había llegado. Cuando llegó Talgath y algunos Eredar, la piedra Ata Mal, que había robado Velen, empezó a brillar. La conversión de Sargeras había empezado y Talgath era uno de ellos, era un Man Ari. Velen, desesperado, elevó con la mano a Ata Mal y por arte de magia la piedra se dividió en siete esferas de colores, creando un campo de fuerza para proteger a los Eredar de los Man Ari que estaban subiendo a la cima. Al instante, una enorme nave luminosa apareció en el cielo abdució a los Eredar y antes de que la nave se fuera, Kure le pidió a Velen que recogiera los cristales de Ata Mal. Kill Jaeden y Archimonde, ahora Man Ari, pudieron ver como sus planes se torcían. Kill Jaeden juró que los encontraría aunque le costara miles de años, mataría a Velen. Sargeras dio a Kill Jaeden la tarea de buscar a las razas más siniestras por todo el universo y reclutarlas a sus filas. Una de las mayores incorporaciones fueron los Annihilan o Señores del foso y su lider Mannoroth el destructor. Por otro lado la lavor de Archimonde sería la de liderar a los bastos ejércitos demoníacos de Sargeras. La locura terminó por consumir a Sargeras, sus ojos, pelo y barba estallaron en llamas, su piel metálica de bronce se partió para mostrar un horno de infinito y ardiente odio. Cuando Sargeras vio que su ejercito estaba listo, le otorgó el nombre de La Legión Ardiente y los envió hacía la gran oscuridad a destruir todo lo que encontraran. Aún no se sabe a cuantos mundos llegaron a destruir.



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