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23.07.2012

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Veterano Nivel 3

puntos 12 | votos: 12
Tras las nubes araña un cielo azul - mientras el sol predica su luz en solitario. Abajo, el mar clama
ahogado, apresado por un horizonte que nunca se acaba. Es en él donde
construyen sus nidos las aves, inconciliables con la finitud. Es en
él donde lloran los barcos y donde se mecen los sueños. Y es ahí,
en el horizonte, donde paseamos sonámbulos en las noches, tratando de
mantener el equilibrio sobre la unidad del mundo.
puntos 7 | votos: 7
El conocimiento otorga grandeza - y es entonces cuando se asciende hasta que la propia voz se torna un
eco imperceptible para quienes atienden a aquellos que predican su
ignorancia más abajo.
puntos 12 | votos: 12
Tiene mirada de fuego - y si la aparta, mi mundo se apaga.
puntos 6 | votos: 8
No creo que el amor sea ciego, - de hecho, no puedo evitar pensar que nos ve y se burla de nosotros,
aquellos cegados por su brillo.
puntos 14 | votos: 14
¿Cómo puedes ser la mejor parte - de mí cuando sólo somos la mitad de lo que solíamos ser?

puntos 9 | votos: 9
Aún se me caen los sueños - más que los párpados.
puntos 11 | votos: 11
El sol sale por el verte - y se pone por el no verte. Aún sigo esperando a que se haga de día.
puntos 13 | votos: 13
Demasiado roto - para dedicar una sonrisa completa.
puntos 10 | votos: 12
Le dio alas - para arrancarle las plumas (y hacerse una almohada para soñar con
alguien que no sea ella); así de crueles son algunos magos. Lo peor
de todo es que sigue creyendo en la magia.
puntos 6 | votos: 6
El papel - ni me escucha ni me lee, sólo sujeta mi mente para que no caiga.

puntos 7 | votos: 7
Reposa en mi cabeza - y despierta cuando suenan los pensamientos. Haciendo ostentación de
su pereza nunca reacciona ante los primeros; es tan vaporosa como las
brumas con las que cubre su figura. Se levanta desarreglada, como una
idea sin pulir, y a veces obvio su presencia mientras renueva sus
energías con un poco de las mías. Más tarde desfila con calma con
mis recuerdos, y los cambia, porque algunos no le sientan bien.
Sale por la puerta y no tiene por costumbre decidir regresar hasta que
la cierro con llave.
puntos 9 | votos: 9
Quien habla de la luna - hace referencia a su tez, pálida y de lumbre onírica. Quien se
adentra en el bosque (no sólo vegetación, sino tierra, arroyos y
atmósfera feérica) bien sabe que visita su mirada; ¡esos pigmentos
que anhela mi paleta! Quien estudió la armonía conoce su cuerpo y el
versado en música habrá escuchado el eco de su voz.
Y mientras tanto ella, tan sola, tan anhelada, tan ajena a todo, hace
algo que no sé bien si es jugar con su cabello o acariciar fuego.
puntos 12 | votos: 12
Una vez en la cima - no mires abajo, sino arriba.
puntos 14 | votos: 14
Me mira - y siento las cuatro estaciones abalanzándose sobre mí.
puntos 7 | votos: 7
La conocía de instantes - y de algunos sueños, sin formalidades. Todos dicen que llega aunque,
siendo frecuente designarse como excepción, yo no la esperaba.
A menudo la imaginaba y, tras ello, la idealiza. Otras, mi cuerpo se
entregaba simplemente a la necesidad de su esencia. 
Por otra parte, la inanidad me representaba. No estaba destruido
porque no había nada que romper, excepto la esperanza de que no fuera
de esas que tienen las manos frías incluso en verano, sin embargo,
como dicen, todo es atreverse. 
La encontré de nuevo un día de esos en los que todo habría
amenazado con derrumbarse si pudiera. Atravesando la carretera, corrí
en dirección a ella y me besó. Lo cierto es que fue un beso frío
para un sentimiento tan cálido.

puntos 21 | votos: 23
A veces lloro - porque las lágrimas no vienen.
puntos 4 | votos: 4
Descubrimos que el tiempo - nos obstruye y tratamos de abandonar el reloj con las arrugas a la
espera. Sin embargo, basta un segundo deslizado con vileza por
nuestros insomnios para que comience de nuevo la cuenta atrás y,
aunque ésta no aparente compendiar lo vivido en una insignificancia,
lo hace. Así pues, tras una fugaz parada en la sustancia del
instante, nos hallamos nuevamente entre la comodidad de los preciso,
con surcos desconocidos en el rostro y recordando fechas.
Resulta curioso cómo llegada la hora, no la que todo el mundo espera,
sino la que nos espera a todos, nadie mira el reloj.
puntos 8 | votos: 8
Esa manía de nombrarme - lo eterno cada vez que se levanta y tomarme la mano cuando corro tras
las prisa. “Contempla el cielo” dice, aunque sus ojos son el
único en el que se despliegan mis alas. Y así, sin volar, vuelvo a
casa tras haber perdido la carrera. Me acuesto y por la mañana tomo
el té sin ningún quiero mientras me pregunto desde cuándo habrá un
pájaro más en el cielo.
puntos 11 | votos: 11
Ya no hablan el mar - ni la brisa. Las luciérnagas no acompañan más su mirada. No
profiere el día un instante en el que sostener las penas. ¿Cómo son
las noches, frías y tempranas, mi manto en la madrugada? 
Aunque acaben las estrellas en una cuerda del arpa... y yo en otra.
puntos 9 | votos: 9
Aún eres un sueño - pero de aquellos que no recuerdas al despertar.

puntos 7 | votos: 7
Dejar de soñarla - aun compartiendo almohada. Ver el blanco en su vestido y olvidar el de
la sonrisa. No quiero un para siempre con desidia ni acabar en sus
labios por cortesía. Detestaría que cruzase el pasillo sin detenerse
en mi caricia, sentir el tacto de la ilusión perdida, que su aroma
encuentre en mi olfato la puerta de salida.
La dejo ahora sin dejar de soñarla, a fin de que el para siempre
abarque lo que tarde en olvidarla.
puntos 3 | votos: 3
Su vestido de aquella noche, - no sé si lo viste. Labios como el fuego, aunque nunca llama. Pasea su
voz de luto por el día sin olas y tiende a los pesares aquellos de
lluvia. Cuenta por la madrugada, que alguna vez llegará a quedarse
dormida, y mientras tanto vela por que alguna estrella de aquella
noche continúe encendida.
puntos 18 | votos: 20
Me levanto cada mañana - por saber si dura más el reloj que el corazón.
puntos 8 | votos: 8
¿Será que el ataúd lo llevo dentro - aunque viva fuera?
puntos 4 | votos: 4
Te explico lo que puedo, - lo que no lleva vestigios de podredumbre y cieno. Aunque siempre
valdrá lo que cualquier otro diga porque creer sin creer no es
cuestión complicada y si hay que fingir con los labios risas, se hace
porque pocos besan la mirada.
Así que, si por casualidad ves algún sentimiento desnudo, no lo
mires, que según parece el corazón es el arte de la palabra
ornamentada.

puntos 8 | votos: 8
No dormía, - veía la madrugada fría cristalizada en mi ventana. Los quería
ahuyentar, a esos sueños que me rodean. Siempre combatir las mentiras
del murmurador silencio que entraba en la noche y se perdía en mis
brazos. 
Porque cada mañana sin dormir, despertaba con el mismo roce en los
labios, que unas veces sabía a lágrimas y otras a sueño olvidado.
puntos 13 | votos: 13
La amaba - como podía amar la belleza de las montañas y del cielo.
puntos 12 | votos: 12
Íbamos a vernos - temprano en el día, mas tarde si se menciona que nos llevábamos
soñando desde hacía más de treinta madrugadas. Nuestra ropa,
primorosamente seleccionada, desprendía una sutil elegancia que
esperábamos complementar con el aroma de la mutua compañía. Un
encuentro planteado de semejante modo en nuestras cabezas: sonrisas,
abrazos, conversación animada y otros elementos de carácter más
etéreo. Un día inolvidable que presagiaría la llegada de otros de
equivalente condición.
---
Esperando ante la estación de tren, mi mente iba reproduciendo las
posibles maneras con las que trataría de sorprenderme antes de que me
percatase de su llegada. No recuerdo el desenlace, mas sí aquel
instante en el que pude contemplar con claridad el rumbo exacto de su
simétrica sonrisa. Tras realizar un corriente saludo nos embarcamos
bajo un tímido silencio hacia las calles que atesorarían nuestro
recuerdo de aquel lluvioso uno de marzo. No tardé en mostrarle el
regalo que llevaba escrito como pretexto una felicitación de
cumpleaños en un bonito papel de postales de distintos lugares. Le
señalé un recuadro en el que figuraba Venecia, esa ciudad italiana
que constaba en nuestros vagos sueños de futuro. 
El día transcurrió apaciblemente con nosotros perdidos por el lugar
bajo un mismo paraguas y, más adelante, viendo una película cuya
temática era de interés mutuo. Caminamos, descansamos, reímos y
escuchamos una canción que quedaría grabada para siempre en mi
memoria. Permaneció a mi lado cuando nos reunimos con sus amigos y en
la fría oscuridad donde tuvimos que aguardar prolongadamente hasta
que me marchase. No reuní valor para pedirle un abrazo pero sí para
ofrecerle el regalo. 
Un instante antes de mi partida me preguntó con mirada desesperanzada
si nos volveríamos a ver. Por supuesto que sí. ¿O acaso no era
aquel el día que presagiaría la llegada de otros de equivalente
condición? Le dediqué un último adiós y me retiré fantaseando con
ese futuro cercano que, al final, jamás llegaría.
puntos 7 | votos: 7
Quedan días por vivir - que no contemplaremos con esta mirada misma. Estrellas que ver
envejecer mientras fijamos nuestro pequeño punto de fugacidad en la
Tierra. Noches eternas, eternas como el suspiro de una ola. ¡Y
colores! hay colores que nuestra retina aún desconoce. 
Nos queda la vida y el anhelo de estrenarla, porque los amaneceres se
consumen mientras el presente lejano nos apresa.
puntos 4 | votos: 4
La guerra - de los Reyes Nuevepeniques, así la llamaban, aunque no vi ningún rey
ni gané un penique. Pero era una guerra. Era un guerra.

puntos 9 | votos: 9
Llora ahora, aún que conservas - la embriaguez de las penas. Antes de que comiences a percibir el
endurecimiento de tu corazón y éste se torne estéril y abandone su
magia.
puntos 6 | votos: 6
Me pregunto por qué - en lugar de devolverle el gesto cuando se alzan las comisuras de sus
labios, son mis ojos quienes responden con retraso en el silencio de
una habitación vacía.
puntos 9 | votos: 9
Y si pudiera preguntar, - preguntaría si mi nombre equivale o es semejante a la traducción de
dicho silencio.
puntos 6 | votos: 6
Danza etérea - con los pies sobre el fuego, sosteniendo la vana esperanza de ser
ceniza, el vestigio de un deseo.
puntos 5 | votos: 5
En este estado - el silencio es un crimen y el sonido una condena. Todo orbita sosegado
entorno a mi ser, lo cual resulta tremendamente irritante, pues en
este estado la calma se manifiesta mortífera. Las palabras caen, el
tedio asciende y el tiempo no llora por los relojes perdidos.
Desconfío del dolor ausente mientras abrazo oraciones sin coherencia
y analizo la diferencia entre ser buena persona y una persona buena.
Puesto que la música calla me sentencian a cadena perpetua, aunque en
el fondo sé que sólo es temporal.

puntos 9 | votos: 9
Todos caminábamos - con la misma indecisión y con el mismo sentimiento de olvido. Todos
veíamos los mismos vestigios de dolor decorando las calles cuya
monotonía persistía incluso en nuestras mentes. Todos
contemplábamos las mismas estrellas, cuestionábamos una realidad
semejante y escuchábamos una misma melodía repetitiva cada amanecer.
Todos callábamos, sentenciándonos a ejecutar dicho proceso hasta
perecer junto a nuestro artificial silencio.
puntos 4 | votos: 6
Desfilan pesarosos - los fieles siervos del recuerdo por las calles sin nombre, entre el
gentío sin rostro. Unas palabras reposan lejanas en las cenizas del
eco y una música remota languidece hasta abrazar su destino de
silencio. Las aguas reflejan lugares sin dueño y se preguntan si, de
un modo u otro, regala la alegría que perece su sonrisa a otro.
puntos 1 | votos: 1
El espacio se perfora - con cada suspiro. La capacidad para producir lágrimas parece
dilatarse. Los párpados se abrazan en busca de consuelo, erradicando
el campo de visión. La ceguera se hace con el control total del
cuerpo. Un paso en la dirección errónea. Todo está perdido.
puntos 6 | votos: 6
Puede volver el sonido al acorde, - el agua evaporada al interior del mar mas la palabra, una vez dicha,
es incontrolable hasta que cesa su tempestad.
puntos 3 | votos: 3
Que no te importe - lo que los demás piensen de ti porque nadie piensa en ti.

puntos 10 | votos: 10
No me preguntes qué hago, - en qué invierto mi tiempo y mucho menos cuáles son mis planes para
el futuro porque la verdad es que no lo sé. Estoy sumido en algo que
designo como un estado de inconsciencia pero que a la vez concibo
vehementemente. Si me fuerzas a responder, tal vez afirme que dedico
mis horas a escapar de dicha inanidad. Si sería o no cierto, lo
desconozco. Únicamente soy consciente de que el tiempo, o bien su
concepto en sí, fluye de manera que aísla mi ser pero que, de un
modo u otro, indice directamente sobre él.
puntos 4 | votos: 4
Acostumbro a buscarte - en la calma que sostiene al firmamento, en el significado que otorgan
los suspiros al anhelo, en el eco que proyecta una hoja ante el
contacto con el suelo. De modo que acostumbro siempre a hallarte en lo
recóndito del pensamiento, en el perfil de una lágrima posicionada
en ángulo incierto, en lugares que únicamente se adaptan al contorno
silencioso del recuerdo.
puntos 4 | votos: 4
Puedo deshacerte en mi mente, - descomponerte en piezas, jugar a reconstruirte. A veces creo una
versión mejorada de tu perfección, una que no se marcha. Más tarde
comienzo a manipular las piezas para anular otros defectos, tus
manías, tus prisas. Acto seguido abro los ojos y, al contemplarte,
advierto que sería una gran tragedia que  dicho proceso se trasladase
a la realidad.
puntos 3 | votos: 3
Al paso fugaz que grabo - en este terreno somnoliento, al camino sedentario que observa mis
intenciones avanzar, les concedo el beso del tiempo y les otorgo mi
pequeño fragmento de eternidad.
puntos 3 | votos: 3
A veces divago errante - por el contorno de una estrella y esa estrella me presta como consejo
que si divagar quiero, en tus ojos se halla el brillo del contorno en
el que me pierdo.

puntos 4 | votos: 4
Podría haber preguntado - sencillamente dónde encontrarte pero el hecho de tener que buscar
resultaba demasiado tentador. Era un reto poético.
puntos 5 | votos: 5
Cada día se nos presentan, - continuamente, numerosos exponentes de la tragedia. Son como un grito,
la proclamación de la gracia perdida que aún nosotros poseemos y de
la que no somos conscientes hasta que de un modo u otro dicha tragedia
se asienta en nuestra piel.
puntos 4 | votos: 4
El calor es... caluroso. -
puntos 9 | votos: 9
¿Qué son los sueños? - ¿Qué es el amor? ¿La amistad? ¿La inteligencia? ¿El odio? ¿La
libertad?
Estas nociones pueden ser expuestas de una infinidad de maneras, por
lo que se pueden abrazar múltiples definiciones. Sin embargo, el
hecho objetivo es que todas y cada una de ellas emanan del individuo
en sí. La cuestión ahora son los motivos que inducen a que dichas
ideas broten de él. ¿Por qué sueña? ¿Por qué ama? ¿Por qué
protege sus amistades? ¿Por qué cultiva su inteligencia? ¿Por qué
profesa ese odio? ¿Y esas ansias de libertad? Aunque se pueda
elaborar la respuesta la raíz de ésta es simple y obvia: por él,
nada más que por él. Somos seres egoístas.
puntos 7 | votos: 7
Mi problema consiste - en que siempre que percibo o hago realidad la posibilidad de obtener
algo que creía que quería, sea una pareja, un piso, un empleo,
educación, dinero y así sucesivamente, me parece tan aburrido y
estéril que ya no lo puedo valorar.





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