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GeekVeterano Nivel 3

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Siempre temí morir solo - Por eso me hice conductor de autobús
puntos 1786 | votos: 2018
Ser gay o bisexual - NO es una enfermedad. Son otras maneras de ver la sexualidad.
puntos 5 | votos: 5
Las aficiones - son las que consiguien unir a personas
puntos 15 | votos: 15
Un simple tequiero - Mi diario de hace 5 años .




C A P I T U L O  7



Su pelo largo y sedoso se movió pausadamente mientras dirigía su
mirada hacia mí. 
- Y esta es...
Esas palabras me dolieron mucho. No era un objeto y ella me trataba
como si lo fuera.
- Me llamo Ruth.
Las palabras no me salieron con demasiada firmeza, porque se empezó a
reír de mí.
- ¿Cómo que paseas con ella? ¿Te da pena, Adrián?
Sus frases estaban llenas de maldad. Y, sin apenas conocerla, supo
cómo era.
- Me voy, he quedado con las chicas para ir de shopping. Chiao!
La miré, asombrada. ¿Cómo podía ser tan...así? Es decir, era una
malísima persona pero...¿cómo podía ser tan jodidamente guapa?
Rubia, pelo largo, ojos azules, labios rosados...Alta, delgada. Una
diosa, vamos. 
Mientras pensaba en esto, no me dí cuenta de que Adrián había
estado en todo momento presente, mientras ella me humillaba.
No lo entendía, ¿por qué no me había defendido? Es más, ¿quién
era exactamente Malena?
Adrián tenía la mirada clavada en el suelo. Parecía avergonzado. 
- Adrián, ¿quién es?
Seguía con la mirada puesta en el suelo. No podía entender nada.
- Adrián...
Me miró y entonces lo supe. No supe porqué, mis ojos se llenaron de
lágrimas. Me ardían las mejillas, rojas como el fuego. Las manos me
pesaban. Mi boca se secó. Y, patinando, me marché.
Cerré la puerta de mi casa con un portazo. Ni Jimena ni mamá habían
vuelto todavía. Eso me daba tiempo para quitarme lentamente los
patines, de guardarlos, de ducharme, de cambiarme de ropa. Y de
llorar. No sabía por qué lloraba, simplemente lo hacía. Y me
extrañaba. Apenas lo conocía, solo unas cuantas horas. Pero, aunque
no quería admitirlo, lo sabía. me había enamorado.
Las gotas que salían del grifo refrescaron mi rostro, empapado ya de
lágrimas sin sentido. Me había imaginado un mundo en el que poder
estar los dos solos, sin nada ni nadie que nos lo impidiera. Pero,
claro. ¿Cómo iba a estar un chico así sin pareja? No lo había
parado a pensar. Por eso me había afectado. Por eso.
Mientras salía de la ducha, pensaba en pedirle consejo a Irene. O a
Lucía. Por lo que cogí el ordenador, pensando en si me habrían
respondido al mensaje.
Encendiendo. Encendiendo. Google. Tuenti. E-mail. Contraseña.
Dos mensajes privados. 
El corazón comenzó a latirme fuerte. Cliqué encima de ellos. Uno
era de Lucía. Otro de Irene. Los abrí, por orden de antigüedad.
Primero el de Lucía.
En cuanto acabé de leerlos, pude respirar. No sabían por qué estaba
tan mal por no haberme despedido de ellas en una situación tan grave.
Y ya que todo estaba como antes, decidí contarles, minuto a minuto,
mi problema.
Una petición de amistad. ¿De quién sería?






C O N T I N U A R A . . .
puntos 4 | votos: 4
El entretimiento - que va a perdurar para siempre, que te entretiene noches, tardes y
mañanas. Lo unico que necesitas unas hojas llenas de palabras de
amor, historias, fantasias, misterios y mucho más.

puntos 6 | votos: 6
Porque - si las miradas matasen más de uno estariamos muertos e incluso rematados
puntos 13 | votos: 13
Un simple tequiero - Mi diario de hace 5 años .







C A P I T U L O   6






Toqué la pulsera. Estaba fría. Pero era preciosa. Dirigí mi mirada
a la ventana y vislumbré su casa. Apenas se veía bien (todavía no
había levantado la persiana de una de las ventanas). Lo hice, pero
él tenía cerrada la suya. Seguiría durmiendo. 
Me puse las zapatillas de andar por casa. Eran suaves y tenían
dibujado un gatito en cada una. Me levanté, me estiré. Vi el
ordenador. E, inmediatamente, me acordé de Lucía y de Irene. ¿Cómo
estarían? Me había ido sin decir nada, sin despedirme siquiera. No
me lo perdonarían nunca.
Le di al botón para encender mi portátil. Mientras se cargaba,
pensaba en lo que les diría. Tenía un lío en mi cabeza que me
impedía pensar.
Tecleé la contraseña del aparato. Inmediatamente se encendió. En mi
fondo de pantalla se veía una foto que había puesto la semana
pasada. Salíamos las tres, inseparables. Hasta ahora. Todos los
recuerdos asaltaron mi mente. Pero los aparté, hice clic en Google
Chrome y puse “tuenti”. Puse mi e-mail y mi contraseña. Hoy
cumplía años mi prima Natalia. La felicitaría después. Ahora
estaba ocupada, escribiendo a mis dos mejores amigas.
Un mensaje hizo vibrar mi móvil. ¿De quién sería? Mis ojos se
agrandaron cuando comprobaron que era de Adrián. ¿Cómo tenía mi
número? Que yo recordase, no se lo había dado…
“¿Te apetece patinar?”
Claro que me apetecía, tenía necesidad de hacer algo, de moverme, de
eliminar el nerviosismo por Lucía e Irene y lo que contestarían al
mensaje.
“Claro”.
Tras varios segundos, mi teléfono volvió a vibrar, a la vez que yo
pegué un salto.
“Dime una hora y ahí estaré, tan pesado como siempre”.
“Jajaja, no eres pesado. Pues, ¿qué te parece a las diez?”
Eran las nueve y media. Ya era hora de desayunar. Jimena estaba
llamando a mi puerta.
-¡A desayunar!
Cuando salí de mi cuarto, un olor a tostadas recién hechas me
recibió. ¡Qué rico! Pero antes tenía que arreglarme. ¿Qué
escojo? Tenía que sacar algo de la caja de ropa, pero no sabía qué.

Me duché y, tras unos minutos, escogí una camiseta celeste de manga
corta, de DC con el símbolo en azul marino y unos pantalones azul
marino. Mis patines, negros, completaban el look. Me hice un moño
práctico, me pasé un poco el rímel por las pestañas y me lavé los
dientes y la cara. Descalza y con los patines en la mano, bajé al
piso de abajo.
Cogí unas tostadas de mantequilla, un vaso de zumo y un par de
galletas. Mi móvil y las llaves. Me puse los patines.
El sordo ruido del timbre resonó en mis oídos. Era él. Jimena me
miró, extrañada. Mamá comenzaba a estar de buen humor y eso me
gustaba. Se iban las dos a realizar unas comprar al centro comercial.
Volverían para la hora de comer, me dijeron.
Nos despedimos y salí por la puerta. Adrián me recibió con un
“hola, ¿qué tal?”. Asentí, demostrando que estaba bien. Nos
quedamos inmóviles unos instantes, pensando qué hacer. Al mismo
tiempo, los dos comenzamos a patinar. Él parecía acostumbrado a los
patines, por lo que lo hacía bastante bien. Yo, en cambio, hacía
tiempo que no los cogía y parecía un pato mareado. En ocasiones
estuve a punto de resbalar y caer, pero siempre conseguía mantener el
equilibrio. Con todas estas “casi” caídas nos reímos mucho, la
verdad. Hablábamos de cosas como que de dónde veníamos, a qué
colegio íbamos. Cosas generales que no nos importaban. Estábamos los
dos, solos, patinando. Solos. ¿Solos?
-Hola Adri.
Una voz se dejó oír cerca de nosotros. Giré la cabeza. ¿Quién
era?
-Hola Malena.
Adrián la conocía. La tal Malena le conocía. Se conocían. ¿Dónde
estaba ella? Allí. Me quedé sin aliento. No sabía qué hacer.
Malena me miraba mal. Me miraba con odio. Me miraba con recelo. Me
miraba como…como quien mira a una chica con su novio.



C O N T I N U A R A . . .
puntos 23 | votos: 27
Un simple tequiero - Mi diario , de hace 5 años ·













































































C A P I T U L O 1















Una fuerte sacudida me obligó a despertarme, abriendo rápidamente
mis ojos. Apenas me hube incorporado, Jimena comenzó a mirarme. Yo,
sin saber por qué, miré a mi madre, que conducía el coche. Llevaba
la misma ropa que ayer, cosa que me extrañó, porque era muy coqueta.
Su pelo, normalmente estupendo, carecía de brillo, y sus ojos estaban
rojos e hinchados. Ahora lo recordaba todo.
Ayer, viernes día 4 de noviembre, como otros cualquiera, había
clase. Así que, como todos los días, mi hermana pequeña Jimena y yo
nos marchamos. Todo era normal: Irene y Lucía seguían siendo mis
mejores amigas, Marta seguía siendo la popular de la clase, Pablo
me seguía gustando...
Cuando llegamos a casa, mamá había recogido todas las cosas, y las
había metido en el coche. No fue hasta unas horas después cuando nos
enteramos de que papá le era infiel a mamá, cuando ella misma nos lo
dijo. No me lo podía creer. Y lloré. Lloré hasta no tener más
lágrimas. Lloré hasta...que me quede dormida, con el runrún del
motor. ¿Hacia dónde íbamos? Ni idea. Sólo esperaba que todo fuera
una pesadilla, que nada fuera real, que todo fuera normal.
Y, mientras meditaba, el coche se paró. Habíamos llegado al destino,
a una nueva ciudad. Habíamos abandonado nuestro pequeño pueblo, para
comenzar a vivir en Ordino. La casa era espaciosa, grande y con
jardín. Hubiera gritado de alegría si no fuera por lo de mis
padres...
Comenzamos a descargar las cosas del coche, para meterlas en casa.
Pero Jimena tropezó y cayó. Y con ella, todas las cosas de la caja
se fueron al suelo. Ella comenzó a llorar y la cogí en brazos. ¡No!
Mi cajita de cristal se había roto. Era muy especial para mí, me la
regaló mi abuela por mi cumpleaños. 
Metí en casa a Jimena y, cuando fui a recuperar mi cajita, no estaba,
se había esfumado. Ahora sí, no entendía qué pasaba. 
Así qué me tumbé en mi cama, recién puesta y me dormí.
Un timbre agudo me levantó de mi colchón. Era el timbre. Aún con el
pijama de cerditos puestos, abrí la puerta. No había nadie. Un
gracioso habría llamado, el mismo que había robado mi caja...la
caja. Allí estaba, en la puerta, mi cajita arreglada y con una nota.
Ponía Espero que te guste.
Una sonrisa apareció en mi rostro. ¿De quién sería?¿Tal vez un
chico? Cerré la puerta de casa, con una sonrisa de oreja a oreja.





















C O N T I N U A R A . . .
puntos 26 | votos: 26
Un simple te quiero - Mi diario de hace 5 años .











C A P I T U L O 3




Tuve que parpadear unas cuantas veces para poder darme cuenta de
dónde estaba. Y aun así, seguía aturdida.
-¿Sí? ¿Qué querías?
Su voz era una dulce melodía que llegaba a mis oídos. Sus ojos,
mirando los míos, brillaban. Eran de un verde esmeralda que
hipnotizaba. Su pelo, cuidadosamente despeinado, recibía los
destellos del Sol que alumbraba ese día de mayo. Era de un castaño
precioso…
-¿Hola?
Qué corte. Todo este tiempo de pie, como una boba mirándole…
-Hola, me llamo Ruth. Soy nueva en el vecindario. Y, bueno, quería ir
a comprar algo de pintura para mi cuarto pero no sé por dónde ir,
sinceramente.
-Ah, os vi entrando en casa. Justamente acababa de llegar de dar una
vuelta con los amigos.
Una sonrisa nerviosa salió de mis labios. ¿Podría ser…?
-Bueno, si quieres, te acompaño a la tienda más cercana donde venden
pintura. Es más, aunque no quisieras, te acompañaría.
Asentí. ¿Cómo rechazarlo? Esperé a que cogiera su cartera y nos
fuimos, juntos, dos completos desconocidos que sentíamos que nos
conocíamos de toda la vida. 
-¿Sabes? Me encanta tu camiseta.
-Gracias. Me la compré en una viaje a Francia.
No sabía qué contestar. Estaba muy nerviosa, y todo era desconocido
para mí.
-¿Te gustó la caja?
Mi corazón se paró por un segundo, para luego seguir latiendo a una
velocidad vertiginosa.
-Sí, gracias. Era una caja muy especial para mí, me la regaló mi
abuela materna en el último cumpleaños al que asistió antes de
morir. Era su objeto preferido. Y cuando vi que se había hecho
añicos…Muchas gracias, de verdad.
-No es nada. Se me da bien arreglar cosas. 
Ya se comenzaba a divisar las primeras tiendas de la ciudad, y la
gente se movía, con prisa, por las anchas calles de Ordino. Me
comenzaba a gustar mi nueva localidad. Bueno, digamos que no me
disgustaba del todo. Echaba de menos a papá, y sentía pena por mi
madre y Jimena. Mi hermana era muy pequeña todavía, sólo tenía
nueve años, y no me parecía justo que tuviera que sufrir por una
mentira ajena a ella.
-Ya hemos llegado.
Me sacó de mi ensimismamiento esa frase. Exactamente, ya habíamos
llegado. Entramos al establecimiento y, tras unos minutos, acabamos
por elegir el morado y el rosa para mi habitación. Encargamos varios
botes y nos marchamos, tras mandar que lo mandaran a casa.
Fuera comenzaba a refrescar, aunque era aproximadamente la hora de
comer. Inconscientemente, tirité varias veces: no me había llevado
ninguna chaqueta.
Mientras me protestaba a mí misma, noté como una mano rozaba
cuidadosamente mi hombro. 
-¿Qué…?
-Creo que tienes frío. 
-Gracias.
Su chaqueta olía a algo indescriptible, de un olor adictivo. Me
encantaba. No quería que me viera aspirando ese olor tan…tan suyo.
Le sonreí, como muestra de mi agradecimiento.
-Tienes una sonrisa muy bonita.
Todos los colores se concentraron en mi rostro. ¿Cómo podía
hacerlo? 
Un suspiro se escapó de mi boca, y un destello de sus ojos. Y…
¿qué? Ah, mi móvil.
-¿Sí?
-Ruth, ¿dónde estás?
Mi madre. Había olvidado que se hallaba en casa, aguardando mi
regreso.
-Estoy todavía en el centro. Ya he encargado la pintura.
-¿Vas a llegar a tiempo para comer?
-No lo sé. 
Miré a mi acompañante. Me miraba. Y sonreía. Susurrando, me
preguntó que si quería comer con él. 
-Mamá, creo que aquí hay un restaurante cerca. Vuelvo después de
comer. ¡Adiós!
-Adiós, ten cuidado.
Colgué el teléfono. Nos miramos. Y comenzamos a reír, sin motivo.
Nos dirigimos al Mc Donalds más cercano, donde pedimos dos menús.
Mientras dábamos buena cuenta de ellos, no parábamos de hablar. Era
tan interesante…
-Por cierto, perdóname. Creo que no me he presentado. Soy Adrián.
Adrián. Me comenzaba a gustar ese nombre. Adrián.












C O N T I N U A RA . . .
puntos 18 | votos: 18
Un simple tequiero - Mi diario de hace 5 años .







C A  P I T U L O 4







Nos habíamos quedado mirándonos como dos tontos. Y, cuando nos dimos
cuenta, los dos comenzamos a reír a la vez. Nos levantamos, tiramos
la basura en su correspondiente cubo y devolvimos las bandejas a su
sitio. Abrió la puerta y me ofreció pasar antes que él. Un
“gracias” se escapó de mi boca, con una correspondiente sonrisa
en su cara.
Una vez estuvimos en la calle, nos pusimos, inconscientes, a andar.
¿Hacia dónde? Sinceramente, no lo sabía. Pero al estar con él,
daba igual adonde fuéramos.
En una mirada furtiva, vi cómo saludaba a un grupo de niños que
pasaba por la otra acera. Giré la cara, no quería que me viera
espiándole. Me sentía como una niña pequeña, expectante ante tu
ídolo. 
-¿Quieres ir a la mejor heladería de la ciudad?
-¡Vale!
Me quejé a mí misma mentalmente el haber dicho ese “vale” con
tanto entusiasmo, no quería que me viera desesperada, ni mucho menos.
Y, pensando en esto, llegamos a la heladería.
Mientras me sentaba, Adrián fue a encargar los helados. Era un cielo,
me había invitado al McDonalds y encima quería invitarme al helado.
-Bueno, ya he vuelto- dijo, con una de sus mejores sonrisas.- Espero
que me hayas echado de menos.
-¿Cómo no?
No sé de qué estuvimos hablando, tal vez de nuestras aficiones, tal
vez del tiempo, tal vez…No lo sé, tras unos segundos, ya me había
perdido en sus ojos: verdes como una esmeralda, brillantes como el
Sol, especiales. Suyos.
-Y aquí traemos el helado especial de la casa.
Miré y miré los objetos sobre la mesa. ¿Un helado? Que yo supiera,
éramos dos personas.
-Perdona, pero, tras pagar la comida en el McDonals, sólo me quedaba
dinero para uno.
Parecía avergonzado, me rehuía la mirada, pero yo le busqué, para
sonreírle. No quería que se sintiera mal, además, obviamente, sólo
llevaba dinero para su comida, no tenía previsto invitarme.
-No pasa nada – dije, sonriendo.
Le agradó mi conducta, se le notaba. Y comenzamos a comer, sin prisa
y saboreando, nuestro helado. Pronto comenzó a hacer bromas otra vez.
Seguía siendo Adrián. Ese Adrián al que había conocido hacía unas
horas y del que ya me había enamorado irremediablemente. 
-¿Qué?
Mientras estaba absorta en mis pensamientos, me había manchado la
nariz con helado. 
-¿Sabes? Eres una malísima persona – dije, poniéndome seria.
-Lo siento, no quería parecer grosero.
Y, mientras decía esas palabras de arrepentimiento, con mi cuchara,
le manché la suya.
Pronto, nos comenzamos a reír, a carcajadas, sin importarnos las
miradas de los allí presentas. 
Y, cuando terminamos, nos miramos profundamente, esperando a que
alguno de nosotros dijera esas palabras que no nos atrevíamos a
pronunciar…











C O N T  I N U A R A  . . .

puntos 23 | votos: 23
Un simple tequiero - Mi diario de hace 5 años .



































C A  P I T U L O 2









Cogí la leche de la nevera con la mano derecha. En la izquierda
tenía todavía mi cajita, ya arreglada. Sentía como si flotara en
una nube de algodón. ¿Quién sería la persona que me la había
arreglado? Sin dudarlo, me gustaría conocerla.
Y así estaba, pensando en un mi héroe, cuando entró en la cocina mi
madre, seguida de Jimena. Ambas tenían sueño todavía, se notaba. Mi
hermana se sentó a mi lado, bostezando.
-¡Eh! Esa es tu cajita. No está rota.
-Ya, me la he encontrado en la entrada.
No quería que mi hermana notara mi entusiasmo, así que utilicé mis
dotes de actriz. Mi madre, mientras nosotras hablábamos, permanecía
callada, sorbiendo poco a poco su café. Seguía con los ojos llorosos
e hinchados, pero parecía algo menos triste. Tal vez se había dado
cuenta hacía tiempo del engaño. Pobre. Y pensar que mi padre, al que
tanto quería…
Bueno, no quería pensar en cosas tristes. Así que centré mi mente
en un tema de extrema dificultad: dentro de poco empezaba el instituto
de nuevo. Creo que mi madre se dio cuenta de que mi padre la engañaba
hace tiempo, por eso tengo plaza en este instituto, porque la echó
anteriormente. ¿Qué me pondría para el primer día? Pensé pedir
ayuda a Lucía y a Irene pero no estaban junto a mí. En ese momento,
empecé a temblar. ¿Qué haría sin ellas? No me lo podía imaginar.
Toda la vida juntas…
Subí las escaleras que llevaban al piso de arriba rápidamente, y
entré en mi habitación. Era muy grande, tenía cuarto de baño
propio y terraza. Todavía no habíamos pintado las paredes ni
colocado cosas, por lo que me sentí sola, sin mis amigos de siempre. 
Abrí la maleta. Todo estaba revuelto y desordenado, como mis
pensamientos. Así que decidí coger mis vaqueros pitillo y mi
camiseta de Starbucks. Quería empezar a poner orden en mi vida.
Llegué al baño, me lavé los dientes, me lavé la cara y me hice una
coleta. Me puse mis sandalias preferidas, unas con tiras verdes. Y
salí de casa, después de despedirme de mi madre y de mi hermana.
Fuera hacía calor, soportable por la brisa que llegaba desde el mar,
no muy lejos de la ciudad. Me sentía bien y con ganas de reír. Iba a
comprar pintura para mi cuarto. Quería empezar a llenarlo de
recuerdos cuanto antes pero…¿por dónde voy? Había olvidado mi
ignorancia, no sabía hacia dónde ir. 
Tras un rato pensando, decidí ir a preguntar a una casa vecina. Era
más o menos como la nuestra, solo que estaba rodeada por unos cuantos
árboles enormes que protegían la casa. Cuanto más me iba acercando,
más nervios sentía. Qué bobada. Llamé a la puerta. ¿Qué diría?
“Hola, me llamo Ruth, no sé adónde ir para comprar…”. 
-¿Sí?
Una voz sonó cerca de mí. Levanté la cabeza. Era él. Sus ojos, su
boca…Lo sabía. Sin dudarlo. 
Fue entonces cuando una sonrisa tonta salió de mis labios. Y me
sonrió.
















C O N T I N U A R A . . .
puntos 1920 | votos: 1966
Realidad diaria -
puntos 3 | votos: 3
Leer etso y sintetre - cmoo si tdoo lo que has etudisdao (de otrorgaifa) no srivirea praa ndaa
puntos 5 | votos: 5
Los amigos - son como los dedos meñiques de los pies no sabes para que sirven,
pero no los quieres peder
puntos 56 | votos: 56
Gracias... - Por existir.

puntos 6 | votos: 6
20 N -
puntos 8 | votos: 8
Mentiras, que nadie cree - +¿En que piensas?
-En nada
puntos 6 | votos: 6
A veces a lejarte - de las personas que queremos nos hace dar nos cuenta de cómo eran.
puntos 16 | votos: 18
Libros, - amigos que siempre estarán allí, a los que siempre puedes recurrir y
cuyos mundos te trasladan lejos de la realidad. Si quieres huir, ¿Por
qué no huir al interior de uno?
puntos 3 | votos: 5
Jude - uno de los personajes de inazuma eleven que no sabremos como  son sus ojos

puntos 11 | votos: 11
Sabias que... - Amsterdam es una ciudad hecha a pedazos, está formada por 90 islas
conectadas pro 400 puentes.
puntos 4 | votos: 4
Locos de remate, - pero se lo pasan en grande
puntos 7 | votos: 7
El hombre mas loco del mundo - y el unico atrevido en realizar sus sueños
puntos 8 | votos: 8
Para algunos tontadas - Para otros un entretenimiento en clases
puntos 8 | votos: 8
El tiempo no existe - por eso no hay que perderlo

puntos 3 | votos: 3
Los recuerdos - de nuestra infancia guardados en un album es lo mejor que podemos
tener
Y sobre todo lo mejor sera cuando les enseñanos las fotos a tus 
hijos y se queden con cara de estos no son mis padres o por lo menos
los que yo conozco
puntos 12 | votos: 12
Por esos cabrones - que te agarran por el tobillo cuando subes las escaleras y haces lo
que sea por no caerte
puntos 10 | votos: 10
A veces desearía - que alguien me encontrara por ahí hasta entonces caminaré sola.
puntos 14 | votos: 14
Momentos - en los que prefieres estar a solas. En el que sientes que el mundo
esta en tu contra, y que no merece sonreír. Aunque siempre habrá
alguien que te ayudara a valorarte y a quererte. Y saber que sacar una
sonrisa no es tan difícil.
puntos 6 | votos: 6
Solo - viendo tu mirada puedo saber como estas, pero prefiero que me lo digas
tu y así saber que confias en mi.

puntos -1 | votos: 3
pasarlo engrande - no tiene ningun precio
puntos 2035 | votos: 2149
¡A la mierda los estudios! - ¡Voy a ser pirata!
puntos 3470 | votos: 3520
¿Habeis notado que - las personas tristes, son las que tienen la sonrisa más bonita?
puntos 1822 | votos: 1922
¿Me das tú número? - No por nada, solo para guardar tus datos en mi pokedex.
puntos 2928 | votos: 2960
Persona ingeniosa - que tiene toda la razon.

puntos 1947 | votos: 2021
Hace 5 años          Ahora - Eres un friki, con esa gorra de Batman.                  Joder, tío como mola esa gorra!
puntos 6 | votos: 6
Felicidad 2 - es cuando os veo sonreir, cuando os ayudo aunk sea una tonteria,
cuando os hago reir a carcagadas. ESO PARA MI ES LA MAYOR FELICIDAD
DEL MUNDO. 
Vosotras mi Reina, mi Artista, mi Tonta, mi Vida, mi Nieta, mis
Primas, mis Raqueles...
puntos 11 | votos: 13
Eres diferente a los demás... - ...Pero ser diferente no te convierte en el mejor
puntos 4 | votos: 4
R.I.P - Tu vida una muerte indefinida, la muerte una vida más en el infierno
puntos 6 | votos: 6
-Cada vez que te veo - llevas una sonrisa en la cara y mira que no nos conocemos, pero aun asi la llevas

puntos 4 | votos: 4
Sentirte como si tus alas - estuvieran cerradas para seguir volando y caer al vacío
puntos 6 | votos: 8
Esas películas - que te hacen la infancia mas entretenida y fantastica
puntos 23 | votos: 23
2 girls 1 ice-cream - no creo que vendan muchos helados...
puntos 4 | votos: 4
Noches - En las que solo mirando a las estrellas te entra ganas de sonreir,
En las que te entran ganas de reir,
En las que te entran ganas de llorar,
Noches puras en las que los sueños se hacen realidad
puntos 12 | votos: 12
Abrefacil - los cojones

puntos 11 | votos: 11
Para mí - el mejor actor del mundo
puntos 5 | votos: 5
MUSIC, - ALEGRÍA
puntos 10 | votos: 10
Puede que a veces - sea un poco tonto pero a tanto no llego
puntos 6 | votos: 6
verdades - Un lobo puede convertirse en perro lobo, pero nunca será un perrito faldero
puntos 4 | votos: 4
La mejor película de la historia - -Se han comido al tío Joni
+ Con patatas o sin patatas, does the cuestion





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