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20.10.2012

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puntos 5 | votos: 5
No estoy loco, - mi madre me hizo un test...
puntos 2 | votos: 2
Los principes azules... - solo existen en las películas,
y por lo que veo, 
las amigas de verdad también.
puntos 2 | votos: 2
Algún día... - Acabaré explotando y soltando 
todo lo que pieso...
puntos 60 | votos: 60
Ser valiente no consiste - en no sentir miedo, sino en sentirlo y aún así continuar adelante.
puntos 12 | votos: 12
Yo tambien quiero que me diga... - Que mona estás cuando te enfadas...

puntos 2 | votos: 2
En la vida... - Hay que aprender a superar los obstaculos
sean lo duros que sean
puntos 12 | votos: 12
Por esas preguntas... - En las que la respuesta es obvia
puntos 8 | votos: 8
A veces la felicidad... - No se encuentra en la persona a la que amas,
sino en los momentos que pasas con ella.
puntos 19 | votos: 19
Cada uno vive como quiere - y como puede, a pesar de lo que piensen unos y digan otros.
puntos 8 | votos: 8
Esta vida se trata... - De no mirar atras y de disfrutar
todos los pequeños momentos que el día nos ofrece.

puntos 4 | votos: 4
Cuando te digo - -Tengo frio
Es para que me abrazes,
 no para que me des un suéter oloroso
puntos 5 | votos: 5
Duele saber - Que para esa persona hay cosas más importantes
que tú.
puntos 7 | votos: 7
Nacimos - para ser felices, no para ser perfectos.
puntos 6 | votos: 6
Por esos amigos... - Que les dices mira disimuladamente
Y giran la cabeza como la niña del exorcista...
puntos 4 | votos: 4
SONRIE :) - Ya verás lo divertido que es 
destacar del resto de la gente

puntos 0 | votos: 0
Mi personalidad es quien soy, - Mi actitud depende de ti...
puntos 8 | votos: 8
La distancia, - separa cuerpos, 
no corazones...
puntos 2 | votos: 2
Que te quieran... - Y luego te ignoren, eso, DUELE.
puntos 2 | votos: 2
Miles de sentimientos, - pensamientos, emociones, palabras, decepciones...
Y todos ellos, expresados con tan solo una mirada.
puntos 9 | votos: 9
Niños pequeños... - Probablemente las personas  más inocentes que existen...

puntos 9 | votos: 9
Esa canción que te recuerda a él - y que desde que te diste cuenta de que estabas enamorada, la escuchas
una y otra y otra y otra vez..
puntos 2 | votos: 2
No es oro todo lo que reluce... - A veces, las pequeñas cosas, son las que de verdad relucen.
puntos 5 | votos: 5
El amor de verdad... - No tiene final feliz, simplemente
no tiene final.
puntos 6 | votos: 6
Lo que acecha en los campos - Fue solo hace algunas semanas que los bultos de paja empezaban a
alejarse de la casa. Cada mañana cuando despertaba, cada bulto se
movía algunos metros del lugar donde se encontraban. Asumía que eran
bromistas con cierta capacidad intelectual y métodos de diversión
limitados, así que lo ignore. En pocos días, los bultos empezaban a
alejarse hacia los límites de la granja. Estaba fastidiado del
jueguito para ese entonces y decidí colocarlos en su lugar. Me tomó
una tediosa hora ponerlos de nuevo en su lugar, cerca de la casa, y
para ese entonces estaba listo para romperle el cuello a cualquier
idiota que decidiera infortunarme de tal manera.

 

A la mañana siguiente, encontré a todos mis caballos decapitados…
El olor fue lo que me despertó. Cada uno de ellos acostado de lado
dentro su establo. No había señales de las cabezas. Pasé el resto
del día limpiando el desastre y enterrando los restos. Fue entonces,
cuando noté que los bultos de paja habían regresado a sus posiciones
del día anterior, esparcidos a los lejos, en los campos. Esta vez,
los dejé en donde los encontré, resignado, sin darles mayor
importancia a ellos sino a mis caballos. Sin duda, quien lo había
echo debía pagar por tal aberración.

 

Esa noche, me senté en el porche con mi escopeta en mano, y una taza
de café en la tabla a mi lado. Me senté por horas, fijando mis ojos
en el campo para tratar de encontrar al tipo que movía mis bultos de
paja. Finalmente, empecé a quedarme dormido… Y me hubiese quedado
dormido, a no ser porque en el momento en que mis ojos empezaban a
cerrarse, escuche a los arboles del bosque cercano agitarse y
estremecerse. Me levanté, con el corazón latiendo fuertemente;
Caminé, con mi escopeta al frente. Tenia que atrapar al bastardo.
Esperé ansiosamente por cualquier persona que se acercara lo
suficiente para sorprenderme o para yo sorprenderlo a él.

 

Fue entonces cuando algo se me acercó lo suficiente para poder yo
distinguir su silueta en la oscuridad. La cosa que asechaba en los
bosques cercanos a mi granja, parecía no notar que yo estaba sentado
cerca. Parecía acechar, encorvada con la postura de un ladrón de
carteras. De no ser porque, aun encorvada, tenía unos 4 metros de
alto, parecería frágil. Los delgados brazos y piernas, y su pecho
emancipado, me recordaban a un animal muriendo de hambre. Sin embargo,
esta cosa era increíblemente fuerte, pues vi como cargaba un bulto de
paja bajo cada uno de sus brazos con facilidad, y lo acomodaba con
cuidado a lo lejos. La observe trabajar, moviendo cada uno de los
bultos con cuidado. De vez en cuando se desencordaba para buscar por
más bultos en el campo, antes de ajustar el bulto en el que
trabajaba.

 

Antes de que decidiera retirarme, noté que miraba a mi casa. Sentí
sus ojos barrerme en la oscuridad, pero no estoy seguro de que me haya
visto. Entonces, esa cosa giró sigilosamente y regresó por donde
vino, a la oscuridad de los bosques. Me tomó una hora antes de
recuperar el valor para osar mover apenas un músculo nuevamente. Me
metí a mi casa después de un tiempo, pero no dormí en esa noche.
Fue solo hasta que el sol salió, que me atreví a poner un pie fuera
de mi porche hacia los campos. Los bultos de paja estaban donde los
había dejado, esa cosa. Sin embargo, noté que esta vez no los había
movido tan lejos como las noches anteriores; Parecían marcar una
especie de línea. Y mientras caminaba alrededor de la casa, vi que
formaban un distintivo círculo alrededor de mi casa, conmigo en el
centro. Me di cuenta que los bultos estaban formando una especie de
frontera, como si esa cosa estuviera enviándome un mensaje. Pude
dormir un poco esa noche, y solo porque estaba agotado.

 

La siguiente mañana, no hubo movimiento de los bultos. No se movieron
para nada por el resto de la semana, de hecho. Estaban finalmente
donde esa cosa quería que estuvieran. Enfermé tratando de
interpretarlos. ¿Por qué esa cosa habría invertido tanta energía
moviendo bultos de paja, y amenazarme con tanta violencia en caso de
que yo interfiriera? Asesinar mis caballos fue solo eso: una amenaza.
Una amenaza inteligente. Sabía que me asustaría, y sabía que
entendería las implicaciones. El sonido de un automóvil trabajando
cerca del camino a mi granja, un mañana, me dió un golpe de
emoción. Planeaba abandonar la granja desde que ví a la cosa, pero
no podía irme a pie sin arriesgar a que me hiciera lo que le hizo a
mis caballos. Pero, si podía llegar al automóvil que se aproximaba,
lo pararía sin importarme quien fuera, así tuviera que asaltarlos.

No tuve la oportunidad.

 

El carro avanzo lentamente por el camino. Le hice señales para que se
apurara. Fue cuando pasó entre dos de los bultos de paja que estaban
colocados en cada lado del camino, que escuché un estruendo en los
bosques. La cosa salió de repente de entre los árboles corriendo en
sus cuatro flácidos y terribles miembros hacia el automóvil. En solo
instantes, se lanzó al auto como un felino depredador; en segundos,
estaba pelando la carrocería de metal del auto, tratando de llegar al
conductor. El hombre, quien haya sido, gritaba, mientras yo solo
podía escuchar el crujido del metal y el romperse de lo vidrios. Fue
entonces que la cosa lo aplasto en su mano, cuando dejó de gritar el
hombre. Lo aventó, y se desencorvó para mirarme nuevamente.

 

A plena luz del sol, pude ver la falta de humanidad en ella. Estaba
compuesta de algo asqueroso, terrible y… vivo, lo cual estaba pegado
formando una burla del semblante humano.

 

La cosa se regresó a los bosques, y yo me no logré moverme, habia
presenciado algo que no pensaba hasta hace poco poder repetir, no
podía quitar mis ojos del lugar donde mis esperanzas sucumbieron. Mi
ojos miraban a donde se encontraba el auto, con la maquina todavía
trabajando, entre los dos bultos de paja. De repente, entendí. El
mensaje era claro. Soy el prisionero de esta cosa. Y no se me permiten
visitas. Nada podrá cruzar las fronteras que me impuso. Estoy
atrapado aquí, por lo que acecha en los campos. Y no me pide nada
excepto, que no puedo marcharme de aquí. Es su capricho, yo soy lo
que quiere. Aun así, no creo soportar ser el canario de esa cosa.

 

He pensado mucho en los últimos días, desde que ví como aplastaba a
ese hombre. Si cruzo la frontera de bultos de paja, probablemente me
hará lo mismo; Aplastará mi cráneo antes de que pueda poner mis
manos para protegerme… Después encontrara una nueva mascota que
pueda quedarse quieta sabiendo que esa cosa está esperando afuera,
observándola con esos grandes y brillantes ojos pero yo no puedo.

He estado pensando en los últimos días y… voy a intentar escapar.
puntos 7 | votos: 7
Aún no logro entender - que de las millones de personas que hay en el mundo, me haya tenido
que enamorar de la que no me corresponde.

puntos 7 | votos: 7
Puede que a veces... - El amor y el odio no sean tan opuestos...
puntos 4 | votos: 4
¿Llorar por él? - No merece la pena si él no lo hace por ti. 
Simplemente sonrie y disfruta de la vida



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