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27.10.2012

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GeekVeterano Nivel 1

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Un día - Todo terminará, al igual que empezó.
puntos 9 | votos: 9
Un futuro para mí - Me pregunto si habrá.
¿Vale la pena seguir
Caminando en soledad?
puntos 6 | votos: 6
END.. - Are you sure..?
puntos 7 | votos: 7
ese momento doloroso - en el  que te das cuenta que lo has perdido todo, hasta lo que mas
quieres,  y saber que no lo volverás a recuperar
puntos 6 | votos: 6
la edad tan solo es un número - que no me dirá con quien puedo ser o no feliz

puntos 6 | votos: 6
Porque la soledad - puede ser tu mejor amiga, aunque también puede hacerte daño
puntos 3 | votos: 3
La chica es la única en el mundo, - Eso la convierte en el Dios de este mundo.

Cuando empezó a explorar lo que tenía a su alrededor, descubrió que
estaba en una isla. No había nadie más. No había nada que hacer.
Eso era todo lo que podía ofrecerle el mundo. La isla era pequeña, y
se podía recorrer a pie en medio día. Todo lo que podía ver era el
mar, el cielo, las nubes y el horizonte hasta donde alcanzaba la
vista, en todas las direcciones.



En la isla había una mansión, que comunicaba con un viejo castillo a
través de un pasadizo. No sabía por qué esos edificios, que no
encajaban en absoluto con el paisaje, habían sido construidos ahí.
Había una gran cantidad de comida en conserva y productos de uso
diario en la bodega del castillo, así que no moriría de hambre
(aunque sí pasó hambre hasta que se dio cuenta de que eran
comestibles).

Había innumerables libros, tantos que no podían leerse a lo largo de
una vida. En ellos estaba todo lo que había en el mundo. Las
historias que contenían trataban sobre seres humanos. “Nadie puede
vivir solo.” En muchos libros había eso escrito. Pero la chica
estaba sola. Y ella vivía.
Pero estuvo cerca de la muerte varias veces debido a enfermedades o
heridas. En la mayoría de esas ocasiones se debió a comer alimentos
en mal estado, o plantas y cosas no comestibles que encontraba por
ahí.



Reír, llorar, cosas que anteriormente eran necesarias, habían dejado
de serlo. Habían llegado a su fin. Habían sido completadas.

La chica era la primera persona de la historia de la humanidad que
podría considerarse promedia. Ya que las estadísticas totales se
reducían a la suma de ella sola. Por eso todo lo que hacía era
correcto. A la vez que todo podía estar equivocado.

La chica comenzó a pintar. Tenía libros, instrumentos musicales y
cuadros, pero entre todas esas cosas, era la más adecuada para
intentar reproducir a una persona. Sin embargo no le fue muy bien.
Muchas veces se hartó de ello. Pero no le importó. Conforme pasaban
las estaciones, empezó a hartarse de estar harta.

La chica es la única en el mundo. Eso la convierte en el Dios de este
mundo.

No apreció nada anormal después de eso, aunque le siguió
preocupando mientras lavaba las ropas manchadas de sangre. Cuando
prácticamente se le había olvidado, la sangre volvió a salir de su
cuerpo. En los días posteriores se sintió bastante rara. Pero en
pocos días paró. Y más tarde volvió a pasar. Poco después,
descubrió que a aquello se le llamaba menstruación. Era una señal
de que había alcanzado la edad adulta, y al parecer ahora era capaz
de engendrar un hijo. Sin embargo, en un mundo sin hombres…



Al final consiguió aprender a pintar. Descubrió sin embargo que
estaba más capacitada para pintar escenas reales. Mientras lo tuviese
delante de sus ojos, no había problema. Pero algo que ya no existía,
otra persona, sería difícil de plasmar. Eso pensó la chica.

Un día, a la chica se le ocurrió hacer una hoguera en la playa.
Sacó la idea de un libro en el que un hombre naufragaba en una isla.
Una especie de rastro blanco ascendió hasta el cielo azul. Ella se
preguntaba qué sería eso tan parecido a una nube, y acercó el
rostro. Sus ojos y su garganta empezaron a escocerle terriblemente.
Corrió despavorida y volvió a observar desde la distancia.
Comprendió que aquello no le seria de utilidad. De forma similar,
empezó a comprender lo que la rodeaba. Hasta que comprendió el
significado de comprender algo.

Al final consiguió pintar a una persona. Hizo el retrato de un chico
joven. Decidió añadir la imagen de ese chico a todos los paisajes
que había pintado anteriormente. Dejó cada una de esas pinturas en
el mismo lugar que plasmaban. En la isla no quedó un solo lugar que
la chica no hubiese pintado. Así que el chico siempre estaba con ella
allá donde fuera, ya que los dos se miraban mutuamente cada vez que
ella veía un cuadro.



Pero la chica se sentía en cierto modo insatisfecha. Se preguntó si
eso era un ser humano. Pero no, eso sólo era el retrato de un ser
humano. No se movía, no pensaba, simplemente estaba ahí. ¿Era eso
la soledad? Tras descubrir esa palabra, pudo preguntarse si era eso
realmente lo que sentía. No, no estaba sola.

La chica pasaba mucho tiempo mirando las pinturas. Mientras
contemplaba al chico que había dibujado, le embargaba un sentimiento
desconocido para ella. Sin saber muy bien cómo, empezó a pensar en
casarse con él. En los libros había un número desorbitado de
historias sobre el matrimonio. Hablaban de ello como algo importante
en la vida de una persona. Estudió el proceso del matrimonio en
profundidad.



La chica se casó al día siguiente. Encontró un vestido en el
castillo. En su cabeza, respondió afirmativamente a la pregunta de si
aceptaba a ese hombre en matrimonio. Entonces besó al chico del
retrato. Sabe a óleo dijo. Tiró el ramo de flores que había
preparado. También preparó más comida de la normal. Al fin y al
cabo, era una ocasión festiva. Pero el vestido le apretaba, y no pudo
comérselo todo.



La chica finalmente arrojó el ramo, el vestido, y las sobras de la
comida por el acantilado que usaba como basurero, y se fue a dormir. Y
así se dio por terminada la ceremonia.



El día después de la boda, la chica empezó a pintar autorretratos.
Aunque acababa de casarse, en su mundo seguía estando completamente
sola. Por eso comenzó a retratarse en las pinturas. Plasmó su imagen
en todas y cada una. En el mundo de los cuadros, los dos eran felices
juntos. Mirar los cuadros hacía que se sintiese extraña. La chica no
reconocía ese sentimiento. Aun así, siguió mirando ensimismada.



La chica es la única en el mundo. Eso la convierte en el Dios de este
mundo.

Pasó algo misterioso. Fue al día siguiente de repintar todos los
cuadros, que eran cientos. Los dos de las pinturas comenzaron a
moverse. Aunque eso no sorprendió a la chica, ya que carecía de la
capacidad de juzgar qué era normal y qué no. Su objetivo siempre
había sido crear un ser humano. ¿Ha funcionado? El Dios miró el
jardín en miniatura. Ella observó cuidadosamente las pinturas. Los
dos retratados parecían divertirse, sonriéndose el uno al otro. Pero
las pinturas estaban borrosas. El mundo en sí parecía borroso. La
chica se preguntó por qué. En su interior despertó un extraño
sentimiento. No era capaz de describir qué era.



Se preguntaba por qué las pinturas se veían tan borrosas, a pesar de
que las había pintado tan claramente. Pese a todo, los dos de los
cuadros se seguían sonriendo. De alguna forma creía saberlo. Volvió
a pintarlas. Las pintó una y otra vez. Pero el resultado siempre era
el mismo. No sabía qué hacer. Ya no estaba segura de nada.



La chica es la única en el mundo. Eso la convierte en el Dios de este
mundo.
Así que Dios pensó que debería crear un mundo mucho más claro.
Quemó todos los cuadros. Quemó la mansión y el viejo castillo.
Junto a los edificios, quemó todos sus recuerdos. Y en último lugar,
Dios cogió el último resto que quedaba del mundo, y lo tiró por el
precipicio.
-Shindou Chihiro-
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Chihiro Shindou - porque yo tambien  lloré con ella
puntos 13 | votos: 13
¿Cordura? - Lo siento, no necesito algo tan inútil como eso
puntos 7 | votos: 7
Esperanza - Porque ya no me queda ni eso

puntos 4 | votos: 4
Porque todos - tenemos algo  que ocultar, por mucho daño que nos haga



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