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09.09.2011

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Obreros venezolanos - Descripción gráfica
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Perfil - Del 70% de los usuarios de Internet
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Amistad incondicional - Para que no digan que no tienen sentimientos
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¿Quieres saber si eres latino? - Vota positivo si te an pegado con una chancleta.

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Sabes que dios te odia - Cuando solo a ti te llueve encima.
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Esta cancion - es prueba,de que la música de ahora es mala,y no tiene letra
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¿Quieres dejar la coca? - Prueba la pepsi
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Tormenta Solar Catastrófica 2011 - Alarmantes noticias sobre una Gran Tormenta Solar que se producirá a
finales de este año, sus consecuencias para la Humanidad son
impredecibles.¿La Tierra está en peligro?
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La Soledad - Es un sentimiento natural que hace mostrarnos más compasivos, y
desear un futuro mejor. No obstante, mis recuerdos ayudan a mitigar la
tristeza.

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La suerte de un hombre - Se mide por la cantidad de veces que intenta meterlo antes de meterlo
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Mi madre dijo: - haz el amor con la persona que más quieras
por eso me masturbo
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26/9, 17/10, 6/11. - El elenin planeta disfrazado de cometa pasara muy cerca del planeta
tierra, por tener mayor fuerza de gravedad provocara cambios en la
tierra posiblemente se llevara la luna con su fuerza de gravedad
recuerden estas fechas.
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Desbaratar - Proximamente en Venezuela.
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El fin de los tiempos - Esta cerca.

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Así somos los gaditanos: - Me llamo Mikel Gorriarán, llevo 15 días en Cádiz y me estoy, o me
están volviendo loco.

Os contaré mi historia. Soy investigador privado y he venido a Cádiz
a resolver un caso simple. Pero la verdad es que a cada día que pasa
se vuelve más complicado. Tan sólo se trataba de descubrir al amante
de la mujer de un alto mandatario vasco; comprenderán ustedes por
tanto que no dé su nombre, además porque me debo al secreto
profesional.

En principio no tenía muchas pistas. Sólo sabía que el hombre en
cuestión era de Cádiz, se llamaba Manuel Ramírez, que trabajaba en
el Puerto de Cádiz y que le conocían con el alias de picha. Así que
el individuo en cuestión debía estar bien dotado, ya que además del
amante de la mujer del político, eran conocidas sus correrías por el
Puerto de Bilbao. También usaba otro sobrenombre: quillo.

Con estas pistas, tomé el avión hasta Madrid y de allí enlacé con
el tren hasta Cádiz. Llegué a la estación, cogí un taxi y mientras
iba camino del hotel, intenté entablar conversación con el taxista.
La cosa quedó en eso, en el intento. Porque que yo sepa una
conversación es entre dos o más personas, pero el taxista no me daba
opción ya que hablaba por los codos, y de modo ininteligible. Lo
hacía de forma sumamente apresurada y las pocas palabras que podía
cazar al vuelo estaban incompletas. Quise preguntarle por el puerto,
pero sabiendo que su respuesta no la entendería, lo dejé para mejor
ocasión.

Llegué al hotel Playa Victoria, y como mi interés era buscar al
tal Manuel Ramírez, en principio consulté la guía telefónica de la
ciudad; pero como presumía aquí habían demasiados Ramírez. En mi
tierra hubiera sido muy fácil. Así que opté por buscar pistas en su
lugar de trabajo. Salí a la calle y pregunté por el puerto. Un
señor muy amable me dijo que lo mejor era coger el autobús de los
Comes, pero que para eso tenía que ir a Cádiz.

Aquello me desconcertó. ¿Dónde estaba yo?. Empecé a atar cabos.
Efectivamente cuando llegué a la terminal de la estación no ponía
Cádiz, sino Cortadura. Y además recuerdo que en el trayecto di unas
cabezadas; y claro en ese intervalo pudo haber algún enlace, o algo,
no sé. Lo cierto es que yo no me encontraba en Cádiz. Pero no debía
estar muy lejos.

Paré un taxi y con gesto decidido le dije al taxista que me llevara a
Cádiz. El me contestó con ¿a Cádiz a donde?. Y le contesté algo
enfadado que a Cádiz, joder, a Cádiz; de una puta vez quiero llegar
a Cádiz.

Ya luego el taxista con mucha paciencia y muy despacito me explicó
que donde yo estaba era Cádiz, pero no era Cádiz. A ver si lo
explico bien. Resulta que la gente de aquí le llaman Cádiz a la
parte antigua y desde unas murallas para adelante le llaman Puerta
Tierra. Así es que en realidad yo estaba en Cádiz, pero en Puerta
Tierra. No sé si lo expliqué bien, pero yo ya lo he entendido.

Llegué por fin a la estación de los autobuses de Comes, pedí un
billete para el puerto y me subí al autobús correspondiente. El
trayecto fue relativamente corto, si acaso 30 minutos; pero la verdad
es que yo creía que Cádiz era más pequeño. Sin duda me habían
informado mal. Y además mi trabajo aquí se complicaba, puesto que
habría que buscar en una ciudad más grande de lo que pensaba.

Pero mis sorpresas no habían acabado. Llegado a la estación terminal
pregunté por el puerto. Mi interlocutor me miró con mal gesto y me
dijo que esto era El Puerto. Yo no entendía nada. Ese hombre enfadado
y yo no veía barcos por ningún sitio.

La verdad es que el hombre tuvo más paciencia que el santo Job. Me
fue explicando poco a poco que aquello era El Puerto de Santa María,
pero que por todo el mundo (todo el mundo menos yo) era conocido por
El Puerto. Y además me dijo que eso no era Cádiz, que Cádiz estaba
allí enfrente. Que El Puerto es un pueblo de Cádiz y que si lo que
quería era ir al puerto de Cádiz que cogiera el vaporcito y me
dejaría allí mismo.

Total, antes lo de Cádiz, que no era Cádiz que era Puertatierra y
ahora que El Puerto es un pueblo de Cádiz y, entonces digo yo ¿cómo
le llaman al puerto, al de los barcos, al puerto de siempre?

Subí por fin al que le llaman Vaporcito de El Puerto, que para que lo
sepan ustedes no es un barco de vapor. No, porque aquí en Cádiz o
donde coño esté ahora, no le llaman a las cosas por su nombre. Si,
le llaman vaporcito; pero en realidad es un barco que va a gasoil.

Y llegué por fin al puerto de Cádiz, que aquí lo llaman el
muelle. Una gracia que me ha costado gran perdida de tiempo y de
dinero, que además no sé como justificar ante mi cliente, porque me
temo que no me va a creer; y tampoco quiero darle muchas explicaciones
porque seguro que voy a ser objeto de burlas.

Bien, obviaré todos estos inconvenientes y pasaré a la acción. De
siempre las mejores informaciones se consiguen en los bares, así que
me acerqué al bar más próximo al puerto (perdón al muelle), uno
que se llama Lucero y pedí un tubo (de cerveza, se entiende) pero
el camarero no lo entendió. Yo más o menos le expliqué lo que
quería y él con aire de suficiencia me dijo: Ah, usted lo que
quiere es un bó. Joder, no sabía yo que también tenían un idioma
particular los gaditanos.

Me acomodé en la barra del bar y puse la oreja atenta a lo que allí
se cocía. Me acerqué la cerveza a los labios, tomé un trago largo y
de pronto escuché la palabra mágica: Picha.

¡Dios!, por fin la suerte me vino de cara. Casi no podía creérmelo.
Me atoré con la cerveza, me puse perdido, pero merecía la pena.
Había encontrado a la persona que estaba buscando. Bendita suerte la
mía. Con disimulo me acerqué a los dos hombres que charlaban de un
tema que no comprendía, pero tenía que ver con la música y con los
coros. Y con un jurado, que por lo visto no tenía ni idea. Gente, sin
duda muy creyente. Aunque mal hablada eso sí, se escapaban de vez en
cuando, demasiado de cuando en cuando, palabras mal sonantes, que no
creo deban reproducirse aquí. Pero, a mí lo que me interesaba era
que uno de ellos fuera el picha. Y para asegurarme que ese era el
tipo que buscaba, pedí otro bó y pegué la oreja a la conversación.

Efectivamente, a lo largo de la conversación, uno de ellos: un tipo
bajito (1,65 no más) moreno, 40 años, delgado, que no tenía ni
media bofetada, era llamado constantemente picha por su compañero
de conversación. Jo, pensé, Dios le da pañuelos a quien no tiene
nariz. No sé si lo captan ustedes. Porque aquel tipo se estaba
trajinando a la mujer de mi cliente. Y aunque esté mal decirlo,
porque yo soy un profesional, es una hembra de bandera. No me extraña
que a ese tipo le dijeran el picha, porque sin duda era lo único
bueno que tendría.

Bueno bueno, que me desvío de la trama. Había dado con el individuo,
eso era lo importante. Esperé tranquilamente a que acabaran la
conversación y seguí al picha con la idea de abordarlo sólo y sin
testigos. Y ocurrió un caso hasta ahora inédito en mi dilatada
carrera. Se encontró con un amigo suyo y al saludarlo le dijo: ¿que
pasa PICHA?. Y el otro le contestó: muy bien PICHA, ¿y tú?.

Sí, efectivamente; había dos individuos con el mismo alias. Y a
decir verdad, este segundo tipo tenía mejor planta de amante que el
escuchimizado de antes. Pero en esto de la investigación nunca se
puede descartar a ningún sospechoso. Lo malo de todo esto es que
ahora tendría que doblar mis esfuerzos y hacer seguimientos
alternativos, para comprobar cual de ellos era el verdadero amante.

Opto en principio por seguir a este último ya que le veo con mejor
planta, pero sin descartar, como buen profesional que soy, al tipo
escuchimizado. El individuo toma un autobús y allí entabla
conversación con un conocido suyo al que llama quillo. ¡Dios! Esto
se complica a cada paso. Ahora tengo a dos pichas y a un quillo.
Mi instinto de detective me dice que estoy siguiendo una pista falsa.
Empezaré de nuevo; así que vuelvo al bar del muelle y le pregunto
al camarero que si conoce a un tal Manuel Ramírez que trabaja en el
puerto. Me dice que con esos datos no le suena y que además El Puerto
le queda algo lejos. Caigo entonces en la cuenta y rectifico
diciéndole que donde trabaja es el muelle. No cae. Le digo entonces
que le conocen con el apodo de picha y también con el de quillo.
El tipo del bar se carcajea en mi cara. Y me aclara que aquí todo el
mundo es picha y quillo. La poli, sin duda, aquí lo tiene
complicado.

Te estás luciendo Mikel, me digo para mí. Otra cagada. No obstante
el camarero me dice que pregunte por Paco el bigote que en el muelle
es el que contrata a los estibadores. Después de darle todos los
datos de que disponía sobre el tal Manuel Ramírez: que según tenía
entendido trabajaba en el muelle y que durante seis meses trabajó en
el Puerto de Bilbao (lo de los apodos los omití, porque con el
cachondeo del camarero ya tuve bastante) aquel me contestó de mala
gana, que ya no trabaja allí. Que según tenía entendido ahora
trabajaba en la Residencia. Yo le pregunté que ¿en cuál
residencia?. Él contestó, con menos ganas que antes, que en cuál
iba a ser, joé, pues en la Residencia. Era ya tarde; y como la
verdad, había conseguido bastante información, volví al hotel, a
comer. Lo de la residencia lo dejaría para la tarde.

Pensé que era buena idea tomar un pescado para el almuerzo, que aquí
lo habría de haber bueno con tanta costa. Así que le pregunté al
camarero que si tenía pescado. El me contestó que tenía unas
zapatillas mu fresquitas. A mí sinceramente me importaba un
pimiento lo que se calzaba el fulano. Yo lo que quería era comer, y
además no sé a qué venía aquello de las zapatillas. El tipo me
estaba vacilando o tendría a medias una zapatería con algún cuñado
y me hacía la propaganda. Obvié el comentario e insistí en lo del
pescado, pero el camarero volvió con lo de las zapatillas fresquitas.
Puse mala cara y el camarero debió de notarlo, ya que inmediatamente
me aclaró que así le llaman aquí a las doradas. Gente rara esta de
Cádiz. No hay Dios que los entienda con lo que corren hablando, las
palabras que las pronuncian a medias y para colmo le cambian el nombre
a las cosas. Luego dicen que el euskera es difícil.

No, euskera fácil, gaditano difícil.

Después de una pequeña siesta reparadora, volví a la faena.
Tendría que averiguar a qué residencia en cuestión se refería
Paco el bigote. Deduje sin duda de que tenía que ser muy conocida,
por la forma en que el susodicho me dijo: cual va a ser, joé, pues
la residencia. Perspicaz que es uno.

En la misma recepción del hotel me dieron la información que
necesitaba. La Residencia estaba a 100 metros del hotel. Un paseo
siempre vendría bien; pero llevaba cierto tiempo andando y no
encontré ninguna residencia. Pregunté a un transeúnte y me
contestó que me la había pasado, que estaba a dos bocacalles. Así
que volví sobre mis pasos, pero yo no encontré ninguna Residencia. Y
debía estar allí. Volví a preguntar. ¿Por favor la Residencia?.
Pues eso que tiene usted delante. Pero... ¡eso es UN HOSPITAL!. Aquí
le decimos la Residencia, me contestó la señora y se quedó tan
pancha y de camino me echó una mirada como diciendo, pareces tonto.

Bien, a partir de ahora no volveré a caer en estas artimañas. Porque
para mí estaba claro que había algún tipo de complot, y entre todos
los gaditanos intentaban marearme con nombres equivocados a cosas que
solo pueden tener un nombre.

Investigué en el hospital y saqué un dato importantísimo. Allí
trabajaba desde hacía dos meses un tal Manuel Ramírez que estuvo
cierto tiempo en Bilbao, según todo ello me confirmó un celador de
la Residencia. No pudo decirme su dirección concreta, aunque me dijo
que vivía por la Plaza de Toros.

Iba, a pesar de la cantidad de datos incorrectos, cercando al
sospechoso. Dar con la Plaza de Toros sería tarea simple.

Eso pensé, pero hasta el día de hoy (y llevo quince días aquí) no
he conseguido dar con ella. Y tiene que estar ahí, porque una Plaza
de Toros es una Plaza de Toros, y a eso no le pueden cambiar el
nombre. Y además a todo el que le pregunto me dice que dos calles
más pallá o una mijita más palante. Luego eso confirma mi
teoría: hay una Plaza de Toros. Todos me hablan de ella, pero yo no
la encuentro. Me estoy, o me están volviendo loco.

Definitivamente dejo el caso. Y como dicen los de aquí, me juannajo
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Reconócelo -
puntos 6 | votos: 6
Problem - Walt_K?
puntos 9 | votos: 9
Nunca - Te dejes arrebatar una derrota por no tener fuerzas, recuerda que
puedes luchar con el espíritu.
puntos 9 | votos: 9
Un buen viajero - Es aquel que no sabe a donde va.
El viajero perfecto no sabe ni de donde viene.

puntos 10 | votos: 10
Por un clavo - se perdió una herradura.
Por una herradura
se perdió un caballo.
Por un caballo
se perdió un caballero.
Por un caballero
se perdió una batalla.
Por una batalla
se perdió una guerra,
y con ella un reino entero.

Todo por un clavo.
puntos 5 | votos: 5
Desmotiva - Que lo rechazaran en un grupo por ser feo.
MOTIVA
Sin dar importancia a los que dicen los demás logro su meta, ser el mejor.
Por eso siempre debes tener una meta y nunca dejarla atrás .
Así se hacen los grandes.
puntos 5 | votos: 5
En Tu casa es igual  -
puntos 2 | votos: 2
-Tienes las manos calientes - -Qué…?
-Manos frías amor de un día, manos calientes amor de siempre!
puntos 8 | votos: 8
Es cuestión de cambiar -

puntos 19 | votos: 19
Sentirte superior  - Cuando un niño te pregunta como escribes tan rápido.




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