En Desmotivaciones desde:
15.09.2012

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puntos 20 | votos: 20
La verdadera grandeza no se - mide por tamaño, dimensión, edad o cualquier otra cosa, sino por las
acciones que realizas en el día a día
puntos 24 | votos: 26
Averiguaré tu talla - gracias al traje de saliva que te voy a hacer.
puntos 10 | votos: 10
¿Cómo quieres brillar, - sino dejas que el sol te enseñe hacerlo?
puntos 15 | votos: 15
Las mayores bellezas - nos constan de creación, sino de búsqueda
puntos 15 | votos: 15
No soy borde - simplemente tengo intolerancia a los gilipollas.

puntos 31 | votos: 33
Soy adicta - al roce de tu piel
puntos 22 | votos: 22
¿Serás capaz de buscarla - incluso cuando la verdad supere tu mente y destruya tus creencias?
puntos 18 | votos: 18
Aunque odiemos el dolor, - siempre terminaremos abriendo nuestras heridas.
puntos 30 | votos: 30
Personas - que parecen imbéciles pero al final resulta que son inteligentes.
puntos 19 | votos: 19
Un soldado más - Estaba entusiasmado por ir a la guerra, a defender lo que no era mio,
quería disparar y quitar vidas, lanzar granadas, camuflarme
y esas cosas que solo se ven en películas, o eso creía.
Lo hablé con unos amigos y decidimos ir a alistarnos en la fuerza
armada,
a la semana siguiente recibí una llamada que me dio la dirección
de donde debía ir para recibir mi entrenamiento.
Fue un viaje de 6 horas, cuando llegué ya mis amigos estaba allí,
sonriendo, extasiados por la sensación de serle útil a nuestra
patria.
Al entrar al establecimiento nos recibió un cabo primero de
infantería,
nos guió hasta nuestras camas, eran unas estructuras de hierro
apiladas
con un trapo y una especie de almohada, por las noches era helada
y mi espalda pasaba factura, pero prefiero eso a estar en este frío
sin mi brazo derecho, usando tierra como almohada.
Al principio el entrenamiento parecía el infierno, corríamos horas
enteras
sin descanso ni agua, había momentos en los que creía que moriría,
nuestros uniformes pesaban algunos kilos, pero parecían toneladas,
las piernas ya no existían, no las sentía, un ardor intenso en el
pecho
era lo único que me hacía sentir vivo.
Habrá pasado una semana de arduo entrenamiento
cuando nos asignaron a mi y a mis amigos a un pelotón.
Una noche, estaba durmiendo cuando de repente comenzó a sonar una
sirena,
yo todavía soñaba y creí que era la sirena de la fabrica donde
papá trabajaba,
cuando abrí los ojos vi a mis amigos colocándose los borcegos,
en ese instante reaccioné e hice lo mismo,
un coronel entró en nuestro dormitorio y nos explicó lo que
sucedía.
Nuestro país estaba siendo atacado y por lo tanto debíamos partir a
las costas
y contraatacar, eramos los encargados de la retaguardia 
de los demás pelotones.
un camión nos llevó y nos dejó 2 kilómetros antes de la costa,
se escucharon explosiones en todo el camino,
estábamos a 200 metros del enfrentamiento y ya se olía la pólvora,
admito que tenía miedo, no entendía nada, todo pasó muy rápido,
no habíamos recibido el entrenamiento completo, 
no conocíamos nuestra arma, teníamos 4 cartuchos de balas,
dos granadas, una bengala, una cantimplora con agua y 3 barras de
chocolate
El cabo primero que estaba a nuestro cargo nos hizo agachar,
estábamos en una zona elevada, los buques enemigos lanzaban
descaradamente misiles, el cabo primero dio la orden de disparar
y comenzó el tiroteo, recuerdo que disparaba donde se veían las
luces
de los rifles enemigos, eran destellos de las balas saliendo, 
luego recuerdo ver un misil acercándose a nosotros, 
grité ¡El fuego se acerca!, fue lo primero que se me ocurrió,
pero no nos dio tiempo a correr, y cayó 30 metros al lado nuestro,
aún así la onda expansiva nos dejó aturdidos y mareados,
y eso aprovecharon nuestros enemigos, que subieron por la colina
y dispararon sin piedad, recuerdo la cara de mi mejor amigo siendo
despedazada por el plomo de las balas, un maldito lanzó una granada
que cayó cerca mio, ya no podía correr, sentí la explosión,
vi que todo daba vueltas y mi brazo derecho se desprendía 
 de mi cuerpo, luego todo era oscuro.
y más oscuro, y más oscuro, y más oscuro.
El dolor no estaba, el silbido en mis oídos se esfumaba,
ya no había guerra, la guerra para mi, para estos ojos muertos,
terminó.

puntos 52 | votos: 52
¡No hay quién nos entienda! - Confiamos en quien nos decepciona, juzgamos sin antes conocer y amamos
sin ser correspondidos
puntos 16 | votos: 16
Las guerras sacan lo peor de las - personas, pero también crean leyendas al rededor de ellas.
puntos 224 | votos: 258
Estambre                 Usuarios - ¡A jugar!                                                                        ¡A banear!
puntos 474 | votos: 530
Internet es sin duda - uno de los mejores lugares para encontrar el amor, 
porque una persona no se fija en la apariencia sino en el corazón.
puntos 16 | votos: 16
Quisiera - poder recuperar algún día la inocencia que nos permitía vivir sin preocupaciones

puntos 13 | votos: 15
Esos consejos que nos - dicen algunas personas y creíamos inimaginable que podrían salir de ellos.
puntos 11 | votos: 11
Tengo miedo de algún día - despertar,y descubrir que ya no estás a mi lado.
puntos 7 | votos: 7
¿Por qué tienes que ir y hacer - las cosas tan complicadas? Veo tu forma de actuar como que otra
persona y me frustra.   A.L
puntos 8 | votos: 8
Mi cuello, mi boca, - pertenecen a mi y a Ti...
puntos 19 | votos: 19
Hay momentos - en los cuales no queda más que enfrentar los peores miedos

puntos 19 | votos: 19
No hay nada mejor - que después de extrañar tanto a un amigo, este
 nos sorprenda justo en el momento indicado
puntos 13 | votos: 13
Me había jurado - Estar contenta en soledad
Porque nadie había merecido la pena arriesgar
Pero tu, eres la única excepción
puntos 12 | votos: 12
He ahogado - Todos mis sentimientos 
Con el sonido de tus latidos
puntos 32 | votos: 32
Lo peor de todo es que - no sabemos apreciar las pequeñas cosas cotidianas que se nos
presentan, y por ello sólo le damos importancia en su ausencia.
puntos 28 | votos: 28
Ese momento incómodo - en el que tienes que dejar de lado la cosa que más te gusta hacer
para empezar a estudiar y trabajar.

puntos 15 | votos: 15
Los buenos novatos son los que - a base de esfuerzo y dedicación consiguen lo que anhelan.
puntos 32 | votos: 32
Cualquier herida es importante, - porque por muy pequeña que sea, puede ayudarte de un modo espectacular.
puntos 16 | votos: 18
Si tuviera la oportunidad - de volver a empezar mi vida haría todo exactamente igual,
por que he aprendido a caerme y levantar.
puntos 21 | votos: 21
Como esperas que sepa - si no tienes valor para decirle
puntos 11 | votos: 11
Desmocuentos - Doy mi pequeño aviso de siempre, estos cuentos son para
entretención, no obligo a nadie a leer, si quieres pasar de cartel
hazlo y no votes, quiero que los votos sean sinceros. Si tienes alguna
idea para un cuento y quieres que lo escriba, puedes mandármela por
mensajes privados. Muchas gracias de antemano.


Era veloz, nadie se explicaba por qué. No era la más rápida, pero
para todo lo que corría en un instante no se cansaba. La pequeña
María nunca se percató de su habilidad para correr, solamente lo
hacía por gusto y para mantener un buen estado físico y tener una
buena salud. 
En deportes nunca fallaba, era de las pocas chicas que tenía una
resistencia impresionante, sacaba buenas calificaciones en todas las
pruebas, convirtiéndose en una de las favoritas de su profesor.
Cada año había un torneo entre escuelas de toda la región, en donde
se escogían a 10 alumnos de todo el colegio para competir, y la
escuela que resultaba ganadora recibía como premio, el reconocimiento
del estado en ser los mejores de deportes, dando beneficios a los
profesores.
Su profesor jamás miró esa competencia como algo importante, no
preparaba a los alumnos para ella, sino que para que de verdad
tuvieran un buen rendimiento físico y estuvieran a gusto con ellos
mismos. Pero siempre la pequeña María, que destaca por sobre todos,
necesitaba más exigencia, pero él no podía aplicársela, ya que si
lo hacía, debía ser igual para el resto del curso, el cual siendo
sinceros, no se comparaba con esta chica.
Su profesor, Antonio, le comenta sobre la competencia anual
patrocinada por el estado, los requerimientos y beneficios. María al
principio se extraña, pues los beneficios iban directo al profesor,
pero mientras él le contaba de qué iba todo y que no estaba
interesado ella accede. Piden permiso a la directora del colegio para
asistir a la gran competencia que sería en diciembre 28, a lo que la
directora le dice que cuántos alumnos necesitaría y él le dice que
solo ella. La directora accede a su propuesta y comienza el
entrenamiento especial.
Antonio crea un programa especial de entrenamiento adecuado a las
capacidades de su alumna, que fuera algo intenso pero que no
sobrepasara sus límites, para evitar posibles accidentes. María
entrena duro en las horas de deportes y fines de semana, ya que con su
profesor acordaron juntarse ciertas horas para practicar más, todo a
petición de María.
Cada vez que corre, aparte de cansarse y ver cómo mejora, empieza a
gustarle el deporte en el cual ella sobresale, y eso la anima a
hacerlo cada vez mejor.  
Antonio de niño tuvo un grave accidente cuando estaba jugando con los
amigos de su barrio. Estaban corriendo, como le gustaba, en lo que van
a cruzar la calle y Antonio no mira a ambos lados, porque estaba en un
paso peatonal. En lo que están cruzando se aproxima un coche a alta
velocidad, estaba conduciendo un hombre ebrio, sus amigos se alejan,
el conductor pierde el control y atropella al pequeño Antonio.
Cada vez que Antonio veía correr feliz a María se acordaba de esa
etapa de su vida, en la cual le dijeron que había perdido la
capacidad de caminar por un largo tiempo. Asistía a tratamientos
naturales para recuperar la movilidad de sus piernas, cuando ya era
adulto logra recuperarlas. Se alistó como profesor de deportes por el
hecho de que lograba ver cómo los niños podían correr, cómo los
pequeños podían hacer lo que a él se le prohibió.
María nunca comprendió por qué él sonreía de manera atontada cada
vez que la veía correr, pero eso no la desanimaba a seguir corriendo.
Antonio, casi sollozando felicita de una manera exagerada a María
cada vez que termina de correr. Ella, sin más rodeos le pregunta a su
profesor:
— Profesor,  ¿por qué siempre está tan feliz al verme correr?
— Es algo muy simple (sonriendo) ¿sabes el don que tienes?
— ¿Don? ¿Yo tengo un don? Pues la verdad, es que no lo noto.
— No cualquiera puede correr como lo haces tú, no cualquiera tiene
la habilidad que tienes tú. 
Al momento de terminar de decir esa frase, el profesor comienza a
llorar de a poco, María quedó intrigada, no sabía qué cosa había
hecho para hacer que su profesor llorara, por lo que decide alejarse y
continuar corriendo.
La fecha de la competencia se estaba acercando, cada vez Antonio era
más estricto con María, quería asegurarse de que ella ganara y
aprovechara al máximo su potencial, pero María, no tenía el mismo
punto de vista que él. Cada vez que veía que su profesor le exigía
más pensaba “¿Por qué solo yo debo hacer esto?” y se molestaba
con su profesor por no dejarla practicar como antes, pero no por eso
dejaba de practicar.
Cuando ya faltaba una semana para la competencia, Antonio estaba
orgulloso de lo que esperaba de su alumna, pero María ya estaba
cansada, no quería seguir con esto. Va a hablar con su profesor y le
dice que no quiere participar en la competencia, que se retira, que se
cansó de correr y correr, no le veía la utilidad, pues cualquiera
podía hacerlo. Antonio no estaba nada contento, la miraba fijamente a
los ojos sin moverse un milímetro, María podía sentir la impotencia
que él estaba teniendo en ese momento, ella no lo soportaba, quería
que alguien hablara pronto, pues estaba todo el lugar con un silencio
tremendo, cuando por fin se acabó la tortura de María, ya que su
profesor le comenzó a hablar, diciéndole unas simples palabras
“Tal vez no quieras participar, pero tendrás que ir, ya está todo
organizado y pagado, te comprometiste a hacerlo en frente de nuestra
directora”. María no podía hacer nada, era cierto lo que su
profesor decía.
Llega por fin la competencia, María y Antonio están dentro del
estadio en donde se encuentran muchas escuelas, con muchachos bien
capacitados y mujeres con una capacidad física impresionante, María
se pregunta qué se sentiría el competir, pero se resiste a hacerlo,
ya que su orgullo por el momento era más fuerte que su deseo.
Antonio comienza a decirle lo increíble y difícil que es llegar a
ser una concursante de estos campeonatos y que por última vez se lo
pedirá, que lo haga por él, que compita por él.
María ve el pobre sollozo en sus ojos al pedírselo, por lo que por
lástima decide competir, pero antes de preparase le pregunta por qué
cuando ella entrenaba él sonreía de una manera tonta con lágrimas
en sus ojos. Antonio se limita a responderle que en la vida a veces
nos quita oportunidades de realizar lo que nos gusta y esas
oportunidades que nos quita se las da a otras personas que no están
interesadas en ocuparlo. María queda desconcertada, no hallaba
relación alguna de la respuesta de su profesor con su pregunta.
Era el turno de María, cuando se pone en posición de partida, ve que
su profesor está llorando de alegría, no le da mucha importancia.
Empieza la carrera, nadie era un rival digno de María, había sido
preparada especialmente por su profesor, tenía las capacidades de un
animal feroz y resistente para correr. Ganó la carrera, a su gusto de
una manera fácil, no le vio mucha importancia el ganar, pero estaba
feliz, había llegado en primer lugar, pero no valoró en ese momento
el por qué había llegado de las primeras.
Cuando se están yendo con su maestro, pasan al lado de una familia
que fue a ver la competencia, la hija de la señora estaba
participando, a su lado estaba una silla de ruedas, y en ella un niño
pequeño discapacitado sin piernas. María queda observándolo
detenidamente sin importarle que la madre de aquel niño la viera. A
lo que empieza a volver a la realidad escucha del niño “cómo me
gustaría participar en estas competencias, de seguro sería bueno,
daría el máximo por llegar de los primeros” en eso María mira a
la madre y ve que comienza a llorar. La madre le contesta a su hijo
que no todos podrán hacer lo que los demás pueden por cosas de la
vida, que no todos tienen las mismas oportunidades, en eso el hijo
solamente se entristece. 
María recordó inmediatamente las palabras de su profesor, y cuando
se da vuelta a mirarlo se da cuenta de que él ya la estaba observando
con una sonrisa en el rostro, con los ojos llenos de lágrimas, le
apretó la mano un poco y se fueron.
María pidió explicación de la frase de su profesor y él se las da.
María nunca llegó a imaginar que su profesor de deportes fuera un
discapacitado de niño, que nunca logró correr como los demás, en
eso se explicó por qué Antonio le exigía tanto y quería sacar
provecho de sus habilidades, cuando se da cuenta de que esa era su
pasión y nunca pudo cumplirla, cuando se da cuenta de que no valoró
las habilidades que tenía fue cuando le prometió a su profesor de
corazón que haría todo lo posible por mejorar cada día más.
Su profesor con lágrimas y una sonrisa imborrable solo le pide que,
aproveche todas las habilidades que tiene pero que no sabe y que nunca
deje pasar las oportunidades que tiene.

A veces las personas no se dan cuenta de sus habilidades y creen que
no tienen importancia, cuando otras personas darían su vida por
poseerlas en algún momento.

puntos 4 | votos: 4
. -
puntos 5 | votos: 5
Lágrimas que quieren - salir pero le son inútiles sufrir por alguien que es consciente de lo que hace.
puntos 10 | votos: 10
A veces no sabes - si votan en tus carteles porque les gustan,
o solo lo hacen para subir su ranking
puntos 6 | votos: 6
El buen lector,es aquel - que al terminar un libro es capaz de escribir una página más.
puntos 8 | votos: 8
Apagar las luces del pasillo - Comenzar a moverte rápido porque sientes que alguien te persigue.

puntos 114 | votos: 122
Hay personas - que son campeonas  de la libertad de expresión hasta que se trata de
la libertad de otros.
puntos 71 | votos: 71
todos tenemos - nuestro mundo perfecto
puntos 9 | votos: 11
Hay regalos - que queremos desenvolver lo más rápido posible.
puntos 9 | votos: 9
El que nunca escribio - en sus converse 
no tuvo infancia.
puntos 11 | votos: 13
Las cosas no suceden - de la misma forma dos veces

puntos 16 | votos: 18
Si arden los recuerdos - es porque no estás curado.
puntos 18 | votos: 18
Jugar con tus amigos - y que te molesten cuando empiezan a perder.
puntos 20 | votos: 20
Si me vas a montar una escena, - que sea una porno.
puntos 37 | votos: 37
Yo hace 18 años. -
puntos 628 | votos: 632
Lo importante es ver aquello - que resulta invisible para los demás.

puntos 14 | votos: 14
Estamos alrededor de personas - que nos prohíben dar nuestra critica.
puntos 11 | votos: 11
Chavales en mecheros - llevan al Che pero no conocen su historia
puntos 10 | votos: 10
Se que quieres rendirte - pero no dejes que lo vean, algún día podrás estar orgulloso de tu pelea
puntos 11 | votos: 11
Odio a iristello -
puntos 16 | votos: 16
Desaprovechamos las - oportunidades que se nos presentan, malgastando los recursos que tenemos





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