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21.11.2013

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puntos 10 | votos: 12
Sabiendo que los Magikarps - gobiernan, lo de ser un Gyarados parece poca cosa.
puntos 22 | votos: 22
Cartel 2222. - Pues se suponía que debía tener una temática con patos (por los dos
y eso) pero como no había nada de mi agrado pues esto es lo que
salió. En un principio no iba a escribir nada, pero como me he pasado
el dia de hoy escribiendo un rato me he dicho a mí mismo: ¿Qué
más da si lo alargo un poco? Y eso estoy haciendo ahora mismo. Pues
nada, querría agradecer a la gente que he conocido por estos lares,
tanto a los que siguen como a los que nos dejaron. Realmente, hay
cosas más provechosas que hacer que estar por aquí pero bueno pero
si uno sabe llevar sus quehaceres diarios con una dosis de esto pues
no hace daño. 

En resumidas cuentas, que quien esté por aquí que disfrute de su
tiempo en la página sin tomársela muy en serio y que haga lo que le
de la gana, siempre y cuando no moleste a los demás.

Un saludo a los usuarios de Desmotivaciones. Elbuskador1
puntos 19 | votos: 19
Lo fácil seria prever los errores - antes de que sucedieran pero esto nos incapacitaría de sentir
empatía por aquellos que los siguen padeciendo.
puntos 9 | votos: 13
Las caídas son inevitables - pero si aceptas que pueden suceder, tendrás al menos tiempo de
apoyarte sobre algo y, en ocasiones, de alguien.
puntos 10 | votos: 12
Its Raining Somewhere Else 10 - Le costó cerca de hora y media en llegar al piso. Con fortuna no tuvo
que esperar mucho en tomar los dos autobuses para llegar hasta allí.
Pero aún le quedaba un trecho por la avenida por recorrer así que no
pudo evitar llegar empapada al piso.

Lo primero que pensó al llegar en la entrada fue en lo extraño que
resultaba ver los escaparates del anticuario echados, así como la
puerta cerrada. Se había armado de valor para llegar hasta ahí pero
no había pasado por su cabeza en ningún momento que quizás no
hubiese nadie dentro.  Josephine era la única que tenía llaves de la
planta baja por lo tanto no tenía acceso al interior.

Suspiró. A punto estuvo de gritar en plena calle para maldecir su
suerte. Luego rió. No supo si porque la situación era bastante
cómica o al ver que lo que ella consideraba como un gran esfuerzo por
su parte simplemente era una estupidez de la cual se burlaba el mundo
entero. De repente, empezó a escuchar como alguien parecía bajar las
escaleras.
 
-Ori- dijo mientras esta le abría las puertas-¿Cómo sabías que
estaba yo aquí?-
-Te vi por la ventana- la invitó a pasar. Sin saber que más decirle,
ambas subieron. Una vez arriba, Ori se dispuso nuevamente a estar
pendiente de su portátil. Por lo visto, no pudo haberse encontrado
alguien mejor.
 
-¿Y los demás?- pregunto tímidamente aunque no tenía muchas ganas
de entablar conversación.

-Hoy era el funeral- contestó tras un breve tiempo sin teclear.-Hace
tiempo que no te veía- prosiguió con la tarea que estaba realizando.
El ambiente estaba muy enrarecido para ambas, que no sabían qué
decir para que no incomodase a la otra.-Pareces estar bien- 
Chesa asintió levemente con la cabeza.

-¿Esto se parece a aquel día, no te parece?- preguntó a Ori aunque
esta no sabía a lo que estaba haciendo referencia.-Ya sabes- se puso
a jugar con sus dedos en señal de nerviosismo- cuando encontramos a
la propietaria muerta en el suelo- tuvo que parar por unos momentos
para retener las lágrimas- Yo no fui capaz de hacer nada por ella. NI
tan siquiera sabía si tenía problemas. Y sin embargo, aquel mismo
día, ella me recibió con una sonrisa- frotaba sus ojos que se
estaban poniendo llorosos.

 -No es tu culpa, ni la de nadie- dijo Ori mirando hacia atrás. -Todo
la vimos aquel dia. Ninguno de nosotros podría haberse imaginado que
algo como eso sucedería-

-Pero yo- hablaba entrecortada-Me quedé inmóvil. Ni tan siquiera era
capaz  de mirar el cuerpo o llamar a una ambulancia. Mi mente estaba
en blanco. Navegaba a través de un sinfín de posibilidades que
hubiesen llevado a que todo aquello ocurriera. Incluso- inhaló aire
por la boca-Me imaginé que alguien podría haberla asesinado Ori.
Todo por evitar pensar que podria haber muerto sin más, en un
suspiro, sin previo aviso. ¿Qué te hace pensar que eso no nos pueda
ocurrir a nosotros en cualquier momento? Un desfallecimiento o
accidente de cualquier tipo y nuestra vida acabaría de golpe. No
dejaríamos nada en la tierra salvo sufrimiento a nuestros conocidos
por nuestra pérdida.-

Ori se levantó de inmediato de su silla y fue hacia el sillón donde
estaba Chesa. Entonces esta le dio un abrazo. Aunque su cuerpo fuese
más pequeño,  ni llegase a comprender totalmente todos sus
sentimientos, con aquel simple gesto ya estaba dando calor al frio
cuerpo y templando corazón de a quien consideraba su amiga.
-Realmente no comprendo de estas cosas- dijo enterrando su cabeza
entre sus pechos.- Pero creo que en momentos como en este son en los
que más debería confiar en aquellos que están a tu alrededor. Las
caídas son inevitables pero si aceptas que pueden suceder, tendrás
al menos tiempo de apoyarte en algo o más bien en alguien.-

Chesa rompió a llorar, correspondiendo al abrazo de Ori. Las lagrimas
caían bajo su cabello pero parecía no importarle. Estuvieron un buen
rato así hasta que Chesa se calmó. Ni tan siquiera encontraba las
suficientes palabras de gratitud para responder apropiadamente. Iba a
hablar cuando unos enormes portazos sonaron en la puerta.

-¿Serán los demás?- 


Chesa se había levantado para abrir la puerta cuando Ori le sujetó
del brazo para impedírselo. Los golpes se hacían más fuerte. A este
paso, si no les abria nadie, quien fuera que estuviera golpeando la
puerta iba a echarla abajo.  

-Tu confías en mí,¿verdad?- pregunto de repente Ori.

Sin dar tiempo apenas para que Chesa respondiera, le entregó un disco
duro que estaba enchufado a su ordenador y ambas fueron a la puerta
del cuarto baño. Por muchas veces que Chesa le preguntase a Ori qué
estaba sucediendo, no obtuvo respuesta. Esta la condujo al interior
del baño. Estaba oscuro y no se veía nada en absoluto. Le dijo
estrictamente que bajo ningún concepto encendiera las luces hasta que
todo hubiese acabado. ¿Acabar el qué? se preguntaba sin respuesta.
Ori, le señalo donde estaban todas las cerraduras e incluso le
ofreció cerrarla por dentro. Ella hizo caso a todo lo que dijo,
aunque no se pudo esperar que tras todo lo que le dijo, la volviese a
dejar sola en aquella inmensa oscuridad. Se acurrucó en una esquina,
parecía ser que se había metido dentro de la bañera. Desde allí
intentaba escuchar todo lo que sucedía afuera.

La puerta parecía que había cedido ya. Numerosas pisadas sonaron
dentro del piso. ¿3,5,7,10? Chesa no supo decir con exactitud el
número de personas que habían entrado el piso pero desde luego no
era ninguna que ella conociese. A juzgar por el ruido que hacían, sus
movimiento eran muy hostiles. Se escuchó como alguien había caído
del suelo un golpe de una bofetada.Sin lugar a dudas, aquella persona
había sido Chesa. Posteriormente, aquellas personas comenzaron a
revolver todo el piso, como si estuviesen intentando buscar algo.
Incluso intentaron entrar en el baño pero la puerta no cedía con
tanta facilidad que la de la entrada así que desistieron.  Una vez
que se vieron conformes con tal destrozo, se marcharon, arrastrando
por los suelos a Ori. Esta supo que era ella. Sus gritos atravesaban
las paredes. Estaba siendo cogida por el pelo mientras su cuerpo se
enrojecía a causa de la fricción contra el suelo. La habían
desnudado completamente. Una vez abajo, su voz se silenció. Por lo
visto la habían metido en una bolsa. Tras eso, se escuchó como
numerosas furgonetas dejaban el lugar.

puntos 10 | votos: 10
Its Raining Somewhere Else 9 - -Es una lástima- suspiro Renée.-Que no hayamos avanzado en este tema
pero es comprensible con la sorpresa que os debe suponer tener que
afrontar todo esto tan de repente - les comentó haciendo referencia a
la principal razón por la cual se habían conocido.
Renée LaPlaine era la albacea de Josephine. Así pues estaba al cargo
del  reparto de bienes tras su muerte que curiosamente había caído
en manos de aquel grupo que compartía piso encima de su acuario. Así
pues Ori, Chesa, Mario, Mylo y Cristina tenian en propiedad a partes
iguales aquel piso de dos plantas. Y eso no era todo, pese a ser una
edificación bastante antigua y de escaso valor como vivienda,  el
terreno donde se encontraba revalorizada en cuantiosa suma. Renée
estaba intentando poner de acuerdo a todos para saber que harían con
todo aquello. También les informó de que había numerosas
inmobiliarias interesadas en adquirir el terreno de la propiedad y que
de estar a la venta pagarían una gran cantidad, todo por  hacerse con
los derechos del terreno. Obviamente antes de hacer cualquier cosa
debían ponerse todos de acuerdo.

En aquella primera reunión, no hubo ninguna acuerdo entre ellos,
aparte que Chesa no había asistido. Le pidieron más tiempo a Reneé
para que pudieran pensarlo entre todas y ponerse en contacto con ella.
Por este mismo motivo, se había presentado expresamente en el
cementerio, para poder hablar con todos. Aunque fracasó.

-Así que aún no habéis decidido qué hacer- comentó de repente,
apoyando su barbilla con la palma de la mano, en señal de duda-
Ciertamente os di un plazo pero cuanto más tiempo pase más nerviosos
se pondrán los compradores.- dijo con la intencion de que acelerasen
los problemas que tuviesen internos.-

-Lo sabemos- intervenió Cristina representando a todos-Por ahora,
aún no tenemos muy claro que hacer al respecto. Agradecemos mucho su
intervención así como su ayuda, pero necesitamos algo de tiempo más
para aclarar nuestras días.-

Aunque no quiso demostrarlo, esas palabras supusieron un jarro de agua
fría para Laplaine. Sin mostrar la inquietud de su interior, sonrió
a Mario y Cristina para despues despedirse. Les acabó concediendo
más tiempo, no sin antes avisarles nuevamente de que este apremiaba y
que no podian aplazar eternamente la decisión. Ambos lo sabían
también pero no podían hacer nada más.

-¿Vas a llamarla otra vez?- espetó Cristina a Mario, viendo que este
saco de su bolsillo un teléfono móvil. Supuso que nuevamente
llamaría a Chesa, pues él había sido el que en anteriores ocasiones
había intentando ponerse en contacto con ella.-Todo sería más
fácil si supiésemos donde viven sus padres- comenzaron a andar hacia
la salida.

-No creas.- respondió Mario siguiendo sus pasos.-Aunque fuesemos a
donde ella se encuentra, lo más probable es que no nos recibiera.-
realizo la llamada -¿Hasta cuándo vas a seguir encerrada en ti
misma?- dijo para asi viendo que Chesa estaba rechazado nuevamente
hablar con él.

-Dejarme sola- sonaba a través de la otra linea telefónica aunque
obviamente desde el otro extremo no podían oírla. El teléfono no le
paraba de sonar pero hacia de este caso omiso. Sabía de lo que se
trataba.

El nombre de Mario relucía en la pantalla. En varias ocasiones había
decidido hablar con el, pues en parte sentía curiosidad de la
insistencia de comunicarse con ella. Pero por otro lado, esto
significaría que tendría que hablar sí o sí sobre la muerte de
Josephine y realmente no deseaba hacerlo. Se aferro con fuerza a su
almohada. La posibilidad de que estuviese siendo egoísta y estuviese
haciendo daño a sus amigos la estaba atormentando.

-Si ellos supieran cómo me encuentro realmente se sentirían aún
peor- se dijo así misma, aún con la duda de si realmente sentia eso
o de lo contrario se estaba engañando para eximirse de cualquier
culpa que tuviese de haber cortado de manera tan abrupta la relación
con ellos. Mira nuevamente su reloj. La llamada de pérdida de Mario
seguía ahi. Con un desliz de su pulgar se deshizo de esta.
No sabía qué hacer.

Era plenamente consciente de que no podria vivir toda su vida
encerrada en la habitación pero tampoco deseaba hablar con ellos. Era
cerca de la hora del almuerzo. Una vaga idea pasó por su cabeza.
Quizás no pudiese afrontarlos todos de golpe pero si fuese de uno en
uno, la impresión sería aún menor. Todavía algo indecisa, se
quitó su pijama para salir a la calle. Se puso unos vaqueros negros,
junto a una blusa blanca corta, la ultima ropa que uso para ir al
trabajo. 

Aunque no se lo dijo a nadie, había sido despedida del lugar donde
trabajaba, cosa que ahora le parecía un alivio pues no hubiera sabido
cómo ir al trabajo con el estado anímico en el que se encontraba.
Nadie de sus compañeros lo sabían por lo que hizo como si todo
estuviese marchando igual de siempre. 

Una vez algo más despejada, salió a la calle.Lamentablemente,
comenzó a diluviar. Ella sonrió, apenada, pensando en que si no era
eso una señal de los cielos para que siguiese con su internamiento en
casa. Pero decidió no vacilar e ir al piso. Con que al menos hubiese
solo una persona podría entablar conversación. En grupo le sería
más difícil.   

-Tengo que intentarlo- se decía una y otra vez para intentar calmar
todos sus miedos.
puntos 13 | votos: 15
No basta con aplicar la ley - sino que además hay que explicarla para que la gente no las quebrante.
puntos 14 | votos: 16
La muerte no traiciona. - Por ello muchos creen encontrar el amor en esta.
puntos 2 | votos: 10
Yo te apoyo. -
puntos 10 | votos: 10
Hasta emborrachados de felicidad - la resaca es mala pues ciega al intentar ver nuestro alrededor.

puntos 18 | votos: 18
Creerse dueño del juego - no te hace merecedor de este.
puntos 15 | votos: 15
La vida, con todos sus sabores, - ofrece a las personas el gusto de poder compartirla.
puntos 13 | votos: 13
Una ayuda que no se pide - a veces origina más daño que aquel problema que se intentaba paliar.
puntos 15 | votos: 15
Hasta que no falle al menos una vez - vivirás con la incertidumbre de que en cualquier momento podrá surgir.
puntos 13 | votos: 13
Los monstruos no habitan en cuevas - sino que caminan bajo la luz del sol, haciendo su sombra más grande.

puntos 12 | votos: 16
Aunque hay veces en las que - su reflejo se acopla perfectamente a la realidad.
puntos 17 | votos: 17
Ser la fortuna de alguien - no te enriquece a menos que esta ofrezca algo de su parte.
puntos 8 | votos: 12
El mundo no está hecho - para uno solo sino que hay compartirlo con todos.
puntos 14 | votos: 14
El amor hace sentir tantas cosas - que no deberíamos perder el tiempo en intentar expresarlas con palabras.
puntos 10 | votos: 10
Lo que nos hace capacitados para - vivir es la posibilidad de creer aunque no haya una certeza absoluta.

puntos 9 | votos: 9
Its Raining Somewhere Else 8 - Eran dos mujeres. Ambas, al igual que ellos, iban vestidos de luto. La
más joven de las dos llevaba una blusa negra y unos pantalones del
mismo color. Llevaba su pelo de color castaño, recogida con una
horquilla del mismo color. Su rostro parecía reflejar emoción
alguna. Se mantenía unos pasos atrás de su acompañante a la cual
escoltaba debajo de un enorme paraguas negruzco.

En cuanto a este, no se podía decir mucho acerca de cómo era su
cuerpo. Principalmente, su cara estaba cubierto por redecillas que
caían de un gran sombrero, con una especial visera enorme, que
impedía ver nada más que los labios, también pintando de negros
para la ocasión, cuando hablaba. En cuanto al resto de su vestuario,
contaba con vestido de pieza única, similar a una falda larga con
algo de escote entre sus pechos. Entre estos, justamente se resbalaba
un lujo medallón de oro que debido a la falta de otro color en su
vestuario y gracias a su brillantez se hacía más notable. Esta mujer
no se encontraba de pie al resto que los demás, sino en una silla de
ruedas.

-Hola,nuevamente.- Cristina se adelanto antes de que Mario pudiese
saludarlas primero- Renée- dirigiéndose a  la mujer que no estaba 
sujetando el  paraguas- ¿Quien la acompaña?- espetó con el único
interés de intentar establecer algún tipo de conversación lo más
antes posible. 

-Disculpad, la primera vez que nos vimos ella estaba ausente- aclaró
pidiendo disculpas por si su presencia era molestia para ellos- Es mi
joven asistenta Mona. Por favor, salúdalos como es debido- Mona
siguió  sus ordenes e hizo una breve inclinación con la cabeza,
seguida de un hola frio y bastante seco.-Vaya- miró hacia ambos
lados, sorprendida- ¿Sois los únicos aquí?- formuló la pregunta
aunque la respuesta fuese obvia.

-Sí. Uno de nuestros compañeros se marchó hace poco. Quizás se han
topado con él- Mona y Reneé negaron con la cabeza.-Comprendo-
Cristina suspiró inesperadamente, mirando a Mario seriamente, para
que fuese él quien siguiese con la conversación con Renée.

Reneé Laplaine. Ese nombre les era desconocido hasta hace pocas
semanas. Tras la muerte Josephine, el grupo se había distanciando
enormemente sin embargo una llamada individual les reuniría de nuevo,
esta vez en las oficinas Laplaine, una empresa dedicada a ofrecer
asesoramiento jurídico y financiero, similar a un bufete de abogados 
pero con mayor capacidad de acción.

Aquel día estaba particularmente soleado, aunque el estado de ánimo
de todos era particularmente gris. Fueron citados bajo la entrada de
las oficinas. Acudieron Mylo, Mario, Cristina e incluso Ori. Antes de
que aquello sucedería, Chesa ya había cortado cualquier relación
con ellos, por lo que al saber que todos iban a verse nuevamente
decidió no ir.

-¿Alguien sabe algo de Chesa?- Mylo estaba prendiendo un cigarrillo
con un mechero que le había prestado Cristina, que también estaba
fumando. Entre ellos estaba Ori, que inhalaba el humor como un fumador
pasivo. Estos tres estaban recostados sobre el muro de las oficinas.
 
Mario los miraba alejado, casi desde el borde de la acera con cierta
cara de desagrado.

-Fumar mata, ¿lo sabéis? - comento como si nada Mario.

-Gracias por el comentario, capitán obvio- hablo Mylo quitándose el
cigarrillo de la boca para acto después sacar nuevamente su caja de
tabacos y señalarle que lo había dicho venia impreso en esta.-En
serio- se lo colocó nuevamente en la boca- con esa actitud no
encontrarás mujer que te aguante-

-Por lo menos yo no voy acortando mi salud a lo tonto. Si supieras
cómo debes tener tus pulmones seguro que no harías algo tan
estúpido-

-Bueno- Mylo quiso concluir la conversación. No estaba de humor para
que Mario dijese cuan de malas eran sus costumbres-Si de algo hay que
morir, por lo menos que se pueda escoger de lo que será. Además que
no soy el único que piensa así- miró de reojo a Cristina que estaba
fumando.

-Pero ella no está todo el rato así- se acercó a el rápidamente,
quitándole el cigarro con la boca- ¿Acaso no te puedes comportar con
algo más de seriedad?- tiro el cigarro al suelo para acto después
apagarlo con un fuerte pisotón.

-Os lleváis bien- dijo como si nada Cristina, cambiando el flujo de
la conversación.

Mario desmintió aquella afirmación mientras Mylo se echaba a reír
de su supuesta actitud infantil. Tras un tiempo de esperar a que Chesa
viniera dieron por sabido que no acudiría por lo que entraron en  el
edificio. Como cualquier oficina, lo primero que te encontrabas era
una pequeña recepción, con dos pasillos. En un extremo estaban los
baños y la zona de varios ascensores mientras que en la otra
discurrían una serie de despachos.

-Así que Chesa no vendrá- dijo Ori para si misma, sin darse cuenta
que Cristina la estaba escuchando. El grupo estaba marchando sobre uno
de los pasillos tras haber preguntando sobre donde tenían que
dirigirse.

-¿Te preocupa?- ambos comenzaron a hablar en voz baja a partir de
este momento. 

Ori negó con la cabeza.

-Me pregunto si alguna vez la volveremos a ver- caminaba mirando las
baldosas del  suelo.

-Cuando se encuentre mejor, ya verás- justamente cuando Cristina iba
a mostrar su lado más tierno entraron en una habitación- Luego
hablamos- dijo dejando en suspenso una conversación que ninguna de
las dos partes  retomaría. 

Dentro de aquel despacho vieron por primera vez a la misma que se
encontraba delante de Mario y Cristina. Nunca supieron de ella o de su
empresa hasta aquel momento. Pero por lo contrario, ella si sabía
muchas cosas sobre todos, incluida la reciente fallecida Josephine. En
aquel momento tampoco pudieron verle la cara del todo. 

Principalmente, porque llevaba puesta unas gafas de sol y porque su
pelo grisáceo, que lo llevaba largo, prácticamente lo ocultaba todo.
Estaba enfrente de ellos, revisando papeles entre su escritorio. Nada
percatarse de su presencia le ofreció asiento. Como no había para
todos, Mylo se ofreció como voluntario para quedarse de pie.

-¿Qué querrá de nosotros?- era la pregunta que se hacían todos en
aquel momento.
puntos 13 | votos: 13
Por muy incierto que sea el puerto, - sabemos que siempre echaremos anclas en el mañana.
puntos 11 | votos: 11
A veces nos debemos deshacer - de aquello que nos impulsó para que en un futuro no sea un lastre.
puntos 4 | votos: 6
Mientras más evidente, - menos fijación sentirá la gente.
puntos 21 | votos: 21
Cuando está todo dicho solo queda - transmitirlo de otra forma para que así llegue a más gente.

puntos 12 | votos: 14
Desistir en arreglar las cosas - a veces resulta ser lo más valiente y sensato porque debes reconocer 
tu incapacidad de encontrar una solución.
puntos 8 | votos: 10
Quizás una sonrisa no cambie - el mundo pero te ayuda a encarar los males que hay en este.
puntos 10 | votos: 12
El miedo es otra fantasía más que - en vez de hacernos disfrutar nos abstiene de hacer lo tratado como
políticamente incorrecto.
puntos 11 | votos: 11
Cuando eres el más listo del lugar - todos acaban por pedirte ayuda aunque les caigas mal.
puntos 9 | votos: 9
El océano no se forma con una gota, - pero podemos hacer que sea como tal bebiendo de su interior.

puntos 10 | votos: 10
Las oportunidades vienen solas - pero necesitan de tu ayuda para ser explotadas.
puntos 7 | votos: 9
Dicen que los dulces saben mejor - si se comparten pero a veces la cantidad lo compensa.
puntos 5 | votos: 9
El peligro de soltarlo todo de golpe - es que puedes dejar tu cabeza sin ningún tipo pensamiento.
puntos 35 | votos: 35
Las sensaciones son pasajeras - pero el hecho de haberlas vivido se trata de una marca permanente.
puntos 11 | votos: 11
En la profundidad existen las cosas - más bellas, pero es necesario hundirse al menos una vez para apreciarlas.

puntos 12 | votos: 12
Tu cara cuando cop...digo, - ves lo que hacen los demás con algo de tiempo libre.
puntos 26 | votos: 28
¿Tienen un momento para hablar - de la tauromaquia?
puntos 14 | votos: 14
El vencedor siempre será el que - mejor aplique la idea y no el primero que la lleve a cabo.
puntos 7 | votos: 9
Las mejores explicaciones se aplican - hasta con aquellos que las están transmitiendo.
puntos 25 | votos: 33
Sentirte como un chicle humano - al darte cuenta que te has quedado pegado a la cama todo el día.

puntos 8 | votos: 10
A veces la presión que ejercen - terceros hace sentir más pesadas las cargas de lo que realmente son.
puntos 16 | votos: 16
¿Y tú no eras Kirie Motoba? -
puntos 19 | votos: 23
Unas cuantas luces de adorno - no sirven como recambio para las que tienes fundidas en la cabeza.
puntos 5 | votos: 11
Podría decirse que las discordias - no traen nada bueno, excepto ver cómo son los demás en realidad.
puntos 12 | votos: 16
Hasta tal punto que si hubiese - exámenes de conducir muchos se lo sacarían con los ojos cerrados.

puntos 10 | votos: 10
Porque cuando un problema carezca - de solución quizás no sea tan importante esta como la enseñanza que
se obtiene al vivirlo.
puntos 11 | votos: 11
Ese momento en el que no sabes - si una persona te está mirando mal o simplemente está estreñida.
puntos 12 | votos: 12
Aquellos que dejan de esforzarse - suelen acabar por herir a los demás para no pensar si hicieron algo mal.
puntos 17 | votos: 17
El pasado siempre vuelve - porque no se erradican del todo los problemas del ayer.
puntos 15 | votos: 15
Por lo visto para ser héroe - no basta con llevar el traje sino también grabar tus hazañas.





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