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01.06.2011

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¿Sabías que... -                   en la lista de mujeres más buscadas oficial
publicada por Google aparece como número 7?
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Yo te puedo resumir entonces - lo que has hecho durante el curso.
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LBL - Definitivamente, me paso al baloncesto
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Pues yo tengo una - y me gustaría que me persiguiera para siempre
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El Señor de las mentiras - Un libro para controlarlos a todos
Un libro para encontrarlos a todos
Un libro para traerles y atarlos en la oscuridad,
en la tierra de la Iglesia donde residen las sombras.

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Último día en el instituto: - Descripción gráfica
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Tu sigue, - yo vigilo que no venga nadie.
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En mi graduacion  - tampoco tiramos los virretes al aire 
¬¬
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Y a mí me dicen - que por qué pierdo el tiempo con el poker...
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Papito..., ¿cuánto me amas? - El día que mi Hija nació, en verdad no sentí gran
alegría por que la decepción que sentía parecía ser
más grande que el gran contecimiento que representa
tener una hija: ¡Yo quería un varón!

A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis
dos mujeres, una lucía pálida y agotada y la otra
radiante y dormilona.

En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de
mi Carmencita y por la infinita inocencia de su mirada
fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla
con locura. Su carita, su sonrisita y su mirada no se
apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo
se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña,
hacía planes sobre planes, todo sería para mi Carmencita.

Este relato era contado a menudo por Randolf, el
padre de Carmencita y Yo también sentía gran afecto
por la niña que era la razón más grande para vivir de
Randolf, según decía el mismo.

Una tarde estaba mi familia y la de Randolf haciendo un picnic a la
orilla de un río cerca de casa y la niña entabló una conversación
con su papá, todos escuchábamos: 
- Papi,... cuando cumpla quince años, ¿cuál será mi regalo?
- Pero mi amor, si apenas tienes diez añitos, ¿no te
parece que falta mucho para esa fecha?
- Bueno papito,... tu siempre dices que el tiempo pasa volando,
aunque yo nunca lo he visto por aquí. 
La conversación se extendía y todos participamos de
ella. Al caer el sol regresamos a nuestras casas.

Una mañana me encontré con Randolf enfrente del colegio donde
estudiaba Carmencita quien ya tenía
catorce años. Randolf se veía muy contento y la
sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo
me mostraba las calificaciones de Carmencita, eran
notas impresionantes, ninguna bajaba de diez puntos y
los estímulos que les habían escrito sus profesores
eran realmente conmovedores. Felicité al dichoso papá.
Carmencita ocupaba toda la alegría de la casa, en la
mente y en el corazón de la familia, especialmente en
el de su papá.

Fue un domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a
misa, cuando Carmencita tropezó con algo, eso creíamos
todos y dio un traspié. Su papá la agarró de inmediato
para que no cayera... Ya instalados en la iglesia,
vimos como Carmencita fue cayendo lentamente sobre el
banco y casi perdió el conocimiento.
La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba un
taxi hacia el hospital.
Allí permaneció por diez días y fue entonces cuando
le informaron que su hija padecía una grave enfermedad
que afectaba seriamente su corazón, pero no era algo
definitivo, qué debía practicarle otras pruebas para
llegar a un diagnóstico firme.
Los días iban pasando, Randolf renunció a su trabajo
para dedicarse al cuidado de Carmencita, su madre quería hacerlo
pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos eran
superiores a los de él.

Una mañana Randolf se encontraba al lado de su hija,
cuando ella le preguntó:
- Voy a morir, ¿no es cierto? ¿Te lo dijeron los
doctores?
- No mi amor... no vas a morir, Dios que es tan
grande, no permitiría que pierda lo que más he amado
sobre este mundo, respondió el padre.
- ¿Van a algún lugar?
- ¿Pueden ver desde lo alto a su familia?
- ¿Sabes si pueden volver? preguntaba su Hija.
- Bueno hija,... en verdad nadie ha regresado de
allá a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no
te dejaría sola, estando en el más allá buscaría la
manera de comunicarme contigo, en última instancia
utilizaría el viento para venir a verte.
- ¿Al viento? ¿Y cómo lo harías?
- No tengo la menor idea hijita, solo sé que si
algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un
suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus
mejillas.
Ese mismo día por la tarde, llamaron a Randolf, el
asunto era grave, su hija estaba muriendo. Necesitaban
un corazón, pues el de ella no resistiría sino unos
quince o veinte días más: ¡UN CORAZÓN!
- ¿Dónde hallar un corazón?
- ¡Un corazón!
- ¿Dónde... Dios mío?

Ese mismo mes, Carmencita cumpliría sus quince años.
Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un
donante, una esperanza iluminó los ojos de todos, las
cosas iban a cambiar.
El domingo por la tarde ya Carmencita estaba operada, todo salió
como los médicos lo habían
planeado. ¡Éxito total! Sin embargo, Randolf todavía
no había vuelto por el hospital y Carmencita lo
extrañaba muchísimo. Su mamá le decía que ya todo
estaba muy bien y que su papito sería el que
trabajaría para sostener la familia.
Carmencita permaneció en el hospital por quince días
más, los médicos no habían querido dejarla ir hasta
que su corazón estuviera firme y fuerte y así lo
hicieron.

Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá
y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó
una carta de su padre:
Carmencita, hijita de mi corazón: Al momento de leer mi carta, ya
debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho.
Esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron. No
puedes imaginarte ni remotamente cuánto lamento no estar a tu lado
en este instante.
Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta
que me hiciste cuando tenías diez añitos y a la cual no respondí.
Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por mi
hija... Te regalo mi vida entera sin condición alguna, para que hagas
con ella lo que quieras.
- ¡¡Vive hija!! ¡¡Te amo con todo mi corazón!! 
Carmencita lloró todo el día y toda la noche. Al día
siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba
de su papá. Lloró como nadie lo ha hecho y susurró:
- Papi... ahora puedo comprender cuanto me amabas.
Yo también te amaba y aunque nunca te lo dije, ahora
comprendo la importancia de decir Te Amo y te
pediría perdón por haber guardado silencio tantas
veces.
En ese instante las copas de los árboles se mecieron
suavemente, cayeron algunas hojas y florecillas, y una
suave brisa rozó las mejillas de Carmencita, alzó la
mirada al cielo, intentó secar las lagrimas de su
rostro, se levantó y emprendió el regreso a su hogar.

Si éste mensaje tocó tu corazón, invita a todos tus amigos y
amigas como señal de tu amistad; en éstos momentos aunque yo estoy
llorando, decidí compartir esto contigo y decirte:
Por favor, nunca dejes de decir “TE AMO”.
No sabes si será ésta la última vez …
Cada día a cada instante.
Expresa tu amor.

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Mierda... - Como es que he podido suspender 6...
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Basta ya de carteles de amor, - vamos a odiarnos un rato!
puntos 10 | votos: 10
Playas nudistas... - y el verdadero objetivo de su creación.
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Echa más, - que hoy no quiero echarla más de menos.
puntos 13 | votos: 13
Típico - Te levantas un domingo de resaca y le das de comer a tus guepardos en la cocina

puntos 4 | votos: 6
No pienses si - eres capaz, sabes que lo eres.
puntos 1308 | votos: 1430
Con un par... -
puntos 10 | votos: 10
Jo tío - otro día más y lo mismo de siempre
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   - Esta leche está exquisita Sra.Madre
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Perdone - ¿Este es el que tiene el vibrador incorporado?

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Ir por la calle - con un perrito de estos y que se te acerquen todas las tías
puntos 7 | votos: 7
Porque si alguien se ríe - también hay alguien a quien no le hace ni puta gracia
puntos 6 | votos: 6
Ha vuelto a poner esa cara - ¿verdad?
puntos 7 | votos: 7
Lo que más deseamos - al despertarnos el día siguiente a una fiesta
puntos 9 | votos: 9
Recordaréis este día como - el día en que casi llegasteis a la principal

puntos 8 | votos: 10
Feel like a Sir - Nivel: Smart
puntos 6 | votos: 6
Este es el cartel - que deberían poner entre el bar y mi casa los sábados...
puntos 3 | votos: 3
Gilbert Keith Chesterton: - Puedo creer lo imposible, pero no lo improbable
puntos 10 | votos: 10
Si crees que ya eres perfecto - ...entonces nunca llegarás a serlo
puntos 11 | votos: 11
Muchas personas dicen - que lo que hago es solo escuchar música
pues yo lo veo, como escuchar aquellos grandes recuerdos que viví junto a ella

puntos 8 | votos: 8
Desmotiva - que a esto lo llamen
JUSTICIA
puntos 15 | votos: 15
Cuando todos te jodan la vida... - ... sonríe en sus caras, despídete,  mira hacia adelante y sigue tu
camino, eso joderá sus vidas.
puntos 2062 | votos: 2116
Ese mini-infarto que te da... - cuando un amigo te toca la espalda en el borde de un precipicio
puntos 4 | votos: 8
No sabia... - que Özil era un X-MEN
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John Dillinger: - Estamos disfrutando tanto hoy que no pensamos en el mañana

puntos 12 | votos: 12
resuelve la ecuacion - nivel: ----------
puntos 10 | votos: 10
Por esas amigas inseparables... - que luego son las primeras en contar tus grandes secretos
puntos 6 | votos: 6
Suficiente - Medir 1.75m para ganar el concurso de mates



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