En Desmotivaciones desde:
01.10.2011

 Última sesión:

 Votos recibidos:
bueno 2491 | malo 26
GeekVeterano Nivel 3

puntos 5 | votos: 5
Me enamoro quince veces al día. - Cuando el sol sale. Donde el frío grita.
En la escuela, en la esquina.
Ahora quizá me enamores tú
y luego ame otra ventiscas.
puntos 8 | votos: 8
Qué bonito detalle tuyo, - ese de existir.
puntos 8 | votos: 8
Se puso encima del miedo - un bonito traje de encaje hecho de los cielos
que una vez vio solo y quiso ver junto a él.
puntos 11 | votos: 11
Quisiera pedirle felicidad - a una estrella fugaz,
sin tener que temer que se trate de un misil.
puntos 10 | votos: 10
Regáñame sin usar palabras, - lo hice todo mal
y al suelo le encanta tocar mis lágrimas.

puntos 3 | votos: 3
Esperanza inunda el alma de ésos - que tienen fe de un día conseguir ser buenos
y realizar sus ganas de triunfar.
Y yo estoy aquí, preso entre ventanas abiertas
aguardando algún milagro,
pensando que poco valgo,
queriendo un reconocimiento 
que haga a las chispas recorrerme el cuerpo
y provoque en mí al menos una tenue sonrisa.
·
Soy opaco como el cristal que tapa las mentes de la gente,
impaciente si se trata de algo que es como licor ardiente.
Para mi corazón de puberto van estas líneas,
no sé bien qué será,
yo quiero electrocutarme.
¿Qué es lo que pasará?
puntos 12 | votos: 12
Pudiendo tener muchos colores - nos empeñamos en ser grises.
puntos 7 | votos: 7
Recordó las pandorgas - en la autopista del aire,
lo vasto del verde paisaje,
y su niñez de frutas gordas.
Retomó: esos caminos imposibles
marcados por riachuelos impasibles;
las casas que se subían a las colinas
(sus puentes de tablas eran una ruina);
 y el empedrado de las calles que se salía.
De repente volvió a oír los tintineos
de las bicis de sus amigos sin frenos.
Y luego estuvo otra vez en la casa de Ana,
desayunando y mirando por la gran ventana
cómo el frío invierno abrigaba de niebla
a los estudiantes en sus días de quiebra.
Insólito, cuanto menos,
que no supiera que eso luego le sería nada.
Despótico, no neguemos,
que le fue arrebatado la tierra de su alma.
puntos 6 | votos: 6
Querían hacerse viejitos - en medio del bosque,
en una cabaña hecha añicos,
sin miedo al reproche.
Querían tomar té con leche por las tardes,
jugar al parchís o leer disparates.
Pero, más que nada,
querían que la mañana naranja
los atrapase en la cama
diciéndose hoy día, eres mi alba
puntos 8 | votos: 8
El amor me agota dijo - Pero yo, por ti, hasta en el barro sin botas replico.

puntos 4 | votos: 4
Sé que lees esto - se qué en algún punto del globo
el destino de mí se está riendo
como  siempre  ha  hecho,
haciendo trizas ese castillo
que quiero construir
con mi falsa fuerza.
·
Volveré a hacer víctima 
de mi pueril lascivia,
de mi febril soledad,
a alguien a quien quiero
·
           Busco, como siempre,                        alejarme de ese camino,         
    que siempre me ha                        condenado al abismo. 
      Aunque es una fosa                        que yo mismo me cavo, 
     siendo  incapaz  de  decirte  por ti  lloro como  un niño

Quisiera que te dieras cuenta,
de que eres un dios de letras.
Pero antes de eso,
eres el ejecutor de la fanfarria de mi corazón,
el que quisiera que fuera el  gran árbol de aquel maizal,
ése que me hizo darme cuenta de que el fin del mundo es mentira.
·
Pero antes que esto,
me puede la angustia de creer que son más habladurías mías.
Adoraría pasar mis tardes de adulto contigo paseando
por las calles de Singapur o por caminos de Laos,
revelándote que en mi alma ordenas tú el caos.
·
Y tantos peros espero que desespero
y con el entrecejo a la vista de todos reflejo
que no estoy bien, 
que no soy bueno.
Algún día, en algún cuento,
tendré claro qué siento.
Tú serás el noble viento
y yo el polvo ceniciento.
puntos 8 | votos: 8
El último maizal de Asia. - Habían escapado a todas partes y vuelto desde cada uno 
de esos lugares siempre al mismo punto: 
su extenso pueblo de casas chatas hechas de madera, 
con grandes ventanas, a través de las cuales 
los vecinos se dedicaban a succionar su vitalidad
 para publicarla en el periódico de la vulgaridad popular.
·
Existía un sitio, un rinconcito llano 
tapado por las colinas y los bosques.
 En esa explanada crecía maíz, pero nadie parecía cuidarlo. 
Era el único sitio al que no habían huido,
el último maizal de Asia que les quedaba por probar. 
·
Una mañana en la que las bufandas inundaban el cielo,
 se aventuraron a ir por separado, 
fingiendo ir a sus labores de campo.
 Uno con la tricota azul que el otro en secreto le tejió, 
el otro con los pasos acelerados que el uno le hacía dar. 
Desafiaron y se pelearon con las ramas 
y los ríos que ralentizaban su trayecto.
·
Cada uno apareció en puntas diferentes,
 por lo que no se vieron. 
El otro caminó entre las altas plantas del maíz
 enredándose, como una serpiente
 que busca su manzana llena de dulzura.
 De pronto dos grandes ramas lo envolvieron,
 y las hojas de un fuerte árbol
 le hicieron cosquillas por un lado del cuello. 
Las ramas le rodearon el torso. 
·
Se dio la vuelta y abrazó el tronco,
 en aquel maizal escondido, 
en ese minuto eterno 
del que tomarían  todos los segundos 
necesarios para florecer.
puntos 2 | votos: 4
Si hablamos poco, - no me tiene sentido el día,
no consigo sacar el toldo
para que el solo no me queme.
·
Si no veré de ti nada,
pasear entre los árboles,
esconderme con sus troncos,
espiar tras los arbustos,
es todo una pavada.
·
Si no podré siquiera saludarte,
es fútil
ponerme la camisa,
atarme los zapatos,
quemar la tostada por los nervios
y subir un día más la ladera,
pues sabré bien que en la cima
no habrá nada a lo que aferrarme.
puntos 2 | votos: 2
Lo siento, no sé si soy capaz de volar. - Veo que tiemblo y ni consigo patalear.
Desde la ventana de mi casa
trazo un camino invisible
que me lleve a tu recámara
en donde sería gato apacible.
Algún día, bajo un denso cielo estrellado
cogeremos un mapa de la ilusión 
y nos perderemos entre gentes y barro.
Quizás no haya luz, mas no es presión,
yo sé cómo imaginarte:
nariz chata, ojitos de aguacate,
de mi amor el estandarte.
puntos 8 | votos: 8
Ella era un libro, - y uno muy bonito en verdad.
En su portada había un alacrán
dispuesto a envenenar mi soledad.
Recorrí sus páginas amarillentas
ahogándome en ella, a sabiendas
de que plácida en mis muslos estaba.
Pero retomé su camino de letras
tiempo más tarde,
cuando don Cielo y doña Tierra,
ya más loables,
conspiraban montando mi esquela.

puntos 5 | votos: 5
Poesía sin rima. - Sí, sin rima no da grima,
el corazón no palpita,
ni cantan las pajaritas.
A ver, ahora éste es mi trabajo:
espantar la música cual ajo
a un vampiro lleno de altibajos.
En verdad, no os lo creáis,
soy amante de los tonos.
Es más, los esparzo online
para mostrar mis enojos.
puntos 6 | votos: 6
El muchacho feliz - nunca pasó en que era una perdiz
que jamás había volado en verdad.
Creyó que la vida eran esas letras,
a, be, ce, de...lo demás, rarezas
nacidas de este mundo de malezas
en las que todos perdidos andan
sin encontrar segadoras,
más que para sus propias alas.
Pero el muchacho feliz se topó con un hada,
que apenas lo vio pensó en una emboscada
para sacar al joven de su realidad tergiversada.
Su plan incluía a un dueño de los colores,
un prole constructor de encrucijadas,
que tomó al muchacho en sus salas cardíacas,
condenándole a comprarles piñones a las charas.
puntos 5 | votos: 5
Estoy lejos, muy lejos, - impactado, perplejo,
esperando que el azul y negro
luchen por dominar a la señora Noche
aunque a mí me de igual si no hay derroche
 de mis colores, saliva y flores.
Voy a ir de blanco, robando el banco
de las esperanzas guardas en un bote.
Voy a ir de blanco, para desafiarle
a la luna a un reto, a ver quién es capaz
de iluminar ahora lo que me queda,
si volveré asqueado de madrugada.
Habré comido pizza, alguna empanada,
bebido agua, soda o un vino de la explanada
y por mi culpa las farolas serán apedreadas
con la sal que en el corazón se me hizo roca,
montaña o cueva de una mar loca.
puntos 5 | votos: 5
Alquíleme alguno una habitación - en su corazón.
No importa la luz o la calefacción,
pues en mis sueños duermo en desiertos
bajo el candor de la vela del sol.
Yo sólo quiero un suelo que pisar,
algo tangible que amar.
Puede a egoísmo sonar,
pero ya no quiero aguantar
ver la arena del reloj pasear
y yo cual canario preso estar.
puntos 5 | votos: 5
Por poco y deshago - el ártico en mis manos.
Que alguien me ate o me embarco
en las naves  sin mandos,
para dirigirme a Nunca Jamás,
o a Siempre Sin Más, yo que sé.
No puedo ver desde esta acera
mis tristes tardes y sus cafés
cargados de amargura y carreras
en las que el premio era un porqué.
·
Yo nada más estoy en una llanura de plumas,
un pantano sin dudas, una colina brusca.
Todos se visten de afecto y me apuran,
a recibirlos en casa pues procuran
llenarme de azúcar y café,
un café sin negrura
porque está él.

puntos 4 | votos: 6
Rayos, - no quiero irme de esta estrella.
Gallos,
les ruego, engañen la noche bella
callando mañana sus querellas.
·
Ésta es una propuesta:
levántense, den una nota grave
que sólo la oigan sus amantes,
y alégrense con ellas
en su nido bramante.
·
Yo, por mi parte, me quedo en la luna,
en Urano, en Saturno o entre brumas,
sonrojos y labios que vencen mi cordura.
¿Me harán el favor de apoyar mi locura?
Les doy todos los días maíz de ternura,
cultivado con abono de sus dulzuras,
no pidan más, no sean caraduras.
¿Hay o no hay trato hoy, astutas?
Quiero dormir sin amargura,
muero con estas ataduras.
puntos 4 | votos: 4
Se comió un bombón de chocolate. - Y fue dulce un momento en balde,
porque se sentía inútil y solo
como un muñeco sin sastre,
como un lobo ciego  y sordo,
en un bosque sin luna grande.
Se sentó en la primera nube que vio
a masticar las avellanas crueles
que le recordaban siempre que dio
mil razones para vivir sin rieles.
puntos 11 | votos: 11
Dices que soy un postre, - una tarta sin nombre
oculta tras un escaparate negro.
Yo afirmo que tú eres la nata montada,
las fresas, el azúcar y las manzanas.
·
Siéntome desfallecer cuando cierra el local,
me pongo a llorar, 
mis lágrimas no son dulces como dices tú.
No pienso en triunfar,
ni en escalar mil montañas, o en ver Katmandú.
Quiero que tus abrazos de píxeles
sean verdaderos y sin límites.
 ·
Deseo tanto tus palabras de caramelo
que sin ellas ni tirito de frío. 
Voy peor que un trozo de hielo en un aserradero.
Pero, ¿qué puedo exigirle a un sabio tras el espejo
que no sea oye mis rabias y consuélame, te ruego?
puntos 15 | votos: 15
Oí a lo lejos un estridente sonido, - un chasquido, dos besos y mil latidos.
Todos quieren destruirme pensé,
mas me di cuenta de por qué canté:
porque me daba igual
ser un Van Gogh o un Notre Dame,
un triste salón o un vendaval.
Yo sólo quería aletear fuera del agua
como un pez volador en sus tardes,
yo nada más buscaba alargar las aes
para sentir cosquilleo en el alma.
Así que no, no me destruirán
sus chasquidos, sus besos, sus latidos
Porque no, no me impedirán
que yo secuestre el aire para cantar.
puntos 5 | votos: 5
Se ha quemado el estofado - junto con mis raíces y aplausos,
cerca de mis voces y sablazos.
Doy un portazo y oigo mi llanto.
¡No quiero oler a pescado!
Acepto los chocolates del pesado
para que no piensen que me ha espantado
sus reiteradas amenazas de guerra.
Cambiaré el agua al canario,
no vaya a ser que un día me vea presa
de un maléfico hechizo agrio
de esas brujas rastreras que ni cuentan
hasta diez.
Qué soez,
volveré a dormir nerviosa
como un pez
en un lecho hecho de prosa.

puntos 7 | votos: 7
¿Qué diablos me ha pasado? - Antes dormía por las noches y despertaba en las mañanas,
pero me veo últimamente en mi castillo, solo y sin ganas,
esperando que unas fútiles palabras tomen las murallas
de aquel hipotético caballero que robó mis miradas.
Mis amaneceres se fueron porque aposté las velas
de la cena donde devoraron mi corazón y sus penas.
Mas los malditos glotones dejaron la rabia quieta
en la esquina de aquella calle donde no había tiendas
en las que pudiera birlar una cantimplora llena
de esas esencias que hace mucho construyeron un yo.
Ahora me queda, cual víbora fea, amar el suelo
en busca de alguna manzana, alguna pera, un señuelo
que me haga volver de alguna forma a la realidad,
y que me dé dos tortas para que alcance la verdad,
pues, ¿qué es real? Que yo soy esto: mi propia enemistad.
puntos 12 | votos: 12
Porque somos capaces de crear, - pero preferimos que nos lo den todo hecho.
puntos 5 | votos: 7
Los letreros me hacen pequeño - y no consigo distinguir los días de ensueño
en los que el perro juega ignorando al dueño.
Soy como un helado en una tacita de café:
pocas cucharaditas me sacan todo de dentro
y no consigo saber qué es en lo que fallé.
Nací, crecí, vertí en papeles mis palabras
pero jamás supe si un día tuvieron valor
más que para mí, un seco y solo mí.
Me envidio por estar de pie, sí, es así,
me tengo rabia, además, por no divertir
a los rinconcitos de mi corazón.
¡Sé más valiente, carajo! ¡Se ríen de ti
los eucaliptos del paseo al verte pasar
saltando con la desolación de la mano
tomándolo por compañero de antaño!
Mas no me hago caso a mí mismo.
En los años de aguamarina me veo morir
tecleando en el computador: me partí.
puntos 12 | votos: 12
Nunca olvido las fresas - que dejaste en el jardín
por querer tener frescas
las memorias de un jazmín.

Traje de esas fechas
muchas sombras huecas,
destrozadas mechas
de un fuego intenso que habitaba en mí.
El naranja caía sobre ti
en esa tarde de abril,
mas jamás supe si al fin
don Sol fue feliz así.
puntos 3 | votos: 3
Monopolizan las señoras las colas - mientras miro el reloj y pasan las horas.
Gruesos cristales van a guardar las trolas
y pasan ellas: muestro mis aureolas.
Estornudo, quiebro mis pulmones con viento de duda,
pero mi alma quiere un rígido camino, ¡cabezuda!
Has leído muchas sospechas,
mas te cuesta dejar tus salsas
porque sabes que si te engañas,
no es fácil luego encontrar balsas.

puntos 9 | votos: 9
Siento que esta noche - de verdad me ahogaré,
con el yunque de mis meditaciones
atado fuertemente al pie.
Nadie me salvará,
las doncellas enfadadas están
por mi parsimonia obsoleta
de chico romántico y cateto,
que sueña con una luna, sin cráteres, bella;
que viaja por mundos, sin mártires, adversos.
puntos 9 | votos: 9
Las horas más preciosas de mi vida: - lo dejé todo reposando en agua.
Él me vino con almendras y cuerdillas
a tocar notas para mis dendritas.
No lo detengan, morales malditas
de esta enferma sociedad sin tiritas.
Les doy mi casa, el perro, mis heridas,
pero no oséis vosotras con sabrinas
aplastar mis mil baladas queridas.
puntos 6 | votos: 6
Conocí a un chico metafórico - en un mundo metafísico.
Buscaba él amapolas marchitas,
pero tenía el corazón chiquito.
Nadie quiso dejar de mirar
sus propios pies e ir a ayudar
por lo que tuve que desencadenar
los vendavales de mi palpitar.
¡Qué corte, no me miren balbucear!

Pero fue grata la recompensa:
él es alto como el cielo,
llena de amor mis despensas.
Va cual grajo sobre el viento
cuando el amor roba mis defensas.
puntos 6 | votos: 10
A veces eres realmente dulce, - como las navidades, el verano y un cachorro juntos.
Un día la luna abrió las cortinas 
y apareciste tú en su lugar,
blanca como ella y las estrellas.
Tu mirada fija me empequeñecía,
como un hielo bajo el sol me derretía.

No supe bien qué diablos pasó
mas me vi más tarde con candor
tiritando de pasión entre helechos,
cuestionándome tales hechos
y escondiendo mi talón.
puntos 7 | votos: 7
Bendito sea el sol - y benditas sus bufandas.
Montan todo un cielo para mí
sin que yo les pague nada.
Yo les pido disculpas a ambos
si alguna vez lloré sin trapos
bajo sus techos y sus prados.
Ésta es mi crisis,
no seréis vosotros culpados
pues soy de piscis.

puntos 14 | votos: 16
¿Qué más les da a ustedes - por donde paso, qué rama piso
o si somos crueles?
¿Métome yo en sus charlas
abogando por mis cábalas?
No, me preocupan más las sábanas
esas que despiertan cada sábado
con las manchas de mis grises llantos,
mientras sentaditas esperan que lleguen
soldaditos de plomo con vivos cantos
para dar luz al rostro y despertar sus bardos.
puntos 3 | votos: 3
Cual cascabel - tintinea mi corazón.
Aparece el timonel
y pierdo la razón.

Venga usted con su lomo y su espadón,
cantando con la charas, ¡qué bailón!
Yo lo miro perplejo, desde el espejo,
y no me manejo, ¡qué disparejo!
¿Por qué con usted no me emparejo,
si lo quiero como un arbolejo?

Quizás es que no formo parte de su asunto. 
Si es así, véalo claro, nada le adjunto
y me marcho, a saber si dolido, a Sagunto.
puntos 14 | votos: 14
El camino el prado guía, - erróneo y ventoso se erguía,
leyendo y loando la elegía
de almas que están perdidas
en sus panoramas sin salidas.

Voltéese la mirada de la urbe
por penas que antaño tuve.
Yendo saltando la vía anduve
y me dijieron entonces asume,
refiriéndose a mis aludes,
a saber: hice, de amores, perfumes.
Échenme la culpa si ven que tal,
poco importa si el cielo exhorta
a que luzca con valor mi horas.
puntos 7 | votos: 7
Llévame a donde - te vea convertirte
en viento fuerte
que se lleve mis raíces.

Guíame hasta donde tú
te unes con mi espíritu
alzando este ímpetu.

Acompáñame hasta donde
el tiempo de golpes,
para que vaya a galope
de ese caballo salvaje que es,
y que tú no me dejas ver.

¿A dónde vas?
¿Sostendrás lo fugaz?
Pues cual alcatraz
veo por toda tu faz
que reflejás
tu sonrisa en el haz.
puntos 5 | votos: 5
¡Qué rabia que me abracen con labia! - ¡Ni que fuera yo el maestro de sus viles patrañas!
¡Déjenme en paz! Me quedo tieso bajo el almendro,
y no me levanto hasta que no tomo mi aliento:
que sea volar, el amor, la justicia, incluso odiar,
pero como el rayo, el calor, la alegría os voy a tapar.
Detened vuestros pies en el escalón,
porque os aviso en mi frontón,
que este no es lugar para el patrón
de esos juegos sin sazón.

puntos 5 | votos: 5
A girar, si la vida te da igual, - si te podrá la desidia y te hundirás en un grial.
Cual ave que coge pez con fuerza,
rompe ese maleficio de tristeza.
Aplasta contra la pared esa rabieta, esa angustia:
ansiedad sin sentido dirán, tiene justificación,
pero eso a la gente ¿qué más le dará?
No eres tú el payaso que su vida alegrará
así que guarden sus palabras donde el viento las encontrará.
¡Ah, cuánto sinsentido me encuentro por el camino!
¡Que me envuelva de una vez la dichosa cólera 
que espera en la puerta de mi depravada mente triunfar!
¡Yo no voy a hacer nada más por esta realidad,
que no sea agrietar el suelo y buscar felicidad!
puntos 6 | votos: 6
Te reirás, te reirás, - y hasta tus mejillas te dolerán.
No supiste hacerme otra cosa que traicionar,
escoltar y loar este raudal que era mi pesar.
Si sé bien yo que la vida es sueño,
no sé porque pongo mi empeño,
en que el cielo me lo dé su dueño,
cuando le tengo atado el cuello,
haciéndole creer que es bello,
si bien él sabe que sólo es un sello
para que mi saber sea un destello
y controle cual luz sus resuellos.
puntos 9 | votos: 9
Paseando, lentas mañanas, - observaba a los chicos, sus camisas blancas.
La vanidad de varios, irrisoria,
pero entre tantos, siempre gloria.
Escueto cual novela sin historia,
veía de tarde,  de noche,
el muchacho de sus memorias.
Anda él lento.
El aire apedrea,
en su tierno intento,
de que él le vea.
puntos 7 | votos: 7
Envuélvame usted en quietud - no es vana solicitud,
pues puede que sea lo que sane mi ímpetu,
libidinoso  pero locuaz,
lo que descuaje esta pasión, para mí, alud,
tormentoso pesar fugaz.
Heraldo de mis más profundas rabias,
caballero de mis más tontas salas
satisfechas de angustia y ansiedad,
que no por ello le hacen enfermedad,
asista su persona a esta noche de velas.
Deje allí su manto,
y corónese santo.
Será venerado siempre,
de ahí que a la suerte tiente.
puntos 8 | votos: 8
Yo soplé las cenizas del ayer: - deseaba dejar de ser un monigote pegado a una luz como mosquito,
porque eso no era lo que yo quería verme ser.
Zarpa por hoy el barco de mis delirios y el sayo del pasado me quito:
no hace tanto frío para mantenerme cómodo y caliente en la lontananza,
yo quiero mirar el mar bravo, y comprobar si mi fulgor a la vida alcanza.
Ya me da igual que me tiemblen las manos, no será la primera vez.
Ya da lo mismo que se caigan mis cimientos, soy al completo idiotez.
Sólo quiero saber si, algún día, alguna tez
vendrá para sacar de mí esta avidez,
porque cuando fuera del agua está el pez,
siempre hay algo que se lleva su timidez.

puntos 4 | votos: 4
Que nadie me enseñe lo que es soñar - Que tengo el corazón hecho espuma de tanto vacilar,
pues yo no soy de hierro:
cuando maúlla el gato,
como folio terso me pliego.
Que nadie me diga quién me quiso,
pues sé bien como hacer un guiso:
presiono mi rabia contra un esquisto,
y remuevo el cielo, pues se cree listo.
¿Qué sabe él? Que vengo de improvisto.
Yo soy misterio en el frontón del portal,
porque de puertas para lo inciso,
me quedo rígido como el nogal.
puntos 4 | votos: 4
Que salga él del mar - Que no tengo miedo, que soy de fiar.
No me doblegaré ante un ademán,
pues soy de quienes beben fuerte el champán.
Rompo la porcelana de su persuasión,
no me guío por la lascivia.
Atravieso el muro de su falsa conmoción,
no valgo para una mentira pía.
Detengo ese vendaval suyo cautivador,
pues, señor, yo me guío por amor.
puntos 2 | votos: 4
Al ingrato que me deje en shock - le doy unos zapatos comprados en stock.
Que no vea que es él quien causa mi tos,
pues de saberlo seguro alzaría la voz.
No quiero volverme un pájaro embobado
por las divinidades del plebeyo del barrio,
si bien sé que ya llegó el momento
en el que amor ha traído el viento.
puntos 5 | votos: 5
Vuelva a su puesto, Hostilidad. - No es nadie usted aquí, no traiga intranquilidad.
Los corazones humanos ya están repletos de remordimientos,
para que venga usted y les cuente que hay enemigos, y cientos.
Póngase el uniforme y retírese, por favor.
Ha sido suficiente la masacre de sentimientos por hoy.
El hombre tiene máscaras, cientas,
pero las malgastan cogiéndolas a tientas.
¿Por qué hemos de depender del daño?
¿No nos vuelve esto más huraños?
¿Quién no quiere que el mundo cambie en unos años,
o que, al menos, los guardias que cuidan a los ermitaños,
con agua y jabón de paz les den un largo y buen baño?
puntos 1 | votos: 1
¿Qué valor tengo - si soy un mozo que de decidir me abstengo?
¿Si cuando intento coger un cuenco,
su destino es casi siempre el áspero suelo;
y de verme, aun si joven, obsoleto en espejo,
carburo en que mi reflejo es más real que mi pescuezo?
Cambie usted, buen hombre llamado mundo,
esa concepción del adolescente como hombre inmundo,
a quien se le atribuye lascivia y errores rotundos,
cuando bien sabe hasta el pez de lo más profundo,
que la potencia de la vida está en ese ser furibundo.





LOS MEJORES CARTELES DE

Número de visitas: 11429858834 | Usuarios registrados: 2057129 | Clasificación de usuarios
Carteles en la página: 8001339, hoy: 6, ayer: 60
blog.desmotivaciones.es
Contacto | Reglas
▲▲▲

Valid HTML 5 Valid CSS!