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29.11.2010

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Veterano Nivel 3Geek

puntos 14 | votos: 16
Mi corazón late - Pero sin sentido.
Siguiendo el ritmo diacrónico del silencio, volviéndome loca.
La bilis sube y baja por mi esófago buscando otra salida, otra
alternativa, 
hospeda en mi boca, deshaciendo mis dientes cual ácido o caries.
En el erguirse de mis bellos y mi piel de gallina noto el
endurecimiento de mi yugular, bebiendo de si misma, acabando consigo
como cualquier suicidio inexorable.
Y aquí llega el fin de mi existencia,
mi esperada postrimería,
ahí voy, al cauce del ocaso.
puntos 8 | votos: 8
Siento realmente - Que nada encaja conmigo, que todo a mi al rededor es un anillo de
dedos fornidos, pocos lo pueden usar,  y otros optan por usarlo y les
viene mal.
Seres de nombre propio, un lugar y una razón por la que estar en el.
Sintiéndome como un edificio vacío al que entran sin aviso, 
rompiendo el piso, las ventanas, las murallas y al parecer el fisco.
Roban el cobre que de mis labios se desprenden,
y no entienden que la razón, osadía y distinción no se obtienen
así de fácilmente.

Cayendo al abismo por mi don, menuda tropelía.
La sangre corre y pesa, cansada, exhausta, se tiende en mis venas, 
llenas del hierro de mis palabras y el oxígeno de mis exhalos de
alivio.
Y aun estando en mi sigue sin ser mía, abre los ojos y vuelve a caer,
tiñendo mi piel de su color cerúleo.
puntos 13 | votos: 13
Y notar - La presión de miradas punzantes como cuchillos levitados,
de recalcos degradantes.
Y notar la presión de las yemas de mis dedos,
que dormidas están por la saliva de sus besos.
Comer de la sensación de exasperación,
demencial, imprudente,
un alma negligente,
que corre por los filos de las piscinas y trepa las ramas torcidas.
Torcidas como mis dientes,
o quizá de mejor aspecto,
que al elevar mis comisuras dejo entrever una media luna.
Media como esa naranja sin jugo, sin semilla, sin ardor,
de luto, por la perdida de su consorte.
puntos 7 | votos: 9
Lamentos existentes - Que en mi cabeza retumban, actuando en mi como actos sin sentido, como
suspiros sin razón.
Crujen mis dedos al estirarse, al extenderse para alcanzar la ventana,
la ventana que deja entrar el aire que no me ahogue si aún puedo
respirar
Y respiro, cierro los ojos al mirar la verdad, miro dentro de mi,
miro con franqueza.
Ya no hay llanto, ya no hay nada.
 Y acariciar mi tersa piel, y notar ausencia,
pues no hacen falta lágrimas para llorar.
puntos 9 | votos: 9
Me he dado cuenta - Ya abrí los ojos, no hay vuelta atrás...
El comprender y su muerte lenta y más allá lo intuí,
Intuí verme en la situación, intuí verte a ti sin anhelo a mi piel,
sin ambición, con condición. 
Escapo volando, alada de mariposas posadas en mis brazos,
llenándome de una túnica colorida.
Una faceta que no combina con mi rostro.

puntos 9 | votos: 9
El viento y su distancia - De la mano van.
Se ponen de rodillas y me soplan la brisca fría de su colonia,
me rozan con las hojas de arce, y las astillas que arrastran desde lejos.
Y más lejos viaja mi sentimiento, mi alma va de vuelo, 
alzando sus alas mojadas, atravesando la bóveda celeste, y más allá el orbe.
Taladra mis sentidos, revolotea a mi al rededor.
Hazme recuperar la compostura.
puntos 12 | votos: 12
Caigo tantas veces - En el error de suspirar cuando no es debido,
suspirar de pena, suspirar y envenenar un oxígeno puro de dióxido de
carbono.
Actúo como un tósigo que maldice a todos a mi al rededor, mientras
actúa su muerte lenta, embriagadora y desdichada. 
Mientras se quedan mis ojos sin techo, mis manos tachadas de impuras,
y mus rodillas magulladas de la dulzura, 
dulzura de las cañas de azúcar con las que golpeo mis tobillos, 
con las que mortifico mi existencia.
puntos 13 | votos: 13
No entiendo - Las voces que en mi cabeza se alzan, pues el pitido de mis oídos y el
borbotar de mi herida las callan.
Encolerizo las garras heridas del silencio, prohibiendo su paso en mi
interior, pero aun así rodea mi palpable exterior.
Representando así como mil brazos, brazos que acarician mis pieles
con rasguños, y curan mi sonrisa con aflicción.
puntos 15 | votos: 15
Confundí tu mano amiga - Con una señal de prohibido el paso,
Siento mi equivocación, mi estúpida equivocación
que hizo que alejaras tus pensamientos más allá de mi estampa,
haz volar las palabras, pues están estancadas y solamente se
mantienen al aire,
mantienes la faceta constante de cautela e indiferencia, deja de
fruncir el ceño, 
esa no es tu expresión del día a día, esa no es la expresión de
rutina a la que estoy acostumbrada.
Pon tu cara altiva, y las cejas, no serán lo único que hagas
elevar...
sino las comisuras de mis labios.
puntos 18 | votos: 18
No necesitas llorar - Para hacer ver que estás triste, pues se ve a la legua.
Pierdes el color de tus mejillas y el sentido del habla,
Los ojos que antes no dejaban de expresar se vuelven oscuros y
distantes,
fríos como estacas de escarcha que apuñalan tus labios, y al hablar
escupieras pedazos de ti que te duelen perder.

puntos 17 | votos: 19
· - Sentir que cada paso que doy es despreciado,
como si cada suspiro que doy fuera una pena de muerte,
un pecado.
Sentir como si debiera pedir perdón por existir.
puntos 9 | votos: 9
Algunas veces - Esperan que seas fuerte, que no te derrumbes, pues ellos se verían
obligados a fingir una falsa tristeza o compasión por ti.
Pretenden que sonrías a cada momento, y así ellos estar tranquilos,
pero cuando te ven sin sonrisa, lo único que son capaces de hacer es
mirarte con recelo y pena pensando Pobre chica.

Maldita pausa antes de entrar por la puerta,
que la sigue un suspiro rutinario y después una falsa sonrisa de
oreja a oreja.
Mientras finges ser feliz, recibes las miradas curiosas como dagas
ardientes clavándose y retorciéndose dentro de tu pecho, vetando al
oxigeno pasar,
e impidiendo hablar.
-¿Qué tal estás? 
+-Bien.
 Esos segundos de conversación convertidos en una incómoda
situación,
pues e hace incómoda, por encajar su sonrisa aliviada en forma de
seguidos puñetazos en el estómago.
puntos 8 | votos: 8
Marcados quedan mis sueños - En mi ilusa cubierta, como si de un barco perdido en el océano se
tratara mi cuerpo.
Limpiando la sal de la mar en los baos, como arrancando la costra dura
de mis heridas.
Escuece mi cuello, con tortícolis y cansado, de mirar las estrellas y
soñar más allá del cielo.

Mi cuerpo, mi sola inexistencia es la herida del perfecto universo,
que imperfecto se vuelve con mi presencia,
como si yo fuese la brisa, y sus estrellas las velas que apago con mi
paso.
puntos 11 | votos: 11
Aquellos momentos del dia - En los que no estabas más que en mis pensamientos,
Aquellos momentos del día en los que cada cosa que hacía estabas conmigo.
En los que mi rutina, era la tuya, pues la compartíamos.
---
Y aparecías en ellos, pero vestido de negro.
Y precisamente, esa rutina...
Esa rutina es la que me hizo tan difícil conseguir olvidar.
puntos 5 | votos: 5
Escondo mis gritos - Tras mis labios mudos.
Desgarrados, como las palabras que de ellos han salido,
como las verdades que a ellas se han zurcido.
Pequeños murmullos arrebatadores de confianza se extienden por el
terruño,
regando su tierra de mentiras y suspicacia, mientras del cielo jarrean
diamantes negros irrigados de codicia.
Dulce sabor el de esta, que amargo es el principio, pero como un
sortilegio se vuelve fiel y partidario, siguiendo tus pasos inseguros
y mojados, de la lluvia que por los mechones de pelo gotean.
 Y como un castigo divino, el tósigo empieza a funcionar,
cuando ya empecé a apreciar mis venas, mis suspiros,
y cada anhelante exhalo que doy... O daba,
Pues tarde es,
ya me corrompí de tu ponzoña, ya corrompida mi alma está de
soledad...
El mayor veneno, el mayor cianuro impresentable.

puntos 9 | votos: 9
No deseo ahogarme - Entre plegarias, bañarme entre antiguas ilusiones incumplidas,
No deseo borrar mi memoria del mapa, ni saciar la sed de venganza que
me mantiene con vida.
Solo tengo un anhelo,
quebrar tus sueños, tus llantos, tu agonía,
y simplemente serás mi fiel marioneta, a la que pondré nombre,
trajes graciosos y haré bailar humillando tu alma,
y denigrando tu apellido.
puntos 14 | votos: 14
Enloquezco - Más y más cada día, cuanto más rápido pasa el tiempo, 
mientras muero en vida, de pie, 
fría y solitaria, como una lámpara de papel,
que pese a el calor del fuego, se mantiene tenue, como suiza,
incapaz de aceptar el sortilegio de ambas posturas.
Más pasa el tiempo, y más tiempo tengo.
Y me dispongo a cimentar mi silencio,
devanando sus hebras a mis labios.
puntos 8 | votos: 8
Juego con mi vida - Anudando su frágil cordel a mi, jugueteando con el, e incluso
rompiéndolo.
Ajena a que ese insignificante ente me da la savia para seguir morando
mi cuerpo y no partir hacia el averno. 
Ante mi se presenta un arpa, puedo hacer que sea una cuerda más de
ella anudando ambos extremos en posición paralela.
 Y sería una cuerda diferente a las demás, una persona diferente,
una vida desigual.
Pues las demás cuerdas trasparentes son, 
y la mía unicolor es.
puntos 6 | votos: 8
Pienso - y vuelvo a pensar.
En el sonido de tu voz, me hiela la sangre, me para el corazón.
Impide a mi mente centrarse, pues tú eres mi conciencia y yo tu fiel
esclava,
fustiga mi vida, fustiga mi alma, castiga mi existencia.
Haz que me arrepienta de aquella lágrima que pude causar,
de aquel suspiro que pude agotar.
Estás loca
Fueron tus últimas palabras, oh, cuánta razón tenías fiel
sístole,
formas ya parte de mi, como esa gotita de sangre que se derrama por
mis orejas pero mis poros vuelven a absorber como el líquido que
hidrata mi alma, que hidrata mi simple presencia perpetua.
Me siento en el polvoriento sillón de años, con trapados y encajes
en las puntas,
a seguir pensando, por si cedo y empiezo a flaquear, al menos tengo un
lugar donde caer muerta.
puntos 10 | votos: 10
Algún día - Respiraré y no será polvo.
La lluvia bañará mi piel y no la dejará pegajosa.
Dejaré de oler a azufre y cenizas.
Cenizas, si, así es, pues por dentro estoy incinerada, llévese mis cenizas,
déjelas en una lata de atún abierta o en una fiambrera sin tapa,
solo pido mantenerme en un lugar seco, 
que el viento no me lleve, no me esparza pues no floreceré.

 Y dentro de mi sé que hay amor...
Imaginario, pero lo hay.
Levita en mi las esquirlas de los cirros, levita en mi el universo,
Haz levitar mis pies, hazme volar, alejame del suelo,
recoge con una pala y un cepillo la dignidad que bajo tierra ha quedado.

puntos 6 | votos: 6
Marcando mi piel - De momentos desnudos, momentos frágiles y nulos.
Buscando mi alma a través de las grietas que de las cristaleras
parten,
mirando a través de las fisuras de ese espejo trasparente, que cortan
mi cara nívea con los rayos que de las nubes sale. 
Y aun noto, el calor que de mi piel sale,
mostrándose en forma de humo, que de mis poros parte.
Las mariposas azules revolotean, camuflándose en el inexacto cielo
azul.
Me pesan los pies, pues diez kilos de culpabilidad se han añadido a
mi moribundo cuerpecillo de mayólica.
puntos 6 | votos: 6
Dices ser tu misma - Dices que vives la vida mejor que nadie,
que observas cada cambio y das cada paso como si fuera el último.
Pero me pregunto si alguna vez
te has percatado de como cambian las hojas en otoño.
O si has escuchado el sonido que dan tus plantas descalzas al pisar el
suelo frío.
Si has seguido con la mirada cada linea de tus huellas dactilares.
Si has sentido cada exhalo que das, o si sientes cómo el oxígeno se
convierte en dióxido de carbono.

Y solo si dices que has vivido esas experiencias, y más,
Te creeré.
puntos 19 | votos: 21
La gente piensa - Que es imposible vivir sin amor.
Sin sentir.
Sin familia.
Sin amigos.
Sin compañía.

Pero yo creo que el oxígeno tiene más importancia.
puntos 4 | votos: 4
Me hundo en las lágrimas ajenas - De todos los aliados a los que he fallado, uno en especial.
El que más sollozó, el que más pétalos de rosa arrancó.
Buscando el amor, entre el perfume ligero de las Orquídeas, 
indagando en el polen de las amapolas,
un anillo de bodas. 
Y tanto tanto le fallé,
que corté sus flores más preciadas, arranqué el cordel de su alma,
y mientras yacía ahogado entre sus propios hálitos,
le entregué el ramo que de su mismo ser había crecido,
y yo había cortado.
puntos 7 | votos: 7
No es justicia - Pero me gusta su sabor.
La calidez que desprende, el aroma que desata.
El aire cargado asía mis alas amodorradas con los soplos de las nubes
y la energía del sol.
La vaina que sucede a mi piel se rompe, se quiebra, se casca,
haciendo que lo más sincero de mi se pueda ver entre los resquicios
de ella.
 Sincero no es la palabra, pues la sinceridad se ilumina con una luz
blanca y en mi interior solo hay oscuridad.
Mi sangre es borgoña y no sabe a dulce,
Mi mente y mi corazón son polos opuestos,
que chocan, pues los dos quieren que elija la opción equivocada, 
Una lleva a la muerte y la otra es un simple suicidio social.

puntos 5 | votos: 5
Me regodeo en el silencio - Que mi mente ha creado, tras tu haberme arrebatado un sentido.
Vago por las sombras, pues la luz del sol me incinera y el viento me
lleva esparciendo mis restos como semillas mientras la lluvia ácida
hace que crezca en forma de una rosa deshojada. 
Una rosa diferente, que no pegue con este ambiente de felicidad y
navidad.
La única sin espinas, débil será y no podrá protegerse.
La única sin el rocío de cada mañana.
La única a la que no le querrán poner un lazo bonito, meterla en un
jarrón ni regalarla a sus novias.

Presa de la enfermedad llamada soledad, me dispongo a salir a la luz
del sol.
Me incinero.
Pero no me incinera la luz del sol, sino las miradas extrañadas de la
gente; algunas de odio, otras de vergüenza ajena.
Sopla el viento, y le acompaño.
El sol se acerca a mi, en vez de yo a el, se dispone a fundirme con su
abrazo, pero el viento me separa de su mano amiga. 
Y por fin, aterrizo.
Pasan años y años, pues para mi sorpresa...
Caí en tierra estéril, y no puedo florecer.
puntos 7 | votos: 7
Tenía alas - O eso creía.
Pues ilusa siempre he sido, y soy capaz de creer que hay magia en un
simple botón solo por la cantidad de ropajes en los que ha estado.
Semejan alas mis omóplatos notados, quizá eso hacía que me sintiera
especial,
diferente a los demás, con ilusión de algún día echar a volar,
dejar atrás mis pesadas sandalias y cortar las raíces que en tierra
me mantienen.

Y quizá, solo quizá sea el aire bajo las plantas de mis pies el
que me hace sentir en el cielo, el que hace levitar mis pestañas, el
que me aleja del suelo.
Estiro y estiro mi brazo para tocar las nubes y conseguir su tacto a
frescura, a distancia, su sabor a romper las reglas, a romper la
realidad.
Pero llega la oscura noche y sus miles de luceros despiertan,
cegando mis ojos y arropándome con néctar.
Cubriendo mis labios con la manta de la inocencia, 
y sirviendo el suspiro letal, a mis alas ahora inexistentes.
puntos 8 | votos: 8
Al fin me doy cuenta - Tengo alma, sí, así es.
Mírala, ahí está, sacudiendo sus pequeñas alas al ritmo
vertiginoso de un colibrí.
Las ondas de su rudo latir fustigan mi piel provocando pequeños
desgarres por el que ella intenta salir.
No te vayas, vida, no te marches, existencia...
Que la savia que produces en mi ser, sacia la sed de mi inhóspito
interior. 

Quizá sea el movimiento impetuoso de mis brazos tras de ti lo que
te asusta,
y haga que huyas despavorida, psique mía.
Pero te comprendo, pues las garras que en mis manos hay harían huir
al más fiero Siberiano.
 No marches sin mi,
deja que disfrute del nuevo sabor que tiene el aire,
deja que me deleiten los nuevos olores de la vida,
No marches sin mi, dulce y querida esencia.
puntos 5 | votos: 9
Tengo la impresión - De que  todos están contra mi.
Intento llamar la atención, haciendo equilibrios encima de un cordel
atado a dos arboles siniestros al borde de un precipicio. 
Intento llamar la atención escondiendo objetos de uso habitual en los
escondrijos de la casa; bajo una tabla del machacado suelo de madera o
en una vieja caja de calzado. 
El cuello alegre de mi colorido jersey me asfixia, marcando  de hilos
mi garganta 
y suprimiendo mi añeja forma de hablar.

Convertida en infantil, esta es indigna de escuchar.
Y pese siendo sus entonaciones muy seguras,
nadie escucha a la pobre Gabrihëhlla.
Pues habla con los rosados labios de una niña,
pero con la mente medrada.
puntos 12 | votos: 12
Me resulta imposible - Salir de la rutina, pues encerrada en ella estoy.
No me molesta sentir la sangre gotear por la yema de mis dedos ni
tampoco el sentir la piel de mis muñecas desgarrada por las esposas.
Duermo bajo la oscura falda de la rutina, mientras sus cabellos me
hacen cosquillas en la nariz .
Hablo por ti, querida.
Hablo por todos los que te han sufrido.
Hablo por todos los que afinan sus oídos,
para comprender el sonido de las cadenas que mis manos agitan.

puntos 8 | votos: 8
Despierto - De la narcosis que de mi se había apoderado, 
Sintiendo el frío de la realidad, y el escalofrío que producen en mi
espalda las gotas de lluvia que mis hombros bañan. 
Pican mis labios las espinas de la rosaleda de mi lengua, 
mortificando el silencio que en mi garganta se hospeda.

Plañendo el viento hace bailar mis lágrimas 
Utilizando su pureza como espejos,
para reflejar en la luna nívea el rostro de una joven desdichada.
puntos 12 | votos: 12
Me paro a suspirar - En cada paso que doy, pues no sé si es el correcto.
No sé si voy bien encaminada por esa escalera de chirridos, madera
humedecida por el frío y barandillas congeladas.
No sé si en algún momento mis pies resbalarán y me harán caer de
espaldas, precipitándome al vacío del aire de esa casa inhabitada,
mientras los hálitos cargados de polvo longevo dañan mi cara como
esquirlas de aire oxidado.

Hálitos que bañan mi sombra, como si de esta misma descendieran.
puntos 9 | votos: 9
Ese momento incómodo - En el que te das cuenta de que la cuestión es; Retirar lo dicho o morir.
puntos 11 | votos: 11
La conciencia - Actúa como una madre.
Siguiendo toda suciedad, como huellas culpables.
Arropando tus pensamientos, y manipulando la mente por tu bien. 
Quizá no haya peor condena que la conciencia,
Quizá la conciencia es un don, un mensajero venido a hacerte recapacitar.

Pero la verdad...
Es que ambas opciones son correctas.
puntos 13 | votos: 13
¿Para qué hablar? - No hago más que molestar con el sonido de mi voz, 
y siquiera sonido debiera llamarse, solo fragor, como cuando un rallo
abraza el césped, como cuando una piedra quiebra los ventanales. 
Froto mis dientes con rabia, produciéndose el chirriar de las puertas
pretéritas.

 Inhalo el dulce aroma del silencio, 
pues de mi semejanza ha nacido,
Se cobre usted mi sangre,
Se cobre usted mis venas,
Se cobre usted mis plumas,
Utilícese todo con corazón,
Use mi sangre como tintero,
Mis venas como inspiración,
Y las plumas de mis alas,
Para escribir mi lamento.

puntos 4 | votos: 4
Escondida - Tras el capullo de seda, ilusa.
Me siento segura, pero lo que no sé es que es tan trasparente como
las vidrieras de los áticos.
Mil lunas arrastro, colgando cada una de las hebras de mis manos,
desmembrando su alma, desmembrando su huella.
Desmembrando la historia de ellas.
Desaparece en mi la ilusión pues prestidigitadora era yo, antes de
convertirme en este dolo barato, consistente en ganar un par de
reales, y unas míseras migas de pan duro de anteayer. 

Fríos mis pies están, pero no quiero echarme atrás,
al contrario, deseo dar ese paso aunque muerta, congelada o carente de
exhalo deba darlo.
Pues mi alma está en mis plantas, guiando mis piernas por lugares, y
protegiendo mis pies de todos los guijarros traicioneros de los
suelos.
puntos 9 | votos: 9
Analizo - La expresión de La vida me ha sonreído, 
he intento imaginar cómo sería su apariencia, 
representándola inclusive en forma de inocente niña pequeña de ojos
castaños  y pelo rubizo, he podido hasta poder ver su sonrisa, una
sonrisa de dientes de leche imperfectos, encías rosadas y hoyuelos en
las mejillas.

No he visto los cabellos de esa inocencia en el viento
No he visto el sol como sus ojos.
Y al tocar el piano recordaré esa sonrisa llena de huecos.
puntos 5 | votos: 5
Mi alma pende de un hilo. - El hilo que de tus palabras brota, como si estas fueran las que
manejaran mi ser.
Mentiras y más mentiras desgarran ese fino cordel de color gris.
Gris, como el cuello del abrigo que estrangula mi cuello y ahoga mis
gritos.
Finos cortes en mis manos hay, pues cada beso educado proveniente de
tus labios es una esquirla que perdura en mi piel. 
Cántame, dulce caja sonora,
Cántame, pues esta noche estoy sola,
Cántame, los versos que tus falacias han creado,
Y ahora cántame, risa mía, que en mis labios oscilas silenciosa y
afligida.
puntos 20 | votos: 20
Qué facil - Y qué difícil es quitarse la vida.
Fácil, porque basta un simple corte para desterrar el alma de tu
cuerpo.
Difícil, porque el cerebro no le da la orden a la mano y se empeña
en recordar los momentos alegres que has vivido en forma de
largometraje.

Cuántas vidas dejaré a solas,
Cuántas almas arrebataré con mi simple ausencia,
Cuántos océanos de lágrimas se creará con mi recuerdo.
puntos 11 | votos: 11
Cuando sé - Que todo lo que me importa se desmorona,
que todo lo que alguna vez tuvo un sentido para mi lo ha perdido,
que cualquier murmullo se convierte en ruido.
Solo en ese momento estaré acabada,
sin fuerzas a seguir adelante delirando e inclusive mi mente estaría volando.
Pero no todo lo que me importa es la destrucción de mi ser,
sino el saber que la soledad es lo único que me queda,
que abrí la caja de Pandora y no quedaba esperanza...
Y ni el más inverosímil oxígeno.

 No es la lluvia lo que mi pelo moja,
No son las esquirlas de los cirros las que me hacen sangrar.
Tampoco es mi voz la que me hace cantar,
sino los trobadores que en mi interior hay haciendo vibrar las cuerdas de sus liras.

puntos 7 | votos: 7
No me hagas ver, - Más allá de mi dolor.
No me hagas sentir,
más allá de las caricias.
Solo hazme volar más allá del cielo, levita en mi el universo con
cintas de estrellas rodeando mis caderas que se mecen de lado a lado,
como si acunando a sus semillas estuvieran.
Respiro más allá del oxígeno, buscando la pureza del aire y
separando de la arena los minerales. 

Tanto miré el horizonte, deseosa, anhelante de libertad, que mis
ojos absorbieron su color.
Tanto besé tus labios que los míos imitaron tu hablar.
Tanto oía tu corazón rudo, que sus latidos me intimidaron,
E hicieron que el mio dejara de latir.
puntos 5 | votos: 5
Me duele el habla - Me duele el aliento
Me duelen las palabras
Me duele el movimiento
Me duele el aire
Me duele el pensar
El viento parpadea a mi al rededor, despistando mi mente y haciéndome
pensar e imaginar lo que sería sentir el calor de esa quimera llamada
amor.
Pues sentir solo he sentido el aprecio.
Siento el desorden en mi interior,
Noto como el horizonte se tuerce elevando el cielo como cual persiana
sin cerrar.

Y ahora mi voz vuelve a tener eco, vuelve a tener sonido, vuelve a
tener importancia.
Y ahora consigo entender lo que dicen sus palabras, lo que dicen los
murmullos, cuyo valor es igual que el de un pergamino antiguo guardado
bajo siete llaves de escarlata.
puntos 7 | votos: 7
Me pongo a imaginar - Cómo sería sentir tu cuerpo. 
El tacto de tus dedos.
La huella de tus besos.
Y en la inmensidad de tus ojos me pierdo, actuando cada parpadeo como
una luz fugaz que me despierta del sortilegio de tu mirada.

 Otra vez de nuevo, sola, hundidos los sueños.
Al pensar que eso es un flash...
Un destello.
puntos 8 | votos: 8
Desaparecerá - La opresión en mi pecho ese dolor embustero que me hacía sentir el
sol, el viento,  el aleteo con prisa de tu corazón.
Como una estrella candente que inundará mi alma de una luz blanca y
me sacará de este pozo tan negro.
Ya no puedo seguir luchando, creí estar próxima a conseguir mi
victoria, pero sin tu presencia no puedo lograrlo.
La muerte me devolverá a la inmensidad del mundo; me convertiré en
el césped que pisas y el oxígeno que respiras,
podré acariciarte mediante el tacto frío de los vientos.

Duerme mi corazón
Con los ojos despiertos,
la mirada perdida
en sueños que se perfilan.

Adiós, amor mío.
puntos 9 | votos: 9
Ver como mi vida - Se basa en la existencia de otra persona.
Como si cada suspiro que soltara fuera el viento que en mis oídos sopla,
como si un respiro de él, fuera un latido que mi corazón da.

 Y ver, como ya no es la gravedad la que te sostiene, sino sus manos.
Sentir el calor del sol como sus ojos cautelosos.
Ver como ya nada más importa, pues lo que sea puedes ser a su lado.

puntos 6 | votos: 6
No sé si lo que vivo - Será demasiado dolor para una persona corriente...
ordinaria y vulgar.
No sé si solo soy una plebeya...
o la princesa de las tinieblas.
No sé si solo soy los vientos...
O la sinfonía de ellos.
Y quizá... Y quizá solamente quizá mi alma tenga valor...
O mi corazón sirva de alimento para todos aquellos leones que
consiguieron arrancar las venas de mi vida y así...
Solo así...
Desterraron mi voz de mi cuerpo.

Pero quizá la esperanza que quedó únicamente en mi voz, pueda
brillar en forma de tentación en esos ojos secos y a la vez
brillantes de mi rostro.
Mi luz se mostrará en forma de sollozo en mi alma, en mi vida, en mis
ojos, en mis labios, en mis dedos, esos dedos que nunca pudieron 
acariciar el torso de una amistad.
puntos 4 | votos: 4
Quizá sea - El peso de la sangre seca sobre mis hombros lo que me impide volar.
O quizá poder no puedo pues la ausencia de unas alas plumadas hay y
nadie me puede hacer elevar.
Elevar con un cántico entre mis dientes, como aquel resto de comida
que nunca pude sacar de entre ellos.
Y en la misma situación está mi voz,
pues no puede salir y se limita a chocar con una barrera haciendo
rayos provocando en mi boca caries como aquella glucosa en forma de
secreto nunca revelado.

No sé si eso es lo que te impide oír, pues cuando hablo mi voz no
entra por tus oídos.
Sino por tu boca.
Bajando por tu garganta, mientras esta la ahoga con un gemido.
puntos 8 | votos: 8
No debería estar pensando en ti - Pero el baño está oscuro y mi subconsciente desea hacerme pasar
miedo.
Quizá la sangre bajo mis pies sirva de conductor eléctrico, quizá
las lagrimas que por mi cara corren ayuden a electrocutar la radio que
en mi mano hay.
Solo debo conectarla a la electricidad y luego tener el valor de
soltarla delicadamente;¿Pero por qué delicadamente?.
Si mis actos luego no valdrán nada, mirarán mis pies manchados de
sangre y mis muñecas ahogadas con expresión de tristeza.

¿Por qué molestarme en morir dignamente?
Ya mis actos están marcados y simplemente me recordarán como aquella
chica que existía pero su materia no ocupaba ningún espacio en el
universo.
Aquella chica que gastaba oxígeno por doquier, y con cada calada a la
vida suprimía la de todos a su al rededor como si de un parásito se
tratara.
puntos 4 | votos: 4
Tengo frío - Pero no porque el viento sople mis cabellos erizando mi piel como
caricias, sino por la ausencia del calor de un corazón palpitante en
mi interior.
No sé si eso que suena dentro de mi es la voz de mi conciencia dando
golpes para huir pues harta está de que yo no le haga caso.
Tampoco sé si ese olor que se desprende de mi piel es el olor de las
lágrimas que esta a absorbido o el olor a vainilla y nenuco de tu
cuello.

 Prefiero pensar... ilusionarme... o engañarme....
De que eso que suena dentro de mi es el melodioso sonido de mi ahogada
voz, pues intentando gritar está pero muda se ha quedado a causa de
los hilos que mis labios cosen.
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Intento ver dentro de mi - Pero al parecer la más oscura soledad se ha cernido sobre mi cuerpo,
pues dentro de mi cráneo hay telarañas y recuerdos en vez de un
cerebro.
Noto como mi visión se pierde porque mis pestañas torcidas dañan mi
iris como tus labios sobre mi cuerpo lo llenan de ácido.
Mis pecas notadas cuentan tus caricias, y son muchas.
¿Sentidas? 
Ninguna.

En lo más profundo de mi ser hay un leve presentimiento que me dice
que me amas y que tu amor es verdadero.
Una suposición tan pequeña como las briznas de polvo que respiro por
la boca.
Pobre y dulce Gabrihëhlla querida, nunca vio barrio sésamo como para
diferenciar lo grande de lo pequeño.





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