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Veterano Nivel 1

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Historial limpio - conciencia limpia
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¿Eres dios? -
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¡Tu, el de arriba! - Ya bajarás...
puntos 12 | votos: 12
un sueño hecho  - casi realidad
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¿Sabias que - en China comen perros?

puntos 15 | votos: 21
¿Sabias que... - si tratas de contener un estornudo, puedes romper un vaso sanguineo
en la cabeza o cuello y morir?
puntos 21 | votos: 23
¿Sabias que - cuando los conquistadores ingleses llegaron a australia, les
preguntaron a los nativos como se llamaba este animal y ellos
respondieron canguro  que significaba en su lengua no entiendo su
pregunta?
puntos 11 | votos: 13
¿Sabias que... -  Los antiguos romanos cuando tenían que decir la verdad en un juicio,
en vez de jurar sobre la Biblia como en la actualidad, lo hacían
apretándose los testículos con la mano derecha. De esta antigua
costumbre procede la palabra testificar?
puntos 4576 | votos: 4832
Nunca.. - Me dejes solo.
puntos 10 | votos: 10
Me joden por ser diferente - Porque escucho Rock
Porque soy espontanea
Porque no salgo a bailar
Porque no tengo muchos amigos
Porque admito que amo a mi abuela

Yo soy feliz, ellos?

GRACIAS FAMILIA POR ENSEÑARME ESTA IMPORTANTE LECCIÓN

GRACIAS, DESMOTIVACIONES.ES

Saludos desde Argentina

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Al otro lado de la vida 1x56 - En una cabaña en el bosque de Pardez
	31 de agosto de 2008

Yu fue el primero en despertar ese último día de agosto. Le llamó
la atención ver vacía la cama donde deberían haber dormido Sara y
Mario, pero no le dio mayor importancia. Caminó hacia la cocina de
la cabaña y encendió el fuego, alimentado por el gas de una gran
bombona de color naranja chillón, para luego colocar un cazo lleno
hasta los bordes de leche. Dejó el cazo sobre el fuego y se dirigió
al baño donde se aseó la cara mientras miraba por una pequeña
ventana con mosquitera. Estaba todo silencioso, no se oía ni el
cantar de los pájaros. Vació su vejiga y cuando volvió a la sala
principal, Nicolás y Nerea ya se habían despertado.
	Todo resultó tan tranquilo y tan normal, que horas más tarde
echarían de menos esa paz. Desayunaron sin prisas leche con cacao,
con unas galletas algo rancias que mejoraron al mojarse con la leche
chocolateada. La radio les acompañó gran parte de la mañana. El
boletín noticiario no dijo nada que les pudiera preocupar, y la
música les ayudó a desperezarse. Sin embargo, a medida que pasaba
el tiempo se iban mosqueando más y más. Si bien era evidente que
sus compañeros no habían dormido en la cabaña, ellos no eran nadie
para juzgarles, pero el mediodía se acercaba a marchas forzadas, y al
ver que no volvían empezaron a preocuparse.
NEREA –	Tal vez no hayan sabido encontrar el camino de vuelta.
YU – Ellos están dándose el lote.
NICOLÁS – El jodío chino, no sabe nada.
YU – No es chino, es japonés.
NICOLÁS – Bah, lo que sea.
NEREA –	¿Quieres decir que no se habrán perdido?
NICOLÁS – Me parece muy raro… Yo opto más por la  versión de
Yu.
NEREA –	No se… Es que… ya es muy tarde.
NICOLÁS – ¿Quieres que vayamos a buscarlos?
NEREA –	Me dejarías más tranquila, la verdad.
NICOLÁS – Pues no se hable más. Yu, ¿me acompañas?
	Yu frunció el entrecejo.
NICOLÁS – ¿Vienes conmigo a buscar a esos dos?
YU – ¡Ah! Si, si. Si, claro. Yu viene contigo.
NEREA –	Tened cuidado, ¿vale?
NICOLÁS – Esto es un parque natural protegido. Aquí lo más
grande que hay… es una ardilla voladora.
NEREA –	Lo que me preocupa no son los animales.
NICOLÁS – Quédate tranquila. Enseguida volveremos con ellos y
luego iremos a comer a un sitio que conozco no muy lejos, junto al
río, que tiene unas vistas impresionantes.
NEREA –	Vale, yo me ducharé de mientras.
NICOLÁS – No… no hay agua caliente.
NEREA –	No pasa nada. Así me despierto del todo.
NICOLÁS – Pues… eso, que… enseguida volvemos.
YU – Sayonara.
	Nicolás y Yu salieron de la cabaña y caminaron tranquilamente en
dirección a donde habían cenado la noche anterior al amparo de las
estrellas. Ahora el cielo estaba algo encapotado, y Nicolás temió
que se pusiera a llover y tuvieran que cancelar la comida al aire
libre para quedarse encerrados en la cabaña. El camino estaba algo
marcado en el suelo a razón de las reiteradas pisadas, pues era un
camino transitado con cierta frecuencia por cazadores y pescadores,
sin embargo Yu tuvo nuevamente la sensación que andaban sin rumbo
alguno, pues su sentido de la orientación era similar al de Sara.
	A mitad de camino de su destino encontraron una ardilla muerta. La
cantidad de sangre que había soltado no parecía corresponderse con
el tamaño que tenía. Estaba partida por la mitad y la parte de
abajo la vieron a unos metros de ahí. Tenía la cola empapada en su
propia sangre; había perdido todo el volumen y la belleza que había
tuvo en vida. No obstante faltaba un trozo de la pequeña rata de
bosque, como si algún animal se hubiera comido una parte y luego
hubiera continuado su camino. Nicolás empezó a barajar las
posibilidades de que un jabalí o un lobo rondasen por los
alrededores, pero sabía de sobras que eso no era posible. Eso aún
le puso más nervioso.
YU – ¿Qué ha hecho eso?
NICOLÁS – Otra ardilla no, eso seguro.
YU – ¿Entonces qué?
NICOLÁS – No lo sé, Yu. No sé que animal ha hecho esto. Tenía
entendido que aquí no había animales salvajes… peligrosos. Al
menos eso me dijo mi tío.
YU – Mintió.
NICOLÁS – Mira, no saquemos las cosas de quicio, ¿vale? Ha podido
ser un perro… Algún perro que se haya escapado de la ciudad y haya
venido a parar aquí. Los perros cazan presas pequeñas, no es tan
raro.
YU – Yo no digo nada.
NICOLÁS – Mejor será. Venga, sigamos el camino, que ya se me ha
revuelto el estómago.
YU – ¿Falta mucho?
NICOLÁS – En diez o quince minutos estamos ahí.
	Continuaron caminando, ahora con algo de peor cuerpo que al
principio, y a unos diez minutos de su destino escucharon algo
moverse entre la hojarasca. Yu se pegó a Nicolás, y ambos se
pararon en seco, mirando en todas direcciones, incluso aguantando la
respiración como si así pudieran oír mejor. Con el paso de los
segundos acabaron convenciéndose que todo había sido fruto de la
sugestión, y le restaron importancia. Pero cuando reemprendieron el
camino, no llevarían ni media docena de pasos y el ruido se
repitió, esta vez más claro y más cercano, resultando ya
indiscutible.
	De repente una figura conocida emergió de entre unos arbustos y
corrió en dirección a Nicolás. Yu se apartó y se quedó mirando
como Sara, totalmente desnuda de cintura para arriba, corría
entornando los ojos en dirección a Nicolás, con una extraña mueca
en la cara. Él no se apartó y aguanto la embestida como pudo. La
chica se abrazó fuertemente a su amigo y comenzó a llorar
desconsoladamente, para sorpresa de los chicos. Yu miraba la escena
con el ceño fruncido, aún sorprendido por haber visto los pechos a
su compañera; ni se acordó de Mario. Nicolás sin embargo se temió
lo peor, y cuando vio que Sara estuvo algo más tranquila, la asió de
los hombros y se dispuso a escuchar la mala noticia.
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Horoscopo de desmotivaciones - ¿Y tu qué eres?
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No soy  - No soy un príncipe azul, pero mira el lado bueno , por lo menos no soy un sapo
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Solo se para pleiteichon 1 - sorri.
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El dueño de una tienda - estaba colocando un anuncio en la puerta que decía:
Cachorritos en venta.
Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un
niñito apareció en la tienda preguntando:
¿Cuál es el precio de los perritos?
El dueño contestó: Entre $30 y $50. El niñito metió la mano en
su bolsillo y sacó unas monedas:
Sólo tengo $2.37... ¿puedo verlos?. El hombre sonrió y silbó.

De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco
perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente
atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que
cojeaba. ¿Qué le pasa a ese perrito?, preguntó. El hombre le
explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que
tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.
El niñito se emocionó mucho y exclamó: ¡Ese es el perrito que yo
quiero comprar!.

Y el hombre replicó:
No, tú no vas a comprar ese cachorro. Si tú realmente lo quieres,
yo te lo regalo. Y el niñito se disgustó y mirando directo a los
ojos del hombre le dijo:
Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros
perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar
mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado
completo.
El hombre contestó: Tú en verdad no querrás comprar ese perrito,
hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros
perritos.
El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para
mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada,
soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le
dijo:
Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará
a alguien que lo entienda.
El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron
de lágrimas... sonrió y dijo:
Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos
tenga un dueño como tú.

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo
que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente.

UN VERDADERO AMIGO ES AQUEL QUE LLEGA CUANDO TODO EL MUNDO SE HA IDO.

puntos 11 | votos: 11
yo no haría una pelicula  - de zombies, son mucho extras
puntos 4 | votos: 8
Puede que no. -
puntos 20 | votos: 20
Ponerte lapices entre los dedos - y sentirte Wolverine
puntos 1582 | votos: 2184
Esta es mi cara cuando veo  - vuestras conversaciones en la cola.\
-El Señor de las Desmotivaciones.



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