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14.06.2014

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GeekVeterano Nivel 2Principalero Nivel 1

puntos 11 | votos: 11
Resulta difícil dormir - con su imagen encandilando mis pensamientos
puntos 52 | votos: 56
Cada vez que me das la espalda - desearía ser la persona por quien darías la vuelta al mundo
puntos 12 | votos: 12
No es nada sensato - necesitar a alguien tanto como llegué a depender de ti
puntos 10 | votos: 10
Él amaba a la rosa - solo le gustaba desnudar otras flores para probar si ella lo quería
puntos 11 | votos: 11
Intentos fallidos de atraer gente - R.I.P.

puntos 10 | votos: 10
Ven a una persona - en apariencia dura y la tratan como piedra,
y muchas veces son huevo.
puntos 7 | votos: 7
La mayoría de las veces - las personas sólo buscan cumplir sus objetivos,
 y no perjudicar el del resto.
puntos 21 | votos: 21
Por quienes escriben - te extrañaba cuando en verdad piensan 
de no hablarme ni te recordaba
puntos 61 | votos: 63
Las personas son como - un extraño producto del cual lo que en realidad caduca es el exterior
puntos 12 | votos: 12
Nadie muere de amor, - la asesina es la indiferencia

puntos 7 | votos: 7
Tratan de hacércela - pasar mal para darle una lección, pero no creo que
 aprenda de esa forma si se guardan la explicación
puntos 7 | votos: 7
Encontrar algo - de lo que te gusta para hacerlo tu profesión es fantástico.
 Pero lograr combinar todo lo que te gusta para volcarlo
 en una profesión es admirable.
puntos 19 | votos: 21
La nobleza es la virtud - que más pasa desapercibida porque quien la la porta no la ostenta
puntos 13 | votos: 13
Nada como - buena dosis de cinismo para responder a sus comentarios burlescos
puntos 12 | votos: 12
Te digo que no soy - una persona cerrada, si insistes pasa pero apaga la luz

puntos 9 | votos: 9
Si no te provoca - ni una gota más de llanto significa que exprimió
 tu corazón por completo
puntos 7 | votos: 7
Conocer a alguien, - mucho más que para aconsejar, sirve para decir 
lo que el otro quiere escuchar
puntos 7 | votos: 7
Hay lugares - para cuando quieres perderte y que nadie te encuentre
puntos 6 | votos: 6
No todo quien te acompaña - en tus momentos buenos y malos es precisamente un amigo,
 hay personas que tienen habilidad para sacar provecho
 de los logros y desgracias ajenas
puntos 6 | votos: 6
Imagina al pez de río que - accidentalmente liberaste en el mar, así de efímera resulta la felicidad

puntos 10 | votos: 10
No entiendo - como es que llaman estrellas a los famosos si son mas bien
 como la luna, brillan porque le dan luz
puntos 6 | votos: 6
Si no envidian el esfuerzo - que te llevaron tus logros es precisamente porque lo desconocen
puntos 7 | votos: 7
Hay personas que te dirán - que la felicidad reside en hacer en tiempo y forma ciertas cosas
pero, si haces lo que amas, da igual cuanto te tardes. 
Sabes que te hará feliz el resultado.
puntos 10 | votos: 10
¿Cuando - las estrellas decidirán dejar de estar tan dispersas, 
aúnen sus fuerzas y logren opacar la luna?
puntos 12 | votos: 12
¿Cómo logro ayudarte - y borrar tu sufrimiento? Si la muerte quiere besarte 
y tú buscas otorgarle ese beso

puntos 6 | votos: 6
Es más fácil - llegar al sol que a tu corazón
puntos 8 | votos: 8
Cuando nos conocimos - no podíamos creer que fuéramos tan similares.
 ¿No es una casualidad enorme que, habiendo tantos colores de tinte,
 los dos trajéramos Rubio cenizo caoba?
puntos 6 | votos: 10
Nunca me había pasado, - es tan ilógico como que la caja de bombones te rechace
puntos 9 | votos: 9
Anota todos tus sueños - para que no te sientas desorientado la vez que intentes dedicarle tu
vida a sólo uno y no logres concretarlo
puntos 3 | votos: 5
Pues érase una vez - una niña muy guapa, que tenía una muñeca preciosa. Bueno, en
realidad la muñeca no era preciosa, porque estaba sucia, pelona, y
era de trapo, pero a la niña le gustaba mucho. Y la niña le hablaba,
y la muñeca le contestaba. Sólo que la muñeca contes¬taba con unas
palabrotas terribles, que la niña aprendía y luego repetía.
«¿Quién te ha enseñado esas palabrotas tan feas?», le preguntaba
su mamá. «¡Mi muñeca», decía la niña. «Eres una mentirosa, las
muñecas no dicen pala¬brotas. Son los chicazos los que las
enseñan.» «Que no, que es la muñeca. Anda, muñeca, dile una
palabrota a mi mamá.» Y la muñeca, que hacía todo lo que le pedía
la niña, porque la quería mucho, decía unos tacos tre¬mendos:
«hostia puta, cojones, la madre que me parió, me cago en...,
¡culo!, ¡cu-lo, cu-lo, cu-lo!» ¡Uyyy! La mamá, roja de ira,
arranca la muñeca de manos de la niña, abre la ventana, y zas, la
tira al prado a un montón de basura. «Mamá mala, mamá mala», dice
la niña, y co¬rre al prado, pero en ese momento pasa un gatazo rojo,
que coge la muñeca entre los dientes y se la lleva al bos¬que. Sin
dejar de llorar, la pobre niña echa a correr de¬trás del gato. Y
busca buscando, camina caminando, se pierde en el bosque. Es de noche,
y el bosque se ha con¬vertido en una selva inmensa. De pronto, a lo
lejos, la niña ve una lucecita... Era un enanito subido a una seta,
que hacía un pis fluorescente. «Enanito, ¿has visto a un gatazo
rojo que Llevaba en la boca una muñeca de trapo que dice
palabrotas?» «Ahí está», dice el enano soltando un chorro de pis
sobre el gato, que cae al suelo ful¬minado... Ya se sabe que el pis
de enano es un veneno tremendo para los gatos. «¡Gracias,
gracias!», grita la niña, abrazando a su muñeca empapada en pis.
«¿Quién es ese tonto del culo —grita la muñeca—, ese
mariconazo de mierda que ha matado a mi gatazo rojo que yo le quería
tanto, que me pegaba y me dejaba el culo como un tomate, me hacía
trabajar, me hacía guarrerías pero a mí me gustaba tanto? Me tenía
de criada, yo lloraba y sufría, pero me gustaba aún más, porque me
hacía sen¬tir una mujer, ¡y tenía a mi macho! Y ahora, sin mi
gatazo, enano bastardo cara de culo, ¿qué hago?» «Uy cómo me
gusta esta muñeca tan mal hablada —dice el enano—. ¡Voy a
casarme con ella!» «De eso nada, me casaré yo con ella», dice una
voz terrible que sale de la oscuridad del bosque...» ¿Quién era?
¡Un lobo tremen¬do, con unos dientes así de largos! «Yo me casaré
con ella.» «No quiero —dice la muñeca, llorando—, no quie¬ro a
ese maricón de lobo.» «Pero si soy ingeniero elec¬trónico,
convertido en lobo por las malas artes de una bruja malvada. Y si esta
niña virgen me besa en la fren¬te, me convertiré en un joven
ejecutivo, buena presencia, sensible y cariñoso, ofrécese para
amistad afectuosa.» Entonces la niña besa al lobo, y... ¡zas!,
aparece el in¬geniero guapísimo, que de la alegría se tira un pedo
tre¬mendo en plena cara de! enano, que cae redondo al suelo. Es
sabido que los pedos de ingeniero son venenosísimos para los enanos.
Al verlo, la niña se enamora del inge¬niero: «¡Oh qué guapo, qué
guapo!» Y el ingeniero, como había pasado mucho tiempo y la niña
había crecido..., le habían salido esas cosas redondas que las
mujeres tienen por delante y por detrás. ., que los ingenieros se
vuelven locos por esas cosas redondas..., ¡por algo eligen esa
facultad! «Me lo he pensado mejor», dice, «ya no me caso con la
muñeca, sino con la niña de las tetitas pimpantes y el culito
redondo». Así que se casaron y vivie¬ron eternamente felices. Al
día siguiente, la muñeca dice: «¡Asamblea, asamblea! ¡Queridos
novios de mierda! ¡Ya está bien, eternamente felices! Estoy hasta
los cojones de veros morreándoos todo el día, y a mí me margináis.
Y encima él se larga a electronizar, y tú te quedas llo¬riqueando
hasta que vuelve por la noche, ¡te tumba en la cama, y hala! Y por la
mañana, lo mismo, que pone el despertador, ¡y otra vez igual! Y
también después de comer, que es malísimo para la digestión.»
«Pero es que yo soy muy feliz —dice la niña-mujercita que tenía
la tripita hinchadica—, ¡estoy tan enamorada!» «No me vengas con
paridas —dice la muñeca de trapo—, ¡Soy feliz!”, pero si en
mi vida he visto una gilipollas tan triste como tú. Gilipollas, sí,
como yo cuando estaba con el gatazo rojo... Pero es que además tú,
con el electró-nico, lo tienes aún peor. No te pega, pero te deja
todo el día aquí sola, no te dirige la palabra, ¿no te das cuenta
de que es aún peor, tarada?» «Oye, asquerosa muñeca de trapo
—gritó el ingeniero buena presencia—, ¡o dejas de lavarle el
coco a mi mujer, o te tiro a la taza del water!» «Muy bueno lo tuyo
—contestó la muñeca, muy chula y muy basta—., ¡pero al water te
vas tú a cagar!» ¡Le dijo eso a un electrónico! «De acuerdo, iré
al water, pero contigo, para limpiarme el trasero.» Y sin
pensár¬selo dos veces, el ingeniero electrónico coge la muñeca de
trapo y se encierra en el -water. «¡No, por favor, no lo hagas,
maridito mío, no le hagas eso a mi muñeca, pobrecilla, abre!» «No
pienso abrir, tengo los pantalo¬nes bajados y ahora misino voy a
limpiarme el trase¬ro.» Entonces se oyó un terrible alarido del
ingeniero: «¡Ahahahahab!», un alarido electrónico. ¿Qué es lo
que había ocurrido? Que la muñeca, mientras él se limpia¬ba...,
¡zas!, se le metió dentro, con su cabecita, y sólo le asomaban los
pies. «Ayúdame, esposa mía, que ha ocurrido una desgracia. Esa
muñeca malvada se me ha me¬tido por el trasero..., ¡sácamela!»
«Ya tiro. ., ¡pero no sale!» «¡Ayyy, qué dolor! Me siento
morir..., ¡es como si estuviera pariendo! ¡Socorro! ¡Llama a la
comadrona!» La niña-mujer obedece y va a avisar a la comadrona. No
hace más que abrir la puerta de la casa..., las vías del Señor ya
se sabe que son infinitas..., que por ahí pasaba precisamente una
comadrona, con un mandil que ponía «Comadrona», pero al revés,
como en las ambulancias. «Pase, señora comadrona, el cielo la
envía, tengo un problema de familia...» Cuando la comadrona vio el
trasero del electrónico, preguntó: «¿Es su marido?» «Sí.»
«Par¬to difícil, viene de nalgas.» Y le entró tanta risa, que,
como a todas las mujeres, (al público) ya sabéis lo que nos pasa
cuando nos entra la risa floja... (Grita.) «¡Que me meo! Soy
comadrona, sí, pero estoy embrujada, y hago muchísimo pis...
¡Socorro! No quiero hacer un de¬sastre..., inundaciones... ¡No
quiero muertos! Déme un cubo.» Le dan un cubo, y hace todo su pis,
muy digna. «Déselo a su marido para que se lo beba. Es pis
embru¬jado. Le ayudará a evacuar.» El ingeniero: «En esta casa os
habéis vuelto locas, si pensáis que me voy a beber el pis de una
comadrona a la que ni siquiera conozco.» «Pues yo te la presento.»
«¡No! ¡No quiero conocerla!» «Pero es que tienes que evacuar...»
«Es verdad, de acuer¬do, pero añádele un poco de vermut, vino
dulce, dos hue¬vos batidos... Qué rico, prueba, está muy rico, ¿no
que¬réis?» «No, tómatelo tú...» Y él, venga beber... y el
vientre se le hincha, se le hincha, y ¡buml, estalla. Y no quedó del
ingeniero ni el rotring que llevaba siempre en el bolsillo. En cambio
la muñeca estaba enterita, y se reía como una loca. «¿Has visto
—le dijo a su amiga la niña crecidita—, pedazo de estúpida?
Ahora ya eres libre, dueña de tu cuerpo, de tus elecciones, de ti
mis¬ma, eres ¡¡¡libreee!!! Vamos.» La niña crecidita aprieta muy
fuerte conta su pecho a su muñeca, y poco a poco la muñeca
desaparece dentro de su corazón. Ahora la niña crecidita está sola,
en un camino muy largo,, muy largo... Caminando, caminando, llega a un
árbol muy grande, y debajo del árbol hay muchas niñas creciditas
como ella, que la reciben con mucha alegría. «Siéntate —le
dicen—, ven con nosotras, nos estamos contando cada una su historia.
Empieza tú», le dicen a una rubita. Y la rubita empieza: «Yo cuando
era pequeña tenía una muñeca de trapo que decía palabrotas.» «Ja
ja —se ríen en coro todas las niñas creciditas—, qué gracia,
quién lo hubiera dicho. Tenemos todas la misma historia..., todas: la
misma historia que contar.»

puntos 10 | votos: 10
¿Cómo no amarla? - Con simplemente escucharle despierta sensaciones inexplicables
 en mí, es tan perfecta. Esa canción es jodidamente perfecta.
puntos 11 | votos: 13
Es muy difícil para mí - amarme en este momento
puntos 18 | votos: 18
Se irán mis labios a buscar - la estrella perdida
puntos 10 | votos: 10
Me preguntaste - a dónde quisiera ir y yo te dije que a Marte,
 no por el destino sólo por el viaje
puntos 17 | votos: 17
Se me olvidó otra vez - que sólo yo te quise

puntos 5 | votos: 7
Pero hay veces - que esperar te hace ver que el sol vuelve a salir, 
demorarse notar que tu objetivo no siempre es fijo,
 rendirse ver que en ocasiones es mejor aceptar las cosas
 en lugar de buscar entenderlas
puntos 8 | votos: 8
Muchas veces - no es que no nos correspondan nuestro cariño, 
sino que no correspondemos al desprecio que nos brindan
puntos 8 | votos: 8
Cuando caen las sombras - de la oscuridad la mañana parece nunca llegar.
Para mí es difícil no pensar en vos y, si sigo así, no te voy a dejar.
puntos 13 | votos: 13
Dejaron de hacerse llamar - de esa forma para que los nombrases “amigos”
puntos 8 | votos: 8
En verdad - no hace falta que alguien te salve cuando
 simplemente creértelo es aun más sencillo

puntos 5 | votos: 5
Now dance fucker dance! -
puntos 5 | votos: 5
Mirando como un niño, - dejé caer la arena tristemente entre los dedos.
puntos 2 | votos: 4
Que el Señor y María - te cuiden también hoy que no estoy cerca y te dejé llevar por otras manos.
Mirando como un niño, dejé caer la arena tristemente entre los dedos.
puntos 10 | votos: 10
Soy como las caries, - pudriendo el suelo para guiar tu camino
puntos 58 | votos: 60
Con frecuencia - confundimos a los demás como el decorado cuando en realidad
 son protagonistas de sus propias vidas

puntos 10 | votos: 10
No me explico - de qué material la hicieron. Aguantó todos los golpes que le dió la vida
 y, aún así, la quiebran las caricias.
puntos 9 | votos: 9
Y me encontraba en ese punto - pensando, ya sabes, que ya nada importaba ni le importaba a nadie...
y justo antes de saltar se me ocurrió que debí
 haberle dejado comida al perro
puntos 6 | votos: 6
Para empatizar - conmigo misma
puntos 7 | votos: 7
Lo que en realidad busca - es aceptación, no la perfección
puntos 10 | votos: 12
Sin darse cuenta - o a consciencia te lastimará para acallar tu sufrimiento





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