En Desmotivaciones desde:
19.09.2011

 Última sesión:

 Votos recibidos:
bueno 18274 | malo 220
GeekVeterano Nivel 3Principalero Nivel 2

puntos 8 | votos: 8
En cada vida, - siempre hubo un tiempo mejor
puntos 4 | votos: 4
Aveces, las mentes brillantes - hacen del cuerpo imperfecto un perfecto ciego, pero perfecto
puntos 7 | votos: 7
Eh... pssss... ¡oye! - Aveces no se trata de buscar, sino de que te encuentren
puntos 2 | votos: 2
WARNING! - Españoles, España está de elecciones
puntos 22 | votos: 22
Sé lo que van a pensar, - que por que me gusten los tíos soy uno de esos orgullosos de ser
gays, que van por ahí soltando pluma y haciéndose un hueco absurdo
en la sociedad. Quiero aclarar que no pertenezco a ningún
estereotipo, ni gay, ni heterosexual, ni mierda. Soy lo que soy, no
hay nadie como yo, me gusta boxear, nadar, tatuar, jugar al baloncesto
y hablar mal como a cualquier otro. La única diferencia es que
mientras tú amas a una chica y entregarías tu libertad por ella
estando absurdamente enamorado... yo haría lo mismo por un él.

puntos 7 | votos: 7
Oigas lo que oigas, - digamos lo que digamos, también somos humanos y por eso, aunque
escondidos... también lloramos.
puntos 8 | votos: 8
Cuando falla la familia, - cuando falla la educación y cuando falla la voluntad... somos más
propensos a perder el sentido que un día nos hizo libres al nacer y
que no recuperamos hasta morir.
puntos 6 | votos: 6
¿Por qué existe el día y la noche? - Porque no puede existir la luz si no hay oscuridad
puntos 0 | votos: 2
A mí también - me han pasado cosas que no me explico y que aveces me dan miedo
puntos 5 | votos: 5
Que te digan Eres interesante - y saber que donde otros ven algo interesante solo hay pena y frustración

puntos 7 | votos: 7
Tengo miedo - a depender de alguien no vaya a ser que la vida me la juegue y me lo
arrebate, no obstante, no puedo evitar depender de él.
puntos 5 | votos: 5
Cuando decidí levantar cabeza - comprendí en lo alto que está el cielo y a lo alto que puedo llegar
puntos 1 | votos: 1
Tú eres la mujer que amo - Si hay alguien a quien deba agradecer algo, es a la persona que amo. A
ti, que has estado conmigo con marea baja y marea alta. Tú, que
siempre has permanecido estable a pesar de mi inestabilidad. 

Me tendiste una mano cuando te necesité y me diste una bofetada
cuando aún de necesitarte, lo negué en rotundo. De un rotundo que
ignoraste. 

Eres tan fuerte... siempre lo has sido y sin ti, habría cometido mil
locuras de las que me habría arrepentido. 

Nunca te ha importado lo que piensan los demás. Les ignoraste cuando
te dijeron que sólo era un niño, les ignoraste cuando desaprobaban
nuestro amor por la diferencia de edad y cogiéndome de la mano les
plantaste cara y dijiste: Este es el hombre que amo. 

Perdí todo el miedo que podía tener, toda esa inseguridad propia de
la veintena, me sentí acompañado, y me he sentido acompañado desde
entonces.

Aún estás a mi lado y me cortaría una mano si alguien dijera que no
lo estaremos mucho más, sólo para demostrar lo seguro que estoy de
que se equivocan. Pero quién sabe esto más que nosotros dos. Quién
sabe más que tú y yo, que soy el padre de nuestros hijos. Quién
sino sabe que eres mi única amante y la única mujer que ha habido y
habrá en mi vida. 

Que contigo he superado lo insuperable y no hay tormenta que no
amaine. 

Amo todo lo que comparto contigo, incluso nuestras discusiones.
Discusiones sin picos altos ni bajos, de esas que nos ayuda a pensar. 
No me canso de tu voz, ni de tu aliento, ni de tu cuerpo. Tenerte es
siempre como aquella primera vez tan torpe pero sin la torpeza, tan
espontánea y única. 

Estoy orgulloso del hombre que me has ayudado a ser, orgulloso de
tenerte a ti como mujer. Orgulloso de que hayas engendrado a mis hijos
y de que decidieras compartir tu vida conmigo.
puntos 9 | votos: 9
¿Y dónde - está el sueño de la primera mujer presidente? Está bailando en un
videoclip junto a 50 cent...
puntos 3 | votos: 3
La prisión de Aitor - Hay mucha clase de penas.  Hay tantas penas como diversidad de
personas existe. Hay penas que se ven y penas que no se ven. Algunas
las puedes decir, otras las ocultas por la razón que sea.

Hace un tiempo conocí a una persona, una persona con una pena de la
que no tardé en darme cuenta, y no me hubiera dado cuenta, si no
hubiera perdido la cabeza. 

La gente decía que se llamaba Alicia. Alicia... Alicia en el país de
las pesadillas. Alicia a través de un espejo que no le devolvía
reflejo. 

Mi absurda atracción por la debilidad humana creó una fuerza que me
seducía y no pude evitar acercarme más y más y más.

Por alguna razón, dejó que me acercara y sin que nos diéramos
cuenta estábamos demasiado unidos. Tan unidos, que los secretos
dejaron de ser secretos y ni si quiera perdimos tiempo en ellos. 

Pasamos tiempo juntos, abandonamos al resto sin quererlo.
Sintiéndonos cómodos nosotros solos. Hasta que el tiempo hizo mella
profunda en nuestra relación, tan confusa. 

Su pena afloró sin que yo me diera cuenta, salió a la superficie,
como toda esa mierda que remueve el oleaje del fondo del mar, cuando
la marea es alta. Y le fui a decir que me había enamorado en el peor
momento de todos. 

Se enfureció y me repudió. Me golpeó, me escupió y me aseguró que
estaba equivocado. Que no podía ser, que no había nacido para amar,
que su prisión no se lo permitía. Que me olvidara, que no podía
darme lo que otras personas podrían. Y parándole los pies,
exaltándome y diciendo lo estúpido que estaba siendo le aclaré: 

“No quiero de ti nada que no puedas darme. Y no puedo evitar amarte.
A ti, no a tu prisión, sino a ti, su prisionero.”

puntos 4 | votos: 4
Terca mentira tu sonrisa - Aún me pregunto cómo podías sonreír... ¿cómo podías hacerlo? Y
sobre todo, ¿de donde sacabas los cojones para ello? Tu sonrisa nunca
ha sido bonita. Jamás. Siempre curva, sellada... y pensar que algunos
la veían normal... y pensar que algunos se atrevieron a decir que
eras el ser más feliz que nunca antes habían conocido...

Pobres ilusos, pobres ilusos todos. Todos, incluso yo. 

Unas veces creías poder con todo, otras te hundías y te ahogabas tú
solo, en algún rincón, en alguna parte... con tus propias lágrimas.
La soledad fue tu única compañera. Siempre te sentiste solo, siempre
estabas solo, incluso si toda esa ‘peña’ con la que te juntabas
te rodeaba. Siempre estabas llorando, siempre de ojos para adentro,
pero siempre. 

Estabas sordo, no querías escuchar. Estabas ciego, no querías ver.
Estabas mudo, no querías hablar. Estabas muerto. 

Nunca vi tus ojos brillar, ni si quiera cuando te confesé todo
aquello. Ni si quiera entonces. Eras frío, parecías no sentir nada.
Eras incapaz de ponerte en la piel de otro, porque tu piel te quemaba.
Tu piel te escocía y torturaba tu alma. Querías huir y no sabías
cómo. Pero no preguntaste. No te molestaste en hacerlo. Fuiste un
idiota. 

Te gustaba dar golpes, te gustaba recibirlos. Lo necesitabas,
necesitabas golpes. Necesitabas dolor que te arrancara del dolor.
Necesitabas sentir algo, necesitabas oír a tu corazón latir. Y a
pesar de que latía, no quisiste darte cuenta. 

Sucumbiste. Hablabas de luz y de esperanza. Hablabas de sueños y de
fortaleza. Todo mentira. Tu vida era mentira y sólo tú lo sabías.
Nos engañaste, nos engañaste a todos. A tu familia, a los que te
quisimos... 

Pero tú siempre te consideraste huérfano, huérfano de todo aquello
que podía recuperarte del oscuro sendero del fracaso. Y fracasaste.
puntos 3 | votos: 3
Cosa inesperada - Que cosa tan curiosa, que creyendo yo que me saldrías princesa, no me
saliste si quiera príncipe, sino rana. Una rana con muy malas pulgas,
saltando de cabeza en cabeza. Buscando ser aceptado. Llegué a pensar
que te habían contagiado la rabia. Tu mirada era opaca, a veces cruel
y confieso que al principio me asusté.

Dudé de ti, lo admito, dudé en si me pegarías aquel palo o no lo
harías. Dudé si vacilarías, en si cerrarías los ojos y me
acribillarías para complacer a esos perros a los que llamabas
‘amigos’. Sin embargo lo dejaste caer, dejaste que cayera y
mirándome a los ojos me dijiste que lo sentías sin si quiera separar
tus labios amoratados, sin temer a tus amigos blancos. 

Recibimos aquella golpiza juntos y no hubo golpe que calara en mí
más que tu mirada y tu sonrisa mientras aquellos se alejaban y te
sangraba la nariz a borbotones. Qué comentario más puro el que
soltaste: 

-	Mira negro, - me llamaste limpiándote la sangre con la mano y luego
mostrándomela – tu sangre y la mía... tu sangre y la mía es roja.
– Y estallaste a reír como si estuviéramos en cualquier otra
parte, en cualquier otra circunstancia y no en aquel callejón, con
los labios reventados y las cabezas bailando.

Puto blanco... quién me mandaba a mí a perder la cabeza por ti.
Quién te mandaba a ti a perderlo todo por mí. Aún recuerdo el miedo
en tus manos temblorosas, aún recuero la desesperación de mi
respiración. Siempre te surgió la duda en el último momento,
siempre. Hicieras lo que hicieras, decidieses lo que decidieses, esa
era tu única imperfección, la inseguridad. Inseguridad que maté con
un beso. Todo fue tan rápido, que cuando sentí tus manos tocándome
la piel comprendí que de verdad estabas a mi lado y apretándote
fuerte las manos contra mi cara juré: No te dejaré marchar, porque
te perdí una vez y ahora, te he vuelto a encontrar...  AMOR.
puntos 5 | votos: 5
Gente que espera - Y mientras los días pasaban, yo me quedaba sentado en aquella misma
silla. Aquella silla en la que él, antes que yo, también había
perdido el tiempo sentado.

 No podía dejar de preguntarme si mi destino iba a ser el mismo que
el de aquel espectro que se manifestaba en mis sueños. Esa sombra sin
rostro que se movía con nerviosismo en la oscuridad y me susurraba al
oído gritos de un alma desesperada. Como sintiéndose irrealizado,
como estancado en una charca con apenas fondo. Vinculado a la misma
por el hechizo de su propia voluntad. Buscando y pidiendo ayuda,
sintiéndose ignorado. Deseando la muerte en la muerte, sin poder
optar a ella. 

Y entre tanto pensamiento me planteé la más absurda locura, me
planteé levantarme de aquella silla e ignorar los torpes pasos que en
su día había dado mi amigo la sombra. Pasos que le habían llevado
al abismo. A la más desastrosa de las caídas, la caída de los vivos
frente a la vida.
puntos 4 | votos: 4
Ir a casa de tus amigos - y saludar y hablar con sus padres como si fueran los tuyos. Llegar a
casa y encontrarte a completos desconocidos.
puntos 2 | votos: 2
- Eh, tu novia es negra... - - Ah, ¿y yo no?

puntos 3 | votos: 3
Respeto al que no me respeta, - hasta que dice ¡No tienes huevos! entonces por cojones tengo que
ser de un intolerante irrespetuoso.
puntos 8 | votos: 8
Y cuando me dijeron que moría, - no me lo creí. Y como no me lo creí, no morí.
puntos 6 | votos: 6
Llegar a nacer - no es un regalo, es un desafío y una oportunidad que pocos, muy
pocos, saben aprovechar
puntos 3 | votos: 3
Que alguien comente algo - quedarte pensando sobre ello y llegar a la conclusión de que no entiendes nada
puntos 6 | votos: 6
Querido Charlie, - Hace meses que no recibo ninguna carta. No sabes cómo desespero. La
frustración me come y la ansiedad me corroe el alma. Quisiera que
estuvieras aquí, quisiera que no te hubieras ido nunca. Dios, lo
sabía. Sabía que no te debías alistar en el ejército pero tú
nunca haces caso. Nunca me haces caso, siempre has dicho que no soy
más que un demócrata liberal sin sentido de la patria. Qué patria
Charlie... ¿qué patria? ¿Esa que te engaña y te envía a la guerra
y una vez de vuelta ni te presta ayuda y te arroja al abismo? ¿Esa
que te condena a la no expresión porque es intolerante? Sí, tienes
razón, no tengo sentido de la patria, pero a pesar de ello te apoyé
porque esperaste que lo hiciera, te apoyo, pero vuelve. Por lo que
más quieras, vuelve. Te necesito, temo que el reloj que dejaste
atrás deje de contar los segundos, segundos que me recuerdan a los
latidos de tu corazón cuando duermes.

puntos 8 | votos: 8
La ansiedad - nos hace perder el puto norte
puntos 1 | votos: 3
De cada seis personas - una es bipolar o esquizofrénica
puntos 0 | votos: 0
¿Qué crees que haces? - I belive I can fly
puntos 5 | votos: 5
No hay error más grande, - que dar por perdido a alguien
puntos 0 | votos: 0
La vida. - La vida augura hoy un gran día y una cadena larga de buenos días que
dejarán de alargar mi rostro y tirar de mis labios para evitarme
esbozar una simple sonrisa. El camino pinta difícil y soy consciente
de ese camino, sé que a veces puedo parecer y sonar valiente, pero
otras me escondo como un cobarde. Me he cansado de esconderme y he
dado algún que otro paso, pero estoy dispuesto a dar el salto y una
vez lo de, no querré mirar atrás porque ya nada podrá pararme.
Dejaré de ser un cadáver andante para por fin poder sonreírle a
esta vida que pintaba terrible y oscura, cargada de un sufrimiento
inexplicable. Siento que este gran salto liberará mi mente y por fin,
podré presumir de haberme liberado.”

puntos 6 | votos: 6
Soy su padre. - Y no me importa lo que una panda de ignorantes con nulo conocimiento
del respeto diga acerca de mi relación con la persona que amo y la
relación con su hijo, que considero mío porque soy el único padre
que ha conocido. No me importa las miradas, no me importa que piensen
que soy demasiado joven y que achaquen esto a que probablemente seré
un mal ejemplo por las pintas que tengo. No debería molestarme, ni me
molesta, es sólo un manifiesto para que aquellos que ignoran y se
guían por prejuicios del siglo XV, comprendan o al menos estén
informados de que no me importa en absoluto. Que mi hijo, mío aunque
no tenga mi sangre, crecerá con el amor y el cariño que le
corresponde a cada niño. Le enseñaré sobre la vida, a aceptar
errores y a recuperarse de estos, le guiaré lo mejor que pueda hacia
el mejor futuro que augure. Le apoyaré en todo lo que quiera hacer y
en todas las expectativas que pueda tener. Le enseñaré a no juzgar,
le diré y le haré entender valores, a comprender la realidad y a
tener visión espacial. Le querré por encima de todas las cosas y
haré de él un ser humano ejemplar, digno de si mismo sin perder la
esencia ni el brillo que persiste en su mirada de niño. Y lo más
importante, haré de él un hombre capaz de no juzgar sin antes
juzgarse a si mismo y de toda la mierda que puedan escupir los demás,
él hará oídos sordos porque habrá aprendido del mejor que le pudo
tocar.”
puntos 7 | votos: 7
Ser un dios en algo - y que los demás te desprecien por sentirse meros mortales
puntos 9 | votos: 9
De cada cinco personas - que creen que sufren, una, de verdad lo hace
puntos 1 | votos: 1
Ese único amigo - con en el que pasábamos todas las tardes de verano dejando a un lado
a los demás que en comparacion no eran nadie
puntos 2 | votos: 2
Te deseo tanto - que hasta ahora he evitado las ganas de comerte

puntos 2 | votos: 2
El odio - hace de nosotros seres insensibles
puntos 13 | votos: 13
Sentirte tan solo - hasta el punto de desear que sea tu gato el que te acaricie a ti
puntos 2 | votos: 2
Aveces - la mierda que llevamos dentro  y hace de nuestra alma putrefacta, sale
y nos marca la piel.
puntos 3 | votos: 3
Si en un mundo tan pequeño - no te puedes fiar de nadie, en uno tan grande... deja mucho que desear.
puntos 5 | votos: 5
No sé tú, - pero estoy cansado de esperar. La vida pasa y ya es hora de levantarse y caminar.

puntos 2 | votos: 2
En la faceta durmiente, - incluso los vejados parecen puros
puntos 10 | votos: 10
Niños - que creen ser hombres
puntos 5 | votos: 7
Porque llegados a un punto, - odias a toda la gente que odia por nada
puntos 5 | votos: 5
No entiendo - ese afán de Patria Querida que tienen algunos, mi tierra es mi
tierra, la amo como tal, pero nada más. No hago de ella una falsa
ilusión, tiene su buena cosa y su mala cosa y lo reconozco si
pañuelos que me cieguen.
puntos 10 | votos: 10
Por poco moral que sea, - a mi me gusta pelear. Bien en un ring, bien en  la vida.

puntos 6 | votos: 6
Estando enfadados, - nuestra madre siempre ha sido una puta, y nuestro padre un cabronazo.
puntos 3 | votos: 3
Estoy harto - de las torpes palabras de quien me amenaza. Harto de que quien me
amenaza viva en mi misma casa. Harto de sentir mis pies fríos,
olvidados, como en una tierra lejana mientras mis ojos chupan toda la
sangre para mirarle con estos inyectados en sangre. Harto de pagar y
yacer a su lado como una vulgar marioneta. Ciego de tanta cólera
reprimida que hace  a mis párpados presos de tics nerviosos. Harto
de sentir el metálico frío de una navaja cortarme el gaznate
siguiendo siempre la misma línea. Harto de desangrarme y desear su
muerte en silencio.
puntos 8 | votos: 8
De pequeño - me contaron muchas mentiras. Todas contadas por adultos. Todo iba
bien, hasta que todo empezó a ir mal. Yo era pequeño, apenas tenía
cinco años cuando besé a otro niño porque me gustaba. Las
profesoras lo vieron y me dijeron que no podía besar a los niños.
Sin embargo si un niño besaba a una niña, todos reían con ternura.
Nunca lo entendí, ¿qué se suponía que estaba haciendo mal? 
Luego fui creciendo y entre más crecía más mentiras me contaban, me
hicieron creer que los hombres no pueden amar a otros hombres como
estos deben amar a una mujer. Me hicieron creer que sólo podía amar
a mujeres y decidí amarlas aunque no lo sintiera. Todo empezó con
una mentira, me creí esa mentira y ahora vivo en una sin tener idea
de cómo salir de ella.
puntos 12 | votos: 12
Descubrir algo y que te guste - no tiene precio y es sencillamente, gratificante.
puntos 12 | votos: 12
Qué putada - que te pregunten ¿Estás seguro? Y automáticamente dudar de ti mismo.





LOS MEJORES CARTELES DE

Número de visitas: 11419679385 | Usuarios registrados: 2056943 | Clasificación de usuarios
Carteles en la página: 8000980, hoy: 10, ayer: 23
blog.desmotivaciones.es
Contacto | Reglas
▲▲▲

Valid HTML 5 Valid CSS!