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21.11.2013

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Shoot! 4 - -Oye viejo- una muchacha salía de debajo de un vehículo que estaba
arreglando.
 
Se estaba dirigiendo a su propio padre, que era dueño de un taller a
las afueras de una ciudad ubicada en algún lugar de la federación
Rusa. La chica se levantó del suelo, quitándose la parte del arriba
del mono de trabajo que se encontraba totalmente empapado de sudor. 
Miro con asco la camisa con tirantas que llevaba por debajo de esta
ropa que también se encontraba igual de húmeda que el resto. Ató su
mono a su cintura y se dispuso a remangarse la camiseta para así
poder transpirar mejor.

-No me gustas esas pintas que llevas- replicó un anciano, calvo pero
de larga blanca que se encontraba como un tonel. Llevaba el mismo
uniforme que ella e incluso mas sudado pero pese a ello no se lo
quitaba.

-Vamos- dijo repetidamente-no me seas así, que de tanto fruncir el
ceño te saldrán nuevas arrugas- apunto a su maltrecha frente.
La relación que los unía era el de padre e hija. Sus nombres eran
Filipp y Sasha. Ambos eran originarios de Rusia, aunque la madre de
Sasha había sido extranjera. Al poco de ella haber nacido sufrió un
accidente de tráfico donde falleció por lo que apenas pudo
conocerla. Sin embargo, según palabras de su padre, había heredado
de ella un aguerrido temperamento asi como la preocupación por los
demás. No obstante, todo ello mezclado con su etapa de adolescencia
no hacía sino dar quebraderos de cabeza al propio Filipp.

Sasha era una joven brillante de veinte años. De rostro risueño,
mantenía una sonrisa ante las situaciones más adversas. Sus ojos
eran de color avellana claros, siendo su color de pelo, el que le
gustaba llevar recogido con una coleta o corto para mayor comodidad.
Dejó a la mitad sus estudios para ayudar a su padre en el taller,
aunque este guardaba en secreto que deseaba que su hija volviese a
retomarlos aunque para ello tuviese que dejar de trabajar en aquello
que tanto amaba. 

Así pues, la chica aprendió de  su padre todo lo que este sabía
sobre mecánica. Aún le faltaba más experiencia pero sin duda tenía
un talento para  las máquinas. Tan solo le faltaba que fuese más
centrada y pensase un poco más en ella pero no podía tener quejas.
Había criado una excelente hija de la cual se sentía orgullo.
-Oye, papá- le zarandeaba para que saliese de sus pensamientos.
-¿Qué te ocurre?- preguntó con curiosidad-Casi nunca me llamas de
esa forma-

-Creo que están diciendo algo importante por la radio, escucha- dijo
mientras cambiaba la emisora donde escuchaban normalmente música por
una entrada usada como emisión para emergencias. 
-Apenas se escucha nada.-dijo Filipp viendo que había extrañas
interferencias-¿Crees que estará rota?-

-Calla un segundo- ordenó a su padre para que prestase atención.
Al final, del viejo transmisor pudo salir algo más que extraños
ruidos.
-A todos los patriotas que viven en las zonas colindantes donde este
mensaje es transmitido, por favor evacuen lo más pronto que sea
posible.-

El mensaje sonaba una y otra vez, hasta que la señal nuevamente se
perdía. Ambos se miraron atónitos. Estaban bastante lejos de zonas
relativamente conflictivas así que no podían imaginar tan siquiera
lo que podría estar ocurriendo. Tampoco parecía tratarse de una
broma por como el mensaje había sido transmitido.

-¿Qué hacemos?- preguntó Sasha a su padre que miraba fijamente la
radio.
-No tenemos otra que hacer lo que nos han dicho- dio la espalda a su
hija para ir recoger las cosas para irse.

-¡Pero si tan siquiera nos han dicho lo que sucede!- grito, irritada
de tener que obedecer algo que no entendía.-Además- siguió con el
mismo tono de antes-¿A dónde vamos? Tampoco han dicho ningún lugar
al que debamos ir-

-Están esos túneles subterráneos- contestó su padre haciendo
memoria- Supongo que la mayoría de la gente debe estar usandolos para
dejar la ciudad, nosotros deberíamos hacer lo mismo- estaba acabando
de coger las cosas.

-¡Pero puede haber gente que no tenga forma de tener acceso al
aviso!¿Quien irá buscarlos? Además, me sigo negando a dejar mi
hogar sin ninguna razón aparente- los ojos le ardían de
determinación mientras decía eso.

-Mira que eres tozuda, hija mía- espetó Filipp sabiendo que su hija
no cambiaría de opinión. Cogió una llave que tenia escondida en un
escritorio y se la dio en mano.-No te la iba a dar hasta que fuese tu
cumpleaños pero supongo que no tenemos solución. Mira- le dijo
cuidadosamente- una vez que te cerciores de que no queda nadie en los
alrededores quiero que vayas derecha a los campos que se encuentran
afuera de la ciudad, entendido?- tomo todas las cosas el solo- Ten
cuidado, Sasha.-

-Gracias, papá- dijo una gran sonrisa aunque él no pudiese verla.
Sasha se puso a buscar el regalo que decía haberle dejado su padre.
En una de las esquinas habia algo tapado con muchas mantas por lo que
supuso que era eso. Ante sus ojos, apareció una moto de carreras de
gran cilindrada, pintada con un blanco impoluto y con detalles en rojo
y azules. No pudo evitar soltar una carcajada. Era precisamente lo que
quería. Justo en el asiento del piloto había una carta dirigida a
ella por parte de su padre, que le daba las gracias por haber sido tan
buena hija y que debía de perseguir sus sueños a la misma velocidad
a la que conduciría su moto. Sasha guardo con gran ilusión la carta
en uno de los bolsillos de su mono. Cuando volviese, debería
agradecerle aquel regalo con el mayor de los abrazos.
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Una vez bendecido, - nos lo podemos comer.
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Anta Baka. -
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Shoot! 3 - El avión aterrizo en tierras niponas. Numerosas fuerzas de
autodefensas, en conjunto de miembros de la organización, ayudaron en
que su aterrizaje fuera exitoso. Tanto Juliet como John salieron por
una compuerta externa, mientras que la moto, que había sido asegurada
en la zona de equipaje, estaba siendo sacada desde la parte inferior.
Habían ido allí antes que su destino real por una buena razón.

Nuevamente, se adentraron en un hangar. En este, numerosos cables y
ordenadores con grandes pantallas, que albergaban numerosa
información que tan solo los científicos que lo diseñaron podían
entender. Entonces, un poco más al fondo, estaba el origen de todos
aquellos cables.

Era una especie de compartimento, similar a aspecto a un ataúd.
Emitía un vaho gélido que impedía el sobrecalentamiento de todos
los cables que asomaban de este. Unos de los traductores que allí
estaba pidió expresamente por parte de los científicos que se
alejasen unos cuantos metros pues iban a proceder a la apertura del
compartimento.

Las máquinas comenzaron a hacer un ruido infernal, acompañado de
enorme sacudidas que parecía que iban a derrumbar todo el recinto. En
cuestión de segundos pararon y la parte superior se desprendió. Aún
una cortina de humo impedía ver lo que había dentro. 

Para la sorpresa de Juliet, en su interior había una mujer, o al
menos algo con ese aspecto. En realidad se trataba de otra arma, muy
similar a la que debía destruir. Según le dirían más adelante,
esta era un prototipo que nada tenía que ver con la versión real. Su
cuerpo solo estaba compuesto de metal entre otros materiales
sintéticos. Además, tenía capacidad de aprendizaje por sí misma.
Cuando fue descartada por los rusos, Japón pagó una cuantiosa suma
para hacerse con al menos uno de sus proyectos.

No obstante, pese al dinero invertido, casi no lograron hacer ningún
avance con ella. Además, se encontraba dañada en la mayor parte de
su lado derecho, mostrando todo su esqueleto, oxidado y lleno de
mellas.

Tras el asombro inicial, Juliet no vaciló en un momento en acercarse.
-Su pelo es bastante negro, largo y sedoso- dijo en su primera
impresión.-Me aseguro que esto fue añadido por  el fetiche de
algunas de estas ratas de laboratorio- dijo sabiendo que el único que
le comprendería sería John y el traductor, mientras que examinaba la
calidad de su rostro.

Justamente estaba palpando sus parpados cuando los abrió. Eran de un
color amarillento, relucientes. Juliet dio unos pasos más atrás para
que la muñeca pudiese salir por su propio ser. Lo primero que hizo
fue tomar consciencia de sí misma, haciendo un examen preliminar de
su cuerpo.

Buscaba en su memoria algún tipo de información relativa a su estado
pero la mayoría de datos estaban dañados o por el contrario
borrados. Cuando intento comunicarse a través de su idioma
predeterminado, que estaba establecido como el inglés, le fue
incapaz. Parte de su boca estaba cosida con tachones que le
dificultaban la comunicación. No obstante, una mujer rubia se le
acercó para darle ropa. Era un mono de trabajo, similar a los que
llevaban los mecánicos cercanos.

-Puedes acabar esto tu sola, ¿no?- dijo indicando que ella misma se
subiese la cremallera. Acto seguido, le quitó los tachones para que
pudiese hablar.-Aunque no seas humana- prosiguió- estaría muy mal
que fueses por allí totalmente desnuda. Y bien, ¿cómo debería
llamarte?-

-Ginchiyo- dijo silaba a silaba-Aunque no sé si esa pregunta iba
dirigida a mi- aún le costaba pronunciar.-Díganme-parecía haber un
cierto recelo aquí-¿por qué estoy aquí?- repitió la pregunta
también en japonés.

Sus reacciones casi humanas asombraron los médicos que daban saltos
de alegría desde sus asientos pero ella no podía procesar aún
aquella exaltación como sinónimo de felicidad. No obstante, sentía
un extraño interés en aquella mujer que vio nada más despertar.
Dando pequeños pasos, salió de su sarcófago mecánico y se dispuso
a hablar con ella. Aunque su empeño era muy grande, al estar tanto
tiempo en suspensión y con la falta de datos, el mero hecho de
caminar era una tarea dura para ello. Antes de que tropezase, fue
ayudada nuevamente  por la mujer de la cual desconocía aún su
identidad.

-¿Nombre?- preguntó viendo como le ofrecía su hombro para
levantarse.

-Me llamo Juliet-la puso de pie junto a ella.-Por lo visto, vamos a
ser compañeras por un breve lapso de tiempo-este hecho parecía
incomodarla un poco-pero espero que no nos estorbemos la una a la
otra- estrechó su mano contra la de ella. Pese a ser una androide
hecha de metal, podía sentir el calor transmitido a través de
ella.-Bien, Ginchiyo.Ahora te vas a ir con esos señores de allá para
que te preparen para la misión que debemos llevar a cabo,
¿entendiste?- Ginchiyo asintió con la cabeza y fue llevada a hombros
por dos hombres hasta la sección de armería que se encontraba unos
pasos más atrás.

Tras aquella breve charla con la robot, John se acercó nuevamente
para hablar con Juliet que no escondía esa sensación de disgusto que
pasaba por su cara.

-Dime, John- dijo ella antes de que él pudiese hablar.-Me da igual si
es humano o no ¿No crees que es muy triste que la existencia de
alguien solo se vea limitada a matar? He visto la mirada de aquella
chica, esos ojos fríos, sin vida, y creía estar viendo mi antiguo
yo. ¿Qué nos diferencia?-llevó la mano a su corazón.-¿Que el mío
sea un trozo de carne y el suyo de su hojalata? Te lo diré una vez
más, John- lo miro muy seriamente, como nunca antes lo había
hecho-Mataré a esa chica si es lo que ellos quieren, mis manos ya
están manchadas de sangre, pero no voy a pasar por alto de que usen a
inocentes para sembrar su juegos de guerra.- sin dejar que mediase
palabra, fue a ver si ya estaba lista Ginchiyo para partir.

John quedo dubitativo.

-Quizás fue una mala idea decirle que no era totalmente una maquina-
dijo echando la vista atrás a un monitor, donde se podía observar
las ondas cerebrales de un sujeto de pruebas llamado Ginchiyo.
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Shoot! 2 - Su pálida piel se mezclaba con la tundra. Pese a llevar solo un
sostén y unos short negros que apenas le cubrían el cuerpo no
sentía frío. Y eso era porque era calentada por el calor desprendido
por la pólvora. Cada vez que escuchaba el cañón recargar, sentía
un pequeño éxtasis que era conducido por su espina dorsal como una
descarga eléctrica que llegaba hasta su extremidad inferior Cuando
por fin disparaba, sentía un inmenso placer.

La bala calentándose en el interior de su cuerpo, solo para salir
despedida a través del orificio mientras rozaba vertiginosamente el
conducto para corregir su rumbo con el fin de dirigirse a su objetivo.
Anastasia gozaba de cada orgasmo, convertido en un ansia por verlo
destruido todo. 

Ese era su propósito.

Había sufrido un accidente de coche junto a toda su familia en la
cual ella había sido la única superviviente. Sin embargo, seguir
viva le había costado las piernas y la desfiguración parcial de su
rostro. No tenía a nadie y con aquel cuerpo comatoso jamás podría
encontrar a alguien que la pudiese amar. En unos de aquellos momento
donde el cometer suicidio parecía ser la mejor opción, unos
extraños, que dijeron ser parte del gobierno, le dijeron que podría
volver a caminar e incluso restaurar su cara si decidía trabajar con
ellos. Anastasia no tenía nada que perder, pues ya ni le quedaba la
esperanza para seguir con vida. Así que aceptó la oferta aunque
pudiese ser una mentira.
-¡Ah, qué maravilloso!- exclamaba entre jadeos-¡Nunca me había
sentido tan viva!- sus piernas, que habían sido sustituidas por
articulaciones metálicas, equipadas con la más puntera tecnología,
pisaban sin vacilación la nieve para luego arrasarla a través de
bombas térmicas de un gran  nivel de destrucción.
¡Más!¡Sí!¡Dadme más!- sus gritos eran dirigidos a las fuerzas de
autodefensa de su país.

Durante una de las pruebas de instalación de armas, Anastasia perdió
el control sobre sí misma. Llevadas por las emociones negativas que
aún albergaba en su interior, destruyó por completo las
instalaciones donde había cobrado nuevamente la vida y ahora se
dirigía sin rumbo por la inhóspita tierra. 

Un gran número de tanques y soldados salieron a su paso para
detenerla pero era en vano. Contaba con el acceso a un satélite que,
equipado con un rayo láser, era capaz de inhabilitar cualquier bala
proyectil que fuese dirigido a ella. Así pues, todo aquel despliegue
militar era un mero campo de tiro para ella. Sin pensarlo dos veces,
lanzó toda la munición que tenía cargada contra ellos. Humo se
elevaba hasta las alturas. No quedaba ni rastro de ellos.

-Qué lástima- una mirada inocente dibujaba- otra vez me he quedado
sola- sollozó llevándose las manos a la cabeza-¿Por qué mamá y
papá me abandonaron? Yo siempre fui una chica buena. ¿Por qué?¿Por
qué no me vienen a buscarme?- los sollozos fueron aumentando más y
más hasta convertirse en gritos estremecedores. Anastasia comenzó a
desgarrarse la piel sintética que le habían puesto, dejando a la
vista trozos metálicos también en su rostro.-No- se recompuso-Yo soy
buena. Mira mi cuerpo- palpó sus senos, luego su vagina y por último
sus piernas.-¿Quién no querría alguien así?- nuevamente empezó a
excitarse sola, riendo sin parar-Ellos son los malos. Es por culpa de
ellos que me sienta así. Eso es, les haré pasar por el mismo dolor
que yo estoy experimentando- puso la vista en una ciudad
cercana.-Esperad, mamá y papá. Pronto estaré en casa- puso rumbo a
esta.

***

Ya surcando los cielos, John puso al tanto de todo lo ocurrido a
Juliet. Aunque no pudo contarle todos los detalles debido a que pese a
su posición algunos le eran desconocidos, le resumió que
básicamente uno de las países de la federación Rusa había estando
desarrollando armas bípedas autónomas en su territorio sin el
supuesto conocimiento de nadie. Sin embargo, en unas pruebas de campo,
 algo con dicha arma ocurrió destruyendo las instalaciones y parte de
su ejército. Ahora, se dirigía a la ciudad más cercana.
-No somos un servicio de limpieza a domicilio- apagó con ímpetu su
cigarro contra el cenicero-Además, ¿que tiene ver esto con
nosotros?- espetó con fiereza.

-Esta nueva arma, como ellos la llaman, supondría un desequilibrio en
las fuerzas actuales. Además, es una petición expresa de la ONU y
siendo nuestro país uno de sus integrantes pues ofreció nuestros
servicios- le explicaba John tomándose una taza de té.
-Dicho en otras palabras. Los de arriba sabían la existencia de esta
arma. Y aprovechando que se ha descontrolado, quieren hacerse con ella
para ellos mismos, ¿me equivoco?- no hubo respuesta.-Me lo
imaginaba.- se reclino hacia atrás de su asiento. Era un jet privado
con todas las comodidades que esto conllevaba.-Espero que tengáis
alguna confirmación visual del objetivo- nada más dijo esto, John le
extendió una foto. Cuando le dio la vuelta, descubrió la imagen de
una chica, piel y cabello blanco, con una falda negra y lisa,
acompañada de dos personas mayores que presumiblemente serían sus
padres-¿Y esto?- miro hacia John desconcertada.-Oye, que te estoy
hablando- aun no le había respondido la pregunta.

-Juliet. Esa es la arma que debes eliminar.-

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Shoot! 1 - Una veloz moto recorría las transitadas calles de una ciudad europea.
Su piloto, que era apenas un mujer en la treintena, disfrutaba de su
recorrido en tal circuito urbano. Su meta era un descampado en obras,
una extensión abandonada del aeropuerto que era usado
extraoficialmente para el transporte ilegal. Aparcó a un lado de un
hangar a medio a construir. En su entrada ya había estacionado un
jeep gris, de color gris. Fuera de este, estaban varios hombres
armados, todos ellos trajeados.

Antes de dirigirse a ellos, se quito el casco para que su melena rubia
ondease al son del viento mientras que, con la otra mano, bajaba la
cremallera de su mono hasta la altura de los pechos, para así
liberarlos de la presión a la que estaban sometidos. De entre estos,
sacó un cigarro a estrenar.

-Tenga- dijo uno de los hombres ofreciéndole fuego tras observarla
detenidamente. Ella sin decir palabra, agachó su cabeza sin importar
que el hombre posara sus ojos en sus senos semidescubiertos.Unos ojos
grises, como la niebla, intentaron matarle nada más apartó la
mirada.

-Y bien- la extraña mujer articuló por primera vez palabra- Espera
que hayáis interrumpido mis vacaciones por una buena razón- dio una
bocanada de humor directo hacia sus rostros- O de lo contrario- ahora
puso a juguetear con el casco, dándole vueltas con su dedo- rodarán
cabezas- hizo el ademán de lanzarlo-Menuda lentitud- espetó asqueada
frente a dichas personas. Haciendo un gesto grotesco con la cara, se
dispuso nuevamente a subir a la moto pero fue detenida ante la voz de
un hombre que se encontraba dentro del vehículo.
Era otra personaje con traje grisáceo y corbata negra, mucho más
mayor que ellos. No tenía ningún rasgo facial notable salvo las
numerosas arrugas que plegaban su piel. Esperó con una postura
ominosa que la joven se le acercase. Esta, contrariada con su
presencia, no tuvo más remedio que hablar.

-Qué alegría de verte, John- hizo hincapié en su nombre, aunque
sabía que no era real.

-Igualmente, Juliet- John en cambio dio una respuesta cortés- Me
alegra saber que tú y tu sarcasmo seguís tan bien como siempre-le
sonreía a medida que hacía eso, lo cual era una de las cosas que
ella más odiaba y el lo sabía.

-Dejémonos de formalismos- el tono de Juliet se puso serio de
repente- y vayamos al grano. No creo que me hayas sacado de mis
merecidas vacaciones solo para ver mi cara.-

-Ciertamente- adoptó la pose de El pensador sentándose en uno de
los asientos traseros.-un rostro como el tuyo, tan vivo, es siempre
alegre de ver- de nuevo llevó a cabo esa sonrisa- pero llevas razón-
el también adoptó un tono serio- No te puedo dar todos los detalles
aquí pero algo grave ha sucedido muy lejos de aquí. Algo que
inquieta a los peces gordos de nuestra agencia y que de verse dado a
la luz por los medios de comunicación, haría temblar los cimientos
de los países más poderosos del mundo.-

-¿No podéis mandar a otro en mi lugar?- hizo caso omiso a
John.-Además toda esa palabrería no me dice nada.-

-Han muerto más de 10 agentes enviado a dicha misión- abruptamente,
John cortó la respuesta de Juliet, que no pudo evitar hacer una cara
de sorpresa, haciendo que su tabaco cayese al suelo.-Sé que estás
cansada del trabajo, pero-se acercó a ella para decirle las
siguientes palabras al oido- eres la única persona que puede manejar
esto. Hablaré luego para que te alarguen las vacaciones durante meses
si es necesario. Si no lo haces por la agencia, por favor, hazlo por
mí.- se alejaba unos pasos de ella para darle tiempo en pensar la
respuesta

Nunca antes le había pedido algo de aquella forma y, aunque
mantuviese la compostura, se notaba por aquella declaración que se
encontraba desesperado. Aún no sabía de lo que se trataba, ni mucho
menos las razones por las cuales debía llevarse tanto secretismo pero
parecía no tener elección.

Suspiró

-Espero que al menos no me estés mandando a una misión suicida- se
inclino frente a la moto dándole la espalda. John se le acercó
nuevamente para darle un cigarro ya encendido.

-Dentro del hangar tenemos un avión esperándonos Si quieres podemos
poner tu moto en un lugar seguro.-

-La moto viene conmigo- rechistó sin dudar- Aún no me has dicho en
qué consiste- le inquirió sabiendo que pese haber aceptado el
trabajo aún no sabía nada de este.

-Te lo contaré todo desde la alturas- John fue  el primero en entrar
al hangar. Juliet lo siguió llevando consigo la moto mientras que el
resto de los hombres de jeep se marchaban dejándolos atrás.
puntos 8 | votos: 8
Nunca fue planteada la cuestión - del ser, sino aquello a lo que nos intentamos parecer.
puntos 7 | votos: 7
Hasta Pacman ha tenido que buscar - otro empleo porque con recorrer laberintos no le alcanzaba.
puntos 9 | votos: 9
Ninguna bomba estalla - a no ser que alguien prenda su mecha.
puntos 10 | votos: 10
Aquel que se baña demasiado - en sus virtudes acaba apestando a arrogancia.

puntos 11 | votos: 11
El tiempo no te dará una solución, - sino razones para haber arreglado las cosas en su momento.
puntos 5 | votos: 5
Shiroinu (Perro Blanco) II - Alice abrió en sus ojos encontrándose en una habitación desconocida
para ella. El sol irradiaba a través de una pequeña ventana,
dispuesta justo a un lado de la cama donde se encontraba recostada.
Incapaz de recordar cómo había llegado hasta allí, se levantó
apresuradamente pero su mente estaba demasiado confusa por lo que le
fue imposible levantarse de la cama sin caerse al suelo. 
Era un cuarto pequeño bastante pequeño, en comparación a las
habitaciones a las que comúnmente se hospedaba. Además de su
tamaño, el estado de limpieza era deplorable. Estando de bruces
contra el suelo, pudo observar el polvo acumulándose bajo los
muebles.
 
-¿Dónde estoy?- dijo en voz alta sin ninguna esperanza de que su
pregunta fuese escuchada por alguien y mucho menos respondida.
Intentaba hacer memoria pero le resultaba inútil. Se veía afectadas
por unos dolores de cabeza que le impedían pensar con claridad.
De repente, pudo escuchar la puerta de la habitación abrirse. Debido
a la posición en la que se encontraba, no pudo ver quién había
entrado. Rápidamente dicha persona la ayudó nuevamente a recostarse
en la cama y allí pudo ver su rostro. Era un muchacho al cual era la
primera vez en su vida que había visto. Tenía un rostro muy juvenil
pero con semblante serio. Además, llevaba una melena oscura no muy
larga, muy diferentes a los ojos grises que tenía.

-No debes moverte todavía- dijo aquel hombre mientras la tomaba sin
su consentimiento en brazos. Apenas tenía fuerza para oponerse. Sin
oposición, fuera nuevamente puesta en la cama. Tras eso, tomo una
jarra que contenía agua y se la ofreció para que bebiese de esta.
Alice se incorporó como pudo y, aunque aún no se fiaba de todo de
aquella persona, bebió de su contenido tras pensar de que si hubiese
querido algo de ella ya la hubiese forzado.

-Perdona que deba presentarnos de esta forma- dijo tras volver a poner
la jarra en su sitio.-Mi nombre es Relyap aunque prefiero que me
llamen Rely- se apresuró a aclarar.-¿Sabes quién eres?-
-Alice Arcturus- se tomó un tiempo para decir su nombre.-Soy Alice
Arcturus. Soy una de las princesas del reino de Britania.-su rostro
había cambiado completamente de color un hecho importante.- Yo estaba
en Ur, una de las fortalezas que fue levantada expresamente por la
unión de naciones para mantener a raya los ataques de los monstruos
del páramo del norte- cubrió su cabeza con las manos. Sus ojos
estaban a punto de salir de las cuencas-Escuché una explosión en la
entrada principal y entonces hubo una lucha. Mande a mi hermana a
ponerse a salvo mientras que yo iba a revisar que había sucedido en
el patio.¡Prim!- gritó desesperadamente-¿Dónde está mi
hermana?¡Por favor!- hizo ahincó de todas sus fuerzas para agarrar
de la ropa de Rely-¡Dime que está a salvo!-

Rely tomó de las manos y pidió a Alice que se calmara. Una vez que
lo hizo, se dispuso a explicarlo todo lo sucedido. Cómo la unión de
las naciones bajo la encarnación de la diosa Selene, había caído
bajo un grupo de mercenarios que se hacía llamar Kuroinu. Estos, que
antaño estuvieron luchando contra los monstruos en el paramo del
norte, decidieron aliarse con los monstruos para tomar todo el
continente de Selene, destruyendo cada país que había en este,
creando así un nuevo reino que llamarían imperio del sexo y que
sería hasta entonces sería regido por Vlad, comandante de las
fuerzas de Kuroinu.
-En este autoproclamada imperio- prosiguió-Las mujeres, sin importar
su edad, posición o raza han perdido todo derecho. Ahora no son más
que otro que se encuentra en el mercado para comprar y vender. La
esclavitud y prostitución se han vuelto legales, siendo el tráfico
humano uno de los mayores pilares de la economía. Además, los
pueblos y ciudades deben dar un dote, que es básicamente ofrecer un
grupo de mujeres, a las fuerzas armadas y a los monstruos que hay en
ellas para que no sean destruidos.-

-No puede ser- Alice palidecía ante tal relato.-¿Mi hermana
entonces?- las lágrimas empezaron a cubrir su rostro, ante la idea de
las cosas atroces que podría estar ahora sufriendo ahora su querida
hermana menor.

-No creo que te sirva- dijo viendo como la princesa se desmoronaba
pensando en que había perdido a su familia.-pero la princesa Prim
murió a los pocos días de tomar efecto la revolución, por lo que no
ha debido de sufrir nada de esto-

Como esperaba, esto no sirvió de consuelo para la chica que se puso a
llorar aún más todavía. Impotente, dejó a solas para que asimilase
todo lo que había dicho hasta ahora. 

-Es un duro impacto- dijo estando fuera en el pasillo.

-Sin lugar a dudas.-una voz que sonaba al final del pasillo le dio la
razón.-Aún siendo mujer, no, como humano, no puedo ni tan siquiera
imaginar cómo se ha de sentir ahora mismo- la persona que era
poseedora de dicha voz se presentó ante Rely.

Era una mujer de pecho exuberante, que llevaba un escote cubierto de
pluma que no hacía sino acrecentar sus dotes femeninos. Un vestido
negro dejaba a relucir sus piernas, así como los tacones altos que
también llevaba. Su rostro también atrayente para los hombres.
Contaba con unos labios fuertemente rosados y carnosos que, junto a
sus enigmáticos ojos violáceos, mecidos por unas exuberantes
pestañas, atraían toda la atención. Llevaba el pelo largo, hasta
las caderas, de un color similar a sus ojos pero pasa inadvertido por
el gran gorro de bruja, con un pico respingón que miraba hacia
atrás.

-Hola de nuevo, Q- Ambos se conocían con anterioridad-

-¿Y esta bienvenida tan apagada?- se apresuro a echarse a sus brazos,
sin darse cuenta que estaba asfixiando con sus senos.
-Siempre haces lo mismo- tuvo que retirarse hasta el otro lado del
pasillo. Pese a ello, no estaba contrariado con la actitud de Q, que
ya conocía de antemano sino con el rostro que puso Alice.Le resultaba
muy familiar.

-¿Te trae malos recuerdos?- espetó enseguida Q, como si pudiese leer
su mente.

-Algo así. Fue buena idea la tuya darle esa pócima antes de que
despertase. No sé qué hubiera hecho de haber tenido sus recuerdos-
No le había contando todos los detalles Alice. No es porque no
quisiera o confiase en ella, sino que demasiada información podría
destrozar nuevamente su mente. Habían pasado 3 años desde que el
imperio fuese declarado. En todo aquel tiempo, Alice Arcturus había
pasado de ser una princesa a un mero objeto de diversión para ofrecer
placer. Le era imposible para el abarcar todo lo que podría haber
sufrido durante el transcurso de aquel lapso de tiempo. Las vejaciones
diarias, castigos, humillaciones. Cualquier ser humano sometido a todo
eso veía su capacidad de pensar mermada, aceptando sumisamente su
condición de objeto. La pisotearon tanto, ya no solo a nivel físico
sino también mental, que quedase de ella algún resquicio de
humanidad. Por eso se vieron en la obligación de borrar todos sus
recuerdos, al menos no los concernientes a los tres últimos años,
incluyendo la revolución.

-A veces pienso si este es el camino correcto- musitó Rely.-Manipular
la mente humana, aunque sea a favor de ellos-

-Rely- Q usó un tono serio con él, apoyando su mano sobre el
hombro.-Aunque a ti el dolor te haya hecho más fuerte, no es para
todas las personas igual. Cada persona debe canalizarlo a su manera y,
para aquellas en las que el sufrimiento le supera, no les queda más
remedio que olvidar y seguir adelante.-
puntos 8 | votos: 8
Para él, entrar en las redes sociales - es como si le cayese un yunque en la cabeza.
puntos 10 | votos: 12
Its Raining Titan! -
puntos 13 | votos: 15
Alguien quiere que sea su seme. -

puntos 4 | votos: 6
El harem mortal de Jaffar - siempre va cantando Conmigo no podrás
puntos 4 | votos: 8
Pero que no decaiga la fiesta. -
puntos 13 | votos: 13
Usuario: Tu página está desfasada. - Walt_k: ¿Acaso yo te pedí que te registraras?
puntos 9 | votos: 9
Mejoras no habrá - pero al menos aporta su granito de arena a la DesmoCadena.
puntos 12 | votos: 14
Ahora entiendo cómo se siente. -

puntos 11 | votos: 11
Lo siento, pero yo no comparto. -
puntos 6 | votos: 6
Toda fobia se reduce a no querer ver - algo que siempre estuvo ahí con nosotros.
puntos 9 | votos: 9
Eso le pasa por salir fuera - de un muro llamado Cocina
puntos 9 | votos: 9
Yo lo decía en otro sentido... -
puntos 23 | votos: 23
Resulta curioso que siendo ignorante - uno sepa encontrar la felicidad en detalles minúsculos.

puntos 10 | votos: 10
No es enchufe, - es que para él 3 años y medio pasan como si fuese un mes.
puntos 18 | votos: 18
Cuando acabas las tareas - el mismo día en el que debes entregarlas.
puntos 8 | votos: 8
Que alguien le de esto a La Cola - a ver si así logra moverse un poco.
puntos 7 | votos: 7
y de carteles, - aunque ninguno de los dos es nuevo.
puntos 8 | votos: 12
Faltos de calidad, - muchas personas intentan suplirla con cantidad.

puntos 3 | votos: 7
Somos objetos de deseo - para aquellos miedos nacidos por el roce con terceros.
puntos 8 | votos: 8
Le banean una cuenta, - le hacen superuser con otra.
puntos 7 | votos: 9
Más bien desinformación. -
puntos 10 | votos: 10
El culmen de la amistad - es decirse todo sin usar palabra alguna.
puntos 6 | votos: 6
Lo que pasa cuando dices que - Desmotivaciones.es una mierda...es que te da la razón.

puntos 11 | votos: 13
¿Te imaginas.... - que las mejoras de Desmo sean una aplicación para smartphones?
puntos 7 | votos: 7
Ya ni saben cómo contar. -
puntos 5 | votos: 5
El brazo no le duele realmente, - más bien el hecho de que era el que usaba para las pajas.
puntos 6 | votos: 6
El verdadero rostro se revela - llevando la contraria a dicha persona.
puntos 7 | votos: 7
A veces nos debemos mantener - haciendo algo, aunque sea inútil, para no hacer creer a sus
detractores que les hemos dado la razón.

puntos 10 | votos: 10
Que la chica que te gusta se meta - en tu cama para decirte que estarás en la friendzone de por vida.
puntos 8 | votos: 8
Las recomendaciones entre supers - para llegar a la principal es un claro ejemplo de ello.
puntos 10 | votos: 10
Pide una rubia y asunto arreglado. -
puntos 9 | votos: 9
...o más. -
puntos 7 | votos: 9
A veces un simple detalle - acaba siendo clave para evitar un mal desenlace.

puntos 12 | votos: 16
Para tener un pleno derecho - sobre las oportunidades, antes debe haberse invertido un 
mínimo de esfuerzo.
puntos 7 | votos: 9
Desnaturalizado. - Cae el ocaso 
en el corazón 
del hombre.
Levitan las nubes
por debajo de 
su mente.
La tierra de ahora,
que lo vio nacer,
se muere.
puntos 7 | votos: 11
El comentario hecho imagen. -
puntos 6 | votos: 10
Soy como soy, soy como el viento. - Soy una pequeña estrella en el mar de tus pensamientos.
puntos 6 | votos: 6
Por lo que si planeas ser un Ditto, - asegúrate de que ambos sepáis usar protección.





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