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04.09.2011

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Comentador Nivel 2GeekVeterano Nivel 3

puntos 19 | votos: 19
Pintar algo - Y que una sabia vocecilla interior te diga: -Deja de intentar arreglarlo, 
que sólo la estás cagando más
puntos 6 | votos: 6
Luchar en el presente - no te devolverá el pasado,
pero tal vez ayude para el futuro.
puntos 5 | votos: 7
↔ - -Yz_:3
puntos 15 | votos: 15
Porque cuando creas - que no te queda nada, cuando te sientas solo lo único que te quedará
eres tú mismo que al fin y al cabo es lo más importante.
puntos 5 | votos: 9
¿ERES TONTO? - o fumas galletas por que pone María

puntos 23 | votos: 23
Buzz Lightyear... - ...me quedo con la versión infantil.
puntos 23 | votos: 23
“No la mires demasiado. - Esos mundos cerrados y a la vez prohibidos, suelen tener un poder de atracción”

-Mario Benedetti.-
puntos 7 | votos: 7
Cuando algo - salga mal cierra los ojos, sonríe y piensa De los errores se aprende
puntos 0 | votos: 0
Woow - (babamil)
puntos 5 | votos: 5
Hay pocas cosas tan ardientes - como el deseo de cumplir un sueño.

puntos 6 | votos: 6
Ryo se marcha una semana - pero volveré, y muchos sabéis el motivo
Sed buenos, pero no tontos
puntos 273 | votos: 275
En esta vida cuando por fin - sabes como funciona el juego se te acaban las monedas para jugar
puntos 12 | votos: 12
Llenarme de cielo, - música, grullas de papel, fotografías y atrapasueños
y pretender que creo en algo más.
puntos 11 | votos: 11
Siente tu muerte - en el manicomio que es tu vida
puntos 7 | votos: 7
Creí además porque dijeron - las maestras miopes que el sol no se veía de frente

puntos 14 | votos: 14
Me gusta verte dormir - para ser yo quien pueda soñar.
puntos 32 | votos: 32
Me di cuenta de que no sé gritar - Así que volví a escribir.
puntos 31 | votos: 31
Aceptar las caídas, - levantarse y seguir el camino; no sólo consta de seguir andando y andando.
puntos 12 | votos: 12
Un día en mercurio - dura 1409 horas.
A la mierda, yo me voy a mercurio a estudiar.
puntos 17 | votos: 17
No conozco - algo que me desanime más que caer en cuenta que el día que viene es Lunes.

puntos 7 | votos: 7
Muchos - aqui sabemos lo qué ella esta limpiando
puntos 18 | votos: 18
El llorar - no es un aspecto de debilidad
puntos 7 | votos: 7
Tenía el mundo - a sus pies pero prefirió volar.
puntos 22 | votos: 22
Mi único deseo - es no tener deseos, 
porque significará que los he cumplido todos.
puntos 18 | votos: 18
A veces creo - que soy solo una pesadilla de la que no se puede despertar

puntos 5 | votos: 5
¿Por que - hay gente que se lastima asi misma..??
puntos 9 | votos: 11
Esos pequeños detalles - Que te alegran el dia
puntos 10 | votos: 10
Lo que me hiciste tú - no fue nada más que lastimar.
puntos 14 | votos: 14
Que tu no me creas - no significa que te este mintiendo
puntos 11 | votos: 11
Capítulo 1: - Mi vida nunca había sido una vida demasiado ajetreada ni con muchos
problemas. Lo normal para una chica de cuarto de secundaria, al menos
siempre había sido así hasta que llegó aquella temporada, la
temporada en que yo una chica de dieciséis años vivió una etapa que
aún no sé si fue todo un sueño.
Durante mi infancia mis padres me habían dado todo lo que había
estado en sus manos, pues no querían perder a otro hijo más, nunca
llegué a saber a ciencia cierta lo que le había ocurrido a mi
hermano y mis padres nunca me lo explicarían ya que, para ellos,
aquel recuerdo era el más amargo que podía existir en su vida. 
Yo sólo sabía que mi hermano había desaparecido a los tres años de
nacer. No sabía ni su nombre ni como era. Mis padres al poco tiempo
de que desapareciera eliminaron todas las fotos y recuerdos que
podían permanecer de él, supongo que para hacer su dolor más
pasajero. Yo, la verdad, siempre había querido saber qué fue lo que
le ocurrió a mi hermano, pero nunca saqué el tema delante de ellos,
no quería hacerles daño, así que para mí siempre fue como si yo
fuera hija única.
Mi curiosidad en el tema se despertó por la noche, cuando me paré a
pensar que mis padres nuca llegaron a poner un dispositivo de
búsqueda de mi hermano, es más, estaba segura que si fuera a la
policía a preguntar por el caso no sabrían nada respecto a él. Por
un momento pensé que mis padres nunca desearon tenerlo como a hijo y
que, quizás, lo abandonaran o lo regalaran. Me dolió el pensar
aquello. Mis padres siempre se habían sentido tristes y dolidos por
lo que le pasó a mi hermano, así que me saqué aquella alocada idea
de mi cabeza y me fui a dormir. 
Hacía mucho frío a pesar de que estuviéramos en plena primavera ya
que el cielo dictaba que no tardaría demasiado en ponerse a llover.
Fui a mi habitación, me puse el pijama y me arropé en la cama
escuchando el sonido del viento.
Me desperté a media noche cuando oí la lluvia que golpeaba
violentamente la ventana amenazando con colarse dentro de la
habitación rompiendo el cristal. Sin poder evitarlo, me senté en la
cama y miré al bosque por mi ventana, en él pude diferenciar una
extraña silueta que miraba la casa. No sabía con exactitud lo que
era pues la niebla era muy espesa y la lluvia hacía que la
visibilidad fuera, prácticamente nula.
 No le di importancia y me dediqué a coger la cámara para poder
fotografiar aquel maravilloso fenómeno atmosférico. Desde que era
pequeña me había encantado todo lo que estaba relacionado con el
arte y, la fotografía, no era para menos.
Cogí el aparato- que estaba guardado en el cajón de mi escritorio- y
saqué varias fotos a través del cristal, pero la lluvia hacia que
las fotos se vieran borrosas y que no se pudiera saber lo que era.
Así que dispuesta a salir a la calle me dirigí al armario y cogí el
chubasquero. El pelo, decidí recogérmelo con una coleta para no
mojármelo. 
Salí al patio trasero de la casa y fotografié los árboles y un
pequeño pájaro que luchaba por dar calor a sus hijos, la luna
encapotada por las nubes y varias cosas más. Todo iba bien, pero de
repente, noté algo que se movía a lo lejos. Era un lobo. Un lobo
grande de color marrón con rasgos rojizos, fue en ese instante en el
que recordé la silueta que vi desde la ventana, así que eso era.
Centre toda mi atención en él y me percaté de que tenía una herida
en la pata, no era muy profunda pero se notaba que él sentía
molestia, además estaba delgado y tiritaba de frío.
Decidí entrar a casa a buscar las sobras de la noche anterior para
darle al animal, pero cuando salí al patio de nuevo ya se encontraba
lejos, aullando al cielo. Sin pensarlo dos veces, dejé el plato en el
suelo y le saque unas fotos. Nunca había visto algo tan precioso,
aquel lobo tenía algo que me gustó, pero no sabía lo que era.
Por la mañana del día siguiente era sábado y mis padres habían
decidido irse de escapada. A mi no me importó, ya sabía cuidarme
sola, pero la verdad no me apetecía demasiado pasar el finde sola en
casa, así que telefoneé a Amy. Pero desgraciadamente no hubo suerte
y no me cogió el teléfono. Suspiré y recorrí el pasillo hasta
llegar a mi habitación. Me estiré en la cama y me quedé dormida de
nuevo.
Me desperté con el sonido de mi móvil al sonar, era mi madre quien
llamaba. Me aclaré la garganta y contesté al teléfono:
-¿Bhet? ¿Hola?
-Hola mamá, ¿Qué pasa? ¿A qué se debe tu llamada?
Dije aún adormilada y con la voz más grave de lo habitual.
-Parece que te moleste mi llamada- Hubo una breve pausa y continuó-
Solo quería decirte que tu padre y yo nos quedaremos también
mañana.
-Ah, vale y no es que me hayas molestado, es que me acabo de
despertar.
Dije sintiéndome culpable por haber hecho que se sintiera ofendida
por mi tono de voz.
Oí una risotada a través del teléfono. Ya se le había pasado la
pena, mi madre era muy autónoma y alegre al igual que mi padre. Pero
a causa del trabajo no solían estar en casa.
-Bueno cariño, me tengo que ir, pásatelo bien el fin de semana
-Eso haré. Adiós
Mi madre colgó el teléfono y yo me senté en la cama estirando los
brazos, aún agarrotados de haber dormido con ellos encogidos. En ese
momento vi la cámara de fotos, me levanté de la cama, me vestí y
fui a la tienda a revelar las fotos que había en el carrete, la
cámara era un modela bastante antiguo.
En llegar a casa empecé a observarlas una por una, había más de las
que recordaba, estaban las de las vacaciones de navidad, la del
aniversario de boda de mi madre y muchas más. Me fijé especialmente
en una foto que le había sacado a mi madre, una foto bastante triste,
se la saqué el día que debía ser el cumpleaños de mi hermano, mi
madre estaba mirando por la ventana, sin darse cuenta de que yo le
estaba sacando la foto. En la foto se la veía con su cabellera negra
y larga por detrás de la oreja los ojos tristes y por la mejilla se
podía ver una lágrima que se le había escapado.
Al ver aquella foto se me encogió el estómago, la expresión de mi
madre era triste, no encajaba en absoluto con la personalidad de ella.
En ese mismo momento el sonido del teléfono me devolvió a la
realidad. Era Amy, yo ilusionada contesté lo más velozmente que
pude.
-¿Amy?
-¡Hola Bhet! Acabo de ver tu llamada, ¿Pasa algo?
-No, no pasa nada, era sólo para preguntarte si te apetecería venir
a mi casa. Es que mis padres se han ido y estoy sola en casa- Hubo un
largo silencio y Amy no contestaba- Amy, ¿Sigues ahí?
- Sí Bhet, fui a preguntar a mi madre si me dejaba ir, dice que sí.
¿Te va bien si estoy allí en media hora?
-Genial, pues aquí te espero, hasta ahora.
Me apresuré a recoger la habitación para que cuando llegara Amy lo
encontrara “recogido”. Lo único que hice fue poner la ropa sucia
en el lavadero y me hice la cama, el resto estaba ordenado. Una vez
limpia mi habitación empecé a pensar lo que iba a hacer de cena. Amy
era alérgica a según qué tipo carne así que decidí preparar unos
macarrones con queso, algo fácil y rápido de preparar.
Cuando ella llegó a casa yo estaba echando la pasta en el agua
hervida, se había retrasado lo suficiente como para darme tiempo a
calentar el agua, ese detalle era extrañó, Amy no solía llegar
tarde nunca. Cuando eché la pasta a la olla fui a abrirle la puerta
para que entrara.
Lo que vi al abrir la puerta no me gustó nada, Amy tenía un morado
en la mejilla, le sangraba el labio e intentaba no llorar. Yo sin
pensármelo dos veces la abracé y ella rompió a llorar. Le hice
pasar hasta el comedor donde se sentó en el sofá marrón de piel.
Cuando estaba algo más tranquila le pregunté.
-¿Qué te ha pasado? ¿Quién te ha hecho esto?
Amy aún temblaba, y en sus ojos se podía ver el miedo que sentía,
pero aún así intento tapar lo que le había pasado.
-Me caí por las escaleras de casa y me hice daño, solo fue eso, no
te preocupes. Estoy bien
Dijo mientras sonreía falsa y fríamente.
Yo no quise forzarle a hablar si ella no quería, pero las dos
sabíamos que lo que le había pasado no era una simple caída por las
escaleras. Había sido peor.
Pasamos unos minutos en silencio, cuando vi que aún estaba temblando
decidí hablar
-¿Te apetece un té?
-Ah… Bueno vale, gracias
Me fui a la cocina a preparar la infusión aún pensando en lo que ya
sabía que le había pasado a Amy. Alguien le había pegado. Pero la
pregunta era ¿Quién le había pegado?
Cuando lo hube preparé se lo lleve a Amy que estaba ausente, sumida
en sus pensamientos, me senté a su lado y en cuanto se percató de
que estaba allí me miró. Iba a decirme algo pero se quedó callada,
yo sabía lo duro que resultaba explicar algo como eso.
Recordé aquel verano en la playa con mis primos, yo era solamente una
niña con el pelo rubio largo, de piel fina y no muy alta. Una niña
inofensiva e indefensa. Ahora ya no era igual, me había hecho más
alta y mi pelo pasó del rubio al castaño por la espalda, lo único
que no había cambiado desde que era una niña eran mis ojos, siempre
habían sido de color marrones, no un marrón normal, cuando les daba
el sol se ponían color dorados. En la playa, mi primo me llevó a una
parte más alejada de lo que yo sabía y allí me pegó hasta el punto
de dejarme inconsciente, lo único que recuerdo era mi primo
golpeándome y algo que me rescató de allí, una persona, supongo que
algún socorrista cercano. Yo no me atreví a explicar lo que me
había pasado a mis padres hasta que pasaron unos meses, no era capaz
de explicarlo  por miedo a que mi primo me pegara más.
Hasta que un día me di cuenta de que no podía seguir en aquellas
condiciones, que tenía que actuar, así que se lo expliqué a mis
padres. Ellos no avisaron a la policía, pero nunca más volví a ver
a mi primo.
Yo tarde en explicárselo a alguien, así que sabía por lo que pasaba
Amy y no le iba a obligar a hacer algo que ella no quisiera, así que
cambié de tema.
-Ayer saqué más fotos, y he encontrado varias más antiguas, ¿te
apetece verlas?
-Por supuesto – Dijo ella con una sonrisa.
Me encantaba cuando sonreía. Amy era una chica con el pelo marrón
casi negro y los ojos verdes con rasgos marrones, era delgada y muy
guapa. Desde que éramos pequeñas habíamos estado juntas, para mi
ella era una parte indispensable de mi vida.
Subí las escaleras en busca de las fotos que había imprimido
mientras esperaba a que Amy llegara. Al subir las escaleras pude
escuchar como Amy soltaba una risita en voz baja, me alegraba que ella
fuera feliz.
Entré en el estudio de mi padre y cogí las fotografías. Las ordené
de manera que encima quedaran las más antiguas y debajo las más
recientes, después de haberlas puesto en orden me dirigí al lavabo a
por el botiquín para curar a Amy las heridas que tenía. 
Bajé corriendo las escaleras y me senté en el sofá al lado de mi
invitada y le curé. no parecía que ninguna de sus heridas fueran
demasiado profundas, la más grave era la del labio. Después de
aquello tomé las fotos y las dividiéndolas en varios montones, las
empezamos a comentar, las dos nos fijamos en una foto en que salíamos
Amy, Diane, Ryan y yo en la habitación del viaje de fin de curso del
año pasado. Éramos todo nuestro grupo, los que habíamos estado
desde niños juntos.
Diane era una chica de ojos verdes muy intensos con gafas, y el pelo
rubio con delicados tirabuzones, era una chica frágil sensible pero
muy dulce y cariñosa. Ryan era en pocas palabras “el chico perfecto
para las chicas” era un chico alto con el pelo negro y los ojos
azules, muy atlético y divertido.
En la foto Diane nos abrazaba a mí y Amy por la cintura mientras que
Ryan por detrás nos abrazaba a las tres por los hombros, era la viva
imagen de la amistad. Si la foto hablara diría algo como “La
amistad nunca se rompe”
-Está foto me gusta, es bonita- Dijo Amy con voz dulce.
- Quédatela, yo tengo la muestra en el ordenador de mi madre.
-¿En serio? ¿Puedo? Muchas gracias Bhet
Seguimos viendo fotos y comentándolas hasta que tuve que desaparecer
para ir a la cocina a acabar los macarrones, los eché en un plato
añadí el tomate junto al queso y los metí en el horno. A
continuación salí al comedor donde Amy seguía mirando las fotos,
cuando llegó a las de la noche anterior se las quedo mirando un rato,
hasta que dijo:
-Son buenas, ¿Dónde las has sacado?
- Ayer por la noche, durante la tormenta salí al patio trasero.
Amy se quedó fascinada con una foto específica en la mano, la foto
del lobo. Aquel lobo con el pelaje rojizo y de ojos azules y
misteriosos. Aquel canino tan especial. Pasó a la siguiente foto, en
esta se le veía ya más alejado sobre unas rocas, se podía
diferenciar la lluvia y el pelo mojado de él. El horno sonó para
avisarnos de que los macarrones ya se habían acabado de hacer.
-Vamos a comer, ¿no?- Le dije a Amy mientras me levantaba del sillón
Amy se levantó y me siguió con el montoncito de las fotos de la
noche anterior. Se sentó en la mesa y, mientras yo servía los platos
con la comida, ella miraba las fotos una a una observando cada detalle
de las fotos. Acabé de servir la comida y comimos comentando las
fotos y hablando de lo que haríamos el día siguiente. Decidimos ir a
la playa a pasar la tarde -a ambas nos encantaba- si hacía buen
tiempo, la playa no estaba muy lejos de aquí.
 Las dos nos emocionamos. Hacía ya mucho tiempo que no quedábamos.
Si mi memoria no me fallaba, la última vez que habíamos estado fue
hacia unos años atrás, pero hubo un accidente y desde entonces no
volvimos a ir jamás: Una antigua mejor amiga desapareció en la
playa, Aleixa, una chica alta con el pelo rizado y los ojos verdes.
Todo ocurrió cuando decidimos ir a la playa con el resto del grupo,
comimos bailamos y nos divertimos, entonces a Aleixa se le ocurrió
que sería una buena idea darse un baño, ya que el mar estaba
tranquilo.  Amy y Diane la animaban, pero a Ryan y a mí nunca nos
pareció una buena idea. Ella no se lo pensó dos veces y se metió en
el agua, nadie se preocupó y seguimos hablando y divirtiéndonos. Le
empezamos a dar importancia cuando pasada una hora Aleixa no
aparecía. Al pasar otra hora más nos asustamos y decidimos ir a
buscarla. Ella nunca volvió a aparecer. Los policías crearon
investigaciones, nos interrogaron y buscaron pruebas, pero nunca
supieron lo que pasó.
Amy pudo saber en lo que pensaba y rápidamente habló.
-Habrá que llevarse algo de comida, ya me encargaré yo. Tú ya has
cocinado esta noche.
Le envié una sonrisa que ella me devolvió, recogimos la mesa vimos
un maratón de película todo el día hasta que nos llegó la hora de
ir a la cama.
Dormimos las dos en la misma cama. A media noche me desperté a beber
agua y lo volví a ver, aquel lobo que me miraba quieto, casi como una
estatua. Enseño los dientes arrugando su hermoso rostro y se alejó
dando un salto. Aquella reacción me asusto, no sabía que podía
haberle hecho sentir odio hacia mí. Ayer mismo me pude acercar a él.
Me volví a la cama aunque sabía que no iba a dormir, me estiré
evitando despertar a Amy y pensé. ¿Qué podía haber cambiado? No lo
entendía. Tras pensar durante un largo rato, el sueño se apoderó de
mí y me quedé dormida.
A las seis y media  sonó el despertador, me tenía que levantar para
prepararlo todo para ir a la playa. Para mi sorpresa cuando bajé a la
cocina Amy ya había hecho la comida. Cuando me vio dijo:
-Buenos días, te dije que de la comida me encargaba yo.
Dijo soltando una risotada que lleno toda la habitación, yo, en
seguida le contesté.
-¿Pero a qué hora te has levantado? Te dije que te quería ayudar.
-Lo sé. Pero estabas tan rica durmiendo que me dio pena despertarte.
¿Quieres desayunar?
Le lancé una mirada burlona, sabía lo mucho que odiaba que me
dijeran que era bonita o guapa, y añadí:
-¡Ah! ¿Qué encima has preparado el desayuno?
-Sí, eso he hecho.
Volvió a reír y me sirvió un té en mi taza favorita- era sencilla
de color menta con dos rayas azules en los bordes- y unas tostadas.
Ella se tomó un zumo de naranja y se untó mermelada en una de las
tostadas. Hablamos hasta las diez, cogimos las cosas y nos fuimos, yo
como de costumbre, cogí mi cámara de fotos y salimos de casa. No le
comenté lo que pasó ayer, quizás aquel lobo no fuera más que un
animal corriente. Pero lo dudaba. 
Subimos al tren y nos pusimos a evaluar a las personas que subían y
bajaban del tren. A la mitad del trayecto el tren tuvo una avería que
tardó en repararse unos quince minutos.
Al llegar a la playa sentí un nudo en el estomago pero a la vez me
sentía bien, cómoda y relajada. Amy me dio una palmadita en la
espalda.
-¿Ves como no había de que preocuparse?
- Sí, tenías razón, este lugar es increíble.
Se podía ver el agua azul y sentir la arena suave en los pies. La
brisa que corría era refrescante con olor a sal. Nos acercamos y
extendimos las toallas sobre la arena blanca.
-¿Qué te preocupa Bhet? No acostumbras a estar tan perdida ni
callada.
La miré de refilón. Me miraba con preocupación así que decidí
explicárselo.
-Ayer lo volví a ver- Dije agachando la cabeza y antes de que me
preguntara a quien me adelanté- Al lobo, me enseñó los dientes y
desapareció.
-Lo sé, te vi cómo te levantabas y te seguí a escondidas.- Se
quedó en silencio un tiempo- Quizás actuará así porque me vio.
Me plantee su idea. Le veía sentido, los animales se asustaban cuando
alguien que no conocen se acercaba a ellos. Así que le di la razón.
-Quizás tengas razón.
Las dos sonreímos y hablamos de temas más animados. Como por ejemplo
el chico que le gustaba a Amy según me comentaba era un chico rubio
muy guapo, un surfista que conoció el otro día en la biblioteca,
pero que no sabía ni siquiera como se llamaba. Me preguntó si a mí
no me causaba impresión ningún chico. Yo le contesté que no, que no
me era imprescindible tener novio.
Pasado un rato nos bañamos y tomamos el sol. Como ella estaba cansada
de tanto moverse se quedó dormida sin demasiado esfuerzo. Yo sin
embargo preferí ponerme música y sacar fotos a la playa, para mi
sorpresa cuando fui a coger la cámara de fotos no estaba. Había
desaparecido. Busqué en la mochila de Amy y en la mía, pero no
estaba. Me empecé a poner nerviosa, ¿Dónde podía estar la cámara?
Poco a poco mis nervios aumentaron, al ver que no aparecía. Estaba
segura de que la había cogido, aquella cámara era el único recuerdo
que me había quedado de mi abuelo. En aquel momento un ruido me
estremeció. Giré la cabeza y lo vi. Aquel lobo de pelo rojizo y ojos
azules, en la boca llevaba mi cámara. Me quedé quieta, sin
respiración, no sabía cómo actuar en aquella situación. El lobo se
acercó más y dejó la cámara sobre la toalla. Hasta entonces no me
percaté que era bastante más grande de lo que se veía en la
distancia, de alto me llegaba por la cintura y tenía una gran mata de
pelo. Pude sentir su olor a bosque y humedad. Después de eso se
desvaneció como una sombra en la penumbra del bosque. En aquel
momento en mi mente rondaban varías preguntas: ¿Cómo había llegado
el lobo hasta allí? Y ¿Cómo había cogido mi cámara fotográfica?
Hasta que me quise mover no me di cuenta que me temblaban las piernas.
Me senté y cogí la cámara. En la cinta había una nota en la que
ponía: “Ten más cuidado donde dejas las cosas, alguien podría
robártelas” Aquello me dejó sin aire, ¿Quién había escrito esa
nota?

puntos 16 | votos: 16
El problema de las personas - faltas de razón es que siempre tienden a alzar la voz .
puntos 36 | votos: 36
Toma mi mano y te prometo - que nunca faltarán ganas de soñar.
puntos 13 | votos: 15
- Has cambiado mucho. - + Tuve que sentarme y ver como te enamorabas de otra persona. Dime si
tú no cambiarías después de eso.
puntos 11 | votos: 11
Nuestro carácter nos hace - meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos
puntos 13 | votos: 13
El amor - nos hace sacarle brillo a aquella gastada sonrisa que nos dejó el dolor.

puntos 6 | votos: 6
Haz de tu tormenta - un arco iris de oportunidades.
puntos 8 | votos: 8
En la sencillez - de un gran detalle se encuentra una gran alegría.
puntos 20 | votos: 20
↔ - -Yz_:3
puntos 5 | votos: 5
↔ - -Yz_:3
puntos 3 | votos: 3
↔ - -Yz_:3

puntos 2 | votos: 2
↔ - -Yz_:3
puntos 7 | votos: 7
↔ - -Yz_:3
puntos 4 | votos: 6
↔ - -Yz_:3
puntos 4 | votos: 4
↔ - -Yz_:3
puntos 3 | votos: 3
↔ - -Yz_:3

puntos 3 | votos: 3
↔ - -Yz_:3
puntos 2 | votos: 2
↔ - -Yz_:3
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