En Desmotivaciones desde:
06.11.2011

 Última sesión:

 Votos recibidos:
bueno 517 | malo 9
GeekVeterano Nivel 2

puntos 6 | votos: 6
Ellos siguieron insistiendo - Queremos crear de la nada un mundo nuevo. Convertir vendas gastadas
en vestidos de diseño. Esta sociedad ahogada volverá a flote con tus
sueños. La niña sonrió y dijo: acepto. 
Tres años más tarde, algunos cuentos chinos con insultos teatrales.
Nos encontramos en lo mismo, solo que un poco más infames. ¿Es esto
humanismo? ¿No veis que sois mortales? ¿O os va a dar lo mismo? Si
total, ¡el dinero lo vale! 
Ya no quedan niños a los que agarrarse. La inocencia se esconde,
evade al desastre. Hemos chantajeado al hedonismo, nos pintamos su
maquillaje, creemos en heroísmo, ¡otra raya de verdades! Sacar de
aquí este absurdo realismo, devolverme a mis bondades. Solo quiero
ser yo mismo, dejar que la vida exhale.

¿Seguirás prolongando el abismo, o dejarás que salte?
puntos 11 | votos: 11
Guarda - los secretos que cuentan las estrellas, alguna recompensa te sacará
de la celda, sus deseos fugaces no las hace ciertas, ellas son solo
musas de incontables poetas. Frágiles e inalcanzables para quién
cogerlas intenta, solo cuando asaltan se vuelven fieras, desgarran tu
alma, te vuelves marioneta, necesitado de estas damas, tan bastas,
como coquetas. Me faltan las ganas, envidia se derrama, plagando mis
sábanas, con agua azucarada, pues la sal se guarda en mis llagas,
volviendo cada intento de conseguir sus besos, una experiencia amarga.
Prolongan sin saberlo, esta tortura voluntaria, agrietan los huesos,
columnas se desmallan, no importa que caiga el templo, si la fe los
ata, seguirán estando ciegos, buscando promiscuas baratas. No saben
igual esos pechos de hojalata, comparados  con candelas, cuando entre
suspiros matan, cuando el corazón te hielan, cuando ellas mandan. Al
igual que tu voluntad, no valen nada. 
Quién probó sus letras, sabe de cómo rajan, comprenden las
quimeras, que el vientre relata.
puntos 11 | votos: 11
Luchar sin complejos - hasta que sangren tus llagas, aunque mueras por ello. Olvida las
derrotas, sus risas de ególatras, eres el dueño de la obra, mueve
ficha y reacciona. El fuego sustituye a las copas, que jamás sanaron
tu alma rota, escucha los tambores en las sombras, anuncian grandeza,
aclaman por ver como galopas. 
Son ellos quienes lloran, suplican que les salven, tu nombre imploran.
Podrías abandonarles, ya no les queda honra, saben cuánto vales, y
aunque el odio se amontona, fueron tus rivales… 
Pero los caballeros perdonan.
puntos 9 | votos: 11
Eran poetas - pero ni con todas las rimas del mundo, metáforas, personificaciones,
agonías, consiguieron poner de acuerdo ni una de sus ideas. 
Uno deseaba ver el mundo, volar por todas partes y explorar lo
profundo, buscando incansable el interior de lo absurdo, pues confía
en que los hombres todavía pueden decir mucho, aunque sean
superficiales y se ahoguen en el consumo. Guardaba fe, esa que poseen
los vagabundos, admirable y en tal escaso reducto, que por no contar
parecen nulos. 
El otro, prefería quedarse en casa, viendo llover por la ventana, en
su pequeño ático de Montana, alejado del mal que causan la
arrogancia. Desconfiaba del humano, solo consiguió que le dañaran,
apreciaba más el rumor de los hielos de su cubata, que cualquier
moribundo paisaje de montaña. 
Aún con todo, se apreciaban, y ninguno quería que el otro se
alejara. Se convirtieron en palomas enjauladas, cada vez más huecas,
más insanas. Hasta que un día derribaron la cama. Agarraron todos
sus folios y los quemaron en una gran fogata. Encerrados a cal y
canto, con la locura a cachos, se agarraron de las manos, y antes de
besarse soñaron:
“Si no es contigo no será con nadie. Volaremos, pero sin aire”
puntos 5 | votos: 5
Arrastro el frío - de tus manos hacia mi ventana, quizás entre ambos logremos quitar la
escarcha, formado por recuerdos, garabatos y muchas ganas, momentos
insensatos, que compartías y llorabas. Pensando ahora en nuestras
charlas, perdidas en un olvido que nadie acompaña, jamás tuvieron
sentido, todos las despreciaban, “solo son dos críos”, puede,
pero se amaban. Pero como todo, eso queda tras las cámaras, el
reflejo es solo lo que el público aclama, no piden a infelices
llorándole a las sábanas, prefieren cuerpos de actrices,
desplomándose por flacas. En un mundo maduro, yo caeré verde, sin
llegar a ser rebelde, solo el imberbe insensato que tienes enfrente.
El compañerismo no te arrancará de mi mente, prefiero tu alcoholismo
al carmín de intransigentes, aunque sigan criticando, que debí
alejarte de mis sienes, me pudriré pensando “pude tener suerte”

puntos 9 | votos: 9
Todos encuentran - una meta, inalcanzable, pero honesta. Por no tener, yo no tengo ni
puertas, que me impidan la entrada triunfal, a un mundo marchito y sin
poetas. Detesto esta extraña faceta, que me hace infeliz, sin razón
o apariencia, simplemente una perfecta imperfecta, visión del
defecto, que ni tan siquiera me afecta. Intento por todos los medios,
olvidarme de qué me acompleja, pero los miro a ellos, y el alma me
revienta. Tan perdidos, y unidos, sin más luna o estrella, que el
brillar de cada faena, iluminada por el brillo, del sudor de sus
carpetas. Mirarme, mentes complejas, solo quiero un aprendizaje, para
poder meterme en vuestras, e impredecibles peleas, ser dirigido por
nadie, y a la par tener dueña. Sé que no seré como ellos, pues
jamás conseguí parecerme a su jerga, tampoco puedo pretenderlo, pues
no me querrían en sus hileras, pero sueño con un infierno, donde
realmente me entiendan, poder limitarme a vivir en un lecho, de frías
y duras piedras.
puntos 7 | votos: 7
Estamos tan podridos - en rutina. Oxidados en algo que nos quema, como si nos bañáramos en
gasolina. Buscando escapar de la pena, con un agobio que nos gangrena,
atándonos de nuevo a ser la generación muerta, de un futuro cansado
de idiotez y novelas. Ya no nos quedan pistas, el avance parece tan
lejano, buscando hormigas listas, en un instante calculado, en el que
solo triunfan artistas, y ángeles manipulados. Ni sueños, ni ganas
de intentarlo. Todo lo que oímos quiere pretender escucharnos,
obligándonos a decir, cuanto nos odiamos, para poder admitir, que
nada podrá salvarnos. Pues estamos cansados y aún no hemos empezado.
¿Qué clase de presente estamos creando? Empezando por mentirnos,
sobre lo que está pasando. Embriagados en un vicio, totalmente
insano, buscando con eso el sentido, de por qué no nos interesamos,
en lo que nos ofrecen de oficio, y así saber manejarnos. Yo solo
intento, inspirar a los callados, mentes llenas de dudas, que se
abrirán al pasado, encerrados en sus cunas, por miedo a el daño.
Fuera solo hay basura, aquí os necesitamos, por favor enseñarnos a
seguir respirando, algo más que nuestro propio llanto, en un
compadecimiento, cada vez más popularizado. 

Bienvenidos al futuro. Podéis sentaros.
puntos 6 | votos: 6
Será - que estoy falta de emociones, que no susurran nada mis canciones, o
sus ojos no despiertan sensaciones, por las que antes lloraban mis
razones. Será la escasez de corazones, bombeantes de cuanto antes,
consideraba pasiones, pues no quedan ilusiones, ni ganas de ver arte,
escondiéndose en rincones. Se acumulan desesperaciones, arrancando de
cuajo, el estómago de bribones, amantes del rayo, y escasas
preocupaciones. ¿Dónde vas infinidad? ¿Bajo qué piedra te
escondes? Devuélveme tu libertad, necesito que me llores, aunque no
sea de verdad, y después me abandones. Ya no recuerdo qué usaba,
para poder perder el norte, escurrido en las mantas, sin tan siquiera
soporte, pues nada me hacía falta, con tan gratos dotes. Algunos lo
envidiaban, en un sinfín de amores, deseándome bonanzas, y futuros
soñadores. ¿Qué será de mí ahora? Tan faso y desgarbado, en la
cama tirado, cual vulgar mediocre. Aburrido de consolar, las absurdas
decisiones, que ni volverán a brillar, ni me harán más favores.
Ahora debería de plasmar, en el folio mis sanciones, para poderlas
acallar, y así quedar conforme; pero en mis momentos de paz, faltan
ahora inspiraciones, huidas por la gravedad, que no me deja
vacaciones.
puntos 5 | votos: 7
Estamos solos - Sí. Estamos perdidos. Sí. Pero nos tenemos, a oscuras y
desfallecidos, pero unidos, por el respirar de un único latido.
Tierra nos trajo, para estar heridos, ¿quién osará cambiarlo, y
luchar contra el destino? No, así no van las cosas amigos, debemos
aguantarlo, hasta que cesen los bramidos, por lo menos intentarlo, o
caer en el olvido. Quién recuerda aquellas voces, de guerreros
ofendidos, buscando entre bramidos, la salvación de sus goces. Dónde
quedan hoy nuestros soles, alumbrantes de penas, ayudantes sin dotes,
más que las de pedir auxilio, si la barca se rompe. Huyeron. Como
todos. Huyeron de las dudas, huyeron de nosotros, pues qué somos para
ellos, solo monstruos, arrinconados y sucios, abrumados y lúcidos,
arrepentidos en las sombras, marginados en escombros. No les importan
nuestras bajas, solo si sus hembras desean baza, una noche con arte,
instantes de gracia, esos momentos recuerdan, con incontable
nostalgia, cuando nuestra amplia raza, se rodeaba de abundancia, y
podíamos presumir, de tener gran alma. Sin embargo en este momento,
con desprecio comentan nuestros gestos, invisibles movimientos, bajo
los propios cimientos, de corazones propiamente muertos. 
Aún así no durmáis, contened el aliento. Mi reducida y amada
familia, por favor, permaneced quietos. Pues yo confío, y puedo
prometeros, que no todo está perdido, el camino alumbraremos,
destrozando a cuantos falsamente, fingieron protegernos. Serán
testigos del masacre violento, por un grupo conmovido. Pero no ciego.
puntos 14 | votos: 14
Mi mundo está perdido - La destrucción masiva de todo lo vivido, hundida en la depresión que
provoca el olvido, ¿dónde guardaré a partir de ahora los suspiros?
¿Dónde haré que envíen mi carta de despido? Firmada con sangre,
miedo y muchos escalofríos. Ni el suspiro de mi ángel me pude dar
alivio, pues su sutil traje ya no es mi abrigo, ni a mis aliados puedo
llamar amigos. Estando totalmente aislado, entre todo este barullo,
que enrojece mis párpados, atestados de engrudo, floreciente y
salado.” Esta no es mi guerra”. Exclamaron mis soldados,
abandonando las esperanzas, de ganar o ser ganados, pues el tiempo
parece haberse parado. Avanzar se ha vuelto demasiado arriesgado,
podríamos equilibrar la balanza, mirando al pasado, pero de qué nos
sirve la nostalgia, teniendo el presente anclado. Y la lucha se vuelve
inhumana, tan orgullosa que no le importa perder la victoria, ni
cuántas almas han de dejarla, ni el sacrificio de abandonar la
historia. Abrazada a la pura nada, intento pensar que habrá un
mañana, aunque sea igual de aguada, y las sonrisas me traguen a
caladas. Pues sin esperanzas me quedo callada, la utopía por donde me
muevo, ya no me promete un sol de enero, desconsolada me exige algún
deseo, ¿Pero qué puedo pedir, cuando todo ha muerto?

puntos 8 | votos: 8
Siempre - le eché la culpa al egoísmo. 
Esa absurda disputa que llevo conmigo mismo, por comprender cuál de
mis dos seres se merece caer en el abismo, producido por la nostalgia
y el puro olvido. Sin llegar a una conclusión sensata, o simplemente
un pacto ilícito, la cordura ya no me redacta, prefiere venderme a
Cupido, por dos monedas de plata, un beso y tres suspiros. Como si mi
consciencia fuera barata, ahora se arrastra entre gemidos, suplicando
clemencia abstracta, al sentimiento más escrito. Más ambos sabemos
que no nos sirve de nada, por lo menos en eso coincidimos, la pureza
congestionada, y mi oscuridad dando gritos. Cada una tiene su trama,
incomprendidas y únicas almas, ¿cómo iba yo a abandonarlas?
Sabiendo que nadie querría adoptar, dos inútiles con valor
sentimental, que solo esta imbécil sabe notar. Deberán aprender a
compartir cama, tampoco les pido que duerman abrazadas, solo un
respeto, una noche callada. Sin estirarse del pelo, o clavarse la
mirada, aunque al final acaban entre besos, solo deseo verlas
calmadas. Y pensar que ambas mitades, son la misma forma humana, tan
falsamente humillante, esperando la luz del alba. 
Una cara oculta, escondida entre basura, que  entre dudas disimula,
por si la muerte la busca.
puntos 10 | votos: 10
“La suerte - sólo te sonreirá tres veces” 
Dijo alguien una vez, fingiendo ser sabio. “Tendrás que pensar bien
quién eres,  y si quieres morir de cansancio. Mantener claro el
presente, sin dejarse perder por los labios, de quienes seguramente no
merecen, ver tus pétalos tornar lacios. Aquí y ahora es cuando
debes, no aguardar a momentos vanos, al final todo son memeces, pues
acabamos en el mismo lado. Mira criatura ingenua e impura, ya no
bastará con tu hermosura, aquí necesitarás armadura, o acabarás
perdiendo la cordura. Aunque insegura, tantea el terreno para no dejar
ninguna, de las miles de canciones tapadas por la luna. A cada cual
más atrayente, por supuesto más absurda, y escritas en mayúscula,
esperando que las encuentras, aunque no pidan ayuda. Van así las
cosas, unos ríen otros lloran, ganan quienes menos entienden, o mejor
fingen ser inconscientes, de cualquier forma, dejemos a esos
creyentes, debatiendo sus dogmas. Deberás aprender las normas,
pequeña niña ilusa, guardar silencio a la hora, para poder oír las
musas, cantando a cualquier tortura, que a otro afortunado otorgan.
Quizás se acerquen a tu alcoba, para colmarte de lágrimas, y verte
sola. Por desgracia o fortuna, aún guardas de infancia hermosura,
así que hazte la sorda, aún te faltan millares de cosas. 
Y hay tiempo para todas.”
puntos 6 | votos: 8
Ojos - no os dejéis engañar por lo que ahora muestro, este no soy yo ni
mucho menos, solo la parte de mi rostro es ameno, detrás de este
matojo no soy tan bueno. Puede que mi voz sea dulce, capaz de
engatusar a princesas, haciéndoles creer que lucen, cual suprema
estrella en un cielo sin nubes. Soy capaz de limitar vuestras ganas,
pensaréis que con cuanto tenéis basta, enganchándoos a mi monótona
nostalgia, devolviendo un pasado asegurado, conocido y extraño,
escaso de abundancia. Y aún así sentiréis ser afortunados, por
compartirme como hermanos, cogiendo a una superstición la mano,
¿para qué pensar, si nos lo van dando? Conmigo os ahorráis trabajo,
dejad de pensar, os será en vano, mejor limitarse a callar, la cabeza
agachando. Tragar, fieles, tragar, este es vuestro propio barro,
creado por superiores, para el consumo humano. Olvidaros de cuanto os
enseñaron, ni a tener respeto o parecer sensatos, volveros burros y
yo os iré cargando, hasta que vuestras espaldas acaben encorvando. 

Dejad que yo os guíe, pues conmigo seréis....
Puramente libres.


Atentamente: Ignorancia
puntos 6 | votos: 6
Los monstruos - también queremos libertad. Más allá de la soledad que de por sí
nos otorga la sociedad, queremos descansar de nuestras mentes que no
paran de gritar. Como si estuviéramos dementes, absortos en querer
cambiar, algo sin problemas solo por agradar. Por eso no nos merece la
pena, por eso dejamos de exclamar, estirando de la cuerda, atada a
realidad. Alcanzamos calma, cuando el silencio invade salas, dejando
los cuerpos tiesos e inertes las almas. Solo somos monstruos,
escondidos bajo tu cama, quizás te matemos del susto, solo tienes que
vernos la cara, por un dolor confuso, totalmente deformada. ¿Luchan
por nosotros los derechos? ¿La ley nos salva de artimañas? No, ni
mucho menos, por eso buscamos nuestras armas. Para poder defendernos,
cerrar un ojo y calentar la almohada. Pues a nosotros aunque no lo
parecemos, somos humanos, nos atraviesan las balas. También lloramos.
Tenemos almas, valores bien fundados, gente en casa. Puede que no nos
queramos, pero guardamos la calma, con fuego nos quemamos. Somos como
tú, pero menos nada.
Somos los humanos, que aún poseen alma.
puntos 6 | votos: 6
El fuego inunda tus pupilas - Invadiéndote las venas corre la ira, sabes que no soportarás otro
golpe, y aún así caminas, llegarás al tope, con las piernas
partidas. El pelo lleno de canas, sin llegar a la pubertad todavía,
saliste de un cuento de hadas, chocando contra la cruda hipocresía.
Cuelgan las sombras a tu espalda, incapaces de seguirte el paso, vas
rápido fulminante y harta, nadie agarra la mano. Te dejaron sola,
pero te agrada el desamparo, naciste a la par que las olas, la
infinidad marca tus rasgos. Un trago salado, de tus propias lágrimas
formando, solo te da coraje, suficiente y bastante, para seguir
adelante. No importa si no llamó nadie, invitada te nombras a este
sucio baile, entre rufianes y princesas de calle, un dulce sedante
para que todo cuadre, no existen diferencias, a los ojos de una madre.
Solo quiero preguntarte, ¿para qué seguir en la evasiva, cuando
nadie te da amarres? De nada servirá conseguirla, no se enterará ni
el aire. Puede que soledad te haga compañía, pero anda borracha en
su desastre, busca alguien de buena familia, con capital suficiente
para sustentarte y comprenda la falta de cariño cada día, el hecho
porque estás distante.

puntos 5 | votos: 5
Ver - Quizás ellos lleven razón, cuando dicen que soy un impulso, un
volcán en erupción, a punto de reventar contra lo injusto, hacia
cuanto llama mi atención. Seguramente no se equivoquen, al recriminar
cuanto queda por aprender, cuantas palabras por callar, los sueños
que me rocen, las ansias de ganar, el miedo por si rompen. Un alma de
pocos años, agonizante pero sin daños, ni razones para reclamar
disparos. Aún así, con todos estos fallos, he de admitir que poco
importan los callos, si no se entienden ni recuerdan sus pasos, los
lugares dónde se han causado, la tierra labrada que no dio grano.
Aunque seas joven, no pienses que tu futuro está acabado, por quienes
te dejaron al borde, del terror y desamparo, quedan en el interior de
todos, el valor del ser humano. Pues no está perdido, se encuentra en
algún lado, puede que tenga frío y esté temblando, pero permanece
vivo. Y callado. Muy callado.
Yo en esto confío, ni absurdos cánones, ni sueños fingidos, metas
infames, labios cosidos. Solo en mi espíritu mi cuerpo envío, pues
sin él no me salvo, sin él soy mendigo, de las sonrisas que me
ofrezcan por cumplido, entreabiertas por pena, mostrando colmillos,
puras fieras, que acabarían con mi suplicio, por un par de monedas,
entre risas y gritos. Pero no admito mi pena, no me ataré a
fronteras, si no agrada mi emblema, ignoren el mensaje y busquen otro
tema. No harán que calle, ni crearé problemas, solo quiero ser aire,
cubrir la Tierra. Para que no sufra nadie y…
 Simplemente vean.
puntos 6 | votos: 6
Jamás - he sido un buen tipo, menos un decente ejemplo, pero sé que ahora soy
nuevo, aunque sin ella incompleto, amargado, solo e ingenuo. Las horas
muertas me tiran los tejos, pidiéndome que vuelva a quererlas, me
echan de menos, ahora cuando consigo deshacerlas, excluirlas de mi
cementerio, ahora susurran baladas, camelando al misterio. Pero no hay
vuelta a atrás, olvidadas quedan las charlas con la luna, noches
empapadas en ántrax, canciones a oscuras. Decidí ser solo de una, la
chica que nació sin fortuna y media ciudad ha visto desnuda. No me
importa agarrar ataduras, quemarme en la inquietud cuando ella
produzca quemaduras, y muera el ímpetu demostrado en lagunas. Que ni
soy caballero, ni llevo armadura, lo nuestro no serán juegos, una
batalla en penumbras, por ver quién cede primero y admite la derrota,
no habrá un “te quiero” más sincero, que el que salga de mi
boca. 
Aunque desvanezca la supuesta libertad que me otorgó el ayer,
envuelto en mil vicios, ahogado de placer. Solo deseo hacerle ver, que
tras mis ojos, una rosa es, a pesar de sus rastrojos, más allá de la
piel.
puntos 8 | votos: 8
Que nadie lo entendía, - tampoco él lo quería.
Suena a tópico, quizás tontería, pero él estaba loco, absorto en
fantasías. Veía un mundo honroso, sin males e hipocresía, donde el
dolor no es doloroso y el sol da esperanzas, no fulmina. No se sentía
solo, el viento le daba compañía, deseaba morir pronto, y no dejar
volar su alegría. Para el resto era un loco, tan solo un iluso,
confuso entre el humo, que contamina las sonrisas. Aún así seguía,
sumergido en sus sueños, invadido por la risa, a veces sin sentido,
quizás por simpatía. Qué más les daría. Ellos tenían bastante
con caminar día tras día, acercarse hasta la cárcel de apariencias
fingidas. Aún así el tiempo pasa, la responsabilidad le invadía, lo
encerraron en casa, exigiéndole valía, robando su esperanza, para
ser quién debía. Un reo más con resaca, sediento de la fragancia, a
libertad que marcha, cuando acaba la infancia. Sus ojos se apagan,
como estrellas en la ciudad, como rosas sin agua. Resignado a vivir
sin ganas, como una oveja más en la explanada, viendo de lejos lobos,
arrastrándose sigilosos, comiéndose a las que hablaban.
puntos 7 | votos: 9
Prometí - a los cielos que cubren mi piel, bañar de sangre aquel que ose rasgar
su hermosura. Prometí cortando mi pecho con la espada destrozando su
envoltura, ser a mis creencias de por vida fiel. Y aún perdura en mí
la fe, aún quiero de por vida creer, que soy el único capaz de
verme, capacitado para tenerme, ayudar a mis amos con su suerte. Por
ello he de crecerme,  tapando mi rostro de cualquier rastrojo, de lo
que un día fue importante. Pues para este mundo soy estorbo, hecho
insignificante.
No seré quién pretenden, tan solo el paso de escasos años, sin
honrar un nombre que ni me pertenece. Mi espada no es reluciente,
blande sin motivo ni causa, solo parte el viento formando música,
muriendo en oídos que no escuchan. Ni seré luz, ni pondré fin a la
lucha, solo sé huir, y llorar en las sombras. Nadie me podrá debatir
cuan extraña fue mi estancia, el desasosiego al caer las lágrimas,
pero no mueven un dedo, enterradas sin lápida. No buscan consuelo,
solo fianza.
puntos 8 | votos: 8
Un campo de batalla - se extiende ante los ojos de un niño cansado. Al gran Dios del miedo
entregado, como ofrenda de paz para intentar arreglar algo, que nadie
ha salvado. Inhalando un humo grisáceo, provocado por las armas
disparadas, entre de carne hermanos, saborea la sangre que sus pies
han pisado. Aquel rojizo atardecer no le es tan extraño. El único en
todo el planeta que se salva del pecado, para total verse en aquel
final, tan desolado. Tan aislado. Tan quemado. A pesar del fuego que
aún prende en la ciudad que deja a su paso, un escalofrío recorre
recorre su cuerpo creando espasmos. Siente el filo de la muerte,
cercano y helado, acariciándole el vientre, a sus pies arrodillado.
Cierra el niño los ojos, pues está desarmado, tranquilo suelta un
suspiro, los nervios calmando, la muerta levanta sus ropas, comienza a
besarlo. El niño solloza al sentir su tacto, el hielo de esos labios,
le está quemando, arrancando su inocencia, desgarrando en un abrazo.
Agarra entonces la cabeza de esta, echando su encomienda por tierra,
mira sus ojos con tristeza, sabiendo el temor que la gente le expresa,
cuán duro debe de ser no alcanzar gentileza, solo odio, llanto,
reprimendas. El primer humano que muestra fortaleza, con un susurro
ahogado la deja perpleja.
“Muerte, de cerca eres bella.”

puntos 6 | votos: 6
Porque unos ojos cerrados - también pueden matar de pena. Aunque te escondas la verdad y solo
subas esa escalera, puedes caer de todas formas hundiéndote en
miseria, ellos estarán al final para recoger tu calavera. Con golpes
no se entiende, solo corriges lo que quieren, pero en ignorancia te
envuelves, dándoles un objeto que venden. Expresa todo cuanto
sientas, no calles tus labios por vergüenza, sin dañar a los demás
la verdad te aceptan, en la oscuridad solo te tragan y encierran. Si
di el corazón fue por mi cuenta, sabiendo los riesgos, nadie lo trajo
de vuelta, por ello no me quejo, fue una buena empresa, ahora ni
siento ni padezco, solo lloro en luna llena, observando en el
festejos, no ser única con condena. Y en estas te encuentro, llorando
también deudas, al final no resulta un juego, es la vida quien nos
pega. Pero mírales a ellos, vacíos de existencia, tan parados en el
tiempo, no ven atardeceres, solo oyen sus guerras, cargados del
complejo, por dudas incompletas. Ni tenemos porqué temerlos, ni mucho
menos bajar la cabeza, este es también nuestro terreno, actuemos con
grandeza. Querido compañero, sé cuan dura es tu aspereza, forjada
una coraza desde pequeño, para evitar derramar sangre negra,
escondido del propio miedo, a unos gritos que molestan.
Guardemos nosotros el silencio, ellos no valen la pena.
puntos 10 | votos: 10
Respira. - Sal del agua de tus lágrimas y camina, hacia un futuro que nos
brilla. Me has dado la mano desde un lugar lejano, intentando hacerme
creer que valgo. Has puesto fe cuando nadie lo ha intentado, dando
flechazos de lluvia a mis días soleados, la angustia quemando, con
solo el poder de una sonrisa en tus labios, un sonrojo rasgado,
marcándose en la nada fundida sin abrazos. Nada fue jamás en vano,
ahora mírate en la calzada suspirando, por quien te ha defraudado, no
se merece estar a tu lado, ni poder soportarlo, ni poder probarlo. Yo
sé que he hecho daño, magullando las heridas donde otros lastimaron,
dando todo por sanar en mi cruz marchitando, manteniendo un nombre
ensangrentado, en la cabeza implantado, como un castigo alado.
Cállame, no lo aguanto, esta incompetencia por calmar mis arañazos,
de una sin piel entre el barro, que me obliga a caer a tus pies como
antaño, volviendo a enloquecer en el mismo engaño. Sin importar que
no pueda ver, no me es extraño, a fin de cuentas el sentir es más
que contacto, un mentir a los astros, para hacerte reír no se
escatima en gastos. Ahora silenciemos este pacto, no digamos en alto
cuanto en realidad pensamos, pues si ambos lo sabemos, no hay
necesidad de demostrarlo. 
No me importa ser ciego, si tú guías mis pasos.
puntos 7 | votos: 7
No soy un protector - dejé de serlo hace tiempo.  Cuando mi mente rompieron,  para
adaptarlas a sus deseos, convirtiéndome en alguien fiero, sin
corazón o sentimientos, sin debilidad al complaceros.  Un buen
objeto.
Se acabó el hundimiento, ahora soy alguien nuevo, luchador de mi
sueño, no dependo de un beso. Solo quiero regresar al lugar donde
nacer me vieron, lugar que llamar hogar y recuperar el miedo. 
Soy humano, no tu objeto.
Pasé por demasiadas manos, vendiendo algo bueno, desgastaron mis
pasos, llagaron todo recuerdo. Querían un mono de fiera, y lo
consiguieron, fui una blanca estrella, pero sin firmamento. El cielo
no acepta falsas promesas, y yo me componía de ellas, confianzas
incompletas, depositadas a presión sobre mi armadura de piedra. Fue
normal que rompiera. Una vez gastada ¿quién necesita una bestia?
Ahogada de sangre ajena, de acumulación de peleas. 
No soy un protector. No cuidaré tus penas. Bastante rasgadas quedaron
ya mis venas. Acueducto de nuestro sol, iluminando las carreteras,
olvidar quién pasó, pues ahora recorreré sus piedras.
Ya no es tuyo mi corazón,  el amor no me envenena, pudo conmigo la
razón, cambiaré de escena.
No soy un protector, pero arriesgué mi vida por ella, escaso de
ilusión, ahora pago condena.
puntos 8 | votos: 8
Mi pequeño de cristal - Arropado entre la fragancia, forjada de amistad, querido entre
arrogancia, malgastado y sin usar, ¿quién sin mí te va a cuidar?
Algún día entenderás, hasta entonces no te muevas, siempre quieto
en tu mitad, olvidando todo mal, que el pasado pudo causar, observando
cómo cambia, el mundo en frialdad, volviendo material el sentimiento,
obstinada la verdad.  Siendo tú más delicado, mi querida libertad,
permanece callado, niño guapo de cristal. Nadie nos espera al otro
lado, un mundo de suciedad, tus labios no han probado, me temo que no
tardarán, del  capricho de robarlos, pocos resistirán. Pero entonces
estarás acabado, roto y arañado, llorando en mi regazo, que no
querías ni nombrarlo, pero el tiempo te ha forzado, ya nadie logra
arreglarlo. 
Un mundo de consuelos llegan a tu cuerpo, taladran esos oídos
cansados e incompletos, mis palabras son nulas intentando convenceros,
más qué puedo hacer para no perderos. Allí en la ignorancia, te
escondes prisionero, ¿quizás busques venganza? No, es demasiado
bueno, él es mi esperanza, y por él es quien muero. Lástima no
poder mostrar la cara, pues me la partiría contra el suelo,
clavándome sus lágrimas de plata, su cristal contra el pecho.
Envenenado para mi matanza, pues perdón no tengo, maté al niño de
esperanza y todo por un juego.
¿Pero sabes? No mentía. Yo te quiero.
puntos 7 | votos: 7
Nuestro tiempo ha muerto - Este no es un adiós, tampoco un te quiero. No nos entendemos, tú
fuiste mi vicio, desgastando mis besos, comprendo el miedo, pero solo
llegarás lejos. Debo de irme, alguien te espera en el espejo, no
estés triste, ya no nos veremos, todo el sufrimiento se convertirá
en recuerdos. Efímeros y ligeros, no la carga que supone estirar de
los extremos, la cuerda que usamos está cediendo, destiñendo en tu
piel, no soportarás más desvelos. Todo va bien, esto no es nuevo, ya
duró demasiado, nos llegó el momento. Por favor, no me eches en
cara, todos estos secretos, sabes que son míos, vacío quedo si los
cuento. El misterio no nació para ser violento, mejor dejarme partir,
así evitar perderlo. 
Antes de salir, quiero un último beso, para llevarme tu fragancia,
escondida entre el cabello. No olvidaré nuestras andanzas, tuyo es mi
consuelo. Hasta pronto mi nostalgia.
 No extrañaré este cielo.

puntos 6 | votos: 6
¿Renunciar? - ¿Dejar pasar el tiempo para sólo respirar? Quedarse totalmente
quieto, para ver a los demás pasar. Mira sus ojos, no están
despiertos, sólo fingen saber amar.  Detrás de cada uno de ellos, no
hay gloria, solo cemento, frío fuerte sin sentimiento. Observa todos
sus movimientos, en contra de toda voluntad, su dios les está
mintiendo, pero prefieren ignorar la verdad. Ellos, todos ellos, son
gente que puedes contar. Números muertos, silenciosa sociedad.
Controlan incluso sus besos, poco podemos esperar. Contempla sus
cuerpos, hermosos, feos, corpulentos, hechos por y para el deseo,
parecen ser buenos, ¿verdad? Corazas de hierro, infranqueable
voluntad. Pues seamos sinceros, son frágiles como el cristal, dos
palabras pueden romperlo, cruda realidad.  Comprendo sus tormentos,
todos  sueñan con libertad, escondiendo sus secretos, para de ellos
no salir jamás. Pequeño complejo, escucha esta verdad, estos
renunciaron a sus sueños, para en el frío encajar, se llenan de
desprecio, incluso odian su propia paz. Ahora que lo entendemos. 
¿Piensas abandonar?
puntos 3 | votos: 3
Sonríe - que en el infierno nos veremos, este amanecer es nuestro. Recoge la
cara de sufrimiento, ahora soy yo el que no miento, por favor solo es
un intento, pero creo que será certero. Pretendo permanecer discreto,
en este agonizante enero, volver a tenerte y rozar tu cuerpo, esta vez
no huirá el respeto. Déjame implorarte y decir, no me quedan ganas
de vivir, aspiro a los ojos abrir, encontrando tu sonreír, antigua
inocencia cansada de combatir, entre dos estados, amigos de convenir.
Insultos de amados, ¿a caso no pueden existir? de refugios esclavos,
ansias de convivir, en un pasado quemado, abandonado a su porvenir,
sin nadie para darle amparo. Normal que se resista a seguir. La
condena los ha aguado, entre cenizas han de resurgir, si queremos
volver a estar sanos, si algún día termina el debatir. Tozuda
cordura ata mis manos, las tuyas se niegan en abrir, clavándome otro
espasmo, un futuro por destruir. Expliquemos quién tuvo el fallo, la
dificultad para escribir, esto dejó de ser el ensayo, desde balcones
nos pueden oír. Aclaremos los estragos, llevemos el invierno a su
fin, si no vuelvo a sentir tu abrazo. ¿Quién tiene miedo a morir?
puntos 5 | votos: 5
Y sé que esperas más - De todo lo que podré dar. Tan sólo podría aspirar a un tercio de
cuanto deseas escuchar.  Esperar, cuánto tiempo a de pasar, para
volver  con normalidad, quisiera dejar de llorar.  Entiendo que de
nada servirá, derramar lágrimas y sal, con las que ya formo un mar,
pero ¿Cómo paso si no esté pesar? ¿De dónde saco una máscara que
permita respirar? Me creen especial, alguien dispuesto a luchar, sin
pararse a escuchar, estoy vivo, soy mortal, también paso frío y sé
suspirar. Mi único sueño es soñar, vivir en otra realidad, un
invento, en el que me pienso encerrar, pasaré allí el invierno, ya
no me podrán encontrar. Si quieren a alguien para confiar, cómprense
un perro, su ángel ha muerto, buscando una falsa soledad. 
Aún así jamás me entenderás, un nudo en la garganta que se resiste
a pasar, sólo un alma sin nada particular. Deja de escupir falsedad,
empieza a insultar, no aguanto esa cara de complicidad, sé que no
soportarás, odias a este enfermo, suéltalo ya y descansa en paz.
Total un par de cargas más a penas se notarán. Cerrarme la boca,
mandarme callar, encerrarme en sociedad, volverme humanidad. 
Que seguirá siendo lo mismo y no me dejareis volar, quedaros con
vuestros abismos, prefiero la libertad.  Ya a nadie le puede importar.

Sólo soy un número, sólo soy alguien más.
puntos 2 | votos: 4
En el fondo de tu escondite - podrás encontrar la calma.  Aunque del todo no entendiste, ella llega
y hasta nos cambia. Hace que todo lo imposible, parezca tan sólo una
cáscara, algo de romper tan simple, como una escapada al alba.  El
horror a veces la viste, volviendo confusa su mirada, dando miedo al
que persiste, en seguir una realidad amarga. Déjala llevarte a los
fines, donde cordura no nos ata, cerrando todo lo que viste, soltando
la cadena del alma. Sorprendidos quedan, quienes se atreven a
soñarla, el corazón se les hiela, ya no les hace falta. Únicamente
cerrar los ojos, arrastrados a su patria, allí afortunado es el loco,
pues carece de nostalgia y cuanto menos pesos cargues, mayor será
esta calma. Agarrándote el cabello, sentirás todo o nada, un adicto
al esfuerzo, su callar hechiza dramas. ¿Para qué tener complejo?
Aquí no se te juzgará nada, sólo mantente despierto, sólo comparte
la llamada.
Bienvenido al desconcierto, a la derecha está su cama.
puntos 6 | votos: 6
Encierran sus penas - porque prefieren ignorarlas. Cuelgan a sus hijos de las orejas, y
dicen que la violencia no arregla nada. Yo en mi impotencia, no pienso
quedar callada. Ellos buscaban guerras, no les daré balas. Un
silencio que amarga, endulzando el campo de batalla. Unos lloran sus
pérdidas otros la sangre aclaman. Así no salvarán sus almas. Fieles
a ignorantes enseñanzas, limitadoras de cuanto dicen las miradas, si
antes pensabas, prepara tu calma, acabará desesperada. Cuidado no
contradigas, las palabras deben ser calculadas, una muestra de
constanza y serás desterrada. Llegando a estos extremos, quedando tan
desarmada, imploro hoy tu desvelo, salgamos vivas de la jugada.
Tenemos a nuestro favor el viento, la sorpresa de una alianza, el
saber guardar secretos y tu perturbante oscura danza. 
Y ahora seamos sinceras, ¿nos importan en algo sus trampas?

puntos 13 | votos: 13
Os juro que no es miedo - No es por el temor a volver a sentirme dañado. No ha sido por todos
los desahogos gastados. Prometo y seguiré diciendo que nada tienen
que ver las clavadas puñaladas, ni siquiera el desánimo por un
imposible mañana. Gritaré hasta desgarrarme la garganta, negando
esas palabras criticando mi falta de confianza. Si no demuestro como
esperabas, no culpes las experiencias pasadas, ninguna de ellas quedó
oxidada. Tampoco nostalgia está implicada, dejarla tranquilas, ella
sólo ayudaba. Si ahora no veo mi reflejo en tu mirada, cambiando por
risas cuanto el ardor desarma... Creerme, no faltan ganas.
El problema es, que ya no siento nada
puntos 2 | votos: 2
Lo último que se oyó V - El terror ya no existía. Quedaba odio, ira, rebeldía. “Un
sacrificio en vano” Pensó la oscura Niña. “No debería haber
malgastado su suerte con la mía.” Ahora todos cuanto antes la
aborrecían, incalculables cobardes jamás atormentarían su día.
Tenía las alas de Bestia, su única y fiel guía, aquella sombra
protectora que cadáver yacía. Su envoltura seguía siendo tan bella
y fría, pero en sus cuencas vacías, la niña ya no la veía
intranquila, sólo un manto de nada, completamente rígida. Tras tres
lágrimas ni nostalgia sentía, un egoísmo en su interior nacía, las
alas escocían, brotando de ellas venenosas espinas. Nadie jamás la
tocaría, pertenecía a la fiera, en el interior escondida. Segundos
de tormentos, mientras el cuerpo se le estremecía, consiguió alzar
el vuelo, el mismo que su dueña  seguía. Lleno de impedimentos, con
locura en cercanías, deseaba rozar el cielo, para dedicarle a Bestia
una caricia. Adiós inocencia, bienvenida agonía. 
Que temblara el miedo, juntas no las detendrían.
puntos 7 | votos: 7
No vuelvas a tocarme - Gruñía en la mirada. Por hoy ya fue bastante Exigía con calma.
Otro golpe recae sobre su cara, gotas rojas manchan la almohada que
abraza. Aprieta tanto contra su pecho esta, que parece fundírsele con
el alma.
Su amada no está conforme, jamás lo estaba, una mirada sádica color
esmeralda. 
Tan bella y deseada, difícil al conseguir, aunque más lo era
agradarla. Cada madrugada, después de la cena al cuarto él se
retiraba. Guardaba esperanzas con un día de ignorancia, que olvidara
ella la cotidiana batalla. Destruida había quedado toda confianza, en
las palabras el cariño brillaban por faltanza. Sólo insultos ella
exclamaba, quería degradarle, volverle nada. 
Humillado él cae ante su falda, con la boca en sangre viva, la cara
amoratada, agarrándose a las piernas, de su idolatrada ama. Con mano
alargada, derritiéndose por  vicio, le estira del pelo separándole
no sin rabia  Bastardos en el infierno me bastan, pero seré por ti
hoy cielo, duerme y calla Cerrando los ojos, una marioneta
destrozada, choca contra el suelo, sonríe con ganas. Adoraba aquel
gesto, el girar de sus pisadas, daba igual que maltratara, seguiría
siendo preso.
A fin de cuentas, él la amaba.
puntos 6 | votos: 6
Fue volviéndose cara al olvido - llegando al corazones desconocidos, adornando de ilusiones placeres
prohibidos. Un viejo conocido, viento que nos da sentido, agarra
nuestra mano enviando su soplido. Cayó en un profundo gemido, tocando
demasiado al más desfavorecido, tratando como bobos, al listo y
entendido. Dejando su espantoso olor a querido. Amador sin compasión,
loco por encontrar pasión, allí donde no este permitido. Hasta
encontrar su merecido. Un despiadado arma, tras tiempo machacándola,
pegándose a su cara, desgarrando cada llaga. Sulfurada por extraña,
echada del paraíso, caída de la cama, vuelta un desaliño. Gracias a
la ignorancia, ya a nadie importaba, monotonía cogió las riendas,
cambiando monedas las almas. El hielo le invade la espalda,
tornándole rojos sus ojos esmeralda. Ha muerto para todos, alguien
pondrá venganza. Del tiempo es un rastrojo, dejó paz a la marcha. No
lloran en su tumba, nadie va a adornarla, miran la lápida con
resignancia. Aquí yace esperanza, por favor venir a buscarla
puntos 4 | votos: 4
He llegado hasta aquí - para saltar
He rogado mi silencio, he asfaltado realidad. Me he tragado mis
palabras, escupiendo falsedad. He mentido a los míos, he acallado la
verdad. Perdonar el escalofrío, se volvió algo normal. Mis respiros
han sufrido la esperanza en libertad, he llorado a un desvalido.
Olvidar mi despertar. Ignorando este vacío, aún por rellenar. He
perdido las condiciones, me he vuelto una más, he admitido mis
temores, sólo para saltar. Estampar el alma contra el suelo, en un
absurdo esfuerzo de hallar complicidad, ignorancia a los lamentos, la
indiferencia al mirar. Quería ser un ángel, sobrevolar nuestras
ciudades, que nadie me tocase, sentirme sola menos cobarde. Mis alas
desplegasteis, haciéndome creer ser alguien, dando a entender la
importancia del ignorante, fingiendo querer a un ser odiante.
Incrementasteis mi ego, me atraganto en desprecios, sólo esto puede
salvarme, un par de movimientos, veremos cómo respirar sin arte.
Necesito que me paren, volver a insultarme, bajarme de este hielo,
quiero ser distante. Entregarme desprecios, explotar mi coraje, no sé
andar sin ellos, por favor insultarme. Harta de consuelos, puedo
sentir el cielo, comprender que esto no es nuevo, sólo un respiro a
lo inmenso. Jugar con la balanza, osadía o añoranza, aún me queda
la venganza, hacia esta idiota que nos habla. Responder las arcadas,
llorando esta matanza, tonteo con mis venas, manchando las sábanas.
Ataduras cortadas, unos pasos para el alma, volveré a ser ignorada,
salta frialdad. Salta.

puntos 1 | votos: 3
Medidas absurdas - de suicidios causadoras, dos centímetros de la hora, tres gramos de
metadona, conciencia invasora en un arte tan frustrante. Como poder
comer sin hambre, sabiendo que en otras calles, entristecen sufren y
mueren, por un pedazo de cuanto muerdes. Bebiendo un licor sin
fundamento, cada sorbo un nuevo sentimiento, peor que todos, mejor que
el resto. Cifrando leyes, durmiendo muertos. Mancos reyes, mundo
inverso, ahora vivimos sin ganas, lloraremos luego, viendo una cálida
dama, ardiente cual hielo, descarnando toda calma, gastando
aburrimiento. Por fin reforzaremos en casa, nuestro lugar de
encuentro, basta con llamar a las masas, para comprender de qué va el
cuento. Dos sitios sin nombre, mil ciento recuerdos. Alguien espera
que trasforme, en palabras todo el viento, criticando los ajustes,
ignorándome el esfuerzo. La luz jamás alumbre, mis flores, mis
trayectos. Venid ahora, lo lamento.
puntos 7 | votos: 7
Desesperada - Por un poco de calma, un sueño que escapa, demasiado esfuerzo para
nada, descanso eterno en vuestra cama. Una luz sin fuerzas alumbra sus
canas, nieve incauta colada por la ventana, hace temblar mi piel cada
vez más insana, un día sin ganas, otra noche desvelada. Susurran
nuestras almas, imaginándose rozadas, cosidas en un beso, juntas
hasta el alba, rotas en momentos, compuestas por sucesos, agarrándose
a esperanzas. Más saben cuan inútil es su causa, lloran al sentirse
al destino atadas, crueldad influenciada por indiscretas miradas,
demasiada espera en épocas malvas. Bebiendo de la tortura, viendo
como pierdes la cordura, miro una vez más la luna… Y pensar que la
misma nos da penumbra.
Vuelve a dormir, esta es mi locura.
puntos 9 | votos: 9
El silencio jamás nos ayudó - dejaba escapar lágrimas de dolor, amparadas en su ansiedad, pérdidas
en la emoción, el daño que causarás, aquella canción. Un instante
pretendiendo ser eterno, acabando por consumirse en cimientos, las
cenizas de un encuentro jamás completo. El miedo a girarme y no ver
tu cuerpo.  Te necesito amuleto, protector de sufrimientos. A sus
besos no les faltaban ganas, sólo el sabor de la nostalgia calma mis
llagas, ahora entiendes que no quisiera nada, las faltas de amar me
sobraban. Endrogada como antaño a las mañanas, esperando encontrar
unas palabras, dando por hecho merecerlas, cierro los ojos y mientras,
escondes los platos rotos, buscando respuestas. Sonríeme como
acostumbrabas, quiero verte bien tras la ventana, salir a correr entre
sábanas, descansar al pie de mis lágrimas. Ver como patinas en
temores, confiando en esta todas tus flores, tantas horas viviendo a
trompicones. 
Ves Cenicienta, nos hicimos mayores.
puntos 6 | votos: 6
Duermen los vivos - La niebla cegaba nuestros ojos, separando los rastrojos, algo estaba
roto, un sentimiento, una foto. Dos ancianos en libertad condicional,
sin nada que decir, razones que objetar. Todo da vueltas, no miran
atrás, nuestra opinión no cuenta, dejemos de fantasear. Estaba
claro, alguien debía cambiar. Tú, en las mentiras. Yo, en dignidad.
Arrastrarme por el suelo, rogando tu mirar, dos palabras de consuelo,
ayuda a respirar. Me negaba a quedar ileso, el daño golpeaba mis
huesos, sólo polvo, amor o siniestro, necesidad o complejo. Daba
igual, era un complemento, repleto de instrumentos, a cada cual más
pesado, inútil y complejo. ¿Para qué utilizar algo ya obsoleto? Una
simple carga, un peso muerto. Cógeme cuando estés solo, el miedo
abrigue tu invierno, devolviéndote sombras, mordiendo somnoliento.
Entonces seré amuleto, libraré de cargas la noche, serás feliz de
nuevo, sin importar reproches, para ti jamás duermo. Antiguo
testamento sangrado sobre espejos, he partido los lazos, ahora quedas
suelto, cuida el volar bajo, te espero en el suelo. 
Duermen los vivos, soñamos los muertos
puntos 7 | votos: 7
Tan frágil - simple y sensible. Manipulable, al antojo del aire. Una mirada tuya
puede calmarle. La cólera no cambia su carácter, el amor al hombre,
inmerecido amante. Dolor, sudor y sangre, muerte saludando al fondo
del pasaje. Un simple gesto, una palabra, un beso. Las mentiras que
guardamos, verdades donde escondieron, un mundo entero, solitario y
enfermo. El reflejo del fueron, un daño demasiado pesado, un alago
pasajero, fugaz deseo, del daño que otros impusieron. Guárdame en
recuerdos, limita mis pasos, olvida el invierno, ahora soy el pasto de
cementerio, uno más, clavel de menos. Tan fácil de romper, un solo
gesto, un solo papel. Es algo donde cualquiera puede caer, un silencio
tan repentino, del que no puedes volver. Sacudida con sigilo, el alma
huyendo a alaridos. Vino salado mancha vestidos, suelos y perdidos,
reino de suspiros. 
Bienvenido a mi suicidio.

puntos 6 | votos: 6
Lo último que se oyó - fue el batir de sus alas.
La noche era amarga, las estrellas se negaban a iluminar su cara,
odiaban verla llorar y en esos momentos era un caudal de lágrimas
saladas. Frente a frente, con una fiera, para el mundo inexistente, a
cada segundo más bella, dulce y envolvente. No temía que la hiriera,
no, le daba igual si le mordiera. La consideraba simplemente perfecta,
atada a una condena, encerrada en su tristeza, pero siempre tan
contenta. Parecía no poder hacer meya en su fuerza, una armadura
completa, aunque por dentro desecha, oxidada, suplicando clemencia.
Eso nadie lo sabía, escondía en sus vuelos, cuanto le dolía. La
niña encontró un hueco, donde la tristeza sonreía, abrazó los
recuerdos, por los que fiera sufría. Eran simples compañías,
superaban su soledad, aguantaban pesadillas, eran dos llamas, juntas
el cielo ardía. Fiera era fugaz, debía marchar a otras tierras,
buscando libertad, desafiando sistemas. La niña quiso seguirle,
abandonar todo e irse, pero ¿para qué mentirse? No podría
conseguirle. En su espalda no hallabas nada, su corazón no volaba, su
lugar era esperarla. Por eso lloraba.
Lo último que recuerda, es el batir de sus alas.
puntos 9 | votos: 9
Ten fe - Me pidieron. Olvídale. Exigieron.
Maté a quién se interpuso en el camino. Destrocé campos de
inofensivos. Deseé la desgracia, lloré ofendido. Nada tenía
sentido. Los que habían sido motivos, mis dueños, los castigos.
Aquel tiempo cautivo, donde aguardar era divertido, entre pesadillas
entretenido, esqueleto del olvido. Todo estaba perdido. Era un animal
destruido, mi Dios fue testigo, seguí sus mandamientos, fui buen
peregrino. Obligaron mi mente, masacraron al rebelde, moldeando un
obediente, un esclavo excelente, sin quejas ni pasado, solo presente.
Dado a manos del inexistente, intentando salvar un corazón a duras
latente, rasgado por pecados, criatura inocente. Fácilmente
convincente, lo suficiente fuerte, para llevar sus palabras, arruinar
clementes, admirar patrañas. Cuando agotado regresé a casa, con una
misión cumplida, sangre en las armas, cicatrices de por vida. Besé a
mis jefes, conté cada detalle, relaté mis andares, deseaba
honrarles. No permitieron mirarme, era indigno, un simple asesino,
nadie importante. La rabia se apoderó de mis cabales, reiné en
cólera y marché, sin insultarles, con desprecio desafiante. Ahora
vago por tus calles, jamás volví a rezarles, si ellos eran palabras
de Él, del Ser entre seres, prefiero antes la lengua cortarme, a
volver a imaginarme en un cielo que exige atrocidades.
Ten fe. Me pidieron. Olvídale. Exigieron.
Por mí, pudríos en el infierno
puntos 3 | votos: 3
Consumidos por la noche - sin mirar pretextos, ignorando al resto, es solo nuestro. El cielo nos
persigue con reproches, la luna se refleja en el capó de los coches,
tus ojos iluminan a dos ciegos, guiados únicamente por el viento del
susurro te quiero. Han pasado las cuatro y media, los bares han
muerto, pero tú sigues bailando, no paras de movernos, en este
remolino de sentimientos, la vida se escapa de mis dedos. Quiero ser
eterno, perderme en besos, al fondo de tu cuerpo, que no tenga final
este cuento. Pero subirás a un tren, dejando al idiota en el andén,
baúles de sueños se montarán en él, darán compañía cuando yo no
esté. Den por terminado mi argumento, he perdido demasiado el tiempo,
palabras no definirán lo nuestro. Si acaba el mundo en tu encuentro,
si antes veo tu gracia de nuevo, podré decir que Dios, sabe elegir
momentos.
Cenicienta, guárdame un beso.
puntos 8 | votos: 8
Ella vino - como un pájaro buscando cobijo, huyendo del frío. Pero su aura daba
calor, sus ojos eran luz, bañados en dolor, arrastraban una cruz. En
sus labios se leía: “Yo soy poesía, dime quién eres tú?”
Cerró mi voz, dejó quietud. El aire tornose gélido, nuestros
rostros pálidos, había dos muertos de pánico, faltaba un
enterrador. Rechinaron mis huesos con cada paso que dio, su vestido
era ofensivo, quería sentir el interior, era necesario el contacto,
bien lo sabe Dios. Tras un largo plazo, los instintos me estiraron del
brazo, ella era un sueño y debía alcanzarlo. Más la frustración me
llevó el fracaso, viendo destruida mi dama en pedazos, sin caer al
suelo, volando, lejos a manos de otro escritor. Por eso carezco de
inspiración, lloran mis versos, sacados a presión, me duelen en el
pecho y gritan mi ambición.
Regresa conmigo, te trataré mejor.
puntos 6 | votos: 6
Mi ángel - caído entre mentiras y maquillajes. Muerto por codicia de esta
insípida, lleno de males. Jugué contigo. Ahora es demasiado tarde,
no podré desmentir, soy cobarde. Temo por el daño que puedas
causarte, sé cuanto anhelas marcharte y esa falta de cariño
constante. Este absurdo capricho, nos está llevando al exilio, me
está haciendo perder los estribos, no es cosa de niños, ya no puedo
ayudarte. Te volví dependiente de palabras, sensibilicé tus nauseas,
ahora controlas esas venadas, las que desgarran tu cara. Son mis manos
quien apuñalan, son mis consuelos, matadores de sueños, las falacias
chocan contra el suelo. Lloran al vernos, sufren el mismo tormento,
nada comparado al vuestro, horrible pensamiento. Sólo lamento, aire
violento, jamás podré teneros y si así lo quiere el cielo...
Imploro y ruego por no llegar a eso, pues no aceptareis mis mentiras. 
Cayendo de nuevo.

puntos 7 | votos: 7
Tira el estúpido reloj - vamos a dejarlo a un lado, se sólo mía en este ensayo, déjame
enseñarte lo que valgo. Destrocemos el viento con jadeos, tu
respiración será un trofeo, valórala, la perderás por completo, mi
calor llenará el oxígeno. Por favor, suéltate el pelo, odio verte
amarrada en ese horrible gesto, que cubra si quiere tu cara, yo
también quisiera hacerlo, verme enmarcada en esa mirada, la simple
idea me mata. Y lo siento, es repentino decirte esto, pero llevo
tiempo sintiendo, como cada segundo me consume en deseos. Te quitaré
el miedo, robaré de ti hasta el consuelo, cuando acabe no sabrás
dónde queda el suelo, pienso matarte a besos. Si no eres tú quien
lee esto y nunca llegas a hacerlo, guardad vosotros por mí el
secreto. 
Yo no pude mantenerlo.
puntos 8 | votos: 8
Del profundo infierno - dónde ni el diablo acerca los cuernos, lugar prohibido a vivos y
muertos. Sin aire, sin oxígeno, de la nada surgido, para dar
sepultura al mundo entero. No están vencidos, aún no han caído, los
creídos extinguidos, van a volver, se oyen sus latidos. Tiembla el
suelo, llueve ácido, no habrá consuelos. ¡Que cunda el pánico! Se
rompe la funda. Por sus venas corre el fuego. Caen trozos de hierro.
Se agota el tiempo. Ve la luz un nuevo niño, apadrinado del viento,
destruidor de caminos.
¡Temblar humanos! ¡El dragón ha nacido!
puntos 8 | votos: 8
Nos perdimos - Tú en deseos, yo en agujeros. Querías alguien perfecto, querías a
quien aparento, mis días felices, tu espalda entre mis dedos.
Pretendía dártelo, te lo prometo, vivía por tus besos, y ahora por
ellos muero. Las rayadas nos llevaron a esto, una soledad camuflada,
ni pizca de respeto. Madrugada amargada que frecuento, los bares se
cierran al ver aparecer este cuerpo. No hay más cerveza, se acabó
huir del cuento, he de hablar con cenicienta, dueña de sueños. Pero
cuando aparece, hierve mi sangre de nuevo, ahoga las palabras, ciega
el argumento. Tú eres aire, revolviendo mi pelo, desabrochando la
ropa, volviéndome loca, herida de nuevo. 
Princesa, el príncipe a muerto.
puntos 9 | votos: 9
Bajo mis heridas no hay nada, - detrás de todas las caídas, desafortunadas travesías, sólo
encontrarías ignorancia. Si quitas este trozo de tela, protector de
esperanzas, si buscas tras mi sangre escarlata, encontrarás bacía
una caja. Abierta, sin cerradura, sin llaves o cadenas, seca, fría,
sin nadie que la mantenga. Yo les dejé fuera, a los secretos, las
mentiras, mi misterio y nuestras penas. Estuve obligada por mi parte
ingenua, que quiere ser aceptada. Viéndome de nuevo sola, sin
escapatoria, ninguna razón para alcanzar victoria. Una muñeca usada
en demasiadas historias, un copo de nieve sucio por pisadas erróneas.
Ya ves, no todo es bonito tras mis corneas.
puntos 7 | votos: 7
Tú irás al cielo - con solo esa sonrisa tienes allí el sueldo. Por favor, no malgastes
en mí el intento, este invierno no es perfecto y tampoco quiere
serlo. He observado como cuidas mis respetos, encontrarás a alguien
quien valore todo eso, ahora vivo en pos de un sueño, sueño eterno y
por siempre mi dueño. Intenta olvidar que nos vencieron, eres libre
de volar cual jilguero, odia a quien te oprime y, sigue igual de
sincero. No lo vuelvas tan difícil, sabes que yo no puedo. Mis manos
te persiguen, quieren desnudarte el cuerpo, lárgate no me repliques,
a penas las retengo. Fue divertido ser tu siervo, empieza ahora de
nuevo.
Entiéndeme, para mí no es un juego.





LOS MEJORES CARTELES DE

Número de visitas: 11414264871 | Usuarios registrados: 2056860 | Clasificación de usuarios
Carteles en la página: 8000789, hoy: 8, ayer: 27
blog.desmotivaciones.es
Contacto | Reglas
▲▲▲

Valid HTML 5 Valid CSS!