Lo mejor en la vida de una bailarina
clásica...

Parece tan fácil, pero yo te digo
que no lo es, para lograr lo que
quieres debes esforzarte, permanecer horas y horas en un
salón
perfeccionando o aprendiendo nuevos pasos, a veces perderte
las
salidas con tus amigos o eventos por estar en ESE
SALÓN, las
torceduras de tobillo, los esguinces, las caídas...
PERO ESO DEJA DE
IMPORTAR CUANDO BAILAS CON EL CORAZÓN

Al estar tristes lloran, se cortan, se
dañan, yo también lo hacía
pero aprendí que en vez de hacer esas estupideces
puedo ponerme las
puntas y empezar a bailar porque, al menos así el
sufrimiento valdrá
la pena...

A simple vista parece tan
fácil, ¿no? Pero las que en realidad
sabemos lo que es subirse en una zapatilla de puntas somos
las
bailarinas, duele y no lo niego pero es tan satisfactorio
subirte en
ellas porque es señal de que eres buena y que haz
llegado lejos, no
lo hace cualquiera... Las ampollas, los dolores, las
molestias, las
torceduras de tobillo, los esguinces...todo eso deja de
importar
cuando el Ballet SE CONVIERTE EN TU VIDA.