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23.04.2011

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GeekVeterano Nivel 3

puntos 3 | votos: 3
AA - Voy a matarme
Bueno, no. He mentido. 
Aunque parece que en estado de absoluta embriaguez
 o de absoluto estado zen, manifiesto una conducta autodestructiva y
pequeños brotes de furia psicótica, ser yo es divertido. 
He conseguido tener un sentimiento de desapego con todo.
Tanto es así que he tenido que poner toda la década de los 80s
hasta que mi vecina ha tenido que llamar a la policía. Su edad es
aburrida. Después, me he puesto los tenis y he salido huyendo.
Joder, ya ni en mis cuatro paredes estoy seguro. 
Huir se me da bien: lo hago rápido y sin echar la vista atrás. 
Yo mismo me persigo y si me atrapo tampoco pasa nada porque estoy
perdido dentro de mí buscando sensaciones, puesto que ya no siento
nada.
Tropiezo por diversión. 
No es divertido. Y no tengo ganas de nada.  
Tal vez... sólo de acabar otra botella 
y hundirme en páginas desesperadas. 
Cada vez que escribo algo me duele. Me inflijo dolor únicamente para
venir aquí y gritárselo a la nada. 
¿Patético? Estoy más allá de los conceptos de dignidad, amor
propio y principios, pero me da pena ver en qué me he convertido. 
Ya no tropiezo, mis zancadas son largas y ligeras. 
Estoy borrando las huellas que dejo y también mi presencia. Voy a
dejar de intentar buscar la aprobación ajena y empezar a buscar la
mía. 
Con todo esto, quizá podamos divertirnos otra vez, ¿no? 
Soy joven, dicen, pero ya no tengo ganas de debatir ni pelear.
Y aunque ahora escriba sobrio apoyado en el radiador, la promesa de
una muerte por alcoholismo temprano que mi hermana utiliza para
amenazarme, comienza a ser perceptible a mis ojos.
puntos 6 | votos: 6
··· - El suelo de madera oscura. Y los armarios blancos. Y las puertas
blancas con pomos dorados. Y el refugio de madera en la terraza. Y la
mesa octogonal. Y el sofá blanco cubierto de cojines de plumas. Y la
foto de la inocencia trepando por la higuera. Y el espejo al final del
pasillo. Y la mesa de cristal que nunca se utilizó. Y el burdeos en
las paredes. Y los cuadros de flores. Y la cocina verde pistacho. Y la
ventana que daba al patio. Y las estanterías repletas de libros y
discos de segunda mano. Y los álbumes de fotos cubiertos de polvo. Y
el gramófono siempre escondido en su caja de cristal. Y la
habitación eternamente azul. Eternamente.
Todo lo que perdí.
puntos 6 | votos: 6
Seguiré sonriendo en las fotos - aunque ya no recuerde el significado de ser feliz.
puntos 13 | votos: 13
~ - Los lápices de colores en sus pasos, coloreando el mundo. Las
acuarelas de sus manos, fugaces, dejando su rastro en otros cuerpos.
Los óleos tristes, grises, en sus ojos marrones. El insomnio en su
cabeza, de pájaros volando a todas horas, a pesar de su coraza
(corazón) siempre arrastrada por el barro. La carne de sus labios,
mil veces mordida, besando vasos por los bares de La Latina; sus ojos,
atentos, buscando deseo; su lengua, mil veces mordida, lamiendo
cuellos. Su llanto, como Dios, eterno, pero nunca presente. El compás
de los violines de los gemidos de su sexo, y a ese compás, el
movimiento de sus caderas, el rechinar de los muelles. Sus pechos,
como esculpidos; sus pezones, sensibles, acariciando cuerpos desnudos;
su humedad hambrienta. Las manos en los bolsillos del abrigo cada
mañana, después de arreglarse un poco el alma. El sabor de boca de
la resaca, de los besos prestados y las aspirinas. El aliento echando
de menos las noches. La lujuria del hada que quiere follarse al mundo,
y quiere que el mundo se la folle.
puntos 3 | votos: 3
Nueva (no) gente. - No creo que esté por encima de las demás personas, pero la gran
mayoría me resultáis aburridas, hasta el punto de ser frustrante. 
Casi toda conversación en la que tomo parte se 
convierte en un monólogo. No hablo, asiento. 
O rebuzno. 
Intento imponer mi carácter sobre las nuevas personas que he
conocido. 
Pienso que si consigo asemejarlos a mi imagen serán lo justamente
parecidos a mí para que los encuentre entretenidos (pero sigo
asintiendo y rebuznando). 
De esa manera consigo que se aburran conmigo, creando una especie de
aversión contra mí misma. No sé si es mi propia antipatía 
vertida en ellos o su antipatía vertida en mí. 
Los pedazos decentes de mi personalidad fueron plantados por personas
que en su momento, y unas pocas en la actualidad, me apreciaron de
verdad. 
Y los plantaron esperando verlos germinar antes de que me alejara de
ellos. 
Ya sabéis, eso de recoger los frutos. 
Nunca se los dije a la cara, y nunca se lo diría, pero espero que os
enteréis de cuanto aprecio todo lo que me distéis 
y todo lo que os debo.
Todo esto no tiene mucho sentido, pero... y qué más da. 
Noches.

puntos 5 | votos: 5
Hormonas. - Carol: ¿Habré traído mi perfume? No me acuerdo... Ni que la puta
playa se fuese a mover de sitio. Había tiempo de sobra para asegurar
que había metido todo en la maleta. Recuerdo meter mi crema, bikinis,
las sandalias, pero el perfume... Bueno, tampoco pasa nada por estar
el finde oliendo a mar, aunque es bastante repugnante. Y no les voy a
pedir que regresemos a por él... Bueno, podría, pero seguro que me
mandan a la mierda. No deberían, ni que estuviésemos tan lejos de mi
casa. ¿Cuánto tardamos en llegar? ¿Siete horas? No sé. Cabe la
posibilidad de que Cristina haya traído perfume, con esa chica nunca
se sabe. No lo veo muy factible, es decir, nunca huele a nada. No es
que eso me moleste, pero es una chica, debería oler bien. Yo no
podría ir por ahí sin dejar mi olor, es algo básico para que los
chicos se fijen en ti. Bueno, ella ya tiene pareja y eso, así que...
Qué cojones, a lo mejor se le cruzó un cable y quiere empezar a oler
a mujer.
- Cris, ¿has traído perfume? 
- ¿Qué..?
- Nada, olvídalo... 

Cris: ¿Acaba de preguntarme si he traído perfume para pasar un fin
de semana en la playa? ¡Pero si estamos en la playa! Esta chica es
increíble. A lo mejor ha sido una broma. No, me lo dijo muy en serio.
Qué estúpida. ¿Qué espera? ¿Una pasarela en medio de la playa? Y,
¿por qué me sorprendo? Es decir, está caminando con tacones por la
arena. Es que no la voy a aguantar. Hace quince minutos que hemos
llegado y ya me ha soltado eso. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Si
llevo un Prada en el equipaje? Barbie anoréxica... Espera, no sé
porqué he dicho eso. Bueno, sí lo sé. No sé qué hace ella aquí.
Vale, es el rollo de una noche de Jer, pero, joder, él puede
conseguirse algo mejor. Es guapo. Esos ojos verdes y esas pestañas
kilométricas emboban a cualquiera, oye. Y ese cuerpo... ¡Joder! Vaya
golpe. Mierda, mi pie. Podrían haberme avisado que había un tronco
delante de mí. Me cago en... Me voy a sentar. Oh, creo los troncos
son para sentarse. Sí, qué bonita playa. Y ya es de noche. Vaya, me
ha leído el pensamiento. Mira cómo me tapa con la manta. Si es que
Beck es un encanto. 

Beck: mierda, tío. Por fin me puedo sentar. Tengo las piernas que ni
las siento de tanto conducir. Podría haber conducido él, que es su
coche. Y aún encima tuve que arreglar la mierda que dejó hecha al
intentar montar las tiendas. Si es que es un inútil. Y menos mal que
el cabrón era boy scout. Oh, dios, cómo me duele el culo. Lo único
que quiero es bañarme en pelotas y llevarme a Cris a la tienda. Sí.
Mírala qué guapa está con sus shorts y esa camiseta de tiras. Y
mira como se tapa con la manta... Mmm, ¿qué bikini tendrá debajo?
Puede que no la lleve a la tienda y lo hagamos en el mar. Sí, seguro
que eso la sorprende. Joder, si es hasta romántico. Pero, emm... No,
no va a ser necesario movernos de este tronco.

Jer: Puto cabronazo. No hace nada. Joder, yo puse mi coche y he pagado
la gasolina. Y le deje conducir a mi Lila. Como hubiese chocado a Lila
la iba a liar. Y, mierda, no puede ni montar las putas tiendas. Menos
mal que pilló el mensaje cuando las dejé a posta echas mierda en la
arena. Yo las hubiese montado en un minuto si él no fuese tan
egoísta. Sólo se preocupa por él. Bueno, también por Cris. Ha sido
muy caballeroso al traerle la manta. ¿Debería traerle una a Carol?
Pues... joder, no sé. No se ha quejado, así que supongo que no le
importará. Está muy buena con esa mini y ese top. Y, bueno, es un
poco puta con los tacones en la playa. Cosas de mujeres. Espero que no
tenga la regla o será un finde desperdiciado. No es que no la quiera,
pero está muy buena. Es casi tan guapa como Cris. Cuando la he visto
salir de casa con esos shorts no pude evitar comérmela con los ojos.
Espero que no se haya dado cuenta. A ver, estoy feliz por Beck y
espero que le dure. Pero, mierda, tío, no te la mereces. A ver,
rubia, ¿vas a encender la fogata o voy a tener que hacerlo yo?

Cris: Pero, mírala, no sabe ni encender una fogata...  Espera, ¿por
qué me miras así? Quieta esa mano, campeón. Mierda, me haces
cosquillas. ¿Qué te pasa ahora? Qué imprudente eres. Para, joder,
tienes las manos frías. ¿Beck? Beck, ¿qué haces? ¿Aquí? ¡Estás
loco! Nos van a pillar. Dios, qué vergüenza. Espera, joder, Beck,
estás de la olla. 

Carol: ¿cómo coño se enciende esto? Ah, vale, ya está. Qué
difícil. Qué sed, espero que las bebidas sigan frías. Ugh, es
imposible andar en esta arena. Está estropeando mis tacones. Debí
traer las sandalias puestas, soy tan estúpida. Y ya empiezo a oler
mal. Mierda, mierda, qué asco. Joder. 
- Jer, ¿quieres algo frío de beber? Parece que tienes un poco de
calor.

Jer:
- Sí, gracias, bebé 
Un poco de calor, dice. Me sudan los putos huevos. No sé como hacen
esos dos para estar con la manta. Espera... ¿qué cojones? Oh, dios.
No están haciendo eso. ¿Esto es una broma o qué? A ver, joder, que
tenéis ahí la puta tienda para meteros mano. Me cago en todo, esto
es un chiste. 

Carol: Joder, ahí, ahí. No, un poco más arriba. Sí, Beck, justo
ahí. Ahhh. No se van a enterar, casi no me conocen. Sigue, sigue.

Beck: Abre un poco las piernas. Sí, así, guapa. Ahora puedo meter
toda la mano. ¿Te gusta, eh? Pues ya te va a gustar más. 

Cris: Qué calor. Ten, guapo. Oh, me sientas entre tus piernas. ¡Qué
dulce! Sí, Jer es mi hombre. ¿Y mi móvil?

Jer: Joder, se va a correr, mírala.

Beck: Joder, se va a correr.

Carol: Mierda, me voy a correr. 

Cris: ¿Queréis escuchar lo que me he descargado? Es genial.

Jer: No.

Beck: Sí.

Cris: ¿Emm?
puntos 159 | votos: 163
Mi soledad no es mala compañía, - hasta que le da por hablar de ti.
puntos 9 | votos: 11
. - La esdrújula lluvia cayó de la duodécima nube púrpura
dejando atrás un suelo impermeablemente seco
donde nació súbitamente el hada más pura
creyéndose protegida del gigante de hierro.
La mariposa engendrada en un tulipán aterciopelado
disuelve su capullo en las nubes del mar
escupidas por un ángel de hombre disfrazado
que al nacer desaprendió a amar.
De fría duna está compuesta la corona de la reina
clavándose en su sien con sutileza
sin saber que aquella cicatriz sería su condena.
Sin cárcel ni cadena el monstruo está cerca
perdida toda seguridad
¿qué importa ya su colmena?
Abeja que sin miel debe nutrirse de moscas
como la araña con patas manchadas de paz
o molusco que se apega a finas rocas
deja todo su mundo y pasado atrás.
Todo guardado en una botella de champán
que nunca será descorchada
por peces que dejaron un día el mar
acudiendo a su hogar, agua contaminada.
Desorientada en cien idiomas 
se encontraba perdida en sus perfumes 
cuando era despojada de mil ocres plumas. 
Tan sólo perdió la noción del tiempo 
cuando si corazón de latir 
cumpliendo así el peor de sus sueños.
puntos 20 | votos: 20
No seremos recordados - como héroes. 
No nos colmarán de medallas y palmaditas en la espalda 
mientras una estatua en nuestro honor 
se levanta en medio de la plaza. 
Y ningún libro de historia recogerá nuestra historia, 
pero espero que algún día podamos presumir de la noche en que
llenamos a este jodido mundo
 de todas las sonrisas y besos que le faltaban. 
Presumir del día en el que te hubiese regalado mi vida entera 
si tú la hubieses aceptado. Poder presumir del día en el que
estábamos dispuestos a rugir 
que nos queríamos hasta que el último 
ser viviente del planeta nos escuchara. 
Aquel día en el que fuimos la epifanía religiosa del ateo del amor. 
Ese día en el que nos perdimos en un mundo donde siempre fuimos
niños y sólo necesitamos risas, polvos de hadas y abrazos para poder
despegar del suelo.
Un lugar lleno de piratas, hadas, ángeles, tesoros escondidos que
siempre quisimos desenterrar y sirenas con voces tan dulces que
hacían que el náufrago más triste recuperara la esperanza. 
Un lugar lleno hasta las narices de amor, magia e ilusión. 
Porque, joder, nuestro mundo era un millón de veces mejor que éste.
puntos 6 | votos: 6
Ellos siguieron insistiendo - Queremos crear de la nada un mundo nuevo. Convertir vendas gastadas
en vestidos de diseño. Esta sociedad ahogada volverá a flote con tus
sueños. La niña sonrió y dijo: acepto. 
Tres años más tarde, algunos cuentos chinos con insultos teatrales.
Nos encontramos en lo mismo, solo que un poco más infames. ¿Es esto
humanismo? ¿No veis que sois mortales? ¿O os va a dar lo mismo? Si
total, ¡el dinero lo vale! 
Ya no quedan niños a los que agarrarse. La inocencia se esconde,
evade al desastre. Hemos chantajeado al hedonismo, nos pintamos su
maquillaje, creemos en heroísmo, ¡otra raya de verdades! Sacar de
aquí este absurdo realismo, devolverme a mis bondades. Solo quiero
ser yo mismo, dejar que la vida exhale.

¿Seguirás prolongando el abismo, o dejarás que salte?

puntos 6 | votos: 6
Cada día volveré atrás, - es lo que hacen los corazones rotos.
puntos 15 | votos: 15
Volveré a llenar folios - de tachones y frases sueltas cuando mis emociones me corten las venas
y la sangre no dibuje corazones. Volveré a hablar del pasar y el
correr del tiempo en el fondo de las botellas, de las estrellas que,
frías, no me quitan el aliento, de lo eterno, de lo efímero, de
andar y no dejar huellas. Volveré a vivir entierros cuando se acabe
la primavera. Volveré a viajar por bares cuando ya no queden pecas.
Volveré a decirle al viento que lo siento, y a las hadas, que me
cuesta vivir sin ella. Cuando duelan los recuerdos y se arrastre la
tristeza, cuando se acaben los abrazos, volveré a escribir mi pena.
puntos 11 | votos: 11
Vosotros - y vuestras mariposas en el estómago.
Rápida digestión.
puntos 243 | votos: 247
Espero que en tu camino - no cometas esas locuras. Recuerda que para todos los finales hay un
nuevo comienzo.
puntos 6 | votos: 6
La luna gira, - cual peonza en la mano de un niño, pero tú no estás. Se revuelve en
su pequeña cama donde de noche no duerme. Te busca, te encuentra, no
a ti, sino a tu olor impregnado, como miel a un panal, en la suavidad
de su almohada en la que apoya su rostro contra la superficie que
sostuvo el tuyo una vez. 
La cara perdida de la Luna no tiene cráteres, solo dos hermosos ojos
verdes que te buscan en la frondosidad de la noche, pero ella no
recuerda o no quiere recordar que lo que la sostiene en pie es tu
espalda. Si ella gira, tú giras para que la cúpula de su templo no
caiga, y esa es la razón de porqué nunca te ve aunque día que pasa
te busca más desesperada. 
La ventana está abierta y no sabe el porqué, el aire remueve su
pelo, hoy suelto por si te ve. Los cristales reflejan la silueta de un
hombre que de ser esculpido sería obra del mismísimo Miguel Ángel,
pero ella no se fija pensando que se trata de otro hombre, cegada por
la lluvia que su iris ahora gris deja caer por las callejuelas de su
rostro. Cansada de girar buscando tus amapolados labios para besar,
cae rendida a su pequeño lecho sin plumas que la hagan volar, pues
carece de tus alas, tus manos que sólo rozando su seno le permiten
alzar el vuelo. 
Harto de verla sufrir, de oírla llorar te apartas de ella con mucho
pesar y se siente caer, se cree morir, pero ahora estás junto a ella,
pues volteaste sin dudar, apoyando tu aterciopelada mano en su frágil
cintura. Siendo dos cuerpos en una sola alma encerrados al ser libres
por fin pueden reunir fuerzas suficientes para no dormir en un lecho
que nunca verá a nadie más llorar. Las únicas gotas que caerán en
la almohada serán de sudor o lluvia real.

puntos 35 | votos: 37
Nos dimos un beso - en la mejilla, de esos de querer matar al que inventó los putos modales.
puntos 11 | votos: 11
Ya no llegan trenes - llenos de gente o de mercancías. Ya no se hacinan los presos. Ya no
se oyen sus llantos. Se acabaron las raciones de pan, los trabajos
forzados, las cremaciones masivas, los experimentos con humanos. Los
dibujos de los niños que vivieron el Horror ya están en los museos.
Cesaron las deportaciones a Auschwitz. Cayó la fachada de esa gran
pantomima nazi.

Aún llueve tristemente sobre Terezín.
puntos 18 | votos: 22
Se aspiraba ese aroma a nostalgia - que es el triste consuelo de una presencia que se convirtió en humo.
Y decidí apagar la música porque ninguna nota se asemeja al tono de
esa risa que, al recordarla, suena casi como una burla a un gesto que
ya ni se inmuta. Recorrí el papel con mis dedos y me sorprendió lo
áspero que se sentía, casi como si no quisiera que lo impregnaran
una letras tan vacías. Tomé la pluma, que igual hubiera sido si
tomaba un pedazo de hielo porque me heló las manos, y la apoyé
contra el papel.
Pero las letras no salían, por más que lo intentara no querían
tomar forma. Como si fueran actores sin guiones, negándose a
continuar con una obra que ni siquiera tenía espectadores. No sé
cuánto tiempo me habré distraído intentando recordar dónde había
ido el público, contando a uno por uno cuando los veía salir por la
puerta, porque cuando vi el papel tenía una gran mancha de tinta.
Y entonces lo entendí, no era culpa del papel, ni de la pluma, ni de
las letras. No era la música el ruido, ni la nostalgia la culpable de
que estuviera despierta tan tarde. Era yo, una lapicera vacía que
intentaba escribir, un actor que enmudeció y olvidó su guión. Era
yo quien no podía gritar porque había regalado su voz.
puntos 120 | votos: 126
Los niños grandes no lloran, - y así van aprendiendo también a no sentir.
puntos 140 | votos: 160
Mi filosofía de vida consiste - en levantarme de nuevo tras cada golpe que me da el destino, sonreír
y decirle Mírate, pegas como una niña!

puntos 149 | votos: 161
El poema - más hermoso no fue hecho por un reconocido escritor,
sino por un loco enamorado que se expresó sin temor.
puntos 22 | votos: 24
Te quedas callada. - Muy callada.
No sabes qué decir, porque ya lo has dicho todo, y no ha servido para
nada. Y te sientes, no triste, pero cansada.
No tienes ganas ni de encenderte un cigarro, ni de escuchar música ni
de moverte de la cama.
Ni siquiera apartas la mirada del punto infinito de tu habitación en
el que llevas perdida no sé cuánto tiempo.
Hoy es domingo, pero como si fuese lunes; o como si no fuese ningún
día.
Sí, eso es, hoy no es ningún día, sólo es una tregua, una excusa.
Te quedas quieta. Muy quieta.
Es demasiado tarde y sigues sin saber nada de la vida, quizá por eso
no sonríes desde hace tanto.
Quizá, por eso, cuando sonríes, no sabes cómo y sales rara en las
fotografías.
Algo funciona mal, piensas. O a lo mejor funciona mal todo.
Te levantas, por fin, como puedes, no porque quieras, sino porque
empiezas a olvidar que estás viva, y no te gusta.
Te diriges al comedor, medio zombie, donde alguien está viendo un
programa de Telecinco.
Qué asco.
El mundo a veces va muy lento, aunque siempre gire igual de deprisa.
Es irremediable marearse de vez en cuando, como si te montases en un
tiovivo que va demasiado rápido.
Y tú gritas que quieres bajarte con todas tus fuerzas, pero no te
escuchan, hay demasiado viento afuera. Demasiado.
Y es esa sensación, la de vacío, la que lo jode todo.
Nunca hay nadie para escuchar las cosas que callas por las noches, y
tú no sabes decirlas en voz alta.
No sabes hablar de lo de adentro porque no es algo bonito; porque no
es algo para lo que existan palabras. Es un vértigo.
Un vértigo... Y sales a la calle, das una vuelta, y piensas en
silencio, mientras el atardecer te roba una sonrisa porque tú te
sientes como él, como la muerte de algo.
Como la muerte de ti misma.
No, sin duda, hoy no es ningún día.
puntos 8 | votos: 8
Utopía - Llamadlo locura si sucede, si vienen, si suben las olas y yo aguardo
en el mismo arrecife. 

Llamadlo locura si precede la ilusión al conformismo, el libertario
al teórico irreal.

Llamadlo locura si resulto empírico, si no me adhiere al mundo tanto
sin sentido.

Llamadlo locura si no hay política ni bandera que transgreda el
atípico pensamiento.
puntos 23 | votos: 23
Desprecié la primavera, - no más margaritas susurrándoles que quiero que me quieras.
puntos 5 | votos: 5
¿Puede brotar la sangre - de esa herida en la que se ha convertido la sonrisa que finjo, cuando
te veo, para que pienses que he sobrevivido? ¿Pueden brillar los ojos
de una mirada cansada, que no duerme desde que no compartes con ella
los motivos? ¿Y puede el mundo girar más lento tras las despedidas,
y el otoño secar las hojas más rápido: los corazones? No lo sé,
pero sí que puede ser que ayer sea siempre mañana, y hoy, porque tú
no estás y yo vivo en la última fotografía que nos hicimos. En
aquellas últimas palabras que me abrazaron, tan cálidas, como un
beso en la mejilla, por la mañana. Recién levantados, y despertando
de un sueño que continua allí a donde empiezan tus pestañas, y el
color de tu pelo se confunde con la pared de mi cuarto. Y el mundo me
parece no ser más grande que mi cama, donde el paisaje contigo
siempre es mi favorito y hacemos el amor después del desayuno, sin
importar que vayamos a llegar tarde a algún sitio. Y a veces llueve y
quedarnos entre nuestros brazos es la mejor idea que tenemos,
escuchando cómo la tormenta desata su furia afuera y nosotros nos
sentimos en paz, aquí adentro, tan juntos que desdibujamos los
límites de nuestro cuerpo, y por un momento hasta parece que los dos
sumemos el mismo corazón, cuando nuestros latidos van tan rápidos
que se confunden. El otoño siempre me ha recordado que algunas
muertes pueden ser bonitas. Una pena que no pueda decir lo mismo de
los portazos de despedida.

puntos 6 | votos: 6
Me enamoré de ti, - de la misma forma que suceden las cosas que no tienen mucho sentido. A
lo mejor detrás de toda esa necesidad de estar contigo estaba la
soledad y aquel frío que congelaba y lo quemaba todo, al mismo
tiempo. Yo no supe encontrarle más explicación que esa cuesta en la
que se había convertido mi vida en los últimos meses. Y caía
rodando y tú estabas al final de la calle, con esa sonrisa de
casualidad predestinada a convertirte en la estrella Polar que guiase
mis viajes hasta tu cama. Nunca he creído en la magia, pero de
repente me tenías intentando detener el tiempo cada vez que
estábamos juntos y lo mucho se volvía demasiado escaso. No te
calles, sigue hablando, recuerdo que te decía. Yo me quedaba sin
palabras, espiando los movimientos de tu boca cada vez que se habría
y sonaba como música. Sabía dónde me estaba perdiendo, lo que
ignoraba era hasta qué punto deseaba no volver a encontrar la salida.
No me abrazabas pero yo me inventaba rodeado por tus brazos. No probé
tus labios pero intuía que todos lo demás sabores no estarían a la
altura de aquello. Podría idealizarte menos y aprender más de mis
cicatrices. Podría. Pero no sabía jugar de esa forma. Yo era la
mosca que se había quedado atrapada en la telaraña por decisión
propia. El síndrome de Estocolmo tendría la culpa. Aunque nada de
eso me importaba. Yo nunca he querido sobrevivir, ¿sabes? Siempre he
caminado por la ciudad esperando enamorarme de algún desconocido, con
eso te lo digo todo. Hace tiempo que no le busco razones a la
tristeza, sólo pretextos que justifiquen por qué no se termina
marchando. Pero siempre concluyo que soy yo y mi manía de atarme de
pies y manos y lanzarme al río, con la esperanza de que me salve
alguien. Pero nunca llega nadie, y ya he tragado mucha agua. Habré
muerto varias veces entre portazos y distancia. Entre silencios que
devolvían el eco de tus últimas palabras y madrugadas que se
alargaban hasta donde se terminan los recuerdos. No sé, cariño. Sé
que puedo hacerlo bien y no obsesionarme con la nada. Sé que puedo
terminar las historias antes de empezarlas. Pero la cuestión es si
quiero hacerlo, y creo que ya sabes la respuesta. Sólo tienes que
mirar lo tristes que se han vuelto mis ojos en el último año.
puntos 5 | votos: 5
Te dicen que el tiempo lo cura todo. - Lo que no te dicen es que seguramente tarde demasiado en hacerlo. Como
también dicen que la distancia hace el olvido, pero al parecer, nunca
estamos lo suficientemente lejos de las personas a las que nos duele
recordar.

He venido hasta aquí para deciros que a lo mejor la esperanza es una
trampa. Y el amor una excusa. Hace mucho que necesito algo más que
todo eso. Necesito no ahogarme tanto por las mañanas, cuando me quemo
con el café y pienso parece que aún sigo vivo. Cuando solapo los
insomnios y sus razones, y no sé si pierdo la noción del tiempo o me
pierda ella a mí. Caminando en círculos, o a lo mejor estoy muy
quieto y es el mundo el que sigue girando. No lo sé.

Hacer borrón y cuenta nueva sólo es un concepto, pero cuando llevas
escrita más de media vida te cuesta corregir los errores. Las faltas
de ortografía se van acumulando y un día no puedes moverte sin
tropezar con ellas. Sólo podemos seguir. Correr hacia delante no es
una opción si dejamos de disfrutar de las vistas. Y entiendo que nos
duela quedarnos bajo estos días de otoño con las manos frías y los
labios secos. Esperando algo de nosotros mismos, como si en el fondo
no supiésemos que ya no podemos dar más de lo poco que tenemos.

Y se te cruzan las caras y todas esas miradas, por la calle. Los
coches pitando y algunas personas sentadas en un banco, viendo
atardecer. Es como un sesión de hipnosis, donde vivir se ha limitado
a no perder el metro para volver a casa. Y acostarte pronto porque los
peores recuerdos se despiertan tarde. Agazapado bajo las sábanas que
ya no te protegen de los monstruos, por mucho que intentes rescatar
aquella época en la que todo se arreglaba apartando la vista.
puntos 7 | votos: 9
No nos acostamos hasta tarde. - Siempre con esa necesidad de que alguien, en algún lugar, nos desee
buenas noches. La cama está medio vacía, a mi vida le ocurre algo
parecido. Tengo que cambiar las sábanas, y algunas cicatrices.
Quisiera gritar, pero no encuentro las palabras. A veces el silencio
se encarga del resto. Ya no sé cuál es el siguiente movimiento, me
quedé encasillada hace tiempo. Ni siquiera puedo ir hacia atrás.
Estoy entre la espada y un precipicio. Quizá no sobreviva a la
caída. ¿Cuánta gente estará así? Cuánta gente estará esperando,
a punto de desesperarse, con las lágrimas en los ojos, sin poderlas
derramar porque no se atreven ni a eso. Porque saben que en el fondo
sólo se mojarán, y el mundo seguirá girando. Inmune. No creo que
encuentre respuestas en el mismo lugar de siempre. Me gustaría
terminar con todo esto, con los capítulos colgados de una historia
tan triste que se me atraganta. Imposible huir sin decir adiós, pero
nunca se me han dado bien las despedidas. Imposible. Me gustaría
rectificar, haber tomado otros caminos. Aquí sólo hay nada. Café
enfriándose para desayunar. Poemas que te salvan durante unos
minutos, pero luego vuelves a caer. Vuelves a no saber levantarte.
Alguien me tendrá que arreglar. O alguien tendrá que romperme del
todo. A estas alturas no seguir así es lo que importa. Cambiar.
Encontrar la postura perfecta en la cama para no notar el abismo que
se encuentra a mi lado. Ya nadie sabe mirar, se quedan afuera, y
cuando te escuchan gritar cierran los ojos. Tampoco sabe nadie salvar
desde hace mucho. Nadie sabe abrazar sin que se lo pidas, ni dar un
abrazo que dure lo suficiente o que te entienda lo necesario. Y es una
pena que el mundo no se detenga al vernos quietos, sin saber a dónde
debemos ir mañana. Sálveme quien pueda.
puntos 8 | votos: 8
04:00 AM - El motor en marcha. La mentira no pronunciada se balancea en la boca
del estómago. El remordimiento se retuerce y rueda por tus mejillas.
Las puertas están cerradas. Todos duermen, menos tú. Ya nunca
dormirás.
No vas a volver. ¿Es una promesa o una amenaza? Vuela la nostalgia.
puntos 129 | votos: 153
Y aunque pueda tenerlo todo, - todo, nunca hay nada si me faltas tú.

puntos 164 | votos: 186
Y es triste crecer y descubrir - que la vida es mucho mejor en tus sueños.
puntos 147 | votos: 159
Es triste, ya no podrás sonreír - cada vez que te regale flores.
puntos 149 | votos: 177
Existen 3 tipos de basura: - la orgánica, la inorgánica y los que hacen sufrir a las mujeres.
puntos 113 | votos: 153
La masturbación está hecha - de lo mismo que la literatura: imaginación y soledad.
puntos 3 | votos: 5
Alborada - Caigo en un lagrimal que empapa mis lágrimas 
¿y el nido? 
¿ y la primavera? 
y ya es otoño perdido. 

Te has ido, 
mas no tan lejos, 
si te espero tras los ventanales, 
en los atardeceres, 
en los anhelos. 

Te has ido, 
mas no tan lejos, 
si te imagino y sueño 
con el campo de trigo, 
y el océano, 
en tu rostro. 

Son mis ojos lo que son al verte, puramente luz, 
puramente alegría. 

-

Al latir, albergar la rítmica consonancia entre sístoles y
díastoles,de bien sin dueño, de carácter suficiente, transparente
ante quien es capaz de serlo.

puntos 6 | votos: 8
Un día te das cuenta, - el tiempo ha pasado y sigues en el mismo lugar de siempre. Y todo lo
que eso conlleva. Sigues teniéndole miedo a las despedidas y sigues
sin saber si existen finales felices. Sigues esperando y
desesperándote, y aprendiendo a rimar insomnio con nicotina. Las
noches se convierten en jaulas y los días te matan sin pedir permiso.
Un día te das cuenta de que estás tan vacío por dentro que, sólo
de pensarlo, te entra vértigo, y es que no has conseguido nada ni a
nadie que consiga hacerte sonreír como si el mundo no doliese.
Escribes. Cierras los ojos. Fumas. Duermes pocas horas. Detienes
alarmas. Y te preguntas por qué y hasta cuándo. Por qué y hasta
cuándo de todo: de tu vida. O de la muerte. Pero empiezas a pensar
que quizá sean lo mismo. La gente te mira, sonríes, y qué sabrán
ellos de lo de adentro. Qué sabrán de tus ganas de vomitar todas
esas esperanzas que han caducado y que ahora sólo te dan dolor de
cabeza. Y cómo sabrán que ese brillo de tu mirada no son ilusiones,
sino lágrimas que nunca aprendiste a derramar. Gritos envasados al
vacío. A tu vacío. Y te pones una canción triste y subes el
volumen. Quizá, piensas, mañana todo irá mejor. Pero no. Mañana
seguiremos aquí, en el mismo lugar de siempre, y seremos las mismas
coordenadas de un mapa en el que no sabemos encontrarnos. Y así es un
poquito la vida, como un concurso de a ver quién muere mejor. O más
rápido. O algo parecido. No lo sé, tengo esa sensación, de que nos
estamos acostumbrando demasiado a ser precipicios. A precipitarnos. A
sonreír cuando nos disparan y a decir que no nos ha dolido. A
maquillarnos, a disfrazarnos y a quedarnos muy quietos cuando queremos
escapar. A que se nos queden los te quiero en la punta de la lengua
y terminen, un día, o una noche, desangrándonos por dentro. Y así
no vamos a ninguna parte. Que yo sólo quería deciros que lo más
cerca que he estado de vivir fue aquella vez en la que, dándole las
primeras caladas a mi primer cigarro, me atraganté con el humo. Y es
triste que pueda llamarle vida a eso y no a todo lo demás. Y ya
está. Ojalá venga alguien y nos lleve a ver mundo, o a ver camas, o
a ver qué hacemos con toda esa felicidad que nos debe la esperanza.
Cerrad los ojos, chicos. Yo no creo en los deseos, pero a veces sería
bonito hacerlo.
puntos 165 | votos: 173
Quizás con las personas - pasaba igual que con las hadas, que iban desapareciendo cuando nadie
creía en ellas.
puntos 7 | votos: 7
Piensa que es sólo para ti - y que el eco se va a gritar a sí mismo. Todo es incoherente: las
hadas van en moto y los pájaros vuelan bajo el mar. El silencio no
puede dormir por las noches porque los pensamientos danzan con
inquietud en su cabeza. El despertador suena cuando apagas la luz y
las estrellas admiran el color del barro.
Desconoces tu nombre y cuando te preguntan quién eres profieres algo
que realmente te define.
puntos 3 | votos: 5
Desde que te alejaste - las hojas me gustan más en los árboles y aborrezco toda tinta que no
se halle en los pulpos. Los febreros los prefiero sin catorce y las
margaritas sin pétalos. Puedo ver ojos verdes mientras no sean los
tuyos y como tu música es la mía estoy pensando en cambiarme al rap.
Detesto las tardes de lluvia y los días nublados, el café solo o
acompañado y los zapatos pintados.
Pero sobre todo odio que vengas con una sonrisa y me hagas volver a
adorar todo lo anteriormente mencionado.
puntos 8 | votos: 8
Tus pies despiertan el ritmo - cuando esparcen sus huellas sobre las hojas secas. Tu cabello susurra
nombres de flores cuando el viento lo acaricia. Tus ojos me hablan y
me cuentan que en otra vida fueron estrellas. Tu sonrisa traduce el
silencio con el alfabeto de las hadas. Tus manos son de músico y tus
labios de poeta. Tu voz es el eco que deja la alegría cuando se
marcha. Tu existencia es el sol y tu presencia el calor que irradia.

puntos 13 | votos: 13
El proyecto desde vuestra palabra - Abre las puertas del mundo que te atrevas a imaginar
y sumérgete en un mundo inmerso en total y absoluta libertad.
Hasta la cosa más ilógica es real.
Busca en tu imaginación la esencia de tu propia realidad.
El revuelo que puede causar una mala decisión
puede ser el mejor revuelo llevado a cabo, sin lugar a ninguna
decepción.
Es una forma de expresar temor...
el no querer imaginar, negarse a volar, a soñar, a sentir, abrir un
corazón.
Incluso los seres más poderosos
sienten cómo el temor se mete en sus venas alguna vez.
Con las alas aún en el cielo, con el viento llevando lo eterno... 
Levantarse para soñar de nuevo y así, 
matar ese temor que llevas dentro 
dando lugar al más anhelado de los vuelos.
Siempre te vas a tener a ti mismo
Algo que no debemos olvidar nunca. 
Si tú no te quieres... de nada habrá servido tu lucha.
Saber que un dragón te puede salvar
es como saber que alguien cuando lo necesites ahí siempre estará.
Dar esa armadura a quien lo necesita
es sinónimo de dar vida a quien a gritos te la pida.
Como las alas de una mariposa, viendo su mundo destruido...
el ser humano a veces cae y se da por vencido.
Mi existencia y mi lucha cotidiana es un combate que jamás
concluiré,
porque la esencia de una vida 
puede depender de una lucha en el mismo momento 
en que decides clavar con fuerza en el suelo tus pies.
El asombroso sueño aún no cesa,
porque quien se aferra a un deseo se aferra al más tentador de los
retos.
No puedes pedirle a un dragón que se subyugue a leyes de cerdos y
ratas
ya que esos mismos cerdos y ratas 
serán los que bajo sus propias garras caigan.
Males que acabarán para siempre perdidos en las arenas del olvido.
Arenas movedizas cansadas que tomarán una pausa 
y dejarán por fin  de tener testigos.
No se puede pretender que un dragón no use sus garras
cuando lo más importante de su vida, 
peligra de una forma tan descarada.
Dar esa armadura a quien lo necesita,
es parte de tu misión desde que naces 
y engrandecerás a quien será el motivo de tu propia vida.
Espero que mi ferocidad no te aleje de mi,
porque a veces el hecho de mostrar lo que no quieres que nadie vea
puede terminar mostrando las máscaras de todos los que te rodean.
Érase una vez una mujer normal
igual de normal que cualquier cosa que puedas imaginar. 


f10 0kinder Dani Conecta2.dk FNicolas ejies Dead Bite. Profesor Caos &
CIA 
godricvampire666 Irc1894 Mouser Nico86 oELIZAo setnom Shoez Sora_14
y los que faltaron ya sea por que no pudieron 
o porque yo misma no les di tiempo.... 
Ha sido un inmenso placer escribir junto a todos vosotros.
Akleduok os da las gracias a todos ^^
puntos 5 | votos: 5
Por si no lo recuerdas - para que se lleve a cabo el nacimiento es necesario e imprescindible
la existencia de un padre y una madre.
puntos 7 | votos: 9
Teoría de la conversión cognitiva - Dicen que electricidad rima con felicidad, pero yo no me lo creo. No
me lo creo, no. Aquí se está de puta de madre. Aquí  se está muy
bien. Hace buen tiempo. Me gusta el buen tiempo. No me pienso mover de
aquí, en contra de lo que puedan decir. No se molesten en rimar más
veces electricidad con felicidad. No veo por ningún maldito lado que
rimen. Sean honestos y dejen de rimar esas dos palabras, joder.

…

Sus ojos, afónicos de tanto mear, le provocaban una intensa molestia.
A pesar de su cansancio, los mantenía abiertos como platos; aunque no
por su redondez, sino por su fragilidad. Aquellos lentos luceros no
tardarían en estallar en un huracán de trocitos de cristal
enfurecidos y desesperados. Lo peor de los huracanes es que tienen la
mala costumbre de llevarse consigo todo aquello que se cruza en su
camino. 
Pero es divertido ir en un huracán de esos, te puedes desplazar
rápidamente de un sitio a otro. 
Y además de forma totalmente gratuita.

…

A veces sueño con ser un bolígrafo. Nadie me podría decir “Eh,
tú aquí no pintas nada”.  Tal vez me lo digan si estuviera viejo y
gastado, pero soy joven. Además, podría ser rojo o azul.
Incluso naranja.

…

Me gusta el color naranja.
Me gustan las piedras de color naranja, joder.
puntos 5 | votos: 7
... - Cuando la luna se desnuda,
 con su destello oscurecido, 
con su desierto de serenidad,
con su fragilidad sonámbula,
con su promesa de un nuevo amanecer,
con su embriaguez melancólica…

Cuando, tras un lapsus de tempestad diurna, 
deja imaginar todo su esplendor fulgoroso,
cubierta tras un manto de terciopelo gris,
sentada sobre un horizonte eterno y puro…

Cuando el círculo de luz reina entre la oscuridad,
puedo escuchar una risa inocente.

Puedo escuchar una risa inconte.

Puedo escuchar una risa incente.

Y en ese instante, tierno devenir,
soy capaz de hallar paz y felicidad

Paz y felicidad

Sólo tras una risa inocente reflejada en esa luna esplendorosa.
Sólo cuando se refleja en la luna de tus ojos inmensos.
puntos 15 | votos: 15
Os habéis creído que sonreír - a todas horas soluciona vuestras penas.
Creo que eso sólo os hace un poco más hipócritas.

puntos 8 | votos: 8
Tal vez. - Nos echaremos de menos y de más. Nos echaremos a perder y a ganar.
Nos echaremos a reír y a llorar. Nos echaremos a volar y caeremos.
Nos echaremos colirio en los ojos y fingiremos tristezas con nuestra
mejor cara de pena. Nos echaremos a dormir en cualquier acera.  
Abrigaremos la esperanza.
Tal vez.
puntos 17 | votos: 17
Se acaba el verano - y se apagan antes las luces. Las sábanas frías se abrazan a las
mantas y yo me cuelgo de la soledad de las calles de Barcelona, tan
grises como las de cualquier otra ciudad después de la hora de cerrar
los bares.

Sopla el viento plagado del humo de los coches acumulado en toda la
semana y no se lleva las hojas que el otoño aún no ha derrumbado,
pero sí las colillas que se amontonan por el suelo.

Andar de noche es otra forma de evadirse. Como saltar por los tejados
(no quedan princesas en apuros), caer al mar nocturno o mirar embobado
ese hueco oscuro que deja el cielo entre estrella y estrella.

El abrigo no me abriga por dentro pero voy (poniendo parches) pidiendo
deseos, uno por cada pétalo arrancado a las olas del mar. Y pido
tiritas para el mundo, y lluvia que moje las flores, y enamorarme un
poco, y escaparme de la rutina del insomnio de las noches.

Duermen los conformistas esperando a que salga el sol. El problema es
el miedo intrínseco a que se nos escape el tiempo. La (des)ventaja es
que a estas horas todas las horas se parecen entre sí (esta verdad
cambia cuando amanece).

***

Nunca sale el sol por el este. No si la pena se enfría en el
periódico en el que aún no has derramado el café.
puntos 183 | votos: 187
De algo hay que morir - dijo el gato romántico cuando se enamoró por séptima vez.
puntos 128 | votos: 140
No hay pelea más dura, - que las discusiones a las tres de la mañana con tus propios
pensamientos.
puntos 12 | votos: 14
Érase una vez - una mujer normal, con un nombre normal y una belleza normal, amada y
conocida por su familia y amigos, sin títulos, sin tierras, sin nada
que ostentar. Vivía en un bajo normal, en el centro de una ciudad
cualquiera, con la mierda habitual de una ciudad, sola con su perro.
Era el suyo un perro valiente, majestuoso, grande (es un cuento, pero
no conozco perros del tamaño de caballos), como cualquier chucho. Por
las noches, se encerraba en su casa con llave, por miedo a lo que
pudiese entrar desde fuera.

Una noche, desde un callejón cercano comenzó a emerger una sombra.
Venía precedida por el ruido de sus valientes pasos, un trotar
desatinado, confuso, sin estandartes; el caminar de un borracho
cualquiera, en esa ciudad cualquiera, después de haber mezclado
demasiado, un borracho maloliente, con las uñas podridas, que escupe
flemas y palabras. Y era el suyo un objetivo claro: rescatar a la
bella damisela del torreón en que estaba custodiada por un pérfido
dragón.

En realidad, para cualquiera que conozca el funcionamiento habitual de
los cuentos infantiles este debe de ser aburrido. No hay gran cosa que
contar, más allá de lo que se cuenta en todos: las grandes hazañas
del borracho cualquiera tratando de llegar a la torre donde está
encerrada la dama. No son estas hazañas menores. No hay casi farolas,
y hacer eses entre la acera y el asfalto puede ocasionar tropiezos de
lo más aparatosos. Podría haber caído sobre los escombros de una
obra cercana. Podría haber habido alcantarillas abiertas, por las que
nuestro héroe se podría haber caído, seguramente para romperse el
cuello contra el fondo. Podría haber habido policías, a los que
nuestro borracho habría tenido que esquivar, de los que habría
tenido que esconderse. Pero, afortunadamente, no se encuentra con
percances imprevistos, y logra salvar los mencionados haciendo gala de
su gran físico, sin duda ayudado por el equilibrio que su barriga
prominente le proporciona.
Llegó así, trastabillando, nuestro borracho cerca del bajo en que se
halla nuestra mujer, encerrada, leyendo tranquilamente a la luz de la
lámpara de la sala de estar. Está encerrada, como acabamos de decir,
y mirar a la ventana fijamente no va a hacer que se abra, por lo que
nuestro borracho se ve forzado a tomar una decisión audaz: volverá
sobre sus pasos para coger un ladrillo de las obras, una herramienta
tremendamente útil para abrir ventanas cerradas, y con un
funcionamiento también simple, de modo que, aún en su estado de
embriaguez, no le resultó difícil destrozar el vidrio y, entre el
estruendo del cristal roto y los gritos de la mujer, encaramarse al
alféizar y saltar dentro.

No son estos los únicos ruidos, sin embargo. Ya se olvidaba nuestro
héroe del último obstáculo que hay que superar en todos estos
cuentos, el guardián de la torre, y hasta él llegan rápidamente los
ladridos del perro que habita la misma casa. Tal vez describirlo como
grande en la introducción de esta historia, en un sentido literal,
haya sido una exageración; apenas llega a las rodillas del hombre que
acaba de entrar. Sin embargo, no quedará duda a los lectores de la
grandeza del perro, referida a su nobleza o su perfidia, según lo
interprete cada uno, al saber que no dudó en abalanzarse sobre el
intruso que pretendía, aparentemente, llevarse a la mujer que estaba
bajo su custodia. Fue en verdad un obstáculo para nuestro hombre,
quien debido a los litros consumidos esa noche (y a algunas otras
sustancias) ya tenía problemas para enfocar las cosas de la manera
habitual. Es por esto que cayó al suelo, sobre los cristales que
acabada de romper, hiriéndose manos y posaderas mientras un perro, a
su entender rabioso, trataba de morderle donde podía, en una batalla
que se prolongó durante unos segundos, mientras la mujer salía
huyendo y se escondía en su habitación. La gran ventaja combativa de
nuestro borracho era su falta de raciocinio normal, tal vez debida a
algún trastorno psicológico perpetuo o a las sustancias ingeridas
con anterioridad, pero sea como fuere, quien se levantó triunfante
fue él, tras haber agarrado al perro y haberle cortado la garganta
con uno de esos cristales con que se había cortado él mismo las
manos.

Ya solo resta la parte final del cuento, aquella en que el héroe,
triunfante, sube a lo alto de la torre, a los aposentos de la bella
dama, para decirle que ha sido rescatada. Y así hizo nuestro
borracho, se dirigió a la habitación en que, aterrorizada, se
encontraba la dueña del perro, sin saber qué había ocurrido fuera,
abrió la puerta, buscó a la mujer con la mirada y, cuando la
encontró, en un arrebato de felicidad, la llevó a la cama y la
violó.





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