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20.06.2010

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bueno 2964 | malo 218
Veterano Nivel 3

puntos 1532 | votos: 1568
Cuando Dios - creó el Mundo vio que era bueno. Me pregunto qué dirá ahora.
puntos 18 | votos: 26
YA ME HE CANSADO! - Estoy harta! de la gente de desmotivaciones que solo te quiere joder
la vida! 
nunca os habéis cansado de esa gente que os vota negativo para
joderos el cartel? los que te denuncian sin ningun motivo? cuando sin
querer cometeis faltas y os comen a negativos? cuando comentais en un
cartel y encima se alegran de que lo pases mal? de que por aver votado
negativo a un cartel porque te parece ofensivo y luego esa persona te
coma a negativos todos tus carteles?
puntos 2279 | votos: 2353
Por esos personajes - que odiamos al principio pero después queremos.
puntos 6 | votos: 6
Abuelas nazis  - Descripción gráfica
puntos 15 | votos: 15
Sabes que eres bueno - cuando despues de una partida se cagan en tu puta madre

puntos 21 | votos: 23
Problem aburrimiento? -
puntos 12 | votos: 18
Simplemente - ROCK..!!!
puntos 54 | votos: 60
Vincent Valentine - Una página completa de mi perfil dedicada a este grandioso personaje
sacado de Final Fantasy. Varios juegos y una película le abalan. 
Para mí, algo más que un héroe, un estereotipo a seguir.
Me identifico mucho con él, debido a su personalidad fría y seria,
que a la vez  inspira confianza. 
A pesar de sus aires misterioso, es una persona cálida.
Para nada egocéntrico y a la vez es muy realista, consciente de todo.
Aún así, es leal, que hace llegue a sacrificarse por los demás,
 prestando su ayuda si es necesario y anteponiendo incluso su vida.
Es silencioso y reflexivo, siempre piensa antes de actuar. 
No habla mucho, pero si lo hace dice algo inteligente.
Gracioso en algunas ocasiones, incluso sarcástico y comprensivo.
Es muy seguro de él mismo, siempre sabe lo que tiene que hacer.
Es también pasional, si ama lo hace con todo su corazón. 
A veces es incontrolable de sus actos, al haber algo en su interior
que le ha llevado a estar sumido en una gran oscuridad, de la que
difícilmente puede escapar....
Transformándose por un tiempo en una bestia indomable...
Por último, es alguien que no es para nada borde, es más, es
educado. Pero ha sufrido en gran medida, lo que le ha acabado a
adoptar esta dura personalidad. 
Gracias a todos los que habéis mirado mis carteles, ya que todos los
he basado en mí, a causa de mi gran similitud con este personaje.
puntos 9 | votos: 9
Odio que me dejen con la - CONTINUARÁ...
puntos 18 | votos: 18
¡TE ODIO! -

puntos 8 | votos: 8
La vida... - No tiene lazo, pero es un buen regalo
puntos 13 | votos: 13
La ignorancia - es la base de la felicidad
puntos 1524 | votos: 1758
Dios creó el mundo - el resto se hizo en China...
puntos 15 | votos: 15
Toda mentira -  esta basada en una verdad
puntos 18 | votos: 18
Lo verdadero - solo es un momento de lo falso...

puntos 22 | votos: 24
Paso de ir a la principal... - Que no sea vaga y que venga ella a mí
puntos 78 | votos: 88
Al otro lado de la vida. - Bárbara despertó sobresaltada, tomando una gran bocanada de aire que
le provocó una arcada. Estaba tumbada de espaldas sobre algo mullido.
No obstante, le dolían todos los huesos y las articulaciones, y
acarreaba una gran jaqueca. Ignoraba dónde estaba y dedujo que se
encontraría en algún lugar cerrado, puesto que no podía ver nada.
Empezó a sentirse incómoda y decidió salir de ahí cuanto antes,
pero al tratar de incorporarse se golpeó la frente contra algo duro
y cayó de nuevo sobre esa especie de colchón que, por otra parte,
era muy cómodo. Trató de mantener la calma pero le resultó
imposible. Quería salir de ahí, y quería hacerlo cuanto antes.
	Levantó las manos y tanteó arriba y a los lados, encontrando una
frontera en todas las direcciones posibles, hasta darse cuenta que
estaba encerrada por todos los flancos en una especie de caja hecha a
la medida de su cuerpo. No tardó mucho en darse cuenta que la habían
metido en un ataúd. Entonces empezó a ponerse nerviosa de verdad.
Trató de recorrer con la mente todo lo que había hecho antes de
perder el conocimiento.
	En su interior empezó a tomar fuerza la idea de que estaba
enterrada, al menos dos metros bajo tierra, y que jamás saldría de
ahí, que enseguida se le acabaría el oxígeno y se ahogaría,
enterrada en vida. Eso acabó por destrozarle los nervios. La
angustia y el miedo empezaron a hacer mella en su ya maltrecha
estabilidad emocional, y comenzó a golpear con fuerza y sin medida
la tapa del féretro que la contenía. Muchos fueron los esfuerzos,
mucho el daño que se hizo en los nudillos, pero todo resultó
inútil. Colocó las palmas de las manos en la tapa y empujó con
todas las fuerzas que le quedaban, pero el resultado fue el mismo.
	Empezó a respirar agitadamente, presa del pánico, tratando de
alejar de su mente la inevitable imagen de su muerte, y se dio media
vuelta. Al hacerlo vio que de la esquina inferior del cajón de
madera emergía un leve hilito de luz, proveniente del exterior. Ese
simple dato le dio fuerzas para seguir luchando cuando ya
prácticamente se había abandonado a la consternación. Creyó que
tal vez no fuera demasiado tarde para salir de ahí. Volvió a dar
media vuelta, notando cada vez más pequeñas las dimensiones,
sintiendo una extraña sensación, como si el espacio que la
albergaba se hiciese cada vez más pequeño. La claustrofobia
empezaba a filtrarse por sus poros.
	La mandíbula y las manos comenzaron a temblarle y empezó a sentir
frío en la punta de todos sus dedos. Luchó una vez más por abrir
la trampilla que le permitiría salir al exterior y al no
conseguirlo, se puso cada vez más nerviosa. Golpeó con furia y
empezó a gritar sin control, pidiendo ayuda desesperadamente,
confiando que alguien, que alguien sano, le oyese y fuera en su
ayuda. Sabía que así tan solo conseguiría atraer a quien no era
bienvenido, pero eso ya le daba igual, no quería morir ahí dentro.
Prefería salir aún a sabiendas que ahí estaría más segura y
tendría una muerte más digna que la de muchos que le precedieron
desde que empezó esa pesadilla.
	Todo esfuerzo resultó inútil. El llanto siguió al los gritos, y
los golpes se fueron haciendo cada vez más débiles, a medida que se
iba abandonando al pesimismo, con una convicción cada vez más clara
de que esa sería su tumba. Acabó por dejar de golpear la tapa y
notó como se le secaban las lágrimas que habían corrido por su
piel hasta mojar el interior de sus orejas. Fue tranquilizándose
poco a poco hasta que consiguió que su agitada respiración se
transformase en un ligero silbido. Consiguió tranquilizarse por unos
minutos, limitarse a pensar, intentando no dejarse llevar por el
pánico otra vez, pero todo esfuerzo parecía inútil.
	Entonces se dio cuenta que estaba inmersa en el más absoluto
silencio. Desde que despertase hacía ya casi media hora, no había
oído absolutamente nada. Fue el contraste el que le hizo percatarse,
al oír un ruido lejano que le devolvió rápidamente al mundo real.
Aguantó la respiración por unos segundos para oír mejor, y acabó
determinando que se trataba de un ladrido. Dondequiera que estuviese
había un perro, y si ese maldito perro había conseguido sobrevivir
al éxodo, ella no tendría porque ser menos. Se quedó oyendo unos
segundos más, pero ya no había rastro alguno del ladrido. Empezó a
creer que lo había imaginado.
	Sabía que si se quedaba ahí quieta no conseguiría nada más que
morir encerrada, de modo que decidió afrontar su destino, sin
importar cuales fueran las consecuencias. Los precedentes indicaban
que no conseguiría nada empujando la tapa, hasta ahí había llegado
su entendimiento de la situación, de modo que trató de buscar una
alternativa, aunque pareciese imposible dadas las circunstancias.
Empezó a golpear con los hombros los lados del ataúd, tratando de
impulsarse cada vez con más fuerza, sin saber muy bien lo que
pretendía conseguir con ello. Los primeros golpes resultaron
inútiles, pero luego ocurrió algo.
	Un nuevo impulso hizo que el ataúd cediese un poco, moviéndose
ligeramente hacia un lado. Tenía ya los hombros doloridos, pero esa
buena noticia le llenó de fuerzas para continuar luchando. Dio más
y más golpes. La mayoría de ellos resultaban igualmente
infructuosos, pero de vez en cuando veía como el ataúd se movía
ligeramente, lo cual aún le daba más fuerzas para seguir. Cada vez
más confiada, haciendo caso omiso al punzante dolor que acarreaba en
los hombros, continuó dando bandazos de un lado al otro, con mayor
fuerza y convicción a cada golpe, hasta que algo le hizo parar.
	Llegó un momento en el que oyó un fuerte golpe. Parecía como si
algo muy pesado hubiese caído al suelo y se hubiera roto, pero ella
apenas se había movido unos centímetros. Volvió a quedarse
callada, respirando agitadamente, con el corazón latiéndole a toda
velocidad. Fue entonces cuando comprendió lo que había ocurrido.
Una amplia sonrisa se dibujó en su ajada cara al tiempo que se
disponía a dar el siguiente paso, que no sería más que el comienzo
de una larga odisea.
puntos 7 | votos: 11
Al otro lado de la vida 1x83 - Sobre un tejado cerca de la casa de Morgan
22 de septiembre de 2008

Los primeros rayos de luz de la mañana le despertaron. Como siempre
desde que empezase esa pesadilla, le costó ubicarse y recordar dónde
había pasado la noche. Se irguió hasta sentarse en el duro suelo y
miró a su alrededor al tiempo que estiraba los brazos al aire
enlazando los dedos y daba un gran bostezo. Tenía algo de hambre,
pero no le dio la menor importancia; podía aguantar mucho más tiempo
sin comer, pero no sin reencontrarse con su chocolatina. Echó un
vistazo de nuevo a su hogar; todo estaba idéntico a como lo recordaba
de la noche anterior. Pero ahora las calles parecían de nuevo
vacías, invitándole a salir.
	Se levantó y miró al terrado, contemplando nuevamente esa enorme
mayúscula, y fue entonces cuando comprendió lo que significaba. Se
echó la escopeta a la espalda y bajó de la caja de escaleras de un
salto que le dejó los pies doloridos. Echó un último vistazo a la
calle, sin encontrar ni un solo infectado que la transitase, y se
dirigió a la puerta que le devolvería a las escaleras, con el arma
cargada en mano, por lo que pudiera pasar. Abrió la puerta tan
lentamente como pudo, sin conseguir evitar un ligero gruñido que
resonó por las escaleras, pero al parecer eso fue todo. La abrió lo
suficiente para cruzar al otro lado y dejó que los ojos se le
acostumbraran a la escasez de luz antes de bajar.
	Ese rellano, al igual que los del cuarto, del tercero y del segundo,
estaba totalmente vacío, lo que le hizo confiarse un poco. Andaba de
puntillas sin hacer ruido, puesto que no quería tener más problemas.
Al llegar al primer piso vio a uno de esos indeseables echado sobre la
alfombrilla del 1º B. Pasó a su lado viendo como su pecho subía y
bajaba indicándole que estaba vivo, mientras rezaba internamente por
que tuviera un sueño muy profundo. No se despertó. Consiguió bajar
a la planta baja, y ahí se encontró con más compañía. No
recordaba que ninguno de esos le hubiera perseguido, de modo que
supuso que serían otros que habrían entrado a pasar la noche al ver
la puerta abierta, como hacían siempre. Había media docena de ellos,
echados unos junto a los otros, durmiendo plácidamente. Algunos
incluso tenían uno o dos de sus brazos sobre otro, o su cabeza sobre
el regazo del de al lado, como formando una pequeña familia de
animalitos. Nadie hubiera podido afirmar lo violentos y sanguinarios
que eran viéndoles de esa guisa.
	La puerta estaba abierta de par en par, de modo que salió al
exterior, sintiéndose victorioso de haber andado entre los muertos
sin llamar sus atenciones. Ahora la calle se le antojaba harto
diferente a como la vio el día anterior. Respiró hondo y caminó a
buen ritmo, siempre pendiente de no pisar ningún cristal, papel o
lata que pudiera despertar a sus semejantes. Cuando llevaba no más de
dos manzanas cruzó frente a él a un par de metros un pequeño
murciélago que parecía perdido. Estuvo a punto de pisar unas gafas
que había en el suelo al despistarse, pero apartó el pie a tiempo de
no romper la única lente que quedaba. Siguió caminando con el
corazón latiéndole a mil por hora, asustado al pensar que de un
momento a otro se le echarían encima, y cada vez más ansioso por
llegar a su objetivo. 
	Al cruzar la última esquina, vio al fin el portal de su bloque de
pisos. El parking de bicicletas que había en la manzana de al lado
estaba lleno. Todas ellas intactas y con su candado, cosa que le
sorprendió, pues hubiera supuesto que las habrían robado ni que
fuera para huir más rápido de ellos. Se quitó esa tonta idea de la
cabeza y se dirigió hacia el portal, ahora algo más animado, pero
igual de alerta. Al acercarse notó un olor repugnante, y vio que a
escasos metros de la entrada, había un manchurrón negro con heces y
orines, no demasiado reciente, que parecía haber explotado en el
suelo y haberse esparcido varios metros a la redonda, manchando
incluso la fachada de la zapatería del señor Guzmán, que tenía la
persiana echada.
	Cruzó el umbral de la puerta y se encontró con la barricada en cuya
construcción él mismo había participado, junto con los pocos
vecinos que todavía no habían huido de la ciudad por esos entonces.
Seguía intacta y con el mismo aspecto que él recordaba, lo que le
hizo tranquilizarse un poco más. Desencajó estratégicamente un par
de maderos sueltos que habían dejado para permitir pasar de un lado
al otro a quienes fueran bienvenidos, y arrastrándose por el suelo
consiguió pasar al otro lado. Miró el ascensor, con la puerta
abierta, y tuvo que refrenar su instinto de subirse y tocar el botón
del sexto piso. Incluso se tomó la libertad de comprobar que no
había correo en el buzón antes de comenzar a subir las escaleras.
Abandonó la planta baja, iluminada por franjas horizontales de luz
que se filtraban por las pequeñas rendijas que dejaba la barricada, y
comenzó su ascenso.
	Las puertas de todos sus vecinos estaban cerradas, todo sumido en el
más absoluto de los silencios. Algo agotado por la caminata y la
ascensión, acabó llegando al su rellano y miró con expresión seria
la puerta de su casa, la más robusta e impenetrable de todas cuantas
había en el bloque. Seguía cerrada. Caminó con paso firme, cada vez
más excitado, asustado y ansioso hacia la puerta y se sacó las
llaves del bolsillo, sintiendo como viajaba atrás en el tiempo, como
si lo ocurrido las últimas tres semanas jamás hubiera pasado.
Introdujo la llave en el cerrojo y la giró suavemente, saboreando
hasta el último momento de su triunfo personal.
	Ni por un momento se le ocurrió quitar la escopeta de su lugar a la
espalda, puesto que no quería asustarla y confiaba con todas sus
fuerzas no necesitarla. La puerta cedió y se abrió frente a él,
permitiéndole entrar. Respiró hondo de nuevo y cerró la puerta tras
él, al tiempo que gritaba un sonoro ¡He vuelto!  Nadie respondió, y
eso le empezó a inquietar. El salón seguía lleno de cajas como él
lo había dejado, solo que algunas de ellas tenían la tapa quitada y
faltaban algunos artículos de su interior. Miró a las puertas
abiertas de la cocina y del estudio, pero todo estaba inquietantemente
vacío, tranquilo.
	Caminó hacia el pasillo que daba al dormitorio, los baños y el
trastero y después de comprobar que no había nada en ninguno de
ellos, entró en el dormitorio y se quedó con la mirada fija en la
puerta cerrada del baño. Echó un vistazo a la pequeña colina
arbolada que había dentro de la manzana, y se fijó por un momento en
el olivo centenario que había en lo más alto, como queriendo
posponer de ese modo mirar el último sitio que le quedaba. Inspiró
tanto como pudo y exhaló el aire lentamente mientras giraba el pomo
de la puerta. La abrió lentamente, con el familiar gruñido, y se
quedó de piedra al contemplar lo que le esperaba ahí dentro. Esbozó
un grito de desaprobación, que más pareció una inspiración rápida
de quien consigue llegar a la superficie del agua después de creerse
ahogado buceando, al tiempo que giraba la cara y cerraba los ojos,
llevándose una mano a la frente. Había llegado tarde.
puntos 2069 | votos: 2127
Contradecirse - ella lo esta haciendo muy bien
puntos 41 | votos: 41
FUCK YEA - Definición gráfica

puntos 1148 | votos: 1288
LA CREATIVIDAD - No tiene límites
puntos 18 | votos: 18
Bipolar - Definición gráfica
puntos 5 | votos: 5
 Rayas sin más -                                                                       
                 by: ZzDaviCanariozZ

 Este cartel está protegida por la ley.
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en el artículo 270 del Código Penal.
puntos 2216 | votos: 2400
MAC - Ahora soporta Windows
puntos 31 | votos: 39
Dale al botoncito verde, - y prometo usar Dia de pago.

puntos 33 | votos: 33
Mucha raza aria y mucho cuento - Pero luego tú pactas con extraterrestres…
puntos 16 | votos: 16
Alien Nazis Zombies - Sin ninguna duda, el peor enemigo
puntos 95 | votos: 97
Hiperrecopilación - Simpsons de pelicula
III y última parte
puntos 1807 | votos: 1915
El 99% de la gente sabe sumar - al otro 15% se le hace difícil
puntos 5 | votos: 7
Los locos - Se convierten en filósofos cuando analizan su locura

puntos 2400 | votos: 2602
Desmotiva - Simplemente desmotiva
puntos 1320 | votos: 1430
Aunque... - También necesita alimentarse...
puntos 1440 | votos: 1508
Utilizo el sarcasmo  - porque matar es ilegal
puntos 1439 | votos: 1609
Cargando imagen.... - ████████████████████████████████████░░░░░░░░░
puntos 280 | votos: 298
¿A qué viene esa manía - de insistir en sacarle el lado negativo a todas las cosas, y luego ir
proclamando ser optimista?

puntos 1239 | votos: 1303
Perspectiva - y su curiosa relación billete-persona
puntos 1544 | votos: 1594
Si intentas parecerte - a tus peluches, lo estas haciendo bien.
puntos 729 | votos: 767
Debería estudiar.... - OH! Principales nuevas!!!
puntos 11 | votos: 11
Brilla,brilla - brilla tanto que deslumbres a tus enemigos
puntos 20 | votos: 24
Motiva que entre dos usuarios - nazca el amor

puntos 25 | votos: 25
Jack Sparrow Musulmán - a que tu tampoco lo sabías


(Fuente: 9gag.com)
puntos 8 | votos: 12
Yo no entiendo  - como el pudo llega ahí
puntos 18 | votos: 20
Cómo llegar a La Principal - El secreto: vota a tu prójimo como a ti mismo
puntos 14 | votos: 14
El 3D tambien llego - a desmotivaciones.es colocate tus gafas y disfruta!
puntos 9 | votos: 11
Veo lo tuyo - Y subo 20 a que tambien lo piensa de mí

puntos 1219 | votos: 1271
Inocencia. - Palabra cuatrisílaba que comienza por i- 
y que, por desgracia, termina pronto para muchos.
puntos 2138 | votos: 2218
Hay cuatro tiempos: - Presente, pasado, futuro y perdido
puntos 7 | votos: 7
Tiene truco - Un vagabundo encuentra las colillas de 7 cigarros y descubre que con
ellas puede hacerse uno y fumárselo.

Encuentra 49 colillas y se fuma un cigarro cada 45 minutos.

¿Cuánto tardará en quedarse sin tabaco?
puntos 6 | votos: 10
A todas - las que os hacéis una foto en el espejo y de titulo poneis Pa KeeN LA kEEra!!
he de deciro que 11 de cada 10 personas normales no la KeeREE
puntos 13 | votos: 15
¡Feliz no cumpleaños! -





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