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08.02.2011

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puntos 0 | votos: 2
DESMOTIVA - que los niñatos y niñatas de mi clase me llamen buzz pedorros por que esta 
sea mi pelicula favorita desde los 2 años  y tenga toda la coleccion
encima fue la pelicula de su año
puntos 12 | votos: 12
MENSAJES SUBLIMINALES - NIVEL:NAZI
puntos 8 | votos: 10
Sabes que eres muy friki cuando  - piensas que con alguien en el gobierno como Darth Vader, el terrorismo
hace tiempo que no existiría .
puntos 10 | votos: 10
Dilema universal - ¿Colacao o nesquik?
puntos 14 | votos: 16
Bueno... - También nos gusta este :)

puntos 15 | votos: 17
Creatividad - nivel: cero
puntos 6 | votos: 10
Goku - El es el único que levanta piedras sin moverse.
puntos 2681 | votos: 2949
¿Cómo coño sabe... - a que parte del cuerpo tiene que ir?
puntos 17 | votos: 17
Las guerras seguirán mientras - el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos
puntos 23 | votos: 23
Nunca me había detenido - a pensar en como iba a morir...
Pero dar la vida por alguien al que se ama
debe ser una manera bonita de acabar...

puntos 1140 | votos: 2112
y dicen... - Que todos los Frikis somos feos....
puntos 10 | votos: 12
Si te dieran a elegir... - ...entre la chic@ que mas te gusta o el chic@ que mas te aprecia como tu eres...
¿A cual elegirias?
puntos 2 | votos: 4
DESMOTIVA... - Estar todo un curso de fiesta y sin estudiar y cuando vienen la
vacaciones de verano en vez de ir de fiesta otra vez ir estudiar para
recuperar las 11 asignaturas que has supendido y tienes que que
aprobar para pasarte otro curso de fiesta.
puntos 27 | votos: 27
Muy a menudo... - me persiguen pensamientos inteligentes, pero yo siempre soy más
rápido. FUCK YEAH !
puntos 7 | votos: 7
Típico - vas de excursión por el amazonas y el elefante en el que vas montado
se poner a procrear con otro

puntos 11 | votos: 11
tantos contenedores de vidrio - es un descampado... ¿Qué insinuan?
puntos 9 | votos: 9
Con el paso del tiempo, - la vida le da a cada ser humano, lo que se merece.
puntos 11 | votos: 13
Al otro lado de la vida - 1x22 - Frente al aeropuerto internacional de Sheol
16 de septiembre de 2008

	Gritó una y otra vez el nombre de su esposa, pero sus chillidos se
ahogaron entre los demás gritos de pánico que se repetían por
doquier en todas direcciones. Sin soltar por nada del mundo a su
hija, Adolfo trató de hacerse paso entre la muchedumbre, intentando
encontrar a Paola, cada vez más asustado, pero tanto él como Zoe
fueron arrastrados por la marea humana, sin poder ni tan siquiera
ofrecer resistencia. Ahora lo único que les quedaba era tratar de
mantenerse en pie, pues si tropezaban y caían, les pasarían por
encima docenas de personas, al igual que ellos mismos habían notado
en más de una ocasión algo blando bajo sus pies.  
	La corriente les acabó arrastrando hasta una vieja furgoneta de un
verde pálido, que afortunadamente hizo de freno y permitió a padre
e hija dejar de retroceder. Adolfo no se lo pensó dos veces; agarró
a su hija de la cintura y la subió sobre el capó de la furgoneta,
para evitar de ese modo que la niña siguiera recibiendo codazos y
empujones, tratando de ponerla a cubierto para poder él así buscar
a su esposa. Entonces un par de manos emergieron de encima del
vehículo y cogieron a Zoe de los brazos, llevándosela consigo
arriba del todo de la furgoneta. 
	Adolfo vio como una mujer de unos cincuenta años y un chico de unos
veinte asomaban su cabeza, a la que enseguida se le sumó la de Zoe.
Se habían subido ahí para resguardarse de la estampida, y quien
sabe,  tal vez también de quien la había propiciado. El chico joven
ofreció su mano al padre de Zoe, para que él también subiese ahí
arriba, pero la rechazó. Le dijo a gritos que tenía que buscar a su
esposa, que por favor cuidasen de su hija. Pese a no oír ni una
palabra, el chico acabó mostrando su pulgar hacia arriba, lo que dio
vía libre a Adolfo para seguir con su acometido.
	Lo último que vio antes de continuar su frenética búsqueda, fue a
su hija rompiendo en llanto, oteando desde ahí arriba en todas
direcciones en busca de su madre. Adolfo había comenzado a hacerse
paso en contra dirección entre la gente que todavía huía, gritando
una y otra vez el nombre de su esposa, cuando sonó el primer disparo.
Esto no hizo más que aumentar la tensión del ambiente, e incitar a
correr más a los que todavía huían. Afortunadamente cada vez eran
menos, pues la mayoría de ellos ya habían vuelto a sus coches para
resguardarse, o bien habían continuado corriendo, tan solo
alejándose del problema sin mirar atrás.
	El primer disparo fue precedido por un par más, y luego,
progresivamente, todo pareció volver a la normalidad. Poco a poco la
cantidad de gente con la que se encontraba Adolfo en su camino iba
menguando, hasta que tan solo quedaron algunos rezagados, la mayoría
ancianos, que se movían lentamente pero con decisión. Adolfo no
perdía de vista a Zoe, que permanecía de pie sobre la furgoneta,
custodiada por la mujer y el chico. Enseguida todo volvió a quedar
en silencio, dejando la situación de frenesí que habían vivido
minutos antes en poco más que un recuerdo borroso.
	Ahora se presentaba frente a él un espectáculo difícil de
digerir. Quitando algunos coches, todos coronados por gente en lo
alto, mirando en todas direcciones para asegurarse de que bajar
resultaría seguro, y más de una moto tirada por el suelo, el resto
del camino estaba plagado de gente pisoteada que luchaba por
sobrevivir a los pisotones y los golpes que habían recibido durante
la estampida. Adolfo se movió de un lado a otro, cada vez más
asustado, pensando que su mujer podría ser uno de ellos, rezando por
encontrarla sana y salva sobre alguno de los coches. Pero no había
rastro alguno de Paola; parecía que se la había tragado la tierra.
	Caminó sin un rumbo determinado, dejando atrás a docenas de
personas que pedían su ayuda desde sus posiciones tirados en el
suelo; otras no habían corrido la misma suerte, y habían perdido la
vida. Hizo un esfuerzo por no escucharles, por pasar de largo sin
atenderles, pues ahora tenía otras prioridades, y comenzó a
sentirse como su vecino. Ahora que la vida de su esposa parecía
peligrar, todo lo demás carecía de importancia, y él mismo
estaría dispuesto a pasar por encima de quien fuese necesario para
recuperarla sana y salva. Un par de disparos más le hicieron cambiar
de rumbo, en la dirección de las detonaciones, sin saber muy bien
porqué.
	Un hombre sostenía su pistola aún humeante frente al cuerpo ya sin
vida de uno de esos demonios. La cabeza de ese ser ahora no era más
que un amasijo de carne y astillas del cráneo, que se desperdigaban
unos metros más allá, en la dirección del disparo. Ese hombre se
enfundó de nuevo el arma, y continuó su camino como si nada hubiese
pasado, con una expresión seria en la cara, sin tan siquiera
dirigirle la mirada, ni cuando se cruzó junto a él. Adolfo calculó
que ya se encontraría a la altura donde había visto a Paola por
última vez, y algo le hizo dirigirse hacia el cadáver ya sin vida
del resucitado.
	No tendría más de veinte años, no era más que un chico. Nada de
lo que hubiera hecho en su vida justificaba tal desenlace de la
misma. Sintió una mezcla de lástima y odio, pues de bien seguro se
había llevado muchas vidas por delante antes de volver a perder la
suya. Resultaba muy difícil la empatía para con un ser cuyo único
objetivo en su vida, si es que podía denominársela así, era el de
destrozar la mayor cantidad de vidas ajenas que pudiese. De todos
modos, ese ya no volvería a molestar a nadie; por fin descansaría
eternamente, para no volver jamás. Entonces Adolfo escuchó una voz
apagada a unos veinte metros a la derecha. 	
	Se trataba de una voz familiar, que le heló la sangre. Al girarse,
vio a lo lejos a su esposa, tirada en el suelo como uno más de los
que habían caído durante la estampida. Su primera reacción fue de
alegría, pero a medida que se acercaba, ésta se fue tornando en
pesar. Parecía haber salido bastante mal parada con la caída, y
haber sido pisada por docenas de personas. Tenía la nariz rota y
magulladuras por todo el cuerpo. Sin embargo eso no fue lo que más
preocupó a Adolfo; había algo muchísimo peor. A la altura de la
muñeca, en su brazo derecho, se veía claramente la marca de un
mordisco que se había llevado parte de la carne.
puntos 20 | votos: 20
Quédate - es una palabra encantadora en el vocabulario de un amigo.
puntos 13 | votos: 15
Ir en tacones sin hacer ruido - y sentirte un ninja

puntos -21 | votos: 23
¿¿Quién vive - En la piña debajo del mar??? 

Marta del Castillo
puntos 5 | votos: 15
No necesito alas para volar, - prefiero LSD
Extremoduro, siempre genial
puntos 7 | votos: 9
Mentira - esos dos tampoco hacían poses
puntos 12 | votos: 12
¿Sabías que.. - no puedes poner ningún 
comentario escribiendo los nombres
de las páginas webs enemigas?
puntos 18 | votos: 18
esa sensación de impotencia - al ver que te alejas de tus amigos y no puedes hacer nada por evitarlo

puntos 10 | votos: 14
Porque todos - estamos en tuenti y desmotivaciones a la vez
puntos 1206 | votos: 1320
Porno - ahora inútil gracias a los videoclips
puntos 29 | votos: 31
A ver si es cierto - que con tetas y alcohol se llega a la principal
puntos 18 | votos: 18
Arte - aunque no la entiendas respétala, porque son las ideas y sentimientos de un artista.
puntos 8 | votos: 10
Escuchar música, - sonreír y evadirme de mis problemas





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