En Desmotivaciones desde:
17.11.2010

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GeekVeterano Nivel 3

puntos 5 | votos: 5
Arrojo - Uno tras otro, iban cayendo al precipicio. No cejaban en su empeño,
testarudos, ciegamente luchando contra una distancia insalvable para
sus fuertes piernas. No tenían forma de atravesar la temible garganta
para llegar al lugar sagrado. El más mínimo temblor, originado de la
más pequeña duda, hacía desaparecer el sencillo puente.
Una mañana, el campamento de fieles vio alterada su monótona rutina.
Una joven, vestida con ropas sencillas, de campesina, que portaba una
margarita. Algunos se rieron de su pobre ofrenda, orgullosos de sus
propias figuras doradas, altares portátiles, y demás maravillas
artesanales. Pero la joven no dijo nada, sólo se encaminó hacia el
abismo.
Una vez al borde del precipicio, se descalzó, y comenzó a atravesar
el puente, tan despreocupadamente como había pasado al lado de los
opulentos creyentes. Ni un momento apartó la vista de su destino, ni
una bocanada de aire fue acelerada ante la visión de la inmensidad
del vacío. 
Ya al otro lado, caminó hacia una modesta sepultura, cubierta ya de
hierba. 
Aquí tienes tu flor, abuelo. Te quiero.
Y, sin mirar ni una vez al monumento objeto de tanta admiración y
artífice de tantas muertes, volvió por el mismo camino que vino.
puntos 3 | votos: 3
Canción de Ozma - Ya sólo el viento ríe por mis salones.
Las murallas de mi fortaleza yacen cansadas.
Rendidos los goznes de las puertas, perdidas las ventanas.
Nada queda del tiempo pasado, sólo un instante del ahora, no me
encontrará el mañana.
No temo al tiempo, no es mi enemigo. No lo enfrento, no me ata.
Dejaré esta tierra, mi  bello jardín donde disfruté la larga
infancia.
Mis años no duran lo mismo que los tuyos, mi alma no sufre tus penas.
Mi corazón no pertenece a nadie.
Querida amiga, contigo queda este mundo, que se marchita sin tu luz.
Yo me voy. Me llevo un hilo de oro tuyo, para plantar una nueva
primavera.
Aquí dejo tu paz, al final del camino. Lejos llevo mi hacer, que
nunca termina. 
Que este cristal guíe vuestras almas, y encontréis otra reina más
clara.
puntos 14 | votos: 14
Luz - Seguí toda mi vida sus pasos, no dudé un instante.
No importó la distancia, siempre corto el camino, sin llevar
equipaje.
Nadie fue tan lejos tan rápido. Nadie dejó tanto rastro.
Nadie tuvo tanta importancia, en este mundo tan vasto.
El Norte la llamó, yo fui con ella.
Le presté mi calor, no me aparté de su lado.
Ni ante la ventisca más dura dejé que sufriera, 
juntos llegamos al final, al polo helado.
Y allí, al borde de la gran grieta del glaciar más azul que los ojos
del océano, me dijo adiós.
Y se fue, caminando por la escala de cristal y oro del invierno, lejos
de este mundo demasiado duro para la bondad y belleza de su alma.
Adiós, Aurora.
No dejaré de buscarte.
puntos 2 | votos: 2
Corazón - Nunca quiso despedirse de su casa. 
Allí guardó la huella de sus primeros pasos guiados por su madre, el
sonido de la profunda voz de su padre, el tacto del pequeño gato que
se encontró jugando entre sus plantas, el olor de los desayunos de
domingo.
Pero pasaron los años, y su amor enfermó. Y él, muy a su pesar, fue
alejándose poco a poco de aquellas memorias, para atesorar en su
lugar las escasas sonrisas de quien ahora ocupaba sus sentimientos.
Finalmente, puesto en una encrucijada, fue derrotado.
No eligió, no quiso renunciar a nada.
Y así, fue contando menos sonrisas, y poco a poco se heló el calor
de su hogar.
No, no sé si hubo un final feliz. No quise seguir escuchando. Hay
historias que es mejor no contar enteras. Hay historias que sería
mejor que no terminaran. Porque después del final no hay tiempo para
arreglos.
puntos 8 | votos: 8
Caída - Aquí ya no quedan pájaros que canten el despertar del Este.
Se fueron, huyendo del joven que detestaba su música y los trató
cruelmente, llevándose para siempre a uno de ellos.
Este pedazo de tierra es menos libre desde entonces, una cortina de
plomo entorpece el paso discreto de la alegría, que apenas se atreve
a acercarse al árbol.
Mientras, el joven cuenta canas, y no les enseña canciones a sus
hijos. No quiere que crezcan para ser aves. No quiere que vuelen, no
quiere que salten, y puedan caer.
El joven se apoya en su bastón y se acerca al árbol. Con el poco
aire que queda en su ya derrotado pecho, suspira mientras se sienta,
las piernas colgando, la espalda contra el tronco.
Han pasado varias horas, y el hombre no se levanta, siente que no
puede moverse. Su cuerpo está atenazado, encerrado en la ausencia de
sonido, buscando un último lamento.
Y entonces, desde el fondo de su pecho, parte el canto más hermoso
jamás oído, no igualado nunca ni siquiera por el más apasionado de
los ruiseñores. 
Al final, el ave tan terriblemente atormentada seguía viva.

puntos 4 | votos: 4
La leyenda del mar - Cuando el mundo aún era joven, un hombre caminaba solo por el
desierto.
Nada detrás de él, nada a sus lados, sólo el vapor de su sudor que
moría bajo el sol ardiente. Pero delante de él, un sueño. Ése al
que por mucho que caminara nunca llegaba acercarse.
Porque al igual que no había tenido miedo de adentrarse  sin
compañía en el más mortal de los lugares, no había tenido valor
para aprender a compartir su viaje.
En busca de alguien que fuera su descanso, no claudicó en su caminar,
por muchos días y noches que pasaran en el inhóspito yermo.
Ya convertido en una leyenda, el inmortal caminante siguió su
solitaria trayectoria hasta llegar al corazón del desierto.
Una niña harapienta, abandonada por una caravana, yacía tirada tras
una roca. Con sus últimas fuerzas extendió una mano trémula, cuya
blancura no había podido marchitar aún el implacable sol, hacia la
figura que se acercaba.
El hombre detuvo su caminar por primera vez en años. Estrechó la
mano de la niña, y acto seguido se arrodilló junto a ella, y la
abrazó con todas sus fuerzas.
Cuentan las leyendas que en el nacimiento del milagroso río que cruza
ahora el desierto está coronado por los cuerpos de la singular
pareja, convertidos ahora en una roca de colores blanco y negro, la
más bella del mundo.
Los náufragos habían encontrado su puerto, habían perdido el miedo.
puntos 6 | votos: 6
D M T D M T D M T D M T - DOO DEE DOO D M T L S D DOO D M T L S D DOO D M T
puntos 7 | votos: 9
Canción del marinero - Mirando su hogar mecerse, iridiscente en el preludio de la noche
fría, abrazado al vino, un hombre tumbado en cubierta tarareaba una
nana.
Duerme, amada mía, que el agua ya te corre por las venas y no
tendrás quien te despierte, que el Sol no se atreve a llegar tan
abajo.
Descansa entre cofres que guardan los corazones de mil marinos
enamorados de las sirenas, arrópate con los sargazos, y olvídate de
mí, que por cobarde me quedé aquí arriba y no fui contigo.
Que la caracola de Tritón no te perturbe nunca, y los leviatanes no
te causen pesadillas, que los hipocampos bailen para tus ojos azules
ya cerrados, y que tu colgante, mi colgante, no se oxide hasta que
pueda yo yacer a tu lado.
Espérame, amor, que el mar me llama cada noche con más fuerza.
El hombre se levantó, lanzó un beso al horizonte, le dio otro a la
botella y se volvió a su camarote, a no dormir otra noche.
puntos 8 | votos: 8
Nana de los perdidos - Aquella tarde, mientras él cerraba los ojos por primera vez en varios
días, ella sintió la necesidad de cantar.
Canturreaba suavemente, apenas una caricia triste al aire, no quería
ser oída. 
Una canción en el idioma de los raíles del tren, de las ventanas
empañadas por el aliento de un alma ardiendo en medio del frío
invierno, un faro vestido de verde oscuro, con una mochila marrón
tierra.
Una canción en la lengua de los ojos color café, con las palabras de
las noches en un asiento incómodo; mientras más atrás otro borrego,
gordo, rico y calvo, ronca feliz. 
Una nana al amor como necesidad, como rumbo, como único mapa. Sin
título, sin un final, sin ganas de ser escrita ni recordada, pero
más bella que cualquier poema de amor pagado con dólares o besos.
Una herida en los días interminables de sol implacable, una
melancolía del otoño. 
Un canto para ella, un beso a los fantasmas.
Él se despertó.
¿Estabas cantando algo?
Nada, (sólo mi vida) nada.
puntos 9 | votos: 9
Al final - no somos más que lo que el tiempo ha hecho de nosotros

puntos 177 | votos: 177
Esos amigos cabrones - que parece que van a darte algo y luego arruinan tus ilusiones.
puntos 179 | votos: 195
No siempre - los métodos se justifican con el resultado.
puntos 300 | votos: 320
Me he arrepentido más veces - de ser buena persona, que de ser una hija de puta.
puntos 4 | votos: 4
Raíz. - Quiero dejar de soñar y empezar a crecer.
No más planes, más esquemas, más decisiones adelantadas.
Quiero elegir, no obedecer.
Ser, no estar.
Sentir el dolor, el placer, la pasión, el frío, el calor, lo mismo
una patada que un beso en los labios. Y no pararme a analizarlo.
Quiero olvidarme de que soy consciente de mí mismo, de que tengo que
ser correcto, listo, guapo, justo, imperturbable, maduro. Ser un
vórtice de sensaciones, viajar a Perú, a Japón, ver la aurora
boreal una y mil veces.
Quiero nieve en verano, y sol en invierno.
Y ser el árbol torcido, pero feliz y realizado, en el bosque
milimétricamente organizado que sois todos, podridos por dentro pero
inmaculados por fuera.
puntos 4 | votos: 4
Al revés. - Una noche, cansado de buscar un motivo a lo que hay fuera, decidí
encerrarme en mí mismo. Y entonces me aventuré, sin mapas, brújula
ni guía, en los páramos más luminosos y los bosques más
descoloridos.
 Vagué con tan poco miedo como rumbo, sin un propósito fijo,
buscando sólo un por qué.
Y no encontré razón alguna. 
Vi fuegos fatuos que derramaban lágrimas que se hacían ríos de
pena, unos junto a otros, en corro. Escuché cómo bestias informes,
demasiado bellas para soportar su existencia, se corroían de puro
orgullo. 
Y llegué a donde estaba ella, de espaldas, mirando al mar. Sólo la
luz de un sol ensangrentado la cubría. Pero no se volvió, ni esperé
que lo hiciera. Lanzó un beso al aire, y se fue, caminando sobre las
olas.
    Volví a la realidad. Amanecía y estaba lloviendo.
 ¿Podéis creer que era feliz?

puntos 4 | votos: 4
Hielo - Belleza, dinero, fama, conocimiento, hombres, salud. Ella lo tuvo
todo.
Hasta que un día, decidió que le faltaba algo: calor.
Y se fue, abandonó su palacio, sus riquezas, su interminable cortejo
de pretendientes, sus libros y su maquillaje, sus vestidos, sus
collares de perlas.
Y fue regalando, como había leído en los libros, sus sonrisas y sus
manos, la vida en sus ojos, a todo aquel que se cruzaba y sólo le
sirvió para ser más pobre que nunca. Y se dio cuenta de que los
libros mentían. 
No encontró quien le devolviera una sonrisa sincera, quien la hiciera
feliz en su pobreza, quien la mirara como la reina que había sido,
aunque fuera una pordiosera.
Y se hundió en el hielo azul, sintió el frío que venía de más
adentro de sus costillas, se despertó con la angustia de vivir otro
día, y cuando podía dormir, lo hacía con miedo a despertarse.
Hasta que un día, dejó de buscar quien le diera luz, quien le diera
un plato de comida, un fuego donde calentar ese frío que la devoraba.
Y entonces llegó él.
Se desmontó de un caballo negro, y la acarició, con una mano
envuelta en un guante de cuero. Y sintió su aliento. Frío, fría su
mano, frío el suelo que pisaba y las cuencas vacías de sus ojos. El
mismo frío de su pecho, inmenso, insaciable. Y cuando él tendió la
mano, sin dudar le entregó la suya.
puntos 7 | votos: 7
Inevitable. - Que, alguna vez, al correr tropieces y te rompas los dientes contra el
asfalto.
Que vuele cada noche que estoy solo.
Que el corazón, algún día,  asuma que construye palacios a demonios
por puro capricho.
Que tú, y tú, y tú, (pero tú no) seáis eternos.
Que la tristeza te llame a las tantas.
 ¿Por qué no te hice caso?
Y que cada noche, un rato, lo mismo dan dos minutos que tres horas,
sienta que necesito alguien que me ayude a no ser yo, yo, y sólo yo.
 Ah, y la luna, la puta luna.
puntos 3 | votos: 3
Diseño inteligente. - Estamos programados para chocar, bien sea puño contra puño o labio
contra labio, con la misma pasión hacia el enemigo que hacia el
amado. 
Amamos sentir la sangre bullir, acelerando por las venas, enajenarnos
con la ira, el amor, el odio, la alegría, la desinhibición, el
poder.
 Porque cada uno de esos acelerones, cada bombeo alocado del corazón
nos hace sentir más vivos, más únicos, menos vulnerables, más
poderosos, capaces lo mismo de tirar abajo los muros de un castillo
que de abrir una brecha en los de un corazón ajeno.
Vivimos en el anhelo de la emoción, como yonquies de la adrenalina,
buscando siempre sentirnos más, mejor, invencibles, dioses... pero no
nos damos cuenta, que eso es lo que más terrenales nos hace. 
Las máquinas no tienen pasión. Eso sí es un diseño inteligente. 
¿Nosotros? Somos un diseño vivo, cuya carne se pudre, cuyos fallos
son incontables, pero cuya capacidad de maravillar y defraudar es
infinita.
puntos 7 | votos: 7
Su luz sólo brilla para los demás, - dejando su interior umbrío, fresco e impenetrable.
Su escudo es el desequilibrio, frente al cual no hay estrategia
posible. No hay planes, no hay motivos, pero tampoco hay comprensión.
Es libre, incluso de sí misma.
Su alma vaga por un páramo que, cuando sueña, se convierte en la
más lluviosa y rica de las selvas.
Y en su huida no corre sino hacia arriba, buscando una bocanada de
aire lejos del océano imperturbable de la calmada rutina, cuya
cristalina superficie quiere romper, con tanta violencia que le
acarree mil años de mala suerte. Pero mala suerte elegida.
Su pelo es negro, sus ojos tierra húmeda, sus labios sangre, y su
piel reluce casi tanto como su sonrisa. 
Su voz es el primer trueno del año, la nana de una joven madre, la
brisa escapando entre las grietas de las paredes de un cuarto tapiado,
la ilusión del que acaba de conocer y el pesimismo de quien ya lo
sabe todo de sí mismo.
Se oculta del sol, le duele la luz, pero aún no ha visto en su espejo
que la que ella desprende quema más, y más veloz.
Es una antorcha en un faro de dura roca cuyas escaleras son de hielo,
y nadie las ha subido sin dejar algún que otro peldaño roto.
puntos 7 | votos: 11
Llevamos escrita la vida - en las manos, en la sonrisa, y en la mirada.

puntos 8 | votos: 8
La búsqueda del archivo perdido - Historia de aventuras patrocinada por: soy demasiado vaga para
ordenar los documentos y después no encuentro una mierda
puntos 4 | votos: 4
Electroshock - La sensación de alivio al explotar la agobiante monotonía de los
tediosos días soleados, esa nube fugaz que promete una tormenta que
nunca llegará, pero con la que es delicioso soñar.
No dormir sólo por el desafío a las normas autoimpuestas, vivir de
verdad el libre albedrío, como correr con una venda en los ojos,
impidiendo a los prejuicios salir a envenenarnos y llenarnos de miedos
y cautela. 

Ser un dios, tu dios, el único que importa, solitario por capricho,
hermoso porque es libertad que respira. Ceder al caos, jugar con él 
como los niños hacen con perros que podrían destrozarles la garganta
de un mordisco, y dominarlo, conquistarlo, hacerlo un servidor más a
nuestro deseo.

Ser un sueño, un instante inimaginablemente único, ser magia hecha
carne. Una sobredosis de alma.
puntos 6 | votos: 6
Caníbales - Cuántos disfrutan de la destrucción progresiva, parasitaria, de los
demás.

Cuántos de nosotros no experimentamos placer al vencer a un enemigo,
al arrancarle la victoria de sus manos, al arrebatarle sus esperanzas
de triunfo.

Cuántos llorarían de gozo al ver morir el Sol, sumidos en la
oscuridad, caóticos, primarios, devorados por el ansia humana (que no
animal) de superar al prójimo a toda costa.

¿Acaso alguien duda que el último hombre sobre este planeta no
estaría orgulloso de haber llegado hasta el final? ¿Que no se
sentiría un elegido, si tuviera la certeza de ser el último?

Somos peores caníbales que los aborígenes, porque montamos un
festín bárbaro con las ilusiones, las esperanzas, los quiero ser
ajenos. 
Y ninguno de nosotros se salva.
puntos 15 | votos: 15
No sois niños, - sois monstruos destrozando la vida de niños.
puntos 3 | votos: 3
Y es sólo tras haber perdido - en nuestro afán de protegerlo, cegados por nuestro orgullo y
creyéndonos invencibles, aquello que nos juramos proteger, cuando de
verdad nos habremos destruido.
Y la redención nunca será total.

puntos 6 | votos: 6
La distorsionada visión - de todos los enajenados de este mundo, de todos aquellos que por azar,
por acción de otros, o por necedad propia son presos de la estafa de
la ilusión, es el camino más rápido a la autodestrucción.
Las llamas del ímpetu (esa fuerza arrolladora a la par que efímera
que nos hace creernos elegidos, dioses invulnerables, titanes capaces
de cualquier cosa que abarque nuestra enferma imaginación) sólo
tienen como objetivo devorar los restos que deje el fracaso.
¿Y lo divertido que es notar la quemadura, el ardor?
puntos 10 | votos: 10
Símbolo internacional de - No sé si me voy a hacer otro sandwich, pero lo dejo aquí por si acaso
puntos 5 | votos: 5
Mil reflejos de la misma luz, - de la misma imagen, del mismo instante, cada uno ligeramente distinto
del contiguo. Esos son nuestros mundos, nuestros pequeños reductos de
individualidad, imaginados infantil e ingenuamente como compartidos.
Porque pocas burbujas se unen con otras sin romperse en el intento,
como pocas veces compartiremos nuestro todo con otra persona, sin
que esta acabe mutilándolo.
Eso sí, tanta variedad, tanta confusión, tiene que ser un
espectáculo precioso de ver desde fuera.
puntos 5 | votos: 5
Eres una constelación, - para ser más concretos, la estrella más brillante de su centro. Tu
luz sólo aparece por la noche, y únicamente revelas el poder de tu
voz en la intimidad oscura.
 Pero te mantienes distante, lejana, incandescente pero fría, sólo
un reflejo roto de la fuerza ardiente y hermosa de tu esencia. ¿Por
qué? No es por no hacer el mal, por evitar daños. Es porque, a pesar
ser consciente de tu grandeza, de tu resplandor, eres tímida y te
escondes de aquellos que, piensas, no sabrán encontrarte. 
No he nacido con un mapa del cielo, pero aunque supiera hacer uno, no
me hace falta buscarte. Aunque tú no lo creas, te llevo tatuada en
mis ojos, y no podría separarme del camino que marcas, ni apartar mi
vista de ti cada noche, por mucho que quisiera.
Brillas aún más de lo que crees.
puntos 12 | votos: 12
Sé lo qué eres, - sin miedo a lo qué piensen.

puntos 600 | votos: 616
Pocas cosas te harán sentir - tan inútil como cuando alguien importante para ti dice que se siente solo.
puntos 5 | votos: 5
Dilemas. -
puntos 4 | votos: 6
Pues eso. -
puntos 4 | votos: 4
Ya está hecho, - hemos matado a la calma, hemos mutilado a la lógica, le hemos volado
los sesos a la coherencia, y dejado malherida a la razón. Y lo hemos
hecho tan sólo por buscar una bocanada de aire limpio en este pozo
cenagoso, en el que no hay si no fetidez, hedor, dolor sordo y odio,
en dosis monumentales.
¿Ocultar nuestro crimen? Por qué no. No por miedo al castigo, no por
falta de arrepentimiento, no por emprender una huida sin tener a
dónde ir. Lo haremos para evitar que algún otro lo repita.
¿Y ahora qué?
Vivir con las consecuencias de lo hecho. Buscar desesperadamente un
madero al que aferrarnos cuando la inundación se libere de los restos
de su dique protector, al que hemos apuñalado sólo para ver si
sangraba, y que agoniza maldiciendo su tarea. Sobrevivir a una mente
macabra, torcida, que hace caso omiso de toda precaución y humanidad.
Escapar de la penitencia que lleva consigo el pecado a la razón. Que
venga, que la esperamos armados.
puntos 1 | votos: 1
tres años ya joé qué muermo - Bueno pos eso que he pensao que debería hacer un cartel porque hoy
hace ya tres años que me registré en esta página y eso. Tres años
ya tío. Qué hago con mi vida en serio. Soy veterana en esta mierda y
ni siquiera sé cómo se cambia la contraseña en este cacharro. Y
eso.
Y pan.
Y queso.
Bueno y no sé. Es que no quiero ponerme a nombrar gente aquí porque
me moriré y no habré terminado y, seamos honestos, soy demasiado
vaga.
pero bueno, como me siento generosa y -honestia aparte- soy la leche y
sé que en el fondo todos me amáis, voy a dedicar unos vocablos a dos
o tres personas. Sentíos importantes.
richi eres un capullo que nunca te conectas y me has rompido el
corazón

puntos 0 | votos: 2
sOCORRO - SDFGAEHSDYRTKJYFGHSRGH
HSRYJHDETU S.GH.RWL
BRWTYJTUE
puntos 7 | votos: 7
Y es que duele darnos cuenta - de que nos engañamos cada día, de que de nuestra boca no sale ese
Quédate esta noche que está en nuestra cabeza, sino un frío
Hasta mañana. 
Duele ver que malgastamos cada mirada, cada gota de lluvia que va a
caer a una presa que algún día se romperá, de tanto contener
inmóviles esperanzas y sueños no realizados, por falta de espíritu
y exceso de ganas.
Duele que nos guste la tensión, que nos sintamos tan bien al hacer
daño, que el juego de dobles vidas, ignorar y necesitar al mismo
tiempo, se nos dé tan bien. 
Dueles.
puntos 6 | votos: 8
Voy a fingir que estáis muertos - porque disimular que os odio es agotador. Nada personal .
puntos 5 | votos: 5
Nos encanta mezclar - la sensación más dulce con el regusto más amargo, intercalar una
bocanada de aire puro con otra de aire enrarecido por el humo, incluso
de segunda mano.

Nos encanta intoxicarnos, sentir que nuestra consciencia se enturbia,
por el mero placer de explorar un mundo inexistente, distinto,
inalcanzable permanentemente, porque nos cansamos de la precisión, la
previsibilidad, y la insensibilidad del mundo real. 

Nos encanta combinar dolor y placer, y, en nuestras intoxicadas mentes
y cuerpos, difuminar la línea entre uno y otro. Por eso hay gente que
odia y ama al mismo tiempo, gente que llora y ríe, dicotomías
reunidas antinaturalmente por una capacidad de romper límites
abrumadoramente humana, que sienten el doble, y, a la vez, nada.
puntos 1 | votos: 1
Quería escuchar música - pero mis auriculares se han enredado en forma de bretzel
ya nada tiene sentido

puntos 7 | votos: 7
El lugar más feliz del mundo - (NOTA: No para Loki)
puntos 5 | votos: 5
the party dont start til i walk in -
puntos 6 | votos: 6
No hay unión eterna, - ni siquiera la más dura roca, la más alta montaña consiguen
perdurar por milenios, ¿por qué debería una simple promesa, un roce
de labios, un abrazo desesperado valer como prueba de que un
sentimiento será inacabable?
Vivimos en un mundo perecedero, y nosotros mismos no somos más que
una alocada historia con un desenlace fijado. Historia que nunca será
recordada por sus pasiones, ya que el único género que se expone en
la biblioteca de la Memoria de la Humanidad es el puro documento
fáctico, despiadado y frío.
La única explicación, el único motivo por el que quizás merece la
pena sacrificar  nuestra mente a ese ídolo que llaman amor,
entregando nuestra racionalidad al demente bufón que juega en nuestro
subconsciente, que nos haga vivir cada momento de dolor y placer como
algo nuevo. 
Nada en esta vida física y mundana, una vez repetido, es único.
Recurramos entonces a esta imposibilidad de amar, de apuntalar
montañas, de resucitar rocas, y de trascender de seres humanos a
seres increíbles, ficticios, idealizados. 
Aunque nunca seamos felices, habremos intentado otra manera.
puntos 16 | votos: 18
Qué maravilloso soltar palabras - y que lleguen a oídos neutros.
puntos 2 | votos: 2
Bailemos - la danza de la inmolación.
Rompamos nuestra conciencia, rechacemos a pedradas todo razonamiento,
pateemos hasta la extenuación la bondad, la compasión, la decencia. 
 Dobleguemos, enmudezcamos, ahoguemos en un pozo de sangre la voz de
nuestra ya mutilada humanidad.
Despleguemos el poco poder que nos queda, sólo para disfrutarlo un
instante, para echar abajo las puertas de nuestra mediocridad, delito
cuya pena es la vuelta a la nada.
Bailemos.

puntos 5 | votos: 5
Hola, soy una anuncio del ING - ¿Te gusta una canción? Pues ahora te va a dejar de gustar
puntos 7 | votos: 7
Somos una tormenta - un instante turbio, violento y magnífico en la quietud del paso del
tiempo, los hijos centelleantes del azar, que nacen, recorren su
camino zigzagueando, y que al morir van todos a dar con su cuerpo en
la tierra, quedando reducidos a un recuerdo aún más efímero que
nuestra propia existencia.
La humanidad es una lluvia, el colectivo implacable, determinado,
monótono y despiadado que percute el mundo, ignorante del daño que
causa, y jactancioso del bien que injustamente reparte.
puntos 13 | votos: 13
Supongo - que un perdón y mil lágrimas no borran nada.
puntos 3 | votos: 3
Mami, ¿por qué trabajas tanto? - Papi, despierta de tu sueño y fíjate en mí.
Estoy confuso, confuso y perdido.
No me odiéis porque sea HERMOSO ♫
Una piedra puede romperme los huesos
pero renaceré como un fenixxxxxx...
puntos 0 | votos: 6
FLUYO CUAL RÍO -





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