En Desmotivaciones desde:
29.04.2011

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puntos 18 | votos: 18
Cartel 2900. - Hace ya casi cinco años que me hice la cuenta en Desmotivaciones.es y
son muchos los momentos que hemos compartido juntos. Primero quiero
agradecer a toda la gente amable de aquí que interactue tanto
conmigo, y lo segundo, quisiera aprovechar este cartel para que me
conozcáis un poco mejor.
-Mi nick es mi nombre real Yulia + el nombre de una de mis canciones
favoritas 220, y es un número que se refiere a los vatios de la
electricidad. 
-Mi icono es el de Merida, la princesa Disney, porque la considero la
primera princesa independiente, demuestra que no necesitas tener un
marido o novio para ser feliz. 
-Tengo el pelo rizado como Mérida, aunque de color castaño.
-No fui consciente de que subía tantos carteles con traseros hasta
que me lo empezaron comentando los usuarios. 
-Me gusta entrar en Desmotivaciones.es a las mañanas, aunque hay poca
gente.
-Nunca he ido a una Desmoquedada porque no he conocido que se celebren
cerca de donde vivo.
puntos 15 | votos: 15
Creemos tener la verdad de nuestro - lado, pero la mayor parte del tiempo es sólo una opinión efímera.
puntos 22 | votos: 22
Y así es como sólo les dejas - el argumento cargado de envidia de en mis tiempos.
puntos 9 | votos: 9
Its Raining Somewhere Else 8 - Eran dos mujeres. Ambas, al igual que ellos, iban vestidos de luto. La
más joven de las dos llevaba una blusa negra y unos pantalones del
mismo color. Llevaba su pelo de color castaño, recogida con una
horquilla del mismo color. Su rostro parecía reflejar emoción
alguna. Se mantenía unos pasos atrás de su acompañante a la cual
escoltaba debajo de un enorme paraguas negruzco.

En cuanto a este, no se podía decir mucho acerca de cómo era su
cuerpo. Principalmente, su cara estaba cubierto por redecillas que
caían de un gran sombrero, con una especial visera enorme, que
impedía ver nada más que los labios, también pintando de negros
para la ocasión, cuando hablaba. En cuanto al resto de su vestuario,
contaba con vestido de pieza única, similar a una falda larga con
algo de escote entre sus pechos. Entre estos, justamente se resbalaba
un lujo medallón de oro que debido a la falta de otro color en su
vestuario y gracias a su brillantez se hacía más notable. Esta mujer
no se encontraba de pie al resto que los demás, sino en una silla de
ruedas.

-Hola,nuevamente.- Cristina se adelanto antes de que Mario pudiese
saludarlas primero- Renée- dirigiéndose a  la mujer que no estaba 
sujetando el  paraguas- ¿Quien la acompaña?- espetó con el único
interés de intentar establecer algún tipo de conversación lo más
antes posible. 

-Disculpad, la primera vez que nos vimos ella estaba ausente- aclaró
pidiendo disculpas por si su presencia era molestia para ellos- Es mi
joven asistenta Mona. Por favor, salúdalos como es debido- Mona
siguió  sus ordenes e hizo una breve inclinación con la cabeza,
seguida de un hola frio y bastante seco.-Vaya- miró hacia ambos
lados, sorprendida- ¿Sois los únicos aquí?- formuló la pregunta
aunque la respuesta fuese obvia.

-Sí. Uno de nuestros compañeros se marchó hace poco. Quizás se han
topado con él- Mona y Reneé negaron con la cabeza.-Comprendo-
Cristina suspiró inesperadamente, mirando a Mario seriamente, para
que fuese él quien siguiese con la conversación con Renée.

Reneé Laplaine. Ese nombre les era desconocido hasta hace pocas
semanas. Tras la muerte Josephine, el grupo se había distanciando
enormemente sin embargo una llamada individual les reuniría de nuevo,
esta vez en las oficinas Laplaine, una empresa dedicada a ofrecer
asesoramiento jurídico y financiero, similar a un bufete de abogados 
pero con mayor capacidad de acción.

Aquel día estaba particularmente soleado, aunque el estado de ánimo
de todos era particularmente gris. Fueron citados bajo la entrada de
las oficinas. Acudieron Mylo, Mario, Cristina e incluso Ori. Antes de
que aquello sucedería, Chesa ya había cortado cualquier relación
con ellos, por lo que al saber que todos iban a verse nuevamente
decidió no ir.

-¿Alguien sabe algo de Chesa?- Mylo estaba prendiendo un cigarrillo
con un mechero que le había prestado Cristina, que también estaba
fumando. Entre ellos estaba Ori, que inhalaba el humor como un fumador
pasivo. Estos tres estaban recostados sobre el muro de las oficinas.
 
Mario los miraba alejado, casi desde el borde de la acera con cierta
cara de desagrado.

-Fumar mata, ¿lo sabéis? - comento como si nada Mario.

-Gracias por el comentario, capitán obvio- hablo Mylo quitándose el
cigarrillo de la boca para acto después sacar nuevamente su caja de
tabacos y señalarle que lo había dicho venia impreso en esta.-En
serio- se lo colocó nuevamente en la boca- con esa actitud no
encontrarás mujer que te aguante-

-Por lo menos yo no voy acortando mi salud a lo tonto. Si supieras
cómo debes tener tus pulmones seguro que no harías algo tan
estúpido-

-Bueno- Mylo quiso concluir la conversación. No estaba de humor para
que Mario dijese cuan de malas eran sus costumbres-Si de algo hay que
morir, por lo menos que se pueda escoger de lo que será. Además que
no soy el único que piensa así- miró de reojo a Cristina que estaba
fumando.

-Pero ella no está todo el rato así- se acercó a el rápidamente,
quitándole el cigarro con la boca- ¿Acaso no te puedes comportar con
algo más de seriedad?- tiro el cigarro al suelo para acto después
apagarlo con un fuerte pisotón.

-Os lleváis bien- dijo como si nada Cristina, cambiando el flujo de
la conversación.

Mario desmintió aquella afirmación mientras Mylo se echaba a reír
de su supuesta actitud infantil. Tras un tiempo de esperar a que Chesa
viniera dieron por sabido que no acudiría por lo que entraron en  el
edificio. Como cualquier oficina, lo primero que te encontrabas era
una pequeña recepción, con dos pasillos. En un extremo estaban los
baños y la zona de varios ascensores mientras que en la otra
discurrían una serie de despachos.

-Así que Chesa no vendrá- dijo Ori para si misma, sin darse cuenta
que Cristina la estaba escuchando. El grupo estaba marchando sobre uno
de los pasillos tras haber preguntando sobre donde tenían que
dirigirse.

-¿Te preocupa?- ambos comenzaron a hablar en voz baja a partir de
este momento. 

Ori negó con la cabeza.

-Me pregunto si alguna vez la volveremos a ver- caminaba mirando las
baldosas del  suelo.

-Cuando se encuentre mejor, ya verás- justamente cuando Cristina iba
a mostrar su lado más tierno entraron en una habitación- Luego
hablamos- dijo dejando en suspenso una conversación que ninguna de
las dos partes  retomaría. 

Dentro de aquel despacho vieron por primera vez a la misma que se
encontraba delante de Mario y Cristina. Nunca supieron de ella o de su
empresa hasta aquel momento. Pero por lo contrario, ella si sabía
muchas cosas sobre todos, incluida la reciente fallecida Josephine. En
aquel momento tampoco pudieron verle la cara del todo. 

Principalmente, porque llevaba puesta unas gafas de sol y porque su
pelo grisáceo, que lo llevaba largo, prácticamente lo ocultaba todo.
Estaba enfrente de ellos, revisando papeles entre su escritorio. Nada
percatarse de su presencia le ofreció asiento. Como no había para
todos, Mylo se ofreció como voluntario para quedarse de pie.

-¿Qué querrá de nosotros?- era la pregunta que se hacían todos en
aquel momento.
puntos 7 | votos: 7
Una madre - que busca la felicidad de su hija

puntos 21 | votos: 21
Cuando está todo dicho solo queda - transmitirlo de otra forma para que así llegue a más gente.
puntos 11 | votos: 11
Cuando eres el más listo del lugar - todos acaban por pedirte ayuda aunque les caigas mal.
puntos 13 | votos: 15
CUANDO quieres demostrar - que sólo sabiendo un adverbio relativo y una conjunción puedes
expresar todas tus ideas.
puntos 11 | votos: 11
En la profundidad existen las cosas - más bellas, pero es necesario hundirse al menos una vez para apreciarlas.
puntos 63 | votos: 67
Mirar hacia atrás - y ver que aún seguimos siendo unos críos.

puntos 10 | votos: 10
Por esos poderes sobrenaturales - que surgen haciéndonos saber que alguien está hurgando en nuestras
cosas sin permiso.
puntos 15 | votos: 15
Dale un buen motivo a un friki - para salir de casa y te sorprenderás de lo que puede llegar a hacer.
puntos 10 | votos: 16
Cuando te invita a desayunar - Un colombiano
puntos 8 | votos: 10
Cuando cuando cuando cuando - se nota que ya me tienen harta con el maldito plagio.
puntos 4 | votos: 4
Cuando no tienes - los mismos recursos que tus compañeros y debes improvisar

puntos 15 | votos: 15
En las peores y más oscuras - pesadillas del primer mundo yacen los más dulces e inalcanzables
sueños del tercer mundo.
puntos 16 | votos: 16
Muchos dolores se podrían evitar - si nos acostumbráramos antes a los que nos hizo daño.
puntos 18 | votos: 18
Todos tenemos un amigo - que solo acude a la fiesta si hay drogas, alcohol o, en su defecto, petróleo.
puntos 7 | votos: 11
Lógica de conservadores: - ¿Que 5 hombres agreden sexualmente a una mujer? ¡Normal! ¿No viste
la foto de la chica sin camisa en redes sociales allá? (Que no era la
misma) ¡Es que las mujeres ahora no tienen decoro! ¡En mis tiempos
una mujer no se exponía así!
puntos 7 | votos: 9
Que decir - cuando sobran las palabras.

puntos 13 | votos: 13
La caída del imperio - de las estrellas.

Introducción:

Mi nombre es kilhardth y soy un arzaria. Mi altura es mayor que la de
cualquier humano con el que me haya topado, mido algo más de 250
centímetros de alto, mi piel es azulada, como la de todos mis
congéneres, pero está revestida como la de ellos por un denso pelaje
que la oculta casi por completo en la totalidad de mi cuerpo, en mi
caso es de un gris oscuro casi negro con manchas negras dispersas.

El tono del pelaje así como su aspecto varía de unos arzarias a
otros, nuestra especie se divide por clanes, en función de nuestro
tamaño y aspecto, que se hereda de adultos a cachorros. 

Nuestra raza es una raza ancestral, llegamos a este mundo mucho antes
que los humanos, cuando ellos aparecieron por primera vez, nuestro
imperio dominaba la casi totalidad de este basto mundo conocido como
Atharoth.

Pero hace siglos que nuestra raza fue presa de la traición y la
blasfemia y desde entonces se halla sumida en una profunda decadencia
y división, el vasto imperio pasó a ser un pequeño reducto aislado
y esa es precisamente la historia que voy a contaros. Cómo el imperio
más extenso y próspero de la historia althoriense se desmoronó y
pasó a ser un mero recuerdo de aquellos que no podemos olvidar.

Todo comenzó en el año 1317 de la era imperial, nuestro emperador,
Althoi el divino, llevaba en el trono desde el principio del imperio,
sí, un imperio de 13 siglos y un sólo emperador. Nuestra raza es muy
longeva, se dice que podemos vivir infinitamente siempre que no nos
asole alguna enfermedad o muerte violenta o accidental.

El aspecto de las gentes de mi raza varía enormemente, siempre se
asemeja a los felinos, sin embargo, la forma y tamaño varía tanto o
casi como la de estos. Desde enormes ejemplares atigrados de más de
cuatro metros de altura a pequeños seres que recuerdan a los gatos de
apenas un metro o metro y medio de altura. 

Los arzarias, podemos caminar erguidos como los humanos y otras
criaturas, gracias a una estructura osea similar a la de estos, aunque
nuestro aspecto externo pueda parecerse enormemente a los felinos, no
somos en absoluto simples felinos. 

Somos seres antiquisimos dotados de una gran inteligencia (mucho mayor
que la de los humanos si se me permite decirlo). Nuestra raza, fue
creada por los tres dioses principales de Altharoth,  Imhir, Xalot y
Khalthus. Se dice que este último fue el más activo en nuestra
creación y por eso lo adoramos durante siglos mucho más que a los
otros dos, exclusivamente en muchas regiones.

Los registros de nuestra raza recogen que 1213 años antes de
originarse el imperio, nacieron los dos primeros de nuestra estirpe,
el propio Althoi y su hermano Tailok. A pesar de que siempre se han
autodenominado hermanos y se les ha considerado como tal. Recibiendo
el nombre de “los gemelos divinos”  o “los hijos de las
estrellas” su parecido era nulo a diferencia de lo que ocurre en
nuestra raza en la mayoría de familias, de hecho, eran opuestos, como
el día y la noche.

Althoi era un ser majestuoso, tremendamente alto incluso para los
estándares arzarias y mucho más corpulento que la mayoría, de un
intenso pelaje verde brillante que le concedía un aspecto espectral,
con una majestuosa melena de color crema y unos profundos ojos rojos
como rubies, con la cabeza coronada por dos grandes cuernos negros
retorcidos, similares a los de algunos dragones.

Su hermano sin embargo, era todo lo contrario, de baja estatura,
rasgos y talla característicos de un caetis, es decir, aquellos
arzarias que parecen gatos. De pelaje negro como la noche y cabello
corto y desordenado de un rojo sangre intenso, con ojos azules y
brilalntes como la Luna que baña las noches althorienses. 

Su forma de ser y habilidades también eran muy diferentes,
compartían un gran intelecto y una capacidad de liderazgo
envidiables, sin embargo, mientras que el emperador era un ser
intimidante, majestuoso y orgulloso que desde sus inicios parecía
destinado para reinar, su hermano era mucho más reservado, distante y
en apariencia mucho menos ambicioso (aunque esto último se revelaría
pronto falso).

Algunos se preguntaran, justificadamente, como surgió nuestra estire
si los dos primeros ejemplares, eran varones, los arzaria somos seres
profundamente espirituales y una esencia mágica corre por nuestras
entrañas, la esencia vital, esta esencia era mucho más poderosa en
los dos hermanos, haciendo uso de la misma, crearon a sus primeros
hijos. 

Por eso los dos hermanos eran venerados como dioses, ellos eran
realmente los que habían creado nuestra raza, diseñando bajo la
tutela de los propios dioses, de nuevo Kalthus principalmente, los
diferentes fenotipos de la misma, creando un macho y una hembra de
cada uno, de esta forma nacieron los clanes originales diferenciados
por su aspecto: gatos, tigres, leones y panteras.

Las mezclas entre clanes a lo largo de la historia produjo nuevos
aspectos y nuevos clanes fueron fundados, a su vez, pequeñas
diferencias dentro de un mismo clan crearon grupos familiares o
subclanes que se caracterizaban por un rasgo propio como el color del
pelaje.

Cuando el número de arzarias creció, para evitar conflictos, se
sugirió el nombramiento de un líder y todos pensaron en los
fundadores, “los gemelos divinos”. Althoi, inmediatamente se
ofrció para tal tarea, su hermano se hizo a un lado dando su
consentimiento.

De este modo Althoi pasó a convertirse en rey, bajo su mando, los
arzarias se extendieron por todo el territorio de altheroth
conquistando tierras a los dwalins y daerens. Llegando a ocupar pronto
la mayoría de las tierras habituales del basto mundo.

Tras lo cual Althoi se nombró a si mismo “Lathel-maer” que en
nuestra lengua significa “soberano del mundo”. Nuestra raza,
habitaba preferentemente los cálidos y espesos bosques, viviendo en
convivencia de la naturaleza viviendo en chozas construidas con ramas
caídas en claros o en las copas de los árboles, o viviendo en cuevas
naturales.

En las tierras donde la vegetación era menor o escaseaba las casas
eran de piedra o barro, en las zonas más ricas en minerales se
levantaban majestuosas ciudades con edificios imponentes con formas
imposibles, construidos en marmol con metales nobles y piedras
preciosas.

Pronto, esta suntuosidad se traslado a lo ancho del imperio, las
grandes ciudades sustituyeron a los pequeños pueblos, el culto a los
dioses por otra parte fue perdiendo su intensidad, especialmente en la
capital y las grandes urbes y era en las pequeñas aldeas y en los
clanes más tradicionales en los que ardía con más fervor.

En las tierras conquistadas, nuestra raza convivía con daeren y
dwalins, aunque esta convivencia no siempre era pacífica, los conatos
de guerra estaban siempre presentes.
Más tarde, dos nuevas razas jovenes aparecieron, creadas por los
dioses como las anteriores, razas más barbaras y amigas de las
guerras y conflictos que las otras,  los warfus y los humanos. 

No me detendré ahora a analizar en profundidad las características e
historia de estas razas sino que os pondré al corriente de los
aspectos sobre ellas que crea necesario puntualizar conforme avance la
narración.

Estas nuevas razas, tenían una longevidad menor que las tres más
antiguas y se reproducían con mayor frecuencia, por lo que pronto, su
tamaño creció y los territorios que habían ocupado fueron
insuficientes con lo cual decidieron tomar nuevas tierras, pero estas
ya estaba habitadas, por nuestra gente concretamente.

Así comenzó este conflicto del que voy a contaros lo que vi y lo que
llegó a mis oídos.
puntos 5 | votos: 9
Para esos momentos - en los que quieres aumentar tu grado de obesidad e inhalar sustancias
nocivas a la vez.
puntos 32 | votos: 34
Encender la televisión y ver todos - los productos que no puedes comprar, sobre todo la felicidad de
aquellos que lo presentan.
puntos 12 | votos: 12
La cara que pones cuando hacen - un chiste que no tiene gracia si desconoces las circunstancias.
puntos 17 | votos: 17
No le nieguen su pichu -

puntos 6 | votos: 10
Y en ese momento Erdanniel - se dio cuenta de que no siempre los que aparentaban tener dinero lo
tenían y su sistema fallaba Pobre Erdanniel.
puntos 9 | votos: 9
Hay instantes - en los que la mente logra comprender
el significado de “infinito”.
puntos 7 | votos: 9
Y Dios deja morir de hambre - a los niños de África porque no están listos para la comida.
¡Otro éxito más del plan de Dios! ¡Síganos el domingo en la
iglesia para ver en el siguiente episodio cómo nacen bebés con
cáncer que mueren antes de cumplir el primer año de vida porque Dios
así lo deseó!
puntos 9 | votos: 11
Como cuando Dios te elige - para que te reviente el apéndice.
puntos 11 | votos: 11
Cuando las personas se acercan - llega un momento en el que sus corazones se muestran tal como son, 
y es entonces cuando se decide si la historia podrá continuar o acabará ahí.

puntos 14 | votos: 18
Vamos progresando -
puntos 15 | votos: 15
Personas más superficiales - que un charco, creyéndose eminencias de pensamientos trascendentales
por copiarse citas de autores que no conocen de Google.
puntos 9 | votos: 11
Es curioso que gran parte - de la población española,considere su propia bandera,
la rojigualda, la bandera constitucional,
como un insulto o una provocación sino juega la roja,
si juega la selección se vuelven todos patriotas por arte de magia.
puntos 7 | votos: 9
Bueno, por lo menos - aún quedan algunos líderes en el mundo que valen la pena.
puntos 14 | votos: 14
España bien lo sabe - aunque no sabe distinguir cuál es cada uno.

puntos 24 | votos: 24
Hoy, en la nave del misterio - el asombroso caso del columpio que se tira a nuestras mujeres.
puntos 3 | votos: 7
* -
puntos 8 | votos: 8
Como cuando pactas con IU - y resulta que sus votantes no son tan tontos como esperabas para
comprarte el discurso y terminas perdiendo votos en vez de ganarlos.
puntos 11 | votos: 13
Its Raining Somewhere Else 7 - -No debí de comportarme así- Mario hablaba consigo mismo sobre su
repentino ataque de ira ejercido contra Mylo.  Este se había marchado
a la salida del cementerio sin mediar palabra alguna más.

Mientras tanto, Mario volvió junto a Cristina, que seguía pensativa
en el mismo sitio que se encontraba antes. Se encontraban los dos
solos. Ni Chesa ni Ori acudieron al funeral. Desde la muerte de
Josephine, perdieron todo contacto con Chesa. Si acaso se puso en
contacto con Mario un día antes de perder todo contacto con ella.
Era una tarde con una habitual lluvia vespertina. Mario estaba como de
costumbre delante de sus libros, estudiando para las clases que daría
el  día de posterior. Como era costumbre en él, de fondo sonaba una
pieza de Chopin que le ayudaba a mantener la concentración en sus
estudios. Así pues, en su escritorio había una montaña de papeles,
la mayoría apuntes hechos a mano, apilados a un lado de los libros de
las materias del día posterior. En el otro extremo, se encontraba su
portátil con el cual disfrutaba de tan armoniosa música. En el
momento en cual los estaba revisando con suma minucia, una pequeña
vibración le sacó de su  estado de máxima tranquilidad. Estaba
recibiendo una llamada de su móvil. Obviamente, lo puso en
silenciador, por lo que al principio le costó interpretar aquel
molesto ruido como algo de importancia. No fue hasta mirar a su
ordenador, en el cual se encontraba conectado para recargar su
batería, que se dio cuenta que el causante de aquel ruido era su
móvil.
Fue al cogerlo que colgaron la llamada. Dejó por unos instantes sus
importantes estudios para ver de quién se trataba. Como reconoció
enseguida, se trataba del número de Chesa pues la tenía apuntada en
su agenda de contactos. Apresuradamente, la llamó. Sin embargo, esta
pareció rechazar su llamada pues saltaba el contestador de voz. 

Lo intentó hasta en tres ocasiones pero todas con el mismo resultado.
Desistiendo de ponerse en contacto con ella, volvió nuevamente a sus
quehaceres no sin que una parte de él siguiese preocupado por su
estado.

En los casi de dos años en los cuales mantuvo contacto con ella,
había forjado en su interior una perspectiva de ella muy concreta.
Era simple por fuera pero compleja por dentro. Es decir, sus ropas
nunca fueron nada ostentosas ni pretenciosas, con el fin de llamar la
atención. Tampoco sus modales ni forma de trato con los demás. Si
acaso era muy cortés y refinada con desconocidos pero aquello, según
palabras que le dijo a ella, era para mantener las distancias con la
gente con la cual no tenía un buen grado de confianza. Así pues, en
el fondo, pese a parecer una chica tímida y sin recursos, resultaba
ser una persona bastante expresiva cuando estaba en confianza. No
obstante, esta bipolaridad en su comportamiento, con aquellos que
tenía confianza con los que no, le había hecho adquirir una gran
sensibilidad que quisiese o no, marcaba bastante su personalidad. De
este modo, le afectaba todo lo que ocurriese al alrededor, aunque no
le afectase directamente a ella pero al forzarse a mantener una fría
distancia con los demás, a veces no podía abrir dichos sentimientos
con nadie por lo que los retenía en su interior hasta no poder más. 

Mario supuso que en esta ocasión había ocurrido eso mismo. Viéndose
incapaz de expresar adecuadamente sus sentimientos debido a la muerte
de un ser cercano, había optado por encerrarse del mundo, con el fin
de que nadie pudiese ver que estaba sufriendo.
Al cabo de un rato, el móvil volvió a sonar pero esta vez no se
trataba de una llamada sino de un mensaje de texto. Como concepto
llevaba un mero Hola. que parecía bastante solemne. Iba acompañado
del siguiente mensaje:

Hola, Mario. Quería decirte que necesito tiempo para mí misma, para
asimilar todo lo que está ocurriendo. Espero que sepáis perdonarme
por haber cortado relación de forma tan abrupta con vosotros. Espero
que cuando esto suceda, podamos volver a vernos. Hasta que se ese
momento llegue, os debo decir adiós.

Mario leyó el mensaje un par de veces antes de contestarlo. A juzgar
por las sensaciones que transmitía en sí, Chesa parecía encontrarse
bastante abatida. Quizás que le hubiesen insistido para que asistiese
al funeral no fue la mejor manera de ayuda. Es más, aquello
seguramente no hizo sino acrecentar su desconexión con el exterior. 
Así pues todo lo que puso para contestar fue lo siguiente:

De acuerdo entonces. Me alegra saber que no te has olvidado de
nosotros. Por favor, siéntete libre de hablar con nosotros si te hace
falta. Te estaremos esperando. Cuídate

Y envió el mensaje. Se dispuso a proseguir  con sus estudios
nuevamente aunque de vez en cuando miraba hacia un lado para ver si
había recibido otro mensaje. La tarde transcurrió sin que nada más
sucediese por lo que acabó su horario de estudio de la manera
habitual.

Horas antes, en otro punto de la ciudad, Chesa había recibido su
mensaje al instante. No obstante no vio de qué forma seguir con tan
fútil conversación. Había regresado al hogar de sus padres por lo
que se encontraba en su habitacion, acostada boca abajo en su cama,
con la almohada húmeda debido a las recientes lágrimas que parecían
escapar de forma desbordante de sus ojos. Realmente se sentía muy
mal, sobre todo tras enviar ese mensaje. No quería que pensasen que
no iba por una total falta de respeto o de vinculación con la anciana
que en tan numeradas ocasiones había sido amable con ella. Por una
parte, sentía que estaba obligada a ir a darle un último pero
también sentía la necesidad de apartarse de todo, con el fin de que
todo acabase pronto y así el extraño dolor que sentía en su pecho
también desapareciese de la misma forma. 

-Mario- Cristina pronunció su nombre, señalando hacia el horizonte.
Por lo visto, dos personas se estaban acercando.

-Ya lo sé- dijo intentando sacarse de sus propios pensamientos-¿Ya
es la hora?- miro nuevamente su teléfono para cerciorarse-Está bien,
marchemos a hablar con ella.- ambos se dispusieron a caminar hacia el
exterior del cementerio.

Justo en la salida, donde se encontraba como una especie de jardín
con flores de crisantemo plantadas, en el cual Cristina tuvo el
detalle de recoger una para ofrecer como obsequio a Josephine, había
dos mujeres esperándoles.
puntos 12 | votos: 12
Ese sentimiento cuando... - ves que hay unas segundas elecciones y nada resultó de las primeras y
las encuestas no esclarecen mucho sino que lo pintan igual o peor y
vas a votar con la esperanza de que resulte un buen gobierno
perohayrollosrarosconlospactossusanadiazuncamioncorrupcióndelppciudadanosquebajavotospodemosquetieneunamorplatonicoconmadurogatosllueveheladodechocolate
y sólo te queda esperar.

puntos 19 | votos: 21
Por miedo a la infelicidad - evitamos ser felices.
puntos 13 | votos: 13
Sentirte en un anuncio de champú - cuando abres una ventana y entra mucho viento.
puntos 14 | votos: 14
Its Raining Somewhere Else 6 - El cielo gris había dejado de llorar. Aún así, no había indicios
de que fuese a salir en sol. Era un día mustio, sin vida. En este
territorio de mortales, se hallaba un grupo de tres personas, todas
vestidas de un impoluto negro, para ofrecer su último adiós a la
persona que había partido de aquel mundo rodeado de barro y fango.

Sus miradas estaban perdidas en el féretro que tenían delante de sus
ojos. Era de madera negra, de ébano, con remates de oro. En el centro
de su tapa, había un ángel, de apariencia femenina, incrustado. Sus
manos, alzadas al cielo, parecían indicar que estaba custodiando el
alma de aquella persona que estaba dentro del ataúd, para que no se
perdiese de su camino al cielo. Entre estas, unos de los espectadores,
que era Cristina, ofreció un crisantemo blanco a la persona de la
cual se despedían, para que llevase, allá donde fuese, un bello
recuerdo sobre ellos. Tras poner cuidadosamente la flor en el regazo
del ángel, dio unos pasos atrás para que el féretro fuese engullido
por la tierra.

Tras eso, apareció brevemente el encargado del cementerio. Era un
hombre asocial, sin ninguna característica digna de mención. Una
pala que llevaba colgada en su espalda era su única compañera. Con
un leve asentimiento con la cabeza, comenzó a tapar el lugar que
ocupaba el féretro. Una vez hecho, nuevamente se despidió y se fue
de forma tan silenciosa como había venido.

El silencio seguía reinando entre los que seguían presentes de aquel
socavón tapado.Porque podría haberse llenado el vacío de la tierra
con más de esta pero el que ahora mismo había en sus corazones era
uno que no podría rellenarse. Solo el tiempo, y tras que su paso
erosione lo suficiente tanto sus mentes como corazones, podrían
olvidar.

No es que la conocieran a fondo. Tampoco que hubiesen tenido un trato
íntimo con ella pero seguramente fuesen los últimos en verla con
vida, a los cuales ofreciera una cálidas palabras de bienvenida.En
algún lugar dentro suya, tenían la obligación de no olvidar todo
aquello y la mejor manera que se les ocurrió de responder fue acudir
a su entierro y posterior velatorio.

Curiosamente, fue en su muerte cuando prestaron más atención a los
detalles de su vida. Su nombre era Josephine Montblanc, aunque tras
casarse adoptó el apellido de su marido, Erik Staal, que descansaba
en un nicho contiguo, haciéndole compañía en su sueño eterno en un
nicho contiguo. Tampoco ella había nacido en esta ciudad, sino en un
pequeño pueblo de Italia cuyo nombre había sido borrado de la
historia, pues principalmente fue uno de los tantos pequeños lugares
rurales que acabaron siendo mancillados, saqueados y posteriormente
destruidos a causa de la segunda guerra mundial. Viviendo su infancia
en plena guerra, tardó poco tiempo en perder su inocencia. Quizás
este fuese el motivo, de haber sufrido tanto en su niñez, que en su
vejez no quisiese que nadie sufriera ninguna precariedad o rechazo de
algún tipo. Años más tarde, una vez con el régimen acabado y con
Europa recuperándose de sus cicatrices, viajó por todo el
continente, explorando cada rincón de este. En unos de sus viajes
conocería al hombre con el cual compartiría el resto de su vida y el
de más allá. Erik era un joven holandés que también había
emprendido la huida de su hogar pero no por las mismas razones que
Josephine. En un alto del camino, tuvieron tiempo para enamorarse y
dar rienda suelta a la pasión que ardía en sus jóvenes cuerpos.
Así pues, ambos decidieron dar por finalizada su viaje por el mundo,
siguiendo los dictados del corazón, y buscaron empezar una vida desde
cero en una ciudad desconocida por todos, un lugar sin nombre donde
ninguno de los dos estuviese atado a nada, salvo el amor que sentía
el uno por el otro.

Así pasaron los años. La ciudad fue creciendo al igual que ellos.
Pero pronto la desgracia se cebaría con ellos. Erik, que trabajaba
como constructor para el progreso de la ciudad, murió en un fatídico
accidente a la temprana edad de 33 años. Josephine, destrozada por
dentro, se alejó de todas las amistades que construyeron durante ese
tiempo pues hablar con ellas le producía el dolor de saber que nunca
más volvería a verlo.Puso a la venta todas sus posesiones, excepto
las que para ellas guardaban más recuerdos y compró un inmueble, con
apenas una planta baja y otra superior. Años más tarde todo aquella
zona, que antes era completo prado, se convertiría en unas de las
zonas más valorizadas de la ciudad. En ella vivió 58 años, hasta
que volvió, hace pocos días, a reunirse nuevamente con su marido.
Un encuentro bajo el frío manto de la muerte que sin embargo con la
calidez que desprendía su apenas era notable.

-Descansa en paz-musitó levemente Mylo.Con aquella leve interacción,
pudo sacar de su estado a Cristina y Mario, que seguían cautivados
con la repentina muerte de la dueña.

-Es muy triste.- la voz de Mario salió entrecortada, en parte porque
hasta hace un momento había estado llorando-Nadie salvo nosotros supo
de su existencia. Ni tan siquiera nadie de esta ciudad supo lo que
hizo por esta. Solo de pensar en lo sola que se debió de sentir y
aún así seguir ofreciendo una sonrisa para nosotros, día tras día.
Es simplemente-fue interrumpido por Cristina, que le ofreció un
pañuelo para secar las lágrimas.

-Debió ser feliz hasta sus últimos momentos.- le digo Cristina a
Mario cuando este le devolvía su pañuelo- De lo contrario, no
hubiera estado viviendo así durante tanto tiempo sin cambiar-

-De todas formas eso ya da igual- se apresuró a continuar a decir
Mylo.-Ya está muerta.- sonrió descaradamente mientras gesticulaba
con la manos.

Lo que no puedo predecir es que un acto de furia, recibiera un duro
puñetazo por parte de Mario. No es que le hiciese mucho.
Comparándolos, Mario estaba en mucha peor forma que Mylo. Este no
tendría que emplearse a fondo para darle una buena paliza. Pero
siendo las circunstancias que eran, decidió recibir el golpe en la
cara. Apenas lo hizo tambalear. Es más, Mario era quien parecía
estar peor. Justamente, fue ese repentino ataque lo que usó de
pretexto para dejar solos aquellos dos.

-¡Miserable!- grito con un tono de voz inusual en él. Quizás la
única oportunidad que tuviese de expresar lo que sentía. 

Con Mario gritandole a lo lejos, Mylo se despidió de Cristina que
miraba apaciguada la relación de ellos dos. Ciertamente, todos
estaban actuando extraños el dia de hoy.
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Existen dos tipos de personas -
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No sé qué es más patético - si pensar en la ironía de estos meses con el Reino Unido o en ver que
un conjunto de ancianos xeófobos/racistas condenaron a una población
joven que teniendo un cuarto de su edad fue más sensata y va a ser la
que termine pagado por su estupidez.

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Dicen que los opuestos se atraen - pero en realidad deberían afirmar que el amor es tan fuerte que los une.
puntos 6 | votos: 8
Las palabras más sinceras - son las más apreciadas.
puntos 17 | votos: 17
Aunque te olvidas que existen - al compartir tu tiempo con buena compañía.
puntos 20 | votos: 20
Sin ser polos opuestos - podemos llegar a conectarnos.
puntos 20 | votos: 20
Cuando escribes una buena historia - donde tu amigo es el protagonista y te pide que hagas más.





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