En Desmotivaciones desde:
29.04.2011

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GeekVeterano Nivel 3DesmoProtectorPrincipalero Nivel 2

puntos 18 | votos: 18
Porundia es como un gran amigo. - No sabes desde cuándo pero siempre estuvo ahí.
puntos 10 | votos: 10
Imitar a otros - es una forma de presentar nuestros respetos
hacia el trabajo de los demás
puntos 12 | votos: 12
¿Por qué la gente dice - a propósito cuando va a decir algo que no tiene nada que ver con el
tema de conversación?
puntos 11 | votos: 11
Antes de hablar es mejor informarse - porque puedes despejar toda duda sobre el nivel de tu inteligencia.
puntos 10 | votos: 12
No puede ser un buen dios - si no te deja cagar tranquilo.

puntos 14 | votos: 14
Así que camino con las sombras. -
puntos 20 | votos: 24
Erosekai, o más bien la historia - sobre un mundo que se nos quedó pequeño.
puntos 11 | votos: 15
Entonces resulta... - ¿Que earlyrise actualmente tiene 2 multicuenta y admitió una y suika
ibuki podría ser ella pero no se sabe o tal vez lo sabe flight risk o
como se escriba que aparentemente es una multi de burbuja que parece
saber además quienes son los verdes y un soldado peruano mató a
estafa y alex le vengará en una batalla a muerte por defender el
orgullo mexicano de que en su país no miran sólo las tetas según
él como España contra kitte que dice que él sólo ve la
personalidad mientras resulta que angel es el alter ego o multicuenta
del muerto estafa y chevalier conocía a llave de una amistad o algo
por yahoo mientras hormanche o como sea está en medio del asunto de
determinar si angel es angel o estafa?
¿Y para colmo abajo resulta que orion dice que le gustan las mujeres
mientras discute con eso con chevalier?
¡Cómo se supone que entienda esto?
puntos 11 | votos: 11
Simplemente - videojuegos
puntos 7 | votos: 9
Típico... - Cuando no tienes dignidad y te gusta molestar por que sí a los demás.

puntos 15 | votos: 17
Te haré cosas sabrosonas -
puntos 17 | votos: 19
Si te ves como un mero instrumento - los demás te tocarán para hacer sonar sus notas más altas.
puntos 9 | votos: 9
Y en cosas tan simples - se ve que no ha culminado el proceso de evolución.
puntos 12 | votos: 14
Desgarro del alma. - Descubrí este poder a los cinco años de edad. Había ido con mi
familia a un gran centro de comercial de compras. Como cualquier niño
que tuviera esa edad, me quedaba absorto mirando los escaparates de
las jugueterías. Por desgracia, mis congéneres no se dieron cuenta
de mi desliz, un pequeño gozo para aquella época, y acabaron
dejándome abandonado en una de estas.

No creo que lo hiciesen a propósito, pese a la evidente falta de
atención que recibí en mi infancia, pero ese hecho cambiaría mi
vida de una forma insospechada para todos.
 
Asustado al no tener nadie conocido cerca, deambulé por el centro de
comercial, cohibido por el resto de las personas. Eran tan altas, con
semblantes tan serio. No podía sentir otra cosa que miedo. Mis pasos
fueron acelerándose a media que aquella sensación de angustia se
apoderaba de mi corazón. Corrí por los pasillos tan rápido como
pude, hasta llegar a una tienda desocupada. Pensé que estando dentro
estaría seguro.

El lugar en el cual me refugié había sido anteriormente una tienda
de ropa que había cambiado de ubicación. Pese a que la mayor parte
de su stock fue traslado, aún quedaban de pie varias estanterías y
maniquíes que parecían acecharme. Fui a la zona de probadores y me
oculté en el interior de estos. Me acurruqué en una de sus esquinas,
doblando mis rodillas y metiendo mis cabezas sobre entre las piernas.
Era tal el pavor que sentía en aquellos momentos que ni tan siquiera
podía romper a llorar. Quizás si lo hubiera hecho alguien se hubiera
detenido al molestarse por el ruido del llanto y me hubiese llevado al
centro de niños perdidos. Pero como ese no fue el caso, acabé donde
me encontraba.
 
Aún podía ir las voces del exterior. El vacío de la tienda no
hacía sino acrecentar el ruido que se filtraba desde el exterior. El
bullicio, las pisadas y conversaciones de las personas, todas estas
atacaban mi cerebro de forma espantosa. Deseaba escapar de allí pero
mi cuerpo no reaccionaba de la misma forma.

Fue entonces cuando lo vi. Una pequeña mancha negra, que no había
estado cuando yo entré, había aparecido en el suelo. Al principio no
le presté mucha atención porque ya anteriormente había visto cosas
que no existían. No lo sabría hasta hacerme más mayor pero aquellas
cosas que creía ver que eran como bacterias no eran más que simple
defectos de mi visión. Así que seguí mirando hacia abajo como
hacía con los pequeños hilos y esferas desordenados que aparecían
en mis ojos. Tras un breve periodo de tiempo, me di cuenta que aquella
mancha no era como el resto de alucinaciones. Se encontraba fija en un
punto determinado, vibrando y cambiando constantemente de tamaño.

Solo por curiosidad, intenté tocarla con la mano.
 
Inesperadamente, frente a mi asombro, mi mano atravesó la mancha.
Continué poco a poco metiendo más hasta el fondo, llegando al  punto
de que había engullido todo hasta la altura de mi hombro. No es como
si fuese un ser vivo que hubiese devorado mi mano ya que podía sentir
como mi extremidad se movía desde el otro lado. Sin pensarlo
demasiado, metí mi cabeza de lleno para ver lo que se encontraba al
otro lado.

Oscuridad. La absoluta carencia de luz.

Era como si hubiese cerrado mis ojos y me hubiera puesto a dormir. No
sabría describirlo de otra forma. Era una sensación tan placentera
como cuando duermes plácidamente. Tras eso, mi cuerpo entero reposaba
sobre aquel mundo oscuro. Me sentía ligero, como si estuviese
flotando. No podía ver nada pero sentía cada parte mí, como si
aquella oscuridad y yo nos hubiésemos vuelto uno.

El desasosiego que sentía había desaparecido y ahora en mi mente
reinaba la calma. Era un lugar tan tranquilo, acogedor, sin que nadie
pudiese molestarme. Fue inevitable que me enamorara de aquel rincón
del cual yo era su único habitante.

Tras aquella experiencia que únicamente se podría catalogar como de
otro mundo me quedé finalmente dormido. Horas después sería
encontrado por la policía que me encontró dentro de la tienda,
durmiendo en un rincón de los probadores. Mis padres me acogieron
entre sollozos entre sus brazos pero pese a ello me sentía vacío.
¿Acaso todo aquello que experimenté en aquel dichoso lugar fue
producto de mi imaginación? Pensaba para mí mismo. Intenté hablar
con mis padres sobre aquel lugar, como un jardín secreto al cual no
podía regresar. En cuanto acabé con las narración de mi vivencia,
no pudieron mostrar en su rostros una mueca de terror y espasmos.

Considerando de que aquel suceso me había causado un trauma, me
llevaron ante los mejores psicólogos que podían pagar. Les conté lo
mismos que a ellos. Pero nadie me creyó. Al final, me dieron como un
caso perdido, pese a que no usaran dichas palabras exactamente, y me
mandaron a seguir un tratamiento a base de incontables pastillas que
debería tomar durante el resto de mi existencia.

Los siguientes años de mi vida prosiguieron de la misma forma
monótona que los anteriores, contando además con varias sesiones
mensuales para mantener un seguimiento de mi estado mental, hasta el
punto que me hicieron olvidar lo que ocurrió en mi infancia.

Llegué a la etapa de la adolescencia. Al final, me convertí en una
persona fría y distante que apenas interactuaba con los demás. Yo,
por miedo a ser rechazado y ellos conscientes de que algo en mi no
estaba correcto. Este tipo de relación casi inexistente con el resto
del mundo y yo provocó que tuviese numerosos problemas con mis
compañeros.

Un día normal de escuela, como podría haber sido cualquier otro, un
trió de bravucones me esperaron cuando salíamos de clases por la
tarde. Me arrastraron hasta el lugar más lejano del patio, donde
llevaban a la mayoría de sus víctimas, y comenzaron a pisotearme sin
razón alguna. Tirado en el suelo, encajaba los golpes tan bien como
podía. Una vez que quisieron golpearme en el rostro, que tenia
cubiertos con mis brazos, eché arena sobre los ojos de uno de ellos
lo cual lo dejó temporalmente ciego. Eso molestó muchos a los otros
dos que bajo las órdenes del tercero me tomaron de las piernas y me
lanzaron con violencia contra la pared.

Una gran sacudida estremeció todo mi cuerpo. Nada se había roto pero
a este ritmo no faltaría mucho. Mi cabeza daba vueltas como si no
pudiese estarse quieta. Incluso la visión me estaba fallando viendo
apenas dos manchones borrosos. Pese a mi estado podía sentir como
aquellos tres chicos se acercaban, portando lo que parecía ser un
contenedor de basura que habían traído expresamente para mí.

Un nudo se me hizo en el estómago para que no vomitase las entrañas
mientras pensaba en los motivos que podrían haber hecho que estuviera
sufriendo todo esto. Viendo que aquellas personas no pararían en sus
deseos de hacerme daño, hice el intento de levantarme para huir pero
fue imposible. Mis piernas no respondían, no sabía si por el miedo o
porque verdaderamente salieron lastimadas del anterior golpe. Con la
intención de lanzarme el contenedor, alcé mis brazos contra ellos
aunque supiese que fuera inútil.

Entonces una sensación familiar invadió mi cuerpo. Una que había
olvidado hace mucho y que me hacía sentir muy calmado. La mancha
negra había vuelto aparecer entre mi y los abusones, aunque esta era
vez se asemejaba más a una vorágine. Aquellos tres chicos, que
habían tomado impulso para tirar la basura fueron inevitablemente
succionados por esta. Tan pronto que acabaron de ser engullidos, aquel
agujero desapareció tan rápido como había aparecido.

Consternado, sin saber muy bien lo que había ocurrido delante de mis
ojos, tomé mis objetos personales y fui a casa como si nada hubiese
pasado.

Mis heridas no pasaron desapercibidas por lo que me vi obligado a ir
al hospital y posteriormente quedarme recluido en casa. Cuando mi
familia preguntaron sobre cómo me había hecho esas heridas le
comenté lo que había sucedido, omitiendo claro está la parte en la
que los abusones habían sido absorbidos por una especie de agujero
negro.

Durante los días posteriores falté a la escuela. Por lo visto, se
había corrido la voz de que un par de estudiantes no habían vuelto a
sus casas después de que estuvieran involucrados en una pelea.
Incluso aunque sabían que ellos estaban abusando de otros estudiantes
aparte de mí, todo el mundo los trataba como si ellos se tratasen de
las víctimas. Cuando los medios se metieron de por medio todo fue
más difuminado todavía.

Incluso la policía vino expresamente a casa a interrogarme sobre lo
sucedido. Tuve que omitir nuevamente detalles que no hacían sino
verme más sospechoso.

Debido a todo el circo mediático que se había montado, no podía
tampoco regresar a la escuela. Por lo visto, mis padres me ocultaron
que había estado recibiendo amenazas de muerte si volvían a verme
por allí. Aunque obviamente eran anónimas, estaba casi seguro de que
eran escritos por familiares de aquellos tres o incluso compañeros
míos de clase. Incluso cuando todo esto pasó, poco a poco perdí la
confianza de mis padres que realmente pensaba que yo les había hecho
algo a los chicos.

Aunque no estaban totalmente errados, todo aquello sucedió de forma
accidental. Es más, yo era quien había sufrido todo esto, mucho
tiempo más, en silencio. Tuvieron que buscarme otro instituto en el
cual matricularme sin éxito. De una forma u otra acaban poniendo
pegas sobre que un estudiante con características especiales como las
mías no podría encajar allí. A mis padres no les quedó otra
alternativa que la que tomaron por aquel entonces. Al cabo de unos
días, me vi echado de mi propio hogar y aislado en un centro
psiquiátrico, en el cual podría seguir ejerciendo mis estudios a
distancia.
 
Encerrado entre cuatro paredes blancas, no era aquello mejor que una
cárcel. Tratado como un verdadero disminuido mental, no podía hacer
nada solo sin estar bajo la atenta mirada de un supervisor. Aparte de
que doblaron aún más si cabe la dosis que tomaba de pastillas lo
cual hacia que estuviera como sedado.

Con el poco tiempo que disponía a solas en mi habitación, intentaba
hallar respuestas al suceso más importante que se había dado en mi
vida y que la marcó para siempre.
 
Comencé a investigar sobre la aparición de aquella mancha, a la cual
comencé a denominar desde aquel momento como desgarro Saqué varios
libros de física así como de mitología de la biblioteca que
disponían alegando que era para mis estudios y los revisé con
detenimiento. No encontré nada que se le pareciese en este mundo.
Así que tras convencerme de que nunca podría saber cuál era su
origen o cómo se constituía, procedí con hacer intentos de
manifestarla. Intenté recrear las posibles escenas en las que se
había dado, buscando puntos comunes entre las dos. Al final, llegué
la conclusión que aquel desgarro se encontraba en resonancia con lo
que sentía en aquel momento por lo que cuanto más fuerte fuera la
sensación más grande sería. Mis primeras pruebas dieron resultados
insignificantes pero resultados al fin al cabo. Centrándome en los
sentimientos que tuve en cada momento, pude recrear un pequeño
agujero de un tamaño similar a la mano.

Crearlo era muy simple a comparación de las condiciones que se
necesitaban para darse lugar. Con mis manos, hacía como si estuviera
desgarrando el lugar en el cual quería que apareciese al mismo tiempo
que pensaba en algo que me causase una gran emoción.

Aún no era tan grande como los anteriores. Aunque podía meter mi
brazo fácilmente, no podía pasar al otro lado ni ensancharlo. Robé
unas cuantos medicamentos que acelerasen el sistema nervioso para
seguir probando. Al cabo de un tiempo, pude crearlos más grandes e
incluso controlar su tamaño pero el abuso de las pastillas hizo que
tuviera que parar, aparte de que podrían haberme descubierto.

Cuando retomé mi investigación, ya tenía casi un perfecto sobre los
desgarros. Ni tan siquiera hacía falta que siguiera tomando
medicamentos para controlarlos. A partir de ahí, comencé a hacer
pruebas sobre la interacción de objetos entre unos y otros.

Todo parecía irme bien hasta que la vida vino a recordarme  que los
planes que yo tuviera no les importaba. Hace poco acababa de terminar
mis estudios obligatorios y me disponía a tomar la prueba de acceso
al universidad gracias a un permiso que me adjudicaron por buena
conducta cuando de repente me notificaron que mis padres habían
muerto mientras yo estaba ingresado. Es más, la supuesta
adjudicación no era más que una forma bonita de llamar a que no
estaban recibiendo más dinero por sus servicios por lo que me
soltaron a las calles con esa excusa.

No fue ningún familiar quien me transmitió la noticia sino el
albacea de mis padres. Era un hombre mayor con bigote y pelo canosos,
trajeado con un esmoquin negro. Me llevó con su coche a mi antiguo
hogar, ahora embargado por el banco, y me puse al tanto de todo lo
sucedido mientras yo estaba internado.

Por lo visto, mis padres contrajeron una gran deuda para pagar el
centro psiquiátrico por lo que se vieron obligados a vender la
mayoría de sus bienes. Pese a que pidieron ayuda de sus familiares
ninguna de las dos familias quiso implicarse ya que en aquella época
fuimos salpicados por el circo mediático. En esta situación, ellos
también fueron rechazados por la sociedad lo cual significaba que no
encontraban ningún lugar donde trabajar y si se daba el caso de que
sí resultaba que era en pésimas condiciones. Con todo esto, mi padre
enfermó. Sin poder trabajar, mi madre tuve que hacerse cargo de todo
ella sola, incluso teniendo que ir a pedir caridad a los vecinos, 
pero no pudo evitar lo inevitable. La muerte de mi padre fue un duro
golpe para ella, que acabó suicidándose cortándose las venas dentro
de su propio dormitorio. Sin embargo, incluso después de sus muertes
las deudas las persiguieron hasta la tumba y como yo era su progenitor
debía cargar con estas.

Eso me explicó aquel hombre de negro. Para evitar que eso sucediera,
mis padres le mandaron a el que me consiguiera una nueva identidad y
que se librase de toda relación que pudiese tener con ellos.

En definitiva, que borrase mi existencia de la faz de la tierra.

Así no tendría que cargar con ninguna de las deudas que tuvieran
pero al mismo modo tampoco podría reclamar nada suyo, ni visitar sus
tumbas. Tendría que olvidarlo todo y empezar de cero. Cuando acabó
de contármelo todo, me entrego un sobre con todo lo relacionado con
mi nueva identidad así como las llaves de un piso suyo, cortesía
suya, que podría usar cuando quisiera aparte de además de dinero en
metálico. Además me sugirió borrarme las huellas dactilares para
que fuese aún más identificable. Antes de despedirnos
definitivamente, me ofreció su tarjeta para que lo llamase si tuviese
algún problema. Cuando le pregunté la razón de que estuviese
haciendo todo esto por mí no dijo nada, simplemente alegó de que era
un antiguo conocido de mis padres. Me acercó a lo que sería mi nueva
residencia y no nos volvimos a ver.

Realmente, no deseaba entrar. Aquella noche, me gaste gran parte del
dinero en beber alcohol, primera cosa que hacía en mi vida. Eran ya
las tantas cuando dejé el bar al que había entrado. No sabía qué
sentir en aquel momento. ¿Angustia, tristeza, desesperación o
serenidad, alegría y esperanza? Me habían concedido una nueva
oportunidad, una nueva vida, pero sin tener en cuenta de nuevo lo que
sentía. 

Cruce la esquina en dirección al piso cuando me tope de bruces con
una grotesca imagen. Un hombre estaba pegando a una mujer que parecía
ser una prostituta para irse sin pagar. Nos quedamos mirando
mutuamente. Ambos estábamos bastante ebrios como para movernos con
facilidad pero el ya estaba acostumbrado a aquella condición. Yo como
primerizo que era estaba a punto de vomitarlo todo. Soltó a la mujer
que estaba golpeando y se encaró conmigo. De repente, sacó la navaja
de uno de sus bolsillos e intentó apuñalarme. Posteriormente sonó
un quejido, pero no procedía de mí. Se había apuñalado a sí mismo
en el abdomen. Con suerte, pude hacer  un desgarro del tamaño del
cuchillo y hacer otro cerca de él.

Acto seguido, abrí otro desgarro mucho mayor y lo lancé hacia
dentro. Dejó de existir en un instante. Tras eso, me sentí sumamente
extraño, como si hubiese hecho algún tipo de buena obra. Cierto,
había salvado a aquella mujer. Quizás podría hacer algún bien por
todos y así encontrar algo que hacer con mi vida. Con esa idea en
mente, fui a ver como se encontraba la mujer. Nada fue como lo
esperaba. En vez de darme las gracias como se suponía se abalanzó
sobre mí llamándome monstruos entre otros improperios. Así pues, la
agarré del cuello para acallarla y como hice anteriormente, abrí un
desgarro y la sumergí en este.

Llegué al piso. Estaba prácticamente sin muebles. Si acaso había
una nevera y un colchón en el suelo. Aparte, encima de una mesa que
había por ahí habían dejado un móvil con señal Wi-Fi y con saldo.
El resto debería buscarlo por mi cuenta.

Me tiré a la cama sin pensarlo. Realmente no tenía nada y había
sido un iluso creyendo que podría empezar dejando todo mi pasado
atrás. Mi única posesión era aquel poder. Un poder que no era de
este mundo y por lo tanto era rechazado por este, al igual que yo. 
Finalicé mi escrito con la satisfacción iluminando mi rostro. Para
aquel que lo encontrara podría ser la confesión de un loco, para
otros la tragedia a las que llaman vida. Para mi es simplemente
pasado, palabras que recuerdan algo que pasó hace mucho. Podrán
decir que cambié cosas para hacerme pasar por inocente pero eso lo
dejaré en manos del lector.

-¿Qué voy hacer ahora en adelante?- dije en voz alta, viendo que la
luz del día atravesaba por la ventana-Quizás intente cambiar el
mundo, gobernarlo o hacerlo desaparecer, aún no lo he decidido.-
puntos 28 | votos: 32
Pocos entienden - a las mujeres

puntos 27 | votos: 31
Puedes sostener la razón - pero según cómo la presentes determinará su impacto en los demás.
puntos 12 | votos: 12
Hacer lo mismo que tus amigos, - pese a que no lo entiendas, para no sentirte excluido del grupo.
puntos 17 | votos: 19
Como cuando descubres que - cierta persona perdió la inocencia.
puntos 8 | votos: 8
Hombres - haciendo las cosas más rápido
desde tiempos inmemorables.
puntos 12 | votos: 12
Decisiones con las que quizás - no consigamos el mejor resultado, pero que desde luego nos dejan 
la gran sensación de saber que, en la situación en la que nos 
encontrábamos, era lo mejor que podíamos hacer.

puntos 13 | votos: 15
Cuando intentas ayudar - a alguien y se venga de la nada.
puntos 9 | votos: 9
No siempre la solución - que te venden es la correcta.
puntos 17 | votos: 19
La sabiduría se mide por lo que uno - no hace aunque se le esté permitido.
puntos 4 | votos: 12
Cuando alguien - no puede vivir sin ti
Pero siempre tiene pareja.
por que es un calcentin
que no gira gira toria toria en la lavadora


C
h
o
c
h
i
t
o

kiero mandar un saludo mui mui fuerte al amor d bida!
k seguramente ste con el amor d su bida!
x333


la clinomania es el excesivo deseo d star en la cama XDDDDDD

Enga jentesilla 
k os kiero mucho
oqcl(L)
x33333333
puntos 4 | votos: 8
¡Y tampoco les permitamos comer! - ¡Ni respirar! ¡Ni caminar! ¡Ni hablar! ¡Porque es una aberración
para nuestro Dios Unicornioalájesucristobuda-volador! ¡Porque él
inteligentemente les hizo nacer de un sexo con el cual no se ven
identificados!

puntos 18 | votos: 18
Puedes cambiar porque te gusta - alguien pero jamás debes pedirlo a cambio de amor.
puntos 5 | votos: 5
Persona:*Sufre ataque al corazón* - Juez: Y...dígame...¿Usted intentó atacarlo de nuevo?
puntos 15 | votos: 15
Its Raining Somewhere Else 2 - Nada más acabar de subir, se encontraba un angosto pasillo. No tenía
ningún tipo de iluminación a excepción de la que procedía de las
escaleras. Tampoco ayudaba que su color original, según las palabras
de la dueña: Un blanco tan puro como las primeras nevadas de la
montaña se hubiese ennegrecido a lo largo de los años pasando a ser
un tono gris que servía como lienzo a las humedades que había en
este. Además, era tan estrecho que si dos personas intentaban pasar
al mismo tiempo inevitablemente acabarían chocándose.

En el otro extremo se encontraba una puerta que era la entrada al
apartamento que había  arriba. A diferencia del pasillo anterior,
este se encontraba en buen estado, principalmente porque fue comprada
hace poco por sus inquilinos, entre los cuales se encontraba Chesa que
pasando en un instante el largo pasillo, sacó las llaves que
intentaban ocultarse dentro del bolsillo de su pantalón e introdujo
uno de estas de en la cerradura.

Extrañada de no escuchar el click habitual que hacian todas las
puertas al abrirse. Llegó a la conclusión de que eligió  la
incorrecta. Así pues, se puso a probar con el resto de llaves hasta
que se quedó sin ninguna.

-La cerradura- suspiró con desánimo viendo que la puerta no cedía
ante ninguno de sus intentos.- Creo que la cambiamos hace poco
también- dijo precediendo un chasquido con sus dedos.-¡Es terrible!-
pensó para sí misma viendo que un grito podría alarmar
innecesariamente a la señora de abajo.

No tenía posibilidad de pedir una llave de repuesto a estas alturas y
tampoco tenía a nadie cerca que tuviese una copia pues su móvil se
había quedado sin batería. Por su mente pasó que quizás la mejor
opción sería volver a casa antes de que volviera a caer una tromba.
Fue pensar en aquello y como si el mundo hubiera podido leer su
pensamiento, dejo que el agua, ahora acompañada de truenos, azotasen
nuevamente la tierra.

Desolada, se sentó en el suelo como pudo. Ahora tan solo quedaba
esperar a que alguien por casualidad pasase por allí en aquel día de
tormenta y le abriese la puerta. Justo cuando recostó su cabeza
contra la puerta sucedió algo inesperado. 

Se abrió de par en par inesperadamente.

Dándose de bruces contra el suelo, Chesa consiguió su objetivo de
entrar el apartamento. Era un pequeño piso que ocupaba casi la
totalidad del segundo piso junto al pasillo. Apenas contaba con dos
habitaciones, una que era el baño que era contiguo al pasillo y otro
a su lado que servía para alojar trastos que no cabían en ningún
otro sitio. En cuanto al resto del mobiliario no había mucho ni
tampoco nada fuera de lo común. Delante de la puerta de la entrada
había un pequeño zapatero común donde todos podían guardar sus
zapatos aparte del típico paragüero. Más adelante se encontraba el
recibidor, que era la zona más usada por todos. Estaba en medio de
todo por así decirlo por lo que se usaba para todo. En una de sus
esquinas contaba con un sofá en forma de de ele para cuatro personas
que podía convertirse en una cama por si alguien necesitaba pasar la
noche por algún motivo. Al otro lado, podías encontrarte una mesa
para el mismo número de personas, junto al lado de una pequeña
hornilla de gas y un diminuto frigorífico y en medio algún montón
de libros apilados y mesas de escritorio. Si acaso lo más
significativo de aquel piso era sus ventanales que ocupaban la  mayor
parte de la pared que daba a la avenida. Sin duda sus vistas sobre la
ciudad eran espléndidas aunque normalmente  debían estar echadas las
cortinas porque la luz que entraba por estas era insoportable.

 Recuperándose de la caída, Chesa se puso nuevamente de pie  y fue
hacia delante cerrando antes la puerta. A medida que entraba se
percató que ya había una persona dentro. Estaba sentada en una silla
enfrente de las ventanas, mirando fijamente la pantalla de lo que
parecía ser un portátil que se había traído.

Era una chica pelirroja y aunque era mayor que ella en edad su
complexión era mucho menor. Estaba sentada son sus piernas cruzadas
sobre la silla, soportando el peso de su ordenador que tecleaba sin
censar. Podía verse como si estuviese muy concentrada en lo que
estaba haciendo que Chesa dudó en un instante en si saludarla o no.

-No te quedes parada en medio- se giró hacia ella mostrando el
destello fulgurante en sus ojos color esmeralda.-por favor- pellizcó
un lunar que tenía bajo su labio izquierdo- Es molesto- Sin mediar
más palabra, volvió a lo que sea que estuviese haciendo.

Chesa sonrió frente a la actuación de Ori, que era el nombre de
aquella chica. No es que estuviese enfada con ella o algo por el
estilo. Simplemente no le gustaba perder la concentración cuando
estaba haciendo algo importante. Así que sin dirigirle más la
palabra, tomo una bebida gaseosa del frigorífico y se sentó en el
sofá mirando lo que hacía en silencio.

-¿Sabes lo que es el time lapse?- la misma Ori rompió el silencio
que ella misma había impuesto anteriormente.

-Creo que sí- respondió sin mucha confianza- ¿No es como una
especie de cámara lenta o algo por el estilo?- 

-Lo que se hace más bien es tomar una serie de fotografías sin cesar
durante un tiempo determinado. Luego en un posterior montaje se van
uniendo una a una para crear dicho efecto. Mira eso de allí- dijo
señalando una cámara situada sobre un trípode.- Es lo que estoy
haciendo ahora- tomo ahora un panfleto que había en una repisa
cercana la ventana.-Dentro de una semana hay un concurso de
fotografía. Me gustaría participar con un time lapso basado en la
meteorología de hoy- esbozó una sonrisa de gran satisfacción. Se
notaba que la fotografía era una de sus grandes pasiones. -Así que
bueno- le costaba encontrar las palabras-perdona si he sido brusca
contigo- dijo pensando que no la recibió como debía.

-No pasa nada- se levanto se su sitio para ir abrazarla.-Somos
compañeras, ¿sabes? No dudes en decirme si tienes algún problema.-

-Gracias- le agradeció su gesto con una tierna sonrisa. 

-Y bien, ¿te queda mucho?- volvió a preguntarle por si estaba
interfiriendo con su trabajo.

-No te preocupes- contestó ella- La cámara está en modo
automático. Con el portátil simplemente estoy revisando como quedan
las imágenes por si tengo que retocarlas de algún modo. Cuando
acabó esa frase escucharon como alguien estaba intentando abrir la
puerta.

Fue entonces cuando de un salto Ori se alejó de Chesa, no sin antes
dejar su portátil sobre su mesa. Sin mediar palabra se encerró en el
baño. Chesa tardó en darse cuenta del motivo de su extraño acto. No
se había fijado antes pero Ori tan solo llevaba un 
larga camisa de color blanco puesta.
puntos 10 | votos: 10
Como cuando el traje de oveja - te empieza a molestar demasiado.
puntos 10 | votos: 14
Mejoras o Allahu Akbar -

puntos 12 | votos: 12
Compañías indeseables - que al comienzo surten el efecto de pruebas de paciencia y al final
terminan provocando almas en agonía.
puntos 19 | votos: 19
-Una azotea hacia la libertad- - La alarma sonó a las a las 7 de la mañana como todos los días, Jack
resopló y apagó el despertador y lo lanzó al otro lado de la
habitación , no le apetecía mucho ir a clase y mucho menos después
de
 lo que había pasado el día anterior, así que siguió durmiendo un
rato, pasado un cuarto de hora su madre entro a su cuarto.

-Despierta, vas a llegar tarde, ya tienes preparado el desayuno.

Como no tenía muchas ganas de discutir resopló y se levantó de la
cama torpemente, fue hacia la cocina y se sentó en una silla, en la
mesa había un zumo y un tazón de leche con cereales, 
 lo devoró todo enseguida.

Después fue a vestirse, se puso una camiseta negra del grupo
“Blacksabath” y unos pantalones vaqueros, 
se puso las botas y cogió la mochila.

No le apetecía ir a clase, el día anterior sus compañeros de clase
se habían reído de él, eso no era algo nuevo, solían hacerlo, pero
esta vez había sido diferente, le habían escupido, le habían tirado
papeles y le habían pegado, el se había defendido y había echo
sangrar por la nariz a uno de ellos, pero a la salida le esperaba con
dos chicos más y le pegaron una autentica paliza, apenas podía
andar, no le había dicho nada a su madre por que no quería que se
preocupase.

Se tumbo de nuevo encima de la cama y se puso a pensar en que podía
hacer para solucionar la situación, pero no se le ocurría nada, ya
había hablado alguna vez con el director de lo que le hacían sus
compañeros de clase pero no le había dado importancia.

Como no se le ocurría ninguna solución decidió que lo mejor era
quedarse en casa, pero no sabía que escusa ponerle a su madre.
Volvió a resoplar, se preguntaba por que todo lo malo le tenía que
ocurrir a él.

En ese momento su madre entro en la habitación.

-Pero aún estas aquí -le espetó-vas a llegar tarde a clase.

-No me encuentro muy bien, creo que tengo algo de fiebre-mintió.

Su madre se acerco y le tocó la frente
.
-No parece que tengas fiebre, vega, tira para clase.

-Pero me encuentro mal se quejó.

-¿Ocurre algo? ¿Has discutido con algún compañero o algún
profesor?

-No

-¿Seguro?

-Seguro

-¿Entonces qué te pasa?

-Me encuentro mal.

-Es otra cosa.

-No.

-Tienes que ir a clase.

-Está bien.., ya voy – dijo resoplando

-Que te vaya bien el día.

No sé como pensó él, pero no lo dijo en voz alta ,en vez de eso
contesto-Y a ti también mamá.

Salió de su casa sin saber que hacer a continuación, no quería ir a
clase ¿pero a donde ir?

 Resopló otra vez al no hallar solución. 
Por otra parte no podía quedarse siempre en casa o escabullirse,
algún día tendría que volver a clase, la sola idea le aterraba,
prefería no pararse a pensar a lo que sus compañeros le tendrían
preparado para cuando volviese.

Estaba agobiado, así que decidió subir a la azotea como hacia
siempre que se sentía mal, le gustaba contemplar la cuidad desde lo
alto, respirar el aire y pensar en como sería poder volar como los
pájaros que surcaban el cielo a menudo.

Subió lentamente las escaleras y salió al exterior, estaba
amaneciendo, el cielo estaba teñido de colores rojizos amarillentos y
violáceos, normalmente a Jack le gustaba contemplar el amanecer le
hacia creer que aun había esperanza, pero hoy no, hoy le hacia pensar
en que tendría que despertarse día tras día, en que tendría que
seguir con esa vida que llevaba, esa vida que tanto odiaba.

Se asomó a la azotea, desde allí podía verse toda la ciudad, los
altos edificios el parque, la catedral, hasta el colegio podía verse
a lo lejos si uno se fijaba.

Una bandada de pájaros pasó volando por encima del edificio, y el
joven volvió a preguntarse como  se sentiría al volar, como sería
ser libre y no tener que volver a la escuela. Si.. sería maravilloso
pensaba, no tener que ver nunca más a sus compañeros, pero sabía
que eso no iba ser así,al día siguiente tendría que ir a clase.

Eso era algo que le deprimía y le desconcertaba ¿Por que tenía que
sufrir eso él? ¿Por qué no podía ser como el resto de chicos? 

Pero él era diferente en cierta manera, a los chicos de su edad les
gustaba irse de fiesta con chicas, el prefería quedarse en casa
leyendo o estar en el ordenador, en su clase se reían de él y le
insultaban por ello, 
pero lo peor fue cuando descubrieron que era homosexual.

Jack había quedado en el centro comercial con un chico de su colegio
pero que no era de su clase, el único al que consideraba un amigo y
habían estado hablando, y al final habían terminado besándose.

Ese había sido el momento más feliz de su vida pero por desgracia
uno de sus compañeros les vio y se lo contó al resto y estuvieron
insultándole más de un mes.
Pensaba que ya se habían olvidado pero el día anterior habían
seguido con la broma, 
sólo que esta vez habían llegado mucho más lejos.

 No aguantaba más quería acabar con todo se asomo aun más por la
azotea y contemplo el vacío, volvió a pensar en como sería volar ,
como sería ser libre.. y decidió que había que dejar de
preguntárselo y sentirlo y saltó. 

El viento le envolvió y agitó su pelo y se sintió libre durante un
segundo, cuando calló al suelo en su rostro estaba dibujada una
sonrisa, la primera sonrisa en mucho tiempo y la última.
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Es curioso ver cómo la lejanía - parece acercar más de lo que jamás se hubiese podido a las minorías.
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Its Raining Somewhere Else 1 - Eran alrededor de las seis cuando la lluvia que había estado
asediando a la ciudad cedió con sus violentos ataques. Pese a que el
temporal amainaba, la gente seguía temerosa de salir a la calle por
lo que permanecían estando desoladas. Así pues, en una  avenida
cualquiera de esta ciudad manchada por la lluvia estaba a la entera de
una joven muchacha que la atravesaba, como si fuera un relámpago,
ataviada con un llamativo chubasquero amarillo.

Cada hálito que exhalaba, debido al cansancio de estar corriendo
debajo de la lluvia, se convertía en  un vaho frío que se impregnaba
en su rostro haciendo que estuviese más frío de lo que podría estar
en aquel instante.

Afortunadamente para ella, sus esfuerzos no fueron en vano y llego
rápido a lo que era su destino. Era un bloque de pisos antiguos  que
no seguía la estela de las construcciones colindantes. Realmente la
definición de bloque de pisos le quedaba demasiado grande ya que
solo contaba con dos de estos. 

Entró antes de que comenzase a llover nuevamente.

La planta baja era un pequeño anticuario al cual había que acceder
obligatoriamente para acceder a la segunda planta. Estaba regido por
una vieja anciana, que también era dueña de  todo el edificio.  

Su estatura era pequeña y tenía un pelo canoso bastante largo que le
ocultaba casi todo el rostro. Pese a la primera impresión que podría
dar en un primer momento, siempre iba vestida de elegantes trajes de
época, similares a los que tenia expuestos en el escaparate, e
incluso sus modales que parecían transportarte a siglos atrás. Esto
solía sorprender a curiosos que ocasionalmente entraban a su
establecimiento. A ella no le parecía importarle que solo entrasen a
mirar. Incluso podría decirse que agradecida que los más jóvenes se
interesasen por aquellas cosas antiguas, a las cuales ella misma
antigua las catalogaba como cachivaches.

-Buenos tardes, querida Chesa- saludó la mujer nada más escuchar el
tintineo de la campana que había encima de la puerta.

-¡Buenas tardes!- respondió  enérgicamente al mismo tiempo que
intentaba recuperar el aliento cerrando la puerta que había detrás
suya.

Antes de que pudiese recobrar su camino, la mujer dejó el mostrador y
se acerco a ella. Acto seguido, la mujer se ofreció para colgar su
chubasquero en un perchero de pie cercano  además de ofrecerle una
toalla para que secara su rostro y cabellos que aún se encontraban
húmedos.
 
Chesa comenzó a secarse lo más rápido que podía, empezando por su
pelo. Ya lo llevaba alborotado antes de que empezase a secarlo. Esto
era uno de los principales motivos que siempre intentaba llevarlo lo
más corto posible, hasta la altura de sus hombros. Luego la pasó por
su cara, teniendo cuidado de no darse con demasiada fuerza para que no
moviera de alguna forma las lentillas que recién comenzaba a usar.
Desde muy pequeña estuvo obligada a usar gafas, cosa que le
desagradaba considerablemente sin motivo aparente por lo que cuando
tuve la edad suficiente comenzó a comprarse lentillas y usarlas. 

Llevaba unas semanas con estas y aunque al principio le escocían los
ojos se acostumbró rápidamente a su uso. Había llegado a plantearse
ella misma a comprar unas con un color de iris diferente al suyo, que
era oscuro como la penumbra al igual que su cabello, decía no
favorecerle demasiado.

-Gracias por todo- devolvió la toalla a su dueña. -Si me disculpa,
debo reunirme con mis compañeros arriba- subió tan rápido como la
mujer se despidió de ella. 

Era una chica con muchas prisas.
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El dueño de esta almohada - debe tener mucho de ambas.

puntos 8 | votos: 8
Y después dicen - que las bibliotecas son aburridas.
puntos 11 | votos: 11
No esperes avanzar - con nuevas experiencias si no cuentas con la actitud necesaria para
afrontarte a todas ellas.
puntos 8 | votos: 8
Mirando la espalda se sabe más - de una persona que con cualquier explicación que esta nos diera.
puntos 19 | votos: 19
Todos deberíamos poder amar lo - que hacemos, hasta el punto de sentir que es una parte de nosotros
mismos.
puntos 5 | votos: 9
Que la gente de mi país esto. - Que la gente de mi país lo otro. ¡Entiéndelo! ¡Tu asquerosa
nacionalidad no te hace mejor o especial!

puntos 16 | votos: 16
Quizás sea por quiénes son, - o a quiénes nos recuerdan, quizás sea por su situación, su forma de ser, 
o por el hecho de que podamos ayudarlas, pero hay personas 
que simplemente nos hacen felices al estar con ellas.
puntos 15 | votos: 15
El realismo muchas veces logra - superar la belleza de lo ficticio.
puntos 10 | votos: 10
Alguien quiere que le rompan -
puntos 11 | votos: 11
Para los que no creyeron - que la chupen, que la sigan chupando.
puntos 10 | votos: 12
Kitsune no jutsu -

puntos 11 | votos: 11
Esterilizan a la ciencia - al hablar de ella renegando de toda su belleza y pureza basada en lo
más noble del ser humano.
puntos 36 | votos: 44
Cuando buscas - una motivación para estudiar
puntos 30 | votos: 30
Desmoencuestas 2016. - Somos quienes somos mientras que nuestras respuestas nos delatan.
puntos 13 | votos: 13
Honestamente...¿Qué sentido - tienen esas cosas? Es decir, Internet está plagado de imágenes
sexistas de ese tipo que la verdad son sumamente denigrantes para los
hombres, las mujeres también salen con hombres únicamente por
atracción sexual, no nos engañemos, pero estas tonterías sólo
alimentan un círculo de estereotipos sexistas que perjudican a ambos
géneros por igual. Me pregunto si los que suben esto en verdad creen
que es realmente así.
puntos 41 | votos: 43
Resulta irónico cómo tantas veces - se utiliza la inocencia como una máscara para ocultar nuestros
verdaderos pensamientos.





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