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23.04.2011

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GeekVeterano Nivel 3

puntos 6 | votos: 8
Escupieron sobre mi cara.. - Humillada, insultada y por cuchillas afiladas..
peligrosamente acariciada.
Reboso decepción.
Estoy llena de ira conmigo misma.
Asqueada de la mierda que muchos en silencio respiramos,
y ver cómo niños ingénuos se quejan..
de que sus estados de facebook son su vida entera.
Dolida hasta lo más hondo.
Con el alma sesgada.
Con lágrimas que todavía se me escapan..
al recordar que por ofrecer mi confianza,
me la devolvieron con una soga al cuello bien apretada.
Muchos parecéis gilipollas.
Y muchos otros somos lo más parecido..
a la mayor gilipollada del sentido de la amistad
 que jamás debió su ayuda.. haber ofrecido.
Escuece..
Duele..
Quema y abrasa..
Pero tranquilos mamones.
que para matar a un sólo dragón..
necesitaréis a cientos de cabrones.

...
puntos 8 | votos: 8
~ - Los versos se escriben solos, como crecen los pétalos en sus flores,
siendo sus jardines mil hojas escritas con tinta azul como un triste mar,
convierten sonrisas y lágrimas en pequeños peces de colores, 
que nadan al ritmo de una sinfonía de letras escritas sin cesar. 
La vida nunca fue tan bonita como la pintaron, 
ni tan dura como la escriben los poetas;
el mar no es tan profundo como parece, 
ni tan seguro como quisieras. 
Las hadas  se camuflan entre falsas rimas y no vuelan 
intentando oler las perfumadas metáforas de tus enaguas 
guardadas en los hiperbatones que tú creas. 
Aunque no lo creas es sólo una línea trazada con tiza invisible 
corroída por mil antítesis cubiertas con tul 
convertirá tu destino en algo que nunca quisiste. 
Las mariposas pardas se posan un instante en tu ventanal 
observando a negros gatos que suerte le dan;
corren sin alas de terciopelo, perdidas en ningún lugar,
creando falsas esperanzas amarillas que se van. 
La vida nunca fue tan bonita como la pintaron, 
ni tan dura como la escriben los poetas;
el mar no es tan profundo como parece, 
ni tan seguro como quisieras. 
Las gaviotas no frenan en su vuelo para cazar peces hambrientos,
lo hacen para ver caer la nieve de tus acanelados ojos turbios 
aquellos circulitos perfectos de amor sedientos. 
Nadie sabe si da vueltas o sólo gira, 
desconocido su recorrido, caminado su camino 
vive una anáfora, sueña en una ironía.
puntos 9 | votos: 9
Las cosas pueden ir mejor o peor, - puedes acostumbrarte a tener una maldita vida de mierda y estar
deprimido siempre, no porque tu novio se haya tirado a otra y estés
destrozada, o porque se haya muerto tu perro, o hayas suspendido el
examen de matemáticas ese por el que te jugabas tu verano. Mientras
que hay gente lloriqueando por ahí y diciendo que tiene una vida de
mierda y se quiere morir por gilipolleces, otras, que quizás nunca
vayas a conocer o ni siquiera te importe lo que les suceda, otras,
están muriéndose tanto por dentro, como por fuera, por cosas
bastante más importantes que nuestras gilipolleces del día a día,
algo bastante más importante y doloroso de lo que a ti nunca te
sucederá. Esas son las personas que sí se merecen un maldito
monumento enorme, pero evidentemente, nunca más grande de lo que ya
son. 
Esto no va por la bulímica que vomita todas las noches, ni por la
anoréxica que se mira al espejo y se odia a sí misma, ni por el
“bicho raro” ese que sufre acoso escolar de lunes a viernes, ni
por la mujer que tiene que aguantar los ataques de rabia de su marido
tres o cuatro veces al día. Esto no va por ellos, ni por nadie
cercano a ellos. Esto va por ti. Únicamente por ti. Lo hago porque te
lo mereces, esto y más, y digas lo que digas, te mereces el puñetero
cielo, creo que hasta serías capaz de tocarlo con tus manos, lo
tienes tan cerca y a la vez tan lejos… 
Te admiro tantísimo, eres la persona más fuerte que he conocido y
conoceré nunca, me has enseñado tantas cosas aunque no lo creas, es
irónico que siendo la pequeña, aprenda yo de ti, pero a veces, por
no decir siempre, pareces la mayor. Nadie, absolutamente nadie, se
merece lo que tienes tú encima, y a veces daría cualquier cosa por
saber la solución a todos tus problemas, a veces daría cualquier
cosa por simplemente aparecer ahí y demostrarte que el mundo no es
tan malo como lo pintan, que todavía existen cosas por las que merece
la pena quedarse, pero tú siempre ves menos de lo que hay, y no te
das cuenta de que hay bastantes más razones por las que quedarse de
las que ves, no sólo estoy yo, hay miles de personas que te niegas a
conocer que darían cualquier cosa por ayudarte y que te quedases, ya
sé que es difícil, pero tan sólo, tan sólo con que te abrieses un
poco, descubrirías el lado bueno de las cosas, el que nunca has
llegado a ver porque nunca ha llegado a haber suficiente luz, es
complicado hacerlo por ti sola, ya lo sé, por eso estoy yo aquí,
para agarrarte de la mano y tratar de que consigas ver de una vez lo
que todos esos cabrones te impiden, que seas de una maldita vez todo
lo feliz que te mereces, siempre has merecido y siempre merecerás.
Podría pasarme la noche escribiéndote cosas que para la mayoría de
la gente no signifique nada y que para ti y para mí, signifique más
que suficiente para seguir un día más. 
Resumiré toda esta mierda que no entiende nadie en unas palabras: te
quiero muchísimo y sé que tú a mí también.
puntos 13 | votos: 15
Hay un chico rendido en el sofá. - Preguntándose dónde estará ella ahora.
 Si tendrá resaca, si la estará pasando sola. 
Si en algún momento, en el transcurso del día, se acordará de él. 

Hay una chica tambaleándose por el pasillo. Destino búsqueda urgente
de muchas aspirinas que mezclar con algo de droga y literatura. 
Pensando en dejar de pensar unas horas. Acariciándose moratones
violetas entre las piernas. Recordando las marcas de otro. 

Hay un chico y una chica follándose fuerte con la boca seca.
Desconocidos se lamen la piel donde debería haber otro. Y se corren
mientras sueñan con correr de vuelta a casa.

Hay una pareja a punto de hacer el amor. Lamiéndose los lóbulos de
las orejas, bajo una manta. Ignorando una película de sobremesa.
Acariciándose los pies. 
Retando al frío en su propio agosto atemporal. 

Hay un hombre mayor soñando con ser joven frente a la barrade un bar.
Rezando por morir antes de descubrir que ya no podrá serlo nunca.  Y
una señora cortando cebolla para tener una excusa para llorar, que no
sea el miedo a que él no vuelva nunca. 

Hay una madre fumando en la puerta de un hospital. Y un niño en bata
blanca esperando dentro. Sonriendo porque por fin le han puesto su
nombre a una pulsera. 

Hay dos amigas compartiendo helado, pijama y la ilusión de que algún
domingo todo cambie.  

Hay un empresario eligiendo traje para el lunes y método rápido de
suicidio para esta noche. 

Hay una camarera sirviéndose sus propias copas en una cocina.
Cobrándose las noches tras la barra de labios. 

Hay una rubia en carretera preguntándose quién le ha robado el mes
de abril a ella. Y una morena borrando por séptima vez un
 Te echo tanto de menos... de la pantalla de su móvil. 

Y un montón de motivos para ser felices, jugando al escondite. 

Hay un bloque de hielo en el que alguien escribió Soledad a
cuchillo. Y un montón de musas, deseando derretirlo a besos. 

Hay una niña pidiéndome perdón. Jurándome que no existe. 

Hay un cielo prometiéndome una lluvia. Un tonto señalándolo con el
dedo. Una idiota apuntándole con una pistola. 

Hay tanto
Ahí fuera
Que si no es mucho pedir
Quédate dentro 
Y habrá alguien debajo de un nórdico
volviendo a la vida
para escribirte esto.
puntos 15 | votos: 17
Ridículo - como pretender que el crimen se pague
o que las brujas sufran
o que las hadas se conviertan en ratas

ridículo como esperar una llamada desde las dos de la mañana
y que den las ocho
y den las nueve
y recibas un mensaje cuando por fin volviste a dormir

ridículo como seguir esperando la llamada
de felicitaciones
de disculpa
de saludo
de alguien
de nadie

ridículo como redimir
a golpes
a gritos
a rasguños
a llanto
como no redimir jamás

ridículo como tomar dos pastillas para dormir
tres pastillas para despertar
una más para sobrevivir
 las horas
 los minutos
  los segundos

ridículo como medir el tiempo en libros
una página de Marina
un cuento de Borges
una elegía de Miguel Hernández
un capítulo de Ejda
una dedicatoria de CRZ
 como medir segundos en poemas de muerte
o de perdón
 o de desamor
o de cualquier verso que no vale los segundos

ridículo como visitar una tumba
tu tumba
mi tumba
nuestra tumba

ridículo como llorarte
y gritarte
y pretender que la piedra blanca me escuche
y pretender que la piedra blanca me entienda
y pretender que la piedra blanca me responda
y pretender que tus huesos no sean tan blancos como la piedra blanca

huesos blancos con carne podrida sobre ellos
huesos blancos con ropas rasgadas sobre la carne podrida
huesos blancos con ropas rasgadas sobre la carne podrida sepultados en
tierra seca
con pasto seco
con basura seca
con flores secas
con recuerdos secos

tus vecinos
mis muertos
tus muertos
los muertos exiliados de aquellos que ya no los visitan

1920 1945 1983 1990 2000 2003 2010 2014

ridículo como el veintidós de agosto
ese veintidós de agosto
todos los días veintidós
ridículo como todos los días, cada uno de ellos, todos los días en
los que no estás, todos los días en los que pretendo estar, todos
los días en que no estamos, en que no nos recuerdan, en que no te
recuerdo, en que sólo eres piedra blanca ocultando un montón de
huesos cubiertos de carne podrida y ropas rasgadas, sobre tierra seca
y pasto seco

con un corazón seco

ridículo como pretender que esto me lleva a algún lado
 sarcástico como decir que es original

ridículo como que no me diese vuelta aquel día
ridículo como no haberte dicho que te quería cuando aún me
escuchabas

ridículo como la llamada que no llegó
      como la bruja que no pagó
ridículo como mis culpas
tu culpa
su culpa
mi maldita culpa.

puntos 13 | votos: 13
Insomnio. - No es recuerdo, ni nostalgia, ni pasado, ni tristeza, ni soledad, ni
angustia, ni miedo, ni amor, ni rencor, ni vacío, ni impulso, ni
pena, ni impotencia, ni fiebre, ni náusea, ni desprecio, ni
arrepentimiento, ni conciencia, ni culpa, ni aburrimiento, ni techo,
ni fotos viejas, ni canciones ardiendo, ni poesía de otros, ni celos,
ni envidia, ni duda, ni sospecha, ni inseguridad, ni dependencia, ni
desacuerdo, ni enfado, ni ira, ni final, ni insomnio.


Es de noche.

Y no
queremos 
dormir.
puntos 8 | votos: 8
XII - Esta noche se brinda
por el vigésimo tercer capítulo
de la vida.
Esta noche se brinda
por lo que no alcanzaremos jamás.

Llevo todo el lienzo
que ha sido mi existencia
intentando pintarme unas alas.
Y resulta que para volar
lo que hay que tener son cojones.
 
Y hay que joderse.

Yo me enamoré como aquel
que no sabe qué coño hacer
con su vida,
pero que pensó
que la otra persona sabría.

(Resultó que tampoco,
pero lo llevamos bien)

A ver, no fuimos felices;
fuimos la felicidad
de la mano. 
Lo que ni siquiera me importa
que llegue o no a entender el resto.
 
Hacía ya tiempo que no estaba.
Ella, quiero decir.
Y me sentía invisible,
porque puedes llegar
a no existir
si no te miran los ojos
que tú quisieras.
 
Y nunca entenderéis
lo triste que resulta decir:
Me voy, ahí te quedas
cuando quien había
ya se había marchado.

(Y no poder alzar el vuelo lejos
porque, hay que joderse:
no tienes cojones)
puntos 15 | votos: 17
Te quiero. - Porque recuerdo que cruzaste vestida de flores
un campo de minas
con la sonrisa del que no tiene miedo a morir
sino a no sentirse vivo. 

Cómo no iba a mirarte,
si todo volaba por los aires.

Y tú aterrizabas en mil piezas
dispuesta a encajar 
de una vez por todas
y todos
que no hay peor miedo
que el que todavía no se tiene.
puntos 11 | votos: 11
Intento de homicidio.. - Tantas maneras de perder la vida..
Tantas veces que morimos
como tantas reviviendo sobre la misma.
Estúpidas palabras para quien no lo entienda.
Nada más lejos de una realidad
servida todos los días en una brillante bandeja.
Intento de homicidio..
Todos los días nuevos casos.
Casos que son como sombras
ante un mundo dominado por el caos 
de las mismas víctimas a las que sin pudor..
se les va extrayendo poco a poco el alma por la boca.
Intento de homicidio..
Ante tanto desgraciado sin tener oportunidad
de una mínima defensa y sin la cual..
bien saben que están más que desahuciados.
Intento de homicidio..
contra mi propia persona.
Cada vez que intentan cerrarme la puta boca..
Cada vez que se ponen en medio, 
sin poder dar el siguiente paso sin que me tiren una roca.
Cada vez que escribo y por ello ser juzgada.
Cada vez que me expreso y por ello ser aniquilada.
Pues mira..
Llega el momento de un giro de rosca.
Y por cada vez que me habéis matado..
Cada vez que sobre mí misma he revivido..
Cada vez que he agarrado con fuerza mi alma..
Cada vez que he mandado a la mierda a tanto desgraciado..
Cada vez que intentaron cerrarme la puta boca..
Y cada vez, sólo cada vez, que permanecieron a mi lado..
todos vuestros intentos de homicidio contra mi persona..
fueron vuestro puto fracaso.
Intento de homicidio..
Tantas maneras de perder la vida..
Tantas veces que morimos
como tantas reviviendo sobre la misma.
Estúpidas palabras para quien no lo entienda.
Nada más lejos de una realidad
servida todos los días en una brillante bandeja.
puntos 8 | votos: 8
El mundo ideal - es como las taquillas de mi instituto...NO EXISISTE !!!

puntos 13 | votos: 13
Melodías de dos notas - en renglones que juegan a ser cuerdas de guitarra, letras en gotas de
tinta que dejan manchados los rincones por los que pasan. Repite estos
versos, que de poesía no tienen nada, y a lo mejor llegamos a
creernos algunas de estas palabras desgastadas. El horizonte no es un
límite si no permites que te cubran los ojos, las nubes que hacen
pasar por invisible lo que sólo está un poco borroso, ni tocar el
cielo es necesario si puedes crearlo con tus propias manos. Es
preferible hundirse lleno de ilusiones pesadas, caer por un paso en
falso, que mantenerse en una superficie de rutinas mecánicas.
Pues bien, que no nos entiendan, si no somos diccionarios, no tenemos
todas las respuestas ni el futuro planeado. Los mapas no muestran las
sorpresas de los caminos que recorres por ti mismo, aunque no sean lo
que esperas. Y qué si nos pasamos el tiempo divagando, algunos
vacíos se recorren mejor con los pies descalzos, improvisando sobre
el escenario. Cuando te aburras de escucharme hablar puedo enseñarte
los silencios, que se disfrazan de espacios en blanco, aprender a
dejar una huella con cada salto, a pesar de que no puedan vernos.
No hay muchos ejemplos, y quizás eso sea bueno, encontrar lo que
necesitamos mientras nos perdemos, buscando miradas a lo lejos,
estrellas que nos pidan deseos. Si tan mal estamos disfrutemos la
libertad de equivocarnos, si de errores está hecho el éxito ya
tenemos medio camino hecho.
puntos 14 | votos: 14
Siempre será más acertado - hacerse el tonto y decir que no sabes nada
como signo de respeto hacia quien respetas..
a decir todo lo que sabes y darte cuenta
de la cantidad de gilipollas que te rodeaban.
puntos 9 | votos: 11
XIII - Preguntan:
¿Y si un trozo de madera
descubre que es un violín?,
e intento aplicármelo,
lo intento.
Y luego lo pienso:
Yo jamás podré ser arte.
 
Siempre he sido yo,
yo mismo, solo para ti.
Pero cuando dices
Te querré para siempre
solo me suena a una amenaza
y me retumban los oídos.
 
Te repito, corazón:
Hacer borrón sí,
pero no me cuentes otra nueva.
Todo se repite, 
todo se derrite. 
Y si no lo entiendes es solo
que no quieres hacerlo.

El amor es deshojar un cáctus:
ilógico, imposible.
Pero creerás que vas a conseguirlo
si alguien se empeña
en que puedes hacerlo
con su ayuda.

Llevo tratando de deshojar un cáctus
quinientos setenta y siete días,
siete horas y cincuenta y siete
minutos.
Y os lo afirmo:
el siete no es el número
de la suerte.
 
Estoy deseando salir
del amor
para salir
de cualquier otra parte.
Porque huír es correr,
te alejes de lo que te alejes;
jugártela,
responda lo que te responda.
 
Siempre he sido yo,
yo mismo, solo para ti.
Pero cuando dices
Me quedaré contigo
me imagino a un 
guardaespaldas
con chaqueta y un fusil.

(Y lo siento, cariño,
pero no pienso arriesgarme
a intentar escapar
y que me retumben los oídos)
puntos 12 | votos: 12
XI - Parecía estropeársenos el amor
como lo que se estropea
de tanto usarlo
cuando en realidad
ni se estropea,
 solo se queda sin pilas.

Llevaba tiempo sin besarla
por llevar el mismo 
sin verla.
Y llevo tiempo sin recordarle
que mi color favorito depende
del color con que se pinte
los labios cada día.

Y me perdonaréis,
pero nunca he sabido
si duele más
el para siempre
o un hasta nunca. 

Sé que dejó una nota:
Me voy para siempre,
hasta nunca.
Y se fue como ignorando
que me llevaba colgando 
de las ojeras
aunque me haya quedado
(colgando del balcón).
puntos 8 | votos: 8
Hablaban de Yugoslavia, - creo,
mientras yo conocía dos nuevos mares
(encerrados en bolas de cristal)
que con sólo mirarme me ahogaban.
En ellos veo
(o quiero ver, según dice la gente sabia)
corales de vidrio que desean reflejar
soles egoístas del mediodía,
mantas naranjas de la tarde
o noches de una luna sin prisa.
·
Y vuelvo a sentir
ese deseo de conquistar el mundo
(o de amar, como dicen algunos)
bajo aspas rotas y verdosas
de una tierra prometida inexistente,
donde, al parecer, no muere la mente
y esas rabias del día a día
quedan siempre calientes,
como hierros que no ven el frío de frente.

puntos 12 | votos: 12
X - Cuando el tiempo nos lleve
y sea nuestra cama el único mar,
cuando el cielo no truene...
Allí estará nuestro hogar.

Cuando esa niña no llore
y tampoco a ti te vea llorar,
cuando en tus brazos me enrede...
Solo allí iré a parar.
 
Cuando la oscuridad no nos ambiente
y la luz no se digne a venirte a animar,
cuando el suicidio algo jure para mal...
Te iré a salvar.

Cuando el viento no nos bese
y el césped no se deje abrazar,
cuando preguntes dónde estás...
Me verás caer una vez más.

Y cuando el Infierno se hiele,
y el Cielo arda envuelto en mal,
cuando el Limbo no me anhele...
¡Me iré a matar!
puntos 9 | votos: 9
IX - Epitafio para corazones rotos:
Amor de locos
no es amar con locura,
pero amamos con locura
gracias a estar locos.
 
Aguanto las vueltas de la vida
mientras ella se marea en un carrusel.
Y no la quiero, es cierto,
pero qué más podría hacer.
 
Ella estaba loca,
loca de remate.
Y era guapa,
guapa de cojones.

Y nos preguntábamos siempre
qué coño hacíamos,
que no éramos otra de esas constelaciones
que se inventa uno.
 
Éramos un puente de sus ojos a mis ojos. 
Y no sé, no sé de nada de él,
solamente que se cae cuando hay
más de dos personas abrazándose.
puntos 9 | votos: 9
VIII - No sé de mitología
ni de poetas de libro
y recital.
Sé de historias que no
se cuentan. De palabras
que no se pronuncian.

Sé de mí y de las rosas
que se marchitan sin
haberse abierto antes.
Sé de notas de suicidio
sin suicidio. 
Sé de matarse y no irse
o volver.

Sé de mí, de ti,
de cosas sin importancia.
Sé de suplicar un golpe más
por seguir recibiendo algo
de alguien.

Soy quien escribe bazofia,
a quien lees creyendo
que te salvará de la vida
o de la muerte.
Que qué más da,
si son lo mismo.
 
Soy quien sabe tonterías
y no sabe lo que es,
pero desde luego que no soy
quien podría salvarte la vida.
puntos 61 | votos: 63
Puede que el tiempo vuele, - pero yo he decidido ser su piloto.
puntos 2 | votos: 2
Capítulo II - En la entrada a la escalera del templo estaba sentado el viejo Shilo
con su tinaja, y le dijo a un niño que pasaba con su madre:

- Ei, ¿quieres que te cuente un cuento?
- Tomás, aléjate de ese hombre – contestó la madre, y ambos se
fueron a paso acelerado siguiendo su camino.

El monje Matías, que al parecer había bajado, le habló por la
espalda.

- No has tratado con niños, ¿cierto?

- Mis primos, pero eran muy bebés. De vez en cuando a algún amigo en
la primaria. Y ya de adulto de niños cero, la verdad. Practiqué con
árboles, ellos me oían.

- Deberías ir a pedir consejo a la mansión de las tortugas.

- ¿¡No que esto era Templo de la Tortugas!? ¿Hay también mansión?

“Acompáñame” dijo mientras subía las escaleras con su tan
típico bamboleo lateral de cuerpo y prendas. El monje Matías tenía
siempre el rostro en sombras y su atuendo común era una estola blanca
que permitía ver unos finos brazos y piernas, como si lo hubiese
dibujado con crayones un niño que se abstuvo de imaginarse su cara.

Le guió hacia detrás del templo. Vieron a la mujer asceta. El suelo
de piedra terminó y, rodeado de matas, llegaron a lo que a Shilo le
parecía un horno con demasiados agujeros, con una plataforma circular
rodeándola. En frente había una butaca bajita de piedra. Matías le
dijo “Siéntate y espera”. Cuando el viejo Shilo se dio la vuelta,
el monje Matías ya no estaba. 

Se puso mirando al frente, escuchando cómo los árboles cuchicheaban
entre sí sobre su cabeza, como si lo estuviesen evaluando. 
Alguno diría “¡Qué feo! Tiene el tronco lleno de trapos raros
 y sus hojas son escasas muy oscuras”.

Shilo ya hace mucho dejó de poder oír las palabras de los árboles.

Lentamente, una pequeña tortuga de ojos cerrados salía de un agujero
y se puso justo enfrente de Shilo.

- Oh, este es un olor nuevo. ¿Quién eres? – dijo el animalillo con
una voz muy grave y ronca. 

- Soy Shilo, cuentista en proceso.

- ¿Cuentista? Eres el primer cuentista que veo por aquí. Dime,
¿cuál fue tu maldición?

- ¿Perdona?

- ¿Acaso no sabes que este es un templo que alberga personas
maldecidas de nacimiento?

- Pues yo no estoy maldito.

- Qué raro que te hayan dejado entrar. 
No es común en ella dejar entrar a gente normal.

- Bueno, normal. Hasta mi juventud podía hablar con las plantas, 
sobre todo con árboles.

- Ya veo – asintió la tortuga – ¿En qué te puedo ayudar
entonces? ¿Necesitas consejo, quizás?

- Exacto. Verá, señor tortuga, yo quería ser cuentista de niños,
pero he practicado tan pocos que no sé cómo atraerlos.

- ¡Niños! Por Shangri-La, hace mucho que no trato yo con niños más
que viéndolos desde aquí cuando vienen a pedir milagros con sus
madres. Veamos, los niños son personajes muy telúricos, casi como un
animalillo salvaje.  Tendría que saber cómo son tus cuentos para
decir si pudieran llamarles la atención.

- ¡De acuerdo! Traeré la tinaja – Shilo se levantó con pesadez y
tras un rato volvió con su recipiente.

- Espera, espera. ¿Cómo guardas los cuentos allí?

Shilo metió la mano y sacó unos cuantos pergaminos muy pequeños.

- Los cuentos están escritos aquí al completo, pero ya me los sé de
memoria, así que los uso como para hacer un sorteo. “¿Qué cuento
saldrá?” y esas cosas.

- A ver, saca, quiero oír uno.

- No sé…la gente adulta no entiende los cuentos, no les ven
sentido.

- ¿Cómo? ¿Has contado alguna vez un cuento a un adulto?

- No.

- ¿Tú puedes saber cómo de grande va a ser un bizcocho si no sabes
qué tan efectiva es la levadura?

Shilo calló.

- Venga, saca – la tortuga tosió.

El proto-cuentista metió la mano en la tinaja, y, tras remover un
rato, sacó un pergamino con cinta verde. “Un cuento sobre la
naturaleza” dijo. Desenrolló el objeto y leyó el título

#
-LA PLANTA DE RA-
Corría el rumor de que en el turbulento bosque de Fengaro se
encontraba la flor más antigua de toda la historia: la planta de Ra. 
Un gran explorador anglosajón, al oír la leyenda,  no dudó un
segundo en ir a buscarla. Mató a fieros tigres y hambrientas hienas
en la sabana de Mauria para poder abrigarse en el duro camino de la
cordillera que escondía el bosque. Después de meses sin suerte,
consiguió plantarse frente a la entrada de la verdosa ciudad. 

Extrañamente, el explorador no se encontró con ninguna traba en el
bosque. Ninguna planta venenosa, ningún animal salvaje. Incluso
pensó que los ayudaban. Finalmente el hombre llegó al corazón de la
maraña arbolada y vio a la diminuta flor de Ra rodeada de pequeñas
rocas grises. Se acercó a ella e intentó arrancarla, pero le fue
imposible, y del tirón, cayó de espaldas. 

“¿Sabes por qué te fue tan fácil el camino, forastero?” dijo la
flor. “Porque este es un bosque hecho a base de envidias. Cada ser
vivo de este bosque es un humano que ha codiciado mi eternidad.
Insisten en arrancarme. Se quedan incluso años. Varios mueren. Y cada
uno de sus cadáveres los hago renacer en hermosas flores y animales
de preciosas cabelleras y alas, para hacerme compañía, pero, a pesar
de mi piedad, no me quieren. Ayudan a todo aquel que busca mi riqueza
temporal, y vuelven a deprimirse cuando se dan cuenta de que, otra
vez, no pueden. 
Dime, ¿te apetece ser algún animal o planta en concreto? 
¿O vas a ser sensato?
#
La tortuga intentó aplaudir poniéndose a dos patas, pero se quedó
con el caparazón en el suelo. Shilo le dio la vuelta y entonces la
tortuga abrió los ojos.

Le brillaban, como una constelación.

- ¡Oh! Es hora de la comida – dijo la tortuga al ver que la mujer
asceta se acercaba a ellos.

puntos 95 | votos: 97
No quiero ser más que un simple - nombre en tu camino, uno de tantos que seguro habrá.
puntos 92 | votos: 112
Fama de puta. -
puntos 15 | votos: 17
No desayunaba cuentos - sobre sueños por haber visto a muchas alas estrellarse bajo ese
pretexto, por perderse siguiendo una estrella sin mapa, dejando el
camino a su suerte. No confiaba en los extremos que rayaban en blancos
y negros, que no veían matices cegados por su lucha de egos. No
creía en hadas, pero las dibujada, atraída por todo lo que pudiera
volar, por la magia. No había sido fácil pero ya no importaba, no le
gustaba abrir heridas cortándose con historias pasadas, con
paréntesis abiertos y puntos que parecían incompletos.
Con esos ideales (así escuchó que los llamaban) guardados en la
mochila, comenzó un viaje, más tarde comprendería que no la
llevaría a ninguna parte. Es increíble el poco tiempo que le toma a
uno vaciarse, perder la motivación ante tantos interrogantes.
Escribió respuestas con lápiz y las guardó entre bocetos de
mariposas, pretendiendo resumir la vida en los versos que dejaba en
sus hojas. Observando la belleza de frágiles burbujas, comprendió
que lo mejor no tiene por qué ser eterno, que en ocasiones los
relojes son tan irrelevantes que es posible detener el tiempo.
Encontré su historia en un pedazo de cielo, uno de los mejores
secretos ocultos en los susurros del viento. Aún le gusta saltar
entre las nubes, iluminar las noches con sus juegos de luces. A veces,
sin querer, nos volvemos a ver en fotos antiguas, me recuerda lo
grande que puedes ser cuando eres pequeño, reflejando su sonrisa en
la mía.
puntos 8 | votos: 8
~Donde duermen - las pequeñas historias~ · Parte I.
···
“De mayor quiero ser cuentista” fue lo que le dijo 
el pequeño Shilo a su abuela la última vez que fue a visitarla. 
La mujer limpiaba despacito la vereda  que antes 
había mojado con la manguera.  La calle empedrada 
estaba enfadada porque los niños no paraban 
de molestarle andando con sus bicicletas encima de ella. 
Un destartalado coche llegó para llevarse a Shilo: 
ya el verano hacía las maletas
 y era tiempo de que el muchacho entrara en secundaria.

Y la secundaria voló como una mosca huyendo del calor y quedó con
forma de recuerdos en colores tímidos al estilo de las viejas
fotografías.  Dicen que Shilo era un estudiante ejemplar, su nota en
las pruebas de acceso a la universidad fue la más alta por décadas. 
En la facultad no hablaba con nadie que no fueran los árboles, y a
ellos les contaba los cuentos, ésos que su abuela guardó en una
tinaja. 
Y los árboles se limpiaban las orejas sólo para oírle.
 Los arbustos eran un poco más tercos y se negaban a escucharle, no
fuera a ser que les contagiara ideas extrañas. 

También humanos le oían en los jardines de la universidad,
escondiéndose tras las matas, pero a Shilo no le gustaba que le
oyesen los humanos, más concretamente, los adultos. Él creía que ya
habían perdido toda inocencia y sensibilidad para esa edad. 
No podía ver en sus ojos constelaciones brillantes que encontraba 
en los ojos de los niños. Así que, al no tener un público infantil,

el joven Shilo tenía que entrenarse como cuentista con los árboles.

***

La calle empedrada que estaba deseosa de jubilarse tenía un término
que daba paso a un largo sendero de tierra el cual conducía desde
Lázaro Sur a Lázaro Norte. A lo largo de este camino anchas colinas
de pasto claro se asomaban, y en el trayecto aparecía el denso bosque
que hacía de guardián del Templo de las Tortugas. Shilo hizo la
promesa de que cuando cumpliera los sesenta volvería al pueblo de su
abuela, con el fin de convertirse en un verdadero cuentista. Los
monjes del Templo de las Tortugas lo acogieron, pero tenían en un
principio cierta sospecha.

-  En estos últimos meses andan rondando muchos ladrones por los dos
Lázaros.

Pero, después de mantenerlo vigilado, determinaron que el viejo Shilo
no constituía ningún peligro. El templo de piedra se encontraba en
una elevación en medio del bosque, y lo cubrían altos árboles por
encima. Finos rayos de luz se colaban por el follaje, permitiendo un
frescor otoñal en las tardes de verano. 

El lugar tenía muchas habitaciones y sólo estaban ocupadas cuatro,
así que no hubo problema alguno en acoger a otro más. Había
también una mujer que parecía ser asceta, cuya sombra se veía sobre
todo por la parte trasera del templo. Shilo averiguó enseguida que el
lugar favorito de ésta era el estanque de los peces koi. 

Los otros monjes no eran personajes menos curiosos que ésta.
puntos 6 | votos: 6
~. Mola oírle bostezar, - aunque sea en forma de vaga idea en mi mente.
Miento si digo que no me gustan los pelos de sus brazos
y esos ojos achinados que tiene cuando va a despertar.
Pervive por la maraña de mis recuerdos
un día de sol caliente
en el que su espalda me mostraba,
como un muro ~.
·
Por aquel entonces ningún titán
 deshizo nunca en ladrillos mi suerte.
·
Pero soy un burro,
las sábanas están para dormir
y no para disfrazarse de fantasma
e ir de transparente por la vida.
No soy astuto.
No odio el mundo,
si bien siento que el magma del café
se ha puesto duro.

puntos 12 | votos: 12
¬. Y siempre quise ser un payaso - para hacer reír a los demás cuando yo no fuera capaz,
para tener globos de colores inimaginables
con la forma de animales que antes no habían existido.
Y para ver los ojos de niños y sus constelaciones infinitas,
manitas queriendo ser alas
o pies reclamando nadar como los peces.
puntos 12 | votos: 12
El colacao de las mañanas - vuelve a darme consejos.
Me dice que no me fíe de las teclas,
porque se comerán mis cuentos.
puntos 7 | votos: 7
Mezclar el agua con las nubes - Me aterra pensar en anidar,
en mil ramas, 
de distintos árboles.

Y no consigo ahuyentar
la mala costumbre
de recordar lo prohibido.

De encerrar en mi mente
tantos suspiros.

De encerrar en mi mente,
tantos anhelos.

Recordadme el día
en que sopló el aire.
Recordadme que no es latir,
si late consigo mismo,
contra el recuerdo.
puntos 7 | votos: 7
. - Me preguntó por qué lloraba
tantas veces
que las lágrimas perdieron
el sentido.
Cayeron hacia arriba,
ascendieron.
Y en mi interior
reinó el silencio.
Por fin.
puntos 24 | votos: 24
~ - Se le enfriaba la noche sin el estrépito de voces que solía
caracterizar su sueño, y se despertó perdida.
Se enfriaba la almohada por la cara vista; la persiana bajada filtraba
la risa, la cinta acababa su cara B y, sin música, se dijo “aún…
aún no he soñado”.
Se enfriaba el balcón al salir a su dulzura, de blanco lino el
camisón, de blanco lino las cortinas que se estiraban para rozar
senos y labios. Miró al cielo y a su mar de estrellas y vio desfile
de modelos sin la luz más bella: “aún… aún no se ha asomado”.
Se enfriaban las dudas al mirar abajo y encontrar el sendero entre
almendros desflorados. Jilgueros en la barandilla acudían a sus manos
y a la pluma tatuada en su hombro: “aún… aún no he volado”.
Se enfriaba el colchón y miraba al cielo con flores en los labios,
con mirar confuso, con mirar desatinado. Y veía el cielo negro:
“aún… aún no ha desfilado”.

Se enfriaban su cuerpo, su piel tersa, sus ojos cerrados. Los dientes
blancos sonreían al cielo en que la luna, sorprendida, miraba hacia
abajo. Con mirar triste. Aún no ha despertado.

puntos 15 | votos: 15
Siete meses después, - boli y papel de nuevo, y escribir el estrés después del tiempo que
dura, y escribir un adiós después del siguiente hola, y escribir un
amor (perdón, un polvo de media hora), y escribir con palabras
exageradas mi caricatura.
Todo es tan simple y complejo: solo cara o cruz, pero miles de
detalles reflejan la luz del atardecer en las playas de la desidia. La
lejía no es tan buena bebida como me habían prometido. Y entre
metido y sacado se ha acabado otro año, y otro suspiro, y otros
cuantos millones de vidas que ya no he tenido, y otras tantas
ocasiones para, sin querer, enamorarme.
El colchón en el suelo y las zapatillas apestando, que es verano, y
aún así frío, porque así no duele tanto. Ni da alegrías. Aunque
el sol al salir sobre el Mediterráneo sigue siendo una vista bella.
Como los momentos improvisados. Como este.
A las hadas las saludo y las despido en el aeropuerto (los trenes ya
son lentos para metáforas de esta vida ajetreada y, sin embargo,
circulan; lentos, lentos…) sin ganas de levantar el culo de mi
asiento. El futuro no se perfila tan incierto sin ojos verdes que lo
confundan. 
Mi mirada vaga por el tumulto. Puto mundo acelerado. A las musas las
atropello a insultos. A los dragones les muerdo el cuello. A las
mariposas las miro embelesado.
puntos 5 | votos: 5
Oxígeno - Palabra tras palabra.
Línea tras línea,
avanzando en su sucia hoja
el escritor por fin respira.
Ahogado entre multitudes
se agarra a su botella de oxígeno.
Página tras página
respira a través de sus escritos.
Cuenta tanto y hay tanto por contar..
Mentiras tan reales y verdades tan falsas
como en ese momento te quiera mostrar.
Vidas rotas, plenas,
corazones dolidos, inmensos,
alegrías por doquier o almas en pena.
Agarrado a su botella,
oxigenándose hasta alcanzar el alba.
Se siente bien consigo mismo
nadando como pez en su mar de palabras.
En sumo silencio.
Escribiendo a gritos.
Con mano firme y buen pulso.
Consciente del escaso y tan poco deseado
barullo del tumulto de un patético público.
Mostrando lo que quiere expresar
como escondiendo lo que  no quiere enseñar.
Curiosos e ingenuos leyendo palmo a palmo,
o simples idiotas que se creen capaces
de ver lo que permanecerá invisible 
aunque se lo pusieran en la mano.
Valientes intentando captar lo que para ellos..
fue, es y será de lo más inaccesible.
Amo y señor de sus propios delirios.
Aferrado a su botella,
dando bocanadas de su más puro oxígeno.
Con los ojos brillantes,
las ideas ensanchadas.
Pluma desgastada,
de única vena siempre tan llena.
Gota a gota va ensuciando sus hojas.
Gota a gota tan simple instrumento y de vida eterna.
¡Es tan fácil ser feliz en esta vida!
Y tan difícil que te intenten arrancar
la vitalidad de un oxígeno que te mantiene día tras día.
Con toda la tranquilidad del mundo,
se lee y se relee, por un momento se detiene.
Borrón. Palabras nuevas.
Charcos de tinta.
Sólo él sus falsas verdades corrige.
Sólo su pluma se desangrará por él, dándole su vida eterna.
Nada más lejos de la verdad.
Nada tan cerca de la mentira.
Al igual que esta parrafada,
escrita por un motivo, y por nadie llegará a ser comprendida.
Cuenta tanto, tanto sin contar..
Tantas verdades escondidas.
Tantas mentiras por mostrar.
Agarrado a su botella,
oxigenándose hasta alcanzar el alba.
Se siente bien consigo mismo,
nadando como pez en su mar de palabras.
Con los ojos brillantes,
las ideas ensanchadas.
Gota a gota su pluma le regala su propia vida.
Gota a gota por él va perdiendo la vida.
¡Es tan fácil ser feliz en esta vida!
Y tan difícil que te quieran arrancar..
el oxígeno que a la misma te mantiene día tras día.
puntos 16 | votos: 18
Como la marca a mitad del libro, - en la página que no leíste, como la luz del foco que no brilla, pero
tampoco se extingue, que se distrae pensando en arcoíris. Como los
bocetos difuminados al final de los apuntes. Como si quisiera decir
algo, algo importante, y quedara divagando, como la brisa que nos
despeina, riendo, y no hace más que enojarnos. Que quizás no
entiendo, y lo que digo no tiene sentido, pero entre malentendidos
algún tonto querrá volar conmigo. Y caer, y hundirnos, golpear la
pared y salir del laberinto.
Y en eso, puedo mostrarte la magia que llevo en los bolsillos, pero
debes cerrar los ojos, porque es tímida y no habla con desconocidos.
Puedo darte una sonrisa, de esas que ya no hay, brillando en una
botella, protegiéndose de nuestros vacíos. Restaurar los pedacitos
que nos faltan con piezas que conservo de esos viejos amigos, que
nunca volvieron para reclamarlas, que pesan y nos devuelven a la
tierra cuando estamos perdidos. O sacar de pequeños sobres los planos
del mundo, los engranajes de lo infinito resumidos en un mecanismo.
A cambio te pido que veas, que aprendas a sentir, a explicar sin
definir, a dejar los conceptos para quienes quepan en ellos. El
universo gira, nos marea con él, y no hay fórmula tan compleja que
nos enseñe a quedarnos de pie. Pero desde el suelo, coloreando
mariposas, volaremos fuera de las líneas, crearemos nuestros tonos
entre sueños de papel.
puntos 5 | votos: 5
- - Gracias papá.
Gracias por ser un padre despreocupado, por ni siquiera saber qué
edad tengo. 
Gracias por esa llamada inexistente en todos mi cumpleaños.
Gracias por tu cara de alegría que pones cada vez que me ves. 
Gracias por no saber ni qué carrera estoy estudiando. 
Gracias por ni siquiera abrir tu miserable boca para decirme hola.
Gracias por la confianza, no soy capaz ni de decirte cómo estás. 
Ni me importa. 
Gracias por querer pagarme un futuro en la universidad, me encanta
tener que ir todos los meses a rogarte que me pagues la puta
universidad mientras tú te vas de viaje cuando se te da la gana. 
Oye, en serio, gracias por ser un desconocido. 
No sé ni tu edad, papá. No sé tu nombre completo. 
No sé ni quiénes son tus padres ni de dónde eres. 
Feliz día del padre adelantado, jodido hijo de puta. 
No te mereces ser padre, por lo menos para mí no eres nadie.
puntos 8 | votos: 8
-Sí, yo también miro a ningún lugar. - + Cedros y pasto, no es que haya mucho más.
- Y tal vez ellos nos miren a nosotros.
+ Otros seres con vida, no se puede decir más.
- Qué inseguros, tan quietos y sin socorro.
+ Otro día será más normal, no se debe pedir más.

puntos 9 | votos: 9
VII - Escribe el eco sobre el eco,
y las máquinas de escribir
sobre funerales y la falta de tinta
en otra de esas tristes
máquinas de escribir.
 
Escribo yo, no sobre mí.
¡Eso sería una estupidez!
Escribo yo, sobre ella,
aunque cuente todo lo mío.
¡Y sigue siendo estúpido!

¡Como que el eco escriba
sobre el eco!
O las máquinas de escribir lloren
por esas tristes máquinas
 de escribir.

Cariño, asómate,
que las ventanas están
siempre abiertas para ti.
Que no es una ametralladora
lo que suena por aquí.
 
¡Que soy yo escribiendo
otra vez al porvenir!
 
Escribo yo, no sobre mí,
y si lo hago bien no es gracias a ti.
¿Acaso agradece el eco al eco
o las máquinas de escribir
al resto de esas tristes máquinas
de escribir?
 
Recuerda que vivimos
donde la luna se tiñe de rojo
pero nunca nadie derrama 
ni una gota de sangre
por miedo a los olores.
 
Recuerda que sigo escribiéndote.
Que escribo yo, no sobre mí.
Que si lo hago bien no es gracias a ti.
Y que por dentro soy lúgubre
con paredes de colores.
puntos 10 | votos: 10
~Un susto placentero~ - Las tres de la madrugada:
Murakami despierto,
Orwell pillando ratas,
Don Quijote ve que el molino
no tiene un viento que muevas sus alas.
Y yo..., bueno,
 aquí nado entre sábanas,
viendo a ver si con blancor
recupero el color del alma.
·
Muero vivo
y vivo muerto.
·
La razón:                                                                     
Se detuvieron los engranajes de mi corazón.
                                                                           ·
                                                                           ¡Hala!
                                           Las tres de la mañana.
                                               Murakami despierto
                                    y yo tampoco tengo sueño.
puntos 11 | votos: 11
VI - Hace no demasiado,
no demasiado lejos, 
encontramos una casa.
Y unos muebles.
Y un trastero.
 
Y una máquina de escribir,
que ya no usan por miedo a quebrarse.
Y en un cajón está todo lo bello
que no aprenderán a domesticar nunca.
 
Había tinta seca desparramada
que me recordó a mí
por unos instantes. 
Y un lapicero
que comía historias
y no las escupía
por amor al arte.
 
Había un árbol
con el tronco pintado de negro,
salpicado de sangre, pintura
y lágrimas que se perdieron por el camino.
Y recuerdo haber pensado
que todo aquello era como el cielo
por la noche, cuando hay estrellas
que sí lloran.

Y cuando salí, vi a un hombre
hablando con su amigo
de haberse matado en alguna curva,
aclarando que había sido
la de la sonrisa de ella.
 
Y aquello me hizo recordar
que yo también me maté en alguien,
pero en una recta
y por exceso de velocidad.
puntos 9 | votos: 9
V - Ella era poesía
y él el poeta
que la recitó
treinta y dos veces
antes de morir.
 
Treinta y dos veces.
Las treinta y dos
de maneras diferentes.
Susurrando a ratos.
Suspirando en ocasiones.

Ya veis: 
treinta y pocas veces,
treinta y pocos momentos
en que pedirle
que no se fuese.
 
Él, poeta.
De esos de hora
y pico
para párrafo
y poco.

De parar para tocarse
si(n) hace(r) falta
pero no para tocar
en algún que otro portal
por culpa de las disculpas
que olvidó dar.
 
Ella, poesía.
De la que te deja
vacío
al acabar
y nadie recordarla.
Al desaparecer
tras treinta y dos pasos.
puntos 84 | votos: 94
Dile a ellos que la vida no es justa. -

puntos 5 | votos: 5
. - Impasible observaste la sombra despintar el óleo.
Recuerdo verte sangrar. 
El lienzo reflejado
 en tus pupilas barnizadas.
La pintura corriendo.
La quietud nos alcanzó.
Todavía.
puntos 9 | votos: 9
III - La vida es dura
y bella.
¡Perdón!
Quise decir ella.
Bella no,
bella nunca.
Ella sí:
respirándole en la nuca
como si fuese
viento helado,
o el silencio
que nunca se rompe
aunque se oiga un corazón
latir.
 
Juró no volver a ser
otra de esas sirenas
a las que la gente teme
y ama.
Olvidaba haber sido un día
una cruel pena
atada al mar.
 
Se prometió no volver
a intentar estrangular
su reflejo.
Y se cayó,
se ahogó en un lago.
Uno bonito, por cierto.
 
La echo de menos...
La echo de menos.
Y no os cuento desde cuándo,
que me robáis mi juramento.
Solo yo recordaré 
cómo había sido quererte,
perderte, intentar olvidarte
y durante cuánto tiempo.
puntos 6 | votos: 6
II - Eran sus mejillas
terrazas.
Terrazas a las que vas
a pintar.
O a morir.
O a ambas cosas.
No necesariamente
en ese orden...
Ni siquiera una tras otra.
 
Terraza.
Porche de sus ojeras;
otro lugar abandonado.
Vemos al Sol abandonarnos.
Todo allá, en la cima,
tan arriba como Dios.
Pero real, os lo juro. 
Y mejor.
Mucho mejor.
 
Era una terraza,
una terraza sin flores.
Estaba allí, te repito.
Allí donde no solíamos
asomarnos;
desde donde escribía
sobre las alturas
sin haberlas probado.
 
Y ante mi vida,
en la terraza:
otro párrafo de mierda.
Mi vida: ella,
aunque no estuviera cuerda.
Ninguno leíamos, por cierto.
No leíamos basura.
La vida es dura.
O ella.
 
O quizá fuese duro
intentar atrapar unas estrellas
desde la terraza
 (de sus mejillas).
puntos 11 | votos: 11
I - No pienso hablaros del Cielo
ni de cómo lo dejaba en bandeja.
Ni del Infierno asemejado
al número de su apartamento.
 
No pienso mirar atrás
a ver arder las nubes. 
No pienso quedarme
a ver explotar el compás
que jamás había llevado.
 
No pienso tocar el picaporte
ni siquiera para cerrar
de un portazo
como no pienso volver
tocando en la puerta
como en tu corazón.
 
No pienso.
No pienso hacerlo.
Pero pienso.
Pienso todo el día.
 
¿Y sabéis qué pienso
sobre la Luna?
 Pienso que es increíble
que a estas alturas
de la vida
aún se apropie
de su belleza
en cada noche.
 
(Pero no se lo digáis; que ni lo piense)
puntos 7 | votos: 7
... - Detrás del telón
hay violines llorando.
¡Bravo! ¡Bravo!
Otro violinista
ha sido fusilado
y se ha hecho Venecia
de música, lloros
y adióses.

Y en el escenario
tres góndolas
encalladas.
¡Bravo! ¡Bravo!
Al fin otras almas
varadas.
 
Además alguien 
en el público
está hablando del amor.
(Pobre hombre, 
pobre desgracia,
se habló del suicidio
y ni lo notó)

puntos 14 | votos: 14
Si vas a hacer algo conmigo, - difumíname con delicadeza. 
Píntame como a una de tus chicas francesas. 
Maltrátame como a otra de tus putas inglesas. 
O vete. Pero rápido, que nos quedamos obsoletos.
puntos 9 | votos: 9
Llovía siempre. - Yo veía fútil
la vía al piso.
Besaba
charcos: aguas que estancaban vidas alegres.
Buscaba
antorchas: fuegos perdidos en clubes de alterne.
Ciudad: brocheta que empala la duda de la gente,
intente o no ser ella diferente.
puntos 82 | votos: 82
Quizá cometimos el error - de cambiar las caricias por mensajes.
puntos 116 | votos: 120
Sé de gente que tiene tanta magia - por dentro que se dedican a escribir.
puntos 36 | votos: 40
Personas con sentimientos vestidos - con cien pieles y sabanas que conocen más hombres que lavadoras.





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